sylabus soberania II

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RED NACIONAL UNIVERSITARIA
SYLLABUS GENÉRICOS
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Relaciones Internacionales
CUARTO SEMESTRE
SYLLABUS DE LA ASIGNATURA DE
SOBERANIA Y LIMITE II
ELABORADO POR: LIC. JUAN CARLOS PRADO YEPEZ
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II. PROGRAMA ANALITICO DE LA ASIGNATURA.
UNIDAD I:
TEMA 1. La geopolítica chilena y su efecto en Bolivia
1.1. Objetivos geopolíticos.
1.2. La “Conciencia de Montaña”.
1.3. La geopolítica hacia el sur.
TEMA 2. Planes chilenos para desviar aguas bolivianas.
2.1. Proyectos respecto al agua.
2.2. El desvío del río Lauca.
2.3. El problema de la sequedad.
TEMA 3. Proyecciones de Bolivia sobre el Litoral peruano.
3.1. Antecedentes históricos trascendentes.
3.2. El acuerdo de 1950.
3.3. Puertos peruanos proclives a Bolivia.
TEMA 4. Efectos de la guerra del pacifico.
4.1.
4.2.
4.3.
4.4.
4.5.
Chile y la guerra del pacifico.
Recursos mineros.
Lago Titicaca Lago Poopo.
El oleoducto Sica Sica - Arica.
Remoción de hitos.
TEMA 5.El proyecto de la exportación del gas y las relaciones
boliviano chilenas.
5.1.
5.2.
5.3.
5.4.
Factores adversos para el crecimiento chileno.
Tratado de Ancón y de Lima.
Nota ultimátum de Koening.
Títulos de posesión de Bolivia en el pacifico.
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TEMA 6. El tema marítimo.
6.1.
6.2.
6.3.
6.4.
EEUU y el Vaticano.
La política exterior y el mar.
Importancia del Litoral para Bolivia.
Negativa de Chile para ceder una costa a Bolivia.
III ACTIVIDADES PROPUESTAS PARA LAS BRIGADAS UDABOL
Las Brigadas están destinadas a incidir de manera significativa en la formación
profesional integral de nuestros estudiantes y revelan las enormes potencialidades que
presenta esta modalidad de la educación superior no solamente para que conozcan a
fondo la realidad del país y se formen de manera integral, sino, además, para que
incorporen a su preparación académica los problemas de la vida real a los que resulta
imperativo encontrar soluciones desde el campo profesional en el que cada uno se
desempeñará.
El trabajo de las Brigadas permite que nuestros estudiantes se conviertan a mediano
plazo en verdaderos investigadores, capaces de elaborar y acometer proyectos de
desarrollo comunitario a la vez que se acostumbren a trabajar en equipos
interdisciplinarios o multidisciplinarios como corresponde al desarrollo alcanzado por la
ciencia y la tecnología en los tiempos actuales.
La ejecución de diferentes programas de interacción social y la elaboración e
implementación de proyectos de desarrollo comunitario derivados de dichos
programas confiere a los estudiantes, quienes son, sin dudas, los más beneficiados
con esta iniciativa, la posibilidad de:
-
Desarrollar sus prácticas pre-profesionales en condiciones reales y tutorados por
sus docentes con procesos académicos de enseñanza y aprendizaje de verdadera
“aula abierta”-
-
Trabajar en equipos, habituándose a ser parte integral de un todo que funciona
como unidad, desarrollando un lenguaje común, criterios y opiniones comunes y
planteándose metas y objetivos comunes para dar soluciones en común a los
problemas.
-
Realizar investigaciones multidisciplinarias en un momento histórico en que la
ciencia atraviesa una etapa de diferenciación y en que los avances tecnológicos
conllevan la aparición de nuevas y más delimitadas especialidades.
-
Desarrollar una mentalidad, crítica y solidaria, con plena conciencia de nuestra
realidad nacional.
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ACTIVIDADES A REALIZAR VINCULADAS CON LOS CONTENIDOS DE
LA MATERIA
TAREAS
TEMA(S)
PROPUESTAS
QUE
CON
LOS LUGAR DE ACCIÓN
FECHA
PREVISTA
SE RELACIONA
Visita a las fronteras Bolivianas
Unidad I
Puerto
Suarez
y
Yacuiba
Prácticas
reales
sobre Unidad I: .
aplicación de los conocimientos UnidadII: Unidad
Santa
Cruz
de
la
Sierra, ciudad capital
adquiridos el análisis de las
RRIOI
Participación en la IV Jornadas Unidad I, II, III,
UTEPSA
Latinoamericanas de Historia
de Relaciones
Internacionales
Participación y organización de Unidad I,II,III
Oficina
Regional
actividades con el Instituto de
Cancilleria
Relaciones Internacionales de
Santa Cruz
Viaje a Chile al VI Encuentro de Unidad I,II,III
Historiadores
e
Iquique - Chile
Intelectuales
Bolivia – Chile
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de
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IV.- EVALUACION DE LA ASIGNATURA

Procesual o Formativa
A lo largo del semestre se realizaran exposiciones, work papers, lectura de
obras, DIF además de otras actividades en aula: también se contaran los
trabajos en campo de las brigadas en los diferentes eventos de historia. Todos
ellos se evaluaran sobre 50 puntos

De Resultados de los Procesos de Aprendizaje o Sumativa
Se realizaran dos evaluaciones parciales con contenido teórico y práctico. La
evaluación final consistirá en un examen escrito y en la presentación de
documentos resultantes del trabajo practico
V. BIBLIOGRAFIA.

FORTEZA, Roxana. Apuntes Sobre Teorías de Relaciones
Internacionales. Alar Ediciones. Santa Cruz – Bolivia. 2005. T3.

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO,
UDAPEX. Diálogos de Política Exterior Boliviana. Editores Muela
del Diablo. La Paz – Bolivia. 2005. 327.1 Ud1

FERNANDO SALAZAR PAREDES, Hacia una Nueva Política Exterior
Boliviana. Cerid. La Paz - Bolivia. 2000. 327.1 Sa31
VI. CONTROL DE EVALUACIONES
1° evaluación parcial
Fecha
Nota
2° evaluación parcial
Fecha
Nota
Examen final
Fecha
Nota
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APUNTES
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VII. PLAN CALENDARIO
SEMAN
A
1ra.
2da.
3ra.
4ta.
5ta.
6ta.
7ma.
8va.
9na.
10ma.
11ra.
12da.
13ra.
14ta.
15ta.
16ta.
ACTIVIDADES ACADÉMICAS
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
Avance de
materia
OBSERVACIONES
Tema 1 – 2
Tema 3 – 4
Tema 5
Tema 6
Tema 7
Primera Evaluación Presentación de Notas
Primera Evaluación Presentación de Notas
Tema 8 – 9
Tema 10 – 11
Tema 12
Tema 13
Tema 14 – 15
Segunda Evaluación Presentación de Notas
Segunda Evaluación Presentación de Notas
Tema 16 – 17
Tema 18 – 19
17ma.
Evaluación final
Presentación de Notas
18va.
Evaluación final
Presentación de Notas
19na.
Evaluación del segundo turno
Presentación de Notas
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PROGRAMA DE CONTROL DE CALIDAD
WORK PAPER # 1
UNIDAD O TEMA: Unidad I, Tema I
TITULO: LA GEOPOLITICA CHILENA Y SU EFECTO EN
BOLIVIA
FECHA DE ENTREGA:
PERIODO DE EVALUACIÓN: Primera Evaluación.-
LA GEOPOLÍTICA CHILENA Y SU EFECTO EN BOLIVIA
Las ideas geopolíticas de Lewis Tames, aún con sus errores
hidrográficos, nos permiten introducir que la conquista del Heartiand
ha sido una constante geopolítica de los países que nos rodean.
Chile, un país estrecho, sujeto a la Cordillera de los Andes y el mar,
no tiene posibilidad de aumentar su producción agrícola e industrial,
porque todo su territorio está desarrollado y explotado al máximo,
mientras que su población crece a la par de sus necesidades. En
razón de ello, aspira a repetir el ciclo de 1879 y hoy mira con codicia
los yacimientos mineralógicos de Potosí, Oruro, Cochabamba y La
Paz, con cuyas riquezas podrían tener un nuevo auge económico y
convertirse en su mayor ambición, en una potencia sudamericana de
primer orden.
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Como no tiene posibilidades de ensanchar su territorio hacia el
sudeste, frente a su vecino la Argentina, busca como es lógico el
punto débil, concentrando toda su atención y su política diplomática
hacia Bolivia, cuyas porciones del rico territorio pretende conseguir
con el señuelo de un corredor marítimo para que nuestro país
obtenga acceso al mar.
Su diplomacia es tan hábil, que seguramente pretende obtener otros
lugares de acceso estratégico hacia el altiplano, para, más adelante
contar con puntos de apoyo directos que su pretendida conquista de
los sitios que le interesen geopolíticamente.
Las pretensiones Chilenas hacia el sur se extienden hasta el mismo
polo y abarcan desde el meridiano 53° hasta 90°, incluyendo las islas
Ashetland sur en la parte mas austral del continente, teniendo
presión con la Argentina por cuestión del canal de Beagle, los hielos
polar en definitiva la Antártida".
En la actualidad, la geopolítica de Chile está orientada para cumplir
tres objetivos fundamentales.

El Derecho de un gran Poder Marítimo.

Crear en su población la "Conciencia de Montaña", es decir el
dominio del altiplano boliviano y peruano".

Impulsar el Poder Económico Industrial hasta un primer plano
entre los países Sudamérica.
Chile
pretende
una
"Conciencia
de
Montaña",
es
decir
una
penetración a América tierra adentro, como una constante geopolítica
fundamental, así como la penetración hacia la masa continental a
través de las líneas de resistencia de
menos esfuerzo y que
fundamentalmente considera que es Bolivia.
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Esta intención tiene el objetivo de penetración hacia las grandes
riquezas del altiplano, por lo tanto su gravitación y su línea de tensión
más importante es la penetración hacia los Lípez y el Salar de Uyuni y
las aguas del lago Titicaca para irrigar y vitalizar el Norte de Chile o
sea Azapa y la Pampa de Tamarugal.
CUESTIONARIO WORK PAPER 1
1. ¿Qué características principales encuentra en Chile?
2. ¿Qué mira Chile en estos días de Bolivia?
3. ¿Cuál es la pretensión chilena hacia el sur?
4. ¿Qué busca la geopolítica chilena?
5. ¿Qué es para Chile la “Conciencia de montaña” ?
6. ¿Conque países sudamericanos Chile congenia?
WORK PAPER # 2
UNIDAD O TEMA: Unidad 2, Tema 2
TITULO: PLANES CHILENOS PARA DESVIAR AGUAS
BOLIVIANAS
FECHA DE ENTREGA:
PERIODO DE EVALUACIÓN: Primera Evaluación.-
Planes chilenos para desviar aguas bolivianas
En la zona Norte de Chile no llueve nunca los cursos miserables de
aguas fluviales si no se desplazan sobre costosos canales, se insumen
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a
poco de llegar a los arenales y los centros industriales
establecidos,
en
excepcionales
para
aquel
sector
abastecer
precisan
de
energía
adoptar
hidroeléctrica
medidas
a
sus
actividades en forma regular y menos onerosa.
Hasta el presente se ha recurrido a tres alternativas para solucionar
el problema de la sequedad.
a) acudir a procedimientos artificiales para desalar el agua del mar.
b) Extraer agua mediante procedimientos o perforaciones profundas
en los arenales, cosa muy improbable.
c) Busca la manera de utilizar aún más las aguas dulces de la Cuenca
del Altiplano Boliviano.
Esta última posibilidad abre para Chile una nueva era de prosperidad,
porque el aprovechamiento de la fuerza hidroeléctrica de los lagos del
altiplano les da la perspectiva no sólo de regar las áridas tierras de la
esforzada zona norte, sino de proporcionar energía abundante al
cobre y al salitre, disminuyendo sus costos para el desarrollo y el
progreso técnico de transformación de los salares.
Tan ostensible es la necesidad que sostiene el norte chileno de las
aguas bolivianas que, como una manera de concordar en que el
desarrollo de esa región depende fundamentalmente de Bolivia, se
han elaborado diversos planes para desviar hacia esa zona caudales
del sistema hidrográfico de la meseta boliviana. Entre estos planes
chilenos, conforme aquella dependencia natural se mencionan los
siguientes:
a) En 1922 el Ing. chileno Luis Lagarrigue, presentó un proyecto
consistente en desviar aguas del río Desaguadero hacia el Litoral
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chileno, a través de un canal de mil kilómetros con destino de la
pampa de Tamarugal.
b) En 1950 en la IV Conferencia Mundial de Energía (Londres) el
Comité Nacional Chileno, presentó un proyecto consistente en utilizar
aguas provenientes del Lago Coipasa y desviarlas hacia la quebrada
de Cuya o de Aroma con destino al litoral chileno.
c) En 1954, presentaron otro proyecto consistente en tomar 80
metros cúbicos por segundo de aguas del río Desaguadero en su
confluencia con el Mauri dirigida hacia el valle de Lluta al norte de
Arica.
d) El año 1962, se produce el desvío del Río Lauca.
e) En 1962, Chile propone a Bolivia un plan como base para una
reanudación de relaciones diplomáticas, contempla la propuesta de la
utilización definitiva y perenne de las aguas de los ríos
y lagos del
altiplano, fundamentalmente las del lago Titicaca.(5).
Queda pues, demostrado el interés de Chile por promover el adelanto
de la zona norte de su territorio, utilizando las aguas del sistema
hidrográfico del altiplano boliviano.
El desvío del río Lauca
Chile, no solamente ha despojado de todo su litoral a Bolivia, sino
también a desviado hacia su territorio las corrientes de sus ríos de
curso internacional sucesivo, violando con su prepotencia las normas
aprobadas en la Conferencia Panamericana reunida en Montevideo en
1933, que rigen el uso industrial y agrícola de aquellas aguas
internacionales
y
que
son
obligatorias
para
todos
los
signatarios.
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países
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Desde 1939, Chile haciendo caso omiso de dichas disposiciones, sin
llenar los requisitos pertinentes, empezó los trabajos para desviar las
aguas del río Lauca, que si bien nacen en el territorio chileno,
fronterizo con Bolivia, desembocando en el Lago Coipasa, en cuyo
trayecto y zona están asentadas comunidades indígenas que viven
gracias al caudal de ese río, que abreva su ganado, riega sus magras
tierras y regula el clima seco del altiplano.
Por otra razón vital es que, esa corriente fluvial que se origina en las
ciénagas de Parinacota, a una altura de 4.390 metros sobre el nivel
del mar y penetra a territorio boliviano, no podía ser desviado
unilateralmente, sin un previo estudio y acuerdo entre los dos países
ribereños, a fin de no afectar el clima, la flora, la fauna y habitat de
las poblaciones autónomas de Bolivia.
De ahí que la arbitraria utilización de esas aguas para irrigar y
electrificar el Valle de Azapa por parte de Chile, fue motivo de
constantes reclamos diplomáticos por parte de Bolivia, pero aquel
país, incumplió su obligación de devolver a su cauce natural, las
aguas una vez utilizadas racionalmente y purificadas como es norma
obligatoria.
La desviación del río Lauca, gravita e incide en los derechos
soberanos de Bolivia y comprende en gran magnitud el desarrollo
geopolítico y socioeconómico del país. Sin embargo de ello, la
Conferencia de Río de Janeiro, cuando Bolivia presentó su reclamo,
eludió
su
estudio
y
sus
determinaciones
y
los
transmitió
a
conocimiento del Consejo de la Organización de Estados Americanos
(OEA) que hizo un llamado amistoso a ambos gobiernos para que
acudiesen a los medios de solución pacifica (Pacto de Bogotá) cuyas
disposiciones fueron aceptadas por ambas partes.
En la primera nota de Bolivia a Chile, con la que se abre la disputa
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sobre el río Lauca, fue el 11 de julio de 1939, está exclusivamente
fundamentada en la Declaración de Montevideo, a la que se somete
incondicionalmente en todo cuanto preceptúa y dispone acerca de la
manera y forma como debe jurídicamente precederse para el uso y
aprovechamiento de los ríos internacionales, en vez de acogerse al
Derecho
internacional,
que
expresa,
y
cortamente
prohíbe
la
desviación de los ríos internacionales y resguarda los derechos
fluviales de Bolivia.
El 31 de octubre de 1961, Bolivia trata de rectificar su errónea
posición jurídica al haberse acogido a la Declaración de Montevideo, y
hace un replanteo de la cuestión del Lauca y la coloca dentro de las
prescripciones del Derecho Internacional y demanda su estricta
aplicación para la solución del problema.
Esta posición fue
contestada por
el gobierno
chileno
que
la
Declaración de Montevideo no tiene carácter contractual, es decir que
no obliga a su cumplimiento por las partes que la han suscrito y que
el concederle validez legal, la hacía por pura deferencia a Bolivia,
obligando al país a negociar en base al tratado de Montevideo,
nefasta para el desarrollo político, económico y social de Bolivia, y
que deviene nuestro fracaso en el pleito del Lauca con Chile y que
amenaza
los
derechos
soberanos
y exclusivos
del
dominio
y
jurisdicción que ejerce Bolivia sobre el río Pilcomayo.
CUESTIONARIO WORK PAPER 2
1. ¿En la zona norte chilena que es lo que mas hace falta?
2. ¿Qué actividades realiza Chile para solucionar el problema de la sequedad?
3. ¿Las aguas bolivianas son una alternativa?
4. ¿Qué proyectos ha estudiado Chile respecto del agua?
5. ¿Qué ocasiono el desvío del río Lauca?
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6. ¿Cómo afecto a la soberanía boliviana el desvío del río Lauca?
WORK PAPER # 3
UNIDAD O TEMA: Unidad 3, Tema 3
TITULO: PROYECCIONES DE BOLIVIA SOBRE EL
LITORAL PERUANO
FECHA DE ENTREGA:
PERIODO DE EVALUACIÓN: Primera Evaluación.-
Proyecciones de Bolivia sobre el litoral peruano
Está demostrado que el Estado boliviano, en las tres etapas
fundamentales de su evolución histórica (las civilizaciones milenarias
aymarás y quechuas, el coloniaje y la República), se ha proyectado
necesariamente hacia el Océano Pacífico y que el Litoral comprendido
entre los paralelos 26 y 27, por justificativos históricos y la leyes de
la naturaleza, es complemento indispensable del macizo Andino que
conforma la Cuenca del Altiplano.
En esa costa, Bolivia ejerció soberanía legítima entre los grados 26 y
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22, correspondiendo al Perú territorio comprendido entre los grados
22 y
17; el triunfo chileno de 1879 suspendió aquella soberanía boliviana y
redujo la del Perú, pero este resultado no impidió que Bolivia prosiga
gravitando sobre todo aquel extenso litoral.
Al abordar el tema de la concurrencia del Perú en la reintegración
marítima de Bolivia, es preciso mencionar como los elementos de
juicio
inexcusables,
antecedentes
históricos
de
indiscutible
trascendencia, que se resume en lo siguiente:
a) Antes de la guerra de 1879, en diversas oportunidades, el Perú
manifestó su asentimiento para que los territorios de Tacna y
Arica quedasen incorporados a Bolivia. Esa incorporación no se
produjo entonces por la oposición del Mariscal Andrés de Santa
Cruz.
b) Antes y durante la guerra de 1879, Chile propuso a Bolivia la
conquista armada del Litoral peruano para anexarlo a Bolivia.
c) Después de la guerra de 1879, Chile se comprometió a
transferir a Bolivia los territorios de Tacna y Arica. El Perú
concordó en la sesión de
d) Arica a Bolivia, pero ante la perspectiva del plebiscito de Tacna
y Arica, manifestó que esa transferencia
perjudicaba
los
propósitos revindicacionistas del Perú.
e) El acuerdo de 1950, por el que Chile se comprometió a realizar
negociaciones directas para dar a Bolivia salida propia al mar,
no fue jamás objetado por el Perú. Las apreciaciones del Perú al
respecto, se concretaron a señalar dos aspectos que nunca
nadie puso en tela de juicio sea: que las aguas del lago Titicaca
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pertenecen al Perú y Bolivia y que el Perú no recibió ninguna
sugerencia formal para modificar el "status" territorial de la
frontera
peruano-chilena
determinado
por
el
tratado
de
1929(7).
A más de 100 años de la pérdida del Litoral boliviano, Chile sigue
oponiéndose a la solución del enclaustramiento boliviano, porque ha
comprobado que cuanta mayor exigencia tenga Bolivia para su
desarrollo, mayores serán las utilidades que deparen el movimiento
comercial boliviano por el norte de Chile; así el encierro de Bolivia,
significa fuente de recursos y bienestar para Chile.
Para no seguir coadyuvando a ciegas el éxito de la política chilena,
Bolivia ha procurado el emplazamiento de sus importaciones y
exportaciones por territorio peruano, y al respecto existen planes que
no han sido debidamente concretados como la construcción de las
Carreteras Tacna-La Paz a llo-La Paz (Convenio de 19 de febrero de
1957), la construcción del ferrocarril Puno-Guaqui para unir la
ferrovía Bolivia Guaqui-La Paz (Convenio de 30 de julio de 1955 y el
acuerdo sobre salida de petróleo boliviano para puertos peruanos
establecidos en Notas Reversales de 19 de febrero de 1957.
Por el tratado de y Protocolo Complementario de 1955, Chile y Bolivia
convinieron con la construcción del oleoducto que partiendo de
territorio boliviano lleguen al puerto de Arica o a cualquier otro puerto
chileno y fue, en virtud de ese acuerdo, que se definió el tendido del
oleoducto Sica Sica-Arica, con el previo compromiso de Chile de dar a
Bolivia una salida propia y soberana al Pacífico, mediante notas de
1ro. y 20 de junio de 1950 y que posteriormente desconoció cuando
desvió las aguas del rió Lauca.
Polos de influencia chilenos y la carretera Oruro-lquique
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El enclaustramiento boliviano se ha constituido en una fuente de
riquezas para Chile. En el transcurso de ciento quince años, se ha
puesto en evidencia que el gobierno chileno, utiliza los puertos de
Antofagasta u de Arica y el derecho de libre tránsito, para controlar la
evolución de las actividades económicas de Bolivia.
Sabido es que por Antofasta se efectúa en forma apreciable el
movimiento de exportación de los minerales bolivianos y que por
Arica, se realiza principalmente el de importación de productos de
ultramar.
De esta manera, Chile convirtió a Arica y Antofasta en "polos de
influencia"
sobre
la
economía
boliviana;
así
nuestro
país,
se
encuentra atrapado en una especie de tenaza, a la cual Chile se
esmera en introducirle un aguijón ubicado en el centro de aquella
costa o sea Iquique.
Para ejercitar dicha influencia, ese país se vale de los ferrocarriles
que conectan Bolivia con
Arica y Antofasta y al presente esta empeñado en lograr la
construcción de la carretera Oruro-lquique, fundamentalmente que
dicha vía conviene a la zona norte, la que por sus cuantiosas
producciones minerales y sus relaciones comerciales, esta llamada a
ser en todo tiempo el punto de apoyo del progreso económico y de la
seguridad y bienestar de Chile, subrayando que la unión de Iquique
con Oruro aseguraría para siempre la vida de Iquique, aun después
de agotado el salitre, porque ella acarrearía a este puerto las
substancias minerales existentes en diversos sectores del territorio
chileno y las ricas producciones del centro de Bolivia.
Esta
claro
que
Bolivia
confronta
ahora
un
dilema:
o
seguir
estimulando el desarrollo de Arica con las actividades económicas
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Bolivianas o complacer a Chile creando además de Antofasta y Arica,
un nuevo "polo de influencia" chileno desde Iquique con proyecciones
sobre Oruro, Cochabamba y Santa Cruz de Sierra.
Ese afán de estrangular a Bolivia se ha manifestado en todas las
épocas: Chile nos arrebato nuestro Litoral y últimamente cedimos
territorio en la zona de "Cerro Capitán"'; Brasil mediante hábiles
maniobras diplomáticas logró la rectificación de nuestras fronteras
alejándonos de la margen del río Paraguay; Argentina se llevó buena
parte de nuestro territorio del Chaco Central, La Puna de Atacama y
Toldos; Perú aprovechando el Laudo Argentino se apropió de las
zonas Yavari, Manuripi y Madre de Dios y el Paraguay, aprovechando
nuestra desorientación fue posesionándose paulatinamente de gran
parte del Chaco Boreal, hechos que han originado y originan que
nuestros recursos naturales sirvan para potenciar a otros países en
detrimento de Bolivia. Estas dolorosas experiencias nos demuestran
que en la actualidad, hay peligrosos intereses geopolíticos de
nuestros vecinos y las dolorosas experiencias que la historia nos ha
demostrado y que ha puesto áreas enlutadas en nuestros mapas,
debe inducirnos a pensar seria, responsable y cuidadosamente en
todos los problemas y sus derivaciones geopolíticas cuando se juegan
los intereses económicos y territoriales de nuestro país y de las
futuras generaciones.
CUESTIONARIO WORK PAPER 3
1. ¿Cuál es la proyección histórica de Bolivia?
2. Mencione 3 antecedentes históricos trascendentes de esta epoca
3. ¿A que se comprometió Chile en el acuerdo de 1950?
4. ¿Qué significa para Chile el enclaustramiento boliviano?
5. ¿Hacia que puerto peruanos, Bolivia se ha inclinado?
6. ¿Qué significo el oleoducto sica sica – Arica, y cual fue el compromiso de
Chile?
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WORK PAPER # 4
UNIDAD O TEMA: Unidad 4, Tema 4
TITULO: EFECTOS DE LA GUERRA DEL PACIFICO
FECHA DE ENTREGA:
PERIODO DE EVALUACIÓN: Primera Evaluación.-
Efectos de la guerra del Pacífico
La guerra del Pacifico, significó para Chile la solución a su problema de
empobrecimiento natural, porque territorialmente la incorporación del Litoral
boliviano y la provincia peruana de Tarapacá, no tenía importancia para un país
cuya estructura geográfica es la larga extensión de una costa estrecha,
comprendida entre el océano Pacífico y la Cordillera de los Andes, pero donde
radicaba la enorme ganancia fue en las riquezas minerales de este territorio,
que eran el guano y el salitre.
Los propósitos logrados por Chile tuvieron efectos durante largos años, pero el
ocaso de estas materias primas fundamentales, significa para este país una
negra perspectiva futura que no ha desaparecido de ninguna manera.
Chile ha tenido que ingresar por el desahucio total del salitre y por las
fluctuaciones
amenazadoras
empobrecimiento
que,
del
lógicamente
cobre
en
significó
una
etapa
también
su
de
nuevo
debilitamiento
internacional y la agitación angustiada de sus sectores dirigentes y
gobernantes, que ven el empobrecimiento como una perspectiva pavorosa para
un país que logró la condición de ser casi la mayor potencia militar y económica
en Sudamérica, precisamente con la explotación y exportación de materia
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prima de aquellos territorios que conquisto con la violencia de la agresión
injusta.
Ambiciones chilenas
Chile como cualquier otro pueblo, se resiste a insumirse en la decadencia
definitiva y considera que su salvación radicará indudablemente en la posesión
de recursos mineros, por lo que en este país se ensaya la contemplación de las
realidades
geográficas
vecinas,
por
lo
que
ambiciona
las
riquezas
mineralógicas de Bolivia, ubicadas en los Lípez y el Norte de Bolivia, por eso
en Chile no se oculta muchos sectores de opinión pública, que si la acción de
los gobernantes chilenos pudiese conseguir la incorporación pacífica o violenta
del altiplano boliviano, rico en minerales y aptos para la exportación y la
industrialización propia, se debiera hacerlo como se hizo con las costas
salitreras y guaneras en el siglo pasado.
En Chile también se piensa que hay otra ruta de salvación porque el territorio
chileno, estrechado entre la orilla oceánica y la cordillera, es duro y estéril,
fundamentalmente en la costa norte arrebatada a Bolivia que es tierra arenosa,
salitrosa, sin corrientes de agua significativas, sin lluvias y completamente seca
y estéril; por eso allí la explotación del guano, del salitre, del cobre o de la
plata, eran las únicas posibilidades de actividad y desarrollo económico y,
como ésta explotación se ha agotado o ha desaparecido, entonces no hay
otras que les sustituyan, salvo que las condiciones naturales de esterilidad y
falta de humedad desaparezca mediante obras poderosas de irrigación, de
manera que esos territorios desérticos se conviertan en una especie de
vergeles con agricultura de cultivo.
Esta perspectiva es posible de cumplirse, siempre que Chile contara con
posibilidades para desviar y orientar los ríos de la cordillera que se vierten
sobre el altiplano boliviano, o por lo menos, servirse de una parte de sus
caudales, que es lo que ha hecho con prepotencia con el rió Lauca, para regar
las grandes extensiones de la costa desértica que se mantiene en su poder y si
lograra contar con las aguas de los lagos altiplánicos, tales como el Titicaca y
el Poopó, entonces las perspectivas no solamente serían para regar
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abundantemente los desiertos de la Costa Norte, sino hasta de electrificarlos,
llevando energía a todo el resto de Chile.
Por otra parte, con Chile tenemos un limite físico natural que corresponde a las
altas cumbres de la cordillera occidental desde el Cerro Zapaleri en el sur,
hasta el flanco occidental de la cordillera corresponde a Chile y el oriental a
Bolivia.
La economía factor clave
Chile es un país pujante que avanza a pasos gigantescos, mientras sus tres
vecinos del norte y del oeste, no pueden hacer lo propio porque tienen
numerosos problemas.
La superioridad económica pretende lanzar a Chile a una aventura de
expansión territorial como en 1879, y para esto se arma en el exterior, y de sus
tres vecinos territoriales, escogió al mas débil como elemento de prueba de
futuros avances y, de esta manera, Bolivia se ha visto envuelta en un barullo
geopolítico, porque por denuncias de bolivianos que viven en la extensa
frontera con Chile, este país remueve hitos y avanza por donde quiere,
limitarse a mencionar tres cosas.
a) En Liscaya y el Cerro Capitán, sobre la frontera con la provincia Atahuallpa
de Oruro, la norte de la latitud 190.
b) En Sillillica, frente al gran salar de Uyuni, en la Provincia Daniel Campos de
Potosí, con avance comprobado de 15 kilómetros cuadrados.
c) En Laguna Verde, en el ángulo noroeste del territorio boliviano, al pie del
volcán Licancabur.
En este caso han llegado al colmo de publicar tarjetas postales en las que
figura dicha laguna como posición de Chile.
El litio es uno de los elementos que ha cobrado inusitada importancia en la
presente era tecnológica por sus innumerables aplicaciones en la industria y en
la metalurgia y como una reserva energética mundial con un uso probable en la
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fusión nuclear cuando la ingeniería resuelva ciertos problemas técnicos; es
decir es un material estratégico del futuro y por lo tanto apreciado y codiciado.
Bolivia posee el salar mas extenso del mundo y en consecuencia una de las
reservas mundiales mas grandes de ese elemento y el sistema de salares de
Uyuni, Chiguana y Coipasa con todo su enorme potencial, se halla
tentadoramente expuesto precisamente en el borde de la frontera con Chile,
nuestro secular, inescrupuloso y codicioso vecino que ya es un importante
productor de litio extraído del anteriormente Salar de Atacama.
La explotación de estos recursos, que significarían un alivio a la economía
nacional, la base del desarrollo regional y por lo tanto, la presencia soberana
del estado, no ha sido iniciada ni siquiera incipientemente obstaculizada por
intereses políticos regionales.
Conclusiones
Las experiencias de nuestro pasado histórico, nos hacen ver que en la
actualidad existen grandes intereses geopolíticos de nuestros vecinos y Bolivia
confronta dos amenazas principales: La que se proyecta desde el Pacífico con
el fin de dominar al altiplano boliviano y la que viene desde el sudoeste a
invadir el oriente.
Bolivia por su posición geográfica (macizo Andino) reviste una gran importancia
geoestratégica en el Continente Sudamericano, que convierte a nuestro
territorio en el "Heartland" del mismo y ésta realidad geográfica, determina que
Bolivia esta llamada a cumplir una misión de equilibrio continental, que sea una
tierra de contactos y no de antagonismos, porque en su suelo convergen todos
los sistemas y se entrecruzan todos los caminos, de norte a sur de este a
oeste, de suerte que se constituye en el nudo de atracción, de articulación y de
soldadura entre las sub-regiones y los países sudamericanos.
Chile, un país expansionista, en su geopolítica tiene como uno de sus
objetivos, el crear la "Conciencia de Montaña" y dominar el altiplano boliviano y
peruano, constituyendo su línea de tensión mas importante, la penetración
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hacia los Lípez buscando obtener las riquezas de sus salares, el
aprovechamiento de las aguas de ríos ribereños y las aguas de los lagos
Titicaca y Poopó, con el fin de irrigar su desértico territorio, fundamentalmente
el Valle de Azapa y la pampa del Tamarugal, además de llevar energía
eléctrica a parte de su territorio ubicado en el norte.
A mas de 117 años de la pérdida del Litoral boliviano, Chile sigue oponiéndose
a la solución del enclaustramiento boliviano, por que ha comprobado, que
cuanto mayores exigencias tenga Bolivia para su desarrollo, mayores serán sus
actualidades que le deparen el movimiento comercial boliviano por el Norte de
Chile (Arica Antofagasta) así el encierro de Bolivia significa fuente de recursos
económicos y bienestar para Chile.
El Gobierno Chileno, permanentemente ha rechazado la consideración de
nuestra reivindicación marítima, con la cuestión de Lauca, porque talvez
supone que le sirve de precedente para desviar hacia su territorio con el mismo
pretexto, otros ríos de la meseta andina.
El desguarnecimiento de fronteras, constantemente provocó remoción de hitos
en el altiplano boliviano por parte de Chile, como en Viscaya y el Cerro Capitán
sobre la frontera con la provincia Atahuallpa en Oruro, en Sillillica frente al salar
de Uyuni, en la Provincia Daniel Campos de Potosí y en Laguna verde al pie
del Volcán Licancabur, hecho que demuestra las actitudes expansionistas de
Chile a costa de nuestra heredad nacional.
CUESTIONARIO WORK PAPER 4
1. ¿Qué significo para Chile la guerra del pacifico?
2. ¿Qué aspira Chile en la posesión de recursos mineros?
3. ¿Los lagos bolivianos Titicaca y Poopo, tienen alguna importancia para
Chile?
4. Mencione 3 casos de remoción de hitos por parte de los chilenos.
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5. ¿Qué amenazas confronta actualmente Bolivia?
6. ¿Cuál es la misión de Bolivia en el continente sudamericano?
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PAPER # 5
UNIDAD O TEMA: Unidad 5, Tema 5
TITULO: EL PROYECTO DE EXPORTACION DEL GAS Y
LAS RELACIONES BOLIVIANO-CHILENAS
FECHA DE ENTREGA:
PERIODO DE EVALUACIÓN: Segunda Evaluación.-
El proyecto de exportación del gas
y las relaciones boliviano — chilenas
"Si la historia la escriben los que ganan y aun así nos da claro
testimonio de la expoliación producida por los países más ricos a los
más pobres, la magnitud de tal despojo habrá sido sin duda
descomunal" Gabriel Stilman.
El 17 de octubre de 2003, luego de una conmoción social que produjo
muchas víctimas fatales, el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, a
sólo 14 meses desde que asumiera el mando constitucional, debe
abandonar el poder y opta, precipitadamente, por salir del país. La
protesta ciudadana se nutre de varias vertientes: la falta de atención
oportuna del gobierno a las crecientes demandas sociales, agudizadas
por la severa crisis económica que vive Bolivia; la decepción
ciudadana
frente
a
los
resultados
negativos
del
proceso
de
capitalización que ejecutó el mandatario durante su primer gobierno
(1993 — 97) y, sobre todo, su pertinaz insistencia en la misma
política.
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La resistencia de los pobladores del altiplano, y de las ciudades de El
Alto y La Paz, quienes someten a un cerco por varios días a la sede
del gobierno, se aglutina bajo la consigna "nada por Chile ni para
Chile". Los fundamentos de esa reacción colectiva se originan en un
hecho ocurrido hace 125 años.
El 14 de febrero de 1879, Chile ocupa militarmente el litoral
boliviano, desatando la llamada Guerra del Pacífico. Las causas
económicas y políticas forman parte del registro histórico, lo mismo
que el detalle de las operaciones bélicas.
Lo cierto es que Chile inicia su vida republicana con un territorio
reducido en espacio y muy limitado en recursos naturales. Ve como
una seria amenaza para su seguridad externa la posibilidad de un
creciente desarrollo de sus vecinos, especialmente de Argentina y
Perú. Sus prioridades se orientan, entonces, a superar esos factores
que le son adversos, sin reparar en los medios.
En 1836 el Mariscal boliviano Andrés de Santa Cruz logra, al fin,
concretarla
Confederación
Perú
—
Boliviana,
recogiendo
viejos
anhelos secularmente enraizados en ambas naciones. Desde ese
mismo instante destruir la Confederación se convierte para Chile en
una razón de Estado, porque sabe que tal entendimiento boliviano —
peruano obstaculizará poderosamente sus avances hacia el norte,
hacia los territorios donde se encontraban los grandes depósitos de
fertilizantes naturales, el bórax, el azufre, la plata y el cobre;
indispensables para recuperar su economía y financiar su futuro
desarrollo. Tales temores los resume, sin ambages, el estadista
chileno Diego Portales cuando le escribe al general Blanco Encalada,
en momentos en que este jefe militar preparaba su ofensiva militar
contra Santa Cruz: "Unidos estos dos estados –le dice— serán
siempre más que Chile" "La Confederación debe desaparecer para
siempre jamás del escenario de América......ésta debe ser su máxima
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ahora y ojala fuera la de Chile para siempre". Después de ese primer
intento fallido, Chile alcanza su objetivo, en 1839, al derrotar al
ejército del Protector Santa Cruz en la batalla de Yungay.
En los próximos años, mientras crecía el poderío militar de Chile, se
confiará
a
la
acción
diplomática
y
a
los
grandes
intereses
empresariales, vinculados al capital transnacional, la tarea de
promover los avances hacia el norte (el desierto de Atacama) y
generar las confusiones jurídicas que más adelante servirían de
pretextos para la expoliación. Por aquel tiempo se habían descubierto
en dicho territorio boliviano inmensos depósitos de nitratos y
gigantescos yacimientos mineralógicos. Tales reservas resolverían el
segundo factor adverso para el crecimiento de Chile: la falta de
recursos naturales.
El 6 de febrero de 1873, Bolivia y Perú suscriben un Tratado de
Alianza
Defensiva
"para
garantizar
soberanía
y
integridad
la
mutuamente
de
sus
su
independencia,
territorios
su
respectivos...".
Contemporáneamente se agudizaba la crisis de la economía chilena,
que llega a un punto álgido en 1976. En los apuntes personales del
presidente Pinto Garmendía aparecen frases como las siguientes: "Un
año malo sobre una situación muy delicada ya no puede dejar de
producir fuertes influencias. Si algún descubrimiento minero o alguna
novedad por el estilo no vienen a mejorar la situación, la crisis que de
años se está sin-tiendo, se agravará" (2). ¿En qué pensaba el
mandatario Aníbal Pinto? Obviamente no era en los yacimientos de
Taltal, en territorio chileno, sino en los de Antofagasta y de Tarapacá.
Chile sabe que no puede esperar mucho tiempo. Acelera sus planes,
pero sabe también que primero debe solucionar el diferendo con la
Argentina sobre el territorio de la Patagonia. Se empeña en este
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propósito y zanja temporalmente el problema mediante un acuerdo
para someter la controversia al arbitraje internacional. Ello se
concreta en diciembre de 1878; sólo dos meses antes de la ocupación
del litoral boliviano, cosa que ocurre en febrero de 1879. En medio de
una serie de desencuentros, que se presentarán a lo largo de toda la
contienda, Bolivia y Perú deben afrontar la guerra. Las consecuencias
de la derrota son mucho más duras para la nación boliviana. Los
antiguos aliados acuerdan, por separado, los términos de la paz. No
tienen otra salida.
Lo hace primero el Perú con la cesión a perpetuidad de la provincia de
Tarapacá, lo cual se estipula en el Tratado de Ancón, suscrito en
1883. Respecto de Tacna y Arica se aplaza la solución definitiva hasta
que un plebiscito, decida el destino de ambas provincias, cuyo
verificativo debía realizarse diez años después de la ratificación del
citado instrumento. En vista de que tal plebiscito jamás tuvo lugar, el
3 de junio de 1929, ambos estados definieron mediante tratado que
Tacna quedara bajo la soberanía peruana y Arica se incorporara a la
de Chile. Pero, además, se pacta un protocolo secreto que estipula
que "Los gobiernos del Perú y Chile no podrán, sin previo acuerdo
entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte de los
territorios que, en conformidad al tratado de esta misma fecha,
quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán, sin ese requisito,
construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas internacionales".
El Tratado de Ancón y el de Lima, constituyen lo que muchos
historiadores han coincidido en calificar como "el doble cerrojo" para
impedir el acceso boliviano al Pacífico. En efecto, a partir de la cesión
de Tarapacá a Chile, Bolivia no podrá recuperar una salida soberana
al océano por su antiguo litoral, porque ello supondría partir en dos el
territorio chileno. A partir del Protocolo Adicional al Tratado de Lima
(la cláusula secreta) se introduce un obstáculo adicional, porque para
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hacerlo por ex territorios del Perú tropezará con la oposición de este
país
a
cualquier
solución
que
interrumpa
la
llamada
unidad
socioeconómica entre Tacna y Arica. Este fue el argumento para que
el Perú planteara la zona de soberanía trinacional como condición
para dar su consentimiento en oportunidad de la consulta que recibió
con motivo de las negociaciones emprendidas en 1975. Es posible
que, en las circunstancias actuales, se haya flexibilizado tal exigencia.
En abril de 1884, Bolivia no tiene más remedio que aceptar los
términos del Pacto de Tregua, que suscribe con Chile. La Paz está
amenazada desde Puno. Aquí comienza el triste historial del supuesto
libre consentimiento para aceptar los acuerdos que se sucederán en
el tiempo. Lo refleja nítidamente el escritor y diplomático Walter
Montenegro en su obra "Oportunidades Perdidas ": "El litoral era
boliviano y Chile lo sabe. También sabe que el Pacto de Tregua y el
Tratado de 1904, fueron documentos suscritos por Bolivia en su
condición de país vencido, obligado a aceptar las condiciones del
vencedor...........". "Ya dictó la sentencia definitiva en esta materia, el
jefe Galo Breno, que derrotó a los romanos el año 390 a. de JC". "Ay
de los vencidos". "La condición de los vencidos no ha variado".
La evidencia histórica sobre las presiones para que Bolivia aceptara
incondicionalmente todos los términos del pacto tiene muchos
sustentos. Pero basta, como ejemplo el contenido de la carta que el
destacado historiador José Luís Roca reproduce en su ensayo "1904:
un tratado que restableció la paz pero no la amistad"; carta dirigida
por el presidente Domingo Santa María al coronel Almeida, quien se
encontraba a cargo de la guarnición acantonada en Puno, Dice a la
letra: "tenemos la puerta abierta para imponer nuestra voluntad en
La Paz a fin de obligar a Bolivia que tome el camino de la razón y de
la derrota, con garantías y ventajas completas a nuestro favor".
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Con esas ventajas completas y bajo las mismas presiones, aunque
esta vez expresadas también a través de una presión diplomática, de
arrogancia estridente, se impone el Tratado de Paz y Amistad.
Ante la justificada resistencia de Bolivia de someterse a un tratado
que le significará su encierro geográfico, Chile intensifica sus acciones
para doblegar la voluntad del gobierno de La Paz. Como parte de esa
ofensiva designa a Abraham Koning, embajador en Bolivia, quien,
desde el comienzo de su gestión hizo gala de una suerte de matonaje
diplomático, lo cual queda reflejado en la carta que dirigió al canciller
boliviano de la época, a tiempo de admitir que, efectivamente, Chile
desató una guerra de conquista, con el objetivo no sólo de apropiarse
de territorios y riquezas ajenos. Pero aún más, cree pertinente
enrostrar al vencido que el precio de su derrota le priva también de
cualquier reclamo, para evitar la condena de un enclaustramiento
definitivo.
En nota-ultimátum fechada el 13 de agosto de 1900, sostenía Koning
con desenfado: "En cumplimiento de las instrucciones de mi gobierno
y partiendo del antecedente aceptado por ambos países de que el
antiguo litoral boliviano es y será siempre de Chile ...", (propone a
continuación las bases leoninas del futuro arreglo), y prosigue : "Es
un error muy esparcido y que se repite diariamente en Ja prensa y en
la calle, la opinión de que Bolivia tiene derecho de exigir un puerto en
compensación de su Litoral". "No hay tal cosa, Chile ha ocupado el
Litoral y se ha apoderado de él con el mismo titulo con que Alemania
anexó al imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo titulo con que
los Estados Unidos de la América del Norte, han tomado Puerto Rico.
Nuestros derechos nacen de la victoria de la ley suprema de las
naciones". "Que el litoral es rico y vale muchos millones, eso ya lo
sabíamos. Lo guardaremos porque vale; que si nada valiera, no
habría interés en su conservación". "Terminada la guerra, la nación
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vencedora impone sus condiciones y exige el pago de los gastos
ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó
su Litoral". "Esta entrega es indefinida, por tiempo indefinido; así lo
dice el Pacto de Tregua: fue una entrega absoluta, incondicional,
perpetua". "En consecuencia, Chile no le debe nada, no está obligado
a nada, mucho menos a la concesión (a Bolivia) de una zona de
terreno y un puerto”.
En realidad Bolivia, en más de veinte años de ocupación de su litoral,
había pagado ya en demasía los costos de la guerra. Chile, durante
más de dos décadas, se benefició con la explotación de los recursos
existentes en ese inmenso territorio. Las recaudaciones aduanares
fueron percibidas íntegramente por el erario chileno. Pero, nada sería
suficiente. El objetivo geopolítico era, al parecer, otro: tener un
vecino vulnerable y dependiente, atrasado y dócil.
Ese objetivo se traduce plenamente en las cláusulas del tratado
suscrito hace cien años.
Bolivia entrega a Chile todo su litoral (400 kilómetros de costa) y un
territorio inmenso (158 mil kilómetros cuadrados), en el que se
encontraban cuantiosas reservas minerales, especialmente de plata y
cobre. Hoy el cobre sigue representando un tercio del total de las
exportaciones chilenas, lo que le significa en ingresos un monto
superior, cada año, al total de la deuda externa e interna de Bolivia.
A cambio, Bolivia recibe, en dos pagos, la irrisoria compensación de
300 mil libras esterlinas, un ferrocarril de Arica a La Paz y un régimen
de libre tránsito, cuya amplitud responde, invariablemente, a la
caprichosa voluntad del vecino país. Cabe recordar, que en plena
Guerra del Chaco, precisamente cuando más necesitaba Bolivia de los
pertrechos bélicos para sostener la contienda, Chile decide cerrar el
paso por su territorio para el citado material. Con esa actitud, que no
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se la puede calificar sólo de inamistosa, colocó a Bolivia, en un
momento decisivo de la guerra, inerme frente a los avances
paraguayos, cuya importación de armamento se realizaba por la
Argentina; de modo que la supuesta neutralidad de Chile, adoptada
en 1933, afectaba únicamente al Estado boliviano. Fue otra forma de
agresión gratuita e indirecta. Por fortuna estaban los puertos
peruanos para romper ese inesperado cerco desde la frontera oeste.
Por supuesto que no se discute la validez formal del citado
instrumento. Se lo suscribió y luego fue ratificado. Sin embargo, una
cosa es la expresión formal del consentimiento y otra, muy distinta,
la libertad de ese consentimiento, como fuente legítima de las
obligaciones que emanen del mismo; circunstancia ausente, como se
ha visto, tanto en el Pacto de Tregua como en el Tratado de 1904.
La lógica es incontestable: ¿Se puede elegir libremente desde el
encierro? En la esencia de la libertad reside la facultad para elegir, sin
que ella esté sometida a ningún otro poder ¿Se puede sostener,
entonces, que Bolivia estaba en capacidad
de elegir su destino
cuando firmó el Pacto de Tregua y el Tratado de 1904? La conclusión
es
categórica.
Ambos
documentos
fueron
impuestos
en
las
condiciones más duras, jamás un país podría aceptar el despojo de su
libertad. Ejercer la libertad para consentir en perderla es el
contrasentido más grosero.
Pero más allá de las disquisiciones filosóficas sobre lo formal y lo
ético, lo justo o lo injusto, está el sentido visionario de quienes
negocian un acuerdo de paz. Hay metas, en el tiempo, que deben
asegurarse con inteligencia y previsión. Son las que determinarán si
habrá amistad o enemistad, solidaridad y cooperación, o recelos y
desconfianza. El fulgor de los triunfos militares de fines del siglo
diecinueve obnubila la mentalidad de la dirigencia chilena de la
época. Le permite ver únicamente el horizonte de sus nuevos límites,
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vale decir, el espacio físico ganado y las posibilidades que se le abrían
para financiar su desarrollo y alejar los temores de un país rodeado
de naciones tal vez más fuertes. Le impide ver los límites intangibles,
que son los que, a la larga, determinan el verdadero sentido de la
victoria, sea militar o política. Como dice Stilman: "pareciera que los
deseos de poder y hegemonía superan con creces la preocupación por
asegurarse un marco de respeto mutuo y desarrollo equilibrado".
Se dirá, seguramente, que no existe amistad entre las naciones: sólo
intereses. Admitiendo la validez de ese argumento, ciertamente frío,
no hay que perder de vista que es más fácil entrelazar esos intereses
cuando los factores de una relación internacional son menos
divergentes, cuando hay un mejor clima de entendimiento que
posibilite ampliar las coincidencias. Hay metas comunes y elementos
de complementariedad entre las naciones. Hay también ideales v
criterios convergentes. De ese material están hechos los intereses, lo
cual no descarta, no puede descartar, que los espacios integradores
propicien relaciones estables de las que se desprendan beneficios
recíprocos. Tanto más importante es lo anterior tratándose de países
vecinos, cuyos vínculos, por ese hecho, adquieren una intensidad
especial.
Algo similar puede decirse del Protocolo Adicional de 1929. Responde
a la misma lógica de cerrar, con todas las trabas imaginables, la
posibilidad de que Bolivia pueda romper su encierro geográfico.
Restringir el camino de los arreglos futuros es un profundo error
histórico. Siempre lo será.
Esta imaginación se ha venido utilizando, recientemente, para tratar
de desvirtuar los fundamentos de la demanda marítima boliviana, con
el argumento de que el litoral arrebatado fue siempre de Chile.
Si bien los títulos históricos de Bolivia sobre la costa del Pacífico son
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incuestionables, vale la pena citar algunos comentarios y ejemplos,
porque sería muy largo e, incluso, innecesario, mencionar la inmensa
documentación probatoria.
Bastará con hacer referencia breve a los antecedentes que tienen su
origen en el propio Chile.
Comencemos por las constituciones políticas de los años 1822, 1823
y 1833. En ellas se reconoce que el límite norte de Chile era el
desierto de Atacama. En esta materia, se dice, invariablemente,
desde tal punto hasta tal otro. Se entiende, para no alterar también
el diccionario de la lengua que: "hasta" "se usa para expresar el
término del cual no se pasa con relación al espacio, el tiempo y la
cantidad."
La tesis de que la guerra se hizo para recuperar territorios resulta
igual de absurda, porque, de lo contrario, cabría suponer que Chile
invocaba derechos también sobre las provincias de Tarapacá, Tacna y
Arica, que, hasta donde sabemos, fueron siempre peruanas, las que,
como consecuencia de la guerra, excepto Tacna, fueron incorporadas
a la soberanía chilena.
En el primer Tratado de Amistad, Comercio y Navegación (1833 - 34)
establece Atacama como el límite norte.
Chile propuso comprarle a Bolivia (misión Lindsay) el territorio
comprendido entre los paralelos 24 y 23. La compra implica la
adquisición de un bien que pertenece a otro.
Hay más: en 1866, 1872 (Protocolo Corral — Lindsay ) y 1874 se
suscriben tratados de límites (que fijan el paralelo 24), entendiéndose
que ningún país podría concretar acuerdos delimitatorios con otro
Estado sobre territorios que los considera propios.
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El Protocolo de 9 de diciembre de 1895, dice en su articulo 2° "Que la
cesión definitiva del Litoral de Bolivia en favor de Chile, quedaría sin
efecto si Chile no entregase a Bolivia, dentro del término de dos años,
el puerto en la costa del
Pacifico de que habla el tratado de
transferencia". Este fue uno de los compromisos más significativos
por parte de Chile para resolver el problema marítimo boliviano, por
lo que vale la pena volver sobre el mismo más adelante. Nótese que
el tratado habla claramente "del Litoral de Bolivia".
El plenipotenciario Koning, en la antes referida nota-ultimátum, de
agosto de 1900, aunque torpemente, deja constancia escrita, como
ya se dijo, "de que el antiguo Litoral boliviano es y será siempre de
Chile y se jacta luego de que su país "se ha apoderado de él..."
En fin, como ejemplos, son más que suficientes. Bolivia tuvo acceso
soberano al Pacífico. Su demanda por recuperar su condición de país
costero es indeclinable. El desafío consiste en hallar la fórmula de la
solución, pero sobre todo el compromiso de las voluntades capaces
de viabilizarla.
Hacia fines del año 2001 y principios del 2002 se confirma la noticia
de que las reservas probadas y probables de gas natural existentes
en Bolivia alcanzan a 53 trillones de pies cúbicos. Los compromisos
de provisión del energético con Brasil y la Argentina, a veinte años,
más el consumo interno, que es muy reducido, dejan, todavía, un
saldo de aproximadamente 41 TCE Con lo cual, el país se convierte
en una potencia gasífera en Sudamérica.
Se hace perentoria, en consecuencia, la búsqueda y concreción de
nuevos mercados. La oportunidad se presenta en la costa oeste de
los
Estados
Unidos
de
América.
Se
conforma
el
consorcio
transnacional Pacifíc LNG para el desarrollo del proyecto, cuyas
dimensiones requerían de una enorme capacidad en inversión y
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tecnología.
Algún
tiempo
después
el
consorcio
firmaría
un
compromiso con la empresa Sempra Energy, que tomaría a su cargo
la distribución comercial del energético en el mercado de California.
No se trataba de una operación sencilla ni técnica ni financieramente,
pero nadie esperaba que el principal escollo iba a estar en el plano
político internacional.
Era indispensable ubicar en la costa del Pacífico una planta de
licuefacción y el tendido hasta allí de un gasoducto de una
considerable longitud. Sometido al proceso de regasificacion en
México, el gas sería transferido luego al mercado de consumo.
La opción, al parecer, técnicamente más factible señalaba a un puerto
chileno (de preferencia Palillos ). Surgió, sin embargo, la propuesta
peruana.
Ello
desató
en
Bolivia
una
encendida
polémica.
La
factibilidad técnica se enfrentaba a la inviabilidad política. El
resentimiento de los bolivianos por el cercenamiento de su cualidad
marítima afloró con fuerza. Se le dijo al pueblo que éste era el mejor
negocio que se le había presentado, después de la era floreciente de
la plata y el estaño, recursos que, infortunadamente, se consumieron
sin dejar ningún excedente en el suelo explotado. Ese pueblo se hizo
la pregunta: ¿Será justo y razonable hacer el más grande negocio
que se le presenta a Bolivia con el socio que menos confianza le
merece?
¿Es una desconfianza justificada? En el transcurso de 125 años desde
la guerra y 100 desde el Tratado de Paz y Amistad, se produjeron
muchas negociaciones encaminadas a resolver el problema marítimo.
El antecedente más importante fue, sin duda, el de 1895. En aquella
ocasión, Chile se comprometía — al tenor del tratado — a transferir a
Bolivia los territorios de Tacna y Arica, si adquiriese dominio y
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soberanía permanente sobre los mismos. Y si no se cumplía tal
condición,
dice
el
artículo
4°
del
indicado
instrumento
"se
compromete a ceder a Bolivia la Caleta Vítor, hasta la quebrada de
Camarones u otra análoga."
Tales tratativas fueron vistas por el Perú como un acto inamistoso. Lo
dejó en claro algunos años más tarde con motivo de la proposición
del secretario de Estado norteamericano, Frank B. Kellog, en 1926,
que se basaba en similar transferencia. Torre Tagle (cancillería
peruana) fijó doctrina, al respecto, al declarar, que "no puede aceptar
la cesión, propuesta de los territorios de Tacna y Arica a nadie, ni por
compra ni de otro medio, porque el Perú que viene defendiendo, más
de cuarenta años, sus derechos sobre aquellos, no puede convertirlos
en mercancía sujeta a precio, por grande que éste sea". Es pertinente
destacar
que,
al
propio
tiempo,
este
país
no
descarta
la
"internacionalización parcial o completa de las provincias", "dando
gratuitamente un callejón a Bolivia hasta la playa y en esta una
ensenada en condiciones que permitan convertirla en un puerto
grande, cómodo y seguro".
En
1950
se
produjo
otro
momento
de
acercamiento
extraordinariamente interesante. Chile aceptó ingresar formalmente
en negociaciones directas encaminadas a " buscar la fórmula que
pueda hacer posible dar a Bolivia una salida propia y soberana al
océano Pacífico, y a Chile obtener las compensaciones que no tengan
carácter territorial y que consulten efectivamente sus intereses".
En 1975, luego de reanudadas las relaciones diplomáticas en el
encuentro presidencial (Banzer — Pinochet) en la localidad fronteriza
de Charaña, en respuesta a la proposición boliviana, Chile manifiesta
su acuerdo con la cesión a Bolivia de una costa marítima soberana,
unida al territorio boliviano por una franja territorial, igualmente
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soberana al norte de Arica.
Condiciona, sin embargo, dicha eventual cesión a un canje simultáneo
de territorios, equivalente en superficie, en la que incluye el área de
mar cedida a Bolivia.
El territorio podría ser continuo o integrado por distintas porciones de
territorios fronterizos. La transferencia incorporaba el ferrocarril a
Arica y el aeropuerto internacional, a un precio de reposición. La zona
sería desmilitarizada.
Con la propuesta boliviana y la respuesta chilena se conformó una
base global de negociación. En virtud del Protocolo de 1929 se
produjo la consulta al Perú, país que demoró once meses en dar a
conocer
sus
puntos
de
vista.
En
su
respuesta
aceptaba
la
transferencia de la franja territorial hasta la intersección de la
carretera que une a Tacna y Arica, a partir de la cual y hasta el mar
proponía establecer un área de soberanía compartida. Reconocía, no
obstante, el derecho de Bolivia a contar dentro de ese espacio con un
puerto bajo su exclusiva soberanía, que se extendería al mar
adyacente. Se insistía, como en 1895, acerca de la necesidad de no
interrumpir
la
vinculación
socioeconómica
entre
las
indicadas
provincias.
El primer gran escollo fue la exigencia de un canje territorial en
superficie equivalente. La opinión publica boliviana, no sin el estímulo
de intereses internos y externos, se mostró contraria a tal condición.
El argumento no dejaba de tener fundamentos: Bolivia había perdido
no menos de 150 mil kilómetros cuadrados y aspiraba solamente a no
más de 2 mil. Había perdido 400 kilómetros de costa y se contentaba
con alrededor de sólo 40, o, incuso, menos. Era, sin duda, un exceso
que la compensación territorial contemplara también la superficie
marítima, teniendo en cuenta, por otra parte, que aún no se habían
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definido ínter nacionalmente los límites del mar territorial.
Recibida
la
posición
del
Perú,
el
gobierno
de
La
Moneda,
simplemente, declinó considerarla, en vista de que, a su juicio, el
planteamiento
peruano
pretendía
modificar
las
bases
de
la
negociación bilateral boliviano — chilena.
Sin embargo, Chile siguió exigiendo a Bolivia una definición sobre el
precio (el canje) pero sin sanear los títulos que le permitieran
perfeccionar el acuerdo (obtener el consentimiento
del Perú).
Adicionalmente, consideró que no le correspondía hacer nada más al
respecto, pretendiendo, incluso, transferir esa responsabilidad a
Bolivia. Se ingresó en un punto muerto. Había caído el telón de la
negociación más importante emprendida en el siglo XX, en procura de
resolver el problema marítimo. El gobierno de La Paz sintió que se
había burlado su buena fe y no tuvo otro camino que el de
interrumpir nuevamente las relaciones diplomáticas con Santiago. El
restablecimiento del diálogo tenía un fin: superar el enclaustramiento
boliviano. Perdió su razón de ser y fue nuevamente cortado.
Ha quedado la impresión en la conciencia de los bolivianos -no
desmentida por los hechos - de que Chile nunca tuvo intención franca
de solucionar el problema marítimo, porque, invariablemente, puso
condiciones imposibles de cumplir.
En 1950 Chile acepta ingresar formalmente en negociaciones para la
transferencia a Bolivia de un territorio soberano al norte de Arica,
sujeta a compensaciones que no tengan carácter territorial. Lo que
ocurría es que tales compensaciones apuntaban a las aguas de los
lagos Titicaca, Poopó y Coipasa. Y aunque nuestro embajador sostuvo
que no se había comprometido ni una gota de agua ni un grano de
arena — lo cual era cierto en esa etapa — de haber seguido el
proceso negociador tal exigencia hubiera sido formalizada.
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Lo confirma el propio presidente Gabriel Gonzáles Videla en su
informe sobrela llamada fórmula conciliatoria. Y dice: "La fórmula que
encontramos después de cuidadosos estudios fue que contemplaría
ceder a Bolivia al norte de Arica una faja de terreno de un ancho de
diez kilómetros, contigua a la frontera peruana que correría del litoral
hasta el límite, para que Bolivia pudiera comunicarse con el océano
Pacífico a través de su propio territorio y pudiera construir su puerto.
A cambio de ello, porque esta cesión requería una compensación,
Bolivia permitiría que se aprovechara el agua del lago Titicaca para
generar energía hidroeléctrica que podría ser utilizada en las
provincias chilenas de Tarapacá y Antofagasta... Se tomó como base
el estudio del afamado ingeniero Luis Lagarrigne". De modo que no
fueron sólo elucubraciones del presidente Truman.
La oferta, en todo caso, traía consigo la negativa del Perú, como algo
absolutamente seguro. Era absurdo pretender, que el Perú diera su
consentimiento
perdiendo
por
triple
partida:
claudicando
sus
expectativas sobre las provincias cautivas, abandonando el principio
sobre la necesidad de preservar la unidad socioeconómica entre
Tacna y Arica y, por añadidura, cediendo las aguas del Titicaca.
Para no hablar de las reacciones en Bolivia.
En 1975, Chile confrontaba serias amenazas externas. La presión
argentina, por un lado, a raíz del diferendo sobre el canal de Beagle y
las islas Pincton, Lenox y Nueva, y, por otro, la agresiva política del
entonces presidente del Perú, Gral. Velasco Alvarado, quien no
ocultaba el propósito de recuperar Arica por las armas al cumplirse el
centenario de la Guerra del Pacífico. A lo anterior se sumaba el
aislamiento internacional de Chile, por la resistencia que en el ámbito
externo provocaba la dictadura del Gral. Pinochet.
En estas circunstancias, se inicia la negociación ya referida,
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una
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salida soberana al mar, neutraliza la posición boliviana A medida que
se atenúan las presiones desde Perú y Argentina aumentan,
proporcionalmente, las rigideces chilenas en la negociación con
Bolivia, hasta que, superadas aquellas, Chile ya no tiene motivos para
mantener sus compromisos encaminados a resolver el asunto
marítimo.
En la última década del pasado siglo, Chile consiguió cambiar la
agenda histórica con Argentina y Perú, reemplazando una larga
trayectoria de confrontaciones de diversa intensidad, por una vía de
colaboración y de iniciativas destinadas a fomentar la confianza.
No ha ocurrido lo mismo con Bolivia. En este campo fracasó la
diplomacia chilena porque apostó a la resignación boliviana, y apostó
mal. Pensó que más de un siglo sería suficiente para que la demanda
marítima quedase archivada definitivamente. Al parecer, pensó,
asimismo, que el régimen de Ubre tránsito y algunas facilidades
portuarias compensarían la necesidad de un acceso costero soberano
al océano Pacífico. Fue un error de cálculo que tiene que ser
enmendado, o lo que sería inaceptable, una actitud deliberada para
mantener a Bolivia atrasada y dependiente.
Está claro que los conflictos que tienen su origen en cesiones
territoriales, forzadas por tratados que violentaron los límites de lo
razonable, no se disuelven por la resignación y el olvido de las
naciones afectadas. Mucho menos cuando el despojo es cualitativo.
Bolivia sufrió muchas desmembraciones, es cierto, enormes en
términos cuantitativos. Pero sólo una: la del litoral, la privó de un
atributo de soberanía, que únicamente se puede reparar con la
restitución de un bien de naturaleza jurídica y política equivalente.
Las facilidades de tránsito, los servicios portuarios, los programas de
complementación económica o el comercio, por amplios que pudieran
ser
jamás
compensarán
un
cercenamiento
territorial.
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Pero,
F A C U L T A D D E C I E N C I A S J U R I D I C A S Y P O L I T I C A S
adicionalmente ha significado para el pueblo boliviano una pérdida de
libertad, un confinamiento, al haber sido separado del contacto
directo con las dos terceras partes de la realidad física del planeta,
que es la extensión de los mares y océanos.
El ex canciller de Chile y actual senador, Gabriel Valdés, habría
declarado hace poco a la revista Ercilla que "la cancillería (chilena)
tiene un pecado. Creer que la solución del caso boliviano es
comercial. Y los problemas políticos no son comerciales. Bolivia tiene
un sentimiento que se ha transformado en resentimiento y eso no se
conquista con 30 mil toneladas de azúcar". Cierta o no, tal percepción
es absolutamente certera, y sale al paso de quienes todavía
consideran en Chile que acuerdos comerciales, corredores bioceánicos
o zonas económicas devolverán a Bolivia la cualidad marítima.
Lamentablemente, el historial de las relaciones boliviano-chilenas
está saturado de temas que explican los recelos del pueblo boliviano
y avivan ese resentimiento.
En 1962, Bolivia se vio obligada a romper relaciones diplomáticas con
Chile por el desvío unilateral de las aguas del río Lauca, sin
compensaciones. La drástica disminución del caudal de ese curso de
agua
condenó
a
que
se
convirtieran
en
desiertos
zonas
ya
severamente afectadas por la falta de recursos hídricos. Chile se negó
sistemáticamente a considerar los reclamos bolivianos.
Desde hace casi un siglo, Chile viene utilizando las aguas de los
manantiales Silala, ubicados íntegramente en el departamento de
Potosí (una de las regiones económicamente más deprimidas). La
concesión solicitada y concedida en 1908, tenía como objeto canalizar
artificialmente
dichos
manantiales
para
luego
derivarlos
hacia
territorio chileno. Bolivia, en uso de su legítimo derecho de dominio
originario, otorgó la concesión para que las aguas fueran utilizadas en
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las operaciones del ferrocarril Antofagasta — Bolivia. Hace 50 años
que las locomotoras funcionan a diesel. No obstante. Chile sigue
comercializando los citados recursos sin beneficio alguno para Bolivia.
En los años 70, Chile sembró más de medio millón de minas
terrestres antipersonal a lo largo de la frontera. Y se niega a
removerlas, a pesar de la Convención de Ottawa, suscrita en 1997.
En tales condiciones no es congruente que el vecino país hable de
integración fronteriza.
Chile ya no garantiza el régimen de libre tránsito. En una decisión
insólita resolvió privatizar el ejercicio de obligaciones asumidas en un
Tratado de Paz y Amistad, con la entrega a la administración
empresarial de los puertos de Antofagasta y Arica. La reciente huelga
de estibadores en este puerto ocasionó gravísimos daños económicos
al comercio exterior boliviano.
De acuerdo con un estudio realizado por el prestigioso economista de
Harvard, Jeffrey Sachs, Bolivia pierde, cada año, por su encierro
geográfico, alrededor de 600 millones de dólares. Son costos para el
comercio exterior boliviano que ingresan a la economía de Chile y
corresponden al transporte por el territorio del vecino país (carretero
y ferroviario) y de servicios portuarios. Es el tributo diario y de por
vida que Bolivia seguirá pagando como consecuencia del Tratado de
1904, mientras pierde competitividad.
Lo difícil para recomponer una relación normal con Chile es que no se
trata solamente de olvidar los agravios del pasado, sino modificar las
realidades del presente para abrir las puertas de un futuro distinto.
Con ese ánimo, en febrero de 2000, al iniciarse un nuevo siglo, los
cancilleres de Bolivia y Chile se reunieron en Algarbe, Portugal. El
propósito fue el de explorar las formas que permitieran retomar el
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camino de la reconciliación, a sabiendas de que el trayecto sería muy
largo y lleno de obstáculos. Se adoptó, como método, la elaboración
de una agenda común, que incorporara con una mentalidad abierta,
sin preconceptos, todos los asuntos de interés vital para las partes.
Este compromiso fue recogido en un Comunicado Conjunto (Murillo Valdés) en el que los cancilleres " resolvieron conformar una agenda
de trabajo que incorpore sin exclusión alguna, las cuestiones
esenciales de la relación bilateral, con el espíritu de contribuir al
establecimiento de un clima de confianza que debe presidir el
diálogo". Se pone de relieve, asimismo, " que en la ocasión abordaron
con
una
clara
voluntad
constructiva
y
con
el
fin
señalado
precedentemente todos los temas de interés fundamental para ambos
países, sin exclusiones." El documento de Algarbe enfatiza también
en que "el desarrollo de este diálogo estará encaminado a superar las
diferencias que han impedido una plena integración entre Bolivia y
Chile, con el firme propósito de buscar y alcanzar soluciones a las
cuestiones que afectan a sus relaciones políticas y económicas."
La decisión de abordar todos los temas sin exclusiones ni prejuicios
respondía a la necesidad de adoptar nuevas formas para el
relacionamiento bilateral, de manera que la solución a cada uno de
los asuntos pendientes, eliminaba una barrera y tendía un puente de
acercamiento vecinal. El superar progresivamente los problemas
acumulados en más de un siglo de conflictos se convertía en un
objetivo común, donde la. motivación esencial de este proceso, era
precisamente, ese: construir al final del mismo los fundamentos de
una plena integración binacional. El concepto era y es válido.
En septiembre de 2000 este acuerdo fue ratificado por los presidentes
(Banzer - Lagos) con ocasión del encuentro de Jefes de Estado
Sudamericanos, celebrado en Brasilia, para sentar las bases de la
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futura integración física de la región.
Durante los dos años siguientes se hicieron algunos avances
interesantes. Ocurrió, sin embargo, que la cuestión del gas natural,
por sus dimensiones y la magnitud de los proyectos vinculados a la
comercialización de este recurso energético, se convirtió en el factor
dominante de la agenda.
Chile dejó pasar esta nueva oportunidad. Se negó a considerar las
trata uvas sobre el gas, como parte de un arreglo integral con Bolivia,
que incorporase la centenaria demanda boliviana. Por lo que se sabe,
desestimó, de plano, cualquier salida al Pacífico con soberanía,
ofreciendo, en cambio, una ampliación del régimen de tránsito y de
facilidades portuarias, consistente en la dotación de un área no
mayor
a
las
industria/es,
cuatrocientas
la
construcción,
hectáreas,
operación
para
y
las
instalaciones
mantenimiento
del
gasoducto y la posibilidad de que Bolivia administre, con cierta
autonomía, un régimen aduanero y tributario. En realidad, muchas de
las citadas facilidades fueron concedidas ya en el Acuerdo de
Complementación
de
1955,
que
posibilitó
la
construcción
del
oleoducto Sicasica - Arica.
La opinión pública boliviana se mostró decepcionada. Ante las
resistencias crecientes que asomaban, cada vez que se mencionaba
la opción chilena como la más conveniente para la exportación del
recurso energético, el gobierno comenzó a hablar de un referéndum,
primero consultivo y luego vinculante. Ya era demasiado tarde.
Afloraron, con fuerza arrolladora, los resentimientos hacia Chile,
encendidos en el rescoldo de 125 años y aglutinaron la carga
explosiva del descontento social, que estalló incontenible hasta
expulsar al gobierno el 17 de octubre de 2003.
Como resultado y ante la imposibilidad de que se tomaran decisiones
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como las que esperaban y estimulaban los consorcios interesados,
Bolivia perdió el mercado de California. Chile perdió una inversión
mayor a los 1500 millones de dólares y una fuente segura, barata y
de largo plazo para abastecerse de gas natural, en momentos en que
se ve afectado por una severa crisis energética.
Las intervenciones de los presidentes Mesa y Lagos en la Cumbre de
las
Américas, celebrada en Monterrey, permitieron constatar que hay una
diferencia muy grande en-los respectivos enfoques. Chile insiste en
los foros y declaraciones en que es preciso reemplazar la vieja
mentalidad que originó los conflictos para superar las enormes
equivocaciones del pasado, pero a costa de que; Bolivia resigne
definitivamente su demanda. Bolivia, en cambio, estima que ese
cambio debe traducirse en criterios y actitudes más amplias para
llevar adelante grandes proyectos complementarios que se traduzcan
en un destino solidario. Para que no vuelva a repetirse la consigna
que derribó un gobierno, en el asunto de
la exportación del gas:
"nada por Chile ni para Chile".
|Ho seria útil, sin embargo, haber revisado los datos históricos, si no
los ordenaos conforme a un razonamiento que permita despejar la
visión hacia el futuro.
Las conclusiones podemos resumirlas como
sigue:

La demanda boliviana encaminada a recuperar un acceso
soberano en el océano Pacífico no se extinguirá por el
transcurso del tiempo.

No se puede compensar la pérdida de un atributo, como la
soberanía marítima que ejerció Bolivia, por espacio de 54 años,
sino con un bien jurídico y político de naturaleza equivalente, lo
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que descarta soluciones mediante facilidades de tránsito,
portuarias o para su comercio exterior.

El problema marítimo boliviano sólo podrá ser resuelto cuando
concurran en un mismo momento político internacional, la
voluntad real de Chile para resolverlo, el consentimiento del
Perú y la convergencia de criterios en Bolivia sobre las
características del planteamiento de fondo.
El factor vectorial es, obviamente, la voluntad de Chile. El vecino país
tiene que modificar su enfoque y ver en la solución del problema
marítimo boliviano una ventaja y no una derrota de su diplomacia,
sino algo beneficioso para sus intereses políticos, económicos y
comerciales. La negativa de Chile a considerar el componente del gas
como parte de un arreglo integral con Bolivia le ha privado — como
se dijo - de una inversión no menor a los mil quinientos millones de
dólares y de una fuente de provisión del energético excepcionalmente
favorable en precios y plazos.
El Perú sostuvo siempre que sus propuestas eran flexibles y
negociables. Su respuesta de 1976 bien pudo haber abierto un
proceso de negociación tripartita. Pero, también es cierto, que no
debe considerar su eventual consentimiento para la transferencia a
Bolivia de un territorio al norte de Arica, como una claudicación
diplomática.
El tercer
factor
tiene
que
ver con la búsqueda de
criterios
coincidentes en la opinión nacional boliviana, respecto de las
características y dimensiones de la fórmula que se proponga para la
solución del enclaustramiento geográfico. Ello no puede soslayar el
difícil tema de las compensaciones, sin descartar ninguna.
Me atrevo a sostener que sólo cuando se logre reunir esos tres
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factores en un mismo tiempo político internacional, será posible
encontrar la solución para el enclaustramiento boliviano.
Finalmente, cabe poner de relieve la importancia de un entendimiento
entre países vecinos. El mundo globalizado de nuestros días está
propagando
los
conflictos
e
incrementando
la
dependencia
especialmente en perjuicio de los pueblos más débiles. Los intereses
transnacionales
sistemáticamente
están
subordinando
a los estados. Mientras
metódicamente
y
las naciones cuidan
celosamente sus fronteras, de la vecindad inmediata, éstas son
vulneradas, a cada minuto, por los instrumentos de la sofisticada
penetración tecnológica. Ello ocurre a la par que los países fronterizos
se colocan barreras entre ellos.
En el caso de Bolivia y Chile hay condiciones objetivas para su
complementariedad, distorsionadas por los desaciertos políticos del
pasado
y
las
rigideces
del
presente.
El
potencial
de
esa
complementariedad de sus economías es inmenso.
Hace falta movilizarlo removiendo los impedimentos históricos,
abriendo el diálogo, sin exclusiones, como se acordó en Algarbe. No
se puede renunciar a este instrumento por difíciles que sean las
actuales circunstancias.
CUESTIONARIO WORK PAPER 5
1. ¿Cuál fue la consigna de los pueblos altiplanicos en contra del presidente
Gonzalo Sánchez de Lozada?
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F A C U L T A D D E C I E N C I A S J U R I D I C A S Y P O L I T I C A S
2. ¿Cuál es el factor adverso para el crecimiento de Chile?
3. Explique el tratado de Ancón y el de Lima.
4. ¿En el año 1900, que decía la nota ultimátum de koenig?
5. ¿Cuántos kilómetros cuadrados entrego Bolivia de su Litoral?
6. Explique que títulos poseía Bolivia sobre el pacifico.
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WORK PAPER # 6
UNIDAD O TEMA: Unidad 6, Tema 6
TITULO: EL TEMA MARITIMO
FECHA DE ENTREGA:
PERIODO DE EVALUACIÓN: Segunda Evaluación.-
El tema marítimo
Algunos sectores en Chile consideran que el problema marítimo
reaparece cada vez que el gobierno boliviano tiene problemas
internos y necesita cohesionar al país. Esto no es cierto porque la
demanda marítima boliviana ha sido una constante de la política
exterior y una demanda permanente de la población.
Los conflictos de febrero y octubre de 2003 pusieron nuevamente en
agenda el problema marítimo, lo que demuestra que no fue sólo el
gobierno nacional, sino la población la que reposicionó el tema. El
pueblo boliviano se opuso a exportar gas por Chile, en vista de que el
vecino país no quiere solucionar la demanda marítima.
El enclaustramiento marítimo significa un gran perjuicio para el
crecimiento y el desarrollo económico del país.
Sería importante buscar el involucramiento de los Estados Unidos en
el tema de la reivindicación marítima boliviana. Si se lograra este
apoyo, podría abrirse una puerta para la solución del problema con
Chile. Otro actor que debería ser involucrado en la solución del
problema marítimo es el Estado del Vaticano, que tuvo una
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considerable influencia en la resolución del problema entre Argentina
y Chile.
El gobierno de Bolivia considera que el problema marítimo es
multilateral, trilateral y bilateral. En el ámbito multilateral, el país
debería aprovechar la intermediación de Naciones Unidas, que viene
estudiando desde hace más de 40 años la problemática de los países
sin litoral. En el mundo existen más de 30 estados sin litoral, pero
solamente 2 de ellos están en América Latina (Bolivia y Paraguay).
El drama de los países sin litoral fue discutido en un evento realizado
hace pocos meses en Kazajstán. Uno de los casos más dramáticos de
países sin litoral es el de Bolivia, que fue privado de su acceso
soberano al océano Pacífico durante la Guerra del Pacífico.
Chile cuenta con una de las costas más extensas del mundo y no
perdería nada si cediera un pedazo de su costa a Bolivia.
El territorio en disputa entre Bolivia y Chile en realidad es un pedazo
de desierto.
CUESTIONARIO WORK PAPER 6
1. Analice el tema marítimo del año 2003.
2. ¿Por qué se trataría de involucrar a EEUU en este tema?
3. ¿Cómo Bolivia considera el problema marítimo?
4. ¿A que otro estado seria necesario involucrar?
5. ¿En la política exterior, que significa el mar para Bolivia?
6. ¿Por qué razón Chile se niega a ceder costa a Bolivia?
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DIFF 001
Las negociaciones del ALCA y los procesos de integración
Probablemente para Bolivia era mejor suscribir el ALCA que negociar
un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, debido a que en el
ámbito bilateral se hacen más patentes las asimetrías de poder y de
capacidad de negociación.
Existen planteamientos dentro de las negociaciones del AECA que
podrían favorecer a Bolivia, como ocurre con el tema del tratamiento
especial y diferenciado. En todo caso, este tipo de alternativas
podrían permitir que los beneficios del proceso se repartan de manera
proporcional entre los países desarrollados y en desarrollo.
El tema del ALCA no sólo debe analizarse desde una perspectiva
técnica, pues tiene un fuerte componente político e ideológico.
El punto de vista de la sociedad civil debe ser tomado en cuenta en
las futuras negociaciones comerciales. La sociedad civil parece ser
más proclive al desarrollo de procesos de integración subregionales.
Al hablar de los procesos de integración debe analizarse el recorrido y
el desarrollo institucional seguido por la Unión Europea que se ha
convertido
en
el
modelo
paradigmático
de
los
procesos
de
integración.
Bolivia debe hacer un mejor seguimiento de la política de liderazgo
del Brasil, que se ha expresado en las negociaciones de la OMC, el
AECA y a nivel sudamericano.
En las negociaciones comerciales no sólo se debe hablar de la
posibilidad de
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Suscribir el ALCA, sino también de la posibilidad de firmar un Tratado
de Libre Comercio entre Bolivia Estados Unidos. Este acuerdo podría
ser otro tema de nflicto para la actual administración gubernamental.
Para evaluar el impacto de las negociaciones del ALCA y de un
acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, en primer lugar se
deben analizar los efectos que tuvo el ATPDEA sobre la economía
boliviana y, especialmente, el sector textil.
1. Realice un trabajo grupal y formule preguntas
para ser analizadas con sus compañeros
DIFF 002
El tema de la coca
El país debería tener una visión autocrítica acerca del esfuerzo que ha
hecho para eliminar la coca excedentaria destinada al narcotráfico.
Este esfuerzo no ha sido adecuadamente compensado ni comprendido
por la comunidad internacional.
Es importante analizar y replantear el impacto de las políticas de
lucha contra el narcotráfico sobre la economía de Bolivia.
El problema del narcotráfico se está trasladando desde el Chapare
hacia los Yungas. El epicentro de los nuevos conflictos será la
localidad de la Asunta.
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La política de erradicación no ha significado avances en la lucha
contra el narcotráfico y, más bien, ha contribuido a generar
problemas políticos y tensión social.
Temas como el narcotráfico y el contrabando hacen parte de la
inserción negativa de Bolivia en la comunidad internacional.
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