ELECCIÓN Y MANEJO DE ESPECIES FORRAJERAS. Javier Bernal E. I.A., Ph.D. INTRODUCCIÓN. Colombia cuenta con unos 42 millones de hectáreas en pastos. De estas, aproximadamente el 80% se encuentran localizadas a alturas inferiores a 1.000 m.s.n.m. Por esta razón se puede afirmar que la mayor parte de la ganadería del país es tropical y se encuentra en el llamado clima cálido, que se caracteriza por temperaturas promedias superiores a los 24 C. Un 20% del área corresponde a los llamados climas medio y frío. Dentro de los diferentes climas se encuentra una gran variedad de condiciones ambientales, edáficas y de productividad. Para cada zona ganadera existe un grupo de especies forrajeras con requerimientos y limitaciones específicas, que exigen un determinado manejo. La clave del éxito en la producción ganadera está en conocer esta problemática, minimizar los aspectos negativos y maximizar las ventajas que presenta cada zona y cada especie forrajera. 1.- FACTORES AMBIENTALES EN LA PRODUCCIÓN DE FORRAJES. Para poder seleccionar una especie forrajera, es necesario saber como afectan las condiciones de clima y suelo el desarrollo de esa especie. Dentro de los factores ambientales que afectan directamente el desarrollo de las plantas se encuentran temperatura, luz y humedad, además de otros como vientos, orientación, concentración de anhídrido carbónico, etc, que pueden llegar a ser importantes en algunas circunstancias. TEMPERATURA. La temperatura influencia todos los procesos fisiológicos de la planta. Los extremos de temperatura determinan el rango de adaptación y la distribución de las especies. La mayoría de los pastos están adaptados para un crecimiento óptimo dentro de un rango relativamente estrecho de temperaturas diurnas, de 7 a 35 ºC. Pueden resistir períodos cortos de temperaturas extremas, tanto altas como bajas, especialmente si el descenso de temperatura es gradual y si los períodos de calor son de corta duración. Las especies tropicales se desarrollan mejor a temperaturas entre 30 y 35 ºC y producen muy poco por debajo de 15 ºC. En cambio, los pastos de clima frío producen muy poco a temperaturas por encima de 25 ºC. Las temperaturas muy altas tienen como consecuencia una disminución en los carbohidratos solubles y un aumento en los porcentajes de celulosa y lignina y un porcentaje alto de nitrógeno en forma soluble. Las raíces son más seriamente afectadas que la parte aérea con las altas temperaturas. La muerte de las raíces es el resultado de un agotamiento de los carbohidratos y un aumento en las sales de amonio o compuestos nitrogenados similares. LUZ. Las características de la luz que influencian el crecimiento de las plantas se pueden separar en tres factores: intensidad, calidad y duración. Intensidad. Las plantas responden de diferente manera a los aumentos de intensidad de la luz. Los pastos tropicales aumentan la producción al aumentar la intensidad de la luz, como el maíz, el king-grass, etc, mientras que los pastos de clima frío como los raigrases se saturan rápidamente y no responden a los incrementos en intensidad de la luz. Los pastos tropicales difieren bioquímicamente de los de clima frío. Los pastos tropicales aparentemente no tienen fotorespiración y pueden sintetizar materia seca a concentraciones muy bajas de CO2 y tienen un mecanismo diferente para incorporar CO2 en el proceso de la fotosíntesis, siendo más eficientes que los pastos de clima templado para producir materia seca. Calidad. La calidad se refiere a la longitud de onda de los rayos luminosos. La calidad es importante en condiciones extremas, cuando la luz infrarroja o la ultravioleta pueden llegar a afectar el desarrollo de los pastos. En clima frío, la radiación ultravioleta es mayor. Duración. La duración del día o fotoperíodo influencia el desarrollo vegetativo y la floración. Las plantas de día corto florecen bajo condiciones de noche larga. En el trópico, donde la duración del día es más o menos uniforme y los días y las noches tienen aproximadamente la misma duración, la mayoría de las especies que producen semillas son plantas neutrales que no responden al fotoperíodo, o son plantas de día corto. Brillo solar. Se refiere al número de horas de sol brillante por día, mes o año en un sitio determinado. En áreas donde las horas de sol son bajas, como Ubaté (Cundinamarca) donde llegan a 1.200 horas/año, especies como el kikuyo presentan problemas de acumulación de nitritos y nitratos, mientras que en zonas con mayor insolación como Kenia (Africa), de donde es originaria la especie, con 2.200 horas de brillo solar/año, no presenta ningún problema de este tipo. HUMEDAD. La distribución de la vegetación sobre la superficie de la tierra está controlada por la disponibilidad de humedad más que por cualquier otro factor ecológico individual. La manera como el agua afecta el crecimiento de las plantas es a través de su efecto en los procesos fisiológicos internos. La expansión celular depende de un mínimo de turgencia celular y la elongación de tallos y hojas se detiene rápidamente cuando se presentan déficits de agua. PRINCIPALES FORMACIONES ECOLÓGICAS PARA EL CULTIVO DE LOS PASTOS. Desde hace mucho tiempo se ha intentado clasificar la vegetación del mundo. Uno de los sistemas más aceptados en el trópico es el de las “formaciones climáticas” propuesto por Holdridge, que está basado en los factores climáticos de mayor importancia que son la temperatura y la precipitación. Desde el punto de vista de la ganadería y la producción de pastos, las principales formaciones que se encuentran en Colombia son: Bosque seco tropical (bs-T) Tiene una extensión aproximada de 200.000 km2 y presenta las siguientes características: temperatura superior a 24 C, promedio de precipitación entre 1.000 y 2.000 mm, altura entre 0 y 1.100 m.s.n.m. Comprende suelos muy apropiados para la ganadería especialmente en la Costa Atlántica, Valle del Cauca, y alto Magdalena. Zona muy adecuada para la ganadería de carne y donde se manejan los recursos intensivamente, se pueden tener lecherías rentables. En las explotaciones más tecnificadas se cuenta con riego. En algunas regiones como la parte oriental de los Llanos (límite con Venezuela), donde los suelos son muy pobres, se tiene principalmente ganadería de cría en forma extensiva. Bosque húmedo tropical (bh-T). Ocupa un área de 310.000 km2, tiene una temperatura superior a 24 C, un promedio de precipitación entre 2.000 y 4.000 mm y se encuentra entre 0 y 1.000 m.s.n.m. Las principales áreas que pertenecen a esta formación son: Valle medio del Magdalena, Urabá, Zulia, Tumaco, bajo Cauca, nordeste de Antioquia, y gran parte de los Llanos Orientales y la Amazonía. En esta formación se encuentra todo tipo de explotación ganadera y una gran cantidad de especies de pastos se adaptan bien en ella. En general, es menos fértil que el bosque seco tropical y los rendimientos menores. Bosque húmedo subtropical (bh-ST) y bosque muy húmedo subtropical (bmh-ST). Estas dos formaciones ocupan unos 100.000 km2 que se encuentran en la llamada “Zona Cafetera”. Sus características son: temperatura entre 18 y 24 ºC, altura entre 1.000 y 2.000 m.s.n.m. y precipitación promedia de 1.000 a 2.000 mm. Para el bh-ST y de 2.000 a 4.000 para el bmh-ST. En esta zona, densamente poblada, predomina la ganadería de tipo familiar, de doble propósito y las explotaciones lecheras. Son muy frecuentes los pastos de corte y se han aumentado recientemente las explotaciones muy intensivas, tanto para producción de carne como de leche. Las explotaciones extensivas son de bajo rendimiento debido a que las especies nativas no son muy productivas y a las fuertes pendientes. Bosque seco montano bajo (bs-MB) y bosque húmedo montano bajo(bh-MB) Ocupan un área pequeña, solamente 21.000 km2 pero desde el punto de vista de la población, son las más importantes ya que se encuentran en la Sabana de Bogotá, altiplanos de Nariño, Boyacá y oriente y norte de Antioquia, así como algunas áreas de Caldas, Tolima y Valle. Tienen temperaturas entre 12 y 19 ºC, altura entre 2.000 y 3.000 m.s.n.m. y precipitación entre 500 y 1.000 mm el bsMB y entre 1.000 y 2.000 el bh-MB. Es una zona apropiada para explotaciones intensivas, especialmente de leche. Las especies importadas de la zona templada como raigrás, orchoro, festucas, tréboles, alfalfa, etc, se adaptan muy bien, lo mismo que las razas altamente especializadas de ganado el Holstein. En estas formaciones compiten la agricultura y la ganadería, ya que es una zona productora de papa, cereales, hortalizas, flores, frutales, etc. En general, pastos y ganadería se encuentran en casi todas las formaciones ecológicas de Colombia, en muchos casos en formaciones donde no es recomendable tener este tipo de explotaciones. Sin embargo, debido a la importancia económica de la ganadería en estas áreas, es necesario desarrollar alternativas de manejo que permitan una explotación rentable de ellas. De igual manera se debe mejorar el manejo en las áreas más aptas, con el fin de aumentar la productividad y poder satisfacer la creciente demanda de carne y leche. 2. FACTORES EDÁFICOS EN LA PRODUCCIÓN DE FORRAJES. El suelo no es un sistema estático sino que está cambiando continuamente por efecto de reacciones químicas, físicas, biológicas y actividad de los microorganismos. PROPIEDADES FÍSICAS. Las principales propiedades físicas del suelo son la textura, estructura, color, permeabilidad, capacidad de retención de agua y profundidad. Desde el punto de vista agrícola la parte más importante del suelo es el horizonte A, que bajo condiciones ideales debe estar constituido por 45% de material inorgánico, 5% de materia orgánica, 25% de agua y 25% de aire. Textura. Hace referencia a las diferentes proporciones de separados en la fracción mineral del suelo, denominándose las fracciones arena, limo y arcilla, de acuerdo con su tamaño. De acuerdo con el separado que predomine, el suelo recibe un nombre especial, como arenoso, arcilloso, etc. Entre algunas propiedades del suelo que están relacionadas con su textura, se pueden citar la facilidad de laboreo o preparación, susceptibilidad a la erosión, facilidad de germinación de las semillas y penetración de las raíces, contenido y retención de nutrimentos y contenido, retención y penetración de agua y aire. Estructura. Con este término se denomina el arreglo de las partículas sólidas de un suelo. Una estructura bien desarrollada indica la presencia de arcilla y materia orgánica, las cuales tienen propiedades aglutinantes. Los distintos arreglos estructurales se denominan granular, en placas, en bloques y prismáticos; el más deseable es el tipo granular. La estructura se destruye cuando un suelo que contiene arcillas se ara estando muy húmedo; este proceso reduce el volumen de poros para la aireación y retención de agua, y la facilidad de laboreo. Color. El color es indicativo de algunas características importantes del suelo como fertilidad y contenido de humedad, aunque debe usarse con reservas y en ningún caso se debe utilizar en lugar del análisis químico. Los colores oscuros son indicativos de alto contenido de materia orgánica. Los suelos rojos y amarillos generalmente indican un alto contenido de compuestos de hierro y aluminio. Los suelos aluviales, los más fértiles, son muy variables en cuanto a color. Permeabilidad. Esta propiedad se refiere a la rapidez con la cual se mueve el agua desde la superficie del suelo al interior de éste y a través de los poros. La permeabilidad depende principalmente de la textura, estructura y espacios porosos. Tiene influencia en la aireación y capacidad del suelo para retener agua. Profundidad. Se refiere al espesor de los horizontes o perfil del suelo. Los suelos de regiones húmedas tienden a ser más profundos que los de las regiones secas por el efecto de la humedad sobre la descomposición del material parental y mayor crecimiento de la vegetación con mayor acumulación de residuos orgánicos. Densidad y porosidad total. La densidad se refiere a la relación peso – volumen. En suelos minerales este valor es aproximadamente de 2.65 gramos por centímetro cúbico. Una densidad aparentemente baja indica una buena estructura. La porosidad es importante para el almacenamiento de agua, aireación y crecimiento normal de las plantas. El laboreo frecuente tiende a reducir la porosidad. PROPIEDADES QUÍMICAS. La naturaleza química del suelo controla el suministro y disponibilidad de nutrimentos para el crecimiento de las plantas. La mayor parte de la actividad química depende del contenido y naturaleza de las arcillas y de la materia orgánica bien descompuesta. Las principales características químicas del suelo son el contenido de materia orgánica, pH, capacidad de intercambio de cationes y los cationes intercambiables. Materia orgánica (M.O.). La materia orgánica del suelo resulta de la acumulación de residuos de plantas y animales. Por las características deseables que imparte al suelo se debe mantener e incluso aumentar. En el trópico la materia orgánica tiende a aumentar con la altura sobre el nivel del mar y con la disminución de temperatura. El promedio de contenido de M.O. en la Sabana de Bogotá (2.600 m.s.n.m. y 12 ºC) es de 19.8%; en la zona cafetera (1.400 m.s.n.m. y 21ºC) es de 9.8%; en el Valle del Cauca (1.000 m.s.n.m. y 24 C) es de 4.20%, mientras que en la Costa Atlántica ( 50 m.s.n.m. y 28 C) es de 2.40%. Reacción del suelo o pH. El pH del suelo es una medida de su acidez o alcalinidad. Esta propiedad del suelo afecta el crecimiento de las plantas a través de su efecto en la disponibilidad de los elementos esenciales y actividad de los microorganismos. En el suelo, la acidez depende de la presencia de hidrógeno y aluminio en forma intercambiable. Un pH de 7.0 es neutro; valores más bajos indican acidez y valores más altos alcalinidad. La acidez del suelo se corrige con la aplicación de cal u otras enmiendas; la cantidad y frecuencia depende del cultivo, del pH del suelo, aluminio intercambiable, textura, contenido de materia orgánica, capacidad de intercambio de cationes y porcentaje de saturación con bases. Con pocas excepciones, el mejor rango para el crecimiento de la mayoría de las plantas se encuentra entre 5.5 y 6.5 y uno de los objetivos de un buen programa de manejo de suelos es el de tratar de mantener el pH dentro de estos límites. Capacidad de intercambio de cationes. Se refiere a la cantidad total de cationes que un suelo puede adsorber por el fenómeno de intercambio de cationes. Depende principalmente del contenido y naturaleza de la arcilla, contenido de M.O. y pH. En los suelos tropicales, con algunas excepciones, predominan la caolinita y los hidróxidos de hierro y aluminio en la fracción arcillosa, de tal manera que la capacidad de intercambio de cationes es generalmente baja. Bases intercambiables. El término de bases intercambiables se refiere a la suma de los cationes calcio, magnesio, potasio y sodio que posee un suelo en forma intercambiable. Dentro de ciertos límites, a mayor saturación del complejo de intercambio con bases, corresponde una mayor fertilidad del suelo. Debe existir cierto equilibrio entre las bases intercambiables para una adecuada nutrición de las plantas. EL ANÁLISIS DE SUELOS Y SU INTERPRETACIÓN. En muchos casos los nutrimentos que la planta requiere no se encuentran en el suelo en cantidad suficiente para un buen crecimiento, por lo cual es necesario agregarlos mediante fertilización y enmiendas. Se han empleado varias técnicas para obtener información del estado de fertilidad del suelo o de las necesidades de nutrimentos de las plantas, las principales son: Síntomas de deficiencia, Análisis de tejidos vegetales, Ensayos de campo e invernadero y, El análisis de suelos. El análisis de suelos es el sistema más sencillo y rápido y cuando se utiliza en forma técnica es un auxiliar bastante eficiente en la programación de la fertilización. Debe ser debidamente interpretado pues de lo contrario los programas elaborados pueden ser antitécnicos, ineficientes y costosos. 3- ESPECIES FORRAJERAS MAS ADECUADAS PARA LAS DIFERENTES REGIONES DE COLOMBIA. Los factores más importantes que se deben tener en cuenta para la selección de una especie son la humedad del suelo, la acidez y la fertilidad. Dentro de las especies forrajeras existe una gran variedad tanto de gramíneas como de leguminosas que se adaptan a las condiciones predominantes en cada sitio. En la tabla 1 se incluyen algunas de las especies recomendadas por el ICA para diferentes condiciones de suelos de clima frío y en las tablas 2 y 3 las especies de gramíneas y leguminosas recomendadas para diferentes zonas cálidas del país. Tabla 1. Adaptación relativa de varias especies de gramíneas y leguminosas forrajeras de clima frío a diferentes condiciones de suelo. Condiciones de suelo Especies recomendadas Vegas, zonas pantanosas R.I., R.i., F.A., F.M., O., T.B. Terreno bien drenado Kikuyo, T.B., R.I., R.i., R.T.,, O., T.R., F.M., F.A., Alfalfa, Manawa, Ariki, Avena, Vicia, Triticale, etc. Sin heladas T.R., Kikuyo, Avena, Triticale, Maíz, Trigo y Cebada forrajeros Páramo, heladas frecuentes F.A., F.M., O., R.I., Ri., R.T., T.B., Alfalfa, Manawa, Ariki. Adaptado de : Bernal E., J. 1.994. Pastos y Forrajes Tropicales. Producción y Manejo. R.I.= Raigrás inglés. R.i.= Raigrás italiano. O= Orchoro R.T.= Raigrases tetraploides (diferentes variedades como Tetrelite, Aubade, etc) F.M.= Festuca media F.A. = Festuca alta T.R. = Trébol rojo T.B. = Trébol blanco Tabla 2. Adaptación relativa de varias especies de gramíneas de clima cálido a diferentes condiciones de suelos. Condiciones de suelo Especies recomendadas. Zonas muy húmedas Alemán Vegas, zonas inundables Pará, Janeiro, Hemarthria Terreno aluvial, buen drenaje Guinea, Angleton, Climacuna, Brachiarias, Pangola, Sorgo forrajero, Andropogon, Elefante, Estrella, Puntero, Gordura, Leguminosas forrajeras tropicales Terreno seco y pedregoso Puntero, Guinea, Brachiarias, Andropogon Terreno seco, pendiente y Puntero,Brachiarias, Gordura, Andropogon con problemas de acidez Tabla 3. Adaptación de algunas leguminosas forrajeras en zonas de clima cálido en Colombia. Zona Especies recomendadas Costa Atlántica Kudzú tropical, Clitoria, Bejucos, Calopo, Siratro. Centrosema, Maní forrajero. Valle del Cauca Soya perenne, Maní forrajero, Kudzú tropical, Bejucos, Desmodium, Centrosema. Llanos Orientales Kudzú tropical, Calopo, Stilozanthes, Maní forrajero Magdalena Medio Kudzú tropical, Desmodium, Maní forrajero, Bejucos Bajo Cauca Kudzú tropical, Maní forrajero, Desmodium Urabá Kudzú tropical, Desmodium, Bejucos, Maní forrajero Adaptado de: Bernal E., J. 1.994. Pastos y Forrajes Tropicales. Producción y Manejo. Dentro de las especies arbustivas o arbóreas se destacan una serie de materiales de alta producción y magnífica calidad como matarratón, guandul, acacia forrajera o leucaena, Cratilia (Cratylia argentea), samán, algarrobo, nacedero, quiebrabarrigo, totumo, guayabo, Acacia mangium para suelos erosionados, y muchas especies más. 4. MANEJO DE PRADERAS. El manejo de praderas incluye una serie de prácticas que van desde la selección de la especie hasta la utilización por el animal. Una vez seleccionada la especie de acuerdo con las condiciones de clima y suelo y los requerimientos de los animales que se van a alimentar en la pradera, la primera etapa consiste en la siembra y establecimiento del pasto. De esta etapa depende en alta proporción la vida útil de la pradera y la productividad de la misma. Para la siembra y establecimiento del pasto es necesario considerar una serie de aspectos como son: a.- La semilla. La semilla es el principal insumo y no puede ser sustituído por ningún otro insumo o práctica cultural, por lo tanto debe ser de la mejor calidad que se obtenga en el mercado. En ningún caso se justifica hacer economías utilizando semilla de inferior calidad o en cantidades menores a las recomendadas. En la semilla se deben conocer tres características: la germinación, la pureza y el vigor; con las dos primeras se puede determinar el valor cultural de la semilla. Una vez conocidas estas características se determina la densidad de siembra, que se debe ajustar de acuerdo con la calidad del material disponible. Con especies como las Brachiarias en algunos casos se obtienen buenos resultados con densidades bajas, de 4 a 6 kilos por hectárea, mientras en otros casos es necesario incrementar esa densidad hasta 10 ó 12 kilos. Cuando se utiliza semilla vegetativa como en estrella y pastos de corte y algunas veces en Brachiarias, la cantidad debe ser suficiente, alrededor de 1 a 1.5 toneladas por hectárea de semilla madura y recién cosechada. b.- Preparación del suelo. Consiste en proporcionar a la semilla un medio apropiado para la germinación. Existe gran variedad de métodos de preparación del suelo, y este varía de acuerdo con la naturaleza misma del suelo, la topografía, la humedad, la disponibilidad de maquinaria y una serie de factores particulares de cada explotación. Buena preparación no quiere decir exceso de preparación. Es frecuente encontrar fallas en las siembras por demasiada mecanización que puede afectar características del suelo como la estructura. c.- Epoca de siembra. La época de siembra es muy importante, y varía en cada zona. Siembras tempranas o demasiado tardías son peligrosas y pueden significar un fracaso en la siembra por falta de humedad. Cuando se siembra en la época adecuada, es decir cuando existe buena humedad en el suelo, se logra un establecimiento más rápido y se minimizan los riesgos. d.- Sistemas de siembra. Puede ser manual o mecánico, en surcos o al voleo, utilizando la semilla sola o mezclada con enmiendas, lo importante es que la semilla se ponga en contacto directo con el suelo para que se pueda iniciar lo más rápidamente posible el proceso de germinación. En cada caso el sistema de siembra puede variar de acuerdo con las circunstancias. e.- Correctivos y fertilización de establecimiento. El establecimiento es una época muy adecuada para aplicar al suelo los correctivos que requiera y los nutrimentos que se encuentren deficientes o desbalanceados. La cantidad y clase de estos materiales debe ser determinada por un análisis de suelos, y varían mucho de un sitio a otro de acuerdo con las condiciones climáticas y edáficas. f.- Control de enfermedades, plagas y malezas. El control de plagas, enfermedades y malezas es crítico durante el establecimiento y se debe hacer de acuerdo con las necesidades, sin emplear excesos de pesticidas, pero sin permitir que las pestes y plagas afecten significativamente la densidad de población. g.- Primer pastoreo. La época en que se efectúa el primer pastoreo puede ser de gran importancia para la duración y productividad de la pradera. Con frecuencia la parte aérea de la planta se desarrolla muy rápido, dando la falsa sensación de que la pradera se encuentra lista para ser utilizada, pero el sistema radicular apenas se encuentra en proceso de desarrollo y afianzamiento de las plantas, por lo cual se puede presentar arranque de plantas jóvenes con la consiguiente disminución de la población y posterior aparición de malezas y especies de baja calidad. Es recomendable que el primer pastoreo sea rápido y ojala con animales jóvenes o corte mecánico para evitar al máximo el arranque de plantas h.- Fertilización de mantenimiento. Esta fertilización es la que se hace en forma rutinaria y periódica, con el fin de devolver a la pradera parte de los nutrimentos que son removidos por los animales al consumir el forraje. En explotaciones intensivas y con riego esta fertilización se hace después de cada pastoreo, en explotaciones poco intensivas y sin riego se hace al comienzo de las épocas de lluvias o un poco antes de que estas terminen, para tener buena disponibilidad de forraje durante el comienzo de los veranos; esto es lo que se llama fertilización estratégica. La cantidad y clase de fertilizante aplicados se deben determinar con base en el análisis de suelos. En todos los casos es recomendable reforzar los correctivos por lo menos una vez al año y hacer una fertilización balanceada, que incluya tanto elementos mayores como menores. En ningún caso es recomendable hacer fertilizaciones con un solo elemento por períodos prolongados de tiempo, por ejemplo utilizar urea como único fertilizante durante años. i.- Renovación de praderas. Algunos pastos, especialmente los de crecimiento rastrero, cuando son sometidos a pastoreo continuo o muy prolongado, tienden a formar “colchones” de material improductivo, o a disminuir la población y presentar “calvas” e invasión de especies indeseables en las praderas. En estos casos se recomienda hacer una renovación que incluye los siguientes pasos: 1. Sobrepastorear el forraje existente o guadañar bajo. 2. Romper el suelo empleando un rastrillo sin traba, un arado de cincel, un rotovator de cuchillas planas o un rotocaster. 3. Regar semillas en las cantidades indicadas. 4. Fertilizar de acuerdo con las recomendaciones del análisis de suelos. 5.- UTILIZACIÓN DE FORRAJES. Los forrajes pueden ser utilizados directamente por los animales o cortados y suministrados al ganado en sitios especiales como establos, comederos, etc. Existen algunos principios básicos importantes desde el punto de vista de planeación del pastoreo. Se pueden esperar mayores rendimientos totales cuando períodos de pastoreo relativamente cortos van seguidos de espacios de descanso largos. Las prácticas de pastoreo en rotación deben adaptarse a las especies o mezclas de especies empleadas. Los criterios más comunes para introducir los animales al potrero o para sacarlos de él, son: La altura de la planta o su estado de desarrollo cuando se inicia el pastoreo. La altura del pasto cuando se retiran los animales. Los rendimientos y la calidad son mayores cuando se hace un pastoreo “alto”; este tipo de pastoreo favorece el rebrote. El número de potreros para tener un pastoreo en rotación regulado depende de la especie y de la época (seca o húmeda). Se necesita mayor número de potreros cuando las especies son de crecimiento lento, o durante la época seca. Las plantas que no quedan excesivamente defoliadas bajo un pastoreo intenso, pueden dar tan buenos resultados cuando se someten a un pastoreo continuo y vigilado, como cuando se pastorean en rotación. El ganado selecciona y consume pastos que tienen una composición botánica y química diferente de la que el animal tiene disponible en la pastura. A esta habilidad del animal para seleccionar su dieta se le conoce con el nombre de selectividad. Se ha determinado que el material consumido presenta un contenido más alto de nitrógeno, fósforo y energía bruta, pero es más bajo en fibra que el material disponible en la pastura. El potencial de selección es mayor en las pasturas tropicales debido a la gran variación en el valor nutritivo dentro y entre los componentes de las hojas y el tallo. Cuando se tiene una mezcla, el pastoreo selectivo influye mucho más en la producción por animal que el sistema de aprovechamiento del pasto. Cuando se presenta pastoreo selectivo, los rendimientos por animal son un poco mayores que cuando no se da la oportunidad de selección (pasto picado) aún tratándose de la misma mezcla. 6. PRACTICAS ESPECIALES EN PRODUCCIÓN DE FORRAJES. Existe una gran variedad de prácticas de manejo y utilización de pastos que permiten una producción más eficiente bajo condiciones especiales. Algunas de estas prácticas son: a.- Cultivos temporales. Consisten en hacer cultivos limpios como maíz, sorgo u otras especies con el fin de suministrarlos a los animales en forma directa, pastoreándolos o suministrándolos picados frescos, o conservados, en forma de heno, henolaje o ensilaje. b.- Pastos de corte. Son especies que se cultivan en forma permanente para suministrar a los animales en confinamiento o para suplementarlos durante las épocas de escasez de forraje, como ocurre con especies como caña de azúcar, elefante, king-grass, etc. c.- Conservación de forrajes. Es una práctica que se basa en guardar el exceso de forraje producido durante las épocas de invierno para suministarlo a los animales durante la época de escasez. Existen cuatro sistemas principales de conservación de forrajes: ensilaje, henolaje, heno y deshidratación. El sistema más importante para el trópico húmedo es el ensilaje, que consiste en conservar el pasto verde y húmedo, mediante un sistema de fermentación anaeróbica, para suministrarlo al ganado cuando se presente escasez de forraje. Básicamente consiste en colocar el pasto en un recipiente cerrado, con exclusión de aire y en presencia de una fuente de energía disponible, para que las bacterias anaeróbicas se multipliquen y produzcan ácidos láctico y acético que tienen como consecuencia una baja en el pH de la masa de forraje ensilada, que puede entonces conservarse por tiempo indefinido. El henolaje es un proceso intermedio entre heno y ensilaje que consiste en cortar el pasto, dejarlo deshidratar parcialmente y posteriormente hacer pacas compactas que se envuelven en plástico y se dejan fermentar. Tiene más materia seca que el ensilaje, pero requiere una buena mecanización y en algunos casos se puede deteriorar fácilmente. El heno es el sistema tradicional de conservación de forrajes verdes y secos. El sistema consiste en deshidratar en forma natural o artificial el forraje recién cortado hasta que tenga entre 10 y 12% de humedad, estado en el cual se enfarda o se guarda a granel. Cuando está bien “curado” conserva la mayor parte del valor nutritivo del forraje original y se puede transportar y mercadear fácilmente. El principal inconveniente consiste en que se requiere una época seca y de baja humedad relativa para su fabricación. En el trópico, cuando se presentan estas condiciones, la disponibilidad de forraje es baja y viceversa. Cuando se cuenta con riego, se facilita grandemente la producción de heno. La deshidratación consiste en bajar la humedad del forraje artificialmente, mediante el uso de aire caliente, hasta un 5 a 6% y posteriormente molerlo para manejarlo como harina de pasto o peletizarlo para su comercialización y posterior uso. Es un proceso industrial que requiere montajes costosos. d.- Explotación intensiva de praderas. Debido a diferentes condiciones de tipo económico, tierras de cultivos muy valiosas cercanas a los centros de consumo se han transformado en ganaderas. Para justificar este cambio se ha buscado una especie de alto rendimiento como es el pasto estrella africana, explotado en pequeños potreros, con altos niveles de fertilización, riego, drenaje, rotación acelerada y capacidades de carga muy altas. Una rotación típica de este tipo consiste en rotar nueve potreros de 2.000 m2, con una carga entre 9 y 12 animales/ha, con períodos de ocupación de tres a cuatro días y períodos de descanso entre 24 y 27 días. Después de cada pastoreo el potrero recibe una fertilización nitrogenada de 10 a 15 kilos de urea por potrero, entre 50 y 75 kilos por pastoreo y por hectárea, complementada con aplicaciones estacionales de correctivos como cal dolomítica, fósforo, potasio y elementos menores de acuerdo con la extracción del pasto y con los análisis de suelos. Las aplicaciones totales de urea oscilan entre 800 y 1.300 kg/ha/año. Como ventajas presenta una explotación intensiva de terrenos valiosos, una alta producción de carne, superior a 2 ton/ha/año, y hasta el momento una buena rentabilidad. Los pocos ensayos realizados recientemente en producción de leche también han sido exitosos, con cargas entre 7 y 8 animales/ha y producciones de 15 lts/animal/día. Como desventajas presenta el alto costo de establecimiento y mantenimiento del sistema, las limitaciones que se presentan desde el punto de vista climático, edafológico y ecológico, ya que este tipo de explotaciones presenta grandes exigencias de fertilidad natural, topografía, clima, especialmente precipitación y su distribución y temperatura, selección de especies, ya que prácticamente las únicas especies aptas para este tipo de explotación son las variedades de estrella como africana y cross, y sobre todo el desconocimiento que aún se tiene sobre los efectos del alto grado de pisoteo y producción de excretas sobre las condiciones físicas y químicas del suelo, la posible contaminación de aguas superficiales y subterráneas con los elevados niveles de fertilización y el alto grado de administración y controles requeridos para el funcionamiento de las rotaciones, que incluye aspectos como mercadeo, reemplazo oportuno de los animales, condiciones sanitarias, oportunidad de las labores, etc. Las observaciones anteriores significan que estos sistemas no se pueden establecer en todo tipo de explotaciones y que se debe contar con muy buena asesoría agronómica y zootécnica para poder establecer explotaciones de tanta intensidad y riesgo.