A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 15 de marzo de 2006,
habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en
el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de votación: doctores Hitters, Soria, Pettigiani, Kogan,
Roncoroni, de Lázzari, se reúnen los señores jueces de la
Suprema
Corte
de
Justicia
en
acuerdo
ordinario
para
pronunciar sentencia definitiva en la causa P. 85.046, "B.
, M. C. . Homicidio culposo".
A N T E C E D E N T E S
La Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal
del Departamento Judicial de Junín condenó a M. C. B. a las
penas de tres años de prisión a cumplir, e inhabilitación
especial por el término de diez años para desempeñarse como
médico, con accesorias legales y costas, por resultar autor
responsable del delito de homicidio culposo.
El
señor
defensor
particular
del
procesado
interpuso recurso extraordinario de nulidad.
Oído el señor Subprocurador General, dictada la
providencia de autos y hallándose la causa en estado de
pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y
votar la siguiente
C U E S T I O N
¿Corresponde declarar de oficio la nulidad del
procedimiento?
V O T A C I O N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Hitters dijo:
1. Considero que corresponde anular, de oficio,
el procedimiento por haberse configurado una transgresión
del principio non bis in idem, que violenta la garantía del
debido proceso y afecta la inmutabilidad de la cosa juzgada
(arts. 18 de la Const. nac.; 15 y 29 de la Const. pcial. y
8.4 del Pacto de San José de Costa Rica).
En efecto, la imputación penal de la muerte de S.
C. A. fue efectuada a M. C. B. en dos procesos diversos y
sucesivos.
En el primero de ellos, por el delito de aborto
seguido de muerte, en el cual fue absuelto.
En el segundo -esta causa- se lo juzgó y condenó
por
el
delito
de
homicidio
culposo.
La
impugnación
del
fallo de la alzada por la defensa ha abierto la competencia
de esta Corte.
Como
lo
adelanté,
el
hecho
que
motivó
ambos
procesos es el mismo: la atribución del resultado muerte a
la conducta de B. , como consecuencia o bien de maniobras
abortivas -primer juicio- o bien de una mala praxis médica,
durante una intervención quirúrgica en la cual se provocó
una
perforación
prácticas
uterina,
imperitas
o
a
la
que
negligentes
se
sumaron
otras
posteriores
-este
juicio-.
La reseña de los actos procesales que se efectúa
a continuación permite demostrar esta afirmación.
2.
La
acusación
formulada
en
la
causa
21.849
describió del siguiente modo el cuerpo del delito: "... el
día 5 de febrero de 1993, en el Hospital Municipal de la
ciudad
de
intervino
Lincoln,
una
quirúrgicamente
persona,
a
una
profesional
mujer,
S.
médico,
C.
A.
,
causándole un aborto ilegal -con el consentimiento previo
de ésta.- A posteriori y como consecuencia de tal maniobra
se inició un proceso infeccioso que culminó con el óbito de
la mujer, el día 11 de marzo de 1993, a las 08,45 horas".
El hecho así narrado fue encuadrado por la Agente
Fiscal en los arts. 85 inc. 2 y 86, primer párrafo del
Código
Penal
-aborto
seguido
de
muerte-
y
atribuido
en
calidad de autor a M. C. B. (fs. 414 y 416 vta./417).
Al momento de fallar, la Cámara lo absolvió con
fundamento
en
la
falta
de
prueba
de
la
materialidad
ilícita: "... los elementos probatorios acumulados en la
causa resultan insuficientes para demostrar la realidad de
la preñez de C. S. A. en el momento en que M. C. B. habría
cumplido el 'curetaje' sobre el cuerpo de aquélla..." (fs.
720). En el mismo fallo el tribunal dispuso la formación de
otra causa para la investigación del delito de homicidio
culposo (fs. 720 vta.).
3. Formado el nuevo expediente -que es el que
aquí se examina- tal como lo dispuso la alzada, la Fiscalía
acusó en los siguientes términos: "... el día 4 de Febrero
de 1993; en el Hospital Municipal de la ciudad de Lincoln,
una
persona
-profesional
médico-
sin
diagnóstico
documentado, intervino quirúrgicamente a una mujer, S. C.
A.
,
produciéndole
una
perforación
uterina
...
que
desencadenó un proceso de sepsis, lo que motivó que la
nombrada
grave
concurriera
estado,
nuevamente
procediendo
al
el
Hospital
mismo
aludido,
en
facultativo
a
reinternarla, para someterla a una nueva operación, sin el
equipo
quirúrgico
ayudantes
médicos),
médico
indispensable
durante
esa
(es
operación,
decir
al
sin
intentar
debridar el intestino, se produjo la perforación del mismo,
procediendo el cirujano a practicarle una sutura simple de
intestino, en un órgano con un proceso de sepsis.- Luego de
un tiempo, la paciente comenzó a eliminar materia fecal por
la herida.- Esto motivó la atención de la paciente por el
mismo facultativo, abriendo los puntos para que drene, en
forma directa, derivándola, luego, al Dr. ...- Que, pasado
20
días,
aproximadamente,
la
paciente
seguía
en
estas
condiciones pero se le da de alta. Que a los 4 días ingresa
a
terapia
intensiva,
produciéndose
su
deceso
el
día
11/03/93" (fs. 821 vta./823).
El Agente Fiscal lo calificó de homicidio culposo
(art. 84 del C.P.) y lo atribuyó a la autoría de M. C. B.
(fs. 822 y vta.).
El acontecimiento así descripto y calificado fue
objeto
de
condena,
tanto
en
primera
como
en
segunda
instancia (fs. 970/978 y 1003/1011).
La
Cámara
especificó
en
su
fallo
que
"...
el
fallecimiento de ... A. , ... tuvo como causa determinante
el accionar negligente e imperito del procesado..."; señaló
"...
el
punto
inicial
del
proceso
investigado
en
el
curetaje terapéutico practicado a la occisa el 5 de febrero
de 1993..." y dijo que "El acta de autopsia ... espeja la
perforación
uterina
ocasionada
en
la
oportunidad...".
Puntualizó también que el día 8 del mismo mes la paciente
reingresó al hospital y fue "... nuevamente intervenida por
el
médico
de
cabecera,
quien
retoma
el
control
de
la
paciente, practicándole, sin interconsulta previa con el
equipo
con
médico
la
hospitalario,
única
instrumentista,
una
colaboración
oportunidad
en
laparotomía
del
la
exploradora,
anestesista
que
le
y
produjo
una
una
perforación intestinal..." (fs. 1004/1005 vta.).
Luego, el tribunal estableció que "... la lesión
uterina ... ha sido signada por la pericia de fs. 286/288
vta. como el origen del cuadro peritonítico con que la
paciente reingresa al hospital el 8 de febrero...", "La
perforación uterina constituye el acto basal por el cual el
acusado en su accionar puso en riesgo cierto a la víctima,
desencadenando
la
padeció.
posterior
Su
intervención,
abordada
sepsis
peritoneal
que
inadvertencia
inexplicablemente
en
el
estado
grave
contrariando
el
tratamiento
y
en
en
en
consecuencia
la
segunda
desaconsejablemente
que
cauteloso
se
encontraba,
iniciado
en
la
guardia del hospital, evadiendo la necesaria interconsulta
previa
y
sin
el
equipo
médico
necesario
que
indica
la
correcta práctica médica, patentiza la continuidad de una
actitud imprudente por el imputado que al contravenir los
cuidados mínimos que debió observar, perjudicó la oportuna
detección de la causa de la sepsis... El agravamiento del
cuadro por la perforación intestinal también de su autoría
... cierra la cadena de actos atribuidos al procesado que
... determinaron el resultado falta que se le reprochara:
la muerte ´a consecuencia de psepsis con foco pelviano,
siendo
el
origen
etiológico
de
la
misma
la
perforación
uterina que se produjera durante el ´legrado evacuador ...
y todas las complicaciones sobrevinientes posteriores" (fs.
1006/vta.) (la cursiva me corresponde).
4. Por lo tanto, haber causado la muerte de la
paciente a consecuencia de un proceso que se desencadenó
por una intervención quirúrgica cuyo propósito habría sido
causar
un
provocado
aborto
a
-primer
consecuencia
de
enjuiciamientouna
perforación
o
haberla
de
útero
ocasionada en la misma operación (pero sin intención de
aborto), a la que se le sumaron con posterioridad otras
prácticas
médicas
negligentes
o
imperitas
-segundo
enjuiciamiento- constituye un único y mismo hecho.
Las
diferencias
entre
una
y
otra
descripción,
referidas a las posibilidades de encuadre en una u otra
figura legal (aborto seguido de muerte u homicidio culposo)
no pueden llevar a desconocer que, básicamente, se trató
del mismo evento histórico y de idéntico autor: el imputado
habría provocado -de una u otra manera- el proceso que
culminó en el resultado fatal.
5. Demostradas -según lo expuesto- la identidad
de sujeto y de objeto, y ausente alguna circunstancia de
excepción
que
permitiera
el
doble
enjuiciamiento
(véase
Maier, Julio B. J. Derecho Procesal Penal, Editores del
Puerto S.R.L., Bs. As., 1996, T. I, págs. 623/631), se
configuran las condiciones para afirmar que M. C. B. ha
sido
encausado
dos
veces
por
un
mismo
hecho,
en
transgresión del principio non bis in idem y del efecto de
la cosa juzgada (arts. 18 de la Const. nac.; 15 y 29 de la
Const. pcial. y 8.4 del Pacto de San José de Costa Rica).
Pues no es posible intentar mediante un nuevo
juicio
la
imputado
delitos.
atribución
en
el
de
primero,
un
bajo
ilícito
la
que
forma
podría
del
haberse
concurso
de
En consecuencia, corresponde declarar la nulidad
de todo el procedimiento, ya que no podía ser promovida una
segunda acción penal sobre el mismo objeto (doct. art. 366
del C.P.P., según ley 3589 y sus modif.-) (conf. Leone,
Giovanni.
Tratado
de
Derecho
Procesal
Penal,
Ediciones
Jurídicas Europa-América, Bs. As., 1963, T. III, pág. 339).
Así lo voto.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Soria dijo:
Concurro en la solución propiciada por el doctor
Hitters.
La tramitación de un nuevo proceso penal contra
M. C. B. por un mismo hecho histórico que culminó en la
sentencia condenatoria en crisis, ha vulnerado la garantía
del «non bis in idem» (arts. 18, Constitución nacional; 15
y
29,
Constitución
provincial;
8.4
de
la
Convención
Americana sobre Derechos Humanos).
En efecto, la mentada violación constitucional se
evidencia, como se ha señalado en el voto al que adhiero,
en tanto el procesado B. se ha visto sometido por la muerte
de la paciente S. C. A. , primero, a un juicio en el que se
le
imputó
el
delito
de
aborto
seguido
de
muerte,
que
culminó con su absolución; y luego al iniciado en esta
causa, en la que se lo indagó, acusó y, finalmente, condenó
por
el
delito
de
homicidio
culposos,
producto
de
una
supuesta mala praxis médica.
Tiene dicho la Corte Suprema de Justicia de la
Nación que la garantía constitucional examinada protege a
los individuos contra la doble persecución por un mismo
hecho, sin importar los diversos encuadramientos legales
que
pudieran
efectuarse
a
su
respecto
(cfr.
doctr.
"Fallos", 311:67, y sus citas; 319:43, entre otros).
El
establecido
fundamento
la
Corte
de
tal
Suprema
de
regla,
los
según
Estados
lo
Unidos,
ha
es
"...que no se le debe permitir al Estado, con todos sus
recursos y poder, llevar a cabo esfuerzos repetidos para
condenar
a
un
sometiéndolo
así
individuo
a
por
molestias,
un
gastos
supuesto
y
delito,
sufrimientos,
y
obligándolo a vivir en un continuo estado de ansiedad e
inseguridad, aumentando, también, la posibilidad de que,
aun siendo inocente, sean hallado culpable..." (355 U.S.
184;
cit.
en
"Fallos",
310:2845,
voto
de
los
doctores
Petracchi y Bacqué).
Ciertamente, una correcta interpretación de las
reglas concursales en la primera imputación dirigida contra
el
procesado
hubiera
garantizado,
a
la
víctima
y
a
la
sociedad, la posibilidad de una definición del conflicto, a
la vez que hubiera preservado la vigencia de la prohibición
de la persecución penal múltiple respecto del imputado, en
tanto
aquéllas
tienden
a
evitar
que
un
mismo
hecho
histórico
o
diversos
aspectos
de
él,
sean
valorados
acumulativamente.
En consecuencia, corresponde declarar la nulidad
de todo el procedimiento que motivó la investigación por la
posible comisión del delito de homicidio culposo, en razón
del escollo que significaba, en el caso, la existencia de
un pronunciamiento de mérito (firme) sobre el mismo objeto
procesal.
Cumplidas
procederse
al
las
archivo
notificaciones
definitivo
de
de
rigor,
las
deberá
presentes
actuaciones (doctr. art. 366, C.P.P., según t.o. ley 3589 y
sus modificatorias).
Voto, pues, por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Pettigiani dijo:
1. Disiento con los votos de los distinguidos
colegas preopinantes.
2.
La
garantía
que
tiende
a
evitar
el
doble
juzgamiento (arts. 18 de la Constitución nacional, 15 y 29
Constitución local) resulta transgredida si se materializa
contra un imputado y por el mismo acontecimiento fáctico
por el cual fuera juzgado, un nuevo proceso penal.
Ello es así, pues lo que esta garantía protege
-de ahí la prohibición- es que se persiga por el mismo
hecho histórico a quien ya fuera absuelto o condenado por
él, independientemente de la calificación legal que pudiera
habérsele otorgado.
3. La reforma constitucional producida en el año
1994
que
incorporó
diversos
pactos
y
convenciones
internacionales llevó, en lo que aquí resulta de interés, a
que
la
mentada
garantía
contra
el
doble
juzgamiento
alcanzara expreso rango constitucional (arts. 18 y 75 inc.
22,
C.
nacional;
14
ap.
7
del
Pacto
Internacional
de
Derechos Civiles y Políticos; 8º ap. 4 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos).
4. Al respecto ha resuelto la Corte de la Nación
que "la garantía no veda únicamente la aplicación de una
nueva sanción por un hecho anteriormente penado, sino también
la exposición al riesgo de que ello ocurra mediante un nuevo
sometimiento a juicio de quien ya lo ha sufrido por el mismo
hecho" (caso "T. ","Fallos": 314:377, consid. 4°).
5. También sobre el particular ha dejado sentada
su posición la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
"El principio "non bis in idem", contemplado en
el art. 8.4 de la Convención Americana de Derechos Humanos
-según
el
cual
el
inculpado
absuelto
por
una
sentencia
firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos
hechos-, busca proteger los derechos de los individuos que
han sido procesados por determinados hechos para que no
vuelvan
a
ser
enjuiciados
por
los
mismos
hechos"
(caso
"Loayza Tamayo, María E. c/ La República del Perú", sent.
del 17-IX-1997).
Es decir, la aludida Corte Interamericana vuelve
a determinar la imposibilidad de doble persecución penal
contra
la
misma
persona
y
por
el
mismo
acontecimiento
histórico.
6. Sin embargo, por los fundamentos que habré de
exponer, no advierto que en autos se haya transgredido la
garantía constitucional que prohibe el doble juzgamiento.
7. En la causa 21.849 el hecho que se imputó en
la acusación fiscal fue fijado de la siguiente manera "el
día 5 de febrero de 1993, en el Hospital municipal de la
ciudad
de
intervino
Lincoln,
una
quirúrgicamente
causándole
un
aborto
persona,
a
ilegal
profesional,
una
mujer,
-con
el
S.
médico,
C.
A.
consentimiento
,
de
ésta-. A posteriori y como consecuencia de tal maniobra se
inició un proceso infeccioso que culminó con el óbito de la
mujer, el día 11 de marzo de 1993, a las 08,45 horas" (fs.
415).
8. Por su parte, al momento de efectuarse -por
disposición de la alzada- la acusación fiscal obrante a fs.
821/828
forma:
se
"el
estableció
día
4
de
la
materialidad
febrero
de
1993;
ilícita
en
el
de
esta
Hospital
municipal de la ciudad de Lincoln, una persona -profesional
médico-
sin
diagnóstico
documentado,
intervino
quirúrgicamente a una mujer, S. C. A. , produciéndole una
perforación uterina [...] que desencadenó un proceso de
sepsis,
lo
que
nuevamente
al
procediendo
el
motivó
que
Hospital
mismo
la
nombrada
aludido,
facultativo
en
a
concurriera
grave
estado,
reinternarla,
para
someterla a una nueva operación, sin el equipo quirúrgico
médico
indispensable
(es
decir
sin
ayudantes
médicos),
durante esa operación, al intentar debridar el intestino,
se
produce
la
perforación
del
mismo,
procediendo
el
cirujano a practicarle una sutura simple de intestino, en
un organismo con un proceso de sepsis. Luego de un tiempo
la
paciente
comenzó
a
eliminar
materia
fecal
por
la
herida.- Esto motivó la atención de la paciente por el
mismo facultativo, abriendo los puntos para que drene, en
forma
directa,
pasado
20
derivándola,
días,
luego
aproximadamente,
al
la
doctor
[...]
paciente
Que,
seguía
en
estas condiciones pero se le da de alta.- Que a los cuatro
días ingresa a terapia intensiva, produciéndose su deceso
el día 11/03/93".
9. En principio estimo conveniente señalar que la
diferencia existente entre la acusación primigenia (día 5)
y la descripta en el apartado precedente (día 4), como
fecha en la cual se produjo la intervención quirúrgica a la
víctima, obedece a un error.
Por cuanto, la Cámara ubica "el punto inicial del
proceso
en
el
curetaje
terapéutico
practicado
sobre
la
occisa el 5 de febrero de 1993" (fs. 1004 in fine y vta. ab
initio).
10. Sin perjuicio de señalar que en virtud de lo
destacado en el ap. 2 la garantía en comento protege contra
una
nueva
persecución
independientemente
de
penal
la
por
el
calificación
mismo
legal
hecho
que
pueda
asignársele al mismo, cierto es que "se debe admitir que
resulta
difícil
[...]
reconocer
cuándo
existe
un
único
hecho o se está en presencia de imputaciones con objeto
diverso.
La
dificultad
estriba
en
que
no
poseemos
un
concepto natural de ´hecho` [...] que permita trazar con
precisión,
otro"
empíricamente,
(Maier,
Julio
B.
la
frontera
J.
Derecho
entre
un
hecho
Procesal
y
Penal.
Fundamentos, Tomo I. Editores del Puerto, pág. 610). Y que,
no es extraño que ello suceda de esa forma dado que el
concepto
de
determinable
también
hecho
sólo
punible
para
el
fácticamente,
valorativamente,
normativas,
en
el
a
caso,
proceso
sino,
por
través
de
penal
el
"no
es
contrario,
definiciones
específicamente
jurídicas"
(ibídem).
12. En este sentido, en mi criterio no existe
identidad de objeto entre el hecho imputado en la causa
21.849
y
el
que
se
atribuyera
en
forma
posterior,
en
función de lo ordenado por la Cámara a fs. 720 vta.
Si
bien
es
cierto
que
en
una
y
en
otra
oportunidad el factumáseñalado parte de "una intervención
quirúrgica", no lo es menos, como supra lo indicara, que a
los
fines
de
la
identidad
de
objeto
-como
uno
de
los
requisitos de la prohibición contra la múltiple persecución
penal- esta no sólo puede determinarse de manera fáctica,
sino
que
en
determinados
casos
debe
acudirse
a
"definiciones normativas, específicamente jurídicas".
Dado estos conceptos y el último hecho imputado,
aparece como indispensable analizar el elemento normativo y
núcleo del tipo que constituye el injusto imprudente: el
deber objetivo de cuidado (Donna, Edgardo Alberto. Derecho
Penal. Parte Especial. Tomo I, pág. 105).
13. En el sub lite, en modo alguno la descripción
originaria del cuerpo del delito era aprehensiva de una
situación generada y derivada -como responsabilidad- de un
deber objetivo de cuidado puesto en cabeza del imputado.
Repárese
que
el
hecho
inculpado,
como
acción
final, no llevaba como norte la producción de un resultado
como consecuencia de la inobservancia de un deber objetivo
de cuidado, en el caso "el actuar negligente e imperito del
procesado"
(fs.
1004),
si
no
que
el
acontecimiento
histórico era concebido de forma distinta (fs. 415).
14. En este aspecto, coincido con lo resuelto por
la Cámara de Apelación y Garantías cuando, en oportunidad
de
resolver
el
recurso
de
apelación
interpuesto
por
el
señor Agente fiscal subrogante legal contra la sentencia
dictada por el Magistrado de Transición, decidió que "en la
frase que expresa 'A posteriori y como consecuencia de tal
maniobra se inició un proceso infeccioso que culminó con el
óbito de la mujer, el día 11 de marzo de 1993, a las 8,45
horas'
no
puede
de
ninguna
manera
considerarse
como
imputación del hecho constitutivo de 'homicidio culposo'
como consecuencia de mala praxis por perforación del útero,
de que se acusó en este nuevo juicio al imputado de acuerdo
a los términos de la acusación fiscal de fs. 821/828" (fs.
943 vta.).
15.
preopinante,
resuelto
Acuerdo
por
por
la
que
con
el
además
alzada,
en
distinguido
así
llega
que
"La
a
colega
esta instancia
perforación
uterina
constituye el acto basal por el cual el acusado en su
accionar puso en riesgo cierto a la víctima", pero también
merece ser destacada -desde otra óptica- la circunstancia
en
mi
parecer
determinante
para
demostrar
que
nos
encontramos ante imputaciones de hechos diferentes, cual es
que
"[e]l
agravamiento
del
cuadro
por
la
perforación
intestinal también de su autoría [...] cierra la cadena de
actos atribuidos al procesado" (énfasis agregado).
Por
consiguiente
y
de
lo
transcripto,
puede
concluirse que la alusión al cierre de la cadena de actos
atribuidos
al
imputado
denota
la
inclusión
de
aquellos
-"actos"- receptados por la sentenciante como aprehensivos
de la infracción al deber de cuidado endilgada y que no se
hallaban comprendidos en la acusación primigenia. He aquí
la diferencia entre una y otra imputación de la cual se
deriva que no exista identidad de objeto hecho entre los
dos
eventos
ilícitos
por
los
cuales
fuera
acusado
el
imputado.
16. En este orden de ideas, si acudimos tanto al
acaecer
fáctico
definiciones
referidas,
de
la
normativas,
en
acontecimiento
mi
presente
específicamente
parecer,
histórico
causa
es
dable
atribuido
en
como
a
jurídicas
observar
el
sub
las
antes
que
el
judice
-afirmado hipotéticamente como real, al decir de Maier- no
es el mismo que el imputado en la acusación fiscal de causa
21.849 (fs. 415).
De modo tal, que no advierto, ni se patentiza
afectación de la garantía constitucional que protege contra
el doble juzgamiento.
Por lo expuesto, voto por la negativa.
La señora Jueza doctora Kogan, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó la cuestión
planteada también por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Roncoroni dijo:
Adhiero a los votos de los doctores Hitters y
Soria.
El delito aborto seguido de muerte de la madre
-art. 85 incs. 1 y 2 del Código Penal- requiere que este
último
culpa,
resultado
pues
en
sea
imputable
caso
a
su
contrario
se
autor
a
título
estaría
de
haciendo
aplicación de criterios de responsabilidad objetiva reñidos
con nuestra Constitución nacional. Y si esto es así, no me
cabe
duda
alguna
que
en
la
primera
acusación
formulada
contra B. por el delito de aborto seguido de muerte, estuvo
incluida la imputación a título de culpa de la muerte de S.
C. A. .
Habiendo sido absuelto el acusado por tal hecho,
no podría volver a sometérselo a persecución penal por
aquel
resultado
Constitución
Americana
letal
nacional,
(arts.
8
sobre Derechos
75
inc.
4
Humanos;
14
inc.
de
22
la
inc.
de
la
Convención
7 del
Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos; 29 de la
Constitución provincial).
Los tipos culposos son "abiertos" en la medida
que el Juez o el intérprete determina la acción imprudente
completando el tipo de injusto (cerrándolo). Lo que se ha
hecho en la segunda acusación y condena, es cerrar el tipo
desvalorando
otro
aspecto
del
episodio
histórico
que
integró la primigenia imputación, lo cual está vedado por
la prohibición de doble persecución penal a la que hiciera
referencia.
Como
lo
sostiene
Maier,
"todo
lo
que
se
pudo
perseguir como una unidad y agotar como tal durante el
procedimiento y la decisión judicial, sin importar si ello
sucedió así en el procedimiento concreto, queda comprendido
en el efecto de clausura que posee la regla ne bis in idem
y, por tanto, no puede formar parte del objeto de otra
persecución y otro fallo" (Julio Maier, Derecho Procesal
Penal argentino, Ed. Hammurabi, Tomo 1b, pág. 394).
Como
bien
lo
destaca
el
doctor
Soria,
una
correcta interpretación de las reglas concursales en la
primera
imputación
dirigida
contra
el
procesado
B.
,
hubiera evitado periplos seguidos por este proceso, que ha
culminado
así
con
la
afectación
de
garantías
constitucionales básicas de este último, que deriva en la
nulidad de todo lo actuado en el procedimiento promovido
para investigar la posible comisión del delito de homicidio
culposo (doctrina del art. 366 del Cód. de Proced. Penal,
según ley 3589).
Voto por la afirmativa.
El señor Juez doctor de Lázzari, por los mismos
fundamentos
del
señor
Juez
doctor
Roncoroni,
votó
la
dictándose
la
cuestión planteada también por la afirmativa.
Con
siguiente
lo
que
terminó
el
acuerdo,
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, oído
el señor Subprocurador General, se resuelve -por mayoríadeclarar de oficio la nulidad de todo el procedimiento que
motivó la investigación por la posible comisión del delito
de
homicidio
rigor,
deberá
presentes
culposo.
Cumplidas
procederse
actuaciones
al
(art.
las
archivo
18,
notificaciones
definitivo
Constitución
de
de
las
nacional;
doctr. art. 366 del C.P.P. -t.o. según ley 3589 y sus
modif.-).
Regúlense
los
honorarios
del
doctor
Carlos
Alberto Torrens en la suma de ... pesos por los trabajos
profesionales desarrollados ante esta instancia (art. 31,
dec. ley 8904/1977) con más el 10% de la ley 10.268.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
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