Blog 3 El proyecto Educativo Católico en una

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EL PROYECTO EDUCATIVO CATÓLICO EN UNA
EDUCACIÓN FRANCISCANA
(Congreso Nacional "Educación Franciscana de Cara al Tercer Milenio". Lima, 21 de enero de
1998)
Jorge Capella Riera
Grupo Massey
Quiero iniciar esta intervención agradeciendo a los organizadores de
este certamen la oportunidad que me dan de compartir con Uds. algunas de
mis inquietudes frente a la educación y señalando que voy a emplear como
referentes teóricos y vivenciales el estudio de la vida y obra de vuestro
fundador San Francisco de Asís, mi experiencia en el Colegio Juan XXIII primero como asesor y luego como padre de familia- y la participación en los
congresos regionales y nacional "Educación Franciscana de Cara al Tercer
Milenio" realizados por las Religiosas Franciscanas de la Inmaculada
Concepción.
Para fines didácticos divido mi intervención en tres partes. En la primera
paso revista a la concepción de Proyecto Educativo Católico, me refiero luego a
un planteamiento de Educación Franciscana, y en la tercera parte me atrevo a
plantear lo que para mi son exigencias de una Educación Franciscana,
próximos a estrenar el nuevo siglo.
1. El Proyecto Educativo Católico
La idea de proyecto educativo es de antiguo arraigo latinoamericano,
aunque en algunas partes recién está entrando en vigencia, y su semilla fue
plantada por la Iglesia Católica y cultivada por la Conferencia Interamericana
de Educación Católica (CIEC).
En nuestro país la idea prendió con fuerza en la dé‚cada pasada y se
difundieron varias alternativas institucionales y políticas entre las que destacó
por su coherencia y amplitud la de la Iglesia.
En efecto, en 1982 el Episcopado Peruano propuso al país un proyecto
Educativo Cristiano que, a mi entender, sigue siendo actual. En el documento
que lo contiene se precisa que la misión de la Iglesia en el campo de la
educación, como expresión genérica de evangelización, se concretiza
existencial y dinámicamente en un proyecto educativo, que requiere una
programación que debe tener en cuenta toda expresión educativa en el Perú y
la idiosincrasia de cada grupo étnico dentro de su gran diversidad.
Los obispos al referirse a la dimensión histórico-antropológica plantean
que ésta asume y valora al hombre en su realidad histórica y cultural concreta
y por eso brota dentro de un contexto político, social, económico y religioso.
Según ellos, este Proyecto ayuda al hombre peruano a sentirse parte
viviente y activa del proyecto histórico de todo nuestro pueblo, integrado por
diversidad de culturas, de regiones, de clases sociales, que buscan, hoy más
que nunca, el logro de una vida acorde con la dignidad humana. (Conferencia
Episcopal, 1982).
En 1997 el Consorcio de Centros Educativos Católicos del Perú ha
publicado otro documento denominado "El Proyecto Educativo Católico
(Propuestas y Lineamientos)" en el que se señala que el este Proyecto queda
definido por el tipo de hombre y creyente que queremos promover en las
circunstancias históricas actuales. Se trata de delinear un hombre que sea
capaz de vivir y testimoniar su fe en la cultura cristiana adveniente. Es aquí,
dicen, donde el Proyecto alcanza su punto deseado.
En esta orientación, proponen formar y educar -en el proceso educativoal hombre hacia una progresiva identificación personal con Jesucristo, el
hombre perfecto, forjando buenos cristianos y honestos ciudadanos.
Los autores de este trabajo dicen, con mucha propiedad, que el
Proyecto Educativo Católico de un centro educativo promovido y servido por
una tradición y carisma educativo particulares, debe incluir esta tradición y este
carisma. Marcan el matiz de los educandos que forman (sin forzar la libertad y
la vocación propia de éstos) y el estilo de educar. El carisma es para el bien
común de la Iglesia y de la humanidad, pero, por designio de Dios, da una
identidad característica que enriquece el proceso educativo y apostólico con la
variedad de detalles dentro de la unidad del conjunto.
Precisan, sin embargo, que debe asegurarse que no se está buscando la
vanagloria o el poder particulares, sino solo la gloria de Dios, que es el bien del
hombre. Sólo esto mostrar que se es obediente al impulso del Espíritu.
También expresan que el respeto a la especificidad de los carismas
propios de la persona, de la institución y de sus promotores, no debe degenerar
en una acción descoordinada, que a la larga tiene un efecto separatista.
Dejan también sentado que el proyecto propuesto busca construir la
personalidad del hombre teniendo a Cristo como referencia única no sólo en
el nivel de la mentalidad sino de la vida.
A partir del hombre que se pretende forjar precisan tres áreas
fundamentales recíprocamente relacionadas: el desarrollo de conocimientos, el
desarrollo humano y la educación en la fe. Esta reciprocidad hace que la fe no
quede marginada, ni mezclada, ni yuxtapuesta a lo que es humano, histórica y
culturalmente, sino que al germinar dentro del hombre, le da sentido, lo orienta
y le lleva hacia horizontes que van más allá de la historia en una auténtica
dimensión trascendente.
2
2. Un Planteamiento de Educación Franciscana.
Como bien se señala en el Ideario del Colegio Juan XXIII, en el proyecto
Católico Franciscano :

lo genérico es identificarse y asumir los principios y lineamientos del
Proyecto Educativo Católico; y

Lo específico está en :
-
Proponer la figura de San Francisco de Asís como modelo que
nos acerca a la figura de Cristo.
-
promover
los
valores
franciscanos
de
fe,
caridad,
fraternidad/minoridad, pobreza, amor a la naturaleza, amistad y
alegría.
Ello se plantea como un proyecto y se plasma en una comunidad
educativa que vive y expresa dichos valores por medio de auténticas
relaciones entre los miembros que la componen, con una vivencia clara de la
filosofía de vida cristiana franciscana y con una visión histórica cara al futuro.
Para convertir esto en realidad, la institución :

Inculca los valores vividos por Francisco que aquí se expresan
mayor detalle.
con
-
La fe, estableciendo una coherencia entre fe, vida y compromiso
"en Cristo".
-
El amor, la vida y la gratuidad; es decir, percibirlo todo como un
don gratuito de Dios.
-
La opción preferencial por los pobres y marginados; es decir, la
solidaridad con los menores y la defensa de los derechos
humanos de todos.
-
La fraternidad sin condiciones ni exclusiones.
-
La libertad que resulta de un proceso de liberación de situaciones
de pecado y de la vivencia de la autenticidad.
-
La paz interna y externa que se logra al resolver los conflictos a la
luz del Evangelio y de la confianza en Dios.

Prioriza el valor de la persona humana que adquiere su dignidad en ser
hijo de Dios y en reconocerse como tal.

Educa para el trabajo como servicio a Dios a través de los hombres.
3

Educa para la integridad personal humana: intelectual, ‚tica, social y
espiritual.

Educa para el amor a la naturaleza como creación divina.

Se configura como comunidad fraterna de relaciones personales
integradoras.

Orienta su acción educativa dando una respuesta evangélica a las
necesidades del hombre y de la sociedad peruanos para que se sienta
parte viviente y activa del proyecto histórico de todo nuestro pueblo,
integrado por diversidad de culturas, de regiones, de clases sociales,
que buscan, hoy más que nunca, el logro de una vida acorde con la
dignidad humana adoptando un papel transformador en la sociedad.
3. El reto de un Proyecto Educativo Católico con Perspectiva Franciscana
El objetivo fundamental que plantean los autores del Proyecto Educativo
Católico (1996) mencionado es "formar un ser humano que sea capaz de vivir y
testimoniar su fe en la cultura cristiana adveniente" y aquí discrepo con ellos
pues yo creo que el desafío de un proyecto Educativo Católico -y más si es de
inspiración franciscana- es que este ser humano sea capaz de vivir y
testimoniar su fe en la cultura adveniente sea ésta del signo que fuere, a
semejanza de lo que tuvo que hacer Francisco de Asís.
Esto no es fácil, es cierto, pues es preparar para nadar contra corriente
y para enfrentarse a lo desconocido puesto que es imposible predecir cual ser
el contexto cultural en el que tendrán que vivir nuestros niños y jóvenes.
En cuanto a lo primero, creo que con la ayuda de la gracia estamos en
condiciones de configurar nuestro futuro positivamente, pese al influjo de
numerosos factores restrictivos.
Y respecto a lo ignoto, tenemos que recurrir a la prognosis, o diagnosis
del futuro, que ofrece un escenario más o menos grande de posibilidades
diversas al extraer sus datos de la información disponible sobre los hechos de
la situación presente que se supone condicionan su futura evolución.
La prognosis permite manejar, por anticipación sustentada, los códigos
de la ‚poca, o sea, el conjunto de conocimientos, habilidades y valores
necesarios para participar coherente y responsablemente en la vida pública y
privada de manera productiva. (Fajnzylber, 1991).
Con este convencimiento miro al porvenir buscando argumentos y
formas que faciliten la disponibilidad para adaptarnos a situaciones
insospechadas y, lo que es más importante, para fraguarlas. En tal sentido:
4

Los paradigmas, las palabras claves y tópicas que mejor recapitulan la
tradición franciscana son, tal como acabamos de ver, son fe, caridad,
fraternidad/minoridad, pobreza, amor a la naturaleza, amistad y alegría.

Los paradigmas que sintetizan la vocación de la contemporaneidad son:
dinámica, movilidad y progreso (Zopfl, 1993); pluralidad , creatividad,
flexibilidad, calidad y eticidad (Guédez, 1992); solidaridad, eficiencia,
participación, sustentabilidad.

Y en el campo específicamente educativo: relevancia, pertinencia,
impacto, adecuación, efectividad, disponibilidad de los recursos
adecuados (humanos, de apoyo técnico y de información), eficiencia
administrativa), eficacia y procesos adecuados. CINDA (1991).
Y aquí surge la pregunta inevitable de cuya respuesta depende el
sentido del resto de la exposición: ¿estos paradigmas, son incompatibles?
Mi respuesta es que no, si somos capaces de atender a lo esencial y no
somos suspicaces con los matices diferenciales. Creo que hay tendencias e
impactos que hay que valorar con medida justa.
A continuación voy a referirme muy brevemente a algunas de estas
tendencias y me detendré‚ en el tema del tratamiento de la cotidianidad, que
considero fundamental.
3.1 Referencias globales a los grandes desafíos.
No pretendo hacer un ensayo de prospección educativa, ni podré‚
analizar en detalle los temas-problemas, que nos atañen a todos como
educadores católicos: calidad de la educación, cambio/innovación, núcleo
enseñanza-aprendizaje, paradigma tecnológico, sociedad del conocimiento,
educación/trabajo/empleo. Tendré que contentarme con referirme brevemente
y en prospectiva a algunos aspectos de estos temas- problemas y detenerme
en lo que para mi es el reto más clamoroso que la sociedad hace a la
educación: el tratamiento de lo cotidiano.

Sigo pensando que el primer desafío que tenemos como país es
participar en la construcción de un Proyecto Nacional de Desarollo
Integrado, que nos permita redefinirnos (reconocernos y aceptarnos)
como país, que tenga en cuenta nuestras grandes capacidades y
nuestras serias limitaciones y se sustente en análisis prospectivos que
integren los componentes de tipo económico, político, tecnológico,
social, científico-cultural, ético y religioso.

El desarrollo no sólo tiene que ver con la modernización y el uso de
tecnologías avanzadas, o el mejoramiento de ciertos indicadores
macroeconómicos. El desarrollo es un camino de crecimiento humano
integral, un reto para el hombre, y más aún para quien vive la fe de
Jesucristo.
5
La teología, la filosofía y la ciencia concuerdan en la visión de un
universo armónico, es decir, un verdadero "cosmos", dotado de integridad
propia y de equilibrio interno y dinámico. Este orden debe ser respetado; la
humanidad est llamada a explorarlo y a descubrirlo con prudente cautela, así
como a hacer uso de él respetando su integridad.
El hombre, cuando se aleja del designio de Dios Creador provoca un
desorden que repercute inevitablemente en el resto de la creación. Si el
hombre no est en paz con Dios, la tierra tampoco est en paz: "Por eso, la
tierra est en duelo, y se marchita cuanto en ella habita, con las bestias del
campo y las aves del cielo: y hasta los peces del mar desaparecen. (Os 4,3)
(Jornada Mundial de la Paz, 1989).

Para ser de calidad, es decir pertinente, la educación debe tener en
cuenta lo dicho y responder a las exigencias de una sociedad
democrática, compleja y tecnificada; y demostrar que tiene capacidad
para compensar las desigualdades sociales y culturales de la población.

*Para ello se tienen que usar cada vez más la filosofía y las
herramientas de la "calidad total", una concepción en la que el
estudiante es el cliente principal de la institución educativa y es también
un trabajador, cuyo producto es esencialmente su propio desarrollo y
crecimiento continuo.
En este contexto se desarrolla una cultura de la evaluación o control de
calidad, que no hay que confundir con una fiscalización coercitiva como
estrategia de retroalimentación de los procesos que se siguen para llevar a
cabo los propósitos educativos.

La interculturalidad, es decir esa dimensión de la vida humana en
sociedad que tiene que ver con toda la urdimbre social, política y
económica, antes que un concepto es una actitud de apertura que nos
libera de la tiranía de los prejuicios y de las aparentes certezas
absolutas, que nos conducen al estancamiento y a la intolerancia.
(Heise, 1992).

Las innovaciones en los niveles científicos y tecnológicos no siempre
constituyen una ruptura con los saberes acumulados anteriormente. Los
estilos educativos y las metodologías no son necesariamente superados
por los que les siguen, sino que pueden mantener una vigencia limitada
a determinadas circunstancias y personas. Las innovaciones deben ser
analizadas a la luz de criterios de calidad y equidad. (Gelpi, 1991).

Hay que trabajar la actitud crítica, sobre la cual tanto se ha enfatizado,
pero sobre todo el mejoramiento continuo de los procesos y la capacidad
de toma de decisiones. Al ya tradicional aprender a aprender ("pensar en
forma matricial") debe añadirse el aprender a emprender y el aprender a
rebelarse.
6
Es necesario incrementar el uso de los medios de enseñanza a distancia
y el aprovechamiento de los medios de comunicación modernos para fines
didácticos a gran escala, mediante su integración a los procesos de
aprendizaje y como vía para la apertura de la escuela hacia la comunidad.
(Alfonzo, 1994) Pero hay que evitar la sobre-valoración de los equipos y
programas. Los medios pueden ser parte muy importante del proceso
educativo pues extienden nuestras percepciones y conocimiento y amplían
nuestra conciencia, pero en modo alguno lo delimitan y definen.

Urge preguntarnos, ¿hasta dónde podrá avanzar la ciencia sin traicionar
sus propósitos y en lugar de beneficiar a la humanidad perjudicarla y
comprometer su futuro? Y al mismo tiempo reconocer y hacer conocer
que la epistemología tiende a renunciar a un único criterio de
demarcación para el conocimiento científico y opta por un enfoque
pluralista a la hora de caracterizar a la ciencia, tiende a abandonar las
pretensiones dogmáticas del pasado, es decir, no hay criterios definitivos
y rígidos para evaluar el conocimiento y considera que lo peculiar del
conocimiento científico no es su supuesto valor definitivo, sino más bien
su provisionalidad y revisabilidad continuas.

Rumbo al siglo XXI no debemos caer en falsos espejismos ni buscar
soluciones milagrosas para los problemas sociales (Sarramona, 1994).
Las soluciones a la pobreza y a la injusticia social vendrán de manos de
la tecnologías y no de la energía; vendrán en definitiva, de manos del
conocimiento y no de la economía. En este sentido, el conocer, o si se
quiere, la estructura que da origen y expande el conocimiento -la
educación- jugar el papel posibilitador de la moralidad del mañana.
(Colom, 1994).
Debemos desarrollar la capacidad de procesar información pues la
innovación y la posibilidad de cambio ya no est n en manos de la técnica, son
fruto del cognitivismo sistem tico. La educación tiende a convertirse en una
tecnología cognitivista y por tanto en una tecnología propia de la construcción
humana.
Utilizando la tecnología informática el hombre alcanza nuevas
posibilidades y estilos de pensamiento innovador jamás desentrañados y
puestos en práctica, por lo que el entorno de la computación en vez de
alienación lo que procura son nuevas perspectivas y reactualizaciones de las
múltiples capacidades mentales.
Es cierto, los nuevos medios rompen la comunicación socio-afectiva, y al
no recrear imagen social, impiden ampliar el campo de socialización. Pero, en
cambio, desmasifican, abundan en lo personal, son ayuda para el desarrollo de
la actividad e indagación personal.
Hay que estimular mucho más el hemisferio cerebral derecho
posibilitando el desarrollo del talante creativo, de la sensibilidad est‚tica, junto
con la emotividad y afectividad; o sea, las dimensiones más significativamente
humanísticas.
7

Se está desarrollando una sociedad del conocimiento en la que éste es
un vector altamente condicionante del mundo económico, y en
consecuencia, de la realidad en todos sus órdenes.
Vamos
desembocando a la necesidad permanente de formación y nos
orientamos hacia un mundo en donde conocer el conocimiento (el
conocimiento virtual) ser el valor indispensable para la supervivencia y
el desarrollo (Drucker, 1994).
La persona educada del mañana tendrá que estar preparada para vivir
en un mundo global pero peculiar. Deber tener la actitud necesaria para ser
un ciudadano del mundo -por su visión, sus horizontes y su información- pero
también tendrá que ser capaz de nutrirse de sus raíces autóctonas y a su vez
de enriquecer y nutrir a su propia cultura local.

Hay que superar el rígido paralelismo que existe entre la educación, la
producción y el empleo y debemos facilitar a nuestros jóvenes una idea
clara respecto a cuales son las verdaderas demandas y posibilidades
socioeconómicas del país y ayudarlos a desarrollar la flexibilidad y
capacidad de adaptación.
3.2. El tratamiento de la cotidianidad.
La institución franciscana tiene como uno de sus carismas la cercanía a
la vida cotidiana, por lo tanto la educación que ofrece debe visar que la vida
tenga sentido para cualquier hombre y que la tierra se transforme en la patria
de la humanidad.
Felizmente somos cada vez más conscientes de que es indispensable
una mayor vinculación de la educación con la vida, como se planteó en
Jomtien (1990).
Se generaliza el convencimiento de que la calidad es un placer de la
vida diaria. Por eso hay que dedicar mucho más tiempo y esfuerzo a enseñar a
hacer lo que se hace con frecuencia, que a lo que tal vez nunca se haga:
-
enseñar a hablar y a actuar;
enseñar a valorar el silencio, la interioridad, los espacios de reflexión;
enseñar la relación entre pensamiento, alegría y éxito;
enseñar a valorar y a engrandecer la libertad;
enseñar a indignarse ante la corrupción y la injusticia en los niveles
desde donde debería combatirse;
enseñar a luchar por la verdad y la justicia;
y, por sobre todas las cosas, enseñar a amar.
Anunciar que:
-
la "libertad de" y la "libertad para" son el fundamento de la vida misma;
que la acción educativa ha de darse en un clima de libertad que supone
amistad, es decir, amor recíproco.
8
-
La creatividad requiere de ambientes muy libres, personalizados, que
permitan los errores, que sean capaces de tolerar la ambigüedad, la
reflexión divergente, la flexibilidad, etc., sin dejar por ello de reconocer
que la capacidad creadora no se alienta en una atmósfera caótica, sin
estructura.
-
en términos absolutos, lo esencial en el ser humano es amar, porque es
la vida misma del espíritu. (Cardona, 1990) El amar pone en el espíritu
de uno la necesidad de ser querido.
-
el amor es el fundamento y el alma de la justicia, querer el bien del otro,
y su mayor bien consiste en ser querido.
-
el amor deja abierta la puerta a la trascendencia (hacia los demás y
hacia Dios, que es donde se sitúa el amor ‚tico y el sentido de la
religiosidad).
-
al "egoísmo racional" hemos de oponer el amor generoso de que la
persona es capaz, y que es lo que hace de ella realmente una "buena
persona".
-
no puedo éticamente hacer el bien ni siquiera "para ser bueno". Tengo
que ser bueno para poder hacer el bien.
-
hay que desarrollar la voluntad del disfrute de las oportunidades y para
aceptar el riesgo, que uno tiene que aprender a vivir con él.
-
la suerte del país depender de la capacidad que tengan los jóvenes de
hoy de valorar la democracia y de hacerla útil, constructiva y
enriquecedora, espiritual y materialmente.
Denunciar que:
-
la incapacidad de amar, la ausencia de amor, es la "muerte espiritual"
que se experimenta psíquicamente como vacío e inanidad, impotencia,
carencia de sentido, aherrojamiento y desolación: la soledad inmensa de
un yo insustancial, errabundo, sin punto de referencia, como
reduplicación disolutoria de la relatividad, como dice Cardona (1990).
-
los prejuicios de un individuo , mucho más que sus juicios, son con
demasiada frecuencia la realidad histórica de su ser.
En síntesis, la educación cotidiana debe enseñar a querer queriendo.
Como corolario del amor y del juicio sano se desprenden otros criterios y
formas educativos como: la radicalización de lo plural; el aprendizaje de la
negociación, de la búsqueda de acuerdos mínimos y de consensos; la
superación del racismo que se expresa a través de manifestaciones sutiles; la
9
participación responsable en la vida democrática; el comportamiento alegre y el
derecho a la recreación.
Y estas respuestas a los grandes desafíos no son quimeras, son
"utopías razonables" que en síntesis, como diría Giarini, conforman la "utopía
de libertad y de felicidad" a la que tenemos derecho a aspirar.
Para realizarla requerimos una ética de la vida que no se agote en la
vida misma como supervivencia, sino que desencadene situaciones
generadoras de una ética de la naturaleza, una ética del desarrollo, una ética
de la política, una ética del beneficio, y sobre todo, una ética de la solidaridad,
capaces en sí mismas de descorrer el velo del umbral del siglo que aspiramos
a traspasar con pie pronto y firme.
Y al respecto no debemos olvidar que la máxima prioridad en cualquier
reforma, amplia o parcial, debe corresponder a la dignificación de la profesión
del maestro, a su formación y a su perfeccionamiento.
Así lo entendió la Conferencia Iberoamericana de Jefes de Estado y de
Gobierno, celebrada en San Carlos de Bariloche en octubre de 1995.
En las
conclusiones se acordó "el fortalecimiento de la profesión docente, a través de
la mejora de su formación inicial, actualización y perfeccionamiento continuo".
La vocación, dedicación y el sentido de responsabilidad son valores que
no se ejercen o logran por dinero u otros medios, pero la sociedad, el Gobierno
y las instituciones son injustas si no compensan adecuadamente esta vocación,
esta dedicación y este sentido de responsabilidad.
Quiero concluir enfatizando tres cosas:

el educador cristiano evangeliza como miembro de la Iglesia y en su
nombre. Debe por lo tanto concebir su acción dentro del marco de una
institución educativa que se quiere explícitamente cristiana, franciscana.

*este educador poco es lo que podrá realizar en beneficio de la
humanidad si no es un auténtico maestro en el sentido bíblico, es decir,
un evangelio vivo.

el verdadero educador es un profesional de la educación, que hace del
ejercicio magisterial un modo y un medio de vida, lo que implica la
conciencia de pertenecer a un ámbito y gremio laborales y la pretensión
de un status económico y social justo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
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