Majón LeMadrijim Amlat 2008 Majzor 115 Clase: Introducción al Sionismo Profesor: Ariel Bennie Goldgewicht Integrantes: Carolina Ardila Aida Korenfeld Yona Weisleder 01 de junio de 2008 David Ben Gurión (1866-1973) Biografía David Ben Gurión (David Grin) nació en 1866 en Plonsk, Polonia; la cual se encontraba bajo dominio ruso. Su padre era un sionista ferviente y miembro de la Organización Jovavei Zion. Su casa funcionaba como centro de la actividad sionista en la ciudad. Quedó huérfano de madre a los 11 años. Ben Gurión se educó en "el jeder", por lo que recibió una educación tradicional relativamente moderna caracterizada por la utilización del hebreo como idioma de enseñanza. A los 14 años ya era uno de los fundadores del grupo juvenil sionista Ezra y 3 años después, en 1903, se adhirió al Movimiento Sionista Obrero Poalei Zion. Como activista de ese movimiento viajó y difundió sus ideas en Varsovia, Plonsk y otras ciudades. En 1906, resolvió poner en práctica su idea sionista estableciéndose en Eretz Israel, para aquel entonces Palestina, una remota y mísera provincia del Imperio Otomano. Al poco tiempo de su llegada fue elegido miembro del comité central de Poalei Zion y en octubre de ese mismo año tomó parte de la convención en Ramla, que formuló la primera plataforma del partido en conceptos socialistas-marxistas de acuerdo con Borojov. En 1911, participó como delegado en el 11avo Congreso Sionista junto a Itzjak Ben Tzvi. En ese mismo año Ben Gurión y un grupo de jóvenes sionistas iniciaron sus estudios superiores en universidades turcas, teniendo como objetivo primordial establecer lasos estrechos con los círculos gobernantes del Imperio y participar en sus luchas políticas. En 1917, Ben Gurión contrajo matrimonio con Pola Munweis, una enfermera nacida en Minsk. En 1921, fue elegido Secretario General de la Histadrut, la cual había sido fundada un año antes. De 1918 a 1933, Ben Gurión se dedicó al activismo político socialista, con el objetivo de obtener la unidad de los trabajadores de Eretz Israel en los marcos de la Histadrut. En el periodo comprendido entre 1933 y 1948, fue Presidente de la Agencia Judía y como tal, una especie de Primer Ministro del Estado Judío en ciernes. Durante 1948 y 1963, ocupó los cargos de Primer Ministro y Ministro de Defensa de Israel, guiando al joven estado durante los difíciles momentos de la Guerra de Liberación y Campaña del Sinaí. También estaba a la cabeza del país cuando llegó una ola de inmigración masiva, que propulsó un acelerado desarrollo económico, científico y urbano. En 1963, Ben Gurión pasó por una época muy difícil cuando se encontró del lado opositor a todos sus antiguos camaradas políticos, esa oposición fue interna al principió y externa más adelante. Se vio alejado del Partido Laborista. En ese mismo año renunció al gabinete y recomendó a Levi Eshkol como su sucesor. Después de esto se retiró a su lugar preferido, el kibutz Sde Boker, en donde se dedicó a escribir la historia del renacimiento de Israel. A través de los años, Ben Gurión formó parte de la fundación y conducción de diversos partidos políticos, entre ellos: Mapai, Rafi, Ajdut Avodá y más adelante, Avodá. David Ben Gurión murió poco después de la Guerra de Yom Kipur (1973) con 87 años de edad y fue enterrado junto a su esposa en el kibutz Sde Boker. David Ben Gurión Como Líder No cabe duda de que Ben Gurión fue un líder, la principal prueba de ello es el fuerte Estado moderno que consolidó. Su capacidad para movilizar las masas demuestra que su liderazgo venía como parte de su personalidad y no solamente con los cargos que ocupó como Primer Ministro y Ministro de Defensa, entre otros. Ejemplo de ello es la fuerza que ejercía sobre sus contemporáneos, puesto que cada vez que se alejaba de un partido y fundaba otro, decenas de personas lo seguían, simplemente por ser él. A pesar de que David Ben Gurión decía que no se podía describir a la creación del Estado como la obra de un solo hombre, sabemos que su personalidad imprimió un sello decisivo en el nacimiento del Estado Judío. Sin una visión y misión claras, el joven Estado Judío jamás hubiera logrado convertirse en la potencia internacional que es hoy día; puesto que un líder no sólo mueve a la gente, sino la dirige por un camino determinado. Ben Gurión siempre fue un hombre de palabra y de fuertes ideales; esto lo podemos observar en su explícito desprecio por la Diáspora y su postura clara con respecto al sionismo; la cual, según él, ubica a la alía como única forma de actividad sionista. No obstante, con el tiempo aprendió que ciertas modificaciones, tanto en su ideología como en las plataformas de los Partidos Políticos a los que pertenecía, eran vitales para el desarrollo adecuado del país. Su capacidad de cambiar y adaptarse, le permitió liderar en diferentes momentos de la historia de Medinat Israel, manteniéndose actual. Una herramienta muy común en Ben Gurión fue el discurso historizado, este método es utilizado cuando se busca fortalecer un sentimiento nacional y el arraigo de los pobladores a la tierra y sus instituciones. La Biblia, vista por Ben Gurión como “la fuente vital de inspiración y prueba de la especificidad y la creación histórica judía”, fue utilizada como el documento histórico que proveyó de una perspectiva judía de tiempo y continuidad. En una de sus obras sobre la Campaña del Sinaí en 1956 se refirió al Tzahal de la siguiente manera: “El Ejército de Defensa de Israel… que demostró el heroísmo judío en todo su esplendor… como no aconteció quizás desde los días de Josué y el Rey David”. No obstante, siempre separó la parte histórica de la Biblia de los preceptos, lo cual generó controversias con algunos sectores religiosos de la población que discreparon con la forma en que Ben Gurión utilizaba elementos bíblicos con fines didácticos y educativos; puesto que su cariño especial a la Biblia venía desde una visión laica y a pesar de ser un gran estudioso de ella, nunca fue una persona practicante. Ben Gurión creía en la concepción del pueblo judío como “pueblo elegido”, mas no desde una posición de superioridad, sino que consideraba que “somos por nuestra esencia el pueblo más aislado, y al mismo tiempo somos el pueblo más universal”; por lo tanto, debemos ser un pueblo ejemplar y esta idea sólo se puede cristalizar si paralelamente somos un Estado ejemplar. David Ben Gurión creció bajo la ideología socialista y siempre se ubicó al frente de diversos movimientos u organizaciones de esta índole. Sin embargo, con el correr de los años su arraigo a dicha ideología se fue debilitando. En primer lugar por el giro que tuvo la percepción del socialismo en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial; segundo, Ben Gurión sabía que no podía luchar contra el régimen capitalista en el cual se encontraba, sino debía moldear la economía del Estado en los marcos del sistema vigente; y en tercer lugar, por la aparición de un nuevo objetivo: la creación de una sociedad supraclasista. Este es quizás uno de los puntos que causa mayor discrepancia en relación con la labor de Ben Gurión. Por un lado, la búsqueda de una sociedad igualitaria y nacional, que sobrepasara sus ideales de forjar una sociedad socialista, le valieron grandes aliados; puesto que se consolidó un sentimiento nacional. Por su parte, el sistema del “crisol de razas”, donde las identidades culturales de los diferentes olim eran reprimidas con el fin de fomentar una cultura nacional única, representa grandes repercusiones en la sociedad actual; debido a que a muchas personas se les impuso un modelo del “israelí ideal”, al cual se debieron acoplar y no se les permitió contribuir con su propio aporte cultural. Esta nueva visión del quehacer nacional de Ben Gurión fortaleció su imagen como líder carismático; sin embargo, su rol de líder partidario fue perdiendo paulatinamente su base de sustentación. Otra cosa que hizo de Ben Gurión un líder controversial fue su postura hacía el terrorismo y la prevención del mismo. Dentro de la concepción de Ben Gurion, el Estado no era un fin de sí mismo sino un medio para alcanzar objetivos más grandes; pero al darse cuenta de que este Estado podía dejar de existir si no empezaba a valerse por sí mismo y a defenderse, cambió su posición al respecto y la seguridad nacional se convirtió en una especie de obsesión para él. Este cambió no se dio de golpe, sino que varios incidentes, como la impotencia de las Naciones Unidas ante la constante agresión árabe, lo llevaron a adoptar la doctrina del ”primer golpe”, en la cual Israel no solo atacaba como forma de represalia, sino que también prevenía futuros ataques. Ben Gurión creyó que si utilizaba esta fuerza disuasiva lograría que los países árabes se dieran cuenta que era imposible destruir al Estado de Israel y eventualmente desistieran en su ataque. “Ben Gurión no se conformó con lo existente sino que supo encarar el futuro con osadía, en búsqueda de lo nuevo. Él no vio en el liderazgo un premio honorario o una corona de laureles, sino una especie de desafío. Creía en la misión histórica, pero estaba convencido que ésta debía ser forjada con las manos. Creía en la masa, pero sabía que ésta debía ser conducida hacia el objetivo, no seguida por sus líderes.” (Meltzer, Rubén. David Ben Gurión. Colección: Grandes Líderes del Sionismo.). Es por esto que aseveramos que Ben Gurión fue un gran líder. Información extraída de Wikipedia: David Ben-Gurión David Ben-Gurión Primer Ministro de Israel Período 1948-1954 1955-1963 (2º) – (1º) • Partido político Partido Laborista Israelí • Predecesor Moshé Sharet (2º) • Sucesor Moshé Sharet Levi Eshkol (2º) Nacimiento Płońsk, Polonia, 16 de octubre de 1886 Fallecimiento Sedé Boker, 1 de diciembre de 1973 Profesión Sindicalista (1º) David Ben-Gurión (ּגּורּיֹון ִ )דָּ וִד בֶּן. Líder sionista, sindicalista, periodista, político y estadista israelí (Płońsk, Polonia, 16 de octubre de 1886 - Sedé Boker, Israel, 1 de diciembre de 1973), fue el primer Primer Ministro de Israel (1948-1954 y nuevamente en 1955-1963) y uno de los principales mentores del Estado judío. Personalidad emblemática y de fuerte carisma, fue quien proclamó oficialmente la independencia del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948. Infancia y adolescencia Nacido David Grün (léase Grin) en la aldea de Płońsk (hoy Polonia, a la sazón parte de la Rusia zarista), fue educado de pequeño en un «jéder», institución tradicional de estudios judíos primarios con orientación religiosa. Posteriormente, y huérfano de su madre Sheindl a los 11 años, pasó a estudiar en una escuela fundada por su propio padre, Avigdor, quien le inculcó su avidez por el renaciente hebreo, sus convicciones sionistas y socialistas, y su pasión por la cosa pública. Los aires de profundo antisemitismo que campearon en la Europa Oriental de principios del siglo XX, uno de cuyos puntos álgidos fue el pogromo de Chişinău de 1903, contribuyeron también a forjar su visión de vida. De tal manera, y siendo aun muy joven, fundó junto a un grupo de amigos de su Płońsk natal un movimiento juvenil judío, «Ezra», que preparaba a los jóvenes sionistas dispuestos a emigrar a Palestina en el aprendizaje de las labores agrícolas y del hebreo. A los 18 años se trasladó a Varsovia y se sumó a las filas del partido político sionista socialista «Po'alei Sión» (del hebreo, "obreros sionistas"), siendo arrestado dos veces en tiempos de la revolución de 1905. En 1906, con 20 años, decidió consumar su ideal sionista emigrando a Palestina, a la sazón bajo dominio del Imperio Otomano, en la denominada «Segunda Aliyá» u ola de inmigración sionista. Primeros años en Palestina y exilio Una vez en Palestina, fiel a sus convicciones sionistas y socialistas, según las cuales el judío debía volver a sus raíces y al trabajo de la tierra, y para predicar con el ejemplo, se dedicó por varios años a la agricultura, primeramente en las plantaciones de cítricos de Petaj Tikva y en los viñedos de Zikhron Ya'aqov, para pasar luego a Galilea, estableciéndose sucesivamente en los asentamientos de Séjera, Menajamía y Kinéret. Paralelamente, siguió desarrollando su actividad pública, sumándose ya en 1906 al partido «Po'alei Sión» de Palestina, que devendría con el correr de los años en el Partido Laborista Israelí, y cuyo liderazgo ejercería en un futuro por largos años. A sus esfuerzos se debió, en 1907, la reforma de la plataforma del partido, que incorporó el llamado a la "independencia política del pueblo judío en esta tierra". En 1909 fue uno de los promotores y fundadores de la organización hebrea «Hashomer» (del hebreo, "el centinela"), grupo armado destinado a defender a los asentamientos judíos de bandidos y malhechores. En 1910, se contó entre los fundadores y primeros editores del periódico de su partido, «Ajdut» (hebreo, "unión"), en el que comenzó a firmar sus artículos con el nombre de David BenGurión, inspirado en Yosef Ben-Gurión, uno de los líderes de la rebelión de los judíos contra los romanos (años 66-73). La revuelta de los Jóvenes Turcos de 1908, y su consecuente promesa de un cambio renovador en la anquilosada política otomana, llevó al joven Ben-Gurión a depositar las esperanzas del movimiento sionista en los nuevos políticos turcos. Fue así que en 1912, tomó la decisión de estudiar derecho en Constantinopla, no sin antes pasar una temporada en Salónica con el fin de aprender el turco. Durante su estancia en la capital del ya languideciente Imperio Otomano, buscó ser elegido diputado y aun ministro, para promover la libre inmigración judía a Palestina, coartada y cercenada por el gobierno osmanlí. Empero, el estallido de la Primera Guerra Mundial abortó sus planes: sus estudios de derecho se vieron truncados, e incluso las autoridades otomanas le acusaron de agitador pro-sionista, y en ocasión de unas vacaciones en Palestina le expulsaron a Egipto, y de allí buscó exiliarse en los Estados Unidos, donde llegó en 1915. Durante su estancia en Nueva York, que se prolongó hasta fines de 1918, conoció a quien sería su esposa y compañera de toda la vida, Paula, con la cual tuvo sus 3 hijos. Ben-Gurión no cejó en momento alguno en su actividad pública, en cuyo marco estuvo entre los fundadores del movimiento sionista «Hejalutz» (hebreo, "el pionero"); y luego de la derrota y posterior desmembramiento del Imperio Otomano y la llegada de los británicos a Palestina y la declaración de apoyo a la causa sionista del ministro inglés de Exteriores, Lord Arthur Balfour, en 1917, bregó también por el reclutamiento de la juventud sionista a la «Legión Judía», cuerpo de voluntarios del ejército inglés, al cual él mismo se sumó. No menor importancia tuvieron los aires de libertad y democracia que respiró en los Estados Unidos por primera vez en su vida, que dejaron una honda impresión en su espíritu, y que influyeron posteriormente a lo largo de su camino. De vuelta en Palestina A su vuelta a Palestina, paralelamente a la entrada triunfal de las fuerzas británicas comandadas por el general Edmund Allenby, en las postrimerías de 1918, se abocó con todo su ahínco a la creación paulatina de las instituciones, que permitirían en su día la concreción del sueño sionista de Ben-Gurión: la creación de un Estado judío independiente y soberano en la Tierra de Israel. Así, estuvo entre los fundadores en 1920 de la «Histadrut», la confederación sindical de trabajadores hebreos de Israel, cuyas riendas llevó con mano férrea —y aún despótica— como secretario general, desde 1921 hasta 1935. Bajo el mando de Ben-Gurión, la Histadrut se convirtió en una poderosa corporación económica, dueña de fábricas, cooperativas agrícolas y de producción, servicios de salud, y hasta su propio banco, Hapoalim (hebreo, "los trabajadores"), que brindaron en su conjunto la infraestructura económica y política de lo que dio en llamarse «el Estado en camino», y que dominaron la escena económica del país por largas décadas. Asimismo, condujo en 1933 a la fusión de los distintos partidos políticos de orientación sionista, laica y socialista, en el partido «Mapai», el Partido Laborista Israelí, por sus siglas en hebreo, del que fue secretario general por no menos de cinco lustros. En 1935, es elegido presidente del ejecutivo de la Agencia Judía, la Sojnut, virtual Poder Ejecutivo del «Estado en camino» y verdadero «Estado paralelo» al Mandato británico, cargo que ocuparía hasta la creación misma del Estado, el 14 de mayo de 1948. Camino del Estado de Israel Al mando de los designios de la comunidad judía en Palestina desde 1935, Ben-Gurión se dedicó a la consolidación del futuro estado judío, contribuyendo como ningún otro prohombre judío a establecer las líneas básicas que le caracterizarían hasta el día de hoy. Su visión del conflicto árabe-judío fue casi siempre pragmática. A mediados de 1937 Ben-Gurión aceptó, al menos de facto, el principio de partición de Palestina propuesto por la comisión británica investigadora de los disturbios árabes iniciados en 1936, presidida por Lord Earl Peel, y estuvo dispuesto a conformarse con un estado independiente, así fuera sólo en una pequeña parte - el 20 por ciento - de la Tierra de Israel histórica. Su criterio fue compartido por Jaim Weizman y Moshé Sharet, futuros primer Presidente de Israel y segundo Primer Ministro de Israel, respectivamente, aunque rechazada por otros dirigentes sionistas, como Ze'ev Jabotinsky, Berl Katzenelson y Golda Meir, entre otros. Pragmática también fue su respuesta a la revuelta árabe de 1936, que se prolongó hasta 1939: Ben-Gurión fue un firme partidario de una respuesta moderada que evitase la escalada de violencia, y llamó a evitar la pérdida de vidas inocentes, la Hagana, organizacion de defensa judía ligada a la histadrut, durante este periodo tuvo hacia las agresiones arabes una politica de autocontencion havlaga, lo que dividio aun mas a los sectores oficiales de orientacion de izquierdas y los sectores disidentes revisionistas como el Irgun. Con la publicación del Libro Blanco en 1939, por el cual Gran Bretaña establecía fuertes restricciones a la libre inmigración judía a Palestina, y grandes trabas a la adquisición de nuevas tierras a manos de judíos, Ben-Gurión abandonó su consabida política de cautela y gradualismo, para adoptar una firme línea activista frente al Mandato inglés. Durante la Segunda Guerra Mundial, su estrategia frente al conflicto creado entre la firme oposición hebrea a las restricciones británicas, y el hecho de que Gran Bretaña combatía contra la Alemania nazi, fue resumida sucintamente en su afirmación de que los sionistas «combatirían contra los nazis como si no existiera el Libro Blanco, y combatirían el Libro Blanco como si no hubiera guerra». Después de la guerra, desafió la autoridad británica organizando la campaña masiva de inmigración ilegal, y buscó expandir las fronteras de facto del futuro estado, creando rápidamente nuevos asentamientos judíos en muchas partes del país. Asimismo, impulsó el desarrollo de una sólida y eficaz capacidad de defensa judía, y presionó a los países occidentales amigos a vender a los judíos, armamento pesado: artillería y aviones. Vida política El 14 de mayo de 1948, (el 5 de Iyar de 5708), leyó Ben-Gurión en Tel Aviv la declaración de independencia del Estado de Israel; inmediatamente al cabo de la cual, el país fue atacado por siete estados árabes - Egipto, Siria, Jordania, Líbano, Irak, Arabia Saudita y Yemen - en lo que fue el comienzo de la Guerra de Independencia de Israel. Una de sus primeras órdenes, como jefe de Estado de facto, fue la de unificar a todos los grupos combatientes hebreos, creando así al Ejército de Defensa de Israel, el Tsáhal (por sus siglas en hebreo). Ben-Gurión otorgó a la consolidación de las Fuerzas Armadas y a la desaparición como tales de las milicias previas al Estado, una importancia tal, al punto que no dudó en mandar bombardear hasta su hundimiento al barco rebelde "Altalena", con Menájem Beguin a bordo, con tal de imponer la supremacía del nuevo estado e impedir el caos que supondría la tolerancia de grupos armados independientes. El 25 de enero de 1949, aún sin haber concluido la guerra, tuvieron lugar las primeras elecciones al parlamento israelí, la Knéset, de las cuales Ben-Gurión surgió electo como primer Primer ministro, al mando del partido Laborista que se alzó con 46 escaños de los 120 en juego, ocupando asimismo el cargo de ministro de Defensa. Ben-Gurión se abocó con el ímpetu que lo caracterizó, a la ardua tarea de construir, estabilizar y consolidar un país en permanente conflicto, semidespoblado, desprovisto de materias primas u otras riquezas, y extremadamente heterogéneo en su composición demográfica. Su peculiar percepción histórica, que combinaba permanentemente lo sublime con lo mundano, le llevó a abrir de par en par las puertas de la inmigración judía al nuevo estado, aun a costa de instalar a las multitudes recién llegadas en míseros caseríos maltrechos, y de imponer un durísimo sistema de racionamiento de comestibles y otros bienes a toda la población, que se prolongó hasta fines de los años 50. Producto de ese mismo realismo, firmó el 10 de septiembre de 1952, con el a la sazón Canciller de Alemania Occidental, Konrad Adenauer, un extremadamente controvertido acuerdo de indemnizaciones y rentas alemanas, como retribución inicial y parcial por los bienes confiscados y por los trabajos forzados - que no por las vidas perdidas o el sufrimiento causado a los judíos en el Holocausto - perpetrados por la Alemania nazi. El retiro al desierto Uno de las más consabidas ideas de Ben-Gurión, fue la de ver poblar y florecer al inhóspito desierto del Néguev, que ocupa gran parte del sur de Israel. Así, renunció el 7 de diciembre de 1953 a su cargo de premier y a todos los otros puestos claves que venía ejerciendo desde hacía décadas, y se mudó a una cabaña construida especialmente para él y su inseparable esposa Paula, en el sureño kibutz de Sedé Boker. Allí, se entregó a la lectura y a la escritura de libros y memorias, amén de convertir a la archiconocida cabaña en una verdadera meca de peregrinación de todos los estamentos de la sociedad; muy especialmente jóvenes con quienes mantenía un diálogo nutrido y fluido y a quienes pretendió servir de ejemplo, e incluso estadistas extranjeros le visitaron en el desierto durante su "exilio". De todos modos, nunca se llegó a desligar del quehacer político: Ben-Gurión fue muy criticado por seguir manipulando tras bambalinas los tejes y manejes de la política israelí, al punto de minar la autoridad de su sucesor y quien fuera bajo su gobierno el ministro de Exteriores, el poco carismático Moshé Sharet. Segundo periodo como Primer ministro Al cabo de poco más de un año de retiro voluntario, el 21 de febrero de 1955, Ben-Gurión decidió volver a Jerusalén, retomando el cargo de ministro de Defensa bajo el gobierno de Moshé Sharet, y ya en julio del mismo año, es nuevamente electo Primer ministro. De esta nueva incursión en la vida política del país, se recuerda principalmente su campaña militar del Sinaí del 29 de octubre al 5 de noviembre de 1956, con Gran Bretaña y Francia como aliados; y en general, el estrechamiento de los vínculos entre este último país e Israel, hasta el punto de una gran amistad entre Ben-Gurión y el presidente francés, el general Charles de Gaulle. En esta época, su gobierno comenzó el desarrollo secreto del complejo nuclear de Dimona, proyecto encaminado y desarrollado por el joven secretario de Defensa y ya mano derecha de Ben-Gurión por aquellos años, Shimon Peres. En las postrimerías de su intensa vida política, se enfrascó en acérrimos combates intestinos con varios de sus rivales políticos del seno del Partido Laborista, todo debido al fiasco de un burdo intento de manipulación de espionaje israelí en Egipto, conocido como "el caso Lavón", por su sucesor como ministro de Defensa, Pinjas Lavón, quien se cree que dio la malograda orden. Si bien los sucesos acontecieron durante el retiro de Ben-Gurión al Néguev, sus efectos comenzaron a filtrarse a la opinión pública a principios de los años 60. Tales escaramuzas, y diversas decisiones impopulares tomadas por despóticas, minaron notablemente la imagen de Ben-Gurión dentro de su partido y en la opinión pública, y le llevaron a la renuncia definitiva a su cargo de Primer ministro, el 16 de junio de 1963, a los 77 años de edad. Últimos años La vejez, no sólo no apaciguó la iracundia del viejo líder, sino por el contrario, le llevó a enconadas discusiones y profundos desencuentros con sus correligionarios laboristas, que le llevaron, a los 79 años de edad, a enemistarse con sus otrora compañeros Moshé Sharet y Levi Eshkol, y a abandonar de un portazo al Partido Laborista, creando un nuevo partido, Rafi ("Lista de trabajadores de Israel", por sus siglas en hebreo), secundado por Shimon Peres y Moshé Dayán. El nuevo partido obtuvo 10 escaños en las elecciones a la sexta legislatura del 2 de noviembre de 1965, menos de la mitad de lo que Ben-Gurión esperaba. Cuando sus nuevos correligionarios de Rafi decidieron volver a unirse con el Laborismo, Ben-Gurión prefirió quedarse solo como bancada de un solo hombre. Para las elecciones a la séptima Knéset del 28 de noviembre de 1969, a la edad de 83 años, y sin dar su brazo a torcer, fundó un nuevo partido, con tal de no volver con sus ex-compañeros: el Partido Institucional, que obtuvo 4 escaños de un total de 120. En 1970, cansado ya de tanta lidia, volvió a su cabaña de Sedé Boker, ya sin Paula, que había fallecido en 1968. Sus últimos años le vieron en su desierto amado, dedicado a la lectura de la Biblia, a la gimnasia Feldenkrais y a escribir sus memorias. Lúcido e inmiscuido en la vida pública hasta el fin de sus días, llamó luego de la Guerra de los Seis Días a devolver todos los territorios conquistados al cabo de la contienda, excepto Jerusalén oriental y los altos del Golán, a cambio de una "paz verdadera" con los vecinos árabes. David Ben-Gurión falleció el 1 de diciembre de 1973 (6 de Kislev de 5734). Su tumba, junto a la de su esposa Paula, está enclavada en el desierto que quiso ver florecer, y que hasta ahora no lo fue. El pensamiento de Ben-Gurión Ben-Gurión fue uno de los primeros dirigentes sionistas, que intentó desentrañar el rechazo total de los árabes al Estado de Israel, e incluso se embarcó en la dura tarea de llegar a una reconciliación entre ambos contendientes al mismo pedazo de tierra. Sus posiciones fueron siempre de un crudo realismo, a costa de exponerse a las acérrimas críticas de sus opositores de la derecha sionista o de las corrientes judías religiosas. Su interés primero fue siempre la creación de una patria para los judíos, que ofreciera refugio seguro ante cualquier persecución; y sólo en segundo lugar, las pretensiones territoriales: «Prefiero la unidad del pueblo judío, a la unidad territorial de Israel», dijo. Fiel a sus convicciones, estuvo siempre dispuesto a recorrer un largo trecho en forma de concesiones a cambio de la paz con los vecinos árabes, aunque consideraba que la condición sine-qua-non para una paz duradera, era un Estado de Israel fuerte, autosuficiente y respetado por los países de la región. Ben-Gurión siempre tuvo conciencia cabal de su lugar en la historia: así fue que se encargó de documentar sus actividades en un enorme y ordenado patrimonio; mientras que sus diarios personales, abarcan no menos de cientos de miles de páginas. Motivado tanto por el deseo de excelencia en el liderazgo como por sus ansias de saber, fue un ávido lector, particularmente de historia y filosofía política y religiosa: su biblioteca personal contaba con no menos de 20.000 volúmenes. Sus viajes por el mundo lo convirtieron en políglota, aunque no menos importancia tuvo su perfeccionismo en todo aquello que cautivara su curiosidad: llegó incluso a estudiar el griego, sólo para poder leer a Platón en su idioma original.