libro: fertilidad de suelos para praderas tropicales

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LIBRO: FERTILIDAD DE SUELOS PARA PRADERAS TROPICALES
Autor: Jorge Vázquez Gómez
1. INTRODUCCIÓN:
La ganadería bovina nacional en lo general y particularmente la ganadería
tropical enfrentan serios retos de productividad y competitividad. La apertura de
nuestras fronteras a la libre importación de productos pecuarios, especialmente
leche y carne bovinas, dentro del marco del TLC con Estados Unidos y Canadá,
ha puesto en serio peligro la permanencia de la ganadería como una actividad
rentable y competitiva frente a productos extranjeros, quienes además de recibir
altos subsidios a su producción también lo hacen para su exportación. Ambos
apoyos, permiten salir al mercado mundial a precios artificialmente reducidos que
les permite competir ventajosamente contra los productos provenientes de países,
que como México, no subsidian en forma importante a su ganadería; que por lo
mismo, son más caros.
Tal condición más la incapacidad de nuestro país para producir los alimentos
que consumimos ha ocasionado que tengamos que importar volúmenes
importantes de tales agroalimentos. Así, traemos del extranjero el 72% del arroz,
57% del frijol, 25% del maíz, 35% de leche en polvo, 30% de carnes bovinas, entre
otros productos. En total importamos cerca del 40% de los agroalimentos que se
consumen en el país.
Tal situación ocasiona un serio riesgo para la soberanía alimentaria de México
al depender del extranjero para satisfacer su demanda interna. Cuando existen
tierras, climas y productores que pueden cosechar los volúmenes requeridos.
Para el caso específico de la ganadería tropical, esta región mantiene un hato
bovino de 13.5 millones de cabezas que significan el 46% del hato nacional. A su
vez, produce unos 545 mil toneladas de carne en canal equivalentes al 38% del
total del país y oferta 1.5 millones de litros animales de leche, un 14% de la
producción nacional. Tales datos sustentan la importancia de la ganadería bovina
tropical en el abasto nacional de alimentos de origen vacuno.
Por otro lado, ha sido ampliamente aceptado que las zonas tropicales del país
poseen un alto potencial productivo ganadero siempre y cuando se resuelven los
factores limitantes que detienen el mejoramiento productivo de carne y leche.
Se reconoce que los trópicos poseen varias ventajas comparativas para la
producción bovina como son: Alto potencial forrajero, mano de obra barata,
menores costos de producción y alta capacidad de producir carne y leche.
Producir carne y leche bovina en pastoreo a bajo costo debe ser, por ahora, la
principal ventaja de la ganadería tropical que debe ser impulsada prioritariamente,
para hacer de esta actividad más rentable y competitiva frente a los competidores
nacionales y extranjeros.
Paralelamente, los trópicos también poseen fuertes limitantes tales como: razas
poco productivas, problemas de alimentación y sanidad, carencia y bajo uso de
tecnologías, escasa infraestructura agroindustrial y de servicios, problemas
financieros y de comercialización que a manera de cuellos de botella impiden
incrementar su productividad y competitividad,
Dentro de los factores limitantes señalados, sobresalen los problemas de
alimentación tanto en la cantidad de forraje ofertado (abundante en lluvias y
deficitario en secas) como en la calidad (contenido nutrimental) que en conjunto
ocasionan problemas de desnutrición e impiden a los animales pastantes alcanzar
su potencial productivo a lo largo del año.
Producir altos volúmenes de pasturas con calidad nutrimental suficiente
depende de varios factores, pero en especial depende de la fertilidad de suelo
donde crecen las plantas forrajeras, el cual aporte los nutrientes esenciales para
alcanzar el crecimiento potencial de las pasturas. En otras palabras, la fertilidad
del suelo es el factor principal que más determina la cantidad y calidad de las
pasturas que consumen los animales tanto como forraje o en pastoreo.
Bajo éste, considerando, el manejo del suelo y su fertilidad es uno de los
aspectos que más afectan la productividad y competitividad de la ganadería a
través de la producción y calidad de las pasturas, que al nutrirlas adecuadamente
permiten alcanzar su potencial de rendimiento de carne, leche y crías.
Y es con el propósito central de integrar conocimientos y experiencias sobre el
suelo y su fertilidad en la producción de pasturas tropicales con que se escribirá el
presente libro señalado.
2. LA FERTILIDAD DE SUELOS EN LA PRADERA.
Mientras la distribución del temporal lluvioso es el factor que más limita la
producción (disponibilidad de forraje) a lo largo del año, es la fertilidad del suelo,
en especial por la deficiencia de nitrógeno, quien más determina la productividad
(rendimiento) de las pasturas en los trópicos. Muchos resultados han demostrado
que la solo aplicación de dosis de nitrógeno eleva marcadamente la producción de
materia seca en las praderas. Uno de estos es el trabajo de Hensell (1963) quien
encontró que al no aplicar N al pasto Rhodes cosechó 2 t MS/ha, mientras que al
fertilizar con 448kg N/ha el rendimiento se elevó a 20 t MS/ha. Otros trabajos
similares son las de Caro – Costas et al. 1961, 1965.
Las deficiencias de otros macro y microelementos, puede superarse por una
fertilización base y de mantenimiento a un costo moderado. Además, en el caso
del fósforo y potasio, algunos suelos retienen a estos elementos, los cuales son
liberados y con el tiempo, las aplicaciones de mantenimiento pueden reducirse.
Con los microelementos tales como el cobre, zinc, molibdeno, etc. las aplicaciones
son requeridas solo en largos intervalos de tres o siete años. Sin embargo, con
nitrógeno, este elemento no es retenido por el suelo y por lo tanto debe aplicarse
cada año y frecuentemente en dosis elevadas, más de 100 Kg./ha/año para
observar respuesta evidente.
El nitrógeno es importante en la productividad de las pasturas en tres aspectos
sobresalientes: Primero, porque el N incrementa el contenido de clorofila de las
hojas, elevando su capacidad de fotosíntesis; segundo, en el mejoramiento del
rendimiento de la materia seca la cual está a menudo linealmente relacionado con
la disponibilidad de nitrógeno hasta determinados niveles; y tercero, en la
elevación del contenido de proteína, hasta cierto punto, un aspecto fundamental
en la calidad de la pastura.
Mientras la carga animal es por mucho, una función de la producción de materia
seca en la pradera, la producción por animal es función de la calidad y
disponibilidad de la pastura. Es por esto que el nitrógeno juega un papel clave en
la productividad pecuaria bajo pastoreo.
Por ser el N el nutriente más limitante de la productividad de la pradera, se
ahondará más en él.
2.1. FUENTE DE NITRÓGENO PARA LA PRODUCCIÓN DE FORRAJE
Las fuentes de nitrógeno para las pasturas son las siguientes y serán brevemente
comentadas:
a) Nitrógeno del suelo. Este nitrógeno formado en el suelo proviene por una
acumulación de materia orgánica, más el adicionado por los
microorganismos fijadores de N que viven en forma libre; como bacterias,
algas azules – verdes y el nitrógeno adicionado por las lluvias.
b) El nitrógeno aplicado con los fertilizantes químicos, abonos orgánicos,
deyecciones y el reciclado en los residuos de las pasturas.
c) El nitrógeno adicionado por la fijación simbiótica de las leguminosas, y
d) El nitrógeno fijado por organismos asociado con algunas pasturas tropicales
como Azospirilium, Beijerinckia, Azotobacter, entre otras.
a) Nitrógeno del suelo.
Bajo condiciones de pastoreo extensivo y con la ausencia significativa de
leguminosas como componente de la pradera, el nitrógeno que contiene la
materia orgánica del suelo es la principal y frecuentemente la única fuente de N
para esas vastas superficies de pradera. Bajo muchas condiciones tropicales el
nivel de N edáfico es bajo, convirtiéndose en un serio limitante de la producción
de la pradera y que a su vez induce un bajo contenido de N (proteínas) en la
pastura, aunque a veces la cantidad de N en la zona radicular pudiera ser alto,
frecuentemente suele no estar disponible a las plantas. La razón por el cual el
N suele ser escaso en los suelos tropicales se debe principalmente al efecto
del lavado que realizan las intensas lluvias además que es el nutriente que
más absorben las plantas y en mayor cantidad.
Por ello, la falta de N que limita la producción de la pastura, no es solo la
cantidad total de N en el perfil del suelo, sino la tasa a la cual el nutriente
orgánico es mineralizado a iones disponibles (NO3-, NH4+) como es la forma en
que son absorbidos por las plantas. Resultados de investigación indican que la
tasa de mineralización bajo pradera, es menor de 1% por año. Por lo cual, en
un suelo que contenga 2,000kg N total/ha, menos de 20kg N/ha/año estará
disponible para consumo (Hensell 1968). Por su parte Norman (1966)
encontró que en un perfil de suelo arcillo – limoso bajo pastura natural, en
Australia, contenía 3000kg N/ha y solo 6kg N/ha/año se tornaban disponible
para consumo por la planta. Estas cantidades de N disponibles son obviamente
insuficientes para soportar una alta producción y calidad del forraje (y por ende
de leche o carne) proporcional al potencial productivo que las especies
forrajeras suelen tener. Esto explica la importancia de la fertilización
nitrogenada y del N aportado por la fijación biológica.
b) Nitrógeno aplicado como fertilizante químico.
Los fertilizantes químicos nitrogenados han sido ampliamente utilizados en los
últimos 50 años, para la producción intensiva en praderas de climas templados
de Europa y EUA y de climas tropicales de América Latina. Dosis de 70 –
100kg de N/ha/año han sido los niveles usuales. Sin embargo, el alto precio del
producto ha hecho incosteable su aplicación y, se ha buscado sustituirlo por el
nitrógeno fijado por leguminosas (Rhizobium), por las gramíneas (Azospirillum)
y por otros microorganismos de vida libre, la MO, deyecciones, el reciclado, en
tanto se encuentra un sustituto al producto químico.
Bajo las condiciones de pastoreo extensivo en los trópicos el uso de
fertilizantes químicos, especialmente con los niveles de producción de carne y
leche actuales, se ha encontrado que no siempre es económica su aplicación.
Recordando que los pastos tropicales poseen un muy alto potencial de
producción de materia seca tal como lo reportaron Caro – Costa et al. (1961)
quienes encontraron respuesta a muy altos niveles de N alcanzando
rendimientos de 86 t/ha/año de materia seca. Sin embargo, bajo las
condiciones prácticas de campo, existen otras limitaciones que afectan la
calidad y disponibilidad del alimento, tales como lluvias irregulares, deficiencias
de otros nutrientes y escaso potencial genético productivo de los bovinos
tropicales, que combinados con los altos costos del N, tienden a limitar el
potencial productivo y económico para usar altas dosis de N bajo sistemas de
producción extensiva y semi-intensiva en los trópicos.
c) Nitrógeno fijado por microorganismos asociados con pastos
tropicales.
La fijación de N efectuada por algunos microorganismos asociados con las
raíces de pastos tropicales coadyuvan en el incremento de la producción de
forrajes y en la mejoría de la calidad de los mismos y a la vez indirectamente
añaden N a las reservas del suelo a través de la acumulación de materia
orgánica y del reciclado de las deyecciones de los animales pastantes. Varias
especies de pastos como Andropogon, Brachiaria, Cynodon, Digitaria,
Hyparrhenia, Melinis, Panicum, Paspalum, Pennisetum, Saccharum, Sorghum
y Zea, tienen esta capacidad (Dobereiner y Day 1974). Amplias variaciones
ocurre entre los pastos en la cantidad de N fijado por los organismos
asociados, pero en promedio se estiman valores de 1.5 – 20kg N/ha/año,
según lo reportaron estos autores citados. Si bien son valores pequeños en
función a los requerimientos de los pastos tropicales, si son importantes porque
se suman a lo que aporta el suelo, la lluvia y las leguminosas. Además esta
fijación se da en forma natural en grandes superficies de pradera que
difícilmente serán fertilizados.
Los microorganismos que intervienen en esta asociación con las raíces de los
pastos, son principalmente el Azospirillum y el Azotobacter, entre otros.
Recientemente, se ha demostrado que estas bacterias, particularmente el
Azospirillum además de fijar nitrógeno y darle parte a la planta hospedera,
también ejerce otros beneficios para el crecimiento de la planta y en el
rendimiento económico de varios cultivos bajo una amplia variación de
condiciones ambientales y de suelos (Okun y Vanderleyden, 1977).
Cuadro 2.1 Fijación de nitrógeno por varias gramíneas tropicales (medida como actividad
de la nitrogenosa con el método de acetileno)
Actividad de la nitrogenosa
Especie
(m moles C2 H4 g/ raíz/h)
Zea mays
14-16
100-3000
Paspalum notatum
2-300
Pennisetum purpureum
5-1000
Pennisetum typhoides
3-195
Pennisetum clandestinum
21-140
Sorghum vulgare
10-100
Oryza sativa
8-80
Fuente: Dart y Day, 1975.
En la mayoría de las especies estudiadas, otras respuestas detectadas sobre
las raíces por Azospirillum es la elongación de la zona radicular. La
inoculación incrementa la densidad y longitud de los pelos radiculares así como
la tasa de aparición y elongación de raíces laterales, por lo cual se incrementa
el área superficial de las raíces, ampliando tanto el volumen de suelo explorado
como la capacidad de absorber agua y nutrientes (Fallik et al. 1994).
Adicionalmente otro efecto de esta asociación se observa con el incremento de
la secreción por la planta de sustancias promotoras del crecimiento tales como
auxinas, giberelinas y citoquininas donde la bacteria parece que es
parcialmente responsable de este fenómeno (Dobbelaere et al. 1999).
d) El nitrógeno fijado por la simbiosis Rhizobium-Leguminosa.
Con una pradera asociada pastos – leguminosas, ésta es un componente
integral de alimento que se le ofrece al animal pastante y tiene un importante
contribución al valor nutritivo de la pastura, aparte de su efecto en adicionar N
al sistema suelo – pradera. Estos son las principales ventajas de la presencia
de las leguminosas en la pradera.
Desde el punto de vista de la relación suelo – pradera, por ahora, solo se
hablará el papel de las leguminosas como fijadoras de nitrógeno, en el
apartado correspondiente se comentará el papel de la leguminosa en la
nutrición animal.
a) Fijación de nitrógeno en el sistema pradera.
La segunda función de la leguminosa, además de su valor nutritivo, es su
capacidad, de fijar el nitrógeno atmosférico a través, del proceso de simbiosis y
el de reciclar parte de este nitrógeno fijado hacia el suelo y liberarlo a los
componentes del sistema pradera, usualmente al pasto. Esta aportación puede
ocurrir en dos formas. Primeramente mediante la simbiosis leguminosa –
Rhizobium que provee a la leguminosa del nitrógeno requerido, haciendo a
esta planta independiente del nitrógeno del suelo. Esto es muy importante ya
que la leguminosa es una débil competidora frente al pasto por el N del suelo
cuando crecen en asociación en la pradera la mayoría del N suele ser tomado
por el pasto. Esto es más acentuado cuando el suelo es pobre en dicho
elemento.
Cuadro 2.2 Consumo de N del suelo por leguminosas forrajeras tropicales
Componentes de la pradera
% de leguminosa en la pradera
% del N del suelo tomado por
la leguminosa
M. atropurpureum – C. gayana
7 -17
1.2 – 9.5
M. atropurpureum – S. aneeps
30
< 10
S. humilis – H. contortus
hasta 34
< 10
T. repens – Lolium spp.
=
5–6
M. atropurpureum
(en macetas)
2–4
Fuente: Hensell (1968)
Por su parte Vallis (1978) encontró que algunas especies de leguminosas son
más competitivas por el nitrógeno del suelo al estar mezclada con el pasto.
Latononis bainessi y T. repens fueron más competitivos por el N del suelo
estando mezclada con C. gayana que este con M. atropureum y S. guianensis.
Al 50% de contenido de leguminosas, L. bainesii y T. repens obtuvieron
aproximadamente el 22% del N total consumido, mientras M. atropurpureum y
S. guanensis solo lograron entre 15 y 12% respectivamente. M. atropurpureum
parece estar mejor capacitado para competir con P. maximum por nitrógeno
que D. intortum, según lo reportó este autor. Esto indica que para que una
leguminosa se puede mantener en adecuado nivel en la pradera mezclada con
pasto, debe tener habilidad para fijar el N en el nivel requerido, de lo contrario
deberá competir con el pasto por el N del suelo. Sin embargo, bajo la mayoría
de las condiciones de campo, los pastos toman una más alta proporción de
nitrógeno del suelo y a su vez la leguminosa, si está fijando, tiene pequeño
consumo del nitrógeno edáfico. No obstante en las primeras fases del
crecimiento de la leguminosa, cuando aún no se asocia al Rhizobium o esta
fijación es débil, la planta depende exclusivamente del N del suelo, es por ello
que en esta etapa, la de establecimiento, es una parte delicada para el
desarrollo y permanencia de las leguminosas en la pradera. El porque las
leguminosas son competitivas menos eficientes que los pastos por el nitrógeno
del suelo probablemente se deba a dos factores. Una es que el nitrógeno
generalmente se encuentra sobre la superficie del suelo (con la materia
orgánica) y dentro de unos cuantos centímetros de profundidad en el horizonte.
Paralelamente disminuye conforme se profundiza mas hacia los horizontes
inferiores.
La otra explicación se encuentra en la estructura de las raíces. Mientras el
sistema radicular de las gramíneas de tipo fibrosa, que profundiza poco,
provocando que la gran mayoría del volumen radicular se encuentre en los
primeros 60cm de profundidad, con gran cantidad de raicillas en el nivel
superficial donde se ubica la materia orgánica y el humus con alto contenido de
nitrógeno mineralizado. Por su parte, la raíz de las leguminosas es de tipo
típica que suele profundizar más allá de 60 cm, que explora suelo profundo en
busca de agua y nutrientes, pero donde el nitrógeno escasea.
Adicionalmente, cuando se fertiliza superficialmente a la pradera, es la
gramínea la que más sale beneficiada mientras la leguminosa solo
aprovechará los excedentes del fertilizante percolado, si los hay. Por ello la
fertilización profunda, el uso del riego inmediatamente después de fertilizar o el
fertiriego, que permitan que los nutrientes aplicados difundan hacia el subsuelo
beneficiarán también a las leguminosas.
Finalmente debe recordarse que tanto las gramíneas como las leguminosas
requieren de todos los nutrientes esenciales para su desarrollo vigoroso.
Adicionalmente las leguminosas exigen otros nutrientes necesarios para la
fijación del nitrógeno en los nódulos tal como el cobalto y molibdeno, además
del fósforo, azufre, calcio y magnesio, que estimulan el crecimiento de la planta
y la fijación del nitrógeno.
El nitrógeno fijado en la raíz (nódulos) de la leguminosa por el Rhizobium,
luego es transferido al pasto asociado por tres vías. La primera cuando las
hojas nódulos, raíces, tallos, o la planta entera se incorpora al suelo como
materia orgánica y es mineralizada liberando su nitrógeno hacia los pastos. La
segunda se da cuando es consumida por los animales pastantes y estos a
través de la deyecciones (heces y orina) regresan parte del N fijado y tercera,
en menor cuantía, cuando los nódulos fijan más nitrógeno del requerido por la
planta y el excedente es exudado hacia el suelo, donde es aprovechado por el
pasto asociado.
Cuadro 2.3 Incremento anual del nitrógeno del suelo bajo leguminosas tropicales
Leguminosa y localidad
Incremento de nitrógeno
Duración
Suelo original
(kg N ha-1 a-1)
(años)
N (%)
S. humilis
1. Katherine
2. Rodd´s Bay
+16
+106
-29
+30
7
3
3
3
0.07
0.06
0.06
M.atropurpureum
Samford, Queensland
Samford, Queensland
+129
+44
4.3
4
0.09
0.11
D. uncinatum
Beerwah, Queensland
60
5
0.05
D.
uncinatum,
D.
intortum, L. bainesii, T.
repens
Beerwah, Queensland
81
4
0.05
C. pubescens
Ibadan, Nigeria
Utchie Ck, Queensland
South
Johnstone,
Queensland
280
103
122
2.2
16
2.6
0.07
0.38
0.13
P. phaseoloides
South
Johnstone,
Queensland
130
2.6
0.13
167
9
G. wightii
Kenya
_
X= 105
Fuente: Vallis (1977)
La cantidad de nitrógeno fijado por las leguminosas vía el Rhizobium varía muy
ampliamente, desde valores muy pequeños, menores a 20kg/ha/año hasta
280kg o más en ciertas condiciones muy favorables del suelo y clima siendo
una medida de 50 – 100kg N/ha/año. Si bien se han reportado fijaciones de
560kg N/ha/año con Leucaena leucocephala (Hutton y Bonner, 1960). Los
valores medios señalados es desde cualquier punto de vista, un costo
importante ya que equivale aplicar de 100 a 200kg de urea/ha con un costo de
$380 a 800 pesos/ha/año a precios corrientes de la urea ($3800 pesos la
tonelada) que en una pradera de 50 hectáreas fertilizadas químicamente
significan de $19,000.00 a $ 40,000.00 cada año, que el productor se ahorra.
Dichas en otras palabras, el costo de fertilizar con N equivale de 25kg a 50kg
de carne en pie por ha/año (considerando $15.00 kg en pie de toretes) o para
50 hectáreas significaría 1,250 kg a 2,500 kg en pie, esto es, de 7 a 14 toretes
(de 180 kg en pie) que el productor tendría que vender para comprar el N que
las leguminosas aporten a la pradera. Este beneficio de las leguminosas son
mas evidentes entre más pobre de N sea el suelo y entre más efectiva sean en
fijar el N atmosférico.
Hensell (1968) sugiere que bajo condiciones de campo, sobre un amplio rango
de condiciones ambientales con un buen porcentaje de leguminosas en la
pradera es posible esperar que se aporten los siguientes niveles.
Cuadro 2.4 Aportación de N fijado por una pradera asociada leguminosa – pasto (en
kg/ha/año de nitrógeno)
 En una pradera de buena calidad, altos rendimientos
y una adecuada condición de la fertilidad del suelo.
280 - 400
 Para una buena pastura, bien desarrollada y bien
manejada.
170 - 280
 Una pastura normal, frecuentemente pastoreada por
un buen número de años.
55 - 170
Fuente: Hensell, (1968).
En general, se considera que el potencial de fijación de N por las leguminosas
en las praderas tropicales son semejantes con las obtenidas con la
leguminosas templadas, si bien los niveles de N acumulados en el suelo
pueden ser menores en los trópicos debido a la pérdida del elemento a
consecuencia de las intensas lluvias y elevadas temperaturas. Aun así, las
leguminosas tropicales tienen un potencial similar a las templadas para mejorar
la productividad de las pasturas como se ha demostrado en diversas
condiciones de campo (Whiteman, 1980).
2.2. TOLERANCIA DE LAS PASTURAS A LA SALINIDAD Y ACIDEZ.
TOLERANCIA A LA SALINIDAD. Los altos niveles de sales solubles en la
solución del suelo, particularmente en suelos sódicos de regiones secas, puede
limitar el crecimiento de las pasturas, mientras la toxicidad del Nacl es la mas
común, otras iones tales como Mg2+, HCO-3 y SO-4 pueden tener efectos nocivos.
La salinidad provoca una reducción del consumo de agua, debido al efecto
negativo sobre el potencial osmótico de la solución del suelo, mientras el alto nivel
de consumo de los iones específicos (Na,Ca,Mg) pueden causar efectos tóxicos
en la planta. Adicionalmente en las leguminosas la salinidad puede reducir la
nodulación e inhibir la fijación del nitrógeno.
Los efectos de la salinidad han sido ampliamente estudiados, Hutton (1971)
reportó una lista de 14 especies leguminosas forrajeras, mientras Russell (1976)
estudió a especies gramíneas y leguminosas tropicales y pastos templados.
Cuadro 2.5 Tolerancia comparativa de 14 especies de leguminosas creciendo a 3,500
ppm de NaCl
Rendimiento
Sin sal
Con sal
Especies
A (g)
B (g)
B/A
Medicago sativa cv.. Hunter River
3.8
2.2
58
M. atropurpureum cv. Siratro
13
7
51
C. pubescens
11
4
40
L. bainesii
4.2
1.6
38
V. luteola
27
9
35
D. sandwicense
15
5
33
D. uncinatum
11
3
33
S. guianensis cv. Schofield
4.3
1.2
28
M. lathyroides
27
6
23
G. wightii cv. Clarence
3.8
0.9
23
G. wightii cv. Cooper
3.2
0.4
12
D. intortum
14
1
7
G. wightii cv. Tinaroo
4.3
0.2
5
Fuente: Hutton (1971)
Cuadro 2.6 Comparación a la tolerancia a diversos niveles de sal en algunas
leguminosas templadas y tropicales y pastos tropicales
Salinidad del suelo a
cero rendimiento de la
planta
Especie
Leguminosas tropicales
M. sativa
M. lathyroides
M. atropurpureum
V. unguiculata
G. wightii
L. bainesii
L. purpureus
M. uniflorum
D. intortum
S. humilis
D. uncinatum
Leguminosas templadas
M. sativa
T. alexandrinum
M. scutellata
M. truncatula
cv. Jemalong
cv. Cyprus
M. littoralis
T. fragiferum
T. repens
T. hirtum
T. semipilosum
Siemens
m-1
Rango
a 25°C
Salinidad del suelo a
rendimiento medio CE
Siemens
m-1
Rango
a 25°C
1.88
1.75
1.74
1.29
1.23
0.96
0.95
0.85
0.84
0.84
0.82
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
1.02
0.95
0.99
0.72
0.69
0.66
0.55
0.78
0.79
0.51
0.49
1
3
2
6
7
8
9
5
4
10
11
1.61
1.51
1.48
1
2
3
0.88
0.83
0.82
1
2
3
1.41
1.38
1.38
1.14
1.09
0.89
0.67
4
5
6
7
8
9
10
0.78
0.77
0.77
0.65
0.62
0.81
0.42
5
6
7
8
9
4
10
1.7
2.15
2.32
1.46
1.47
3
2
1
5
4
1.42
1.4
0.98
0.72
0.6
6
7
8
9
10
Pastos tropicales
P. coloratum
3.25
1
P. clandestinum
2.94
2
C. gayana
2.9
3
S. almum
2.78
4
D. decumbens
2.77
5
C. ciliaris
cv. Nunbank
1.61
6
U. mosambicensis
1.55
7
P. maximum
1.53
8
P. dilatatum
1.28
9
S. anceps
1.05
10
* Conductividad eléctrica del extracto saturado del suelo.
Fuente: Russell (1976)
2.3. TOLERANCIA A LA ACIDEZ.
En algunos suelos tropicales húmedos con pH bajo, el exceso de aluminio y
manganeso solubles pueden tener efectos tóxicos a las plantas. La tolerancia
a los excesos de manganeso de algunas leguminosas forrajeras tropicales fue
estudiada por Andrew y Hegarty (1969).
El aluminio es un elemento, el cual suele ser tóxico en suelos ácidos del trópico
y subtrópico. Existen diferentes grados de tolerancia entre las especies
forrajeras tropicales y templadas tal como lo señalaron Andrew et al. (1973) y
Andrew (1978).
Cuadro 2.7 Tolerancia relativa al exceso de manganeso, por ciento en la reducción del
rendimiento de materia seca a altos niveles de Mn (40 p.p.m. en la solución) y umbral de
toxicidad en la parte aérea de la planta
Especie
C. pubescens
S. humilis
L. bainesii
L. leucocephala
M. lathyroides
D. uncinatum
M. sativa
G. wighii
M. atropurpureum
Rango
Reducción del rendimiento
(% del testigo)
umbral de toxicidad
(p.p.m. manganeso)
1
2
3
4
5
6
7
8
9
70
50
42
29
23
24
18
11
9
1600
1140
1320
840
550
1160
380
560
810
Fuente: Andrew and Hegarthy (1969)
Cuadro 2.8 Respuestas relativas de algunas pasturas leguminosas a ciertos factores de los
suelos ácidos
Especie
L.bainesii
S. humilis
C. pubescens
M. lathyroídes
M. atropurpureum
D. intortum
D. uncinatum
L. leucocephala
G. wightii
M. sativa
T. semipilosum
T. reuppellianum
Bajo pH
5
5
4
5
5
3
3
3
2
1
3
3
Bajo Calcio
5
5
5
5
5
3
4
1
1
4
4
Exceso de
aluminio
5
5
5
5
5
3
4
1
1
4
4
Exceso
manganeso
5
4
5
2
1
3
4
3
1
1
-
Bajo
molibdeno
4
4
3
3
3
2
1
3
-
* Valor: 1 menos tolerante… 5 mas tolerante.
Fuente: Andrew (1978)
La tolerancia a los excesos de aluminio y manganeso es solo uno de los
factores que afectan a las plantas que crecen en suelos ácidos. Además del
efecto directo del pH ácido, las deficiencias de calcio y molibdeno están
eminente asociados con los suelos ácidos. Esta deficiencia afecta menos a los
pastos y más a las leguminosas por cuanto a la fijación del nitrógeno
atmosférico y tal vez por ello, las leguminosas tropicales son mas eficientes
para extraer calcio desde suelos deficientes en este nutriente que las
leguminosas templadas (Andrew y Norris 1961).
Cuadro2.9 Rendimiento relativo de M.S. con adición de calcio en comparación con el
máximo rendimiento obtenido con aplicación de calcio
Leguminosas tropicales
Leguminosas templadas
(%)
(%)
M. lathyroides
68
T. repens
6.5
S. guianensis
64
T. tragiferum
2.0
C. pubercens
52
M. sativa
1.5
Indigofera spicata
40
M. tribuloides
0.2
D. uncinatum
25
Fuente: Norris (1967)
Este autor sugiere que la mejor adaptación de las leguminosas tropicales a los
suelos ácidos es quizá a que evolucionaron bajo condiciones de carencias de
calcio, característico de los suelos tropicales. Sólo existe la excepción de
Leucaena leucocephala la cual está adaptada a los pH alcalinos de los trópicos y
responde rápidamente a la aplicación de cal (Diatloff, 1973).
Por otro lado, el pH ácido de los suelos tropicales es una de las causas del por
qué los pastos y leguminosas templadas no se adaptan en los tropicos, ya que
éstos son sensibles a la acidéz y a la falta de nutrientes alcalinos (Ca, K, Mg, entre
otros).
3. CONTENIDO DEL LIBRO.
LIBRO: FERTILIDAD DE SUELOS PARA PRADERAS TROPICALES
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN.
CAPÍTULO 2. LAS PRADERAS TROPICALES.
2.1. IMPORTANCIAS DE LAS PRADERAS.
2.2. EL CLIMA TROPICAL.
2.3. LAS ZONAS TROPICALES EN MÉXICO.
2.4. LAS ESPECIES FORRAJERAS TROPICALES.
2.5. LA GANADERÍA TROPICAL.
CAPÍTULO 3. EL SUELO.
3.1. IMPORTANCIA DEL SUELO.
3.2. ORÍGEN Y FORMACIÓN DEL SUELO TROPICAL.
3.3. PROPIEDADES Y CARACTERÍSTICAS FÍSICAS.
TEXTURA.
ESTRUCTURA.
PROFUNDIDAD.
PENDIENTE.
RÉGIMEN HÍDRICO.
RÉGIMEN TÉRMICO.
3.4. PROPIEDADES Y CARACTERÍSTICAS QUÍMICAS
FUNCIÓN DE LA MATERIA ORGÁNICA.
LOS COLOIDES DEL SUELO.
EL INTERCAMBIO IÓNICO.
LA REACCIÓN DEL SUELO (pH).
SALINIDAD Y SODICIDAD.
3.5. LA MICROBIOLOGÍA EDÁFICA.
MICROBIOLOGÍA DE LA RIZOSFERA.
MINERALIZACIÓN DE LA MATERIA ORGÁNICA.
MICROORGANISMOS BENÉFICOS: FIJADORES DE NITROGENO Y
MICORRIZAS.
3.6. FERTILIDAD DEL SUELO.
QUE ES FERTILIDAD DEL SUELO.
IMPORTANCIA Y EFECTOS.
FACTORES QUE LA ALTERAN.
CAPÍTULO 4. INTERRELACIÓN SUELO-PRADERA.
4.1. ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA RAÍZ.
4.2. ABSORCIÓN Y TRANSPORTE DE AGUA Y NUTRIENTES.
4.3. REQUERIMIENTOS NUTRIMENTALES DE LA PRADERA.
4.4. RECICLIADO NUTRIMENTAL EN LA PRADERA.
4.5. EFECTO DE LA FERTILIDAD DEL SUELO SOBRE LA PRODUCCIÓN
Y CALIDAD DE LAS PASTURAS.
CAPÍTULO 5. MANEJO DE SUELOS ACIDOS.
5.1. CORRECIÓN DEL pH.
5.2. MANEJO DE LOS FERTILIZANTES.
5.3. APLICACIÓN DE LA MATERIA ORGÁNICA.
5.4. COMPORTAMIENTO DE ESPECIES FORRAJERAS EN SUELOS
ÁCIDOS.
CAPÍTULO 6. LOS FERTILIZANTES, BIOFERTILIZANTES Y ABONOS.
6.1. IMPORTANCIA DE LOS FERTILIZANTES.
6.2. VENTAJAS Y DESVENTAJAS.
6.3. FUENTES DE FERTILIZACIÓN QUÍMICA.
a. NITROGENADOS.
b. FOSFORADOS.
c. POTÁSICOS.
d. OTROS MACRONUTRIENTES.
e. LOS MICRONUTRIENTES.
6.4. LOS BIOFERTILIZANTES.
6.5. LOS FERTILIZANTES ORGANO-MINERALES.
6.6. LOS ABONOS ORGÁNICOS.
CAPÍTULLO 7. FERTILIZACIÓN DE PRADERAS.
7.1. PRINCIPIOS DE LA FERTILIZACIÓN.
7.2. NECESIDADES NUTRIMENTALES DE LA PRADERA.
7.3. FUENTES DE NUTRIENTES.
7.4. DOSIS.
7.5. ÉPOCAS.
7.6. FRACCIONAMIENTO Y PROPORCIÓN DE LA DOSIS.
7.7. COSTOS.
7.8. EFECTOS DE LA FERTILIZACIÓN.



PRODUCCIÓN DE FORRAJES.
CALIDAD DE LAS PASTURAS.
RESIDUALIDAD Y CONTAMINACIÓN.
7.9. EFECTO DE LOS BIOFERTILIZANTES.
7.10. EFECTOS DE LOS ABONOS ORGÁNICOS.
CAPÍTULO 8. PRODUCCIÓN ANIMAL EN PASTOREO.
8.1. NUTRICIÓN ANIMAL EN PASTOREO.
8.2 EFECTO DE CARGA ANIMAL.
8.3. LA PRADERA EN LA PRODUCCIÓN ANIMAL.




SISTEMAS DE PASTOREO.
TIEMPO DE OCUPACIÓN Y DESCANSO.
PRODUCCIÓN ANIMAL EN PRADERAS DE GRAMÍNEAS.
PRODUCCIÓN ANIMAL EN PRADERAS ASOCIADAS.
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