Fundamentación de la metafísica de las costumbres; Kant

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Kant; fundamentacion de la metafísica de las costumbres.
−Prólogo;
*Kant, considera que el conocimiento racional es material o formal. La filosofía material es aquella que tiene
como referencia determinados objetos y estos están sometidos a determinadas leyes, que a su vez se dividen
en dos, leyes de la naturaleza( teoría de la naturaleza) o leyes de la libertad (teoría de las costumbres).La
filosofía formal (llamada lógica) se ocupa de la forma del entendimiento, de la razón misma y de las reglas
universales, sin distinción de objetos.
*Kant, llama filosofía empírica a aquella que se fundamenta en la experiencia. Pero considera que aquella
filosofía que presenta sus teorías a través de principios a priori, se llama filosofía pura, esta cuando es
meramente formal se llama lógica, pero cuando se limita a determinados objetos del entendimiento se llama
metafísica. A su vez la metafísica puede ser metafísica de la naturaleza o metafísica de las costumbres.
*Expone que debe haber una idea común del deber y de las leyes morales (filosofía moral) que tiene que
conllevar consigo una necesidad absoluta y ser válida para todos los seres racionales. Así, las leyes morales (
universalmente válidas) no se encuentran en la naturaleza del hombre ni en las circunstancias, sino solo en el
concepto de la razón. Por lo que las leyes morales deben buscarse en una filosofía pura.
−Capítulo primero;
No es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricciones, a no ser una buena voluntad.
Tanto los talentos del espíritu (el juicio, el entendimiento...) como las cualidades del temperamento( el valor,
la decisión...) pueden ser buenos y deseables, pero también malos y dañinos, dependiendo de los usos que
haga de ellos la voluntad(carácter). Ya que si no existe una buena voluntad(como principio de toda acción)
que se acomode a un fin universal, nunca se conseguirá la satisfacción. Así, la buena voluntad se convierte en
la condición indispensable para hacernos dignos de ser felices.
Algunas cualidades pueden considerarse de buena voluntad(son buenas en muchos aspectos), pero sin
embargo, no tiene un valor interno absoluto, sino que siempre presuponen una buena voluntad, por lo que
están muy lejos de poder ser definidas como buenas sin restricción, así no nos permiten considerarlas como
absolutamente buenas. Ya que si los principios de una buena voluntad, pueden llegar a ser malas.
La buena voluntad no es buena por lo que realice ni por su adecuación para alcanzar algún fin que nos
hayamos propuesto, sino que es buena en sí misma y por sí misma. Por lo que no puede añadir ni quitar valor
a la voluntad.
La naturaleza de un modo u otro(o quizás de una manera equivocada) a concebido a nuestra voluntad el uso
de la razón, como directora. Ante este fin la razón debe satisfacer o intentar satisfacer las preocupaciones del
hombre, considerando que estas preocupaciones sean de buena voluntad, ya que cuanto más se preocupa la
razón cultivada de gozar de la vida y alcanzar la felicidad, más se aleja el hombre de la verdadera satisfacción.
Pero, quizás la razón no sea lo suficientemente apta para dirigir nuestra voluntad entorno a la satisfacción de
nuestras necesidades, a cuyo fin nos hubiera conducido mejor(posiblemente) los instintos naturales, sin
embargo la razón nos ha sido concedida como facultad práctica (como facultad que debe influir sobre la
voluntad), por lo que el destino de la razón tiene que ser el de producir una buena voluntad(buena en sí
misma).
Kant continua exponiendo que para desenvolver el concepto de una voluntad digna de ser estimada por sí
misma( una voluntad buena sin ningún propósito, en sí misma), se debe considerar el concepto del deber que
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contiene el de una voluntad buena.
Por ello, sé a de distinguir si la acción, conforme al deber, sucede por deber o al contrario por una acción
egoísta.
Ciertos actos por muy conformes que sean al deber, carecen sin embargo de un verdadero valor moral.
Los propósitos que podamos tener al realizar una acción y sus efectos, considerados como fines y motores de
la voluntad, no pueden proporcionar a las acciones ningún valor absoluto y moral. Lo que nos lleva a
preguntar dónde reside el valor de las acciones. Según Kant debe residir en el principio de la voluntad,
prescindiendo de los fines por los que llevamos a cabo las acciones, ya que la voluntad analizada a través del
principio a priori( que es formal) y del principio a posteriori(que es material),se encuentra en una encrucijada,
es decir, esta tendrá que ser determinada por el principio formal del querer en general, cuando una acción
sucede por deber, puesto que todo principio material le ha sido sustraído.
También a de considerarse que el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley. Así, el valor moral
de la acción no reside en el efecto que en ella se espera, ni en ningún principio de la acción que necesite tomar
su fundamento determinante en ese efecto esperado, ya que todos esos efectos esperados pudieron realizar por
otras causas. Por lo que la representación de la ley en sí misma( que solo se puede encontrar en los seres
racionales)es el fundamento determinante de la voluntad, que puede constituir el bien moral, el cual esta
presente en la persona que obra según esa ley. Pero entonces ¿cuál puede ser esa ley cuya representación tiene
que determinar la voluntad, para que está pueda llamarse buena en absoluto y sin restricciones?
Kant considera que para hallar esa ley buena y universal cada hombre a la hora de llevar a cabo una acción
por deber debe considerar si esta podría convertirse en ley universal ( adoptada por todos los hombres como
ley para conseguir la buena voluntad), es decir, si esta ley universal podría servir como principio de voluntad
para todos los seres racionales.
Kant expone un ejemplo para entender lo citado anteriormente;
Cuestiona si es prudente o si es conforme al deber hacer una falsa promesa en aquellas situaciones en las que
estamos apurados. Para saber si es lícito o no hacer una falsa promesa, nos deberíamos de preguntar si esta
acción podría servir como ley universal, es decir, tanto para mí como para los demás. Pronto llegaríamos a la
conclusión de que si por ley y como valor moral, no aceptamos las mentiras, no podíamos querer una ley
universal de mentir, pues según esta ley ninguna promesa seria verdadera y también nos mentirían a nosotros
por lo que no querríamos esa ley como universal.
Por lo tanto para saber si mi voluntad es moralmente valida, basta con preguntarse uno mismo si esa acción la
querríamos como ley universal.
La razón por naturaleza sabe distinguir lo que ocurre conforme al deber o contrario al deber(lo bueno y lo
malo). Por lo que tiene la facultad de juzgar, pero para desarrollar esta labor la razón necesita experimentar,
analizar, buscar y comprender ciertas leyes convencionales o naturales para poder llegar a saber si una acción
es de buena voluntad y si esta no se realiza por una acción egoísta. Tanto la razón culta como la vulgar que
tienen el mismo fin llegar a una buena voluntad, que no es buena por la acción concreta que realice, ni por
atenerse a las leyes o a las costumbres, sino únicamente por cumplir el dictamen de la razón (sometimiento de
la voluntad a la razón).
−Capítulo segundo;
*El peor servicio que se puede hacer de la moralidad es quererla deducir a ciertos ejemplos. Ya que, cualquier
ejemplo debe ser juzgado previamente por los principios de la moralidad, para saber si es digno de servir
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como modelo, porque el ejemplo no puede ser el que nos proporcione el concepto de moralidad. El ejemplo es
una regla intuitiva que nos ayuda a comprender ciertos conceptos pero no nos proporcionan el concepto en sí
mismo sino una idea intuitiva, dirigida( y a su vez juzgada) por la razón.
*Todos los conceptos morales tienen su origen (a priori) en la razón, y ello en la razón humana tanto vulgar
como culta, la cual dirige la voluntad de los seres racionales para averiguar el sentido practico o empírico de
esos conceptos.
*En la naturaleza cada cosa actúa según las leyes. Solo los seres racionales poseen la facultad de obrar según
las leyes, es decir, posee una voluntad, esta se convierte en razón práctica cuando al derivar las acciones de las
leyes se exige la razón.
*Toda ley práctica representa una acción como buena y necesaria para el sujeto capaz de determinar
prácticamente por la razón. Si la acción es buena solo como medio para conseguir otra cosa, es el imperativo
hipotético. Si la acción es representada como buena en sí( como principio de la voluntad) es el imperativo
categórico.
*Hay otro imperativo que no se refiere a la materia de la acción, sino a la forma y al principio de donde ella
surge, se llama el imperativo de la moralidad. La moralidad es la relación de las acciones con la autonomía de
la voluntad.
*La voluntad es considerada con una facultad, que determina como obrar conforme a las leyes (solo en los
seres racionales), pero el fin es lo que sirve a la voluntad de fundamento objetivo de su autodeterminación y
este fin debe valer para todos los seres racionales.
*Suponiendo que halla algo cuya existencia posea un valor absoluto, como el fin( es lo que sirve a la voluntad
de fundamento objetivo) en sí mismo, en ello estaría el fundamento de un posible imperativo categórico, es
decir, de la ley práctica.
El valor de todas las cosas que pueden obtener los seres racionales por medio de las acciones esta
condicionado.
El fin en sí mismo, constituye un principio objetivo de la voluntad humana, el cual puede servir como ley
práctica universal.
*Se puede entender como reino de los fines al enlace sistemático de distintos seres racionales por leyes
comunes, ya que todos los seres racionales están sujetos a la ley.
*Todo ser racional, como fin en sí mismo y siguiendo las leyes a las que esta sometido, debe poderse
considerar legislador universal, porque esa aptitud de sus máximas para la legislación universal lo distingue
como fin en sí mismo.
−Capitulo tercero;
La palabra libertad es un concepto muy amplio, que se puede atribuir a nuestra voluntad si se tiene razón
suficiente para atribuirla a todos los seres racionales. Por lo tanto tiene que ser demostrada la libertad como
propiedad de la voluntad de todos los seres racionales.
La libertad de todos los seres racionales debe considerarse libre por sí misma y por ello ha de atribuirse en el
sentido practico a todos los seres racionales.
Todo ser racional debe considerarse a sí mismo como inteligencia y como perteneciente al mundo inteligible.
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Pero el ser racional también pertenece al mundo sensible ya que actúa bajo las leyes naturales y también
pertenece al mundo inteligible porque actúa bajo las leyes independientes a la naturaleza( leyes positivas).
La idea de libertad que ha de estar presente en todos los seres racionales, hace de uno perteneciente al mundo
inteligible ya que si no todas las acciones estarían siempre con a la autonomía de la voluntad.
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