1.2.3 Geomorfologia Ayacucho

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1.2.3
GEOMORFOLOGÍA
1.2.3.1 Generalidades
La evaluación geomorfológica, comprende la clasificación fisiográfica, el análisis del origen y
caracteres externos de las formas del relieve, así como la identificación de los procesos
erosivos que actualmente inciden en la superficie. Estos aspectos resultan de interés por sus
diferentes implicancias ambientales, tanto en lo que concierne a las influencias del relieve
sobre los demás elementos ambientales, como aguas, suelos, vegetación, etc. como en lo que
se refiere a la propia seguridad de las obras y el proyecto, por ejemplo con respecto a la
probabilidad de ocurrencia de desastres naturales.
El área del presente estudio, corresponde a un trazo alternativo al inicialmente propuesto para
la construcción del gasoducto Camisea – Lima, que se halla en la sierra del departamento de
Ayacucho, región que se caracteriza por sus fuertes pendientes y potencial de dinamismo
geomorfológico. En este sentido, el estudio incide en la identificación de los aspectos del
relieve de mayor significación en cuanto a los potenciales impactos ambientales del proyecto,
como son los procesos erosivos y la caracterización morfológica.
El estudio se ha desarrollado sobre la base de la interpretación cartográfica y de imágenes
satelitales Landsat TM-7 de mayo del 2000, y en la ejecución de un trabajo de campo. Los
resultados se acompañan en este informe conjuntamente con un mapa a escala 1:50,000
(mapa 1.2.3-1).
1.2.3.2 Geomorfogenesis
La historia morfogenética del área está ligada al desarrollo geológico de los Andes que en la
sierra del área de estudio, están formados por dos grandes conjuntos estructurales: la
Cordillera Occidental, de edad meso cenozoica y la Cordillera Oriental de rocas
principalmente paleozoicas.
Ambos conjuntos están separados por profundas depresiones que son recorridas por los valles
interandinos, como es el caso del río Mantaro en la región central del país. Varios de sus
tributarios recorren el área, destacando los ríos Torobamba y Yucay, los mismos que
aproximadamente delimitan la cordillera oriental y occidental.
La cordillera occidental, relativamente más moderna, consta sobre todo de rocas ígneas y
sedimentarias que reflejan la fuerte actividad magmática y tectónica por las que pasó y que se
manifiestan en sus aspectos morfológicos actuales. La cordillera oriental, más antigua, está
formada por paquetes rocosos metamórficos, sedimentarios y plutónicos que sufrieron una
mayor ocurrencia de eventos tectónicos, debido a su antigüedad de conformación.
La orogenia hercynica con sus diferentes etapas tectónicas de plegamiento, hundimiento y
levantamiento, configuró durante el paleozoico los altos relieves de la cordillera oriental, la
cual durante el mesozoico se comportó como una zona positiva. Durante el mesozoico y al
oeste de esta cordillera, se desarrolló un gran surco geosinclinal que recibió un grueso aporte
de materiales sedimentarios y volcánicos marinos. Durante el cretáceo tardío e inicios del
Modificaciones al Sistema de Transporte por Ductos
Vol. II 1.2.3-1
terciario estos materiales fueron afectados por plegamientos y levantamientos
correspondientes a los primeros grandes movimientos de la llamada fase orogénica andina,
que hicieron emerger los miles de metros de espesor de estos sedimentos, formando la actual
cordillera occidental.
1)
Morfogénesis Terciaria
Durante el terciario medio y superior, en esta región la Cordillera Occidental sufrió un intenso
volcanismo, el cual cubrió con gruesas acumulaciones volcánicas la zona occidental de
estudio. Hacia fines del terciario sobrevino una etapa en la que se produjo un nuevo y gran
levantamiento que llevó a los Andes prácticamente a sus niveles actuales y que dejó a la
superficie puna a una altitud comprendida entre los 3,800 y 4,800 msnm. Este levantamiento
ocurrido entre el plioceno y pleistoceno, trajo como consecuencia una fuerte incisión de los
cursos de agua, en general en todos los Andes. El proceso de incisión fluvial sobre las masas
rocosas en elevación orogenética dio como resultado la actual configuración montañosa del
relieve andino. Sin embargo, algunos sectores fueron incisionados a mayor profundidad que
otros y las variaciones se deben principalmente a factores geológicos de orden local.
Otro episodio terciario de importancia fue el aplanamiento erosivo miocénico de los Andes,
que dio lugar a la formación de la llamada superficie de erosión puna, extensa superficie
allanada que existió durante el terciario medio en la actual región andina. Este aplanamiento
subsiste aún como rezagos topográficos en las cumbres de la Cordillera Oriental, a ambas
márgenes del río Torobamba, mientras que en otras zonas de la Cordillera Occidental, ha sido
mayormente cubierta por los depósitos volcánicos posteriores a su formación. El
levantamiento plio pleistocénico de los Andes determinó la disección, y en gran parte la
destrucción de la superficie puna, hasta dejarla como cumbres aisladas allanadas, restos del
antiguo aplanamiento.
En síntesis, la morfogénesis terciaria produjo los aspectos morfológicos a nivel macro de la
actual configuración del área, pudiéndose destacar los siguientes hechos principales:

La disección fluvial correlativa al levantamiento orogénico plio-cuaternario determinó la
incisión de los cursos de agua, formando los grandes valles y vertientes montañosas que
actualmente caracterizan al relieve andino. Este proceso definió las actuales direcciones
de las principales redes de drenaje.

El volcanismo terciario contribuyó a suavizar la topografía, especialmente de la zona
altoandina, donde las acumulaciones volcánicas son sinónimos de la presencia de
superficies de pendiente débil.

La formación de la superficie de erosión puna, la cual es una extensa superficie allanada
que existió durante el terciario medio en la actual región andina. Este aplanamiento
subsiste aún como rezagos topográficos en las cumbres de la Cordillera Oriental.
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Vol. II 1.2.3-2
Mapa 1.2.3-1 Mapa Geomorfológico
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Vol. II 1.2.3-3
2)
Morfogénesis Cuaternaria
Durante el cuaternario, tiempo comparativamente breve con los tiempos anteriores, ocurrieron
en el mundo varias fases glaciales, frías y húmedas; dos de las cuales afectaron intensamente
los Andes peruanos cubriendo grandes extensiones alto-andinas bajo potentes masas de hielo.
Olivier Dollfus fue uno de los primeros en identificar bien en los Andes centrales del país, los
restos morfológicos de las dos últimas glaciaciones mundiales, las cuales duraron cada una
varias decenas de miles de años, separadas entre sí por un largo período interglaciar
climáticamente similar al actual. La última glaciación mundial, conocida como período
wurmiense, tuvo una duración aproximada de 70,000 años, luego de unos 250,000 años de
interglacial cálido y concluyó hace apenas 10,000 años. Este lapso de tiempo es muy breve en
términos morfológicos, por lo que las huellas del modelado glaciar son evidentes en toda la
región altoandina.
Las fases glaciales modelaron directamente los relieves ubicados por encima de 3,700 a 4,200
msnm (altitudes que varían según influencia local), dejando un paisaje de circos y valles
glaciales y altiplanicies onduladas tapizadas por depósitos morrénicos de fusión de antiguos
glaciares. Posteriormente, estos depósitos fueron solifluidos y colonizados por la cobertura
vegetal propia de la zona altoandina.
Bajo el nivel inferior alcanzado por las glaciaciones y hasta 3,400 a 3,000 msnm, se localizan
los extensos depósitos periglaciares y fluvioglaciares. Esta zona se caracterizó durante las
fases frías y húmedas por condiciones de congelamiento y descongelamiento alternos, de
modo similar a lo que ocurre actualmente sobre los 4,800 msnm. Estos procesos produjeron
una gruesa cobertura de depósitos de suelos en la zona media de la sierra, los cuales
desempeñan ahora un importante papel en la ocurrencia eventual de riesgosos movimientos de
remoción en masa gravitacional.
Las glaciaciones tuvieron también notables consecuencias indirectas en las zonas bajas y
condicionaron períodos de lluvias más intensos que los que actualmente existen. Dichas
lluvias dieron lugar a grandes deslizamientos y abarrancamientos que tapizan de derrubios la
base de las vertientes andinas y grandes conos de deyección que se presentan en la mayoría de
los valles, hoy sujetas a climas semiáridos de escasa vegetación. Además, ciertos períodos en
los que el escurrimiento difuso era más intenso, originaron un conjunto de superficies de
erosión más localizados y de menor magnitud.
Un hecho característico en el área, es la continuación del volcanismo durante el cuaternario,
con el rellenamiento de cenizas y tobas en la cuenca de Ayacucho. De esta manera, las
planicies donde se instala actualmente la ciudad de Ayacucho, era por entonces una cuenca
lacustre donde se acumulaban las cenizas para intercalarse con depósitos lacustres de
diatomitas. El rellenamiento y posterior desaparición de lago, determinó una incisión de las
formaciones volcánicas y lacustres cuaternarias, dejando en la actualidad a planicies más o
menos disectadas, ubicadas a más de 80 m sobre el nivel de los ríos actuales.
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Vol. II 1.2.3-5
1.2.3.3 Fisiografía
Los conjuntos morfológicos que se describieron anteriormente incluyen formas de relieve más
específicas, las cuales se clasifican en unidades geomorfológicas. Al final de este capítulo en
el cuadro 1.2.3-1, se presenta un esquema descriptivo de dichas unidades identificadas en el
área, así como su influencia y distribución espacial a lo largo del trazo alternativo. Las
unidades reconocidas en el Mapa Geomorfológico (mapa 1.2.3-1), son las siguientes:
1)
Planicies
Las planicies del área tienen distintos orígenes. En unos casos corresponden a depresiones
rellenadas en tiempos geológicos recientes por depósitos glaciales y aluviales, principalmente
de estos últimos; en otros casos se deben a rellenos de la antigua cuenca Ayacucho, la cual ha
recibido gruesas acumulaciones de lavas y cenizas volcánicas correlativas al intenso
volcanismo plio-pleistocénico de la zona. En las zonas altas, las planicies se deben tanto a
rellenos recientes de origen glacial, como a la presencia de lavas en estratos subhorizontales,
que han sido poco modificados por la tectónica reciente. De un período geológico más
antiguo, se tiene en las partes altas de los Andes, los rezagos llanos de la antigua superficie de
erosión del terciario medio. Los siguientes son los tipos fisiográficos de planicie identificados
en el mapa geomorfológico.
Fondos de Valle Aluvial (Símbolo Fa)
Son formas de relieve llano, con pendientes dominantes de 0 a 2%, pero con numerosos
accidentes locales, sobre todo hacia los contactos entre los fondos de los valles y las laderas
circundantes, que dan un rango general de 0 a 5 %. Se componen de la acumulación y
abandono de materiales de los cursos de agua, especialmente de los ríos de régimen
permanente. Los depósitos dejados por estas corrientes consisten en bancos estratificados de
arcilla, limo, arena y grava mayormente redondeada, que se forman inicialmente en los cauces
fluviales, pero que con posterioridad pueden quedar en posiciones elevadas y alejadas de las
respectivas corrientes (foto 1, anexo 5.3).
Desde un inicio, las corrientes de agua transportan determinada cantidad y tipo de materiales;
los de mayor tamaño y más pesados discurren por los canales más profundos y de mayor
velocidad de corrientes. Mientras que los elementos finos se sedimentan hacia los bordes.
Esta situación es muy cambiante, de acuerdo a las temporadas de mayor o menor lluvia, o la
mayor o menor cantidad de carga sólida que llega a un determinado punto. Por ello, las
corrientes abandonan parte de su carga, tanto en el fondo como en las riberas y de esta manera
se forman los depósitos aluviales. En la sierra, generalmente los depósitos se distribuyen en
fajas mayormente alargadas, ocupando los fondos de valle entre las vertientes montañosas,
pero en ciertos casos como sucede en sectores ubicados bajo las planicies volcánicas de
Ayacucho, los fondos de valle pueden ser anchos y cerrados, debido a la evolución de
antiguas cuencas lacustres.
En detalle, los fondos de valle aluvial pueden presentar una disposición aluvional trenzada o
una disposición escalonada en niveles de terraza. Los ríos de la sierra inferior, como es el
caso de los valles del Torobamba y Yucay, generalmente son trenzados debido a que les llega
una voluminosa carga sólida a través de las quebradas tributarias por huaycos, erosión de
tierras y movimientos de masa.
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Altiplanicies (Símbolos Ao y Ad)
Las altiplanicies son formas de tierra llanas, con pendientes comprendidas entre 0 y 15% que
incluyen frecuentes accidentes topográficos. Se distribuyen principalmente en las zonas
altoandinas, sobre 3,800 msnm y se deben, sobre todo, a las acumulaciones volcánicas
subhorizontales del terciario superior y a los remanentes topográficos de la antigua superficie
de erosión “puna”.
Las altiplanicies están conformadas, básicamente, por depósitos glaciales, fluvioglaciales y
aluviales que tapizan las formaciones rocosas del substrato, el cual presenta a su vez
numerosas exposiciones en forma de pequeñas colinas. Las altiplanicies incluyen pequeños
fondos de valle glacial excavados por los glaciares cuaternarios, donde la acumulación de
morrenas de fondo de materiales finos, en un medio climático húmedo de poca pendiente,
favorece la formación de superficies hidromórficas de vegetación hidrófita característica
conocida como “bofedales” u “oconales”.
En el mapa geomorfológico se ha diferenciado dos tipos de altiplanicies, de acuerdo al nivel
de horizontalidad del terreno y presencia de accidentes topográficos. Como su nombre indica,
las altiplanicies ligeramente onduladas (Ao), son las formas más llanas, con pendientes
dominantes de 0 a 5%, y las altiplanicies disectadas (Ad) tienen mayores accidentes, con
pendientes mayormente comprendidas entre 0 y 15%. Las variaciones de pendiente entre las
altiplanicies inciden poco en la actual estabilidad del medio, ya que las altiplanicies disectadas
tienen sólo unas pocas acciones erosivas localizadas, en comparación con las altiplanicies
onduladas, prácticamente carentes de acciones erosivas de consideración.
Superficies de erosión locales (Símbolo Se)
Son planicies originadas por procesos erosivos que aplanan el relieve. Su carácter local se
debe a que se han formado al pie de relieves montañosos, en las zonas media e inferior de las
zonas andinas, cuando desde las partes altas descendían escorrentías laminares violentas que
aplanan las irregularidades topográficas de las vertientes, hecho que se dio principalmente
durante las fases glaciales cuaternarias que afectaron las zonas altas.
En el área se ubican de manera dispersa en laderas intermedias que bordean los grandes valles
del Torobamba y Yucay, donde en algunos casos se han favorecido a la vez de la presencia de
rocas poco consistentes, como ciertas tobas volcánicas, en la zona de Yucay, y lutitas
pizarrosas en las vertientes del Torobamba. La pendiente de estos terrenos es de 0 a 15%,
quedando uniformemente inclinadas hacia un sentido (glacis), constituyendo importantes
superficies cultivadas (foto 1, anexo 5.3).
Superficies de origen volcánico reciente (Símbolos Sv y Svd)
En la zona de Ayacucho, a finales del terciario se excavó una depresión, la cual fue rellenada
por gruesas acumulaciones eyectadas por volcanes de actividad moderna, como el estrato
volcán de Vinchos. Estas acumulaciones en estratos subhorizontales, se dirigieron en una
concentración radial hacia el centro de la cubeta, donde se depositaron en ambientes lacustres.
La desaparición del lago dejó superficies rocosas volcánicas subhorizontales, las cuales
fueron luego parcialmente disectadas por las corrientes fluviales. Hay sectores donde la
disección ha sido menor, quedando superficies bastante llanas a ligeramente onduladas
Modificaciones al Sistema de Transporte por Ductos
Vol. II 1.2.3-7
(Símbolo Sv) de pendiente inferior a 5%, como en las inmediaciones de Ayacucho, y otros
donde las planicies originales han sido bastante destruidas, quedando superficies más o menos
llanas, a manera de cimas convexas, de 5 a 15% de pendiente (Símbolo Svd), ubicadas por
encima de flancos escarpados o paredes rocosas que bordean numerosas quebradas (ver
fotos 2 y 3, anexo 5.3).
1)
Montañas
Las montañas son las formas fisiográficas propias de la región andina, que está precisamente
ubicada en los grandes conjuntos estructurales de las cordilleras occidental y oriental de los
Andes. Como la evolución geológica de finales del terciario determinó que la región andina
fuera elevada a más de 4,000 y 5,000 m de altitud, desde entonces, los cursos fluviales han
incisionado las masas rocosas, para formar los profundos valles que ahora caracterizan la
región andina. De esta manera, la fisiografía de la región andina se configura como una
topografía netamente montañosa.
Por definición, las montañas son accidentes orográficos superiores a 300 m de altura medidos
entre las cimas y base de las elevaciones, además de presentar pendientes generalmente
superiores a 15%. Sin embargo, en la práctica, en las montañas se dan todas las formas de
relieve, desde planicies que coronan las montañas, como cimas allanadas de altiplanicies, las
planicies de los fondos de valle, e inclusive planicies desarrolladas a media ladera. Asimismo,
las montañas pueden estar dominadas por cimas en forma de colinas, o por altiplanicies sobre
las cuales emergen colinas y macizos montañosos aislados. De esta manera, la diferenciación
fisiográfica de las montañas, resulta una interpretación de criterios no rígidos, que deben
adecuarse además a las consideraciones de escala.
Para los fines de este estudio, la extensa región montañosa en el trazo del gasoducto, se ha
dividido en las siguientes formas de relieve:
Colinas y vertientes montañosas ligeramente accidentadas (Símbolo Vl)
Son formas de relieve montañosas poco accidentadas, que incluyen accidentes orográficos
menores, como las colinas, que tienen una importante representación en las zonas altoandinas.
Las pendientes medias van de 15 a 50% donde las laderas presentan escasas disecciones, es
decir que están disectadas por quebradas o cárcavas separadas entre si por varios cientos de
metros como mínimo. Asimismo, la magnitud de los relieves es inferior a 500 m de altura
entre las cimas y bases de las elevaciones orográficas, e incluso muy inferior a 300 m en las
zonas que incluyen frecuentes colinas.
De esta manera, esta unidad fisiográfica de montañas resulta poco accidentada, tanto porque
las pendientes no son muy pronunciadas, como por la escasa disección y baja altura de los
relieves. La baja tasa de disección se debe a substratos geológicos permeables de las rocas
volcánicas, que orientan las aguas de lluvia hacia circulaciones profundas, antes que favorecer
el escurrimiento superficial. De otro lado, la cobertura vegetal herbácea de altitud restringe la
formación de cárcavas, favoreciendo la regularidad de las vertientes (foto 4, anexo 5.3).
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Vertientes moderadamente accidentadas (Símbolo Vm)
En estos relieves la topografía es más agreste que en la unidad anterior, donde las laderas,
generalmente de gran magnitud (superior a 500 m) sobre las llanuras circundantes, presentan
una mediana tasa de disección, con cauces ubicados entre 100 y 500 m entre ellos. El
resultado es una sucesión de accidentes topográficos frecuentes, con pendientes
predominantes del orden de 25 a 50%, con numerosos escarpes y taludes subverticales.
La causa de la mayor disección es la existencia de substratos rocosos relativamente
impermeables, de rocas intrusivas y sedimentarias o metamórficas arcillosas, que favorecen el
escurrimiento antes que la filtración. Son frecuentes en la zona media andina, cuando las
vertientes descienden desde las partes altas. Su estabilidad es también intermedia, con
procesos erosivos importantes, cabiendo considerar aquí, la posibilidad de ocurrencia de
procesos de remoción en masa de riesgo para la zona media, como la que bordea el valle del
Torobamba, donde la topografía medianamente accidentada se debe a rocas poco consistentes.
Vertientes fuertemente accidentadas (Símbolo Vf)
Estos relieves son los más agrestes del área, y están formados por sectores montañosos
fuertemente disectados. En el área de estudio, este tipo de vertientes se presenta bajo dos
categorías:

Flancos rocosos escarpados que disectan las planicies. Estas laderas se encuentran bajo
las planicies mayormente volcánicas de la zona de Ayacucho, que han sido disectadas
por ríos y quebradas, dejando en la parte superior planicies y cimas convexas, cortadas
por flancos de poca altura, de 100 a 300 m, pero con pendientes subverticales. Se trata
de estrechos valles encajonados en medio de vertientes agrestes de poca magnitud o
elevación. De otro lado, estos flancos se hallan bastante disectados por numerosas
quebradas y cárcavas, debidas tanto a la fuerte pendiente y concentración de los cauces
provenientes de la parte alta, como a la semiaridez del medio, que no proporciona una
cobertura vegetal protectiva densa contra las lluvias.

Vertientes de gran magnitud. Este tipo de relieves se encuentra principalmente en el
valle del Torobamba, donde la incisión producida por el río, ha dado lugar a la
formación de grandes vertientes montañosas, de más de 500m de altura entre la cima y
base de las elevaciones, con pendientes superiores a 50% con frecuentes escarpes
subverticales. En estos relieves hay una acentuada disección por quebradas y cárcavas,
que en conjunto, con las fuertes pendientes y altura de las elevaciones, desarrollan una
agreste topografía, donde se producen acciones erosivas y movimientos de masa de
importante riesgo físico (foto 5, anexo 5.3).
La marcada disección y magnitud de los relieves, está relacionada al substrato geológico
impermeable de rocas intrusivas y arcillosas que predominan en la Cordillera Oriental.
A veces bajo los frecuentes afloramientos rocosos escarpados, aparecen amplias
formaciones de rellenos coluviales gravitativos en condición de inestabilidad debido a
las fuertes pendientes. Cabe indicar que el uso agrícola de estas vertientes, incide en el
desarrollo de las formas erosivas actuales, tanto por métodos de cultivo y pastoreo
inadecuados, como por la desestabilización de taludes que propician los numerosos
canales de riego no revestidos.
Modificaciones al Sistema de Transporte por Ductos
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Rasgos Fisiográficos Complementarios
El mapa geomorfológico presenta, además de la diferenciación fisiográfica de nivel macro, un
conjunto de rasgos fisiográficos complementarios, que ayudan a la descripción y
caracterización del relieve. Entre esos rasgos cabe destacar los siguientes:

Bofedales altoandinos: son sectores característicos de las zonas altoandinas,
especialmente de las altiplanicies y zonas llanas, como los fondos de valle glacial. En
estos lugares, la horizontalidad del relieve, y la constitución del suelo, con elevadas
proporciones de arcilla y materia orgánica, tiende a concentrar las escorrentías
provenientes de sectores laterales, y de afloramientos de aguas subterráneas locales,
determinando la formación de ambientes hidromórficos, anegados, de especial
importancia ecológica e hidrológica.

Divisorias de subcuencas: son las líneas que unen los puntos topográficos más altos,
que separan laderas hacia una u otra cuenca de colección hidrográfica. Su delimitación
en el mapa es importante, porque señala la orientación de los flujos hídricos, hacia los
oconales en las zonas altas, hacia los fondos de valle y huaycos en las zonas bajas y
hacia poblados, cultivos o el propio trazo del gasoducto en la zona media.

Glacis y conos deyectivos: son trazos indicativos que denotan la existencia de
superficies llanas inclinadas hacia una dirección uniforme. La pendiente es de
aproximadamente 4 a 15%. El tramado de su representación cartográfica indica el
sentido de la inclinación y escorrentía superficial y, en el caso de los conos deyectivos,
indica la ocurrencia pasada o actual de masivos flujos de huaycos.
1.2.3.4 Morfodinámica Actual
Las acciones morfogenéticas que se desarrollan en la actualidad en el área de estudio son de
características diversas y difieren principalmente según la fisiografía, clima y geología. Se
puede notar los siguientes patrones erosivos o morfodinámicos:
1)
Erosión Difusa
Es la erosión superficial del terreno por el escurrimiento difuso. Afecta, sobre todo, a
formaciones superficiales sueltas, en fuerte pendiente y desprovistas de cobertura vegetal.
Esta erosión es intensa en lugares dispersos, pero es máxima en las grandes vertientes secas
que bordean el Torobamba. También es activa en los flancos escarpados de los valles del
Huatata, Yucay y sus tributarios, donde este tipo de erosión es el inicio de formas erosivas
más avanzadas, como la erosión concentrada.
2)
Erosión Concentrada
Es la erosión que se concentra en cárcavas y abarrancamientos, que muchas veces devienen de
un incremento del escurrimiento difuso. Es una forma severa de erosión, que tiene su máxima
representación en las vertientes escarpadas que bordean el Torobamba, y en general, en todos
los flancos escarpados semiáridos que encajonan los ríos Huatata, Yucay y sus tributarios. Las
Modificaciones al Sistema de Transporte por Ductos
Vol. II 1.2.3-10
cárcavas localmente desarrollan sectores de abarrancamientos de mayor importancia, por el
nivel de las acciones erosivas.
3)
Remoción en Masa
Son acciones erosivas que implican el desplazamiento, a veces violento, de masas más o
menos voluminosas de las vertientes. La magnitud de los deslizamientos puede ser de sumo
riesgo en las vertientes que bordean el río Torobamba, donde pueden presentarse con una
cierta recurrencia por los factores geológicos favorables a los movimientos gravitativos. Los
flancos escarpados que bordean los bajos valles del Huatata y Yucay, también presentan
movimientos de masa, del tipo de derrumbes, frecuentes, pero de pequeña magnitud.
Todos estos movimientos se relacionan con las pendientes abruptas y compleja geología de la
región. A un nivel más específico, cada movimiento de masa tiene orígenes propios. Así por
ejemplo, los masivos movimientos de las laderas que bordean el Torobamba, tienen
pendientes mayores a 50%; una gruesa cobertura coluvial cuaternaria relativamente inestable,
y una geología de rocas mayoritariamente poco competentes. Entre las formaciones
geológicas que contribuyen decisivamente a estos movimientos masivos de riesgo, tenemos la
formación Mitu, predominantemente arcillosa, alternados, además, por gruesas formaciones
coluviales, también de alta proporción de arcilla e igualmente poco coherentes.
En las condiciones de lluvia y fuerte pendiente de estas zonas, también es determinante el
hecho que es una zona de cultivos, con numerosos canales de riego no revestidos, que son por
último, los factores antrópicos que coadyuvan en las adversas condiciones naturales. Por todo
ello, se trata de una zona de alto riesgo geodinámico.
El mapa geomorfológico representa la ubicación y distribución más o menos concentrada de
las zonas de estos movimientos de masa.
4)
Huaycos y Erosión Fluvial
Estas acciones se producen a lo largo de los ejes fluviales. Los huaycos son los flujos hídricos
saturados en sólidos, que descienden por las quebradas tributarias de los principales valles.
Forman los conos deyectivos que se ubican sobre las terrazas de fondos de valle, siendo
actualmente activos sólo en las zonas semiáridas andinas, como el fondo de los ríos
Torobamba, Yucay y Huatata, en ese orden. En el cruce de esos ríos, el trazo debe afrontar
problemas de erosión fluvial, que comprende socavamientos, divagancias e inundabilidad,
complejo de acciones fluviales que ocurren durante la estación lluviosa. En el resto del tramo
alternativo, especialmente en la zona alta, se presentan numerosas quebradas menores de
régimen estacional o más o menos permanente debido al clima húmedo de la zona, pero estas
corrientes son generalmente poco erosivos, puesto que el dinamismo geomorfológico de la
zona altoandina es débil.
Modificaciones al Sistema de Transporte por Ductos
Vol. II 1.2.3-11
Cuadro 1.2.3-1 Características de las Unidades Geomorfológicas Identificadas
Unidades
Geomorfológicas
Fondos de valles aluviales (Fa)
Origen
Pendiente
Agradacional
0 a 5%
Superficies llanas de origen
volcánico reciente (Sv)
Altiplanicies ligeramente
onduladas (Ao)
Planicies
Montañas
Composición
litológica
Bancos de arcilla, limo,
arena y grava aluvial
redondeadas
Rocas volcánicas cubiertas
por suelos incipientes
Bancos de arcilla, limo,
arena y grava de origen
glacial
Ubicación y/o
altura
Cauces actuales y
terrazas aluviales
Cuenca de
Ayacucho
Zona media e
inferior de laderas,
bajo 3,800 msnm
Altiplanicies disectadas
(Ad)
Bancos de arcilla, limo,
arena y grava de origen
glacial
Sobre 3,800 msnm
Superficies disectadas de
origen volcánico reciente (Svd)
Rocas volcánicas cubiertas
por suelos incipientes
Colinas y vertientes
montañosas ligeramente
Accidentadas (Vl)
Substratos rocosos
permeables, en gran parte
volcánicos, cubiertos por
suelos
Vertientes moderadamente
accidentadas (Vm)
Vertientes fuertemente
accidentadas (Vf)
LB Ambiental y Social Variante Ayacucho
Agradacional
y
Denudacional
0 a 15%
15 a 50%
Denudacional
25 a 50%
Más de
50%
Substratos rocosos
heterogéneos:
sedimentarios, volcánicos,
intrusivos y metamórficos
Inundación y
socavamientos en
bordes ribereños
Ligera erosión, por
surcos localizados
Zona media e
inferior de laderas,
bajo 3,800 msnm
Zonas altoandinas,
alturas no mayores
a 500 m. sobre su
nivel de base
Alturas superiores
a 500 m. sobre las
llanuras
colindantes
Alturas que pueden
sobrepasar los
1000 m
Influencia en el Trazo
Longitud
Área
(km)
(Ha)
0.9
480
2.8
950
1.3
1,550
2.4
820
Ligera erosión, por
surcos localizados.
3.2
1,000
Ligera erosión, por
surcos y cárcavas
frecuentes
0.3
380
Ligera erosión, por
surcos localizados.
18.3
3,700
9.5
4,560
Cumbres llanas
sobre 3,800 msnm
Bancos de limo, arena y
grava semi redondeadas
Superficies de Erosión Locales
(Se)
Procesos
Erosivos
Sin erosión sensible
Surcos y cárcavas
frecuentes, y
movimientos de masa
localizados
Surcos y cárcavas
frecuentes, y
probables
movimientos de masa
de gran magnitud.
14.1
5,350
Vol I 2.3-12
1.2.3
GEOMORFOLOGÍA .............................................................................................................. 1.2.3-1
1.2.3.1
1.2.3.2
1.2.3.3
1.2.3.4
Generalidades ............................................................................................................................... 1.2.3-1
Geomorfogenesis .......................................................................................................................... 1.2.3-1
Fisiografía .................................................................................................................................... 1.2.3-6
Morfodinámica Actual................................................................................................................ 1.2.3-10
CUADRO 1.2.3-1 CARACTERÍSTICAS DE LAS UNIDADES GEOMORFOLÓGICAS
IDENTIFICADAS ...................................................................................................................................... 1.2.3-12
MAPA 1.2.3-1
MAPA GEOMORFOLÓGICO ................................................................................. 1.2.3-3
LB Ambiental y Social Variante Ayacucho
Vol I 2.3-13
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