27° Domingo, durante el año

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PARROQUIA “Ntra. Sra. DE LA CANDELARIA DE LA VIÑA”
GUÍA PARA LAS COMUNIDADES BÍBLICAS P A R R O Q U I AL E S
Domingo 27ª durante el año
2 de octubre de 2011
1) INVOCAMOS LA LUZ Y LA FUERZA DEL ESPÍRITU SANTO:
Ven, Espíritu Santo y envía desde el cielo
un rayo de tu luz.
Ven, Padre de los pobres,
ven a darnos tus dones,
ven a darnos tu luz.
cura nuestras heridas,
suaviza nuestra dureza,
enciende nuestra frialdad,
corrige nuestros desvíos.
Concede a tus fieles
que en Ti confían,
tus siete sagrados dones.
Premia nuestra virtud,
salva nuestras almas,
danos la eterna alegría. Amén.
Consolador lleno de bondad,
dulce huésped del alma,
suave alivio para el hombre,
descanso en el trabajo,
templanza de las pasiones
alegría en nuestro llanto.
Penetra con tu santa luz
en lo íntimo del corazón de tus fieles.
Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre,
nada que sea inocente.
Lava nuestras manchas,
riega nuestra aridez,
2)
ORACION COLECTA
“Dios todopoderoso y eterno, que en el exceso de tu
amor superas los méritos y los deseos de quienes te
invocan, derrama sobre nosotros tu misericordia, hasta
perdonar las faltas que inquietan nuestra conciencia y
concedernos aún aquello que no nos atrevemos a
pedir”. P.J.N.S.
PARTIR DEL TEXTO DE LA VIDA
MIREMOS JUNTOS NUESTRA REALIDAD
¿Cómo nos encontramos hoy? ¿con qué actitud o disposición hemos venido a la lectio divina?
3) LECTURA: hacemos silencio
Is 5,1-7
¡Habla, Señor, que tu pueblo escucha!
4) REALIZAMOS EL ECO :
5) REFLEXIONAMOS
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
Probablemente Isaías pronunció ese hermoso poema durante la fiesta de las Chozas que coincidía con el final de la
vendimia y se celebraba siempre con mucha alegría. El poema, que comienza idílicamente como un canto de amor,
termina con una violenta denuncia de la opresión y la injusticia.
La imagen de la viña es de lo más familiar para la mayoría de los pueblos del cercano oriente. Se trata de una
pedazo de tierra cultivado con especial esmero ya que de allí era posible extraer el sustento básico para la familia.
Pero no sólo eso, era patrimonio para el israelita, lo mínimo que podía tener una persona para sentirse ligado a su
clan, incluso para fundamentar su derecho de ciudadanía. En muchos casos en la misma viña reposaban los restos
de los antepasados; así es el vínculo tan profundo que une al israeita con su viña, por ejemplo el caso de la viña de
Nabot. Israel es para su Dios una viña a la que ama y cuida con celo, de ahí la decepción de Dios por los pocos
frutos que produce su pueblo.
6) MEDITACIÓN:
7) ORACIÓN COMUNITARIA: podemos responder: “escúchanos Señor”, “gracias, Señor”, “te lo pedimos, Señor” , etc.
ahora realizamos, las suplicas, acciones de gracias o peticiones que podamos agregar......
8) ACTUAMOS: PROPÓSITO DE ESTE ENCUENTRO: personal y comunitario
APÉNDICE
Mt. 21,33-46

Jesús está en el templo con los sumos sacerdotes y ancianos, imaginemos la escena y el clima de este relato

El dueño de la Finca, Dios preparó todo y se la dio a unos labradores

1º envío: natural fue a buscar la ganancia del arriendo. La violencia de la respuesta es desproporcionada.

2º envío: llama la atención la insistencia condescendientes, mas servidores; mayor violencia es la respuesta.

3º envío: su Hijo, qué paradójico comportamiento del dueño, aún confía en que puedan respetar, como si no
hubiera acusado los desplantes anteriores, nueva oportunidad. Respuesta: matémoslo y obtengamos su
herencia, de no-dueños a dueños, arrebatando, matando, apropiándose injustamente. Sólo la voracidad los
enceguece ……. No solo lo pensaron y dijeron, sino que lo hicieron: expulsaron y mataron.

Pregunta y respuesta que conducen a la conclusión. Pero la conclusión es lapidaria, tajante, clara, profética,
desafiante…..

Uds. lo despreciaron, es la piedra angular, la que sostiene todo el edificio, sin El nada puede sostenerse ….

Les quitará y se le dará a el Reino de Dios un pueblo que produzca sus frutos: les dará el Reino, la realidad
misteriosa del amor que abre fronteras, que se enciende para iluminar en medio de la historia humana….

A un pueblo: no solo a sus dirigentes y sacerdotes y ancianos …….

Fruto a su tiempo: con una responsabilidad compartida: dar fruto
Si las acciones de ese propietario reflejan simbólicamente las del Señor, podríamos afirmar que Dios expuso a su propio Hijo,
Jesucristo, a la muerte para aun dar una oportunidad al Pueblo de la antigua Alianza. Dios se jugó una carta grande, muy grande.
Dejó entre paréntesis una historia de violencia y rechazo, apostando a lo que tenía de más valioso. Intentó lo imposible. Envió a su
hijo solo, débil. Sin otro título ni arma que la de Hijo.
¿Qué padre hubiera hecho semejante locura? ¿quién hubiera expuesto a tal peligro a un ser tan querido? ¿A quien se le hubiera
ocurrido?........ Indudablemente a nadie ¡Sólo Dios hace esto!
¿Porqué?
Simplemente porque quiere que todos los hombres puedan saborear de los frutos su viña. El Padre vuelve a exponerse, vuelve a
correr riesgos, vuelve a amar, vuelve a arriesgarse.
También va para nosotros el mensaje y el reproche. Ahora el profeta diría: “la viña del señor es la Iglesia de Cristo”. La esterilidad
y la infidelidad de Israel, por desgracia, se pueden repetir en la Iglesia y en cada uno de nosotros. No venderemos a Jesús p or
treinta monedas ni decidiremos matarle. Pero ¿somos una viña que da los frutos que él espera, o somos una viña estéril o
raquítica?
Ante todo, la amonestación va para los dirigentes de la comunidad eclesial, que pueden tener la tentación de sentirse dueños y
propietarios de la viña, de la comunidad.
Pero también se nos aplica la lección a cada uno de los fieles, Dios ha “invertido” en nosotros: nos ha dado la vida, el cuerpo, la
salud, talentos naturales, su Palabra, el Evangelio, los sacramentos, la comunidad eclesial, personas buenas que nos rodean y
nos estimulan ¿Qué cosecha puede esperar de nosotros este año? ¿se tendrá que quejar de nuestros pobres frutos como lo hizo
de la higuera seca?
Nosotros no somos de los que rechazan a Cristo, ciertamente. Sabemos que él es la piedra angular y creemos en él. Pero ¿damos
los frutos que él espera de nosotros? ¿Seguirá siendo actual el aviso de Jesús, de que será retirado el Reino a los primeros
destinatarios, y le será dado a otros que lo administren mejor? ¿No será esta la explicación del cambio de comunidades cristianas
que durante siglos sostuvieron llena de vitalidad y ahora languidecen?
Si alguien quiere saber cuáles son esos frutos que Dios espera de su viña, no tiene más que leer a Isaías (5,1-7): esperaba
derecho y, le damos violencia; justicia y no hay más que lamentos. Los frutos, por tanto, están en el sentido de la caridad y de la
justicia.
Sólo Dios hace estas locuras de amor; alabar, callar admirados, dar gracias, llorar de alegría, todo a la vez. Sólo Dios hace esto
Señor, libérame de mis falsas seguridades, no dejes que me quede envuelto y asfixiado en mis propios proyectos que no me dejan
ver tu luz, que no permiten escuchar esa palabra que me llama a la entrega, al cambio, a la vida nueva. No permitas que te elimine
de mi vida para que no perturbes mis estructuras y mis planes.
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