A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 5 de septiembre de 2012, habiéndose dispuesto en el establecido, Acuerdo 2078, de que conformidad deberá con lo observarse el siguiente orden de votación: doctores Negri, Hitters, de Lázzari, Genoud, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 108.361, "Errecalde, Néstor Fernando contra Brunoldi, Albino Manuel. Despido, etc.". A N T E C E D E N T E S El Tribunal de Trabajo n° 2 del Departamento Judicial Bahía Blanca, con asiento en dicha ciudad, hizo lugar parcialmente a la demanda deducida, imponiendo las costas del modo que especifica (v. sent., fs. 1192/1200 vta.). Contra dedujo recurso dicho pronunciamiento, extraordinario de la parte actora inaplicabilidad de ley (fs. 1215/1229 vta.), el que fue concedido por el citado tribunal a fs. 1230. Dictada a fs. 1266 la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: I. El tribunal de trabajo interviniente -en lo que resulta de interés por constituir materia de agraviorechazó Errecalde procuraba la demanda contra el cobro interpuesta Albino de por Manuel diferentes Néstor Brunoldi, rubros Fernando en cuanto remuneratorios, indemnizaciones derivadas del despido y las previstas por los arts. 2 de la ley 25.323; 10 y 15 de la ley 24.013; y 16 de la ley 25.561. Al expresar los motivos de dicha decisión, declaró que la exteriorización de la voluntad extintiva del actor -quien se desempeñara, según tuvo por acreditado, a las órdenes de la patronal como chofer de larga distancia del Convenio Colectivo de Trabajo 40/89 desde el 22 de noviembre de 2000- fue apresurada (v. quinta cuestión del veredicto, fs. 1189 y vta.). Ello así, toda vez que consideró -a partir del análisis del informe suministrado por el Correo Oficialque el trabajador remitió su comunicación extintiva (10XII-2004) invocando el incumplimiento patronal frente a su previa intimación (por la que reclamó el pago de diferentes rubros remuneratorios adeudados y la correcta registración del contrato de trabajo, en lo tocante a la categoría laboral y a la remuneración consignadas) sin aguardar la respuesta aquel de Brunoldi, emplazamiento quien -a dentro su del criterioplazo respondió oportunamente conferido. En esas condiciones, entendió que "... la decisión rescisoria del dependiente resultó apresurada, por cuanto debió esperar la contestación de su empleador, quien bien pudo allanarse a su pretensión, peticionar aclarara la misma, para luego tomar una decisión al respecto, o incluso guardar silencio a dicha intimación, por lo que mal pudo invocar el incumplimiento del demandado a su intimación con anterioridad a la recepción de la respuesta de éste" (v. quinta cuestión del veredicto, fs. 1189 y vta.). Luego, concluyó en la sentencia que la ruptura del trabajador resultó injustificada (v. fs. 1193 vta.). En lo que concierne al adicional por kilómetros recorridos, el a quo juzgó que el actor recorrió mensualmente 15.400 Km. (v. segunda cuestión del veredicto, in fine, a fs. 1184 vta.). Para ello tuvo en cuenta que, habiendo sido acompañadas por el empleador las planillas de kilometraje por el lapso respecto del cual el actor reclamó diferencias demostrar cantidad salariales, que de aquellos kilómetros quedó a cargo instrumentos por él no de este último reflejaban transitados la mensualmente (misma cuestión, fs. 1182). A partir de esa distribución del onus probandi y de los elementos probatorios incorporados al proceso, concluyó que dichas planillas no se ajustaban a los efectivamente cumplidos por el accionante (fs. 1184), por lo que correspondía tener por cierta la afirmación del actor en relación con ese extremo, aunque descontando los 5.000 km. mensuales que dijo recorrer los sábados después de las 13 hs. y los domingos, por no haber sido acreditados. En otro orden, consideró no probado que al actor se le abonaran otros importes además de los consignados en los recibos de haberes, ni que se le hubieran liquidado las demás prestaciones reclamadas -art. 39, 2° párrafo, ley 11.653- (v. tercera cuestión in fine, fs. 1186). Luego en sentencia, y sobre la base de que al actor se le correspondientes abonaron importes conforme el inferiores número de a los kilómetros efectivamente recorridos, condenó al demandado al pago de las diferencias salariales devengadas durante el período noviembre 2002/noviembre 2004 (fs. 1193 vta./1195). A fin de establecer la remuneración del actor, tuvo en cuenta el haber básico correspondiente a un chofer de larga distancia encuadrado en la primera categoría del Convenido adicionales Colectivo por de Trabajo antigüedad (ítem 40/89, con 6.1.5.), más los kilómetros recorridos (ítem 4.2.3.) y viáticos (ítem 4.2.4.), descartando la inclusión de los ítems 4.2.5. (permanencia fuera de la residencia habitual), 4.2.6. (control de descarga) y 4.2.3. último párrafo (recargo por kilómetros recorridos luego de las 13 hs. de los días sábados) por no haber sido demostrado el hecho generador de su procedencia; así como tampoco el reclamo fincado en el ítem 3.6.1. (ropa de trabajo) (v. sent., fs. 1193 vta./1194). Finalmente, desestimó la indemnización prevista por el art. 10 de la ley 24.013, al juzgar no probado en autos que inferiores -más a allá los de la liquidación devengados- el de empleador importes hubiera consignado en la documentación importes menores que los realmente abonados (v. sent., fs. 1195 vta.). Aplicó sobre los rubros de condena la tasa de interés que paga el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus depósitos a treinta días (v. sent., fs. 1197/1198 vta.). II. La extraordinario de parte actora inaplicabilidad interpuso de ley, en recurso el que denuncia absurdo y arbitrariedad en la valoración de la prueba, y la violación de los arts. 14 bis, 17 y 18 de la Constitución provincial; nacional; 21 de la 31 y 39 Convención de la Americana Constitución de Derechos Humanos; 8, 9, 11, 53, 55, 57, 62, 63, 232, 233, 242, 245 y 246 de la Ley de Contrato de Trabajo; 16 de la ley 25.561; 1 y 2 de la ley 25.323; 10 y 15 de la ley 24.013; 39, 44 inc. d) y 47 de la ley 11.653; 34 inc. 4, 163 incs. 5 y 6, 375 y 384 del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires; y de la doctrina legal que cita. Plantea los siguientes agravios: 1. En primer lugar, cuestiona la conclusión de grado que consideró no acreditado que el actor laborara los sábados después de las 13 horas y los domingos, y que devengara los adicionales por "permanencia fuera de la residencia habitual" (ítem 4.2.5.), "control de descarga" (ítem 4.2.6.) y "ropa de trabajo" (ítem 3.6.1.). En tal sentido, señala que aun cuando el a quo consideró -con acierto, a su criterio- que la prueba colectada en autos, respecto de los kilómetros que el actor denunció recorridos mensualmente, resultó suficiente para hacer caer la presunción de legalidad de la documentación laboral exhibida por el demandado, "quebró" la lógica de dicha conclusión -transgrediendo los arts. 39 de la ley 11.653; 53 y 55 de la L.C.T.; y 4.2.15 y 4.2.18 de la Convención Colectiva de Trabajo 40/89- al descontar de los 20.400 kilómetros que denunciara recorridos en la demanda, los 5000 kilómetros que invocó realizados después de las 13 horas de los días sábados. Alega que aquella circunstancia quedó demostrada con la prueba testimonial, no obstante lo cual -continúa-, evidenciando un claro absurdo en la valoración, el sentenciante exigió la determinación de la hora de comienzo y finalización de los viajes, y la cantidad de kilómetros recorridos durante ese período. Como anticipé, sostiene que en el caso se violaron los arts. 39 de la ley 11.653, 53 y 55 de la Ley de Contrato de Trabajo, y los ítems 4.2.15 y 4.2.18. de la Convención Colectiva de Trabajo 40/89, ya que en todas esas disposiciones se establece la obligación del empleador de llevar la documentación laboral en debida forma y, en caso de no llevarla o hacerlo de manera defectuosa, se impone -previo juramento- una presunción en su contra y a favor de lo afirmado declaraciones por el trabajador, testimoniales máxime probaron el cuando aserto, las debiendo -al menos- generarle una duda razonable al juzgador que amerite la aplicación del principio in dubio pro operario (arts. 8, 9 y 11, L.C.T.). Argumenta que el fallo de grado transgredió la doctrina legal que surge de las causas L. 56.858, "Ronzio" y L. 38.834, "Duarte", en las que se declaró que, controvertida la cantidad de kilómetros recorridos por el accionante, la inexistencia de la planilla que debe llevar el principal -en el caso, su falsedad-, determina la plena operatividad de la presunción a favor del trabajador que contempla el ítem 4.2.18 del Convenio Colectivo 40/89 con la sola declaración jurada prestada por aquél (v. recurso, fs. 1217/1220). En otro orden, alega que el yerro que atribuye al tribunal de desestimación grado de se los agudiza rubros aún más "permanencia frente a la fuera de la residencia habitual" (ítem 4.2.5.), "control de descarga" (ítem 4.2.6.) y "ropa de trabajo" (ítem 3.6.1), para la conformación de la remuneración del trabajador, violando de ese modo la doctrina legal que emana de la causa L. 82.301, "Gallours" (sent. del 20-VIII-2008). Agregó, específicamente en lo atinente a la "ropa de trabajo", que el dictamen pericial caligráfico obrante a fs. 783/789 -consentido por la demandada- determinó que las firmas insertas a fs. 424/425 no fueron confeccionadas por Errecalde (v. recurso, fs. 1220/1221 vta.). 2. Por otro lado, se alza contra la decisión de grado que consideró no justificado el autodespido por apresurado. En lo esencial, denuncia que la apreciación de la injuria no fue realizada por el a quo con la prudencia que la ley exige, en tanto si bien tuvo por acreditado que el reclamo por el cual el actor intimó a la patronal fue legítimo, y que esta última falsamente negó su procedencia -violando los arts. 62 y 63 de la L.C.T.-, consideró injustificado el despido por una cuestión "ritual" de apenas algunas horas de diferencia entre la comunicación rescisoria y la respuesta patronal (no imputable a las partes, sino al Correo). En definitiva, señala, el tribunal de grado desestimó todos los rubros indemnizatorios reclamados en el entendimiento de que el empleador contestó la interpelación del trabajador dentro del plazo que establece el art. 57 de la Ley de Contrato de Trabajo, cuando ello ya no se encontraba debatido en autos, máxime cuando sostiene que la decisión rupturista no fue apresurada al respetar el tiempo que establece la referida norma. Sobre este último aspecto, refiere que en el momento de enviar la comunicación extintiva el actor no podía saber que el telegrama emitido por el empleador el 9XII-2004 -con la respuesta a su anterior intimación- se "hallaba en camino". Siendo ello así, sostiene que la doctrina legal mencionada por el tribunal de grado (a saber: L. 50.819, "Abasto"), dicho no resulta precedente rescisoria hubo efectivizada de aplicación de antes al evaluarse de vencer caso, una el porque en comunicación plazo de la intimación impuesto por el dependiente, situación que no se verifica en autos. Concluye afirmando que el absurdo en que incurrió el tribunal de trabajo luce nítido, toda vez que encontrándose acreditado en la causa que todos sus reclamos fueron ajustados a derecho (diferencias salariales, encuadre convencional, pagos en negro, etc.) y resultando con ello demostrada -a su entender- la injuria invocada, la definición plasmada en el fallo -adversa a su pretensiónes insostenible y contradictoria, además, con la doctrina legal que emerge de la causa L. 88.834, "Espinosa" -sent. del 27-II-2008- (v. recurso, fs. 1221 vta./1224 vta.). 3. Objeta, también, el rechazo de la indemnización prevista en el art. 10 de la ley 24.013. Argumenta que el absurdo denunciado en esta parte del recurso se encuentra configurado, pues, a pesar de lo informado por el perito contador en su dictamen (en lo tocante a la existencia de liquidaciones por kilómetros recorridos no asentadas en el libro del art. 52 de la L.C.T.) y de lo manifestado por el propio sentenciante a fs. 1183 y aplicación probado importes vta. del en sobre que inferiores documentación tópico, dispositivo autos, dependiente, el el a más importes reseñado "... allá la los empleador resolvió de que le hubiera inferiores rechazar al no estar liquidación correspondían consignado a los que si la en de al la realmente abonados..." (fs. 1225 y vta.). En tal sentido, señala los pagos efectuados por el empleador no se encuentran volcados en el libro del art. 52 de la Ley de Contrato de Trabajo, y tampoco se abonaron las cargas sociales y sindicales sobre ellos, deben reputarse como "pagos en negro". Ello así, en tanto aduce que deben reputarse como pagos no registrados, no sólo aquéllos que no cuentan con ningún respaldo documental, sino también los que no se registran en la documentación laboral correspondiente. En esa inteligencia, considera que debió aplicarse al demandado la indemnización que dimana del art. 10 de la ley 24.013, habida cuenta que aquél consignó en la documentación laboral una remuneración menor que la percibida por el trabajador (v. recurso, fs. 1224 vta./1225 vta.). aplicada 4. Finalmente, por el tribunal cuestiona de grado la tasa sobre el de interés capital de condena, por entender que resulta violatoria de su derecho de propiedad y el principio de "retribución justa", provocando un enriquecimiento sin causa del deudor. En tal sentido -con cita de fallos jurisprudenciales-, propicia la imposición de la tasa de interés activa (v. recurso, fs. 1225 vta./1228 vta.). III. El recurso debe prosperar parcialmente. 1. vinculado a El la primero decisión de de los agravios rechazar la expuestos, pretensión de percibir las diferencias salariales derivadas de los adicionales previstos en las cláusulas 4.2.3. (kilómetros recorridos fuera en de la descarga) y sábados y residencia 3.6.1. (ropa domingos), 4.2.5. (permanencia habitual), 4.2.6. (control de trabajo) de la de Convención Colectiva de Trabajo 40/89, no prospera. a. Con el rótulo de "Planilla de Contralor de Kilometraje Recorrido", el art. 4.2.15 del citado convenio que rige la actividad -aplicable a los trabajadores ocupados en el transporte de carga por automotor- establece que "a los efectos del control del kilometraje recorrido y de las operaciones especificadas" -entre otros- en los ítems 4.2.5. (permanencia fuera de la residencia habitual) y 4.2.6. (control de descarga), "el empleador tendrá la obligación de llevar por duplicado una planilla rubricada por la autoridad de aplicación, según el modelo anexo, en el cual viaje, se la asentarán que para los kilómetros conformidad recorridos firmarán las en cada partes y mensualmente el principal entregará el o los duplicados debidamente firmados". La planilla en cuestión es considerada parte integrante de la convención colectiva, en lo que hace a las instrucciones que allí se consignan. En el caso, el sentenciante juzgó (a partir del análisis de las declaraciones testimoniales y de la pericia contable, entre otras pruebas) que las planillas de control de kilometraje recorrido acompañadas por la accionada no se ajustaban a los kilómetros efectivamente cumplidos por el accionante (art. 375, C.P.C.C.), razón por la cual, en ocasión de decidir sobre el tópico relativo al kilometraje mensualmente recorrido por el actor, el tribunal dispuso, mediante correcta convencional aplicación (ítem 4.2.18) de y la propia procesal (art. normativa 39, primer párrafo, ley 11.653), admitir la determinación expuesta en la demanda, toda vez que, ante la declaración jurada prestada por el actor a fs. 343 -en los términos de la ley adjetiva-, respecto de un dato que debía aparecer consignado en aquella planilla (ítem 4.2.15), el demandado no aportó la prueba contraria. b. Ahora bien, el órgano judicial de grado declaró que la afirmación del trabajador de haber recorrido 5.000 kilómetros mensuales los sábados después de las 13 horas y los producida en domingos la fue audiencia "desmentida de vista de por la la prueba causa", en particular por las declaraciones testimoniales, concluyendo que a los 20.400 km. denunciados bajo juramento debían restarse esos 5.000 km. (v. segunda cuestión del veredicto, fs. 1184 y vta.). Frente a este pronunciamiento, la invocación de quebrantamiento de las reglas previstas en el ítem 4.2.18 del Convenio Colectivo de Trabajo 40/89 y el art. 39 de la ley 11.653 que señala el recurrente, no son útiles para modificar lo resuelto, toda vez que la presunción contenida en las normas mencionadas ha de ceder cuando -como en autos- existen pruebas que avalan lo contrario (conf. L. 81.599, "Devatanian", sent. del 30-XI-2005; L. 58.870, "Suta", sent. del 3-XII-1996; L. 56.642, "Oro", sent. del 27-VI-1995). Ello es así, porque su operatividad no impide que, sobre la base de datos que resultan de las constancias probatorias de la causa, quede desvirtuada su aplicación (conf. L. 91.093, "Guillarmenc", sent. del 24-II-2010; L. 76.496, "Alegre", sent. del 10-IX-2003), debiendo en tal caso el interesado demostrar que existe absurdo en la apreciación de los elementos probatorios considerados por el tribunal de grado. En la especie, el recurrente no cumple con ese cometido, habida cuenta que se limita a exponer una serie de premisas y apreciaciones subjetivas, tratando de sustituir con su propio criterio al del juzgador de grado, sin demostrar el vicio de razonamiento atribuido al fallo (art. 279, C.P.C.C.). En particular, no es idónea la crítica que apunta a la valoración de la prueba testimonial -única cuestionada en este aspecto de la litis-, pues en su análisis, los jueces del trabajo gozan de amplias atribuciones en razón del sistema de apreciación en conciencia, tanto respecto del mérito, como de la habilidad de sus exposiciones, evaluación que se encuentra -en principio- reservada a su criterio y exenta de revisión por ante la Suprema Corte (conf. causa L. 99.969, "Schultz", sent. del 7-VI-2010). reclamos 4.2.5. c. Tampoco de los logra conmover adicionales (permanencia fuera el previstos de la rechazo en las residencia de los cláusulas habitual) y 4.2.6. (control de descargas) de la Convención Colectiva de Trabajo 40/89. (i) En lo que interesa, el órgano judicial de grado condenó liquidación de efectivamente salariales a Brunoldi una -al menor recorridos- devengadas en haberse cantidad de al pago de el período acreditado los las la kilómetros diferencias comprendido entre noviembre de 2002 y noviembre de 2004. A tal fin, tuvo en cuenta para establecer la remuneración del actor, el haber básico correspondiente a un chofer de larga distancia encuadrado en la primera categoría del Convenio Colectivo de Trabajo 40/89, con más los adicionales por antigüedad (ítem 6.1.5.), kilómetros recorridos (ítem 4.2.3.) y viáticos (ítem 4.2.4.). Descartó, en cambio, la inclusión del ítem 4.2.5. (permanencia fuera de la residencia habitual) por entender que el actor no probó el hecho generador de su reclamo, esto es, haber permanecido fuera de su residencia habitual, luego de las primeras doce horas de inactividad forzosa prevista por el ítem 4.2.12, un lapso de veinticuatro horas o fracción mayor a doce horas (art. 499, del Código Civil). Tampoco incluyó el adicional previsto en el ítem 4.2.6. (control de descarga), al no haber acreditado las circunstancias fácticas para su procedencia (v. sentencia, fs. 1193 vta./1194). (ii) En esas condiciones, como anticipé, la decisión del tribunal de trabajo debe mantenerse. Ello así, toda vez que si no se acreditó el hecho que constituye la causa jurídica de la remuneración pretendida, no rige a su respecto la inversión de la carga de la prueba prevista en el art. 39 de la ley 11.653 -o en el caso, la dispuesta por el ítem 4.2.18. del C.C.T. 40/89-, sino las normas procesales que imponen a quien afirma la demostración del extremo (conf. causa L. 92.969, "Sosa", sent. del 6-V-2009). Desde desarrolló esa perspectiva, argumentación alguna el tendiente interesado a no controvertir las motivaciones esgrimidas por el sentenciante de mérito para descartar la procedencia de aquellos rubros. d. Resta señalar, respecto del reclamo por "ropa de trabajo" -ítem 3.6.1. del C.C.T. aplicable-, que no encontrándose alcanzado por la regla prevista en el ítem 4.2.18, el recurrente, apartándose de la línea reflexiva que condujo al tribunal de grado a rechazar la pretensión -a saber: que no existe prueba en la causa de que las fotocopias de presupuesto sobre cuya autenticidad dan cuenta los informes agregados a fs. 678 y 680 sean las correspondientes a los originales acompañados por el actor a fs. 19 y circunscribe pericial 20; a v. señalar caligráfico demandada- las sentencia, que de firmas de fs. fs. conformidad 783/789 insertas 1195 en vta.-, al -consentido los recibos se dictamen por de la fs. 424/425, por los que presuntamente se le hizo entrega al trabajador de la indumentaria para los períodos 2000/2001 (fs. 424) y 2001/2002 (fs. 425), no fueron confeccionadas por Errecalde. En ese contexto, la omisión de cuestionar aquella esencial conclusión -sin abrir juicio respecto de su acierto- define el rechazo de la queja en este tramo por su insuficiencia. 2. Acierta el interesado, en cambio, al cuestionar la conclusión de grado que declaró injustificado el despido dispuesto por el trabajador. a. En lo que interesa para la resolución de este aspecto de la litis, el a quo consideró -de acuerdo a los informes suministrados por el Correo Oficial a fs. 648/658 y 661/676, y el agregado a fs. 1175 como consecuencia del dictado de una medida para mejor proveer- que la intimación formulada por Errecalde el 4 de diciembre de 2004 (por la que reclamó la percepción de diferentes rubros remuneratorios adeudados, y la correcta registración del contrato de trabajo en relación a la fecha de ingreso y a la remuneración consignadas, bajo apercibimiento de considerarse injuriado y despedido) llegó a conocimiento del empleador el 6 de diciembre del mismo año, comenzando a correr el plazo conferido por el propio actor el día 7 de diciembre. En ese orden, declaró que, conforme el art. 1 de la ley 21.239, el día 8 de diciembre es feriado nacional, razón por la cual el plazo que tenía Brunoldi para contestar la intimación de su dependiente fenecía el 9 de diciembre a la medianoche, por lo que la respuesta efectuada dicho día a las 9,10 hs. lo fue dentro del plazo que tenía para ello. Siguiendo esa línea de análisis, entendió que de acuerdo al informe del Correo Oficial, la respuesta de la patronal había llegado a conocimiento del actor el día 10 de diciembre de 2004 a las 16,10 hs. Sin embargo, ese mismo día, a las 9,57 hs., este último decidió poner fin a la vinculación laboral empleador a diciembre de la invocando intimación 2004, sin el que "incumplimiento" realizara aguardar la el de su 4 de de su "... la día respuesta empleador. En esas condiciones, concluyó que decisión rescisoria del dependiente resultó apresurada, por cuanto debió esperar -a su criterio- la contestación de su empleador, quien bien pudo allanarse a su pretensión, peticionar aclarara la misma, para luego tomar una decisión al respecto, o incluso guardar silencio a dicha intimación, por lo que mal pudo invocar el incumplimiento del demandado a su intimación con anterioridad a la recepción de la respuesta de éste. Ello, ya que la decisión de romper el contrato debe tener una conexión temporal cercana con el hecho invocado, por lo que para evaluar este recaudo hay que tomar como punto de partida el momento en que la parte agraviada tuvo conocimiento del incumplimiento que invoca para rescindir el vínculo y la fecha en que finalmente dispone el distracto, lo que tal como lo anticipara no se da en autos, atento que el actor se colocó en situación de despido empleador indirecto a la invocando intimación el incumplimiento que le de realizara, su con anterioridad a la recepción de la respuesta de éste" (v. quinta cuestión del veredicto, fs. 1187/1190). b. Tiene dicho esta Suprema Corte que evaluar la conducta de las partes en la fase previa a la rescisión del vínculo laboral, como la consideración de las circunstancias fácticas y de la prueba arrimada a la causa, para establecer la existencia -o no- de injuria, se encuentra reservada a la función axiológica de los jueces de grado. Sus conclusiones no son revisables en casación salvo que se acredite la existencia de absurdo en la valoración de los hechos y las pruebas de la causa, o que la injuria fue apreciada por el juzgador sin la prudencia que la ley exige (art. 242, L.C.T.; conf. L. 99.750, "Carabajal", sent. del 1-IX-2010; L. 86.145, "Pesci", sent. del 19-IX-2007; L. 86.165, "Lobo", sent. del 14-II-2007; L. 71.275, "Novoa", sent. del 30-VIII-2000; L. 56.731, "Eguía Segui", sent. del 27-VI-1995). c. Considero que en la especie, los cuestionamientos que formula el compareciente en su réplica extraordinaria resultan eficaces para demostrar que el tribunal de origen transgredió la prudencia y razonabilidad requeridas por el art. 242 de la Ley de Contrato de Trabajo. d. La argumentación esgrimida por el recurrente, por conducto de la imputación de un exceso ritual en el derrotero axiológico desplegado por el a quo al no atribuir eficacia extintiva justificada al telegrama rescisorio enviado "con antelación al fenecimiento del término de su primigenia intimación", revela el grave error de la motivación de este aspecto del pronunciamiento. Ello así, por dos órdenes de consideraciones: (i) En primer lugar, por cuanto surge claramente del análisis del intercambio telegráfico que al momento en que el trabajador exteriorizó su voluntad extintiva (10XII-2004, v. telegrama de fs. 6), el término conferido a la patronal por el emplazamiento recepcionado por esta última el 6-XII-2004 (v. telegrama de fs. 4) para que satisficiera los reclamos allí consignados, había vencido -aún sin computar el feriado, como lo hizo el sentenciante- el 9 de diciembre del mismo año, es decir, con anterioridad a la recepción de la respuesta de la empleadora (recibida el 10XII-2004, horas después de la remisión de la decisión el carácter rupturista). Téngase en cuenta que, atento de recepticias que revisten las comunicaciones de intimación por motivos atinentes al contrato de trabajo, debe atribuirse a quien las remite la responsabilidad que le incumbe por suficiente la con elección sólo del medio limitarse a empleado, la simple no siendo emisión del despacho, sin verificar si ha llegado a destino en tiempo oportuno (conf. causas L. 90.337, "Rodríguez", sent. del 17-X-2007; L. 79.160, "Vuocolo", sent. del 24-IX-2003; L. 42.544, "Cárdenas", sent. del 22-VIII-1989). Siendo ello así, pierde virtualidad la calificación de "apresurada" que el tribunal de grado le confirió a la decisión contrato laboral al del trabajador persistir el de denunciar incumplimiento requerimientos formulados en su anterior cartular. a el los (ii) Por otro lado, corresponde destacar, a todo evento, que el trabajador no denunció el contrato de trabajo ante el silencio guardado por la patronal a su emplazamiento, sino antes bien, se ciñó al incumplimiento de la empleadora a sus legítimos requerimientos. Adviértase que en la cartular que perfeccionó el distracto se expresó "... atento a su incumplimiento a la intimación formulada a través del telegrama CD 026732895 AR enviado a Ud. con fecha 04/12/04, me considero despedido por su culpa por injurias económicas..." (v. telegrama, fs. 6). Desde esa perspectiva, estimo que no corresponde reputar de apresurada la decisión del trabajador basada en aquella causal, cuando los "incumplimientos" imputados en aquel emplazamiento (cuya legitimidad resultó luego acreditada en la causa, en especial, en lo relativo al deficiente encuadre salariales derivadas convencional de los y a las kilómetros diferencias recorridos) no habían sido satisfechos por la patronal al momento de la exteriorización de su voluntad. Ello así, máxime cuando horas más tarde el trabajador recibió la respuesta del empleador en la que rechazó los términos de la intimación (v. carta documento, fs. 7). e. En estas condiciones, corresponde -como anticipé- revocar este tramo del fallo, en cuanto juzgó apresurada la decisión extintiva motivada del trabajador, debiendo volver la causa a la instancia de origen a fin de que -con nueva integración- se pronuncie sobre la virtualitad de los incumplimientos denunciados por el actor para justificar -o no- el distracto. f. Sin perjuicio de la solución que se propicia, estimo pertinente recordar al interesado que el pasaje del fallo de esta Corte transcripto en el libelo recursivo corresponde -como lo reconoce el propio impugnante- a la opinión de un voto en minoría que, como se ha señalado reiteradamente, al no haber concitado la adhesión de los otros miembros del Tribunal, no configura doctrinaálegal (conf. causas L. 101.287, "Garay", sent. del 27-IV-2011; L. 88.263, "Barros", sent. del 23-V-2007; Ac. 61.118, "Encina", resol. del 17-X-1995, entre otras). 3. En otro orden, no le asiste razón al recurrente en su intento por enervar la conclusión de grado que desestimó la pretensión de percibir la indemnización prevista en el art. 10 de la ley 24.013. a. En lo que resulta relevante para la dilucidación del tópico, adujo el interesado en su demanda -sin perjuicio de denunciar que le correspondía percibir, a su criterio, una retribución de $ 4.721,70- que si bien percibía una remuneración mensual de $ 1.800, la patronal consignó en la documentación laboral la suma de $ 1.162,99. A partir de dicha argumentación, pretendió percibir la indemnización prevista por el art. 10 de la ley 24.013 (v. demanda, fs. 328 vta./329 y fs. 333 y vta., punto 9). b. El tribunal de grado, juzgó no acreditado (con sustento en los recibos de haberes de fs. 351/375, en la pericia contable producida en autos y, fundamentalmente, en las declaraciones testimoniales) que a Errecalde se le hubiesen abonado otros importes además de los consignados en los recibos de sueldo, por no existir prueba de que le hubieran liquidado las demás prestaciones reclamadas. Sobre esa base fáctica, rechazó la indemnización prevista en el art. 10 de la ley 24.013, "... al no estar probado en importes autos, que inferiores dependiente, el a más allá los empleador que de le hubiera la liquidación correspondían consignado en de al la documentación importes inferiores a los realmente abonados" (v. sentencia, fs. 1195 vta.). c. La deficiencia técnica que porta esta parte de la queja se detecta al advertirse que no cumple la carga de una adecuada fundamentación (art. 279, C.P.C.C.), pues no se ocupa de rebatir eficazmente conclusiones del fallo que constituyen el núcleo medular de la solución adoptada. En formuladas efecto, por el más allá impugnante de en las torno disquisiciones a la presunta existencia de "pagos en negro", que entiende acreditados mediante la pericia contable y las propias aseveraciones del sentenciante de fs. 1183 y vta. -en orden a la existencia de recibos por los que se liquidaron kilómetros recorridos, no volcados en el libro del art. 52 de la Ley de Contrato de Trabajo-, y la argumentación afincada en que la falta de consignación de los pagos en el indicado libro y la ausencia de ingreso de las cargas sociales y sindicales registral a su (v. respecto recurso, fs. revela 1224 la irregularidad vta./1225 vta.), lo cierto es que soslaya confrontar la principal motivación que condujo al tribunal de grado a desestimar este aspecto de la demanda. Se observa que el quejoso -además de introducir aquella última argumentación recién ante esta instancia extraordinaria, esto es, extemporáneamente- omite impugnar de manera eficaz la conclusión de grado que constituyó el punto de apoyo esencial determinante de la desestimación de aquel reclamo, cual es, que juzgó no demostrado que desde el mes de enero de 2002 el trabajador cobrara mensualmente la suma de $ 1.800 (monto sobre cuya base estructuró su pedimento), en tanto entendió -con sustento en la prueba colectada en la causa- que a Errecalde no se le abonaban otros importes además de los consignados en los recibos de sueldo. (v. vta./1186). tercera cuestión del veredicto, fs. 1184 Es esa esencial motivación la que el interesado soslaya confrontar denunciar aquel adecuadamente, vicio invalidante, pues y no basta exponer de con manera paralela su propia versión de los hechos y valoración de la prueba, sino que es necesario demostrar contundentemente que las conclusiones que se cuestionan son el producto de una conclusión incoherente y contradictoria con el orden lógico formal e incompatible con las constancias objetivas de la causa (conf. L. 95.254, "Ocampo", sent. del 4-III2009; L. 90.784, "Trojelli", sent. del 28-V-2008; L. 80.043, "Veiga", sent. del 31-VIII-2005). Siendo ello así, sin abrir juicio respecto del acierto sustancial de la decisión de grado en lo tocante al tópico debatido, el recurrente no logra demostrar de qué forma el material probatorio que dice mal valorado podría modificar la sentencia, circunscribiéndose tan sólo a definir el asunto un criterio diferente al del tribunal de origen, tratando, en definitiva, de lograr ante esta sede judicial modificar el fallo pero sin demostrar por qué el enfoque debe ser el que propone. Ello así, en tanto más allá de las diferencias salariales que correspondía liquidarle al trabajador como derivación de los kilómetros recorridos que se acreditaron en la causa, el a quo concluyó, en el marco de las facultades que le son privativas, que a aquél no se le abonó otra cifra que la que surge de sus recibos de haberes y demás documentación laboral, razón por la cual la conducta tipificada en la norma no se verificó. Desde esta óptica, la pretensión de modificar la solución desdibuja final contenida absolutamente en a el pronunciamiento, tenor de la se inapropiada sistemática recursiva que estructura la impugnación traída, lo que exhibe manifiesta su deficiencia técnica. En este orden, tiene dicho este Tribunal que es insuficiente el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que el impugnante no formula una crítica pormenorizada de las motivaciones esenciales que han dado contenido al pronunciamiento impide a la Suprema instancia de mérito atacado, Corte (conf. revisar causa circunstancia lo L. decidido 94.899, que en la "Botelli", sent. del 22-XII-2008). 4. Finalmente, ocupa analizar la crítica dirigida a censurar el tramo del pronunciamiento que establece la aplicación de la tasa de interés pasiva. El asunto traído a conocimiento de esta Suprema Corte ha sido resuelto en casos sustancialmente análogos al sub lite (art. 31 bis, ley 5827). Así, 94.446, en "Ginossi" las causas (ambas C. 101.774, sentencias del "Ponce" y L. 21-X-2009) se decidió -por mayoría- ratificar la doctrina que sostiene que a partir moratorios del deben 1º ser de abril liquidados de 1991, los intereses exclusivamente sobre el capital (art. 623, Cód. Civ.) con arreglo a la tasa que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus depósitos a treinta días, vigente el inicio de cada uno de los períodos comprendidos y, por aquellos días que no alcancen a cubrir el lapso señalado, el cálculo será diario con igual tasa (conf. arts. 7 y 10, ley 23.928 modificada por ley 25.561; "Rodríguez", 622, sent. Cód. del Civ.; 7-IX-2005; causas Ac. L. 68.681, 80.710, "Mena de Benítez", sent. del 5-IV-2000; Ac. 49.439, "Cardozo", sent. del 31-VIII-1993; Ac. 43.448, "Cuadern", sent. del 21-V1991; entre otras). Lo también expuesto este tramo autoriza de la queja a declarar improcedente confirmando lo que al respecto resolvió en la instancia ordinaria. IV. Por lo expuesto en el apartado III, punto 2, si mi propuesta parcialmente al es compartida, recurso corresponde interpuesto y, en hacer lugar consecuencia, revocar la decisión de grado en cuanto juzgó apresurada la decisión extintiva del trabajador y rechazó -con ese fundamento- las indemnizaciones derivadas de la ruptura. Los autos deben volver al tribunal de origen a fin de que, con una nueva integración, renueve los actos procesales necesarios y dicte el pronunciamiento que corresponda, expidiéndose incumplimientos justificar -o sobre denunciados no- el la por despido virtualidad el de los trabajador para Costas esta indirecto. de instancia por su orden, en atención al progreso parcial de la impugnación (art. 289, C.P.C.C.). Con el alcance indicado, voto por la afirmativa. El señor Juez doctor Hitters, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Negri, votó también por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: Adhiero cuanto a la al tasa voto a la del que colega habrán doctor de Negri. calcularse En los intereses, considero suficientemente conocida mi postura de que la determinación respectiva es una facultad del juez (en los términos del art. 622 del Código Civil). Dicha posición resultó, en su oportunidad, minoritaria, y esta Suprema partir Corte de las ha establecido causas como "Ginossi" su y doctrina "Ponce", legal ambas (a con sentencia del 21-X-2009) la de que los intereses moratorios deben ser calculados a la tasa que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus depósitos a treinta días, vigente al inicio de cada uno de los períodos comprendidos y, por aquellos días que no alcancen a cubrir el lapso señalado, según lo que resulte de prorratear diariamente dicha tasa. La profusa reiteración de pronunciamientos en tal sentido y lo prescripto por el art. 31 bis de la ley 5827, autorizan a considerar (aún dejando a salvo mi opinión al respecto) que en la sentencia atacada tal doctrina no resulta violada, debiendo confirmarse también este aspecto del pronunciamiento de origen. En tales términos, doy mi voto, por la afirmativa. El señor Juez doctor Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Negri, votó también por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se hace lugar parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído y, en consecuencia, se revoca la sentencia impugnada con el alcance establecido en el apartado IV del voto emitido en primer término. Vuelvan los autos al tribunal de origen para que, integrado con otros jueces, renueve los actos procesales que estime necesarios y dicte el pronunciamiento que corresponda conforme a lo que aquí se ha resuelto. Costas de esta instancia por su orden, atento el progreso parcial de la impugnación (art. 289, C.P.C.C.). Regístrese y notifíquese. EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI JUAN CARLOS HITTERS LUIS ESTEBAN GENOUD GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario