La minería en Hispanoamérica Colonial

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Universidad de Valparaíso
Facultad de Humanidades
Pedagogía en Historia y Cs. Sociales
La minería en Hispanoamérica Colonial
Nombre: Paz Morales.
Richard Briceño.
Profesora: Sonia Pinto.
Fecha: 23 de Junio de 2008.
Introducción.
El papel de la minería hispanoamericana fue fundamental ayudo con el desarrollo y
crecimiento del continente, tanto económica como social y culturalmente,
significando el comienzo de nuevas maneras de vivir y convivir para los residentes
americanos y españoles.
Como tesis central el autor plantea que gracias a la minería y el afán de los
conquistadores por encontrar el oro se fundaron rápidamente y en lugares
inhóspitos poblaciones que más adelante se transformarían en los verdaderos
focos o centros económicos hispanoamericanos, desarrollándose verdaderas
ciudades en donde ocurrirán una variada gamas de actividades tanto para los
trabajadores y propietarios de minas que más adelante explicaremos con mayor
detalle.
“... el entusiasmo y el éxodo de hombres, el asentamiento en las nuevas tierras, la
exploración de todos sus rincones, el mestizaje y la transculturación rápida no
hubieran sido posible en la forma en que lo fueron sin la búsqueda de tesoros...” 1
Principalmente analizaremos la minería que surgió desde dos virreinatos de
América Colonial, el de Nueva España y el virreinato de Perú, donde encontraron
los mayores yacimientos de mineral que sirvieron para mantener y completar el
proceso de colonización que realizaran los nuevos habitantes de el nuevo mundo.
Destacando siempre la extracción de los minerales preciosos, la plata sobre el oro
que siempre fue inferior en valor y volumen, así durante la época colonial no se
extrajeron minerales de baja ley, explicaciones que más adelante expondremos.
1
Prieto Carlos, La minería en el Nuevo Mundo, Pág. 41, Editorial Revista de Occidente, Madrid, España, 1969
Es sabido cuán importante fue y es la minería a lo largo de la historia
hispanoamericana, más si nos referimos al periodo colonial pues es aquí donde la
actividad se desarrolla en su máximo esplendor a pesar de los contras que la
acción conllevaba.
Como dice el historiador Leslie Bettel, “Los españoles recorrieron de punta a punta
las Américas en busca de yacimientos de ambos minerales”2, refiriéndose al oro y
la plata3, pues estos son los metales de mayor búsqueda y extracción. Así el
Caribe, el Istmo, Nueva España y más tarde el Perú fueron los centros neurálgicos
de extracción.
La minería nos entrega una explicación clara para la rapidez con que se exploraron
y conquistaron distintos territorios en Hispanoamérica, seducidos por la búsqueda
de minerales los Españoles recorrieron América. El oro era una especie de imán
para los primeros conquistadores que con su afán de riqueza los llevaba hasta los
sitios más recónditos de América. Es así como la Minería es llamada el motor de
descubrimiento “… Solo la afanosa búsqueda y el feliz hallazgo de metales
preciosos pudo hacer el milagro, el glorioso milagro: la existencia de los países
americanos de habla española.”4 Así surgen distintas
concentraciones de
población en los lugares más inhóspitos, como en las altas cordilleras o en el
altiplano mexicano, en donde se comienzan a desarrollar verdaderas ciudades. No
tardaron en convertirse en verdaderos circuitos económicos, en donde se
desarrollo el comercio tanto a nivel externo (América - España), como interno
(desarrollos regionales), de esta manera pocas regiones estuvieron fuera del
alcance de los efectos de la extracción y flujo de metales preciosos.
Toda la cordillera de los Andes y gran parte de Nueva España dieron frutos
importantes en oro, pero sin duda fue la plata el mineral más relevante puesto que
el oro fue siempre centro de pillaje y corrupción, situación que será vista en detalle
más a delante.
Nueva España arrojó importantes centros argentíferos entre ellos encontramos en
1534 Taxco y Tlalpujahua, veinte años más tarde se produce el gran auge de la
plata del norte, aquí destaca Zacatecas (1546) y San Luis Potosí (1592). Para
Sudamérica la situación no cambio, ya para 1530 observamos los primeros centros
auríferos de nueva granada, y para 1541 el oro en la zona central de Chile. Pero
como dijimos antes la plata fue el mineral de comercialización y extracción por
excelencia, destacando en 1545 Potosí la mina de mayor riqueza de la zona. Pero
el mayor aporte de la zona peruana es sin duda el mercurio descubierto en
Huancavelica en 1563. Fueron mucho los lugares en donde se establecieron minas
de extracción y posteriormente refinerías.
La minería colonial se explotaba mediante el sistema de excavación abierta,
llamado sistema de rato. Este surgió de manera natural profundizándose cada vez
más para encontrar el mineral, transformándose en verdaderas ciudades
2
Bettel Leslie, Historia de América Latina, Cap. 2: La Minería en la Hispanoamérica Colonial, Pág. 51
Ya que durante la época Colonial los minerales de baja ley (como el hierro) no se extrajeron aunque fueron
muy comunes, estos se importaron desde Europa ya que salía mucho más económico para la Corona. Es por
eso solo se habla de los metales preciosos como la plata y el oro.
4 Prieto Carlos, La minería en el Nuevo Mundo, Pág. 50, Editorial Revista de Occidente, Madrid, España, 1969
3
subterráneas como la mina de Potosí. La corona nunca regulo este sistema, que en
muchos casos fue bastante peligroso para sus trabajadores, ya que deseaba sacar
el mayor provecho de estas riquezas dejando plena libertad en la acción. Además
otro beneficio que la corona adquiría bajo este sistema fue el no requerimiento de
una planificación, la cual demandaba dinero y tiempo.
Este sistema se fue mejorando con la instauración de nuevas tecnologías. El
Socavón fue la primera mejora que se aplicó, este consistía en túneles inclinados
que interceptaban las galerías inferiores de la mina que contaban con drenaje y
ventilación. Así se contaban con varias minas al mismo tiempo, siendo más
ventajoso. Otras mejoras que se instauraron fueron las Bombas de Drenaje,
Malacates para extraer agua o mineral y la Voladura la cual reanimo la producción
de Plata en Hispanoamérica. El oro se extraía por los lavaderos, ya que provenían
de yacimientos aluviales.
De las minas argentíferas se obtenían cloruros y sulfuros, los primeros llamados
Pacos y los segundos llamados Negrillos, los que se debían refinar. Para realizar
este proceso se debía triturar el metal hasta transformarlo en arena utilizando las
Machacadoras o Bocarde compuestos por varios Martinetes de Pilones de hierro
movidos por fuerza hidráulica o animal. En un comienzo este proceso se hizo por
Oxidación, a través de la acción oxidante del agua convierte los sulfuros en
cloruros de plata. Pero se termina con este proceso ya que no había suficiente
combustible.
Una vez triturado se pasa al Sistema de Amalgama5, que es seguro ya que con
bajos costos se trataban altas cantidades. Este sistema consiste en mezclar el
mineral con mercurio y añadirle un reactivo siendo el más común la sal pero con el
tiempo se descubrió el Magistral6. Después de unas semanas incluso meses la
amalgama alcanza un punto apropiado (momento máximo de fusión de la plata y
el mercurio). Luego esta mezcla se lava en tinas arrastrando las impurezas, la
mezcla que queda es la Pella o Amalgama Depurada. Es así como se debe pasar
por el proceso de Volatilización, que consiste en vaporizar el mercurio y dejar el
mineral listo.
La fundición, fue una técnica secundaria que se utilizo cuando no se contaba con
el mercurio, que en ciertos periodos fue bastante escaso7. Este sistema consistía
en triturar el metal bajo el Maray, fundiéndose en un horno piramidal con agujeros
de aireación. Esta técnica se utilizo hasta 1571 en Potosí.
La fuerza de trabajo de la minería fueron los indígenas. Los negros ya sean
esclavos o libres solo se encontraron en pequeña proporción sobre todo en las
minas de oro. Los blancos solían ser supervisores o propietarios de las distintas
minas del nuevo continente.
5
Este sistema fue introducido por Bartolomé de Medina en 1550
El Magistral era sulfato de cobre calcinado de las piritas, esto significó gran innovación para la época.
7 El mercurio era bastante escaso que provenía de tres fuentes: Almadén (sur de España), Huancavelica
(Centro de Perú) e Idrija (proveniente de Yugoslavia). El primero abastecía a Nueva España, el segundo a
Sudamérica y el tercero se utilizaba cuando los dos primeros no bastaba para cubrir la demanda de los
grandes centros mineros.
6
Los sistemas de trabajo eran variados, cronológicamente hablando, la Encomienda
fue el primer sistema utilizado, luego el esclavismo, el trabajo forzado y por último
el trabajo a jornal. La encomienda se extendió por centro América y Sudamérica
siendo el reclutamiento forzado lo que reemplazo este sistema muchas veces
abusivo. Ya el 1570 el reclutamiento fue ampliamente regularizado, en nueva
España se le llamo el Repartimiento y en Perú conocido como la Mita. Así en el
siglo XVI la mano de obra reclutada supero a la encomienda.
La mita más conocida, ya sea por su magnitud, organización y abusos, fue la de
Potosí. Esta se dividía en tres partes llamadas mitas ordinarias, las cuales contaba
con 4500 mitayos que se dividían el trabajo en horarios regularizados, que en
muchos casos traía varios abusos por la carga horaria que tenia cada mita. Es así
como los mitayos tenían un tratamiento de semiesclavos, aunque la ley trato de
defender la libertad de los mitayos.
La abolición de la mita fue en 1812, ya que prevalecía la consideración que un bien
público requería de un reclutamiento forzado de indios para las minas.
En las minas también hubo un tipo de trabajo voluntario, este se dio en las
culturas caribeñas y recibió el nombre de Naboría8, estos cumplían distintos
labores en las minas recibiendo salarios.
Se incrementa rápidamente el trabajo asalariado ya que la minería, cada vez más
desarrollada, requería de trabajadores especializados que eran muy apreciadas por
lo que se pagaban altos salarios. Otra razón fue por que la mayor parte de los
centros mineros se encontraban en las zonas donde era muy difícil reclutar gente.
Este sistema de trabajo comenzó a predominar, incluso llegándose a convertir en
una norma como sucedió en Nueva España.
En el caso de la extracción de oro, como anteriormente se dijo los trabajadores
eran casi todos negros, fue más complicado instaurar el trabajo asalariado ya que
estos trabajadores no estaban integrados económica ni políticamente
negándoseles la posibilidad de organizarse como una fuerza de trabajo.
Como toda actividad realizada en Hispanoamérica en el periodo Colonial, la minería
presento características muy incomodas y peligrosas, no tan solo en lo que se
refiere a los yacimientos mineros, sino también a las refinerías y demás
instalaciones.
De esta manera surgen importantes personajes que son los pilares del desarrollo
minero hispanoamericano. Entre ellos encontramos al “Barretero” que era un
trabajador especializado, pues su labor era de extrema peligrosidad, era el
encargado de extraer el mineral desde los filones, por esto y su peligrosidad,
contrastando con labores más delicadas, esta actividad era bien remunerada,
además el barretero podía quedarse con excedentes a buenas o malas, lo que le
facilitaba la comercialización de estos y el intercambio con otros objetos de valor.
Los denominados “bestias de carga” eran hombres “sin pericia”, que manejaban
solo una actividad, a saber el acarreamiento del mineral hacia la superficie, pese a
8
Plebeyo dependiente de un noble y que no participa plenamente en los derechos y obligaciones de la
comunidad. En nueva España se llamaron Laborío
esto discrepamos de que se trate de un hombre sin pericia pues pensamos que su
actividad junto con ser peligrosa, requería de mucha fuerza y concentración. Una
labor similar a la del las “bestias de carga” era la realizada por los “Acarreadores”
estos portaban recipientes o capazo (capacho) en el que trasladaban el mineral por
túneles de difícil acceso y muy estrechos, se cree que el peso de estos capazos o
capachos podía ascender hasta unos 140 kilos, la iluminación era muy rustica,
pues a veces llevaban velas amarradas a su frente o en sus dedos, situación que
da cuenta de las paupérrimas condiciones de trabajo existentes, es por esto que
muchos terminaban muy mal heridos, las mutilaciones y caídas eran constantes,
obviamente el caso extremo muchas veces fue la muerte.
Respecto a los posibles riesgos, estos estaban por doquier, uno de ellos y quizás el
más frecuente eran las enfermedades respiratorias debidas a los constantes
cambios de temperatura, entre el fondo y la superficie de las minas, esto en lo que
concierne a las minas de plata. En las minas de oro y de mercurio los riesgos eran
similares, pues eran innumerables las enfermedades que se podían contraer, esta
venían dadas por la combinación (zonas bajas y húmedas) característica principal
para contraer enfermedades tropicales. La situación no cambiaba en los
yacimientos de mercurio, un caso representativo es Huancavelica, lugar que
presentaba características muy adversas para el trabajo ya que la roca era blanda
e inestable, lo que facilitaba los constantes derrumbes, además se suma a esto las
obligaciones de trabajar dentro de túneles que en su mayoría poseían minerales
con características venenosas y explosivas.
En las plantas de refinado la situación no variaba. La acción de machacadoras y la
amalgama, tenían muchas veces como consecuencia enfermedades irrecuperables,
como la silicosis en el caso de la primera (producto de la acción del polvo) y el
envenenamiento por mercurio para el segundo proceso.
Todos estos factores hacían de la actividad una especie de martirio para quienes
las llevaban a cabo, indígenas, negros y esclavos, fueron siempre la fuerza de
trabajo más lastimada, de lo que se desprende que alguien tenía que llevarse los
dividendos, para esto es necesario analizar cuán importante eran las repercusiones
sociales producto de la minería. Así para la parte más bien dirigente de los
procesos mineros (emigrantes españoles y colonos pobres), la actividad se
presentaba como una forma a veces rápida de ascenso social, siendo el
reconocimiento social y la autoridad política los extremos de privilegios para las
familias que se dedicaban a la minería, pese a estos fueron pocas las familias que
perduraron en el ámbito de la minería, pues en un abrir y cerrar de ojos todo lo
ganado podía esfumarse.
Obviamente a quienes la situación afectaba más era a los indios, pues la minería y
sus procesos suponían cambios sociales profundos, entre ellos el cambio repentino
y forzado de un medio rural a uno urbano, en donde el ideal español prevalecía y a
los que el indígena debía adecuarse. Es así, como en este proceso de adecuación,
algunos asimilaban las costumbre españolas y accedían a participar de un rápido
proceso de pérdida de identidad cultural, pasando a enrolarse a las esferas
culturales del mestizo, de esta manera se aceleran los procesos de proletarización
y aculturación en las ciudades coloniales. Un caso característico de este proceso
fue Potosí en donde el quebrantamiento de las comunidades nativas, fue excesivo
producto de la realización de levas masivas (gran mita), se habla de unas
cincuenta mil personas anuales las que salían y entraban de esta ciudad, muchas
fueron las familias indígenas que se desarticularon en estas empresas, a veces el
viaje duraba unos dos meses, dependiendo de la localización de origen de los
indígenas.
Análisis aparte tiene la situación del estado respecto a la minería. La corona
obtenía ingresos directos de la minería, ya para el siglo XVI la ley obligaba a
reservar una parte de todo filón para la corona, esto no fue aceptado en Nueva
España mientras que en Perú y Charcas fue observada y se procedió a subarrendar
las minas reales. “La corona conservo siempre un interés particular en la
producción de mercurio”9, así minas como Almadén y Huancavelica estuvieron
siempre en manos de los reyes, estos últimos monopolizaban la distribución del
mercurio y determinaban el precio de venta a los refinadores, por otro lado los
yacimientos de oro y plata quedaron siempre fuera del alcance directo de la
corona, aquí la corona se trenzo en una lucha casi interminable con los
particulares, ante esto la corona esgrimió su antiguo derecho real de propiedad
universal de los yacimientos de metales preciosos, exigiendo un derecho sobre la
producción a cambio de conceder libertad de prospección y explotación de los
yacimientos a los súbditos españoles.
El conocido Quinto Real10 (1504), tuvo mejoras y descensos, así ya para (1548) se
impone gradualmente el diezmo11, en lugares como Potosí y Oruro el Quinto Real
tuvo gran duración y nos encontramos con él hasta 1736. Por otra parte el Quinto
Real sobre el oro se mantuvo hasta aproximadamente 1723, desde esta fecha se
reducen a una decima parte en nueva España en 1738 a una veinteava parte en
nueva granada. Fue constante que anuncios sobre las reducciones de los derechos
reales significaban un crecimiento de la producción.
Tres fueron los poderes que tuvo la corona sobre la minería, el control de derechos
reales, el control de la distribución del mercurio y de su precio y admitir o
impugnar los reclutamientos de mano de obra, estas tres facultades le daba a la
acción de la corona ciertos matices de empresas estatales en donde mineros y
refinadores eran “servidores de la corona”, pero pese a todo estas características
la acción de la corona actuó sin coordinación, razón por la cual se creaba cierto
clima de incertidumbre entre los mineros.
Paso a paso la minería se desarrolló de tal manera que pudo llegar a formar un
gremio minero y por consiguiente la adopción de tribunales propios en los que se
tratarían litigios propios de la actividad adquiriendo de esta manera cierto grado de
autonomía respecto de los otros problemas de la sociedad. Ya para 1783 hay un
nuevo código elaborado por un tribunal minero de México, ley que se extiende
9
Bettel Leslie, Historia de América Latina, Cap. 2: La Minería en la Hispanoamérica Colonial, Pág. 74.
El Quinto Real fue un impuesto a la extracción de metales preciosos, principalmente el oro y la plata dentro
de los territorios de lo que fue el América española.
11 El Diezmo es un impuesto del diez por ciento (la décima parte de todas las ganancias) que se debía pagar a
la Corona Española
10
para el Perú y Rio de la Plata en 1794. Este proceso coincidió con un mayor
desarrollo y resurgimiento de la minería a fines del siglo XVIII, proceso que se
circunscribe a las reformas borbónicas, entre ellas destacan: el abaratamiento del
mercurio, la exención de derechos reales, creación de bancos reales, financiación
de la industria minera y la creación de misiones mineras, esto con fines educativos
y apuntando a un mayor desarrollo tecnológico (fin educativo y nuevas técnicas).
Otro tema de gran relevancia es el capital que se utilizo para llevar a cabo la
actividad minera. Para la producción de plata (sistemas de fundición) nos
encontramos, con bajas inversiones de capital puesto que el mineral se encontraba
cerca de la superficie y era fácil construir hornos de fundición.
Para la primitiva minería del oro, las inversiones son mínimas, en cambio, para la
producción de oro, en donde la fuerza de trabajo la ocupaban los esclavos negros
requirió de mayor inversión, pues era necesario contar con esta mano de obra
(comprarla y trasladarla al lugar de extracción), junto con poseer e instalar
machacadoras y otras instalaciones necesarias. Otra situación que necesitó de
vastas inversiones fue en lo tocante a la amalgama de plata donde las minas eran
profundas y la construcción de costosos socavones se hacía necesario. No se
queda atrás el proceso de refinado, pues este necesitaba amplios conjuntos de
instalaciones (prensas machacadoras, fuentes de energía animal e hidráulica), de
esta manera nos encontramos ante una hacienda de refinería, bien más costoso
que se elevaba a la altura del valor de un barco, propiedades agrícolas e incluso
mansiones urbanas, su costo iba de los diez mil a los cincuenta mil pesos para el
siglo XVII.
Ante esta situación de necesidad constante de capital y teniendo en cuenta de que
muchas minas entraban en proceso de escases de material, aparecen nuevos
actores sociales que son en cierto sentido sostenedores de la economía minera de
la época, se recurre a la comunidad de comerciantes de la comunidad minera de
cada centro minero, aquí destaca un personaje llamado “aviador” (abastecedor de
mercancías y créditos) estos aceptaban como paga la plata refinada sin acuñar y
así se transformaban en compradores de mineral en bruto o “rescatadores”, esta
mezcla de intereses lo llevaba a cobrar intereses por sus préstamos, así su labor
no era muy segura ya que debían muchas veces asumir que algunos clientes los
estafaran, por esto y otras razones no era seguro ser “aviador”. Otro personaje
que no escapa a la categoría de clave para esta época son los “mercaderes de
plata” estos compraban plata sin acuñar, con descuentos pagándola en monedas,
luego la hacían acuñar, compraban más plata y así siempre sacando provecho de
los descuentos se enriquecían. Pese a todo, la corona nunca pudo acabar con la
acción de estos personajes, incluso intervino en post de liberar a los refinadores de
los mercaderes para la obtención de monedas, así predomino hasta fines de la
época colonial la financiación minera directa, por parte de los mercaderes.
La producción de la plata merece especial atención pues esta tuvo un gran auge,
presentándose como el mineral de extracción por excelencia, puesto que los
yacimientos de plata no se habían explotado de la misma manera que los de oro,
yacimientos estos últimos que se acabaron rápidamente pues los indígenas ya
habían extraído buena parte del mineral. Así los yacimientos de plata se adaptaron
rápidamente a las nuevas técnicas. Ya para 1530 en nueva España y en 1540 en
los Andes centrales la producción de plata supera a la de oro, fenómeno que no se
dio en Nueva Granada ni en Chile.
La amalgama como técnica favoreció la preponderancia de la plata, de esta
manera ya desde 1575 a 1590-2 Potosí alcanza el mayor índice de producción de
su historia superior a cualquier otra zona, en la época colonial produjo casi la
mitad de toda la plata de Hispanoamérica, esto se debe gracias a un pilar de la
producción de la plata, a saber, la abundancia de mercurio de Huancavelica junto a
la abundancia y bajo costo de la mano de obra suministrada por la mita, esta
ultima presentándose como una de las mayores de la región. Como todo gran
proceso la producción de Potosí decayó hacia 1600 extendiéndose unos 130 años,
el mineral se agoto paulatinamente, paralelamente Oruro atravesó el mismo
proceso. Al fallar Huancavelica en la producción de mercurio para potosí y Oruro la
corona procuró desviar cuando y cuanto fuese necesario la producción de Almadén
hacia las minas de los Andes que producían más.
En México la producción decae por 1630 por la interrupción de la compra de
mercurio a Hidrija, situación que se sumo al progresivo agotamiento del mineral.
Pese a todo destaco el distrito de Durango donde se descubren nuevos centros de
extracción en Parral. Esta crisis se recupera por 1660 debido al resurgimiento de la
fundición y así para 1670 casi el 60% de la producción de Zacatecas provenía de la
fundición, práctica que para 1700 se hace frecuente en toda nueva España, este
proceso responde a la gradual falta de mercurio sumado a que se encontraron
grandes y buenas concentraciones de mineral, así se financiaron nuevas
prospecciones, junto con la explotación y ampliación de minas existentes, todo
esto gracias a la aceleración de trabajo en las minas subterráneas mediante
sistemas de voladura, sistemas que por su eficacia dan extraordinario crecimiento
a la producción de plata en nueva España en el siglo XVIII.
Posteriormente se daría una actitud más metódica y racional respecto a la minería
y sus problemáticas.
Destaca la minera La Valenciana, pues entre 1780 y 1810 produjo un 70% de la
producción total de Guanajuato (capital argentífera de nueva España), su éxito se
debe principalmente a las grandes inversiones hechas en esta mina. Ya por 1805 la
interrupción de los suministros de mercurio, junto a las presiones fiscales y
rebeliones de insurgentes (1810), la mina inicia un proceso de derrumbamiento de
la producción.
Como se ha dicho anteriormente la producción argentífera en los Andes recae en
potosí, mina que en las décadas de 1720 a 1780 triplico su producción, junto con
Oruro y al igual que las minas de Nueva España las grandes minas de los Andes se
beneficiaron de la introducción de la voladura, además de ambos responder a la
reducción de los derecho reales de un quinto a una decima parte en julio de 1736.
Para esta época se incrementa la población de los Andes, lo que origina una
disminución de los costos de mano de obra muy importantes sumado a los
aumentos de portadores de capital, proceso que recae en una perfección de la
explotación, destacando el cerro Pasco como el centro más dinámico.
Respecto a la producción de oro los conocimientos son más bien escasos, puesto
que este mineral estuvo siempre bajo el acecho de la tentación y la corrupción,
todos trataban de eludir el pago de derechos reales y dedicarse al contrabando,
es por esto que la documentación sobre el tema es más reducida.
Las principales zonas productoras fueron: Nueva España, Nueva Granada, Perú
(Charcas) y Chile (Valdivia), pero, sin duda Nueva Granada era la zona aurífera por
excelencia. Sus yacimientos permitían un incremento constante de la producción a
lo largo del siglo XVI, luego y como es frecuente sufrió una crisis en el siglo XVII,
levantándose nuevamente en el siglo XVIII. Aquí Antioquia destaca como el
principal centro productor, esto gracias a la gran cantidad de mano de obra de
encomienda y esclavos negros.
San Luis de Potosí (México) fue el principal centro aurífero de nueva España, entre
1630 y 1635 produjo unas tres toneladas del preciado metal. Así a partir de estas
fechas son varios los centros que comienzan a incrementar su producción,
destacándose Guanajuato, y Guadalajara.
Como es costumbre la producción de minerales creo centros urbanos que crecieron
con gran aceleración, estos dependían de la producción del metal para su
desarrollo, de esta manera si la producción entraba en decadencia la ciudad o
distrito al que pertenecía sufría también las consecuencias.
Conclusiones
1.- Sin duda la minería fue una actividad que arrojo buenos dividendos para las
personas que manejaban la actividad (blancos y criollos pobres), mientras que
como es costumbre los indios, esclavos y negros sufrieron las consecuencias no
tan solo físicas por ser la fuerza de trabajo, sino también de desarrollo social.
2.- Mirado desde el punto de vista del desarrollo de la región, la minería fue un
motor de este proceso, pues favoreció la construcción de centros urbanos,
caminos, desarrollo de mercado interno y externo, así el crecimiento fue en franco
ascenso, característica que contrasta con lo que nos presentan hoy en día ciudades
que en el pasado fueron prosperas.
3.- Claro está, el indígena siempre sufrió al ser la fuerza de trabajo, algunas veces
y producto de la integración de este en las esferas de la ciudad, se mestizo
culturalmente, pero nunca llego a tener la importancia a la que accedían producto
de la minería blancos y hombres de poder y proyección política.
4.- La noción de minería como motor de descubrimiento y conquista, toma vital
importancia, pues es así como actuó el descubridor, conquistador y más tarde el
colonizador, siempre fue un tema central, pues los metales eran valiosos y la
corona los necesitaba, es por esto que siempre hubo fricciones entre la corona y
los particulares, en donde estos últimos se esmeraban por soslayar las exigencias
de la corona.
Bibliografía:
Bettel Leslie, Historia de América Latina, volumen 4, Cap. 2: “La Minería en la
Hispanoamérica Colonial”, Crítica Grijalbo Mondadori, Barcelona, 1997.
Prieto Carlos, La minería en el Nuevo Mundo, Editorial Revista de Occidente,
Madrid, España, 1969.
Jara Álvaro, Tres Ensayos sobre Economía Minera Hispanoamérica, Centro de
Investigaciones de Historia Americana, Universidad de Chile, Santiago, Chile, 1966.
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