TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA PROCESO 50-IP-99 Interpretación Prejudicial de los artículos 8, 15, 146 y 147 de la Decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena, solicitada por el Consejo de Estado de la República de Colombia, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera. Interpretación de oficio de este Tribunal, de los artículos 143 y 144 de la misma Decisión. Expediente Interno No 5408. Decreto 117, de 14 de enero de 1994. Magistrado Ponente: Dr. RUBEN HERDOIZA MERA EL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA En Quito a los diez días del mes de marzo del año 2000 VISTOS La solicitud de interpretación prejudicial formulada por el Consejo de Estado de la República de Colombia, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, en el Expediente Interno No 5408; proceso en el que el actor, Nestor Javier González Guatame, pretende obtener la nulidad del Decreto 117 del 14 de enero de 1994, expedido por el Ministro de Desarrollo Económico del mencionado País Miembro, "por el cual se reglamenta la Decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena". Que, el referido Consejo de Estado, ha requerido de este Tribunal la interpretación prejudicial de los artículos 8, 15, 146 y 147 de la Decisión 344 de la Comisión de la actual Comunidad Andina. Que, la Sala de lo Contencioso Administrativo de éste, a los fines de cumplir con los requisitos establecidos en el artículo 61 de la Decisión 184 de 19 de agosto de 1983 de la mencionada Comisión, ha expresado lo siguiente: HECHOS DE LA DEMANDA El acto impugnado corresponde a la expedición por el Ministerio de Desarrollo Económico de la República de Colombia, en fecha 14 de enero de 1994, del Decreto Nro. 117, por el que reglamenta la Decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena, Decreto publicado en el Diario Oficial 41174 de la misma fecha. FUNDAMENTOS DE DERECHO Manifiesta el actor, que los fundamentos de derecho de la acción, se encuentran en los artículos 146 y 147 de la Decisión 344 por los que no se establece de manera expresa, que el ejecutivo esté facultado para reglamentar dicha norma comunitaria, puesto que "no implica que el ejecutivo en los Países Miembros posea atribución para expedir las reglas de derecho que regulan la propiedad industrial y la intelectual." -2- Expresa que en el Decreto reglamentario acusado, el ejecutivo confunde la facultad reglamentaria que por excepción y previa autorización del Congreso Nacional puede ejecutar en materia de propiedad industrial, con la facultad reglamentaria general atribuida para todos aquellos asuntos cuya competencia no sea del Congreso. La Decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena, a juicio del actor, establece en su disposición única final, dos tipos de competencias: una radicada en la oficina nacional competente u órgano administrativo encargado de la propiedad industrial; y otra, radicada en la autoridad nacional competente que es el órgano nacional designado al efecto por la legislación interna, en este caso el Congreso Nacional. Expresa, además, que los artículos 8 y 15 del Decreto 117 establecen una figura procesal basada en lo que el Ministerio de Desarrollo denomino "NO TRAMITARA la observación, la cual atenta contra la constitución y la ley", porque las observaciones u oposiciones dentro del proceso gubernativo de concesión y registro de marcas comerciales, patentes de invención y patente de modelo de utilidad son presentadas en virtud de lo establecido por los artículos 25 y 93 de la Decisión 344 del Acuerdo de Cartagena. NORMA CONSTITUCIONAL VIOLADA Se expresa que "con la expedición del Decreto 117 de 14 de enero de 1994 el ejecutivo ha violado el artículo 150 ordinal 24 de la Constitución Nacional, el cual establece: "ART. 150.- Corresponde al Congreso hacer las leyes y por medio de ellas ejerce las siguientes funciones: ... 24. Regular el régimen de propiedad industrial, patentes y marcas y las otras formas de propiedad industrial." RAZONAMIENTO Y SUSTENTO "El artículo 150 numeral 24 en forma expresa radica en el Congreso Nacional la función de regular el régimen de propiedad industrial, patentes, marcas y otras formas de propiedad intelectual. Con esta facultad, la cláusula general de competencia legislativa corresponde al Congreso nacional lo que implica que el ejecutivo no posee la atribución de expedir las reglas de derecho que regulan la propiedad industrial y la propiedad intelectual." "Los artículos 618 y 2035 del código de Comercio establecen: "Art. 618.- El gobierno podrá reglamentar las normas de este titulo. "Art. 2035.- El gobierno nacional en ejercicio de la potestad que le confiere el ordinal 3o del artículo 120 de la Constitución Nacional, podrá reglamentar las disposiciones de este código globalmente o por títulos, capítulos, secciones o materias" "Tales facultades reglamentarias excepcionales se refieren única y exclusivamente al Código de Comercio, lo cual hace que la Decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de -3- Cartagena, esté fuera de toda posibilidad de ser regulada o reglamentada por el ejecutivo, por una parte porque la norma supranacional mencionada no es parte del Código de Comercio y, por otra, porque la autoridad nacional competente habilitada para regular o reglamentar, por disposición constitucional es el Congreso Nacional o el ejecutivo previa autorización expresa de aquel". PETICIÓN SUBSIDIARIA Dice la parte actora que "bajo el evento que su Despacho no estime procedente mi petición de inconstitucionalidad de la totalidad del decreto 117 del 14 de enero de 1994, por las razones ya expresadas, en subsidio solicito revisar la legalidad de los artículos 8 y 15 de dicho decreto, los cuales considero inconstitucionales..." A su juicio según esas disposiciones, "la Superintendencia de Industria y Comercio debe sujetarse al procedimiento establecido por la Decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena y en el evento de vacíos dicha autoridad debe recurrir a la legislación interna, mientras que para el caso de las nuevas creaciones la norma comunitaria hace remisión expresa a la legislación interna." En lugar de la figura mencionada del NO TRAMITE "las disposiciones procedimentales en nuestro ordenamiento jurídico proveen la inadmisión o el rechazo de una solicitud pero nunca el no trámite de una petición." CONTESTACION DE LA DEMANDA DESARROLLO ECONOMICO POR PARTE DEL MINISTERIO DE Expresa la demandada que el Acuerdo de Cartagena fue incorporado al derecho interno colombiano, mediante Decreto 1245 de 8 de agosto de 1969, en el que se manifiesta que el Gobierno colombiano está autorizado por la Ley 88 de 1961, aprobatoria del Tratado de Montevideo, para poner en ejercicio todos los compromisos que tiene Colombia como parte contratante de ese Tratado. Norma que fue demandada por inconstitucionalidad, razón por la que fue necesario expedir la Ley 8 de 21 de marzo de 1973 que dispone "...El gobierno nacional podrá poner en vigencia las Decisiones de la Comisión y de la Junta o de los organismos que desarrollen el Acuerdo Sub-regional Andino y no modifiquen la legislación o sean materia del Legislador" Señala también que "el Gobierno Nacional, entendido como el Presidente y sus Ministros, expidieron el Decreto 117 de 1994, reglamentario de algunos aspectos de la Decisión 344 antes referida. Decreto que por lo expuesto no transgrede ningún precepto constitucional o legal. En ese orden de ideas no han de prosperar las pretensiones de la demanda". CONTESTACION DE LA DEMANDA POR EL MINISTERIO DE COMERCIO EXTERIOR Entre sus consideraciones manifiesta esa Dependencia, que en lo concerniente a la transgresión de la disposición constitucional citada (artículo 150 numeral 24), respecto a que el ejecutivo desbordó las facultades reglamentarias atribuidas, se considera lo siguiente: el artículo 150 de la Constitución política de Colombia consagra, que "corresponde al Congreso hacer las leyes. Por medio de ellas ejerce las siguientes funciones...", refiriéndose concretamente a las establecidas por el numeral 24 que -4- determina: "Regular el régimen de propiedad intelectual, patentes y marcas y, las otras formas de propiedad intelectual". Expresa adicionalmente, que el Consejo de Estado ha establecido con meridiana claridad la naturaleza de sus actos. En ese sentido algunos de sus procedimientos han reconocido "el carácter de legislación nacional de las Decisiones Andinas, facultando al Presidente de la República para el ejercicio reglamentario de las mismas." CONSIDERANDO: I COMPETENCIA DEL TRIBUNAL Este Tribunal es competente para interpretar, en vía prejudicial, las normas que conforman el ordenamiento jurídico del Acuerdo de Cartagena, siempre que la solicitud provenga de un juez nacional, como lo es en este caso la jurisdicción colombiana consultante, conforme a lo dispuesto en los artículos 32 y 33 del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia del Acuerdo de Cartagena, codificado mediante Decisión 472 de la Comisión de la Comunidad Andina. II NORMAS A SER INTERPRETADAS El Consejo de Estado de la República de Colombia ha requerido de este Tribunal, como ya se ha dicho, la interpretación de los artículos 8, 15, 146 y 147 de la Decisión 344 del entonces Acuerdo de Cartagena. No obstante, este Organo Comunitario observa, que en el libelo de demanda presentado por el señor Nestor Javier González Guatame, al plantear en subsidio la revisión de la legalidad de los artículos 8 y 15 del Decreto colombiano Nº 117 de 4 de enero de 1994, se ha confundido dichas disposiciones con aquellas de los artículos 8 y 15 de la Decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena, normas estas últimas que no corresponden a los textos transcritos en esa demanda. Este equívoco observa también el Tribunal, ha sido trasladado a la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado consultante, toda vez que en la comunicación de fecha 2 de julio de 1999, dirigida a este Organo Comunitario, se reproduce la imprecisión aludida al mencionarse entre los fundamentos de derecho de la demanda, los artículos 8 y 15 de la Decisión 344, en los cuales no se aborda las materias motivo de la impugnación por razones de inconstitucionalidad y, menos aún, se establece ...”una figura procesal basada en lo que el Ministerio de Desarrollo denominó ‘NO TRAMITARA’ la observación, la cual atenta contra la constitución y la ley”..., conforme se expresa en dicha comunicación remitida a este Organo Jurisdiccional. El artículo 61 del Estatuto del Tribunal, relativo a la interpretación prejudicial, determina en su literal c), entre los requisitos que indispensablemente debe reunir una solicitud planteada con ese propósito, la necesidad de que aquella cuente con un informe sucinto de los hechos que el solicitante considera relevantes para la interpretación, el cual le permite al Organismo identificar apropiadamente el ámbito para el que es requerida la interpretación. A este respecto, el Tribunal de manera reiterada en sus actuaciones ha considerado: “Tanto la relación con el informe elaborado por la instancia nacional, orientan al órgano comunitario y permiten que éste centre su labor en los aspectos -5- definidos por aquella, quien es en definitiva la que habrá de aplicar la interpretación del Tribunal al caso concreto. Sinembargo, por vía de amplitud y pese a que no se han cumplido cabalmente todos los requisitos previstos en el artículo 61 del Estatuto, el Tribunal procede a absolver la presente consulta excepcionalmente y en beneficio de la celeridad de la justicia, y ya que es posible extraer y precisar de los documentos remitidos por el juez nacional, tanto las normas de derecho comunitario que tienen relación con el procedimiento principal, como los hechos pertinentes.” (Sentencia de 25-V88, emitida en el procedimiento de interpretación prejudicial Nº 01-IP-88, que había sido precedida a su vez por la del 03-XII-87. Véase: Jurisprudencia del Tribunal de Justicia del Acuerdo de Cartagena, Tomo I, 1994, págs. 100, 105, 126 y 40; y, Tomo III, págs. 97, 180 y 181. Y también véase sentencia producida dentro de la interpretación prejudicial Nº 19-IP-96, de fecha 18 de junio de 1998, marca “MARGARINA PREDILECTA etiqueta). Independientemente de la confusión producida desde la propia demanda, el Tribunal ha podido concluir que las disposiciones contenidas en los artículos 8 y 15 de la Decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena, ninguna incidencia tienen respecto del motivo de la acción deducida, relativa, exclusivamente, a la situación de inconstitucionalidad del Decreto colombiano 117, de 14 de enero de 1994 y, en subsidio, de los artículos 8 y 15 del mismo, conforme ha sido planteado por la actora. Contrariamente, en consideración del ámbito al cual se circunscribe la acción deducida ante la Autoridad Nacional Competente y, dentro del cual le corresponderá a ésta aplicar la interpretación del Tribunal Comunitario, esta instancia jurisdiccional comunitaria estima preciso realizar, de oficio, la interpretación de los artículos 143 y 144 de la Decisión 344 de la Comisión del entonces Acuerdo de Cartagena. En oportunidad de esta determinación, el Tribunal relieva que la finalidad de la interpretación prejudicial es la de dar alcance al cuerpo legal en el conjunto de materias pertinentes al caso controvertido, adicionando o restringiendo, según el asunto de que se trate lo exija, el acerbo de normas especificadas por el juez nacional, a fin de lograr una comprensión global del caso consultado, que tome en consideración no sólo los argumentos del actor, sino también los de la parte demandada. Por otro lado, el Tribunal tradicionalmente ha estimado innecesario interpretar los artículos 146 y 147 de la Decisión 344 de la Comisión de la Comunidad Andina, por considerar que los compromisos en ellas establecidos no pueden ser invocados ni aplicados a los casos particulares en que se vean afectados intereses individuales. Ha dicho este Organo Jurisdiccional al respecto: “... Los compromisos sobre los que versan los mencionados artículos son obligaciones adquiridas por los países, cuyo cumplimiento estima este Tribunal deberá concretarse en beneficio del fortalecimiento institucional de los órganos de protección de la Propiedad Industrial en la subregión, ‘con miras a la consolidación de un sistema de administración comunitaria’...”1 “...es improcedente la interpretación de los artículos 146 y 147 de la Decisión 344, pues ellos establecen compromisos a nivel de Estado por lo que no son 1 TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA, Proceso 17-IP-98 G.O. Nº 354 de 13 de julio de 1998. -6- de aplicación en los casos de interés particular, Asimismo, el artículo 5º del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia que establece la obligación fundamental de asegurar el cumplimiento del ordenamiento jurídico del Acuerdo de Cartagena no puede considerarse violado por resoluciones dictadas por la Administración nacional dentro de su competencia normal y en aplicación de los procedimientos comunitarios, ya sean aprobatorias o denegatorias de una solicitud de registro”.2 Sin embargo de lo anterior, este Tribunal confirma en esta oportunidad, que los artículos 146 y 147 al tiempo que integran el Capítulo de Disposiciones Complementarias de la Decisión 344, convergen al interés de los Países Miembros de consolidar el sistema de administración comunitaria y garantizar la mejor aplicación del régimen común de la Propiedad Industrial comprometiéndose a perfeccionar sus sistemas administrativos nacionales. Considera no obstante que esta consolidación y perfeccionamiento debe realizarse a través de la facultad reglamentaria de las leyes de que goza el Presidente de la República, siempre dentro del espíritu y la letra de la norma comunitaria. Bien pueden por tanto los países para consolidar el sistema comunitario administrativo y garantizar la aplicación de las normas de la Decisión 344 dictar disposiciones internas o reglamentos que complementen a las normas comunitarias siempre y cuando no contradigan a las mismas o pretendan llenar vacíos que si bien la norma comunitaria no los ha tratado, tampoco ha sido su intención legislar sobre aquellos. La determinación final de las normas a interpretarse corresponde al Tribunal Andino, decisión amparada en la facultad privativa contenida en el artículo 32 de su Tratado de Creación, codificado mediante Decisión 472 de la Comisión. Deriva de esa potestad el hecho de que el Tribunal puede ampliar o restringir las normas requeridas para su interpretación, cuando del análisis de la documentación enviada, concluya que no es necesario interpretar algunas o todas las normas comunitarias solicitadas por el juez nacional, o que las requeridas no son las suficientes o las correspondientes para la aplicación que el juez interno deba hacer dentro del caso planteado para su resolución (Casos 1-IP-94 G.O. 164, de 2 de noviembre de 1994; 2IP-94 G.O. 160, de 21 de julio de 1994; 2-IP-95; 12-IP-95; 17-IP-95 G.O. 199, de 26 de enero de 1996; 13-IP-95 G.O. 207, de 29 de abril de 1996). En armonía con lo anteriormente expuesto, este Tribunal se limitará en este proceso, necesariamente, a interpretar sólo y, de oficio, las disposiciones de los artículos 143 y 144 de la Decisión 344 de la Comisión de la actual Comunidad Andina, cuyos textos son los siguientes: “Articulo 143.- Los Países Miembros, mediante sus legislaciones nacionales o acuerdos internacionales, podrán fortalecer los derechos de Propiedad Industrial conferidos en la presente Decisión. En estos casos, los Países Miembros se comprometen a informar a la Comisión acerca de estas medidas.” “Artículo 144.- Los asuntos sobre Propiedad Industrial no comprendidos en la presente Decisión, serán regulados por la legislación nacional de los Países Miembros.” 2 TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA, Sentencia de 3-XII-98. Proceso 34-IP98 G.O. Nº 419 de 17 de marzo de 1999. -7- III LA NORMA COMUNITARIA Y EL DERECHO INTERNO En el Grupo Andino el principio de aplicación directa y preferente del derecho comunitario deriva tanto del derecho positivo como de la creación Jurisprudencial que ha venido realizando este Tribunal desde años atrás. Tales elementos, la ley y la jurisprudencia, son a su vez, base fundamental para entender el principio de preeminencia de la ley comunitaria sobre la nacional. En efecto, determina el artículo 3o. del Tratado de Creación del Tribunal que “Las Decisiones de la Comisión serán directamente aplicables en los Países Miembros a partir de la fecha de su publicación en la Gaceta Oficial del Acuerdo, a menos que las mismas señalen una fecha posterior”. A su turno, la jurisprudencia ha desarrollado el principio de la aplicación directa al expresar que: “Ha de tenerse en cuenta además, que el Ordenamiento Jurídico del Acuerdo de Cartagena es imperativo, de aplicación obligatoria en todos los Países Miembros y que debe ser respetado y cumplido por todos ellos y por supuesto por los Organos del Acuerdo, lo mismo que por todos los Organismos y funcionarios que ejercen atribuciones conforme a dicho Ordenamiento, el cual regula el proceso de la integración que se cumple en una comunidad de Derecho, cual es la constituida en el Pacto Andino”. 3 Con base en los principios de aplicación directa y preferente el Tribunal ha prevenido sobre la inaplicabilidad del derecho interno que sea contrario al ordenamiento jurídico comunitario, debiendo quedar substraídos de la competencia legislativa interna los asuntos regulados por la legislación comunitaria. De esta manera, la norma de derecho interno que sea contraria a la ley comunitaria, o que de algún modo resulte irreconciliable con ella, si bien no queda propiamente derogada, dejará de aplicarse automáticamente cuando sea anterior a la norma integracionista y no podrá expedirse y si se expidiere no podrá entrar a regir, cuando sea posterior a aquélla. El Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina, al interpretar el artículo 84 de la Decisión 85 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena y todos los que lo han substituido en las decisiones posteriores números 311, 313 y 344, que tienen textos muy similares, casí idénticos, ha expresado el siguiente criterio que es completamente válido en relación con el artículo 144 de la Decisión 344, que hoy rige la materia concerniente al alcance de la capacidad residual legislativa de los Países Miembros en materia de propiedad industrial: “...El desarrollo de la ley comunitaria por la legislación nacional, es empero excepcional y por tanto a él le son aplicables principios tales como el del 'complemento indispensable', según el cual no es posible la expedición de normas nacionales sobre el mismo asunto, salvo que sean necesarias para la correcta aplicación de aquellas. Este régimen de excepción, dada su naturaleza de tal, debe ser aplicado en forma restringida de acuerdo con normas elementales de hermenéutica jurídica. Significa esto que para que tenga validez la legislación interna se requiere que verse sobre asuntos no regulados en lo absoluto por la comunidad, lo cual resulta obvio dentro del 3 TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA. Sentencia del 10-VI-87. Proceso 1-N86. En G.O.A.C. No. 21, del 15-VII-87. -8- espíritu y el sentido natural y lógico de la expresión 'régimen común sobre tratamiento' que utiliza el artículo 27 del Acuerdo de Cartagena. Como lo ha dicho el Tribunal en la interpretación del artículo 84 de la Decisión 85 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena (caso 2-IP-88), “No se puede admitir en consecuencia que la legislación Nacional modifique, agregue o suprima normas sobre tales aspectos...” regulados por la legislación comunitaria “o que se insista en mantener la vigencia de leyes nacionales anteriores a la norma comunitaria incompatibles con ella...”, debiendo únicamente legislar sobre lo no comprendido en la Decisión supranacional”.4 (subraya El Tribunal). Otra posibilidad, también residual y derivada de la normatividad comunitaria que tienen los Países Miembros de legislar en asuntos de propiedad industrial la constituye el desarrollo de la facultad que le atribuye el artículo 143 de la Decisión 344, para que puedan fortalecer el régimen de Propiedad Industrial mediante normas legales internas, con la sola obligación de informar a la Comisión acerca de estas medidas y además, como es obvio, según se desprende de lo dicho anteriormente, sin que esa legislación pueda modificar o alterar lo que ya está comprendido en la norma comunitaria. IV EL FORTALECIMIENTO DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INDUSTRIAL Y LA LEGISLACION NACIONAL DE LOS PAISES MIEMBROS El demandante, dentro de los fundamentos de derecho expuestos, referidos en el sentido de que la transferencia de competencia legislativa es exclusiva y excluyente, toda vez que los órganos nacionales no podrán ejercer su función en materias cedidas a los órganos de la comunidad andina, concluye que en materia marcaria la única ley aplicable en Colombia es la comunitaria. Al respecto este Tribunal considera que para entender las relaciones entre el derecho comunitario y el derecho interno, frente al caso en estudio, es indispensable analizar los artículos 143 y 144 de la Decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena, cuando el primero de ellos dispone que "los países miembros, mediante sus legislaciones nacionales o acuerdos internacionales podrán fortalecer los derechos de propiedad industrial conferidos" en dicha Decisión, y al establecer el segundo, que "serán regulados por la legislación interna los asuntos no comprendidos en la Decisión" (lo subrayado es nuestro). De los artículos 143 y 144 de la Decisión 344 emerge pues claramente, que si bien los países signatarios están obligados a cumplir las disposiciones que se establecen sobre Propiedad Industrial en la Decisión 344 hoy vigente, pueden, si desean, hacer uso de su facultad legislativa para fortalecer dicho régimen mediante disposiciones legales o acuerdos internacionales (artículo 143); mientras que, de otra parte, están obligados a legislar sobre asuntos de propiedad industrial, no contemplados en la norma vigente (artículo 144). Basta la simple lectura de los artículos citados para reparar en ella la remisión hecha a la legislación interna, a fin de regular materias no incluidas en la legislación comunitaria o para fortalecer el régimen común. A diferencia de la argumentación esgrimida por el demandante en el proceso que nos ocupa, sobre exclusividad de la facultad legislativa comunitaria, estas disposiciones están en perfecta concordancia con la reiterada 4 TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA. Sentencia del 17-III-95. Proceso 10-IP94. En G.O.A.C. No. 177 del 20-IV-95. -9- jurisprudencia del Tribunal comunitario, hoy llevada al derecho positivo en los artículos mencionados atrás. Desde la interpretación prejudicial 1-IP-87 y posteriormente en la 2-IP-88, emitidas en vigencia del artículo 84 de la Decisión 85 (equivalente al 144 de la Decisión 344 hoy vigente), este Tribunal reconoció el principio de la preeminencia de la norma comunitaria sobre el derecho interno de los países y, en la segunda de ellas, señaló que "en caso de conflicto la regla interna queda desplazada por la comunitaria, la cual se aplica preferentemente ya que ... la norma interna resulta inaplicable". Resaltó además el Tribunal la claridad del principio de preeminencia cuando la ley comunitaria es precisamente norma posterior que debe primar sobre la anterior, de acuerdo con principios universales de derecho; advirtiendo sinembargo que ello no implica la derogatoria de la una sobre la otra, sino que lleva a la inaplicabilidad de la primera en la medida en que resulte incompatible con las previsiones del derecho comunitario. El desarrollo de la ley comunitaria por la legislación nacional, es empero excepcional y por tanto a él le son aplicables principios tales como el del "complemento indispensable", según el cual no es posible la expedición de normas nacionales sobre el mismo asunto, salvo que sean necesarias para la correcta aplicación de aquellas. Este régimen de excepción, dada su naturaleza de tal, debe ser aplicado en forma restringida de acuerdo con normas elementales de hermenéutica jurídica. Significa esto que para que tenga validez la legislación interna se requiere que verse sobre asuntos no regulados en lo absoluto por la comunidad, lo cual resulta obvio dentro del espíritu y el sentido natural y lógico de la expresión "régimen común sobre tratamiento" que utiliza el artículo 27 del Acuerdo de Cartagena. Como lo ha dicho el Tribunal en la interpretación del artículo 84 de la Decisión 85 del Acuerdo de Cartagena (caso 2-IP88), no es posible que la legislación nacional modifique, agregue o suprima normas sobre aspectos regulados por la legislación comunitaria "o que se insista en mantener la vigencia de leyes nacionales anteriores a la norma comunitaria incompatibles con ella", debiendo únicamente legislar sobre lo no comprendido en la Decisión Comunitaria. Con el mismo sentido interpretativo enunciado en los términos anteriores por la jurisprudencia del Tribunal, ha de entenderse, en los Países Miembros, la respectiva aplicación de los artículos 143 y 144 de la Decisión 344. Así se desprende de las interpretaciones consignadas en los Procesos 3-IP-94 y 6-IP-94 referentes a los artículos citados. De ellas se deduce lo siguiente: - Los países signatarios por imperio de la norma comunitaria vigente, Decisión 344, pueden fortalecer el régimen de Propiedad Industrial mediante normas legales internas con la sóla obligación de informar a la Comisión acerca de estas medidas y además, deben legislar sobre lo no comprendido en la norma comunitaria. - Esto deja en claro que dichos países conservan facultad legislativa en la forma y bajo las condiciones que disponen los artículos 143 y 144 de la citada Decisión, respectivamente. - Las disposiciones legales internas que sí están habilitadas a dictar los Países Miembros del Acuerdo, sin embargo, deben guardar relación de armonía, complementariedad e interrelación con la filosofía de la normativa comunitaria vigente, la que en su caso, será de prevalente aplicación. - 10 - En concepto de este Tribunal debe precisarse lo que se entiende por "fortalecer los derechos de propiedad industrial" a que se refiere el artículo 143 de la Decisión 344 para justificar la adopción de medidas de derecho interno por las legislaciones nacionales de los Países Miembros. Desde el punto de vista etimológico, según el Diccionario de la Real Academia española, el verbo fortalecer se refiere a la acción de "hacer más fuerte o vigoroso". De esta noción fluye en forma natural y obvia la interpretación literal de que el régimen común de propiedad industrial puede ser complementado por las leyes internas para fortalecerlo, siempre que con ello no se restrinja el régimen común en sus propósitos ni se recorte en su finalidad de protección de los derechos que consagra. Desde el punto de vista teleológico cobra también validez la interpretación literal de la expresión anotada, como quiera que los propósitos que persigue el sistema de integración adoptado por el Acuerdo Subregional Andino se funda -como lo establece su preámbulo- en el fortalecimiento de la unión de sus pueblos, en la formación de una comunidad subregional, en la cooperación para el desarrollo, en la armonización de sus políticas económicas y en la unificación de la legislación de interés comunitario. Este Tribunal debe advertir que una diferente interpretación de las normas consagradas en el artículo 143 de la Decisión 344, entrañaría el peligro de que como resultado de su aplicación se violaría el texto literal y el espíritu del acuerdo subregional andino, en perjuicio del propósito fundamental de lograr regímenes uniformes en áreas comunes de interés subregional. La forma como debe darse esa interrelación o complementariedad entre el derecho nacional y el comunitario es materia que este Tribunal desea también tratar a continuación. La norma del artículo 144 de la Decisión 344, consagra lo que algunos tratadistas como Matías Alemán denominan "norma de clausura", según la cual se deja a la legislación de los Países Miembros la solución legislativa de situaciones no contempladas en la ley comunitaria, ya que es posible que aquella no prevea todos los casos susceptibles de regulación jurídica. Debe advertirse que en la aplicación de esta figura las legislaciones internas de cada país no podrán establecer exigencias, requisitos adicionales o dictar reglamentaciones que de una u otra manera entren en conflicto con el derecho comunitario andino o restrinjan aspectos esenciales regulados por él de manera que signifiquen, por ejemplo, una menor protección a los derechos consagrados por la norma comunitaria. Es un principio constitucional generalizado el de que corresponde al Jefe del Estado como suprema autoridad administrativa, reglamentar las leyes para proveer a su debida ejecución. La potestad reglamentaria debe ejercerse secundum legem, es decir, no puede violar la ley a que se refiere ni desnaturalizarla. De todas maneras este es un asunto de derecho interno sobre el cual el Tribunal está impedido de dar su alcance por prohibírselo el artículo 30 del Tratado de su Creación, por el cual el Organismo debe limitarse a precisar el contenido y alcances de las normas comunitarias y “no podrá interpretar el contenido y alcances del Derecho nacional ni calificar los hechos materias del proceso”. Con mayor razón, al reglamentarse una norma comunitaria debe hacerse con estricto acatamiento a su letra y a su finalidad. - 11 - El Tribunal en el proceso 1-IP-87 recordó que “el ordenamiento jurídico del Acuerdo de Cartagena tiene identidad y autonomía propias, constituye un derecho común y forma parte de los ordenamientos jurídicos nacionales”. Siguiendo este hilo de argumentación cabe señalar que partiendo de la base de que el derecho comunitario forma parte del ordenamiento jurídico nacional y por tanto tiene validez de ley material de orden supranacional -que se incorpora al derecho interno por la vía de su aplicación directa- es naturalmente susceptible de desarrollarse mediante el poder reglamentario que constituye facultad atribuida exclusivamente por las constituciones a los gobiernos como suprema autoridad administrativa del país que ejerce dicha atribución constitucional, para la cumplida ejecución de las leyes dentro del marco que para su ejercicio le señala el mismo texto de la ley (en el presente caso la comunitaria), pero en ningún caso más allá de la misma. Como resultado de las consideraciones anteriores, EL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA C O N C L U Y E: 1. Los articulos 143 y 144 de la Decición 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena interpretados, posibilitan la complementación del Derecho Comunitario por el Derecho Nacional. 2. Permanecen vigentes en materia de propiedad industrial, sólo los dispositivos de la legislación nacional no regulados por la Decisión 344 y siempre que no la contradigan. 3. Al tenor de lo establecido por el artículo 144 de la Decisión vigente sobre Propiedad Industrial, los asuntos no comprendidos en esa Decisión deben ser regulados por la legislación nacional, la misma que sólo podrá hacerlo en los casos remitidos a su competencia y cuyos alcances estarán también inscritos, en la filosofía y armonía jurídica que deben guardar con la norma comunitaria siempre prevaleciente. Dicho artículo está inspirado en los principios fundamentales de aplicación directa y preferente de la ley comunitaria, que supone que el ordenamiento comunitario opera sin necesidad de complemento legislativo interno y con preeminencia sobre la ley nacional, siendo inaplicables las disposiciones de derecho interno que contradigan o sean irreconciliables con la norma andina. 4. Por mandato de la Disposición final única de la Decisión 344, la Oficina Nacional Competente es el organismo administrativo encargado del Régimen de Propiedad Industrial. Será designado por cada uno de los Países Miembros, mediante su legislación nacional, dándole a tal designación el carácter de exclusivo y excluyente de cualquier otro organismo administrativo nacional. De conformidad con el artículo 35 del Tratado de Creación de este Tribunal, la Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, del Consejo de Estado de la República de Colombia, deberá adoptar la presente interpretación al dictar su sentencia dentro del Proceso 5408. - 12 - En cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 64 del Estatuto del Organismo, notifíquese con esta sentencia al mencionado Consejo de Estado, mediante copia certificada y sellada. Remítase, así mismo, copia de esta sentencia a la Secretaría General de la Comunidad Andina para su publicación en la Gaceta Oficial del Acuerdo de Cartagena. Luis Henrique Farías Mata PRESIDENTE Rubén Herdoíza Mera MAGISTRADO Juan José Calle y Calle MAGISTRADO Gualberto Dávalos García MAGISTRADO Guillermo Chahín Lizcano MAGISTRADO Eduardo Almeida Jaramillo SECRETARIO TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD ANDINA.- La sentencia que antecede es fiel copia del original que reposa en el expediente de esta Secretaría. CERTIFICO.Dr. Eduardo Almeida Jaramillo SECRETARIO