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República de Colombia
Corte Suprema de Justicia
Acción de tutela
Radicado 39221
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACIÓN PENAL - SALA DE DECISIÓN DE TUTELAS
Magistrado Ponente
JAVIER ZAPATA ORTIZ
Aprobada acta número 326
Bogotá. D.C., once (11) de noviembre de dos mil ocho (2008)
Decide la Sala la demanda de tutela interpuesta por JAIRO LIZARAZO
VILLEGAS, en contra de la SALA PENAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE
NEIVA, por la presunta vulneración de los derechos fundamentales del
debido proceso y acceso a la Administración de Justicia, actuación a la
cual fue vinculada la SALA ADMINISTRATIVA DEL CONSEJO
SECCIONAL DE LA JUDICATURA DEL HUILA.
ANTECEDENTES
y
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN
1.
Mediante sentencia proferida el 12 de enero del año 2006 el
actor fue condenado por el Juzgado Penal del Circuito Especializado de
Neiva a la pena principal de 12 años de prisión, como responsable de
los delitos de hurto agravado, secuestro simple y porte ilegal de
armas, por hechos que tuvieron ocurrencia el 25 de agosto de 2004 y
a raíz de los cuales actualmente se encuentra intramuros.
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2.
Contra la anterior decisión interpuso su defensa recurso de
apelación, mismo que correspondió conocer a la Sala Penal del
Tribunal Superior de la citada ciudad, a la cual acusa de vulnerar sus
derechos fundamentales del debido proceso y acceso a la
Administración de Justicia, en tanto han transcurrido dos años y medio
sin que se pronuncie sobre tal alzada.
3.
En su criterio le han vulnerado los derechos invocados pues no
ha podido tramitar sus beneficios jurídicos “...como permiso de hasta 72
horas, la fase de mediana seguridad, mi redención de pena e inclusive el beneficio
del 10% de rebaja”. No puede, apunta, sufrir las consecuencias de la
congestión judicial.
TRÁMITE Y RESPUESTA DE LAS AUTORIDADES ACCIONADAS
A la actuación fue vinculado inicialmente la Sala Penal del Tribunal
Superior de Neiva y se pronunció al respecto el Magistrado Álvaro
Augusto Navia Manquillo -quien funge como sustanciador del asunto donde el
actor está involucrado- en los siguientes términos:
a.
El proceso penal llegó a su despacho el día 23 de marzo de
2006.
b.
Ejerce como magistrado de la Sala demandada desde el 5 de
septiembre de 2008.
c.
La mora no le es imputable pues al asumir el cargo encontró
diversos asuntos en estado de mora, los cuales incluso datan
del año 2002, “...sin que se hiciera entrega formal del despacho”.
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d.
Dadas las anómalas circunstancias encontradas, solicitó
colaboración a la Sala Administrativa del Consejo Seccional
de la Judicatura del Huila, que se encuentra realizando una
revisión y constatación de las mismas.
e.
Ha dado prioridad a los procesos con detenido y los que están
próximos por prescribir.
f.
Concluye: “...se hace lo humanamente posible en esa dirección.”
Dado el anterior informe, se procedió a vincular a la actuación a la
Sala Administrativa del Consejo Seccional de la Judicatura de Huila, la
cual se pronunció así:
a.
La verificación de las situaciones expuestas por el magistrado
sustanciador tuvo lugar los días 21, 22, 23, 28 y 30 de
octubre de 2008, levantándose el acta correspondiente el 30
de ese mismo mes y año.
b.
Como resultado de lo anterior, se compulsó copias al Consejo
Superior de la Judicatura para que proceda a investigar
disciplinariamente a quien anteriormente regentaba la
titularidad del despacho demandado.
Igualmente, “...se
analizará la estadística que rinden en la página web los Magistrados
que conforman la Sala Penal del Tribunal Superior a que pertenece el
solicitante, a efecto de si se considera viable preparar propuesta de
descongestión para ser presentada ante el Superior.” Esa propuesta
de descongestión, más adelante señala, debe ser sustentada
y aprobada por el Consejo Superior, lo que requiere un
término prudencial.
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c.
Se socializó con el magistrado a fin de “...atender con mayor
cuidado y dedicación aquellos procesos que se registraron ad portas de
prescribir, a lo cual advirtió el respeto que se debe tener por el turno de
ingreso al despacho y sobre la cantidad de procesos con detenido que
allí cursan, circunstancias claramente advertidas en la visita.”
d.
Respecto al punto “(r)repercusiones directas de estas medidas frente
al proceso penal en que se encuentra el accionante Jairo Lizarazo
Villegas, se debe informar que en relación a las recomendaciones
propuestas al Magistrado de conocimiento, es de esperar que el caso
del accionante sea atendido de acuerdo con los turnos, dado que no es
el único caso. Además, evitar posibles prescripciones con otros procesos
que se encuentran en similares condiciones.”
Anexó copia del acta de visita y de la relación de procesos que cursan
en el despacho judicial accionado.
CONSIDERACIONES DE LA CORTE
La Sala concederá el amparo solicitado por la parte demandante, pues
encuentra que se ha vulnerado su derecho fundamental del debido
proceso por la mora judicial en que se ha incurrido frente al recurso de
apelación
oportunamente
interpuesto.
Empero,
destaca
esta
Colegiatura que esa vulneración no es responsabilidad del actual
titular del despacho a quien por reparto correspondió la sustanciación
de la actuación, pues desproporcionado sería acusarlo por la
morosidad imperdonable en que se encuentran procesos que han
permanecido sin definición desde el año 2002 -tal como él lo informa-,
cuando apenas hace pocos meses asumió su titularidad e informó al
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respecto, diligentemente, a la Sala Administrativa del Consejo
Seccional de la Judicatura del Huila.
Ese estado irregular de cosas que ha ocasionado que desde el día 23
de marzo de 2006, hace más de dos años y siete meses, esté sin
resolver la apelación que la defensa del actor interpuso contra la
sentencia de primer grado, quién además se encuentra privado de la
libertad, no puede justificarse sólo a partir del cúmulo de trabajo y la
congestión que afronta el despacho, pues son circunstancias ajenas y
que no pueden ser imputadas al procesado, a quien el Estado por
intermedio de su Rama Judicial le debe respeto y lealtad, en especial
cuando su actividad está expresamente regulada en actos y términos,
como en efecto lo están los procesos judiciales.
En ese mismo sentido, si bien es posible que en casos especiales la
mora en la toma de decisiones esté justificada, se requiere no sólo el
relato de un estado de cosas que, lógicamente, perjudican la gestión
de las autoridades demandadas, sino también acreditar acciones
proactivas a fin de solucionar el grado de congestión o inconveniencia
que pueda en un momento dado presentarse.
En esa medida, la autoridad judicial no puede limitarse a mostrar un
grado de congestión en el despacho, si a la vez no indica y prueba
cuáles han sido las gestiones que proactivamente ha realizado a fin de
solucionar dicha situación. En ese ejercicio, válido puede ser, por
ejemplo, poner en conocimiento de ese escenario a las autoridades
superiores o encargadas administrativamente de intervenir a fin de
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propiciar una administración de justicia más eficiente, las cuales, a su
vez, informadas al respecto, también les corresponde una correlativa
obligación de actuar inmediatamente con medidas que impacten
directamente en las situaciones anómalas encontradas. Si a pesar de
esos esfuerzos o de otros que en sentido similar pueda emprender, la
situación simplemente escapa de su control, la mora en que pueda
incurrir frente a los términos que la ley le concede para decidir los
asuntos a su cargo, estaría ahí sí justificada.
Recordemos que la Constitución Política establece:
“Artículo 29. (…).
“Nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes
preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal
competente y con observancia de la plenitud de las formas
propias de cada juicio.
“(…)
“(…). Quien sea sindicado tiene derecho (…) a un debido
proceso público sin dilaciones injustificadas; …” –-Resaltado
fuera de texto-
“Artículo 228. (…). Los términos procesales se observarán con
diligencia y su incumplimiento será sancionado. (…)”.
Igualmente la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia prevé:
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“Artículo 4º. CELERIDAD. La administración de justicia debe
ser pronta y cumplida. Los términos procesales serán
perentorios y de estricto cumplimiento por parte de los
funcionarios judiciales. Su violación constituye causal de mala
conducta, sin perjuicio de las sanciones penales a que haya
lugar”.
“Artículo 7º. EFICIENCIA. La administración de justicia debe ser
eficiente. Los funcionarios y empleados judiciales deben ser
diligentes en la sustanciación de los asuntos a su cargo, sin
perjuicio de la calidad de los fallos que deban proferir
conforme a la competencia que les fije la ley.
De las disposiciones normativas transcritas se puede inferir la
obligación, que vincula a todas las autoridades públicas, de adelantar
de manera rápida y diligente todos los asuntos sometidos a su
conocimiento. La Corte Constitucional1 ha señalado en varias
oportunidades, que de la interpretación sistemática de los artículos 29
y 228 de la Constitución se deduce el deber de todos los funcionarios
de observar rigurosamente los términos procesales señalados para las
diferentes actuaciones adelantadas frente al Estado2.
Ahora bien, respecto de la mora judicial, tal como la ha entendido la
jurisprudencia, viola el derecho fundamental de acceso a la
administración de justicia cuando la dilación en el trámite de una
actuación, no es originada en la complejidad del asunto.
1
Ver, entro otras, las sentencias T-348 de 1993, T-502 de 1997, T-577 de 1998, T- 1227 de
2001, C-012 de 2002.
2 Ver sentencia T-1249 de 2004.
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En ese sentido, también ha dicho esta Sala:
“La carga laboral de los jueces, podría servir de fundamento para
exonerarlos de responsabilidades disciplinarias, pero de ninguna
manera justifica limitaciones a los derechos fundamentales al debido
proceso y acceso a la administración de justicia de los ciudadanos,
por cuanto, de una parte, es deber de los funcionarios jurisdiccionales,
hacer los correctivos y solicitar las ayudas administrativas necesarias
para poner al día sus despachos y de otra, es obligación de las
autoridades administrativas, apoyar la función jurisdiccional para el
cabal cumplimiento de los fines Estatales.”3
En el caso que concita la atención de la Sala, existe un estado de
cosas inconstitucional que impacta directamente la situación del
accionante, quien ha esperado más de dos años y siete meses sin
conocer aún las resultas de la apelación que interpuso contra la
sentencia de primer grado. Esa situación, se reitera, no es
responsabilidad del actual titular del Despacho a quien por reparto
correspondió sustanciar el asunto, pues su posesión en el cargo de
magistrado no supera los tres meses -“asumí esta Magistratura el día 05 de
septiembre de 2.008” (fl. 18)-.
Ese estado de cosas, inconstitucional a todas luces, constituye una
consecuencia de causas que están por identificar, aunado a
responsables que tampoco se han establecido -ya en esa vía se
compulsaron copias para investigar disciplinariamente al anterior titular del
despacho-, todo lo cual permite hablar, en este evento, de la
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denominada vía de hecho por consecuencia, situación que se presenta
cuando:
“La vía de hecho por consecuencia se concibe, en relación específica
con el juez, como medio para ofrecer al sistema judicial
un
mecanismo que permita proteger a la persona contra violaciones al
debido proceso o a otros derechos fundamentales inducidas por otras
autoridades o por particulares. Así, a la par que protege a la persona
en sus derechos, se erige en medio para que el sistema judicial evite
ser manipulado o se desvíe, sin intención, de sus funciones.”4 T-362
de 2002
Cabe destacar, que frente a la situación puesta de presente, si bien el
magistrado
sustanciador
actuó
diligentemente
poniendo
en
conocimiento de la misma a la Sala Administrativa del Consejo
Seccional de la Judicatura del Huila, de parte de esta Corporación no
se muestra una respuesta concreta respecto al problema planteado.
En esa medida, la simple constatación de que lo dicho por ese
magistrado es cierto, si bien puede tener la virtud dejar a salvo su
responsabilidad, no tiene ningún efecto concreto en el proceso penal
donde el actor se encuentra involucrado, como tampoco lo tiene la
eventual “viabilidad” de un proyecto de descongestión de la Sala
demandada.
Se echan de menos soluciones concretas e inmediatas y, a falta de
éstas, la tutela debe prosperar en tanto, cabe anotarlo, el hecho de
que por atender el asunto del demandante otros puedan prescribir, no
3
4
Fallo de tutela de 12 de agosto de 2008, radicación 38095.
Sentencia Corte Constitucional T-362 de 2002.
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constituye una justificación para que sus reclamos sean desatendidos,
pues la prescripción como tal no es un beneficio para el procesado
sino un castigo para el Estado por su actuar negligente, incuria que en
el sub lite está más que acreditada. Ese argumento también se
derrumba si se compara la situación de los procesados que no se
encuentran privados de la libertad pero sí frente acciones penales al
borde de la prescripción, pues a pesar de gozar de esa preciada
garantía, recibirían mejor trato que aquellos que se encuentran
intramuros, en ambos casos con términos vencidos y en ambos
víctimas de la morosidad injustificada del aparato judicial.
Y como aquí no se ha hecho referencia a la complejidad del asunto,
misma que acreditada podría ser factor justificador de la mora, cabe
entonces otorgar protección al accionante y ordenar a la Sala Penal
demandada pronunciarse inmediatamente sobre la apelación que
interpuso contra la decisión condenatoria de primer grado,
extendiendo la orden de protección a la Sala Administrativa del
Consejo Seccional de la Judicatura del Huila, la cual deberá
implementar, para efectos del cumplimiento de lo anterior y la no
afectación de la prestación normal del servicio y el trámite de los
demás asuntos que tenga la Sala Penal, los medios administrativos
que considere más adecuados, los cuales serán ejecutados en activa
colaboración con la Sala de conocimiento.
Como para lo anterior se requiere primero la Coordinación de la Sala
Administrativa con la Sala Penal demandada, a ésta última se le
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concederá un término mayor para el cumplimiento de la orden de
amparo.
En mérito de lo expuesto, LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SALA DE
CASACIÓN PENAL – EN SALA DE DECISIÓN DE ACCIONES DE TUTELA,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de
la Ley,
RESUELVE
CONCEDER el amparo de los derechos fundamentales al debido
proceso y acceso a la administración de justicia de JAIRO LIZARAZO
VILLEGAS, en contra de las autoridades indicadas en la presente
decisión.
ORDENAR a la SALA PENAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE NEIVA,
resolver en el término de tres (3) días, contados a partir de la
notificación de esta providencia, el recurso de apelación formulado por
el accionante en contra de la sentencia de 12 de enero de 2006,
proferida por el Juzgado Primero Penal del Circuito Especializado de
esa misma ciudad.
ORDENAR a la SALA ADMINISTRATIVA DEL CONSEJO SECCIONAL
DE LA JUDICATURA DEL HUILA implementar, en el término de 48 horas
siguientes a la notificación de la presente providencia, los medios
administrativos que para el efecto considere más adecuados, a fin de
que la SALA PENAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR de esa misma ciudad,
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evacue sin perjuicio de otros asuntos que tenga a su cargo, el recurso
de apelación interpuesto por el accionante, de conformidad con las
consideraciones de esta decisión.
NOTIFICAR esta providencia de conformidad con el artículo 30
del Decreto 2591 de 1991.
REMITIR el expediente a la Corte Constitucional para su eventual
revisión, una vez en firme.
NOTIFIQUESE y CUMPLASE
JOSÉ LEONIDAS BUSTOS MARTÍNEZ
JULIO ENRIQUE SOCHA SALAMANCA
JAVIER ZAPATA ORTIZ
TERESA RUIZ NÚÑEZ
Secretaria
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