Evangelio_3semana_Pascua-B-Cristo_en_la_Palabra

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¡Señor, nos regalas tus Palabras!
“Señor Tú tienes
Palabras
de vida eterna”
Plan Pastoral
2011-12
Señor, hoy te damos gracias por
nuestra comunidad parroquia que se
reúne todos los domingos y tú te haces
presente en medio de nosotros.
Gracias porque en la Eucaristía nos das
la Paz y llenas nuestros corazones de
alegría.
Cada domingo venimos a escuchar tu
Palabra, la Palabra de Dios, que nos
ilumina, nos alimenta, nos llena de fuerza
para toda la semana, nos da vida y nos
salva.
¡Qué bonitas son tus Palabras! ¡Qué
alegría al escucharlas!
Ayúdanos Señor a escuchar la Palabra
de Dios con atención, a entenderla, a
meterla en el corazón, a responder a ella
con nuestro sí de cada día.
Queremos que la Palabra de Dios la
encontremos en nuestras manos al
levantarnos y al acostarnos, cuando
saltamos de felicidad y cuando no
encontramos el rumbo a seguir en
nuestras vidas.
Así, Señor Jesús, Cristo resucitado,
seremos tus testigos entre nuestros
amigos, vecinos y conocidos.
ANDARÉI NA PRESENCIA DO SEÑOR,
CAMIÑARÉI POR CAMIÑOS DE VIDA,
HEI DE ESCOITA-LA PALABRA
QUE EL NOS DA
POIS É A LUZ QUE NOS GUÍA.
Evangelio
22-abril-2012
3º-Pascua-B
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (24,35-48)
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les
había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al
partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se
presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
Jesús: -«Paz a vosotros.»
Narrador: Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un
fantasma. Él les dijo:
Jesús: -«¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro
interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona.
Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y
huesos, como veis que yo tengo.»
Narrador: Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como
no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les
dijo:
Jesús: -«¿Tenéis ahí algo que comer?»
Narrador: Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y
comió delante de ellos. Y les dijo:
Jesús: -«Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros:
que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y
salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Narrador: Entonces les abrió el entendimiento para comprender
las Escrituras. Y añadió:
Jesús:
-«Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de
entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la
conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos,
comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»
Palabra del Señor.
Narrador:
¡VEN el domingo al encuentro
de Cristo en la EUCARISTÍA…!
Nos habla en la Palabra de Dios
1. VER: Hay palabras y palabras:
-Todos sabemos que no son lo mismo las palabras que oímos en la calle o en
la tele que las que nos dicen las personas que queremos: padres o amigos.
¿Son para ti todas las palabras igual de importantes? ¿Recuerdas alguna
frase de tus padres, abuelos o amigos?
2. JUZGAR: Jesús nos dejó la Palabra de Dios:
-Jesús, el domingo tras la resurrección se presenta por segunda vez en medio de los
apóstoles, los saluda con la paz y ellos creían que era un fantasma. Pero él les
muestra sus manos y sus pies aún llagados por los clavos y les habla, llenándolos
de alegría. Luego come con ellos, les explica las escrituras y “les abrió el
entendimiento para comprenderlas”.
¿Qué nos quiere decir?
-El domingo es el día en que la comunidad se reúne y Cristo se hace
presente en medio de nosotros.
-Cristo nos regala en la Eucaristía su Palabra, la palabra más importante
de la semana: ¡qué bonitas son tus palabras!
-La Palabra de Dios nos ilumina, nos llena de fuerza, nos anima, revisa lo
que hacemos mal…
-La Palabra de Dios es Jesús mismo que se hizo carne.
¿Escuchas con atención la Palabra de Dios? ¿Qué encuentras en ella?
3. ACTUAR: Escucha y vive la Palabra de Dios.
-Presta atención a lo que te dice la Palabra de dios cada domingo.
-Piensa que Cristo no solo está presente en la misa en el Pan sino también en la
Palabra de Dios.
-En grupo ayudamos a toda la comunidad a valorar la Palabra y a responder bien y
con fuerza a: “Palabra de Dios” y “Palabra del Señor”.
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