Breve guía sobre la soja. Nota: este artículo pretende ser una guía orientativa para militantes sociales, sindicales y políticos sobre este tema tan candente en Argentina y en el MERCOSUR. La soja o soya (Glycine max) es una planta de la familia de las leguminosas, cultivada por sus semillas utilizadas en alimentación y para la producción de aceite. Su tenor proteico, cercano al 35%, es mayor al de la mayoría de los cereales. Proteína de los principales cereales (g/100 g pasta comestible) Cultivo Proteína Cebada 9,5 - 17,0 Maíz 9,4 - 14,2 Arroz 7,5 Trigo 14,0 - 17,0 Soja 34,6 Esta planta, originaria de China, es utilizada también como alimento para animales, en forma de harina de soja, área en la que compite internacionalmente con la harina de pescado. Es uno de los principales alimentos en países orientales como China y Japón donde se obtienen distintos derivados como el aceite, la salsa de soja, los brotes de soja. Del grano de soja se obtiene el poroto tausí que es el frijol de soja salado y fermentado, muy usado en platos chinos. El cultivo masivo en «Occidente» (en particular en el Medio Oeste estadounidense y en diversas zonas agrícolas de Argentina, Brasil, Oriente de Bolivia, y Paraguay) tomó su primer impulso a partir de los 70, siendo los 90 la década en el cual ha tenido un auge extremado, substituyendo en muchos casos territorios antes dedicados a los cereales (trigo, maíz, etc.) o a la ganadería e, incluso, amenazando áreas forestales. El efecto del consumo de productos de soja sobre la salud es objeto de grandes controversias. Según una especialista de ACSOJA (una especie de cámara empresaria de sojeros) puede proteger contra el cáncer de mama y el cáncer de próstata, también disminuye el riesgo de osteoporosis. Muchos de estos beneficios provendrían de los isoflavonas de soja y los fitoesteroles. Algunas de estas conclusiones son avaladas por la Sociedad Argentina de Nutrición. Investigaciones de fuentes independientes desaconsejan su uso en embarazadas, adolescentes y niños menores de 5 años ya que sostienen que la elevada proporción de fitoestrógenos en la soja puede acarrear problemas hormonales cuando se la usa en la alimentación humana, en particular en niños. Y más importante los fitanos de la soja impiden la correcta absorción de hierro y calcio. Mas allá de la ironía de Clarín que ante el anuncio de la Presidente de que con el dinero de las retenciones se harán nuevos hospitales, tituló: “La soja, finalmente, terminó siendo beneficiosa para la salud...”; creemos que faltan estudios de campo sobre los efectos en la salud y la nutrición en las condiciones argentinas. Soja transgénica En Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y EE. UU. se están cultivando y cosechando semillas de soja genéticamente modificadas que son resistentes al herbicida no selectivo glifosato. En USA, utilizando un gen de resistencia a tal herbicida proveniente de una bacteria del suelo (Agrobacterium) y por medio de transgénesis, se obtuvieron plantas de soja resistentes al herbicida A partir de tal evento, se obtuvieron decenas de variedades de soja que manifiestan idéntica resistencia. Tanto la semilla como el herbicida denominado Roundup son comercializadas por Monsanto. Vale en este punto hacer dos aclaraciones: la soja transgénica de Monsanto germina indefinidamente. No es verdad que tenga un gen terminator que obliga a los agricultores a comprar semilla todas las temporadas. Al contrario, la multinacional persigue en la justicia a los productores y al gobierno argentino, porque resiembran las semillas (la famosa “bolsa blanca”…), sin respetar sus derechos. Segundo, la expansión sojera no tiene como causa única lo transgénico, ya que en Brasil su cultivo creció de manera similar a la Argentina, aun cuando las semillas transgénicas estaban prohibidas (ahora ya no lo están). Glifosato El glifosato es un herbicida no selectivo de amplio espectro, desarrollado para eliminación de hierbas y de arbustos, en especial los perennes. Es un herbicida total. Es absorbido por las hojas y no por las raíces. La aplicación de glifosato mata las plantas debido a que suprime su capacidad de generar aminoácidos aromáticos. Adicionalmente se utiliza en la lucha contra el cultivo de la amapola, la coca y otras plantas usadas en el desarrollo de estupefacientes. Y también como herbicida en los cultivos de soja transgénica. El glifosato es considerado "benigno". Sin embargo su uso indiscriminado despierta preocupaciones. y se está creando una cada vez más dramática situación en los países donde el cultivo de soja transgénica se ha hecho abundante en los últimos años, siendo víctimas de la empresa que "crea" las semillas y que a la vez vende el glifosato. El herbicida Roundup es tóxico para algunos moluscos marinos y algunas lombrices terrestres. Un estudio de la Universidad de Caen en Francia indica que puede ser nocivo para la reproducción humana y el desarrollo fetal. En estos aspectos queda mucho por investigar y legislar... Producción mundial La soja en Argentina: La soja ha modificado profundamente la estructura de la producción agropecuaria y agroindustrial de nuestro país. La expansión de su cultivo desplazó a otros tradicionales como girasol, maíz o sorgo, e incluso numerosos productores ganaderos o lecheros, abandonaron su actividad para dedicarse al cultivo de soja, alentados por los menores costos de producción y mayores márgenes de ganancia. La soja ocupa nada menos que un 50% de toda la superficie cultivable del país. La planta madura para cosechar entre 4 y 5 meses. Se siembra en Noviembre y se cosecha en Abril. El trigo se rota con soja muy frecuentemente, ya que el trigo es un cultivo de invierno. Se impuso en nuestro país la siembra directa que, a diferencia de la labranza convencional, en lugar de dar vuelta toda la tierra sólo remueve un surco donde se deposita la semilla y el fertilizante. El sistema de siembra directa deja al suelo cubierto del rastrojo del cultivo previo, impidiendo la erosión por el viento o el agua. La facilidad de su siembra y cosecha y la tecnología avanzada hacen que se empleen de manera directa a solo 1 persona por 100 hectáreas. No obstante, un 22% de los productores más grandes concentran el 80% del total de la producción. A la vez que el 78% de los productores (61.300, con una producción inferior a 500 toneladas) apenas produce el 20% del total. Evolución del cultivo de soja en Argentina. 91/92 Área Sembrada (ha) 5.004.000 92/93 5.319.660 Área Producción Rendimiento Cosechada (tn) (kg/ha) (ha) 4.935.710 1.1310.000 2.291,00 5.116.235 1.1045.400 2.158,00 93/94 5.817.490 5.748.910 1.1719.900 2.038,63 94/95 6.011.240 5.934.160 1.2133.000 2.044,60 95/96 6.002.155 5.913.415 1.2448.200 2.105,08 96/97 6.669.500 6.393.780 1.1004.890 1.721,19 97/98 7.176.250 6.954.120 1.8732.172 2.693,68 98/99 8.400.000 8.180.000 2.0000.000 2.444,99 99/00 8.790.500 8.637.503 2.0206.600 2.339,40 00/01 10.665.160 10.400.778 2.6882.912 2.584,70 01/02 11.639.240 11.405.247 3.0000.000 2.630,37 02/03 12.606.845 12.419.995 3.4818.552 2.803,43 03/04 14.509.306 14.287.239 3.1554.251 2.209,00 04/05 14.400.000 14.037.246 3.8300.000 2.730.00 China, ha sido un actor fundamental para la sojizacion de Argentina. En este aspecto muestra un rol relevante dado que, con una población de 1300 millones de habitantes, es el principal demandante a nivel mundial. Parte de la producción de semilla de soja se comercializa para su molienda en China. Esto se debe a que el gobierno chino favorece el ingreso de materias primas en lugar de productos elaborados. El principal destino de las semillas de soja es la industrialización para la obtención de aceite. El aceite de soja es el de mayor producción mundial, superando a los de colza, palma y girasol. El segundo uso principal es para alimentación de cerdos y aves. En términos simplistas se puede decir que los “chanchos chinos enriquecieron argentinos…” (y permitió formar parte de una enorme reserva del Banco Central). Los países de la Unión Europea son los principales demandantes de pellets de soja, dado que han debido reemplazar harinas animales para alimentación de ganado por proteínas vegetales. Esta restricción surge luego de la aparición de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (enfermedad de la vaca loca). En nuestro país, más del 80 % del transporte de granos se realiza en camión. Solamente un pequeño porcentaje se transporta por ferrocarril. Algunos de los grupos concesionarios de vías férreas están constituidos por empresas del sector aceitero, como AGD, de modo que éstas transportan la materia prima hasta sus plantas y la producción obtenida a los (a veces sus) puertos, logrando así una mayor integración en la cadena, que se transforma en concentración monopólica. . Un aumento en la inversión del ferrocarril llevaría a una reducción en el costo de transporte, principalmente en regiones más alejadas de las industrias y sería beneficioso para muchas otras actividades, entre ellas el ahorro de combustibles. Exportaciones del complejo sojero - (enero - noviembre de 2003) Volumen (ton) Variación Valor Variación 03 vs 02 (mil U$) 03 vs 02 Precio FOB promedio (U$/ton) Semilla 8.624.193 42% 1.819.056 65% 211 Aceite 3.925.031 26% 1.937.883 61% 494 Pellets 16.849.330 12% 2.896.232 22% 172 Cadena de valor: La matriz de consumo interno y de exportación muestra que alrededor del 5% de las harinas y el 10% de los aceites de soja se consumen en el mercado interno, mientras que en Brasil los porcentajes son del 30 y 70%, respectivamente. La orientación exportadora llevó al complejo sojero a concentrar una gran parte del total exportado por Argentina. Tan es así que las aceiteras argentinas importan semilla desde Uruguay y Paraguay para hacer aceite. Existe un mercado muy firme para la exportación de soja y sus derivados y sin signos de saturación al menos en el corto plazo; además, la devaluación favoreció ampliamente este sector. A su vez, la transgénesis y la siembra directa, han profundizado aún más las ventajas sobre cultivos alternativos como el maíz, el sorgo y el algodón entre otros. Entre las estrategias agrícolas y comerciales, el "modelo soja" ha demostrando ser imbatible. Producir, cosechar, transportar y vender la producción de 1.000 ha de soja es mucho menos despliegue de esfuerzos que para 1.000 ha de otra producción alternativa. Esto ayudaría a explicar por qué ante situaciones en que los márgenes brutos de otras producciones puedan ser mayores a los de la soja, y a riesgos productivos y comerciales similares, los productores rurales –sobre todos los grandes– deciden sembrar soja. Sin duda, el crecimiento de la soja ha tenido efectos positivos sobre las actividades locales y de las PYMES agroindustriales en particular. Muchas empresas de maquinarias agrícolas han puesto en marcha planes de inversiones mejoramiento y ampliación de sus plantas para así aumentar sus capacidades productivas. Las ventas de maquinaria agrícola ya han crecido cerca del 80% respecto del año 2002, y las de vehículos "pick up" representan ahora el 40% del total de operaciones concretadas por las automotrices". También se debe aclarar que no debe confundirse crecimiento económico con desarrollo. En numerosas comunidades existe como consecuencia de la sojificación una gran expansión económica, pero esto se da generalmente en manos de unos pocos que sistemáticamente trasladan gran parte de los recursos generados hacia fuera de la región donde se originan; en consecuencia la calidad de vida –indicador clave en el desarrollo– de los habitantes del lugar no mejora significativamente y las zonas rurales se siguen despoblando. Las actividades productivas desplazadas tenían patrones de equidad muy diferente al que actualmente se ha instalado. Los crónicos déficit de red caminera, electrificación rural, centros educacionales y de salud, entre otros, contribuyeron a la disminución del número de explotaciones agropecuarias. Los Censos Nacionales Agropecuarios muestran que entre 1988 y 2002 en nuestro país desaparecieron 103.405 explotaciones (24.5 %) y la superficie promedio de las unidades productivas se elevó de 421 a 538 hectáreas. Así se generaron condiciones que facilitaron modelos productivos en torno del cultivo de la soja. Estos hechos favorecieron la concentración de la tierra, pues naturalmente se busca ampliar la escala para reducir los costos. A su vez, la expansión de la frontera agropecuaria hizo que muchos campesinos con tenencia precaria de la tierra fueran expulsados. Los pooles de siembra y “Los Grobo” Un pool de siembra es una “vaquita o polla” de capitales que se reúnen para encarar una cosecha. Alguien contacta varios productores y propietarios y les propone un plan de actividades de siembra y, una vez armado, se lo ofrece a potenciales inversores (bancos, “brokers de bolsa etc). Luego, cada uno recibe en proporción a lo que puso. ¿Quiénes invierten? muchos de los que ponen la plata, en su vida pisaron un campo. Y está claro que también hay capitales extranjeros que juegan fuerte en este negocio. El “pool” renta entonces la tierra. Los trabajos agrícolas son realizados por contratistas de la zona y la comercialización se realiza a través de determinados acopiadores, industriales o exportadores. Quienes o apoyan dicen que han maximizado el beneficio económico del campo, inyectándole dinero. Pero también sin duda aumentó la concentración de la tierra y expulsó a pequeños productores. En los meses previos a la siembra, en Internet se multiplican los avisos: "Pool de siembra zona núcleo (provincia de Buenos Aires), arrendamiento de 250 hectáreas (85 de maíz y 165 de soja), cuota mínima 30.000 pesos, seguro multirriesgo (granizo, sequía, incendio, etc.), aspecto legal: fideicomiso agropecuario", ofrecía una propuesta de inversión, para la campaña 2007/8, en la página web de una conocida consultora del sector. En un informe realizado por Aacrea, se estimaba que la superficie utilizada por los pooles se había quintuplicado (de 400.000 hectáreas en 1997, a 2 millones en el 2002), pero han seguido creciendo. También es importante diferenciar los pooles de siembra de las grandes empresas agropecuarias que se dedican de lleno a este negocio, como Los Grobo (130.000 hectáreas), Adecoagro (del magnate George Soros que tiene 225.000 hectáreas en Argentina, Uruguay y Brasil), o El Tejar (trabaja más de 150.000 hectáreas en estos países). Soja y aceite: Argentina cuenta con 49 plantas aceiteras. La mayor parte de ellas procesan soja y por las similitudes en los procesos también pueden industrializar girasol y maní, entre otras oleaginosas. Molinos Río de la Plata, del grupo Pérez Companc, posee una planta ubicada en San Lorenzo, Santa Fe, con capacidad de 12.000 toneladas diarias. La plante posee puerto propio. Aceitera General Deheza (AGD) invierte 25 millones de dólares para incrementar su capacidad de acopio de soja. El grupo francés Louis Dreyfus tiene la planta de General Lagos que es la más grande del mundo La industria aceitera es capital intensiva. En Argentina presenta un elevado grado de tecnificación y alta productividad, por lo que no es gran tomadora de mano de obra. No obstante, emplea en forma directa aproximadamente 7700 personas y es generadora de una gran cantidad de ocupación indirecta .Si se suma la capacidad de molienda de las 12 plantas cercanas a Rosario, principal zona sojera, la misma asciende a 57 mil toneladas por día. Este rendimiento no es superado por ninguna otra región del mundo y constituye una importante ventaja para la industria de capital intensivo. El ciclo comercial de la soja: El productor grande o pequeño no exporta directamente, le vende a los acopiadores (propietarios de los silos). A su vez los acopiadores venden a las grandes empresas agroexportadoras. Es importante señalar que en muchos casos agroexportadoras y acopiadores pertenecen de manera encubierta o abierta los mismos dueños. Además, estas multinacionales son propietarias de puertos sobre el río Paraná, Las principales empresas exportadoras son Cargill, Bunge Argentina, Dreyfus, AGD, Vicentín y Pecom. Estas seis firmas representan más del 87 % del total exportado Las exportadoras le pagan al productor 165 dólares la tonelada de soja cuando su precio es de 300 dólares, y que el resto, 135 dólares, va para el gobierno como derecho a la exportación (mas conocidas como retenciones). Luego, la venden en el mercado de Chicago a 550 dólares. Pero generalmente, antes la triangulan entre sus propias oficinas para subfacturarla y pagarle lo menos posible al Estado. Veamos algunas conclusiones del Ing. Enrique M. Martínez, Presidente del INTI “Hay una convergencia de dos factores, sin embargo, que han cambiado totalmente el perfil productivo agropecuario, en los últimos 20 años. Por un lado, la muy rápida difusión de la siembra directa, con aplicación de herbicidas y fertilizantes, que minimizan las labores necesarias y permiten trabajar grandes superficies en mucho menor tiempo que hace dos décadas. “ “La irrupción acelerada de estos capitales pudo ser posible asumiendo mayores riesgos que los arrendatarios tradicionales. En lugar de pagar un porcentaje, debieron pagar – y pagan – sumas fijas por hectárea, eliminando todo riesgo en cabeza de los dueños de la tierra.” ”La muy alta rentabilidad reitero, comparada con el mundo financiero, atrajo inversores como moscas a la miel. Aumentó la renta de la tierra y luego el valor de la tierra, de manera nunca vista antes en nuestra historia. “ ”Finalmente puso a los propietarios ante los siguientes dilemas: a. Propietario chico de 50 hectáreas. ¿Me quedo con 25.000 dólares por año de renta fija, arrendando para trigo-soja, o aspiro a unos 40.000 dólares por año trabajando la tierra? La primera variante habilita al pequeño chacarero a intentar una empresa urbana, comercial o inmobiliaria, con menos esfuerzo y riesgo. La segunda variante produce mayor retorno, pero obliga a correr detrás de contratistas o cosechadores cada vez más seducidos para trabajar al servicio de los grandes grupos. Muchos han optado por el primer camino. b. Propietario grande de 1000 hectáreas. ¿Recibo 500.000 dólares al año de renta fija o aspiro a 800.000 asumiendo los riesgos? Son muchos – muchísimos – los que disfrutan de la primera opción. Tengamos presente que estos propietarios son los que siempre han dado en arriendo una parte de su tierra. Solo que ahora las tasas son astronómicas. c. En ambos casos – grandes o chicos – se abrió el camino de una suerte de cadena de la felicidad, ya que al percibir arriendos en dinero, éste puede ser luego invertido en los propios fondos de inversión, aumentando aún más la rentabilidad, sin involucrarse directamente en labor agraria alguna. “ “El esquema de retenciones, como se ha visto más arriba, no elimina el negocio de los fondos. Lo más probable, en realidad, que el aumento de retenciones provoque la disminución del costo de los arrendamientos a futuro, pero mantenga el negocio de estos grupos. En lo antedicho está el auténtico núcleo del problema agrario de hoy. Siempre hubo propietarios chicos y grandes; quienes explotaron sus campos y quienes no. Pero el actual modelo de producción rompió la relación entre el capitalista agrario y la tierra. La instalación del capital financiero como el dinamizador de la producción agropecuaria provoca infinidad de distorsiones negativas, que cualquier programa sectorial debe intentar corregir”. En el análisis de Martínez no se encuentra el bio-diesel que tiene al aceite de soja como materia prima favorita. La presión del “mercado” en este sentido va a ser muy fuerte y hace pensar que la soja vino para quedarse por un largo tiempo. CONCLUSIONES En manos del neoliberalismo capitalista, la soja ha contribuido a la injusticia y al desequilibrio. El agro se acercó al monocultivo. Productos de necesidad para la dieta nacional escasean y se encarecen, El especialista en carnes del INTA, Daniel Rearte dice: “En dónde meter las vacas para poder sembrar más se ha convertido en un gran problema para los productores, que a pesar de los entuertos del negocio de la carne (desde la aftosa hasta la suspensión de las exportaciones), se resisten a desprenderse de sus animales” “Hacen todavía ganadería para diversificar riesgos, o por vocación, o por razones impositivas, o porque sencillamente no saben dónde invertir los continuos excedentes agrícolas”. En consecuencia, el estado debe necesariamente intervenir, no solo con retenciones. La aparición de los biocombustibles complica el panorama. Del aceite vegetal al gasoil hay solo un paso químico. Y las grandes empresas agrícolas son especialistas en aceite de soja y girasol… No se debe tirar al chico con el agua sucia. La soja es un vegetal con excelentes propiedades. Es de crecimiento fácil y rápido, de gran tenor en proteínas y lípidos. En una Argentina justa y socialista, la soja debe continuar aunque de manera equilibrada y sustentable. Llevándola a un escenario en el que sirva al desarrollo nacional. Angel Cataldi Fuentes consultadas: INTA de Marcos Juárez, INTA Reconquista, ACSOJA, Sociedad Argentina de Nutrición, Wikipedia