¿LA SOJA, CULTIVO RESPONSABLE O SUEÑO DE - RAP-AL

Anuncio
¿LA SOJA, CULTIVO RESPONSABLE O SUEÑO
DE EMBAUCADOR?
Ante las opiniones a favor o en contra del sistema de producción de la
soja en nuestro país, que se basa fundamentalmente en la expoliación de
los recursos naturales, contaminación de cursos de agua, intoxicación y
expulsión de comunidades tradicionales e indígenas, uso intensivo de
agrotóxicos y fertilizantes sintéticos y la concentración de beneficios en
una minoría de la población; los programas de Agroecología,
Biodiversidad y Desarrollo Rural del Centro de Estudios y Formación
para el Ecodesarrollo – Alter Vida miembros de la Red de ONGs
Ambientalistas del Paraguay –ROAM y de la Red de Acción en
Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina- RAP-AL exponen su
rechazo a las manifestaciones de la sustentabilidad o responsabilidad del
cultivo de la Soja. La realidad del impacto socio-ambiental y económico
que causa el cultivo de la soja, tanto el convencional como el transgénico
no reúne mínimos parámetros para hablar de sustentabilidad y mucho
menos de responsabilidad.
En ese sentido, los supuestos beneficios macroeconómicos a los que se
refiere el sector empresarial sojero, sólo son posibles, porque los costos
sociales y ambientales de la producción no les son imputados, sino que los
asumen todos los que viven en este país, en un claro caso de privatización
de beneficios y socialización de perjuicios.
En Paraguay, en el año 2005 el sector agrícola tuvo una participación del
17,2% en la generación del PIB, en donde el sector sojero aporta entre el
8 % y 10 %. En cuanto a la expansión de la frontera de la soja en los
últimos años ocupa aproximadamente entre 2.000.000 a 2.500.000 has. El
sector sojero se acredita estos logros y se autoerige en benefactor de la
economía nacional. No obstante, el impacto de la producción de soja sobre
la realidad del campo es innegablemente negativo (migración,
contaminación, deforestación, desplazamiento del sistema de producción
familiar campesina).
El impacto negativo sobre la salud y el ambiente
La alarmante cantidad de agrotóxicos que ingresan en nuestro país para
la producción de la soja, da cuenta de un vertimiento de 24.000.000 litros y
1.460.000 Kgs de agrotóxicos aproximadamente en nuestro territorio.
Entre los plaguicidas usados en la soja, también se encuentran algunos
situados dentro de la “franja roja”, o sea, considerados como sumamente
peligrosos y muy peligrosos, según la clasificación de la Resolución 295/03
del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Entre estos se encuentran el paraquat, contra el cual no existe antídoto
para casos de intoxicación, el metamidofós, que tiene la capacidad de
reducir el número de espermatozoides y la viabilidad de los mismos en
varones expuestos al él, y el endosulfán, catalogado como teratogénico
(capaz de ocasionar malformaciones en niños recién nacidos cuyas madres
hayan estado en contactos sucesivos con el producto) por la Agencia de
Protección Ambiental de los Estados Unidos –EPA.
Los costos de producción de soja en Paraguay se sitúan entre los más
bajos del mundo, la razón principal es que el modelo de producción
extensivo-agroexportador no asume los costos ambientales y sociales.
Mientras, las utilidades generadas por la producción y exportación de la
oleaginosa son reinvertidos en la expansión de la frontera de la soja y en
el financiamiento de estilos de vida suntuarios de los sectores
involucrados.
Caso emblemático
Para Alter Vida, son evidentes y muy demostrables los efectos adversos del
cultivo empresarial de soja en el Paraguay y sus consecuencias, incluso
criminales. En ese contexto, se debe mencionar el caso que llevó a la
muerte al niño Silvino Talavera ocurrido en el Departamento de Itapúa,
quien habitaba en una comunidad sobre el que se aplicaban agrotóxicos
indiscriminadamente al estar rodeado de sojales.
Generan ínfimos puestos de trabajo
La producción de soja genera un número ínfimo de puestos de trabajos
rurales directos, como consecuencia de la mecanización de las labores de
cultivo y del empleo masivo de plaguicidas. Esta drástica pérdida de
empleo para muchas comunidades rurales, obliga a sus integrantes,
muchas veces los más productivos, a migrar y vender sus tierras a los
grandes productores, los que siguen cultivando soja y de esa forma
continúan generando impactos socioeconómicos y ambientales con
consecuencia grave para el país.
Descargar