PEDRO I EL CRUEL Y ENRIQUE DE TRASTÁMARA

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PEDRO I EL CRUEL Y ENRIQUE DE TRASTÁMARA
Pedro I, rey de Castilla (1350-1366 / 1367-1369)
Enrique II, rey de Castilla (1366-1367/ 1367-1379)
Contexto de crisis
Las malas cosechas y la peste negra habían hecho sus estragos desde 1348, reduciendo
los efectivos productivos y las rentas nobiliarias, y elevando los precios y los salarios.
La peste terminó con la vida de Alfonso XI, padre de Pedro I y de Enrique de
Trastámara. El deceso real elevó al trono a Pedro I cuando sólo contaba 16 años. Para el
cargo contará con el apoyo de su madre María de Portugal y de Juan Alfonso de
Alburquerque.
Paralelamente se desarrollaba la guerra de los 100 años (1337-1453) entre Francia e
Inglaterra, distorsionando las relaciones internacionales de los Estados peninsulares.
Familia
Enrique de Trastámara era uno de los 10 hijos que dio a Alfonso XI su favorita Leonor
de Guzmán. Pedro I, por el contrario, era el hijo legítimo del rey y de su esposa María
de Portugal. Ambos aceptaron mal la actitud de Alfonso XI: sus relaciones ilegítimas y
el cariño y agasajo dispensado a sus hermanos bastardos.
Conflicto político
Pedro I de Castilla pretendía gobernar de forma absolutista y despótica, lo que le
granjeó la enemistad de la alta nobleza castellana, que pretendía tomar parte en las
decisiones de la corte.
Frente a la alta nobleza, se apoyó en juristas universitarios y en miembros de la baja
nobleza, aceptando también en labores de gobierno a judíos. Todo ello provocó enorme
desagrado, y no sólo entre los grandes de Castilla.
Conflicto social
Pedro I se opuso a los intereses de la nobleza en el negocio de la lana, cerrando la
frontera a la exportación de ésta y favoreciendo los intereses de los menestrales del
sector textil lanero.
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Su afición a lo morisco y mudéjar y su aceptación de los judíos le granjearon nuevas
enemistades.
Sexualidad errática
Al poco de iniciado su reinado, la reina madre mandó encarcelar y asesinar a su
oponente, Leonor de Guzmán, con la anuencia de Pedro I.
Alburquerque había preparado para el rey un matrimonio de Estado con Blanca de
Borbón, cuñada del rey de Francia Carlos V y tía de su hijo y sucesor Juan II de
Francia. Al matrimonio acompañaba una abundante dote (que recibiría en varias
entregas). Sin embargo, Pedro I incumplió sus compromisos matrimoniales, ordenando
encerrar a la reina consorte en el castillo de Arévalo y después en el alcázar de Toledo y
en Medina Sidonia, donde fue asesinada por orden suya en 1361.
La relación con su amante María de Padilla le dio varios hijos y le granjeó la enemistad
de la alta nobleza y del Papa. Un nuevo matrimonio con Juana de Castro resultaría
igualmente frustrado. Tuvo varias amantes más.
Guerras entrelazadas
Desde 1352 se producen las primeras sublevaciones nobiliarias, iniciadas por Alfonso
Fernández Coronel, que contarán con el apoyo de Enrique de Trastámara, que más tarde
se postulará como rey. La intentona fracasará y terminará con la ejecución de los
cabecillas y el exilio temporal de Enrique.
La ausencia de piedad y el exceso de crueldad y espíritu vengativo de Pedro I le harán
perder partidarios una y otra vez, engrosándose la lista de sus oponentes, que postularán
a Enrique de Trastámara como rey alternativo. Entre los asesinados se encontraba su
hermano bastardo Fadrique, Juan de la Cerda y otros muchos nobles opuestos a su
corona. En ocasiones se vengaba de sus vasallos rebeldes asesinando a sus esposas.
La guerra de los dos Pedros (Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón) se iniciará en
1356 y no finalizará, pese a las treguas y paces firmadas, hasta la muerte del rey de
Castilla. La guerra resultó desairada para las armas aragonesas1, que apoyaron a Enrique
de Trastámara y en las que se apoyará éste. Pedro IV el ceremonioso, en el trascurso de
la misma perdió Tarazona, Teruel y Villena (esta última no llegará a recuperarla la
Corona de Aragón). La guerra no tendrá un claro ganador.
Paralelamente (1360-1364), Pedro I de Castilla entabla guerra con el rey de Granada,
Mohamed VI, que terminó asesinado a lanza por Pedro I cuando se reunió con él en
Sevilla para negociar la paz, facilitando la reincorporación al trono del depuesto
Mohamed V.
Las tropas de Francia y de Inglaterra, enfrascadas en la guerra de los 100 años, también
participarán en la contienda civil de Castilla, siendo decisiva su participación:
-Francia apoyará la causa de Enrique de Trastámara y de Pedro el Ceremonioso
de Aragón: Bertrand du Guesclin comandará las compañías blancas, al servicio
de la causa de Enrique, que se proclamará rey, con el nombre de Enrique II, en
Calahorra en 1366, ganando partidarios en las principales ciudades de Castilla,
además del apoyo recibido por el grueso de la alta nobleza y por el Papado.
-Inglaterra apoyará a Pedro I2: El príncipe negro, Eduardo de Gales (heredero al
trono inglés) llegará a Castilla con un ejército mercenario de 10.000 hombres. La
victoria de Nájera (1367) conducirá al exilio francés a Enrique de Trastámara
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El infante de Aragón Don Fernando, hermano bastardo de Pedro IV, cuya madre era hermana de María
de Portugal, en una ocasión se posicionó a favor de Pedro I de Castilla, frente a las aspiraciones de
Enrique de Trastámara. Y eso a pesar de que el infante, por el vínculo con María de Portugal, también
había llegado a postularse como sucesor en el trono de Castilla (cuando, a comienzos de su reinado, Pedro
I sufrió unas fiebres que pusieron en peligro su vida).
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Pedro I también obtendrá puntualmente en diversas ocasiones la ayuda de Navarra y de Portugal.
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(no era la primera vez que se exiliaba en Francia para salvar la vida). No
obstante, Pedro I incumplió lo pactado: no entregó el señorío de Vizcaya a los
ingleses ni pagó a sus huestes (a las que llegará a adeudar varios millones de
florines de oro). En consecuencia, las tropas inglesas se dedicaron a saquear
ciudades y campos, regresando contrariadas al otro lado de la frontera.
Tras el fiasco de la ayuda inglesa, Enrique II regresó a Castilla a través de Aragón. La
batalla decisiva, pretendida por Pedro I, se libró en Montiel (al sur de Ciudad Real) el
14 de marzo de 1369, obteniendo la victoria Enrique II.
Fratricidio
Pedro I, tras la derrota de Montiel, se refugió en la fortaleza homónima. Bertrand du
Guesclin se aprestó a negociar con él su huida, sin embargo le preparó una celada: Lo
condujo a la tienda de Enrique II, donde ambos se enfrentaron en una pelea final que
terminó con la muerte de Pedro I a manos de su hermano bastardo Enrique II, parece ser
que con la ayuda del vasallo francés, del que se dice que pronunció las célebres
palabras: “Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”.
Ya muerto Pedro, su hermano cortó la cabeza al cadáver (la cual arrojó a un sendero) y,
colocando el cuerpo mutilado entre dos tablones de madera, lo colgó en las murallas del
castillo de Montiel para desazón de los oficialistas que aún resistían allí. Viendo el cariz
que tomaban los acontecimientos, se rindieron de inmediato.
Enrique II será apodado el de las mercedes (para otros, el fratricida) por la
rehabilitación de los grandes de Castilla de que hizo gala, otorgándoles señoríos y
nuevas dignidades. Gobernará con el concurso de las Cortes e intentará marcar
distancias con la conducta despótica de su hermano Pedro, cosa que no logrará
plenamente.
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