ANÁLISIS DE LA DISPERSIÓN Y DEPÓSITO DE CENIZA VOLCÁNICA MEDIANTE EL MODELO FALL3D PARA LA ERUPCIÓN DEL VOLCÁN HUDSON EN 1991. Osores, María Soledad Servicio de Hidrografía Naval Av. Montes de Oca 2124, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Servicio Meteorológico Nacional 25 de Mayo 658, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina [email protected] Pujol, Gloria Servicio Meteorológico Nacional 25 de Mayo 658, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina [email protected] Collini, Estela Servicio de Hidrografía Naval, Argentina Av. Montes de Oca 2124, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Servicio Meteorológico Nacional, 25 de Mayo 658, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina [email protected] Folch, Arnau Barcelona Supercomputing Center, CASE Gran Capitán 2-4 Barcelona, España [email protected] Resumen Durante los primeros días de Agosto de 1991 el volcán Hudson (Chile, 45°54′S, 72°58′O, 1905 m elevación) entró en actividad emanando grandes cantidades de ceniza a la atmósfera. Esta erupción comprometió no solo a las ciudades aledañas sino que, debido a los vientos predominantes, las cenizas más ligeras fueron transportadas miles de kilómetros pudiendo alcanzar la región Antártica primero y circumpolando el globo después. Esta erupción ha sido investigada desde un punto de vista multidisciplinario por numerosos autores, y este estudio, en particular, se centra en el pronóstico de dispersión, concentración y depósito de cenizas volcánicas utilizando los últimos desarrollos en el modelado numérico. El pronóstico certero de la evolución de la pluma de cenizas volcánicas en la atmósfera y su eventual depósito en el suelo, resulta de vital importancia para la población y los ecosistemas de las zonas afectadas. Estamos en condiciones de afirmar que un análisis objetivo del depósito y dispersión de cenizas volcánicas en el caso del volcán Hudson aportará gran cantidad de información que resultará beneficiosa para mejorar los pronósticos de evolución de la nube de ceniza en el caso de la ocurrencia de futuras erupciones. Para ello empleamos el modelo de transporte y depósito de ceniza volcánica FALL3D (Costa et al., 2006; Folch et al., 2009). Con el objeto de evaluar los resultados obtenidos por el modelo FALL3D, se procesaron imágenes del sensor AVHRR del NOAA-11, además se emplearon las imágenes adquiridas por los sensores AVHRR de los satélites NOAA-11 y 12 y TOMS del satélite Nimbus-7, en órbita en el período de la erupción a partir del trabajo de Constantine et al. (2010) y se analizaron las observaciones provenientes de las estaciones meteorológicas de la red del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina (SMN-ARG). Además se contrastaron los resultados del depósito modelado por el FALL3D y el obtenido mediante mediciones por Scasso et al. (1994). Como conclusión se pudo afirmar que el modelo representó de manera aceptable la evolución de las plumas de ceniza volcánica, siendo uno de los motivos de las diferencias encontradas la incertidumbre en la determinación de los tiempos de inicio y fin de las erupciones y de las alturas de las columnas eruptivas durante el proceso, datos con los cuales se inicializa el modelo FALL3D. 1. Introducción La cordillera de los Andes presenta un gran número de volcanes activos y potencialmente activos, los cuales al entrar en erupción constituyen un gran riesgo para la región Sudamericana. Los productos piroclásticos, los gases volcánicos y la lava, afectan en diversas escalas espaciales. Específicamente, los piroclástos y los gases son transportados por el aire, por lo que no sólo las regiones proximales son afectadas, sino también las distales por efecto de la advección del viento. En particular, las cenizas a nivel de superficie degradan la calidad del aire pudiendo generar afecciones respiratorias tanto en humanos como en animales, afectan a la vegetación, contaminan los cursos de agua y producen daños en los componentes eléctricos de los artefactos. Asimismo la acumulación de cenizas puede causar el colapso de techos y su presencia en distintos niveles de la atmósfera puede afectar dramáticamente las turbinas de los aviones, reducir la visibilidad inhabilitando rutas aéreas y aeropuertos e impidiendo la circulación del tráfico aéreo causando pérdidas millonarias. Por lo tanto, un pronóstico adecuado de dispersión y depósito de cenizas volcánicas es una herramienta importante para el desarrollo de planes de contingencia y mitigación ante una eventual erupción volcánica explosiva. Los modelos de pronóstico de dispersión de cenizas deben considerar tanto la dinámica de la pluma como su interacción con el entorno, es decir, la advección de las partículas por el viento, la difusión (en particular en la capa límite planetaria donde los procesos turbulentos dominan), la agregación entre partículas de ceniza e hidrometeoros (al ser muy compleja, en términos computacionales es muy costosa de modelar) y su sedimentación. En la actualidad, existen diversos modelos de pronóstico de dispersión y depósito de cenizas que se diferencian entre sí por su modo de tratar el problema. Por un lado se encuentran los modelos primitivos de pluma y sedimentación en un campo de viento homogéneo (e.g. Carey y Sparks, 1986), por otro lado se hallan los modelos lagrangianos de seguimiento de partículas como el Hybrid Single-Particle Lagrangian Integrated Trajectories (HYSPLIT) (Draxler y Hess, 1998), el Numerical Atmospheric Dispersion Modelling Environment (NAME) (Jones et al., 2007), o el PUFF (Searcy et al., 1998) entre otros, cuya ventaja principal es su bajo costo computacional en la determinación de ubicación de la nube de cenizas. Finalmente, los modelos eulerianos basados en la ecuación de advección, difusión y sedimentación cuya ventaja reside en que pueden determinar la concentración de cenizas en el aire de manera explícita. Ejemplos de tales modelos son el FALL3D (Costa et al., 2006; Folch et al, 2009) o el Canadian Emergency Response Model (CANERM) (D'Amours et al., 1998), entre otros. Otra característica de los modelos son sus limitaciones espaciales, existen modelos que son aptos solamente en dominios pequeños (del orden de los 100 km) mientras otros son válidos también dominios espaciales grandes (del orden de los 1000 km). El empleo de estos modelos para reproducir eventos del pasado permite verificar el desempeño de los mismos y colabora con el mejoramiento de la configuración de los mismos para su posterior empleo para el pronóstico operativo en el caso de situaciones de emergencia. Por esta razón, en este trabajo se empleará el modelo euleriano de dispersión y depósito de cenizas FALL3D (Costa, 2006; Folch, 2009) para simular la erupción del volcán Hudson (ubicado al Sur de Chile) ocurrida en Agosto de 1991. Posteriormente se evaluarán sus resultados mediante el uso de datos satelitales disponibles en esa época, observaciones registradas en estaciones meteorológicas del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina (SMN-ARG) y el depósito de ceniza en superficie obtenido por Scasso et al. (1994). Existen antecedentes del modelado de este evento empleando el modelo lagrangiano PUFF (Kratzmann et al., 2010), donde se analizó el desempeño de los resultados del modelo contrastándolos con las imágenes satelitales de los sensores AVHRR (Advanced Very High Resolution Radiometer) del satélite NOAA11 y 12 y TOMS (Total Ozone Mapping Spectrometer) del satélite Nimbus-7 basados en el trabajo de Constantine et al., (2000). En el presente trabajo se desarrollará en la sección 2 se desarrollará la cronología del evento eruptivo del volcán Hudson de Agosto de 1991; en la sección 3 se describirá la estrategia de modelado, mientras que en la sección 4 se discutirán los resultados obtenidos, los cuales se compararán con los datos satelitales disponibles de la época, datos registrados en la red observacional del SMN-ARG y datos de depósito en superficie obtenidos por Scasso et al. (1994). Finalmente en la sección 5 se presentarán las conclusiones. 2. Cronología del evento eruptivo del volcán Hudson de Agosto de 1991. El volcán Hudson, ubicado al sur de Chile (45º 54’ S – 72º 58’) (Figura 1), es un estratovolcán que emerge de una caldera de 10 kilómetros de diámetro, cuya altura ronda los 1905 metros y que en su interior contiene un casquete de hielo con un volumen estimado de 2.5 km3 (Gonzalez-Ferrán, 1995). -75 -70 -65 -60 -55 -50 B.Aires -35 Concepcion -35 StaRosa Temuco B.Blanca Neuquen -40 -40 Viedma PtoMontt Madryn Trelew Esquel -45 V.HUDSON PtoAisen Balmaceda PtoMoreno -45 Comodoro GdorGregor PtoSJulian -50 -50 RioGallegos PtaArenas Ushuaia -55 -75 -70 -55 -65 -60 -55 -50 Figura 1. Localización del volcán Hudson (45°54’ S 72° 58’ W). En los últimos cuarenta años el volcán Hudson ha tenido dos erupciones significativas, una en Agosto de 1971 y la segunda, de mayor magnitud, en Agosto de 1991. La primera fue una erupción subpliniana (VEI 3-4) con alturas de columna eruptiva de entre 5.000 y 12.000 m., cuya pluma de cenizas se dispersó hacia el este llegando a la costa Atlántica, afectando a las poblaciones ubicadas entre Comodoro Rivadavia, Pcia. de Chubut y San Julián, Pcia. de Santa Cruz (Tobar, 1972; Fuenzalida, 1976; Cevo, 1978). La segunda, ocurrida en 1991, estuvo comprendida por dos fases principales, la primera ocurrida durante el 8 y 9 de Agosto, y la segunda del 11 al 15 de del mismo mes (Kratzmann et al., 2010). La primera fase de la erupción de 1991 correspondió a una erupción freatomagmática, que inició a las 22:20 UTC del día 8, con una altura de columna inicial de entre 7 y 10 km, que rápidamente creció hasta 12 km (Naranjo et al., 1993). Posteriormente, el día 9 a las 14:30 UTC, se originó una pluma de gas y ceniza de aproximadamente 7 km de altura a través de una fisura localizada al norte de la caldera (Kratzmann et al., 2010). Debido a las condiciones meteorológicas dominantes, la pluma durante este período se dispersó en dirección NNE y generó aproximadamente un depósito de 0.2 km3 (Naranjo et al., 1993; Scasso et al., 1994). Posteriormente hubo un periodo de quietud, hasta que el día 11 inició la segunda fase alrededor de las 16:50 UTC con una columna eruptiva de 3 km de altura dirigida hacia el sur, con poca caída de ceniza. Luego a las 1600 UTC del día 12 se produjo una erupción pliniana, cuya altura superó los 10 km, perdurando la emisión de cenizas y gases hasta el día 13 cerca de las 15:30 UTC. Ese mismo día la erupción reinició cerca de las 20 UTC, con una altura de columna de 15 km aproximadamente, y el día 14 la pluma se desprendió del cráter alrededor de las 15 UTC. Cerca de las 00UTC del 15 de Agosto, nuevamente hizo erupción alcanzando una altura estimada de 18 km snm., cesando a las 15 UTC de este mismo día. (Corbella et al., 1991; Naranjo et al., 1993; Scasso et al., 1994; Kratzmann et al., 2010). La cronología de alturas de columna eruptiva empleadas en este trabajo se puede apreciar en la Tabla 1. Fecha Hora (UTC) Altura de la pluma snm. 08/08/1991 09/08/1991 09/08/1991 09/08/1991 11/08/1991 12/08/1991 13/08/1991 13/08/1991 14/08/1991 15/08/1991 22:00 00:00 06:00 14:00 17:00 16:00 16:00 20:00 15:00 00:00 8000 10000 7000 0 1000 11000 0 13000 0 16000 15/08/1991 15:00 0 Tabla 1. Cronología de la altura de la columna eruptiva sobre el nivel del mar (i.e. considerando los 1905 m. de altura del cráter del volcán Hudson) empleadas en este trabajo durante la erupción de Agosto 1991. 3. Estrategia de modelado 3.1. Modelo meteorológico En este trabajo se decidieron utilizar los datos del ERA Interim como condición inicial y de borde del procesamiento del modelo meteorológico de mesoescala WRF-ARW en su versión 3.3, cuyos campos de viento, temperatura del aire, densidad, humedad relativa entre otros sirven de campos de entrada para el FALL3D. El ERA-Interim es el conjunto más moderno de reanálisis atmosféricos globales producidos por el Centro Europeo de Pronóstico de Mediano Plazo (ECMWF), cubriendo el período desde el primero de enero de 1989 en adelante y se extiende hasta casi la actualidad. Los campos resultantes incluyen una gran variedad de variables de superficie cada 3 horas y variables tridimensionales cada 6 horas que cubren la troposfera y la estratosfera, así como integrales en la vertical de flujos atmosféricos, promedios mensuales de distintas variables y otros campos derivados. La utilización de este conjunto de datos para inicializar el WRF-ARW está fundamentada en las mejoras logradas para el Hemisferio Sur (Dee et al., 2011), debido a la mejor utilización de las observaciones satelitales y al nuevo esquema húmedo de la capa limite que produce nubosidad baja más realista. La versión 3.3 del WRF-ARW (Skamarock et al., 2008) presenta entre sus ventajas la posibilidad del preprocesamiento de los ERA- Interim, lo que abre el camino para reproducir eventos del pasado reciente, utilizando un campo inicial y condiciones de borde sumamente representativas de las situaciones sinópticas que los enmarcaron. La configuración de esta versión del WRF-ARW sigue la utilizada para la erupción del 2008 del Chaitén (Folch et al., 2008; Folch et al., 2011). Esta comprende, para la microfísica, el WSM 3-class simple ice scheme, el esquema de transferencia radiativa rápida (RRTM) de radiación de onda larga y el esquema Dudhia para la radiación de onda corta. En la parametrización de la capa superficial se empleó esquema de Monin-Obukhov, para el modelo de suelo el NOAH unificado, el esquema de YSU para los procesos de capa límite planetaria y el nuevo esquema Kain-Fritsch (Eta) para la parametrización de cumulus. La versión 3.3 presenta actualizaciones con respecto a las versiones anteriores, en particular en el caso de la configuración que estamos usando, ya que se agrega una nueva función que dispara la convección basada en Ma and Tan (2009) al esquema de Kain-Fritsch y mejoras en el modelo de suelo NOAH, que permite los cambios estacionales en la rugosidad, corrige el escurrimiento subterráneo y agrega categorías del sensor MODIS en la tabla de uso del suelo. El dominio empleado en el WRF-ARW está comprendido entre los 28º-58º S y los 40°-83º W, con una resolución horizontal de 24 km y 38 niveles verticales. 3.2. Modelo de dispersión El modelo FALL3D (Costa et al., 2006; Folch et al., 2009) es un modelo 3D euleriano de dispersión y deposición de ceniza volcánica, siendo la advección por el viento, la difusión turbulenta y el asentamiento gravitacional los principales mecanismos que permiten el transporte de las partículas. Este modelo se basa en la ecuación de advección, difusión y sedimentación (ADS) empleando un sistema de coordenadas siguiendo el terreno. El modelo permite emplear diversas parametrizaciones de la difusividad turbulenta, de la velocidad terminal de caída de las partículas y del término fuente (columna eruptiva). En este trabajo se emplearon las mismas configuraciones empleadas por Folch et al. (2009), así como también el modelo de Pluma de Bursik et al. (2001) para el término fuente. Para el procesamiento del modelo FALL3D se empleo un dominio rectangular, comprendido entre las latitudes 33º-57º S y las longitudes 50º-75º W. En la coordenada vertical se emplearon 20 niveles verticales. Así mismo, para la tipificación de las clases de partículas características de la erupción del volcán Hudson de Agosto de 1991, se empleó una aproximación a los datos sedimentológicos de Scasso et al. (1994). 4. Resultados 4.1. Situación Meteorológica desde el 08 al 16 de Agosto de 1991 Durante la mañana del día 08 de Agosto de 1991 la Patagonia se encontraba inmersa en una masa de aire frío, con vientos leves en niveles cercanos a superficie con dirección inicialmente del sudeste, advectando humedad desde el Océano Atlántico. En la Figura 2 se observa el espesor de 1000/500 hPa proporcional a la temperatura media de la capa. Acompañando el desplazamiento de un sistema frontal se produjo, con el correr de las horas, una rotación ciclónica (en sentido horario) del viento alcanzando a las 06 UTC del día 9 la dirección oeste/suroeste, pero manteniendo una intensidad leve (no se muestra). Esta condición de viento en superficie se mantuvo hasta el día 11 a las 00 UTC donde debido a la presencia de un sistema de alta presión, se produjo una rotación del viento solidaria a la circulación de la rama suroeste del mismo, es decir al noroeste. Durante el día 11 los vientos predominaron, leves a moderados del noreste, pero por la tarde, la conjunción del sistema de alta presión post-frontal sobre el Atlántico y la aparición de una nueva vaguada ubicada al oeste del dominio sobre el océano Pacífico, produjeron un fuerte gradiente meridional de presión canalizando el viento de dirección norte. Al iniciar el día 12 los vientos se intensificaron, manteniendo su dirección nor-noroeste. Asociado a la delantera de vaguada, se produjo a partir de este día el ingreso de la masa cálida desde noroeste del dominio, generando un incremento en el gradiente horizontal de temperatura, favoreciendo el desarrollo de un nuevo sistema frontal. A partir de las 18 UTC del 15, viento presenta dirección oeste asociado al desplazamiento de la vaguada hacia el este con intensidad moderada a intensa (Figura 2). (a) (b) Figura 2. Espesor 1000/500 hPa en metros geopotenciales (sombreado), altura geopotencial de 1000 hPa en metros geopotenciales (contorno) y viento en 1000 hPa (barbas). (a) 08 Agosto de 1991 a las 00 UTC, (b) 15 de Agosto de 1991 a las 18 UTC. En el nivel de 500 hPa, se observó claramente un ciclón en latitudes medias, que produjo vientos leves de dirección sureste asociados a la circulación del flanco suroeste del ciclón. A partir de las 18 UTC del día 9, con el avance del ciclón al norte la circulación sobre la Patagonia asociada al mismo rotó al suroeste, esta condición de viento leve del suroeste se mantuvo hasta el día 11 a las 18 UTC donde tras el avance de una cuña desde el oeste, se produjo una rotación del viento, teniendo así dirección noroeste asociada a la parte trasera de dicha cuña. La intensificación del gradiente horizontal de presión provocó un incremento en la intensidad muy marcado desde el día 13 a las 00 UTC. Entre el día 13 y el 16 a las 00 UTC se produjeron vientos de dirección noroeste superiores a 40 m/s de manera continua. La circulación que caracterizo este periodo se puede observar en la Figura 3. (a) (b) (c) Figura 3. Intensidad en m/s (sombreado), dirección del viento (barbas) y altura geopotencial en 500 hPa (aproximadamente 5500 metros de altura) para los días (a) 09 de Agosto 06 UTC, (b) 11 de Agosto 12 UTC y (c) 15 de Agosto 00 UTC. En niveles altos, es decir 300 hPa, durante el día 8 el viento era leve del suroeste en la región Patagónica asociado al flanco suroeste de una vaguada. El día siguiente, el sistema de baja presión se encontraba al sur de la provincia de Buenos Aires, provocando la rotación de los vientos sobre la Patagonia, siendo así provenientes del sur. Ese mismo día, siguiendo el avance del sistema de baja presión los vientos continuaron rotando de manera ciclónica (sentido horario), alcanzando al final del día dirección suroeste, que se mantuvieron hasta el día 11 cerca de las 12 UTC. A las 18 UTC del día 11, asociado al eje de cuña que ingresó desde el oeste, los vientos prevalecieron del oeste hasta las 00 UTC del día 12. Durante este día se produjo el ingreso de una nueva vaguada desde el oeste, y con su avance hacia el este, los vientos del noroeste canalizados en la delantera de vaguada fueron incrementándose con el correr de los días, esta situación se mantuvo hasta el final del periodo de estudio. La circulación característica del periodo estudiado en 300 hPa se puede observar en la Figura 4. (a) (b) (c) Figura 4. Intensidad en m/s (sombreado), dirección del viento (barbas) y altura geopotencial en 300 hPa (aproximadamente 10.000 metros de altura snm) para los días (a) 09 de Agosto 06 UTC, (b) 11 de Agosto 12 UTC y (c) 15 de Agosto 00 UTC. De esta manera, los campos de viento en los distintos niveles de la atmósfera permitieron la dispersión de la pluma volcánica en variadas direcciones en las que la ceniza volcánica fue transportada. Asimismo, los procesos de mezcla turbulenta participaron en el transporte vertical de partículas entre los niveles de la atmósfera. 4.2. Validación de la dispersión modelada Las dos fases que conformaron la erupción del volcán Hudson durante Agosto de 1991 fueron monitoreadas por medio de diversos sensores remotos disponibles en la época. En este trabajo se emplearon para la validación de los resultados del modelo FALL3D imágenes AVHRR del satélite NOAA-11 de 4 km de resolución del National Oceanic and Atmospheric Science (NOAA). Además, se emplearon las imágenes de los sensores AVHRR del NOAA-11 y TOMS del satélite Nimbus-7 de NASA procesadas por Constantine et al. (2010). Cabe resaltar que la detección de la ceniza en suspensión mediante estos instrumentos está limitada por el tamaño de las partículas de cenizas suspendidas, la presencia de nubes meteorológicas por encima de la columna de ceniza, o la formación de hidrometeoros de ceniza y hielo entre otros (Kratzmann et al., 2010). Por lo tanto, los contornos que indican la presencia de ceniza a partir de las imágenes pueden no coincidir exactamente con los resultados del modelo. Para la detección de ceniza a partir de las imágenes AVHRR del NOAA-11 en este trabajo, se empleó el algoritmo de tres bandas de producto volcánico (TVAP) desarrollado por Ellrod et al. (2003). Este algoritmo plantea el uso de las tres bandas del infrarrojo centradas en las longitudes de onda de 3.9, 11 y 12 μm. La selección de las bandas mencionadas se basa en que la nube volcánica (o el dióxido de azufre asociado) tiene una absorción diferencial en las bandas de 3.9, 10.7 y 12 μm y además la ceniza tiene una gran reflectancia de la radiación solar a los 3.9 μm. El TVAP provee una mejor discriminación de las nubes de ceniza respecto de las meteorológicas en comparación con los métodos que emplean solo dos bandas y presenta mejores resultados durante las horas diurnas sobre cualquier superficie y nocturnas sobre cualquier cuerpo de agua (Ellrod et al., 2003). Asimismo, se emplearon las imágenes de la banda 4 (10.6 μm) del sensor AVHRR del NOAA-11 y las imágenes TOMS del satélite Nimbus de los trabajos de Constantine et al. (2000) y Kratzmann et al. (2010). La banda 4 del AVHRR es que la permite detectar nubes de ceniza opacas a la radiación UV saliente de la Tierra, mientras que las nubes de ceniza traslucidas pueden ser detectadas por la diferencia de temperaturas de brillo entre la banda de 11 y 12 μm (BTD), técnica desarrollada por Prata (1989). Este último método se evaluó para este evento pero no se lograron resultados comparables. Por otro lado, el instrumento TOMS es un espectrómetro que mide el albedo de la Tierra iluminada, dada la similitud con la absorción UV del O3 y el SO2, el SO2 puede ser cuantificado por estos datos (Krueger et al., 1995). A partir de los datos del TOMS se puede obtener el Índice de Aerosol (AI), que se obtiene a partir del contraste de bandas que son sensibles a la materia suspendida como el polvo, el humo y la ceniza volcánica (Constantine et al., 2000; Tupper et al., 2004). Dado que los vientos en los distintos niveles verticales de la atmósfera varían en dirección e intensidad, la dispersión de la pluma volcánica resulta afectada por las mismas en la columna de atmósfera, por ello para identificar la dispersión total de la pluma durante este evento se empleó la variable modelada por el FALL3D denominada column mass (tn/km2), es decir la masa total de ceniza por unidad de área integrada verticalmente. Durante la primera fase (8 al 9 de Agosto) de la erupción, el bajo contenido de ceniza de esta fase hizo difícil la definición de los bordes de la nube volcánica (Constantine et al., 2000). En determinadas ocasiones el algoritmo de TVAP (Ellrod et al., 2003) pudo detectar la presencia de la nube de cenizas y la misma tuvo una gran correlación con las regiones donde la masa de ceniza modelada por el FALL3D superaba las 500 Tn/km2 (Figura 5). En aquellas ocasiones donde las condiciones para la detección de cenizas mediante el algoritmo TVAP no son óptimas (presencia de nubosidad, cristales de hielo, etc.) la ausencia de valores que cumplan con el criterio fijado (valores mayores a 67) no implica la absoluta ausencia de cenizas en el aire. Un claro ejemplo se observa en la Figura 5 (a) donde fuera de la zona con valores superiores al criterio seleccionado y ligada a la boca del volcán se observan áreas de tonalidades oscuras, dichas regiones coinciden con la presencia de la pluma de cenizas, por lo que es probable que la dispersión modelada tenga una mayor correlación con la presencia real de cenizas. (a) (b) (c) (d) Figura 5. Comparación de la masa total por unidad de área integrada verticalmente por el modelo FALL3D respecto de la imagen AVHRR del satélite NOAA-11 empleando el algoritmo de tres bandas de producto volcánico (TVAP) desarrollado por Ellrod et al. (2003). Fase I: (a) 09 Agosto 18:17 UTC (b) 09 Agosto 18:00 UTC. Fase II: (c) 14 Agosto 19:10 UTC (d) 14 Agosto 19:00 UTC. Por otro lado, durante la segunda fase (11 al 15 de Agosto) se halló también una gran correspondencia entre las regiones donde el algoritmo TVAP detectaba ceniza y los resultados del modelo. Las Figuras 5 (c) y (d) reflejan lo mencionado, pero a diferencia de lo visto para el día 9, la cantidad de ceniza modelada para el día 14 no fue superior a 500 tn/km2 en cercanías al volcán. Esta diferencia pudo deberse a la falta de precisión en la determinación del fin de la erupción, pudiendo haber continuado en realidad por más horas de las que se emplearon en la inicialización del modelo, pese a este posible error los resultados obtenidos por el FALL3D muestran una gran confiabilidad. Así mismo, para afianzar las conclusiones sobre los resultados del modelo respecto de lo capturado por los satélites, se emplearon las imágenes obtenidas por Constantine et al. (2000) y también publicadas por Kratzmann et al. (2010). En la Figura 6 se observa a la izquierda (a) los contornos de las imágenes AVHRR del satélite NOAA-11 para los días 9, 12, 13, 14 y 15 de Agosto de 1991 y (c) los contornos de las imágenes del índice TOMS AI extraídos de Kratzmann et al. (2010). A la derecha de la Figura 6 se encuentran los respectivos contornos modelados por el FALL3D de la masa total de ceniza por unidad de área integrada verticalmente que mejor ajustaron la dispersión observada en las imágenes satelitales. En la mayoría de los días el contorno de 40 tn/km2 fueron los que tuvieron una mayor concordancia con las imágenes satelitales (Figura 6), a excepción del día 9 a las 14 UTC donde el contorno de 300 tn/km2 fue el más ajustado a la imagen satelital. El día 12 a las 19 UTC la dispersión modelada superior a 40 tn/km2 muestra una rama de dirección sur de acuerdo con la observada en la imagen satelital (Figura 6a y 6b), pero de menor extensión meridional, lo que pudo deberse a que el inicio de la erupción durante el día 12 ocurriera en horas previas a la inicialización del modelado. Otra posible causa, pudo ser la subestimación de la intensidad del viento del norte por el WRF-ARW, que también influiría en el ángulo de dispersión horizontal de la pluma que es mucho mayor que lo observado por el satélite para este día. El día 13 tanto la imagen AVHRR como la TOMS AI (Figura 6a y 6c) mostraron una dispersión de pluma en dirección este-sudeste, similar a la presentada por el modelo (Figura 6b y 6d). El ancho de la pluma modelada durante este día fue superior al detectado por los satélites, pudiendo deberse a la presencia de hidrometeoros o a la dispersión de partículas muy pequeñas no detectables por los satélites. El día 14, el modelo representó eficazmente la dispersión en dirección sureste, en parte debido a la presencia en el dominio de ceniza proveniente de la erupción previa. La imagen de este día de la 01:02 UTC (Figura 6a) mostró un ancho menor al modelado y una extensión longitudinal también menor. Nuevamente esto pudo deberse a las dificultades de los sensores remotos ya mencionadas. Un mejor ajuste entre la imagen satelital y la dispersión modelada se obtuvo a las 12 UTC. Finalmente durante el día 15 de Agosto Kraztmann et al. (2010), mencionó en su trabajo que la pluma fue estimada subjetivamente en la imagen AVHRR; por eso se encuentra representada en líneas punteadas de color rojo en la Figura 6a. Durante este día, posterior a la erupción más intensa de aproximadamente 18 km de altura (alrededor de las 00 UTC), probablemente el decaimiento de la columna eruptiva haya generado una menor inyección de ceniza en horas previas a la finalización de la erupción. Por lo que la combinación de nubosidad meteorológica y la reducción de la cantidad y tamaño de partículas en la atmósfera próximas al volcán pudieron impedir la clara identificación del extremo oeste de la pluma mediante los sensores remotos disponibles. -70° -60° -50° (a) FALL3D (b) -40° -50° (c) FALL3D (d) -40° -50° -70° -60° -50° Figura 6. Comparación de la dispersión capturada por la banda 4 del sensor AVHRR del satélite NOAA-11 y por el sensor TOMS respecto de la masa de ceniza por unidad de área integrada en la vertical obtenida por el FALL3D. (a) Referencia imágenes AVHRR (Kratzmann et al., 2010): 9 de Agosto 01:31 UTC (marrón), 9 de Agosto 14:27UTC (naranja), 12 de Agosto 19:02 UTC (azul), 13 de Agosto 02:14 UTC (verde), 14 de Agosto 01:02 UTC (amarillo), 15 de Agosto 13:00 UTC (rojo). (b) Masa total de ceniza integrada verticalmente en tn/ km2 para el 9 de Agosto 01:00 UTC (marrón), 9 de Agosto 14:00UTC (naranja), 12 de Agosto 19:00 UTC (azul), 13 de Agosto 02:00 UTC (verde), 14 de Agosto 01:00 UTC (amarillo), 15 de Agosto 13:00 UTC (rojo). (c) Referencia imágenes TOMS AI: 13 de Agosto 11:30 UTC (verde), 14 de Agosto 11:48 UTC (amarillo), 15 de Agosto 11:00 UTC (rojo). (d) Masa total de ceniza integrada verticalmente en tn/ km2 para el 13 de Agosto 11:00 UTC (verde), 14 de Agosto 12:00 UTC (amarillo), 15 de Agosto 11 UTC (rojo). Las imágenes a) y c) muestran en punteado gris los contornos de los depósitos de 0.1 cm de espesor obtenidos para la fase I (Naranjo et al., 1993) y la II (Scasso et al., 2000). Estas imágenes fueron extraídas de Kratzmann et al. (2010). Como parte del análisis, también se estudió la relación entre la visibilidad y la concentración de ceniza a 1000 metros de altura. Los datos de visibilidad fueron obtenidos a partir de las observaciones registradas en las estaciones meteorológicas del SMN-ARG. En la Figura 7a se observa la fuerte relación entre el aumento de la concentración de ceniza a 1000 metros de altura asociada a la fase I (del 08 al 09 de Agosto de 1991) de la erupción y la reducción de la visibilidad en la ciudad de Esquel (lat: -42.91, lon:-71.32), Pcia. de Chubut. En la Figura 7b se observa lo mismo para la ciudad de San Julián (lat:-49.9, lon:-67.47) Pcia. de Santa Cruz para la fase II, aunque en este caso las observaciones meteorológicas no presentan la regularidad (horarias) del caso de Esquel. Esquel: visibilidad vs. concentración a 1000 m 1,20E-02 6,00E-03 4,00E-03 90 90 9,00E-01 80 80 8,00E-01 70 70 7,00E-01 60 50 40 30 20 2,00E-03 0,00E+00 80 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 99 99 99 99 99 99 99 99 99 99 99 99 99 99 99 99 99 99 81 81 81 081 081 081 081 081 081 081 081 081 081 081 081 081 081 081 90 90 10 10 11 11 11 12 12 13 13 13 14 14 15 15 16 10 concentración 0 visibilidad 6,00E-01 5,00E-01 4,00E-01 3,00E-01 60 50 40 30 2,00E-01 20 1,00E-01 10 0,00E+00 0 visibilidad 8,00E-03 San Julián: visibilidad vs. concentración a 1000 m 1,00E+00 visibilidad concentración 1,00E-02 (b) concentración (a) concentración visibilidad 91 91 91 91 91 91 91 91 19 19 19 19 19 19 19 19 08 08 08 08 08 08 08 08 13 13 13 14 14 15 15 15 Figura 7. Relación entre la reducción de visibilidad y el aumento de la concentración de ceniza a 1000 metros de altura para la ciudad de: (a) Esquel a 560 m. asm, (b) San Julián aprox. 62 m. asm. Este análisis permite concluir en que la efectividad del modelo FALL3D en representar la dispersión de la pluma volcánica durante la erupción del volcán Hudson en Agosto de 1991 fue alta, encontrando diferencias entre la ceniza detectada por los satélites de la época cuyo probable origen haya residido en la incertidumbre de la cronología de altura de la columna eruptiva, en la resolución del modelo meteorológico y en la granulometría empleada por el modelo. Asimismo, se halló en algunas localidades una alta correlación entre la reducción de la visibilidad y el aumento de la concentración de ceniza a 1000 metros, lo que permitiría el empleo de este modelo también para el pronóstico de la reducción de visibilidad en eventos futuros, aunque el mismo no considera la remoción y removilización por el viento de la ceniza depositada en superficie. 4.3. Validación del depósito modelado Durante la fase I (del 08 al 09 de Agosto) la pluma volcánica se dispersó en dirección nor-noreste, y consecuentemente las partículas de ceniza se depositaron en esta dirección, pero debido a la baja cantidad de piroclástos producidos durante esta fase (0.2 km3 según Naranjo et al., 1993 y Scasso et al., 1994) y la intensidad de los vientos no fue posible la generación del mapa de isopacas. Durante la fase II (del 11 al 15 de Agosto), grandes cantidades de ceniza fueron inyectadas y dispersadas en la atmósfera, siendo el volumen estimado depositado en superficie (Scasso et al. 1994) en 4.35 km3.Asimismo este autor estimó extrapolando el volumen probable sedimentado sobre el mar en 7.6 km3. En este trabajo, para validar los resultados obtenidos por el FALL3D de depósito en superficie, se empleó el mapa de distribución de isopacas (cm) de cenizas obtenido por Scasso et al. (1994) durante el período del 11 al 15 de Agosto mediante la toma de muestras en aproximadamente 200 sitios (Figura 8). Se pude observar que el borde exterior del depósito total, es decir el contorno externo de la isopaca de 0.1 cm, modelado por el FALL3D (Figura 8b) tiene una gran concordancia con el contorno exterior de 0.1 cm obtenido por Scasso et al. (1994) (Figura 8a). Asimismo, el depósito modelado por el FALL3D (Figura 8b) muestra una bifurcación del máximo distal en respuesta a la variación de la dispersión debida a la rotación del viento que inicialmente era ESE del 12 al 14 y luego rotó al SE el día 15, esta misma característica la destacó Scasso en su trabajo de 1994 y se observa en la Figura 6a. (a) (b) Figura 8. Mapa de distribución de isopacas (cm) del depósito de cenizas para la erupción del volcán Hudson obtenidas para el 12 al 15 de Agosto de 1991 por: (a) Scasso et al. (1994) (b) el modelo FALL3D. No obstante, el máximo espesor en zonas proximales al volcán Hudson, (Figura 8b) fue subestimado por los resultados del FALL3D al compararlo con la Figura 8a. Esto se debe probablemente a la subestimación de la presencia de partículas de gran tamaño hecha al estimar la distribución total de tamaños de partículas a partir de los datos de Scasso et al. (1994). Mientras que los otros dos máximos relativos observados en la en zonas distales (Figura 8b), sobrestiman los depósitos obtenidos durante el trabajo de campo. Dado que las muestras tomadas para la Figura 8a se obtuvieron en días posteriores a la ocurrencia del depósito, la presencia de vientos muy intensos, visto en la sección 4.1, pudieron remover el material inicialmente depositado brindando menores espesores. 5. Conclusiones Este trabajo se centró en el estudio del modelado de la erupción del volcán Hudson (ubicado al sur de Chile) con el modelo de dispersión y depósito de cenizas volcánicas FALL3D (Costa et al., 2006; Folch et al., 2009). La detección de la ceniza en suspensión mediante sensores remotos pudo encontrarse limitada por el tamaño de las partículas de cenizas suspendidas, la presencia de nubes meteorológicas por encima de la columna de ceniza, la formación de hidrometeoros de ceniza y hielo, entre otros (Kratzmann et al., 2010), por lo cual los contornos que indicaban la presencia de ceniza a partir de las imágenes pudieron no coincidir exactamente con los resultados del modelo. Más allá de esto, las comparaciones entre los resultados del modelo y los datos satelitales mostraron una correlación significativa, que podría mejorarse al incrementar la precisión de los datos meteorológicos y la configuración de las características volcanológicas, como la altura de columna eruptiva y la distribución granulométrica. Así mismo se halló una alta correlación entre la reducción de la visibilidad y el aumento de la concentración de ceniza a 1000 metros, aunque el modelo no considera la remoción y removilización por el viento de la ceniza depositada en superficie. Esto evidencia la utilidad de este parámetro en el eventual pronóstico de visibilidad para las ciudades que fueran afectadas por una nube de ceniza. Finalmente en cuanto al depósito modelado se obtuvieron buenos resultados respecto de los obtenidos en campo por Scasso et al. (1994) y nuevamente las deficiencias en los resultados en zonas proximales pudieron deberse a la subestimación de la proporción de partículas grandes en la distribución total de tamaños de partículas, y en zonas medias y distales por la posible removilización por el viento de las partículas depositadas. Probablemente estos resultados mejoren al incorporar los procesos de interacción entre partículas y los procesos de agregación. El empleo de estos modelos para reproducir eventos del pasado permite verificar el desempeño de los mismos y colabora con el mejoramiento de la configuración de los mismos para su posterior empleo para el pronóstico operativo en el caso de situaciones de emergencia y la realización de futuros escenarios de desastres. Agradecimientos Este trabajo fue realizado en el marco del proyecto “Aplicaciones de modelos numéricos de última generación, en el ámbito del Servicio Meteorológico Nacional para el pronóstico del tiempo. Estudios de vulnerabilidad del medio ambiente e impacto socioeconómico”, PIDDEF 41/10 del Ministerio de Defensa. Los datos AVHRR del satélite NOAA-11 pertenecen a la base Comprehensive Large ArrayData Stewardship System (CLASS) del National Oceanic and Atmospheric Science (NOAA). Se agradece a la Dra. C. Risso, al Dr. J.G Viramonte, al Dr. R.A. Scasso y al Dr. D.J. Kratzmann por el asesoramiento brindado para el desarrollo de este trabajo. Finalmente, queremos agradecer también el apoyo de la “Red iberoamericana para el monitoreo y modelización de cenizas y aerosoles volcánicos y su impacto en infraestructuras y calidad del aire” (proyecto CYTED 410RT0392). Bibliografía Bursik, M. (2001). Effect of wind on the rise height of volcanic plumes. Geophys. Res. Lett. 18, 3621– 3624. Carey, S.N. and Sparks, R.S.J. (1986). Quantitative models of fallout and dispersal of tephra from volcanic eruption columns. Bulletin of Volcanology, 48, 109-125. Cevo, J. 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