Universidad de Valparaíso Facultad de Humanidades Pedagogía en Historia y Cs. Sociales La minería en Hispanoamérica Colonial Nombre: Paz Morales. Richard Briceño. Profesora: Sonia Pinto. Fecha: 23 de Junio de 2008. Introducción. El papel de la minería hispanoamericana fue fundamental ayudo con el desarrollo y crecimiento del continente, tanto económica como social y culturalmente, significando el comienzo de nuevas maneras de vivir y convivir para los residentes americanos y españoles. Como tesis central el autor plantea que gracias a la minería y el afán de los conquistadores por encontrar el oro se fundaron rápidamente y en lugares inhóspitos poblaciones que más adelante se transformarían en los verdaderos focos o centros económicos hispanoamericanos, desarrollándose verdaderas ciudades en donde ocurrirán una variada gamas de actividades tanto para los trabajadores y propietarios de minas que más adelante explicaremos con mayor detalle. “... el entusiasmo y el éxodo de hombres, el asentamiento en las nuevas tierras, la exploración de todos sus rincones, el mestizaje y la transculturación rápida no hubieran sido posible en la forma en que lo fueron sin la búsqueda de tesoros...” 1 Principalmente analizaremos la minería que surgió desde dos virreinatos de América Colonial, el de Nueva España y el virreinato de Perú, donde encontraron los mayores yacimientos de mineral que sirvieron para mantener y completar el proceso de colonización que realizaran los nuevos habitantes de el nuevo mundo. Destacando siempre la extracción de los minerales preciosos, la plata sobre el oro que siempre fue inferior en valor y volumen, así durante la época colonial no se extrajeron minerales de baja ley, explicaciones que más adelante expondremos. 1 Prieto Carlos, La minería en el Nuevo Mundo, Pág. 41, Editorial Revista de Occidente, Madrid, España, 1969 Es sabido cuán importante fue y es la minería a lo largo de la historia hispanoamericana, más si nos referimos al periodo colonial pues es aquí donde la actividad se desarrolla en su máximo esplendor a pesar de los contras que la acción conllevaba. Como dice el historiador Leslie Bettel, “Los españoles recorrieron de punta a punta las Américas en busca de yacimientos de ambos minerales”2, refiriéndose al oro y la plata3, pues estos son los metales de mayor búsqueda y extracción. Así el Caribe, el Istmo, Nueva España y más tarde el Perú fueron los centros neurálgicos de extracción. La minería nos entrega una explicación clara para la rapidez con que se exploraron y conquistaron distintos territorios en Hispanoamérica, seducidos por la búsqueda de minerales los Españoles recorrieron América. El oro era una especie de imán para los primeros conquistadores que con su afán de riqueza los llevaba hasta los sitios más recónditos de América. Es así como la Minería es llamada el motor de descubrimiento “… Solo la afanosa búsqueda y el feliz hallazgo de metales preciosos pudo hacer el milagro, el glorioso milagro: la existencia de los países americanos de habla española.”4 Así surgen distintas concentraciones de población en los lugares más inhóspitos, como en las altas cordilleras o en el altiplano mexicano, en donde se comienzan a desarrollar verdaderas ciudades. No tardaron en convertirse en verdaderos circuitos económicos, en donde se desarrollo el comercio tanto a nivel externo (América - España), como interno (desarrollos regionales), de esta manera pocas regiones estuvieron fuera del alcance de los efectos de la extracción y flujo de metales preciosos. Toda la cordillera de los Andes y gran parte de Nueva España dieron frutos importantes en oro, pero sin duda fue la plata el mineral más relevante puesto que el oro fue siempre centro de pillaje y corrupción, situación que será vista en detalle más a delante. Nueva España arrojó importantes centros argentíferos entre ellos encontramos en 1534 Taxco y Tlalpujahua, veinte años más tarde se produce el gran auge de la plata del norte, aquí destaca Zacatecas (1546) y San Luis Potosí (1592). Para Sudamérica la situación no cambio, ya para 1530 observamos los primeros centros auríferos de nueva granada, y para 1541 el oro en la zona central de Chile. Pero como dijimos antes la plata fue el mineral de comercialización y extracción por excelencia, destacando en 1545 Potosí la mina de mayor riqueza de la zona. Pero el mayor aporte de la zona peruana es sin duda el mercurio descubierto en Huancavelica en 1563. Fueron mucho los lugares en donde se establecieron minas de extracción y posteriormente refinerías. La minería colonial se explotaba mediante el sistema de excavación abierta, llamado sistema de rato. Este surgió de manera natural profundizándose cada vez más para encontrar el mineral, transformándose en verdaderas ciudades 2 Bettel Leslie, Historia de América Latina, Cap. 2: La Minería en la Hispanoamérica Colonial, Pág. 51 Ya que durante la época Colonial los minerales de baja ley (como el hierro) no se extrajeron aunque fueron muy comunes, estos se importaron desde Europa ya que salía mucho más económico para la Corona. Es por eso solo se habla de los metales preciosos como la plata y el oro. 4 Prieto Carlos, La minería en el Nuevo Mundo, Pág. 50, Editorial Revista de Occidente, Madrid, España, 1969 3 subterráneas como la mina de Potosí. La corona nunca regulo este sistema, que en muchos casos fue bastante peligroso para sus trabajadores, ya que deseaba sacar el mayor provecho de estas riquezas dejando plena libertad en la acción. Además otro beneficio que la corona adquiría bajo este sistema fue el no requerimiento de una planificación, la cual demandaba dinero y tiempo. Este sistema se fue mejorando con la instauración de nuevas tecnologías. El Socavón fue la primera mejora que se aplicó, este consistía en túneles inclinados que interceptaban las galerías inferiores de la mina que contaban con drenaje y ventilación. Así se contaban con varias minas al mismo tiempo, siendo más ventajoso. Otras mejoras que se instauraron fueron las Bombas de Drenaje, Malacates para extraer agua o mineral y la Voladura la cual reanimo la producción de Plata en Hispanoamérica. El oro se extraía por los lavaderos, ya que provenían de yacimientos aluviales. De las minas argentíferas se obtenían cloruros y sulfuros, los primeros llamados Pacos y los segundos llamados Negrillos, los que se debían refinar. Para realizar este proceso se debía triturar el metal hasta transformarlo en arena utilizando las Machacadoras o Bocarde compuestos por varios Martinetes de Pilones de hierro movidos por fuerza hidráulica o animal. En un comienzo este proceso se hizo por Oxidación, a través de la acción oxidante del agua convierte los sulfuros en cloruros de plata. Pero se termina con este proceso ya que no había suficiente combustible. Una vez triturado se pasa al Sistema de Amalgama5, que es seguro ya que con bajos costos se trataban altas cantidades. Este sistema consiste en mezclar el mineral con mercurio y añadirle un reactivo siendo el más común la sal pero con el tiempo se descubrió el Magistral6. Después de unas semanas incluso meses la amalgama alcanza un punto apropiado (momento máximo de fusión de la plata y el mercurio). Luego esta mezcla se lava en tinas arrastrando las impurezas, la mezcla que queda es la Pella o Amalgama Depurada. Es así como se debe pasar por el proceso de Volatilización, que consiste en vaporizar el mercurio y dejar el mineral listo. La fundición, fue una técnica secundaria que se utilizo cuando no se contaba con el mercurio, que en ciertos periodos fue bastante escaso7. Este sistema consistía en triturar el metal bajo el Maray, fundiéndose en un horno piramidal con agujeros de aireación. Esta técnica se utilizo hasta 1571 en Potosí. La fuerza de trabajo de la minería fueron los indígenas. Los negros ya sean esclavos o libres solo se encontraron en pequeña proporción sobre todo en las minas de oro. Los blancos solían ser supervisores o propietarios de las distintas minas del nuevo continente. 5 Este sistema fue introducido por Bartolomé de Medina en 1550 El Magistral era sulfato de cobre calcinado de las piritas, esto significó gran innovación para la época. 7 El mercurio era bastante escaso que provenía de tres fuentes: Almadén (sur de España), Huancavelica (Centro de Perú) e Idrija (proveniente de Yugoslavia). El primero abastecía a Nueva España, el segundo a Sudamérica y el tercero se utilizaba cuando los dos primeros no bastaba para cubrir la demanda de los grandes centros mineros. 6 Los sistemas de trabajo eran variados, cronológicamente hablando, la Encomienda fue el primer sistema utilizado, luego el esclavismo, el trabajo forzado y por último el trabajo a jornal. La encomienda se extendió por centro América y Sudamérica siendo el reclutamiento forzado lo que reemplazo este sistema muchas veces abusivo. Ya el 1570 el reclutamiento fue ampliamente regularizado, en nueva España se le llamo el Repartimiento y en Perú conocido como la Mita. Así en el siglo XVI la mano de obra reclutada supero a la encomienda. La mita más conocida, ya sea por su magnitud, organización y abusos, fue la de Potosí. Esta se dividía en tres partes llamadas mitas ordinarias, las cuales contaba con 4500 mitayos que se dividían el trabajo en horarios regularizados, que en muchos casos traía varios abusos por la carga horaria que tenia cada mita. Es así como los mitayos tenían un tratamiento de semiesclavos, aunque la ley trato de defender la libertad de los mitayos. La abolición de la mita fue en 1812, ya que prevalecía la consideración que un bien público requería de un reclutamiento forzado de indios para las minas. En las minas también hubo un tipo de trabajo voluntario, este se dio en las culturas caribeñas y recibió el nombre de Naboría8, estos cumplían distintos labores en las minas recibiendo salarios. Se incrementa rápidamente el trabajo asalariado ya que la minería, cada vez más desarrollada, requería de trabajadores especializados que eran muy apreciadas por lo que se pagaban altos salarios. Otra razón fue por que la mayor parte de los centros mineros se encontraban en las zonas donde era muy difícil reclutar gente. Este sistema de trabajo comenzó a predominar, incluso llegándose a convertir en una norma como sucedió en Nueva España. En el caso de la extracción de oro, como anteriormente se dijo los trabajadores eran casi todos negros, fue más complicado instaurar el trabajo asalariado ya que estos trabajadores no estaban integrados económica ni políticamente negándoseles la posibilidad de organizarse como una fuerza de trabajo. Como toda actividad realizada en Hispanoamérica en el periodo Colonial, la minería presento características muy incomodas y peligrosas, no tan solo en lo que se refiere a los yacimientos mineros, sino también a las refinerías y demás instalaciones. De esta manera surgen importantes personajes que son los pilares del desarrollo minero hispanoamericano. Entre ellos encontramos al “Barretero” que era un trabajador especializado, pues su labor era de extrema peligrosidad, era el encargado de extraer el mineral desde los filones, por esto y su peligrosidad, contrastando con labores más delicadas, esta actividad era bien remunerada, además el barretero podía quedarse con excedentes a buenas o malas, lo que le facilitaba la comercialización de estos y el intercambio con otros objetos de valor. Los denominados “bestias de carga” eran hombres “sin pericia”, que manejaban solo una actividad, a saber el acarreamiento del mineral hacia la superficie, pese a 8 Plebeyo dependiente de un noble y que no participa plenamente en los derechos y obligaciones de la comunidad. En nueva España se llamaron Laborío esto discrepamos de que se trate de un hombre sin pericia pues pensamos que su actividad junto con ser peligrosa, requería de mucha fuerza y concentración. Una labor similar a la del las “bestias de carga” era la realizada por los “Acarreadores” estos portaban recipientes o capazo (capacho) en el que trasladaban el mineral por túneles de difícil acceso y muy estrechos, se cree que el peso de estos capazos o capachos podía ascender hasta unos 140 kilos, la iluminación era muy rustica, pues a veces llevaban velas amarradas a su frente o en sus dedos, situación que da cuenta de las paupérrimas condiciones de trabajo existentes, es por esto que muchos terminaban muy mal heridos, las mutilaciones y caídas eran constantes, obviamente el caso extremo muchas veces fue la muerte. Respecto a los posibles riesgos, estos estaban por doquier, uno de ellos y quizás el más frecuente eran las enfermedades respiratorias debidas a los constantes cambios de temperatura, entre el fondo y la superficie de las minas, esto en lo que concierne a las minas de plata. En las minas de oro y de mercurio los riesgos eran similares, pues eran innumerables las enfermedades que se podían contraer, esta venían dadas por la combinación (zonas bajas y húmedas) característica principal para contraer enfermedades tropicales. La situación no cambiaba en los yacimientos de mercurio, un caso representativo es Huancavelica, lugar que presentaba características muy adversas para el trabajo ya que la roca era blanda e inestable, lo que facilitaba los constantes derrumbes, además se suma a esto las obligaciones de trabajar dentro de túneles que en su mayoría poseían minerales con características venenosas y explosivas. En las plantas de refinado la situación no variaba. La acción de machacadoras y la amalgama, tenían muchas veces como consecuencia enfermedades irrecuperables, como la silicosis en el caso de la primera (producto de la acción del polvo) y el envenenamiento por mercurio para el segundo proceso. Todos estos factores hacían de la actividad una especie de martirio para quienes las llevaban a cabo, indígenas, negros y esclavos, fueron siempre la fuerza de trabajo más lastimada, de lo que se desprende que alguien tenía que llevarse los dividendos, para esto es necesario analizar cuán importante eran las repercusiones sociales producto de la minería. Así para la parte más bien dirigente de los procesos mineros (emigrantes españoles y colonos pobres), la actividad se presentaba como una forma a veces rápida de ascenso social, siendo el reconocimiento social y la autoridad política los extremos de privilegios para las familias que se dedicaban a la minería, pese a estos fueron pocas las familias que perduraron en el ámbito de la minería, pues en un abrir y cerrar de ojos todo lo ganado podía esfumarse. Obviamente a quienes la situación afectaba más era a los indios, pues la minería y sus procesos suponían cambios sociales profundos, entre ellos el cambio repentino y forzado de un medio rural a uno urbano, en donde el ideal español prevalecía y a los que el indígena debía adecuarse. Es así, como en este proceso de adecuación, algunos asimilaban las costumbre españolas y accedían a participar de un rápido proceso de pérdida de identidad cultural, pasando a enrolarse a las esferas culturales del mestizo, de esta manera se aceleran los procesos de proletarización y aculturación en las ciudades coloniales. Un caso característico de este proceso fue Potosí en donde el quebrantamiento de las comunidades nativas, fue excesivo producto de la realización de levas masivas (gran mita), se habla de unas cincuenta mil personas anuales las que salían y entraban de esta ciudad, muchas fueron las familias indígenas que se desarticularon en estas empresas, a veces el viaje duraba unos dos meses, dependiendo de la localización de origen de los indígenas. Análisis aparte tiene la situación del estado respecto a la minería. La corona obtenía ingresos directos de la minería, ya para el siglo XVI la ley obligaba a reservar una parte de todo filón para la corona, esto no fue aceptado en Nueva España mientras que en Perú y Charcas fue observada y se procedió a subarrendar las minas reales. “La corona conservo siempre un interés particular en la producción de mercurio”9, así minas como Almadén y Huancavelica estuvieron siempre en manos de los reyes, estos últimos monopolizaban la distribución del mercurio y determinaban el precio de venta a los refinadores, por otro lado los yacimientos de oro y plata quedaron siempre fuera del alcance directo de la corona, aquí la corona se trenzo en una lucha casi interminable con los particulares, ante esto la corona esgrimió su antiguo derecho real de propiedad universal de los yacimientos de metales preciosos, exigiendo un derecho sobre la producción a cambio de conceder libertad de prospección y explotación de los yacimientos a los súbditos españoles. El conocido Quinto Real10 (1504), tuvo mejoras y descensos, así ya para (1548) se impone gradualmente el diezmo11, en lugares como Potosí y Oruro el Quinto Real tuvo gran duración y nos encontramos con él hasta 1736. Por otra parte el Quinto Real sobre el oro se mantuvo hasta aproximadamente 1723, desde esta fecha se reducen a una decima parte en nueva España en 1738 a una veinteava parte en nueva granada. Fue constante que anuncios sobre las reducciones de los derechos reales significaban un crecimiento de la producción. Tres fueron los poderes que tuvo la corona sobre la minería, el control de derechos reales, el control de la distribución del mercurio y de su precio y admitir o impugnar los reclutamientos de mano de obra, estas tres facultades le daba a la acción de la corona ciertos matices de empresas estatales en donde mineros y refinadores eran “servidores de la corona”, pero pese a todo estas características la acción de la corona actuó sin coordinación, razón por la cual se creaba cierto clima de incertidumbre entre los mineros. Paso a paso la minería se desarrolló de tal manera que pudo llegar a formar un gremio minero y por consiguiente la adopción de tribunales propios en los que se tratarían litigios propios de la actividad adquiriendo de esta manera cierto grado de autonomía respecto de los otros problemas de la sociedad. Ya para 1783 hay un nuevo código elaborado por un tribunal minero de México, ley que se extiende 9 Bettel Leslie, Historia de América Latina, Cap. 2: La Minería en la Hispanoamérica Colonial, Pág. 74. El Quinto Real fue un impuesto a la extracción de metales preciosos, principalmente el oro y la plata dentro de los territorios de lo que fue el América española. 11 El Diezmo es un impuesto del diez por ciento (la décima parte de todas las ganancias) que se debía pagar a la Corona Española 10 para el Perú y Rio de la Plata en 1794. Este proceso coincidió con un mayor desarrollo y resurgimiento de la minería a fines del siglo XVIII, proceso que se circunscribe a las reformas borbónicas, entre ellas destacan: el abaratamiento del mercurio, la exención de derechos reales, creación de bancos reales, financiación de la industria minera y la creación de misiones mineras, esto con fines educativos y apuntando a un mayor desarrollo tecnológico (fin educativo y nuevas técnicas). Otro tema de gran relevancia es el capital que se utilizo para llevar a cabo la actividad minera. Para la producción de plata (sistemas de fundición) nos encontramos, con bajas inversiones de capital puesto que el mineral se encontraba cerca de la superficie y era fácil construir hornos de fundición. Para la primitiva minería del oro, las inversiones son mínimas, en cambio, para la producción de oro, en donde la fuerza de trabajo la ocupaban los esclavos negros requirió de mayor inversión, pues era necesario contar con esta mano de obra (comprarla y trasladarla al lugar de extracción), junto con poseer e instalar machacadoras y otras instalaciones necesarias. Otra situación que necesitó de vastas inversiones fue en lo tocante a la amalgama de plata donde las minas eran profundas y la construcción de costosos socavones se hacía necesario. No se queda atrás el proceso de refinado, pues este necesitaba amplios conjuntos de instalaciones (prensas machacadoras, fuentes de energía animal e hidráulica), de esta manera nos encontramos ante una hacienda de refinería, bien más costoso que se elevaba a la altura del valor de un barco, propiedades agrícolas e incluso mansiones urbanas, su costo iba de los diez mil a los cincuenta mil pesos para el siglo XVII. Ante esta situación de necesidad constante de capital y teniendo en cuenta de que muchas minas entraban en proceso de escases de material, aparecen nuevos actores sociales que son en cierto sentido sostenedores de la economía minera de la época, se recurre a la comunidad de comerciantes de la comunidad minera de cada centro minero, aquí destaca un personaje llamado “aviador” (abastecedor de mercancías y créditos) estos aceptaban como paga la plata refinada sin acuñar y así se transformaban en compradores de mineral en bruto o “rescatadores”, esta mezcla de intereses lo llevaba a cobrar intereses por sus préstamos, así su labor no era muy segura ya que debían muchas veces asumir que algunos clientes los estafaran, por esto y otras razones no era seguro ser “aviador”. Otro personaje que no escapa a la categoría de clave para esta época son los “mercaderes de plata” estos compraban plata sin acuñar, con descuentos pagándola en monedas, luego la hacían acuñar, compraban más plata y así siempre sacando provecho de los descuentos se enriquecían. Pese a todo, la corona nunca pudo acabar con la acción de estos personajes, incluso intervino en post de liberar a los refinadores de los mercaderes para la obtención de monedas, así predomino hasta fines de la época colonial la financiación minera directa, por parte de los mercaderes. La producción de la plata merece especial atención pues esta tuvo un gran auge, presentándose como el mineral de extracción por excelencia, puesto que los yacimientos de plata no se habían explotado de la misma manera que los de oro, yacimientos estos últimos que se acabaron rápidamente pues los indígenas ya habían extraído buena parte del mineral. Así los yacimientos de plata se adaptaron rápidamente a las nuevas técnicas. Ya para 1530 en nueva España y en 1540 en los Andes centrales la producción de plata supera a la de oro, fenómeno que no se dio en Nueva Granada ni en Chile. La amalgama como técnica favoreció la preponderancia de la plata, de esta manera ya desde 1575 a 1590-2 Potosí alcanza el mayor índice de producción de su historia superior a cualquier otra zona, en la época colonial produjo casi la mitad de toda la plata de Hispanoamérica, esto se debe gracias a un pilar de la producción de la plata, a saber, la abundancia de mercurio de Huancavelica junto a la abundancia y bajo costo de la mano de obra suministrada por la mita, esta ultima presentándose como una de las mayores de la región. Como todo gran proceso la producción de Potosí decayó hacia 1600 extendiéndose unos 130 años, el mineral se agoto paulatinamente, paralelamente Oruro atravesó el mismo proceso. Al fallar Huancavelica en la producción de mercurio para potosí y Oruro la corona procuró desviar cuando y cuanto fuese necesario la producción de Almadén hacia las minas de los Andes que producían más. En México la producción decae por 1630 por la interrupción de la compra de mercurio a Hidrija, situación que se sumo al progresivo agotamiento del mineral. Pese a todo destaco el distrito de Durango donde se descubren nuevos centros de extracción en Parral. Esta crisis se recupera por 1660 debido al resurgimiento de la fundición y así para 1670 casi el 60% de la producción de Zacatecas provenía de la fundición, práctica que para 1700 se hace frecuente en toda nueva España, este proceso responde a la gradual falta de mercurio sumado a que se encontraron grandes y buenas concentraciones de mineral, así se financiaron nuevas prospecciones, junto con la explotación y ampliación de minas existentes, todo esto gracias a la aceleración de trabajo en las minas subterráneas mediante sistemas de voladura, sistemas que por su eficacia dan extraordinario crecimiento a la producción de plata en nueva España en el siglo XVIII. Posteriormente se daría una actitud más metódica y racional respecto a la minería y sus problemáticas. Destaca la minera La Valenciana, pues entre 1780 y 1810 produjo un 70% de la producción total de Guanajuato (capital argentífera de nueva España), su éxito se debe principalmente a las grandes inversiones hechas en esta mina. Ya por 1805 la interrupción de los suministros de mercurio, junto a las presiones fiscales y rebeliones de insurgentes (1810), la mina inicia un proceso de derrumbamiento de la producción. Como se ha dicho anteriormente la producción argentífera en los Andes recae en potosí, mina que en las décadas de 1720 a 1780 triplico su producción, junto con Oruro y al igual que las minas de Nueva España las grandes minas de los Andes se beneficiaron de la introducción de la voladura, además de ambos responder a la reducción de los derecho reales de un quinto a una decima parte en julio de 1736. Para esta época se incrementa la población de los Andes, lo que origina una disminución de los costos de mano de obra muy importantes sumado a los aumentos de portadores de capital, proceso que recae en una perfección de la explotación, destacando el cerro Pasco como el centro más dinámico. Respecto a la producción de oro los conocimientos son más bien escasos, puesto que este mineral estuvo siempre bajo el acecho de la tentación y la corrupción, todos trataban de eludir el pago de derechos reales y dedicarse al contrabando, es por esto que la documentación sobre el tema es más reducida. Las principales zonas productoras fueron: Nueva España, Nueva Granada, Perú (Charcas) y Chile (Valdivia), pero, sin duda Nueva Granada era la zona aurífera por excelencia. Sus yacimientos permitían un incremento constante de la producción a lo largo del siglo XVI, luego y como es frecuente sufrió una crisis en el siglo XVII, levantándose nuevamente en el siglo XVIII. Aquí Antioquia destaca como el principal centro productor, esto gracias a la gran cantidad de mano de obra de encomienda y esclavos negros. San Luis de Potosí (México) fue el principal centro aurífero de nueva España, entre 1630 y 1635 produjo unas tres toneladas del preciado metal. Así a partir de estas fechas son varios los centros que comienzan a incrementar su producción, destacándose Guanajuato, y Guadalajara. Como es costumbre la producción de minerales creo centros urbanos que crecieron con gran aceleración, estos dependían de la producción del metal para su desarrollo, de esta manera si la producción entraba en decadencia la ciudad o distrito al que pertenecía sufría también las consecuencias. Conclusiones 1.- Sin duda la minería fue una actividad que arrojo buenos dividendos para las personas que manejaban la actividad (blancos y criollos pobres), mientras que como es costumbre los indios, esclavos y negros sufrieron las consecuencias no tan solo físicas por ser la fuerza de trabajo, sino también de desarrollo social. 2.- Mirado desde el punto de vista del desarrollo de la región, la minería fue un motor de este proceso, pues favoreció la construcción de centros urbanos, caminos, desarrollo de mercado interno y externo, así el crecimiento fue en franco ascenso, característica que contrasta con lo que nos presentan hoy en día ciudades que en el pasado fueron prosperas. 3.- Claro está, el indígena siempre sufrió al ser la fuerza de trabajo, algunas veces y producto de la integración de este en las esferas de la ciudad, se mestizo culturalmente, pero nunca llego a tener la importancia a la que accedían producto de la minería blancos y hombres de poder y proyección política. 4.- La noción de minería como motor de descubrimiento y conquista, toma vital importancia, pues es así como actuó el descubridor, conquistador y más tarde el colonizador, siempre fue un tema central, pues los metales eran valiosos y la corona los necesitaba, es por esto que siempre hubo fricciones entre la corona y los particulares, en donde estos últimos se esmeraban por soslayar las exigencias de la corona. Bibliografía: Bettel Leslie, Historia de América Latina, volumen 4, Cap. 2: “La Minería en la Hispanoamérica Colonial”, Crítica Grijalbo Mondadori, Barcelona, 1997. Prieto Carlos, La minería en el Nuevo Mundo, Editorial Revista de Occidente, Madrid, España, 1969. Jara Álvaro, Tres Ensayos sobre Economía Minera Hispanoamérica, Centro de Investigaciones de Historia Americana, Universidad de Chile, Santiago, Chile, 1966.