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Fest ividades
La Feria de Art esanías de Mont eros es un acont ecim ient o dest acado en el
calendario cult ural de la Ciudad. En el m es de Julio se lleva a cabo la m uest ra que
reúne art esanos locales, de ot ras Provincias y de países vecinos. La Municipalidad de
Mont eros, a t ravés de su Dirección de Cult ura, renueva anualm ent e la propuest a para
el público m ont erizo y los ocasionales t urist as pueden ponerse en cont act o con la
pureza de est as m anualidades.
La Fiest a de la Virgen del Rosario se celebra el prim er dom ingo de Oct ubre y es
m ot ivo para que t oda la Provincia acuda a Mont eros. Se conm em ora cada año el
m ilagro de est a Virgen con una m ult it udinaria procesión que recorre la Ciudad.
En el año 1965, el
poet a Manuel Aldonat e t uvo
la idea de realizar un
fest ival de m úsica folklórica,
que el int endent e por ese
ent onces,
José
Ant onio
Acost a, m at erializó los días
17 al 21 de Noviem bre de
ese m ism o año en las
inst alaciones
del
club
At lét ico Ñuñorco. Años m ás t arde, la realización de est e fest ival, se t rasladó al act ual
escenario est able “ José A. Acost a” que se const ruyó exclusivam ent e para t al fin en el
año 1988, en el Gim nasio Municipal. El I ndio Apachaca lo baut izó com o “ Mont eros de
la Pat ria, Fort aleza del Folklore” . Por est e escenario
pasaron innum erables art ist as del folklore nacional y
debut aron cant ant es com o Mercedes Sosa, convirt iéndose
en el fest ival folklórico m ás im port ant e de la Provincia.
El Encuent ro Nacional de Poet as fue im pulsado
t am bién por el poet a Manuel Aldonat e, el cual convoca
anualm ent e a los m ayores exponent es de la poesía local,
Provincial y Nacional. Est a idea fue crist alizada gracias al
em puj e de un grupo de personas que se reunían con el fin
de expresar sus ideas lit erarias. Desde 1993 est e
encuent ro lleva el nom bre de Manuel Aldonat e, en
hom enaj e a est e gran poet a m ont erizo y se const ruyó un escenario en la plaza
Bernabé Aráoz de la Ciudad, t am bién con su nom bre. Manuel Aldonat e nació en Juan
Baut ist a Alberdi en 1929, pero es considerado m ont erizo por adopción. Com part ió la
t area lit eraria con la act ividad docent e y periodíst ica, fue adem ás un perm anent e
anim ador cult ural. Recibió dist inciones y reconocim ient os Provinciales y Nacionales.
Tres grandes hechos cult urales en Mont eros nacieron de su idea e im pulso: el Fest ival
Folklórico, la Feria de Art esanías y el Encuent ro Nacional de Poet as.
La Fiest a de los I nm igrant es reúne anualm ent e a t odas las colect ividades de la
Ciudad en un gran desfile alrededor de la plaza Bernabé Aráoz en el m es de
Sept iem bre. Part icipan inm igrant es y sus descendient es que act ualm ent e habit an la
Ciudad de Mont eros, la cual cuent a con una gran cant idad de cult uras ext ranj eras. En
honor a est a fiest a, se const ruyo la “ Plaza de los I nm igrant es” , ubicada en el acceso
Sur de la Ciudad.
El Viej o Art e Popular de la Randa
Cuando el conquist ador irrum pió en la verde soledad de I bat ín y no se había
clavado aún en la horizont alidad de la llanura t ucum ana la prim era casona, la randa
llegó con las habilidosas m anos de las dam as cast ellanas, ent re capit anes, soldados,
alcaldes, frailes y art esanos.
Durant e 220 años la Randa
paseó orgullosa en las vest im ent as de
los pobladores de la legendaria Ciudad
y lució en salones y procesiones,
haciendo m arco al Real Est andart e.
Más t arde el Capit án Don Miguel
de
Salas
y
Valdéz,
Tenient e
Gobernador y Just icia Mayor de
Tucum án, obedeciendo órdenes del
Gobernador Don Fernando de Mendoza
y Mat e de Luna, abandonaba la nueva
t ierra de prom isión para inst alarse en
“ La Tom a” en 1865, pero ella prefirió
acom pañar a los que se resist ían al
t raslado para quedarse ocult a en los
bosques, seducidas por el abrazo
plat eado del nogal, la rosada sonrisa
del lapacho y las caricias crist alinas del
Arroyo El Tej ar. Allí com enzó su
m áxim o esplendor y se m ult iplicó en los bast idores hechos con ram as de m oreras,
cuando la recogieron las hum ildes m anos de las abuelas cam pesinas en una
alm ibarada t arde t ucum ana cuando en el silencio de la quebrada el eco repet ía:
“ Se da la randera j oven
m orocha, sagaz y guapa
los vient os de ella recuerdan
y am or ret oza en su alm a…
los años m ozos reviven
y el cuent o siem pre así acaba:
¡…Era t an linda, t an linda
la randera t ucum ana…! ” ( 1)
( 1)
Fragm ent o del poem a “ La Randera Tucum ana” de la poet a Am alia Prebisch de Piossek
El Milagro de la Virgen del Rosario
El paraj e de los Mont eros y su Virgen del Rosario cobraron not oriedad en 1719,
a raíz de un suceso que t uvo t ant a t rascendencia que llegó a Salt a, donde gobernaba
Don Est eban de Urizar y Arescopachaga, quien envió con ese m ot ivo una cart a al
Cabildo de San Miguel de Tucum án. La m ism a decía: “ ha parecido inexcusable a la
obligación de m i cargo dar part e a V. S. de haber recibido cart a del Mest re de cam po
Don Urbano de Medina y Arce, m i lugart enient e de esa Ciudad su fecha en el fuert e de
Palat a en 9 del corrient e avisándom e haber recibido cart a del cura vicario de ella en
que se da not icia de una I m agen de Nuest ra Señora del Rosario que se hallaba en el
Pago de los Mont eros, en un rancho por haberse arruinado su capilla a t res o cuat ro
años, habiéndola descubiert o unas pobres m uj eres sus devot as para ponerle una
lám para y rogar a Nuest ra Soberana Reina favoreciese a los soldados que iban a
cam paña; em pezó a sudar de t al m odo que dando cuent a aquellas pobres se alborot ó
la Ciudad y su j urisdicción y dieron part e al Dr. Don Diego de Alderet e que se hallaba
en ella de Visit ador quien paso luego en com pañía del R. P. Guardián del Convent o de
San Francisco y dieron fe del suceso , habiendo durado aquel sudor desde el día lunes
que se cont ó 29 de Mayo hast a el m iércoles siguient e, t an copioso que bañó t odo el
vest ido y el pie del caj ón donde est aba” . ( Act . Cap., Vol I I I ’ fs. 59)
La cart a agrega que t am bién int ervinieron en el asunt o el m isionero Padre Juan
del Mont ij o, j esuit a, lo
que
nos
revela
la
t rascendencia de aquel
suceso.
I m presionado
el
gobernador dispuso de
inm ediat o
se
hiciesen
públicas rogat ivas y se
dej ara const ancia de ello
en los libros del Cabildo.
Si la devoción del
Rosario
ya
est aba
difundida en Mont eros, el
Milagro de 1719 la debió
hacer fam osa y conocida
en t oda la Provincia. La
“ fiest a” se celebraba el
prim er dom ingo de Oct ubre, y era causa para que los vecinos de t oda la Provincia
acudieran a Mont eros.
Est a fest ividad cont inúa hast a nuest ros días, cont ando con una gran cant idad
de devot os, que acom pañan a la Virgen en su recorrido por la Ciudad cada año.
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