Concepción, catorce de mayo de dos mil once. Vistos:

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Concepción, catorce de mayo de dos mil once.
Vistos:
Se ha instruido este proceso rol Nº 372 (Episodio Santa Bárbara) y
acumulados roles 867 (Episodio Quilaco), 2.531, 2.966 y 2.967, todos del ingreso de
primera instancia del Juzgado de Letras de Santa Bárbara a fin de investigar los
hechos que dan cuenta las querellas de fs. 260, 743, 3.734; y las denuncias de fs.
2.576 y 3.228.
Son partes en este proceso:
1º.- El procesado JORGE DENIS DOMÍNGUEZ LARENAS, R.U.N.
5.620.707-4, apodado “El Pelao Domínguez”, nacido en ciudad de Concepción el 16
de abril de 1951, domiciliado en Santa Bárbara, calle Zenteno n° 188, chofer, sin
antecedentes, lee y escribe.
2° El procesado JOSÉ JAIME GODOY GODOY, R.U.N. 4.609.773-4,
sin apodos, nacido en la ciudad de Quilaco el 20 de agosto de 1945, domiciliado en
San Carlos, sector Ninquihue s/n. Teléfono 374819,
casado, funcionario de
Carabineros de Chile en retiro, sin antecedentes penales, lee y escribe.
3° El procesado PLANTÉ EUCLIDE ARAVENA SÁEZ, R.U.N.
5.840.420-9, sin apodos, nacido en la ciudad de Cañete, el 9 de julio de 1942,
domiciliado en Requinoa, calle Pablo Rubio n° 17, mayor de Carabineros de Chile
en retiro, sin antecedentes, lee y escribe.
4° El procesado PEDRO SEGUNDO RUÍZ PARDO, R.U.N. 3.889.050-6,
sin apodos, nacido en Los Ángeles el 17 de octubre de 1936, domiciliado en calle
Sor Vicenta n° 2185 Los Ángeles, viudo, Suboficial mayor en retiro de Carabineros
de Chle, nunca antes detenido ni procesado, lee y escribe.
5° El procesado HÉCTOR ISAÍAS ECHEVERRÍA BELTRÁN, R.U.N.
4.504.785-7, sin apodos, nacido en la ciudad de Yumbel el 11 de julio de 1942,
domiciliado en Alonso de Ercilla 670, Villarrica, sin antecedentes penales, lee y
escribe.
6° El procesado JOSÉ HERALDO PULGAR RIQUELME, R.U.N.
5.900.700-9, sin apodos, nacido en la ciudad de Santa Bárbara el 29 de marzo de
1947, domiciliado en Santa Bárbara, calle Uruguay n° 694, casado, funcionario de
Carabineros de Chile en retiro, sin antecedentes penales, lee y escribe.
7° El procesado SERGIO AMADOR FUENTES VALENZUELA, R.U.N.
5.645.037-8, apodado “El Negro”, nacido en Santa Bárbara el 14 de marzo de 1952,
domiciliado en Santa Bárbara, calle Las Heras n° 318, transportista, sin
antecedentes, lee y escribe.
8° El procesado JORGE EDUARDO VALDIVIA DAMES, R.U.N.
5.645.026-2, sin apodos, nacido en Santa Bárbara el 29 de marzo de 1951,
7886
domiciliado en Eliodoro Yáñez 809 D-82, Providencia, casado, sin antecedentes
penales, lee y escribe.
9° El procesado JOSÉ ROBERTO VALDIVIA DAMES, R.U.N.
5.620.705-5, sin apodos, nacido en Santa Bárbara el 22 de junio de 1952,
domiciliado en Concepción, calle Cruz n° 444-B, casado, técnico automotriz, sin
antecedentes penales, lee y escribe.
10° El procesado LUIS ENRÍQUE RICARDO BARRUETO BARTING,
R.U.N. 5.283.408-2, sin apodos, nacido en Los Ángeles el 26 de febrero de 1946,
domiciliado en Santa Bárbara, Fundo El Huachi s/n, casado, agricultor, con
antecedentes penales por giro doloso de cheque, lee y escribe.
11° El procesado MANUEL DARÍO BARRUETO BARTING, R.U.N.
4.308.433-K, sin apodos, nacido en Los Ángeles el 7 de noviembre de 1940,
domiciliado en Los Ángeles, Avda. Ricardo Vicuña n° 320, casado, agricultor, sin
antecedentes penales, lee y escribe.
12°.- El procesado SERGIO ALEJANDRO PINO CABEZAS, R.U.N.
5.010.948-8, sin apodos, nacido en Quilaco el 9 de septiembre de 1942, domiciliado
en Calle Arturo Prat 1301, casado, comerciante, sin antecedentes penales, lee y
escribe.
13°.- El procesado EUGENIO VILLA URRUTIA, R.U.N. 5.347.442-K,
apodado El Chocolo, nacido en Mulchén el 5 de julio de 1945, domiciliado en
Población Villa Paz, Pasaje Democracia 222, casado, Pastror Metodista, sin
antecedentes penales, lee y escribe.
14°.- El procesado JOSÉ ELEODORO BURGOS SANDOVAL,R.U.N.
2.914.866-k, sin apodos, nacido en Collipulli el 7 de marzo de 1928, domiciliado en
Nueva Oriente 65, Curacautin, casado, retirado de Carabineros, sin antecedentes
penales, lee y escribe.
15°.- El procesado CARLOS SANTIAGO SEPÚLVEDA RIVERA,
R.U.N. 7.248.549-1, sin apodos, nacido en Los Ángeles el 24 de noviembre de
1953, domiciliado en Linares, calle Valentin Letelier 375, casado, sargento primero
de Carabineros, sin antecedentes penales, lee y escribe.
16°.- El procesado JOSÉ FELICIANO GUTIÉRREZ ORTIZ, R.U.N.
7.039.332-8, sin apodos, nacido en Quilaco el 10 de noviembre de 1948,
domiciliado en Los Ángeles, Población Ciudades de Chile Pasaje Iquique n° 335,
casado, chofer, sin antecedentes penales, lee y escribe.
17°.- El procesado JUAN CARLOS BURGOS BEUZARÁN, R.U.N.
6.837.027-7, sin apodos, nacido en Victoria el 6 de marzo de 1955, domiciliado en
Curacautin, calle Gregorio Urrutia 310, casado, profesor, ni antecedentes penales,
lee y escribe.
7887
18°.- El procesado EXEQUIEL DEL CARMEN CELEDÓN BARRERA,
RUT 7.025.377-1, nombre supuesto Exequiel del Carmen Celedón Cabrera,
apodado “Kelo”, nacido en Sotaquí el 29 de junio de 1953, domiciliado en Santiago,
Pasaje Daniel de la Vega 8314, Villa Gerónimo de Alderete, La Florida, soltero,
comerciante, sometido a proceso por giro doloso de cheques en causa rol 8.869-94
del 17° Juzgado del Crimen de Santiago, lee y escribe.
19°.- El Subsecretario del Interior, en calidad de superior jerárquico
del Programa de Continuación de la Ley 19.123, representados por la abogado
Señora Patricia Parra Poblete, a fojas 743, como parte (tercero) coadyuvante.
20°.- La querellante Ana María Zúñiga Beroiza, por el delito de
secuestro agravado y/o homicidio calificado e inhumación ilegal cometido en contra
de José Rafael Zúñiga Aceldine, representada por el abogado Señor Adolfo Montiel
Gómez, a fojas 6.386.
21°.- La querellante Jacinta del Carmen Godoy Acuña, por el delito
de secuestro agravado y/o homicidio calificado e inhumación ilegal cometido en
contra de Manuel Salamanca Mella, representada por el abogado Señor Adolfo
Montiel Gómez, a fojas 6.394;
22°.- La querellante Ana María D´Apollonio Zapata, por el delito de
homicidio calificado e inhumación ilegal cometido en contra de Sergio D´Apollonio
Peterman y Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, representada por el abogado Señor
Adolfo Montiel Gómez, a fojas 6.403;
22°.- La querellante Dina del Carmen Cid Ortega, por el delito de
secuestro agravado y/o homicidio calificado e inhumación ilegal cometido en contra
de Luis Alberto Cid Cid, representada por el abogado Señor Adolfo Montiel Gómez,
a fojas 6.408.
23°.- Las querellantes Ruth Jaqueline Salamanca Godoy (260),
Norma Dromilia Panes Panes y Gretel del Carmen Campos Díaz (fs. 743),
representada por la abogada doña María Raquel Mejías Silva (fs. 260)
24°.- El querellante José Roberto Molina Sanhueza, (fs. 3734),
representado por la abogada doña Maria Raquel Mejías Silva.
A fs. 732 se sometió a proceso a Plante Euclides Aravena Saez; José
Jaime Godoy Godoy; José Heraldo Pulgar Riquelme, Héctor Isaías Echeverría
Beltrán, Sergio Amador Fuentes Valenzuela, Jorge Eduardo Valdivia Dames, José
Roberto Valdivia Dames, Luis Enrique Barrueto Barting; Manuel Dario Barrueto
Barting
y Jorge Denis Domínguez Larenas, como autores de los delitos de
secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña; Julio Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella
y José Mariano Godoy Acuña.
7888
A fs. 1.240, se sometió a proceso a Plante Euclide Aravena Saez; José
Jaime Godoy Godoy; José Heraldo Pulgar Riquelme, Héctor Isaías Echeverría
Beltrán, Sergio Amador Fuentes Valenzuela, Jorge Eduardo Valdivia Dames, José
Roberto Valdivia Dames, Luis Enrique Barrueto Barting, Manuel Dario Barrueto
Barting y Jorge Denis Domínguez Larenas, como autores del secuestro calificado
de Miguel Cuevas Pincheira.
A fs. 1.240, modificado a fs. 1.379, se sometió a proceso a Planté
Euclide Aravena Saéz, José Heraldo Pulgar Riquelme y Héctor Isaías Echeverría
Beltrán, como autores del delito de secuestro calificado de Sebastián Hernaldo
Campos Diaz.
A fs. 2.419 se sometió a proceso a Pedro Ruiz Pardo como autor del
delito de secuestro calificado de Aliro Oporto Durán.
A fs. 2.422 se sometió a proceso a Plante Aravena Saez como autor de
los secuestros calificado de José Rafael Zuñiga Aceldine; José Segundo
Zuñiga Aceldine y José Gilberto Araneda.
A fs. 2.426 se sometió a proceso a Plante Aravena Saez como autor de
los secuestros calificado de Juan de Dios Rubio Llancao, Julio Rubio Llancao,
José María Tranamil Pereira y José Guillermo Purran Treca.
A fs. 2.431 se sometió a proceso a José Jaime Godoy Godoy como
autor del delito de secuestro calificado de Elba Burgos Sáez.
A fs. 2.494 se somete a proceso a Héctor Echeverría Beltrán como
autor de los delitos de secuestro calificado de Juan de Dios Fuentes Lizama y
Juan Francisco Fuentes Lizama.
A fs. 5.893, modificado por resolución de la Ilustrísima Corte de
Apelaciones de Concepción de 30 de mayo de 2007 a fs. 5.970, se somete a
proceso a Jorge Denis Domínguez Larenas y José Jaime Godoy Godoy como
autores del delito de secuestro calificado de Sergio D´Apollonio Petermann.
El 10 de noviembre de 2.008, a fs. 6.412, y el 18 de marzo de 2.009, a
fs. 6.560 se dictó acusación fiscal, formulándose los siguientes cargos:
1°.- A PLANTÉ EUCLIDES ARAVENA SAÉZ, se le acusó como autor
de los delitos de a) Secuestro calificado en perjuicio Sergio D’Apollonio Petermann;
b) Secuestro calificado en perjuicio de Elba Burgos Sáez; c) Secuestro calificado de
José Rafael Zúñiga Aceldini,
José Secundino Zúñiga Aceldini y José Gilberto
Araneda; d) Secuestro calificado de Juan de Dios Rubio Llancao, Julio Rubio
Llancao, José María Tranamil Pereira y José Guillermo Purrán Treca; e) Secuestro
calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio
Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José
Mariano Godoy Acuña; f) Secuestro calificado en perjuicio Miguel Cuevas Pincheira;
7889
g) secuestros calificados de Juan de Dios Fuentes Lizama y de Juan Francisco
Fuentes Lizama; y h) secuestro califcado de Sebastián Hernaldo Campos Díaz.
2°.- JOSÉ JAIME GODOY GODOY, como autor de a) Secuestro
calificado en perjuicio Sergio D’Apollonio Peterman; b) Homicidio calificado de
Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata; c) Secuestro calificado de Elba Burgos Saéz; d)
Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy Acuña; e) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas
Pincheira;
3° HECTOR ISAÍAS ECHEVERRÍA BELTRAN, como autor de a)
Secuestro calificado de Juan de Dios Fuentes Lizama y Juan Francisco Fuentes
Lizama. b) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy
Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca
Mella y José Mariano Godoy Acuña; c) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel
Cuevas Pincheira; y d) secuestro califcado de Sebastián Hernaldo Campos Díaz.
4°.-. JORGE DENIS DOMÍNGUEZ LARENAS, como autor de a)
Secuestro calificado en perjuicio Sergio D’Apollonio Peterman; b) Homicidio
calificado de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, tipificado y sancionado en el
artículo 391 N° 1 circunstancias primera y quinta, del Código Penal; c) Secuestro
calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio
Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José
Mariano Godoy Acuña, d) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas
Pincheira.
5°.- JOSÉ HERALDO PULGAR RIQUELME, como autor de a)
Secuestro calificado en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy
Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca
Mella y José Mariano Godoy Acuña; b) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel
Cuevas Pincheira; y c) secuestro califcado de Sebastián Hernaldo Campos Díaz.
6°.- SERGIO AMADO FUENTES VALENZUELA, como autor de a)
Secuestro calificado en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy
Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca
Mella y José Mariano Godoy Acuña; y b) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel
Cuevas Pincheira.
7°.- JORGE EDUARDO VALDIVIA DAMES, como autor de a)
Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy Acuña; y b) Secuestro calificado en perjuicio Miguel Cuevas
Pincheira;
7890
8°.- JOSE ROBERTO VALDIVIA DAMES, como autor de a) Secuestro
calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio
Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José
Mariano Godoy Acuña; y b) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas
Pincheira;
9°.- LUIS ENRIQUE RICARDO BARRUETO BARTING como autor de
a) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy Acuña; y b) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas
Pincheira;
10°.- MANUEL DARIO BARRUETO BARTING, como autor de a)
Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy Acuña y b) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas
Pincheira.
11°. PEDRO SEGUNDO RUIZ PARDO, como autor del delito de
secuestro calificado en perjuicio de Aliro Oporto Durán.
A fs. 5.396, se dictó acusación fiscal, por resolución de quince de
octubre de dos mil cinco, en contra de:
12°.- SERGIO ALEJANDRO PINO CABEZAS, como autor del delito de
secuestro calificado de Cristino Humberto Cid Fuentealba; y
13°.- EUGENIO VILLA URRUTIA; 14°, JOSÉ ELEODORO BURGOS
SANDOVAL; 15°.- JUAN CARLOS BURGOS BELAUZARAN; 16°.- CARLOS
SANTIAGO SEPÚLVEDA RIVERA; 17°.- JOSÉ FELICIANO GUTIÉRREZ ORTIZ;
Y 18°.- EXEQUIEL DEL CARMEN CELEDÓN BARRERA como autores de los
delitos de secuestro calificado, perpetrados en contra de Cristino Humberto Cid
Fuentealba, José Felidor Pinto Pinto, Luis Alberto Cid Cid, Luis Alberto Bastiás
Sandoval, Raimundo Salazar Muñoz; Gabriel José Viveros Flores, Segundo Marcial
Soto Quijón y José Roberto Molina Quezada.
A fs. 6.461, la abogada doña María Raquel Mejías Silva, en
representación de la querellante Gretel del Carmen Campos Díaz, se adhirió a la
acusación judicial en contra de Planté Aravena Saéz, José Pulgar Riquelme y
Héctor Echeverría Beltrán, como autores del secuestro calificado de Sebastián
Hernaldo Campos Díaz y dedujo demanda civil de indemnización de perjuicios en
contra del Fisco de Chile.
A fs. 6.480 se otorgó el correspondiente traslado respecto de la
adhesión y de la demanda civil.
A fs. 7.070 el Procurador Fiscal de Concepción, abogado don Hernán
Jiménez Suárez, contestó la demanda interpuesta por doña Gretel del Carmen
7891
Campos Díaz, oponiendo excepción de incompetencia absoluta del tribunal, entre
otras excepciones de previo y especial pronunciamiento y de fondo.
A fs. 7.093 se otorgó el correspondiente traslado correspondiente a las
excepciones.
A fs. 7.102 se tuvo por evacuado el traslado en rebeldía por parte
demandante respecto de las excepciones de previo y especial pronunciamiento. Se
tuvo por contestada la demanda, dejando para definitiva la resolución de las
excepciones de previo y especial pronunciamiento de incompetencia absoluta del
tribunal y prescripción extintiva.
A fs. 6.490, el abogado don Adolfo Montiel Gómez, en representación
de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, ejecutó las siguientes acciones:
1. Se adhirió a la acusación judicial en contra de Sergio Amador
Fuentes Valenzuela, como autor del delito de Manuel Salamanca Mella;
2. Dedujo acusación en contra de Jorge Eduardo Valdivia Dames; José
Roberto Valdivia Dames, Luis Enrique Barrueto Barting y Manuel Darío Barrueto
Barting, como autores del delito de secuestro calificado de Manuel Salamanca
Mella, en los mismos términos de la acusación judicial.
3. Se adhirieron a la acusación judicial que acusó a Planté Aravena
Saéz y a Héctor Isaías Echeverría Beltrán como autores del delito de secuestro
calificado de José Domingo Godoy Acuña, José Nazario Godoy Acuña y José
Mariano Godoy Acuña; en contra de José Denis Domínguez Larenas, José Heraldo
Pulgar Riquelme, Sergio Amador Fuentes Valenzuela, Jorge Eduardo Valdivia
Dames, José Roberto Valdivia Dames, Luis Enrique Barrueto Barting, Manuel Darío
Barrueto Barting, como autores del delito de secuestro calificado en perjuicio de
Manuel Salamanca Mella, José Domingo Godoy Acuña, José Nazario Godoy Acuña
y José Mariano Godoy Acuña; y
4. Interpuso demanda civil, en representación de Jacinta del Carmen
Godoy Acuña, en contra del Fisco de Chile.
A fs. 6.499 se concedieron los correspondientes traslados de la
adhesión a la acusación y de la demanda civil.
A fs. 6.931, el Fisco de Chile contestó la demanda civil interpuesta por
doña Jacinta del Carmen Godoy Acuña, oponiendo excepciones de previo y
especial pronunciamiento, de lo cual se dio traslado; y en subsidio, contestó la
demanda, solicitando su rechazo. A fs. 6.969, la parte demandante evacuó el
traslado. Por resolución de fs. 6.971, se tuvo por evacuado el traslado y se dejaron
para
definitiva
la
resolución
de
las
excepciones
de
previo
y
especial
pronunciamiento y se tuvo por contestada la demanda.
A fs. 6.523, el abogado don Adolfo Montiel Gómez, en representación
de Ana María D´Apollonio Zapata, ejecutó las siguientes acciones:
7892
1. Se adhirió a la acusación judicial en contra de Planté Aravena Saéz,
como autor de los delitos de secuestro calificado de Sergio D´ Apollonio Petermen y
homicidio calificado de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata;
2. Acusó a José Jaime Godoy Godoy y Jorge Denis Larenas como
autores del delito de secuestro de Sergio D´Apollonio Peterman y de homicidio
calificado de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata; y
3. Interpuso demanda civil, en representación de Ana María D´apollonio
Zapata, en contra del Fisco de Chile.
A fs. 6.531 se concedieron los correspondientes traslados de la
adhesión a la acusación y de la demanda civil.
A fs. 6.800, el Fisco de Chile contestó la demanda interpuesta por doña
Ana María D´Apollonio Zapata, oponiendo excepciones de previo y especial
pronunciamiento, de lo cual se dio traslado; y en subsidio, contestó la demanda,
solicitando su rechazo. A fs. 6969, la parte demandante evacuó el traslado. Por
resolución de fs. 6971, se tuvo por evacuado el traslado y se dejaron para definitiva
la resolución de las excepciones de previo y especial pronunciamiento y se tuvo por
contestada la demanda.
A fs. 6.535, el abogado don Adolfo Montiel Gómez, en representación
de Ana María Zúñiga Beroiza, ejecutó las siguientes acciones:
1. Se adhirió a la acusación judicial en contra de Planté Aravena Saéz,
como autor de los delitos de secuestro calificado de José Rafael Zúñiga Aceldini y
José Secundino Zúñiga Aceldini; y
2. Interpuso demanda civil, en representación de Ana María Zúñiga
Aceldini, en contra del Fisco de Chile.
A fs. 6.541 se concedieron los correspondientes traslados de la
adhesión a la acusación y de la demanda civil.
A fs. 6.680, el demandado Fisco de Chile contestó esta demanda civil
interpuesta por doña Ana María Zúñiga Beroíza, oponiendo excepciones de previo y
especial pronunciamiento, de lo cual se dio traslado; y en subsidio, contestó la
demanda, solicitando su rechazo.
A fs. 6.969, la parte demandante evacuó el traslado. Por resolución de
fs. 6.971, se tuvo por evacuado el traslado y se dejaron para definitiva la resolución
de las excepciones de previo y especial pronunciamiento y se tuvo por contestada
la demanda.
A fs. 6.549, el abogado don Nelson González Bustos, ejecutó las
siguientes acciones:
1. Se adhirió a la acusación judicial de fs. 6.412 y 6.423; y
2. Interpuso demanda civil, en representación de Norma Panes Panes,
Maritza Pilar Cuevas Panes, Víctor Hugo Cuevas Panes, Dorian Inés Cuevas
7893
Panes, Fabiola del Carmen Cuevas Panes y de Miguel Ángel Cuevas Panes, en
contra de Planté Aravena Saéz, José Jaime Godoy Godoy, José Heraldo Pulgar
Riquelme, Sergio Amador Fuentes Valenzuela, Jorge Eduardo Valdivia Dames,
José Roberto Valdivia Dames, Luis Enrique Barrueto Barting, Manuel Barrueto
Barting y Jorge Denis Domínguez Larenas.
A fs. 6.552 se otorgaron los correspondientes traslados respecto de la
adhesión y de la demanda civil.
A fs. 6.553 la representante del Programa de Continuación de la Ley
19123 se adhirió a la acusación judicial.
A fs. 6.555 vta. se otorgó el correspondiente traslado.
A fs. 6.556 la abogada doña María Raquel Mejías Silva, por la
querellante Ruth Jacqueline Salamanca Godoy, por el secuestro de Manuel
Salamanca Mella, se adhirió a la acusación judicial dictada en contra de Planté
Aravena Saéz, José Jaime Godoy Godoy, José Heraldo Pulgar Riquelme, Héctor
Echeverría Beltrán, Sergio Amador Fuentes Valenzuela, Jorge Eduardo Valdivia
Dames, José Roberto Valdivia Dames, Luis Barrueto Barting, Manuel Barrueto
Barting y Jorge Denis Domínguez Larenas.
A fs. 6.558 vta. se confirió el respectivo traslado.
A fs. 6.560 se dictó acusación en contra de Planté Aravena Saéz como
autor del delito de secuestro calificado de Juan de Dios Fuentes Lizama y Juan
Francisco Fuentes Lizama, otorgándose el correspondiente traslado a la abogada
del Programa de Continuación de la Ley 19.123, la que se adhirió a fs. 6.564,
otorgándose traslado de la adhesión a fs. 6.564 vta.
A fs. 7.103, el abogado don Darío Fernando Silva Villagrán, en
representación de José Roberto Valdivia Dames, opuso excepciones de previo y
especial pronunciamiento de amnistía o indulto. En el primer otrosí, y en subsidio,
contestó la acusación judicial; en el segundo otrosí contestó la acusación particular
y adhesiones de la Sra. María Raquel Mejias Silva, Sres. Manuel Adolfo Montiel
Gómez, Nelson González Bustos y Patricia Parra Poblete.
En el tercer otrosí,
contestó la demanda civil interpuesta por el abogado don Nelson González Bustos.
A fs. 7.181 se concedió traslado respecto de las excepciones de previo
y especial pronunciamiento.
A fs. 7.435 la abogada doña Patricia Parra Poblete, en representación
del Programa de Continuación de la Ley 19.123 evacuó el traslado conferido
respecto de las excepciones de previo y especial pronunciamiento interpuestas por
la defensa del procesado José Roberto Valdivia Dames. A fs. 7.443 se tuvo por
evacuado el traslado.
A fs. 7.444 se tuvo por contestado en rebeldía a los abogados Raquel
Mejías Silva, Manuel Adolfo Montiel Gómez y Nelson González Bustos respecto de
7894
los traslados otorgados a fs. 7.181, en lo referente a las excepciones de
prescripción y amnistía interpuestas por la defensa del acusado José Valdivia
Dames en su escrito de fs. 7.103; del concedido a fs. 7.250, respecto de las
excepciones de prescripción y amnistía interpuestas por la defensa del acusado
Jorge Domínguez Larenas en su escrito de fs. 7.182; del conferido a fs. 7.320,
respecto de las excepciones de prescripción, amnistía y cosa juzgada interpuestas
por la defensa del acusado Jorge Valdivia Dames en su escrito de fs. 7.256; y del
otorgado a fs. 7.392, respecto de las excepciones de prescripción, amnistía y cosa
juzgada interpuestas por la defensa del acusado Manuel Barrueto Barting. Por
resolución de la misma fecha, se dejaron para definitiva la resolución de las
excepciones de previo y especial pronunciamiento de amnistía, prescripción de la
acción penal y cosa juzgada. Se tuvo además, por contestada la acusación judicial y
las adhesiones por parte de los acusados José Roberto Valdivia Dames, Jorge
Domínguez Larenas, Jorge Valdivia Dames y Manuel Dario Barrueto Barting.
A fs. 7.182, el abogado don Darío Fernando Silva Villagrán, en
representación de Jorge Domínguez Larenas, opuso excepciones de previo y
especial pronunciamiento de amnistía o indulto. En el primer otrosí, y en subsidio,
contestó la acusación judicial; en el segundo otrosí contestó la acusación particular
y adhesiones de la Sra. María Raquel Mejias Silva, Sres. Manuel Adolfo Montiel
Gómez, Nelson González Bustos y Patricia Parra Poblete.
En el tercer otrosí,
contestó la demanda civil interpuesta por el abogado don Nelson González Bustos.
A fs. 7.250 se concedió traslado respecto de las excepciones de previo
y especial pronunciamiento.
A fs. 7.426 la abogada doña Patricia Parra Poblete, en representación
del Programa de Continuación de la Ley 19.123 evacuó el traslado conferido
respecto de las excepciones de previo y especial pronunciamiento interpuestas por
la defensa del procesado Jorge Domínguez Larenas. A fs. 7.434 se tuvo por
evacuado el traslado.
A fs. 7.256, el abogado don Darío Fernando Silva Villagrán, en
representación de Jorge Valdivia Dames, opuso excepciones de previo y especial
pronunciamiento de amnistía o indulto. En el primer otrosí, y en subsidio, contestó la
acusación judicial; en el segundo otrosí contestó la acusación particular y
adhesiones de la Sra. María Raquel Mejias Silva, Sres. Manuel Adolfo Montiel
Gómez, Nelson González Bustos y Patricia Parra Poblete.
En el tercer otrosí,
contestó la demanda civil interpuesta por el abogado don Nelson González Bustos.
A fs. 7.320 se concedió traslado respecto de las excepciones de previo
y especial pronunciamiento.
A fs. 7.416 la abogada doña Patricia Parra Poblete, en representación
del Programa de Continuación de la Ley 19.123 evacuó el traslado conferido
7895
respecto de las excepciones de previo y especial pronunciamiento interpuestas por
la defensa del procesado Jorge Valdivia Dames. A fs. 7.425 se tuvo por evacuado el
traslado.
A fs. 7.330, el abogado don Darío Fernando Silva Villagrán, en
representación de Manuel Eduardo Barrueto Barting, opuso excepciones de previo y
especial pronunciamiento de amnistía o indulto, cosa juzgada y prescripción. En el
primer otrosí, y en subsidio, contestó la acusación judicial; en el segundo otrosí
contestó la acusación particular y adhesiones de la Sra. María Raquel Mejias Silva,
Sres. Manuel Adolfo Montiel Gómez, Nelson González Bustos y Patricia Parra
Poblete. En el tercer otrosí, contestó la demanda civil interpuesta por el abogado
don Nelson González Bustos.
A fs. 7.392 se concedió traslado respecto de las excepciones de previo
y especial pronunciamiento.
A fs. 7.406 la abogada doña Patricia Parra Poblete, en representación
del Programa de Continuación de la Ley 19.123 evacuó el traslado conferido
respecto de las excepciones de previo y especial pronunciamiento interpuestas por
la defensa del procesado Manuel Barrueto Barting.
A fs. 7.415 se tuvo por evacuado el traslado.
A fs. 7.393 el abogado don Enrique Veloso Schlie, en representación de
Sergio Fuentes Valenzuela, contestó la acusación judicial y adhesiones a la
acusación. En el primer otrosí contestó la demanda civil interpuesta por el abogado
don Nelson González Bustos.
A fs. 7.405 se concedió traslado respecto de las excepciones de previo
y especial pronunciamiento. A fs. 7.445 la abogada del Programa de Continuación
de la Ley 19.123 evacuó el traslado respectivo. A fs. 7.447 se tuvo por evacuado el
traslado respecto de esta parte
A fs. 7.448 se tuvo por evacuado el traslado en rebeldía respecto de los
abogados Raquel Mejías Silva, Manuel Adolfo Montiel y Nelson González Bustos
respecto de las excepciones de previo y especial pronunciamiento interpuestas por
la defensa de Sergio Fuentes Valenzuela. En la misma resolución, se dejó para
definitiva las excepciones de previo y especial pronunciamiento de amnistía,
prescripción y cosa juzgada y se tuvo por contestada la acusación judicial y la
demanda civil.
A fs. 7.458, la defensa de los acusados Planté Aravena Saéz, José
Jaime Godoy Godoy, Héctor Isaías Echeverría Beltrán, José Heraldo Pulgar
Riquelme y Pedro Ruiz Pardo, planteó cuestión civil previa. En el primer otrosí,
interpuso excepciones de previo y especial pronunciamiento; en subsidio contestó la
acusación, adhesión particular. A fs. 7.486 se concedió traslado de la cuestión civil
previa y de las excepciones de previo y especial pronunciamiento.
7896
A fs. 7.554 la representante del Programa de Continuación de la Ley
19.123 contestó el traslado de la cuestión previa civil y de las excepciones de previo
y especial pronunciamiento. A fs. 7.560 se tuvo por contestado el traslado y en
rebeldía de los abogados Raquel Mejías Silva, Adolfo Montiel Gómez y Nelson
González Bustos.
A fs. 7.572 se dejó para definitiva la resolución de la cuestión civil previa
y las excepciones de previo y especial pronunciamiento opuestas por la defensa de
los acusados Planté Aravena Saéz, José Jaime Godoy Godoy, Héctor Isaías
Echeverría Beltrán, José Heraldo Pulgar Riquelme y Pedro Ruiz Pardo. Se tuvo por
contestada la acusación y las adhesiones; y se tuvo por contestada la demanda
civil, en rebeldía.
A fs. 7.487 la defensa del acusado Luis Enrique Ricardo Barrueto
Barting, opuso excepciones de previo y especial pronunciamiento de cosa juzgada,
amnistía e indulto y prescripción de la acción penal.
En subsidio, contestó la
acusación fiscal y adhesiones. Y en subsidio, contestó la demanda civil. A fs. 7.553
se concedió traslado de las excepciones de previo y especial pronunciamiento de
cosa juzgada, amnistía e indulto y prescripción de la acción penal.
A fs. 7.562 la representante del Programa de Continuación de la Ley
19.123
contestó
el
traslado
de
las
excepciones
de
previo
y
especial
pronunciamiento.
A fs. 7.554 la representante del Programa de Continuación de la Ley
19.123 contestó el traslado de la cuestión previa civil y de las excepciones de previo
y especial pronunciamiento. A fs. 7.560 se tuvo por contestado el traslado y en
rebeldía de los abogados Raquel Mejías Silva, Adolfo Montiel Gómez y Nelson
González Bustos.
A fs. 7.571 se dejó para definitiva la resolución de las excepciones de
previo y especial pronunciamiento opuestas por la defensa del acusado Luis
Enrique Barrueto Barting. Se tuvo por contestada la acusación y las adhesiones; y
se tuvo por contestada la demanda.
A fs. 5.407, la abogada doña Nelly Navarro Rojas, en causa rol 867 se
adhirió a la acusación fiscal
y se reservó el ejercicio de las acciones que en
derecho le corresponden.
A fs. 5.426, el abogado don Roberto Coello Solar, por su representado
Exequiel Celedón Barrera, contestó la acusación y adhesión, solicitando la
absolución de su representado, ya que según afirma, su representado no ha tenido
participación en los delitos materia de la acusación. Solicita, en subsidio, el cambio
de calificación jurídica del delito a Homicidio. En subsidio, alega la prescripción de la
acción penal y alega la aplicación del Decreto Ley 2191 de Amnistía. En subsidio,
7897
solicita la aplicación de la atenuante del artículo 11 n° 9 del Código Penal, esto es,
su irreprochable conducta anterior y la atenuante del miedo insuperable.
A fs. 5.434, el abogado don Mauricio Salazar Thompsom, por su
representado José Feliciano Gutiérrez Ortiz, interpuso las excepciones de previo y
especial pronunciamiento de amnistía y prescripción de la acción penal. En
subsidio, contestó la acusación,
solicitando la absolución de su representado,
atendido que su defendió no es más que una víctima del golpe de estado, no pudo
actuar de otra manera que la decifrada en autos; solicita la aplicación del artículo
109 del Código Procesal Penal; alega también, la eximente de obrar por una fuerza
irresistible o miedo insuperable; la que reitera como eximente incompleta;
finalmente, solicita la aplicación de la atenuante del artículo 11 n° 6 del Código
Penal. Finalmente, solicita que, para el caso de dictar sentencia condenatoria en
contra de su representado se le conceda alguno de los beneficios legales.
A fs. 5.477 la abogada doña Nelly Navarro contestó el traslado otorgado
respecto de las excepciones de previo y especial pronunciamiento de amnistía o
indulto.
A fs. 5.454 y 5.457, el abogado don Nelson Araya Sepúlveda, por sus
representados Eugenio Villa Urrutia y Carlos Sepúlveda Rivera, respectivamente,
contestó la acusación solicitando la absolución, por no encontrarse acreditado el
delito de secuestro calificado por el que se le acusa. Alega, además, que los hechos
punibles están prescritos y deben ser amnistíados.
En subsidio, solicita la
aplicación del mínimo de la pena, pidiendo se le reconozca las atenuantes de los
números 6 y 7 del artículo 11 del Código Penal. Finalmente, pide que para el evento
que se condene a su representado, se le conceda alguno de los beneficios de la
Ley 18.216.
A fs. 5.480, el abogado don Jaime Veloso Angulo, por sus
representados José Eleodoro Burgos Sandoval y Juan Carlos Burgos Sandoval,
contestó la acusación fiscal, solicitando sentencia absolutoria a favor de sus
representados. Solicita la aplicación de la amnistía y de la prescripción. Pide, que
para el caso de ser condenados, se le conceda alguno de los beneficios de la ley
18.216.
A fs. 7.573 de 23 de diciembre de 2009, se recibió la causa a prueba, la
que fue notificada a todas partes.
A fs. 7.885 se trajeron los autos para fallo.
CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:
I.- RESPECTO DE LOS HECHOS PUNIBLES
A.- EN CUANTO AL DELITO DE SECUESTRO CALIFICADO DE
SERGIO D´APOLLONIO PETERMANN:
7898
1°.- Que, en orden a establecer estos hechos punibles materia de
acusación y defensa, se han reunidos los siguientes antecedentes de hecho:
a) Copia simple de la página 356 del Informe Verdad y Reconciliación,
el cual rola a fs. 257 de estos autos, indicando, en síntesis, que testigos
presenciaron cuando ejecutaron en el Puente del río Bio Bio a Carlos Jacinto y
Sergio D´Apollonio y lanzaron sus cuerpos al río, siendo el primero rescatado por
sus familiares y, cuando era velado en su domicilio, una patrulla de Carabineros lo
secuestró y, presumiblemente, lo arrojaron al río en el Puente Piulo.
b) Declaración de Juana Cristina D´Apollonio Zapata a fs. 1.215,
exponiendo que es hija de Sergio D´Apollonio Petermann y hermana de Carlos
Jacinto D´Apollonio Zapata. Indica, que el 23 de septiembre de 1973, alrededor de
las 03:10 horas, en circunstancias que estaban acostados en su casa ubicada en
Hijuela La Palma, mientras su hermano Carlos Jacinto estaba en una casa de
ladrillo al lado de la carretera, llegaron un grupo de 4 o 5 personas, entrando sólo a
su casa dos personas, a saber, el “Pelao Domínguez” y el Carabinero Godoy, a
quienes conocía anteriormente ya que su mamá había hecho un negocio con ellos.
Estos sujetos metieron sus metralletas por las ventanas y desde la casa, “El
Cotorra” (que es el carabinero Godoy, según señala) y Domínguez, sacaron a su
papá, diciendo que se lo llevaban a dar una declaración. Ante su oposición, “El
Cotorra” dijo que se tenía que ir a la buena o a la mala, echándolo a una camioneta
roja en la que andaban y que era de propiedad los Domínguez. Después de que se
fueron, ella fue a ver a su hermano Carlos Jacinto, pero llegó tarde, pues ya se lo
habían llevado y su hermano chico Sergio estaba llorando y dijo que ya habían
pasado con su padre a buscarlo. Al otro día, mientras iban a la Comisaria de Santa
Bárbara, un carretonero le dijo a su mamá que no fuera a Carabineros, pues su hijo
estaba muerto, de espaldas, en el puente Quilaco. Al llegar allí, vio que estaban los
cuerpos inhertes de su papá, el cual estaba en medio del río, abrazado a una
pilastra, y el de su hermano Carlos Jacinto, que estaba en la arena a la orilla del río
y tenía una herida en la tetilla izquierda; señala que ambos habían muerto
desangrados. Tomaron el cuerpo de su hermano y en una carreta de fierro lo
llevaron a su casa como a las 10:00 horas, lo pusieron arriba de la mesa y lo
velaron, pero alrededor de las 3:00 de la tarde llegó Domínguez con el Carabinero
Godoy y sacaron el cuerpo, lo tiraron sobre una camioneta, y se dirigieron al Puente
El Piulo, donde lo tiraron. Desde ese momento nunca más supieron de él. En
cuanto al cuerpo de su padre no lo pudieron sacar, porque se puso a llover; incluso
todos los días le corrían bala al cuerpo de su padre para que se soltara, hasta que,
en una ocasión se soltó y se fue río abajo.
c) OF N° AJ 304/2002 del Programa de Continuación de la Ley 19.123,
de fs., 1.430 y siguientes, indicando, en lo pertinente, que el día 23 de diciembre de
7899
1973 las víctimas antes indicadas fueron detenidas por Carabineros y civiles de
Santa Bárbara. Acompañan los documentos que refiere.
d) Declaración policial de Margarita del Carmen Aburto Beltrán, quien a
fs. 2.166, expone que fue vecina de la familia de Catalina Zapata Salamanca y
Sergio D´Apollonio Peterman y que su madre Sofia Beltrán Sanhueza le contó que
en una noche, al parecer Carabineros, se habían llevado detenido a Sergio y su hijo
Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, de 18 años de edad, a los cuales habían subido
en una camioneta trasladándolos al puente que une Quilaco con Santa Bárbara; y
que después, su padre Ramón Aburto, había ido a buscar el cuerpo de Carlos
Jacinto en una carreta de mano, lo habían acomodado, cruzando un chaquetón de
castilla que tenía puesto cuando fue detenido, lo trasladaron de día y lo fueron a
entregar a su madre. Lo que observó directamente fue el cadáver de Jacinto, que lo
estaban velando al interior de su casa, donde solamente estaba la Sra. Catalina y
sus hijos. Recuerda que lo tenían envuelto en un chalón. Respecto de Sergio, no
sabe que pasó con él; indica que pasada unas cuatro horas después, supo que el
cuerpo se lo habían llevado.
e) Diligencia de reconstitución de escena e inspección ocular, cuya acta
rola de fs. 2.109 a 2.114, consignando, en lo pertinente, que, constituido el Tribunal
en la hijuela La Palma de la comuna de Santa Bárbara, domicilio de Cristina
D´Apollonio, quien, juramentada, expuso ser testigo presencial de la detención y
posterior fusilamiento de su padre Sergio D´Apollonio y su hermano Carlos, hechos
ocurridos en el mes de septiembre de 1973. Manifiesta que, alrededor de las 03:10
hrs., vio por los portillos de la casa que se asomaban ametralladoras entrando
Carabineros y civiles, entre ellos Jorge Domínguez y José Godoy, deteniendo a sus
familiares ya indicados, diciéndoles que se los llevaban para tomarles una
declaración. Precisa que, a su hermano lo sacaron de otra casa ubicada a una
cuadra de distancia. Agrega que ella siguió a la camioneta en la que se los levaban,
la que se estacionó en el medio del puente Quilaco, con las luces encendidas,
bajaron a los detenidos y los pusieron al borde del puente, disparándoles, y que el
cuerpo de su padre quedó varios días en el pilar del puente y cuando los
Carabineros pasaban por el lugar le ametrallaban. Prosigue que al otro día vieron
en la orilla del rio el cuerpo de su hermano y, con la ayuda de doña Margarita,
sacaron el cuerpo de la ribera y lo llevaron a la casa y cuando lo velaban, sobre una
mesa, alrededor de las 15:00 hrs., llegaron nuevamente Domínguez y Godoy y se lo
llevaron, tirándolo sobre una camioneta.
f) Informe Pericial Fotográfico de fs. 2.121, donde la testigo Juana
D´Apollonio señala el lugar donde ocurrieron los hechos.
7900
g) Informe Policial N° 8961 de la Brigada de Homicidios rolante a fs.
2.165, conteniendo la declaración de Margarita del Carmen Aburto Beltrán, la que
reitera ante el Tribunal a fs. 5.828 que más adelante se indica.
h) Declaración de Gilberto Florentino Zapata Castillo a fs. 5.819,
manifestando que, por dichos de la señora de Sergio D´Apollonio Peterman, a quien
conocía de antes, le contó al poco tiempo después del Golpe Militar, dos
funcionarios de Carabineros, uno de ellos de apellido Godoy, los habían fusilado a
su marido y a su hijo en el puente y habían tirado sus cuerpos al río, agregando que
él no fue testigo presencial de los hechos.
i) Informe Planimétrico de fjs. 2.334.
j) Denuncia de fs. 2.576 interpuesta por el Consejo Superior de la
Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación.
k) Declaración de Catalina Zapata Salamanca a fs. 2.731 (policial) y
2.755 (judicial), quien expone que es la esposa de Sergio D´Apollonio Peterman y
madre de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, los cuales se encuentran
desparecidos desde el 23 de septiembre de 1973. Indica que en esa fecha vivían en
la Quinta La Palma, en Santa Bárbara y ese día, como a las 03:10 horas, llegaron
civiles y Carabineros, los que detuvieron a su esposo e hijo, llevándolos al sector
del puente del Rio Bio Bio, donde fueron fusilados, hecho que presenció ya que al
momento de la detención, salió detrás de ellos. Al ser fusilados, cayeron al rio, y su
hijo quedó herido de muerte, alcanzó a tomar la orilla y al salir, lo tomó, y lo llevó a
la casa, pero falleció producto de sus heridas. Indica que a éste lo dejaron velando
en la casa, y cuando regresó después de haber estado en la Fiscalía Militar de Los
Ángeles, sus hijos le comentaron que había venido una patrulla de Carabineros y se
habían llevado el cuerpo de su hijo, para posteriormente lanzarlo desde el Puente El
Piulo al río Bío Bío.
J) Declaración de Margarita del Carmen Aburto Beltrán, de fojas 5.828,
quien señala que, respecto de la muerte de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, sabe
que su cuerpo fue encontrado en la orilla de Quilaco del río Bio Bio, lugar desde
donde lo fueron a rescatar llevándolo a su casa para velarlo, ceremonia que no se
pudo hacer pues llegaron hasta ese lugar unas personas que procedieron a retirar
el cuerpo y llevárselo en una camioneta con rumbo hacia la cordillera.
l) Certificado de nacimiento de fojas 5.831, indicándose que Sergio
Antonio D´Apollonio Zapata nació el 3 de septiembre de 1956, hijo de Sergio Hugo
D´Apollonio Petermann y Catalina Zapata Salamanca.
ñ) Testimonio de José Mario Aburto Beltrán, quien a fs. 5.859, señala
que fue testigo presencial de la detención de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, la
que ocurrió el 23 de septiembre de 1973, en horas de la noche, cuando una
camioneta llegó hasta su domicilio, a la cual fue introducido por 4 ó 5 personas,
7901
todos uniformados, quienes se retiraron en dirección al Puente Quilaco, lugar donde
se detuvo y de la cual bajaron dos personas que fueron sentadas en su baranda a
quienes, posteriormente, les dispararon, cayendo los cuerpos al río. Al día siguiente,
el menor de los hijos de Sergio D´Apollonio concurrió hasta su domicilio para pedirle
un carretón de mano en el cual pudieran trasladar el cuerpo de su hermano Carlos
Jacinto el cual yacía en la orilla del río, en la ribera de Quilaco.
2°.- Que los elementos de convicción precedentemente reseñados, son
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen las exigencias del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, los que permiten tener por acreditado los
siguientes hechos:
Que alrededor de las 3:10 horas del 23 de septiembre de 1973, en
circunstancias que Sergio D´Apollonio Petermann se encontraban en su casa
ubicada en la hijuela “La Palma”, comuna de Santa Bárbara, llegó un grupo
movilizado, compuesto aproximadamente de 4 a 5 Carabineros y civiles,
procediendo a detenerlo sin orden judicial o administrativa competente, llevándoselo
a un lugar desconocido, momento desde el cual se ignora toda noticia de su
paradero o de su existencia, hasta la fecha.
Que si bien, por resolución de 9 de mayo de 2006, escrita a fs. 5.893, se
sometió a proceso a Jorge Denis Domínguez Larenas y José Jaime Godoy Godoy
como autores del delito de secuestro calificado de Carlos Jacinto D´Apollonio
Zapata, es del caso que, apelada dicha interlocutoria, la Ilustrísima Corte de
Apelaciones de Concepción por resolución de 30 de mayo de 2007, escrita a fs.
5.970, la revocó, declarando que los aludidos imputados no eran procesados en
esta causa por el referido ilícito. Por consiguiente, la acusación de 10 de noviembre
de 2008, escrita a fs. 6.412, en que se incluyeron los antes señalados delitos en
contra de éstos inculpados, carece de sustento legal, razón por la cual deben ser
absueltos.
3°.- Que los hechos reseñados en la letra a) del considerando que
antecede, configura el delito de secuestro calificado de Sergio D´Apollonio
Petermann tipificado y sancionado en los incisos 1º y 3º del artículo 141 del Código
Penal (en su redacción de la época), aplicable en la especie por expreso mandato
de los artículos 19 Nº 3 inciso 7º de la Constitución Política de la República y 18 del
Código Penal, con la pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados, puesto
que la víctima fue ilegítimamente privada de libertad, prolongándose el estado
antijurídico creado por la acción de encerrar o detener por más de noventa días, y
no obstante las diligencias decretadas por el Tribunal, no ha sido posible fijar un
instante en el cual dicho estado se detiene.
B.- EN CUANTO AL DELITO DE SECUESTRO CALIFICADO DE
ELBA BURGOS SAÉZ:
7902
4°.- Que, en orden a establecer este hecho punible, materia de
acusación y defensa, se han reunidos los siguientes antecedentes de hecho:
a) OF N° AJ 304/2002 del Programa de Continuación de la Ley 19.123,
de fs. 1.430 y siguientes, indicando, en lo pertinente, que de acuerdo a los
antecedentes que obran en su poder, esta persona fue detenida durante la tercera
semana del mes de septiembre de 1973 por efectivos de Carabineros de Santa
Bárbara y desaparecida desde esa fecha. Acompañan los documentos que refiere.
b) Informes policiales N° 203 y 237 de la Brigada de Derechos Humanos
de la Policía de Investigaciones de Chile, a fojas 2.192 y siguientes y 2.456 y
siguientes, los cuales señalan, en lo pertinente, que de acuerdo a las informaciones
que existen en el Archivo del Arzobispado de Santiago, Elba Burgos Sáez era una
reconocida dirigente social y secretaria del Partido Socialista en Santa Bárbara,
siendo detenida en septiembre de 1973, en la vía pública, por carabineros y
trasladada al recinto policial de esa localidad, permaneciendo desaparecida desde
entonces.
c) Informe Planimétrico de fojas 2.334 y siguientes, señalando el lugar
en que habría ocurrido la detención de Elba Burgos Sáez y dónde se habría
encontrado la testigo Elizabeth Alarcón Ramos.
d) Declaración de Elizabeth del Carmen Alarcón Ramos, quien a fojas
1.661, quien manifiesta que fue testigo presencial de la detención de Elba Burgos
Sáez, ocurrida el 17 de septiembre de 1973 en la vía pública, en calle Camilo
Henríquez entre calles Rozas y Manuel Rodríguez de la comuna de santa Bárbara,
cerca de las 14:30 horas, oportunidad en la que ella fue interceptada por dos
Carabineros, uno de apellido Rebolledo y otro de nombre José Godoy Godoy a
quienes conocía pues eran apoderados de alumnos de un mismo colegio. Estos
carabineros encañonaron y esposarona Elba Burgos Sáez, introduciéndola en una
camioneta conducida por un civil de nombre Emilio Hojas Quintana.
f) Testimonio de Nora de las Mercedes Riquelme Montanares, quien a
fojas 1.695 señala que Elba Burgos Sáez pagó pensión en su casa por tres o cuatro
meses, retirándose en junio de 1973, y, por comentarios supo que ella fue detenida
en calle Camilo Henríquez entre Rosas y Manuel Rodríguez de la ciudad de Santa
Bárbara. Respecto de su vida, tenía conocimiento que trabajaba en INDAP y no le
conoció familiares.
g) OF EXT N° 14 del Cementerio Municipal de Santa Bárbara, a fojas
1.696, mediante el cual se indica que no se registra inhumación del cuerpo de doña
Elba Burgos Sáez en el referido cementerio.
h) ORD N° 864 del Alcalde de la Municipalidad de Mulchén, a fojas
1.697, mediante el cual se indica que no se registra inhumación del cuerpo de doña
Elba Burgos Sáez en el referido cementerio.
7903
i) Dichos de Nora de las Mercedes Vergara Panes, quien, a fojas 1.852,
señala que días después del Golpe Militar de 1973, se encontraba tomando
desayuno con Elba Burgos, la cual, pasado el medio día, salió a comprar a un
negocio ubicado en calle Rozas, lugar donde fue detenida y de lo cual fue informada
por una vecina de nombre Elizabeth Alarcón agregando que lo habían hecho los
carabineros.
j) Certificado de nacimiento de fojas 1.862, el cual indica que Elba
Burgos Sáez nació en Chol Chol el 4 de noviembre de 1943 y que su padre fue
Pedro Burgos Inostroza y su madre Herminda Sáez Gonzales.
k) Declaración de Elisa Burgos Saéz, quien a fojas 1.863, señala ser
hermana de Elba Burgos Sáez, que era originaria de Temuco. Agrega que en el año
1973, residía en Santa Bárbara lugar donde trabajaba en la JAP, era militante del
Partido Socialista y desde septiembre de 1973 que no tiene noticias de ella,
habiendo sido secuestrada sin que hasta el momento se tengan noticias de su
paradero.
i) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se
encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, consignando, en lo pertinente, que Elizabeth
Alarcón Ramos manifestó que fue testigo de la detención de Elba Burgos Sáez,
ocurrida unos quince días después del Golpe de Estado o Pronunciamiento Militar
por cuanto su casa se encontraba ubicada en las proximidades del lugar. Expone
que, cuando se disponía a ir a comprar, alrededor de las 11:00 hrs., vio una
camioneta verde con Carabineros de la cual descendieron dos personas,
reconociéndolos como Godoy y Torres, quienes esposaron a Elba Burgos, la
echaron arriba del vehículo y se la llevaron. Agrega que, por comentarios de un
hombre de apellido Saavedra, se informó que el cuerpo de Elba Burgos fue visto en
una laguna que forma el rio que pasa por atrás de la Tenencia de Carabineros, al
parecer, flotando en el mismo.
j) Informe Pericial fotográfico de fojas 2.121 y siguientes, registrando el
lugar en que, según la testigo Elizabeth Alarcón, fue detenida Elba Burgos Sáez (fs.
2.132 y 2.133).
5°.- Que, los elementos de convicción precedentemente reseñados,
constituyen un conjunto de presunciones judiciales que reúnen las exigencias del
artículo 488 del Código de Procedimiento Penal, permiten tener por acreditado que
alrededor de las 14:30 horas del 17 de septiembre de 1973, Elba Burgos Sáez fue
detenida en calle Camilo Henríquez, entre las calles Rosas y Manuel Rodríguez, en
Santa Bárbara, por funcionarios de Carabineros, sin existir orden legal de
aprehensión en su contra, y que se movilizaban en una camioneta, a la cual
subieron, ignorándose desde esa fecha toda noticia de su paradero o de su
existencia, hasta la fecha.
7904
6°.- Que estos hechos configuran el delito de secuestro calificado de
Elba Burgos Sáez, previsto y sancionado en los incisos 1º y 3º del artículo 141 del
Código Penal (en su redacción de la época), aplicable en la especie por expreso
mandato de los artículos 19 Nº 3 inciso 7º de la Constitución Política de la República
y 18 del Código Penal, con la pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados,
puesto que la víctima fue ilegítimamente privada de libertad, prologándose el estado
antijurídico creado por la acción de encerrar o detener por más de noventa días, y
no obstante las diligencias decretadas por el Tribunal, no ha sido posible fijar un
instante en el cual dicho estado se detiene.
C.- EN CUANTO AL DELITO DE SECUESTRO CALIFICADO DE
ALIRO OPORTO DURAN:
7°.- Que en orden a establecer el hecho punible, materia de acusación
y defensa, se han reunidos los siguientes antecedentes de hecho:
a) Testimonio de Hilda del Carmen Oporto Durán, que a fojas 726,
1.650 y 2.072, quien manifiesta que el 7 de noviembre de 1973, alrededor de las
16:00 hrs., llegaron hasta su domicilio, ubicado en Ralco, un grupo de Carabineros
quienes le preguntaron por el paradero de su hermano Aliro Oporto Durán, quien
logró eludir la detención arrancando desde su vivienda hacia el río, siendo seguido
por los Carabineros, entre los cuales pudo reconocer al Sargento Ruíz, a los cabos
Enrique Osses y otro de apellido Pinilla. A los meses de este incidente, le informan
que se había encontrado el cuerpo de su hermano flotando en el río, el cual
evidenciaba orificios en la espalda, en la parte frontal y en el tórax, donde tenía
unas perforaciones más grandes. Hasta el lugar, concurrieron sus hermanos José y
Margarita, a fin de darle sepultura. Sin embargo, la defunción no fue inscrita,
además que Carabineros de Ralco los vigilaba; indica que no obstante Aliro Oporto
fue enterrado, al ir a ver la sepultura, el cuerpo no fue habido.
b) Informe Pericial Planimétrico de fojas 2.405, en el cual se registra la
versión de Gilda Oporto Durán, señalando el lugar en que se encontraba la casa de
la Familia Oporto y por donde habría arrancado Aliro Oporto Durán, siendo
perseguido por Carabineros.
c) Declaración de José Feliciano Oporto Durán, quien a fojas 1.458,
señala que el 7 de diciembre de 1973, llegaron hasta su casa ubicada en el sector
de Ralco, un grupo de Carabineros entre los que estaban Osses, Pinilla y Ruiz
Pardo, quienes preguntaron por su hermano Aliro. Éste, al percatarse que lo iban a
detener, huyó de la casa en dirección al río, siendo seguido por el Carabinero Ruiz
Pardo hasta que logró dispararle dándole muerte. En esos momentos también se
encontraba en su casa su hermana Hilda del Carmen y su madre Rosa Durán
Badilla. A los cuatro meses de ocurrido el hecho, llegó hasta su domicilio la Sra.
Margarita Soto, quien les informó que el cuerpo de su hermano Aliro había
7905
aparecido en el lecho del río Bio Bio, lugar hasta donde concurrió reconociendo el
cadáver por sus ropas, por lo cual procedió a darle sepultura en ese mismo sector.
Sin embargo, el año 1993 cuando fueron a buscarlo, se dieron cuenta que el cuerpo
ya no estaba, pese a que cavaron por todo el sector.
e) Dichos de Mirta Carmen Figueroa González, quien a fojas 1.467,
manifiesta que, los primeros días de diciembre de 1973, se encontraba en la casa
de la víctima junto a su hermana Hilda Oporto Durán, oportunidad en la que llegó un
grupo de Carabineros del Retén de Ralco en busca de Aliro Oporto, quien, al
informarle que le buscaban, huyó por la puerta trasera de la vivienda hacia el rio Bio
Bio, siendo perseguido por los Carabineros que lo buscaban. Desde ese día, nunca
más volvió a ver a Aliro Oporto Durán.
f) Atestado de Segundo Lizardo Urrea Riquelme, quien a fojas 1.468,
señala que supo de la muerte de Aliro Oporto Durán por comentarios de la gente
que habitaba en Ralco, quienes manifestaban que se había encontrado su cadáver
en la ribera del rio Bio Bio y que era la única persona a quien mataron en esa época
en ese sector.
g) Informe policial N° 324 de la Brigada de Homicidios de la Policía de
Investigaciones de Chile, a fojas 1.480 y siguientes, consignando las declaraciones
extrajudiciales de Hilda Oporto Durán, José Oporto Durán, Víctor Urrea Espinoza y
Segundo Urrea Riquelme.
h) Of. 411 de la Municipalidad de Mulchén, a fojas 1. 584, mediante el
cual se indica que no se registra inhumación del cuerpo de Aliro Oporto Durán en el
referido cementerio.
i) Certificado de nacimiento de fojas 1.649, el cual indica que Aliro
Segundo Oporto Durán nació el 8 de julio de 1955 y que su padre fue Aurelio Aliro
Oporto y su madre Rosa Aurora Durán Badilla.
j) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta rola de fojas 2.155 y
siguientes, consignándose, en lo pertinente, que la testigo Hilda Oporto Durán
manifestó que el 7 de noviembre de 1973, alrededor de las 16:00 hrs. mientras
escuchaba radio junto a sus hermanos Aliro y José, llegó una patrulla de
Carabineros en busca de su hermano Aliro, el cual huyó por detrás de la casa hacia
el rio, disparándole el Sargento Ruiz, pero al parecer no lo alcanzó, pues logró
perderse en los bosques. En la misma diligencia, José Oporto Durán ratifica sus
declaraciones prestadas en la causa. Agrega que al llegar los carabineros él huyó
hacia los cerros que quedan frente a su casa observando desde ahí que el Sargento
Ruiz le disparó a su hermano.
k) Informe Pericial Fotográfico, a fojas 2.173 y siguientes, registrando el
lugar en que le habrían disparado a Aliro Oporto Durán, según los dichos de sus
hermanos Hilda y José (fs. 2.183 y 2.184).
7906
8°.- Que, los elementos de convicción precedentemente reseñados,
constituyen un conjunto de presunciones judiciales que reúnen las exigencias del
artículo 488 del Código de Procedimiento Penal, permiten tener por acreditado que
alrededor de las 16:00 horas del 7 de noviembre de 1973, en circunstancias que
Aliro Segundo Oporto Durán, de 17 años de edad, se encontraba en una casa
ubicada en el sector de Ralco, del Pueblo de Alto Bío Bío, llegó personal de
Carabineros a detenerlo sin orden legal competente, arrancando hacia la ribera del
río Bio Bio, siendo perseguido por los policías, uno de los cuales le disparó,
logrando aprehenderlo, momento desde el cual se ignora toda noticia de su
paradero o existencia.
9°.- Que estos hechos configuran el delito de secuestro calificado de
Aliro Oporto Durán, previsto y sancionado en los incisos 1º y 3º del artículo 141 del
Código Penal (en su redacción de la época), aplicable en la especie por expreso
mandato de los artículos 19 Nº 3 inciso 7º de la Constitución Política de la República
y 18 del Código Penal, con la pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados,
puesto que la víctima fue ilegítimamente privada de libertad, prologándose el estado
antijurídico creado por la acción de encerrar o detener por más de noventa días, y
no obstante las diligencias decretadas por el Tribunal, no ha sido posible fijar un
instante en el cual dicho estado se detiene.
D.- EN CUANTO A LOS DELITOS DE SECUESTRO CALIFICADO DE
JOSÉ RAFAEL ZÚÑIGA ACELDINI, JOSÉ SECUNDINO ZÚÑIGA ACELDINI Y
JOSÉ GILBERTO ARANEDA RIQUELME.
10°.- Que en orden a establecer el hecho punible, materia de la
acusación y defensa, se han reunidos los siguientes antecedentes de hecho:
a) Declaración de José Eduardo Cáceres Parra, quien, a fs. 384, señala
que, por dichos de su padre, hacia fines de septiembre de 1973, mientras éste iba a
buscar leña al lecho del rio Bío Bío, encontró tres cadáveres que estaban siendo
comidos por unos perros, los cuales enterró, ayudado por su hermano Sergio
Patricio Cáceres Parra, ese mismo día por la noche, en un lugar cercano.
b) Declaración de José Antonio Castillo Silva, la cual rola fs. 485 y en la
que señala que, junto a su hermano Juan Arturo Castillo Silva sepultaron un
cadáver que encontraron en el sector Isla del Cuervo, en el río Bio Bío, frente al
Fundo Huingan, sector Los Boldos. Agrega que al tiempo después de este hallazgo,
alrededor de las 9:00 hrs., en el sector Los Arenales más o menos frente a un
acceso al Fundo Huingan, pudo ver otros tres cuerpos humanos, dos de los cuales
estaban vestidos. Al regresar al lugar ese mismo día, alrededor del mediodía, ya no
pudo ver los cuerpos, sin que hubiera rastros de su destino. Agrega que tuvo
conocimiento que los referidos cadáveres fueron enterrados por don “Lalo” Cáceres
junto a su hijo Patricio Cáceres.
7907
c) Testimonio de José Jaime Zúñiga Beroíza, de fojas 729, expone que
es hijo de José Rafael Zúñiga Aceldini, quien desapareció de Santa Bárbara el 17
de septiembre de 1973. Indica que en esa época tenía 13 años de edad, y con su
madre lo fueron a dejar a la tenencia de Santa Bárbara pues estaba citado; eso fue
alrededor de las 16:00 horas, y la citación fue por intermedio de un papel que le
entregó Juan Albornoz Lagos, quien había salido en libertad ese día. Junto a su
padre, debía también presentarse su hermano José Secundino Zúñiga y José
Araneda, lo que hicieron. En la Tenencia los recibió don René Correa Hermosilla,
quien los entregó a Carabineros, los puso tras una reja y les dijo a su madre y a él
que se retiraran porque si no los iba a matar a todos. Después de eso, nunca más
volvieron a saber de él.
d) Atestado de Jova del Carmen Beroíza Faúndez a fojas 1125, 1544 y
1.636, señalando que, el 17 de septiembre de 1973, acompañó a su marido José
Rafael Zúñiga Aceldini y al hermano de éste, José Segundino Zúñiga Aceldini, hasta
la Tenencia de Santa Bárbara toda vez que, según le informó Juan Albornoz Lagos,
su presencia era requerida en ese lugar, donde fueron recibidos por funcionarios
policiales enmascarados, ingresando ambos sin volver a tener noticias de ellos. Por
estos hechos, presentó un recurso de amparo ante la Ilustrísima Corte de
Apelaciones de Concepción, sin que se tuvieran noticias positivas. Agrega que el 18
de septiembre de 1973 concurrió hasta la referida Tenencia llevando ropas para su
marido y cuñado, pero que no fueron recibidas toda vez que le informaron que ellos
habían sido enviados hasta Los Ángeles, lugar donde tampoco fueron encontrados.
e) Copia simple de la página 355 del Informe de la Comisión de Verdad
y Reconciliación, a fojas 737 de estos autos, indicando, en lo pertinente que José
Gilberto Araneda Riquelme, José Secundino Zúñiga Aceldini y José Rafael Zúñiga
Aceldini eran obreros agrícolas del asentamiento Monte Verde y se presentaron
voluntariamente en la Unidad Policial de Santa Bárbara, informando Carabineros
que ellos habían sido trasladados hasta el Regimiento de Los Ángeles, sin que
hasta esta fecha, se tengan noticias de su paradero.
f) Informe Policial N° 45 de la Brigada de Homicidios de la Policía de
Investigaciones de Chile, a fojas 1.107, el cual contiene las declaraciones policiales
de José Antonio Castillos Silva, Juan Arturo Castillo Silva y Jova del Carmen
Beroíza Faúndez.
g) Of AJ 304/2002 del Programa de Continuación de la Ley 19.123 a
fojas 1.430, mediante el cual se informa que sus registros indican que José Gilberto
Araneda Riquelme, José Rafael Zúñiga Aceldini y José Secundino Zúñiga Aceldini
vivían en el sector Los Boldos de la comuna de Santa Bárbara fueron detenidos por
Carabineros del Retén de Santa Bárbara y se encuentran desaparecidos desde el
17 de septiembre de 1973.
7908
h) Informes policiales N° 203 y 237 de la Brigada de Derechos Humanos
de la Policía de Investigaciones, a fojas 2.192 y siguientes y 2.456 y siguientes los
cuales señalan en lo pertinente, que los hermanos José Secundino y José Rafael
Zúñiga Aceldini, junto a José Gilberto Araneda Riquelme, concurrieron, junto a sus
esposas, hasta la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara toda vez que habían
sido citados a ese lugar por intermedio de un campesino llamado Juan Araneda
Albornoz. Al llegar, ingresaron y quedaron en calidad de detenidos, situación
informada a sus cónyuges. Al concurrir al día siguiente, carabineros les informó que
sus maridos habían sido trasladados hasta el Regimiento de Los Ángeles, sin que
hasta le fecha se tengan noticias de su paradero.
i) Informe Planimétrico de fojas 2.334 y siguientes, mediante el cual se
ilustra la ubicación y distribución de la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara y
su acceso a la ribera del río Bio Bio.
j) Oficio N° 265 de la I. Corte de Apelaciones de Concepción, de 10 de
agosto de 1977, a fojas 1.526, que dio origen a la causa rol 18.635, sobre presunta
desgracia de José Rafael Zuñiga y otros.
k) Parte N° 812 de la Policía de Investigaciones de Chile, a fojas 1.529,
dirigido al Segundo Juzgado del Crimen de Los Ángeles informando la denuncia
hecha por Jova del Carmen Beroíza Faundez respecto de la presunta desgracia de
José Rafael Zúñiga Aceldini y José Secundino Zúñiga Aceldini.
l) Declaración de Juan Albornoz Lagos, quien, a fojas 1.532 y 1.545,
manifiesta que, en septiembre de 1973, fue llamado a la Tenencia de Santa Bárbara
a presentarse, sin ser detenido. Sin embargo, le entregaron un papel con los
nombres de José Rafael Zúñiga, Segundino Zúñiga y José Araneda, para que les
dijera que se presentaran en la referida Tenencia a la brevedad, cuestión que
cumplió. Agrega que no conocía al funcionario policial que le entregó los nombres y
que supo que las tres personas se presentaron durante el transcurso de la tarde,
pero que, transcurridos tres días, aun no se tenían noticias de ellos.
m) Declaración de María Magdalena Zúñiga Beroíza, quien a fojas
1.532, señala que desconoce el paradero de su padre José Rafael Zúñiga Aceldini
desde que fue detenido por Carabineros de Santa Bárbara.
n) Informe Policial N° 1.976 de la BICRIM de la Policía de
Investigaciones de Los Ángeles, a fojas 1.575 y siguientes, el cual contiene la
declaración extrajudicial de Jova del Carmen Beroíza Faundez, certificación del
Servicio d Registro Civil e Identificación mediante la cual se indica que José
Secundino y José Rafael, ambos Zúñiga Aceldini, no registran defunción; y en el
que se concluye la efectividad de la denuncia.
o) Oficio N° 200 de la I. Corte de Apelaciones de Concepción, a fojas
1.597, el que sirve de auto cabeza de proceso en la causa rol 19.713 (rol 4.698-4 de
7909
11 de junio de 2003) del 2° Juzgado del Crimen de Los Ángeles por presunta
desgracia de José Gilberto Araneda Riquelme.
p) Parte Policial N° 1.040 de la Policía de Investigaciones de Chile, a
fojas 1.601, dirigido al Segundo Juzgado del Crimen de Los Ángeles informando la
denuncia hecha por Inés del Carmen Bascur Araneda respecto de la presunta
desgracia de José Gilberto Araneda Riquelme.
q) Declaración de Juan Albornoz Lagos a fs. 1.532, 1.545 y 2.595, quien
señala primeramente que, desconoce el actual paradero de José Rafael y José
Secundino Zúñiga Aceldini, viéndolos por última vez en el Asentamiento Monte
Verde en septiembre de 1973; luego, agrega que en el mes de septiembre de 1973,
fue llamado a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara a presentarse, luego de
lo cual fue enviado a su trabajo con una orden de comunicar a tres personas, cuyos
nombres le fueron escritos en un papel, que se presentaran a la brevedad a la
Tenencia. Los nombres de estas personas eran José Rafael Zúñiga, Secundino
Zúñiga y José Araneda. Señala que fue a la casa de cada uno de ellos a
comunicarles la citación que le efectuaban y que ese mismo día, por la tarde,
concurrieron hasta la referida Tenencia, según le comentaron las cónyuges de cada
uno de ellos. Desde ese día, nunca más ha tenido noticias de ellos. Finalmente,
agrega que se informó que los referidos hermanos Zúñiga Aceldini y Araneda
Riquelme habrían sido muertos en el Puente Quilaco.
r) Declaración de María Magdalena Zúñiga Beroíza a fs. 1.532, quien
manifiesta ser hija de José Rafael Zúñiga Aceldini de quien no tiene noticias desde
septiembre de 1973. Agrega que fue detenido por Carabineros de Santa Bárbara y
que desconoce la filiación política que pudo haber tenido su padre ya que él ni
siquiera sabía leer.
s) Declaración de Inés del Carmen Bascur Araneda, quien, a fojas 1.602
vta, 1.607 y 1.680 y 2.995 señala que su cónyuge, José Gilberto Araneda Riquelme,
fue detenido por Carabineros de Santa Bárbara el 17 de septiembre de 1973,
oportunidad en la que concurrió voluntariamente hasta la Tenencia de la referida
ciudad junto a los hermanos Rafael y Secundino Zúñiga Aceldini y acompañados
por la cónyuge del primero, señora Jova Beroíza, sin que, hasta la fecha se tengan
noticias de su paradero. Agrega que, días después, en la referida Tenencia, le
informaron que su marido y amigos habían sido trasladados hasta el Regimiento de
Los Ángeles, lugar hasta donde concurrieron sin poder dar con su paradero.
t) Testimonio de Juan Bautista Albornoz Lagos, que a fojas 1.603 y
1.606 vta, señala que, luego de prestar declaración ante Carabineros de la
Tenencia de Santa Bárbara, le fue encomendado que citara a los hermanos José
Rafael y Secundino Zúñiga Aceldini y a José Gilberto Araneda Riquelme, cuyos
nombres le fueron entregados en un papel manuscrito, todos domiciliados en el
7910
Asentamiento Monteverde. Cumplió este cometido y nunca más supo del paradero
de ellos. Agrega que desconoce el nombre del carabinero que le entregó los
nombres.
u) Dichos de María Dina González Quezada, quien a fojas 1.607 vta,
manifiesta que es la cónyuge de José Secundino Zúñiga Aceldini y que lo
acompañó hasta la Tenencia de Santa Bárbara el día 17 de septiembre de 1973, sin
volver a tener noticias de él.
v) Declaración de Margarita Riquelme Lizama, que a fojas 1.608, señala
ser la madre de José Gilberto Araneda Riquelme, quien concurrió, según le indicara
Juan Albornoz Lagos, hasta la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara junto a
los hermanos Rafael y Secundino Zúñiga Aceldini, lugar desde donde desapareció
sin tener noticias de su paradero hasta la fecha. Agrega que, en su oportunidad,
Carabineros de Santa Bárbara le indicaron que había sido trasladado hasta el
Regimiento de Los Ángeles, lugar donde le indicaron que no había ingresado.
w) Informe Policial N° 2.167 de la BICRIM de Los Ángeles, de fojas
1.626, respecto de los resultados del procedimiento investigativo por presunta
desgracia de José Gilberto Araneda Riquelme los cuales concluyen en la veracidad
de la denuncia.
x) OF EXT N° 14 del Cementerio Municipal de Santa Bárbara, a fojas
1.696, en el que se informa que no existen antecedentes de José Rafael Zúñiga
Aceldini, José Secundino Zúñiga Aceldini ni de José Gilberto Araneda Riquelme
como difuntos de ese cementerio.
y) ORD N° 864 del Alcalde de la Municipalidad de Mulchén, a fojas
1.697, en el que se informa que, en la Oficina del Cementerio Municipal de Mulchén,
no se encontraron antecedentes de José Rafael Zúñiga Aceldini, José Secundino
Zúñiga Aceldini ni de José Gilberto Araneda Riquelme como difuntos de ese
cementerio.
11°.- Que, los elementos de convicción precedentemente señalados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen las exigencias del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, permiten tener por acreditados los siguientes
hechos: Que en horas de la tarde del 17 de septiembre de 1973, José Rafael
Zúñiga Aceldini, José Secundino Zúñiga Aceldini y José Gilberto Araneda Riquelme,
concurrieron voluntariamente a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara,
cumpliendo una citación que les había hecho Carabineros de la aludida unidad
policial, a través de Juan Albornoz Lagos, siendo ingresados a la Tenencia, como
detenidos, sin orden legal competente, ignorándose desde esa fecha toda noticia
sobre su paradero o destino.
12°.- Que estos hechos configuran el delito de secuestro calificado, en
perjuicio de José Rafael Zúñiga Aceldini, José Secundino Zúñiga Aceldini y
7911
José Gilberto Araneda Riquelme, previsto y sancionado en los incisos 1º y 3º del
artículo 141 del Código Penal (en su redacción de la época), aplicable en la especie
por expreso mandato de los artículos 19 Nº 3 inciso 7º de la Constitución Política de
la República y 18 del Código Penal, con la pena de presidio mayor en cualquiera de
sus grados, puesto que la víctima fue ilegítimamente privada de libertad,
prologándose el estado antijurídico creado por la acción de encerrar o detener por
más de noventa días, y no obstante las diligencias decretadas por el Tribunal, no ha
sido posible fijar un instante en el cual dicho estado se detiene.
E.- EN CUANTO AL DELITO DE SECUESTRO CALIFICADO DE
JUAN DE DIOS FUENTES LIZAMA Y JUAN FRANCISCO FUENTES LIZAMA.
13°.- Que en orden a establecer el hecho punible, materia de acusación
y defensa, se han reunidos los siguientes antecedentes de hecho:
a) Declaración de Jacinto Segundo Fuentes Lizama, de fojas 507 vta;
quien expone que es hermano de Juan Francisco y Juan de Dios, ambos Fuentes
Lizama, quienes vivían en el sector del Fundo Corcovado, en Villacura y
desaparecieron de su domicilio en septiembre de 1973, siendo detenidos por los
Carabineros Echeverría y Torres, junto a civiles. Indica que ese día, él estaba en el
pueblo y vio pasar, como a unos 200 metros de distancia, dos camionetas con
Carabineros y civiles, rumbo a Corcovado.
b) Testimonio de Lucía Fuentes Vega, quien, a fs. 510, 1.939, 2.085 y
3.048, señala ser hija y sobrina de Juan Francisco y Juan de Dios, ambos Fuentes
Lizama, respectivamente; y que, el 14 de septiembre de 1973, fue testigo de como
una patrulla de militares, carabineros y civiles detuvieron a su padre y tío en su
domicilio ubicado en el Fundo Corcovado, fecha desde la cual no tiene noticias de
ellos. Agrega que, entre los civiles en esa patrulla, reconoció a dos personas, una
de apellido Domínguez y a un calvo de apellido Valdivia, pues ambos vivían en
Santa Bárbara, y que días antes de la detención, Carabineros había registrado su
casa en busca de armas. Señala que el día de la detención, venía de la escuela y
llegando a la casa, se encontró en el camino con un camión militar verde, y en el
patio había un grupo más o menos de 7 personas, entre civiles y uniformados, los
que le apuntaron y le dijeron que se fuera, porque no querían hacerle nada; señala
que vio en esa oportunidad que a su tio Juan de Dios Fuentes Lizama lo tenían con
las manos atrás arrimado a una carreta y lo apuntaban con armas; y su papá estaba
a unos 50 metros de su tio, arriba de un árbol que estaba botado y también lo
apuntaban. Indica que como la obligaron a irse, se fue caminando y escuchó atrás
unos disparos, pero no se atrevió a mirar, una media hora después, paso el mismo
camión de vuelta a Santa Bárbara, con las mismas personas que habían apuntado
a su papá y tío. Desde esa fecha nunca más los volvió a ver.
7912
d) Inspección Personal del Tribunal cuya acta rola a fs. 521 que da
cuenta de la diligencia practicada en la parcela de propiedad de Domingo Moraga,
sector rural de Corcovado y a 7 kms. desde el camino que une Santa Bárbara con
Villacura, lugar donde se encontraba el domicilio de los hermanos Fuentes Lizama.
e) Informe Policial N° 1 de la Brigada de Homicidios de Concepción de
la Policía de Investigaciones de Chile de fs. 542 a 553, relativo a la constitución del
Tribunal en el sector de Corcovado a fin de proceder a la diligencia de inspección
ocular del Tribunal.
f) g) Of AJ 304/2002 del Programa de Continuación de la Ley 19.123 a
fojas 1.430 el cual, en lo pertinente, señala que Juan de Dios y Juan Francisco
Fuentes Lizama fueron detenidos el 14 de septiembre de 1973 en el sector de
Corcovado de la comuna de Santa Bárbara y se encuentran desaparecidos hasta
esta fecha.
g) Informes policiales N° 203 y 237 de la Brigada de Derechos Humanos
de la Policía de Investigaciones, a fojas 2.192 y siguientes y 2.456 y siguientes,
dando cuenta de las diligencias realizadas en virtud de la orden de investigar
despachada en esta causa.
h) Certificados de nacimiento de fojas 2.346 que da cuenta del
nacimiento de Juan de Dios Fuentes Lizama, nacido el 15 de abril de 1920, hijo de
Jacinto Fuentes Guajardo y Audilia Lizama, y cuyo r.u.n. es 1.085.889-5.
j) OF EXT N° 14 del Cementerio Municipal de Santa Bárbara, a fojas
1.696, en el que se informa que no existen antecedentes de Juan de Dios Fuentes
Lizama como difunto de ese cementerio.
k) ORD N° 864 del Alcalde de la Municipalidad de Mulchén, a fojas
1.697, en el que se informa que, en la Oficina del Cementerio Municipal de Mulchén,
no se encontraron antecedentes de Juan de dios Fuentes Lizama ni de Juan
Francisco Fuentes Lizama como difuntos de ese cementerio.
l) Atestado de José Nelson Pérez Castillo, quien a fs 1.754 y 2.790,
señala que conoció a los hermanos Juan de Dios y Juan Francisco Fuentes Lizama,
quienes vivían en el Fundo Corcovado y que respecto de su detención, ella ocurrió
en septiembre de 1973 en circunstancias que un señor de nombre Cristóbal Moraga
les dijo a Carabineros que tenía conocimiento de donde vivían, llevándolo en una
camioneta hasta ese lugar bajo amenaza de matarlo si no colaboraba. Recuerda
que entre los funcionarios policiales pudo reconocer a uno de apellido Echeverría,
apodado “Tito Cotorra” y que, al llegar al domicilio de los hermanos Fuentes Lizama,
fueron detenidos y subidos a la camioneta para trasladarlos hasta la Tenencia de
Santa Bárbara, sin volver a saber de ellos.
m) Dichos de José Ramón Sanhueza Fonseca, quien a fs. 1.756,
expone que conoció a los hermanos Juan de Dios y Juan Francisco Fuentes
7913
Lizama, quienes vivían en el sector de Corcovado, haciendo carbón, y que, por
comentarios de los lugareños, supo que ellos habían sido detenidos por
Carabineros de Santa Bárbara.
n) Declaración de Cristóbal Rolando Moraga Vejar, de fojas 1.757 y
3.007, quien manifiesta haber conocido a los hermanos Juan de Dios y Juan
Francisco Fuentes Lizama quienes vivían y trabajaban el Fundo Corcovado.
ñ) Dichos de José Luis Pino Garrido, de fojas 1.759, quien señala que
conoció a los hermanos Fuentes Lizama y que respecto de su detención, supo por
comentarios hechos en el fundo donde vivían que eran responsables los
Carabineros de Santa Bárbara, uno al que apodaban “El Cotorra” o “Tito
Echeverría” y otro llamado Sargento Quilodrán.
o) Atestado de Walter Solar Rabanal de fojas 1.762, quien señala que
conoció a los hermanos Fuentes Lizama porque vivían y trabajaban en el Fundo
Corcovado, donde hacían carbón y que, respecto de su detención, se enteró por
comentarios que habían sido detenidos por Carabineros de Santa Bárbara quienes
se movilizaban en una camioneta del INDAP, pues era la única que existía en esa
época.
p) Denuncia de la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación
a fs. 2.576, por inhumación ilegal de cadáveres de, entre otros, Juan de Dios
Fuentes Lizama, de 78 años a la época de su desaparición y Juan Francisco
Fuentes Lizama, de 67 años a la época de su desaparición, ambos detenidos en el
Fundo El Corcovado.
q) Informe Policial N° 130 del Departamento V de la Policía de
Investigaciones de Chile, a fs. 2.608 y siguientes y 2.821 y siguientes, en los cuales
se concluye que ambos hermanos fueron detenidos el 14 de septiembre de 1973 en
el Fundo El Corcovado, donde trabajaban como carboneros y trasladados hasta la
Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara sin que hasta este fecha se tengan
noticias de su paradero o se hayan encontrado sus cuerpos.
14°.- Que, los elementos de convicción precedentemente señalados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen las exigencias del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, permiten tener por acreditado los siguientes
hechos: Que el 14 de septiembre de 1973, Juan de Dios Fuentes Lizama y Juan
Francisco Fuentes Lizama, fueron detenidos en su domicilio ubicado en una choza
del Fundo Corcovado, camino a Villacura, en la Comuna de Santa Bárbara, por
personal de Carabineros y civiles, sin existir orden legal de detención y sin que
hasta la fecha se tenga conocimiento de su destino o paradero.
15°.- Que estos hechos configuran los delitos de secuestro calificado
en las personas de Juan de Dios Fuentes Lizama y Juan Francisco Fuentes
Lizama, previsto y sancionado en los incisos 1º y 3º del artículo 141 del Código
7914
Penal (en su redacción de la época), aplicable en la especie por expreso mandato
de los artículos 19 Nº 3 inciso 7º de la Constitución Política de la República y 18 del
Código Penal, con la pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados, puesto
que la víctima fue ilegítimamente privada de libertad, prologándose el estado
antijurídico creado por la acción de encerrar o detener por más de noventa días, y
no obstante las diligencias decretadas por el Tribunal, no ha sido posible fijar un
instante en el cual dicho estado se detiene.
F. DE LOS DELITOS DE SECUESTRO CALIFICADO DE JUAN DE
DIOS Y JULIO ALBERTO RUBIO LLANCAO, JOSÉ MARÍA TRANAMIL PEREIRA
Y GUILLERMO PURRÁN TRECA.
16°.- Que, en orden a establecer los hechos punibles, materia de
acusación y defensa, se han reunidos los siguientes antecedentes de hecho:
a) Of AJ 304/2002 del Programa de Continuación de la Ley 19.123 a fs.
1.430, en el cual se indica que las cuatro víctimas señaladas fueron detenidas en el
sector urbano de Santa Bárbara el día 12 de septiembre de 1973.
b) Informes Policiales N° 203 y 237 de la Brigada de Derechos
Humanos de la Policía de Investigaciones de Chile, a fojas 2.192 y siguientes y
2.456 y siguientes, en el cual se señala que los hermanos Juan de Dios y Julio
Alberto Rubio Llancao, José María Tranamil Pereira y Guillermo Purrán Treca eran
dirigentes de sus respectivas comunidades pehuenches, ubicadas en la zona de
Alto Bio Bío y fueron detenidos por Carabineros de Santa Bárbara permaneciendo
desaparecidos desde entonces.
c) Informe Planimétrico de fojas 2.334 y siguientes, en el que se indica
la ubicación y distribución de las dependencias de la Tenencia de Santa Bárbara.
d) certificados de nacimiento de fojas 2.343 vta a 2.345 vta, en los que
se certifica el nacimiento de José María Tranamil Pereira el 10 de julio de 1926, hijo
de Segundo Tranamil Salazar y de Juana Pereira Canio; de Juan de Dios Rubio
Llancao el 6 de diciembre de 1934, hijo de José Luis Rubio Huenten; el de Julio
Alberto Rubio Llancao el 6 de junio de 1937, hijo de José Luis Rubio Huenten y
Evangelina del Carmen Llancao; y el de José Guillermo Purrán Treca el 4 de enero
de 1935, hijo de Mariano Purrán Pellao (no indica nombre de la madre).
e) Testimonio de María Fidela Purrán Milla, quien a fs. 1.651 Y 2.870
señala ser hija de Guillermo Purrán Treca y que su padre fue detenido, sin orden
previa y sin causa justificada, en la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara el
18 de septiembre de 1973, en circunstancias que había concurrido hasta dicho
recinto con la finalidad de conseguir transporte para volver hasta su domicilio
ubicado en Callaqui. Agrega que, al día siguiente de esta detención, concurrió hasta
la referida Tenencia en compañía de su madre Rosa Lucila Milla Vita, momento en
el cual le informaron que su padre había sido trasladado hasta el Regimiento de Los
7915
Ángeles. Al concurrir hasta este último lugar, le informaron que no habían recibido
ningún detenido desde la Tenencia de Santa Bárbara. Señala además que su padre
estuvo detenido junto a René Beltrán, quien le manifestó éste fue sacado de la
Tenencia el día 18 de septiembre por la noche en una camioneta junto a él y a otro
joven, llevados hasta el Puente Quilaco lugar donde les dispararon, logrando
Beltrán escabullirse luego de caer al río y salvar con vida.
h) OF EX N° 14 del Cementerio Municipal de Santa Bárbara, a fojas
1.696, en el que se informa que no existen antecedentes de Juan de Dios Rubio
Llancao, de Julio Alberto Rubio Llancao, de José Guillermo Purrán Treca ni de José
María Tranamil Pereira como difuntos de ese cementerio.
i) ORD N° 864 del Alcalde de la Municipalidad de Mulchén, a fojas
1.697, en el que se informa que, en la Oficina del Cementerio Municipal de Mulchén,
no se encontraron antecedentes de Juan de Dios Rubio Llancao, de Julio Alberto
Rubio Llancao, de José Guillermo Purrán Treca ni de José María Tranamil Pereira
como difuntos de ese cementerio.
j) Declaración de Rosa Lucila Milla Vita, que a fojas 1.703, 2.083 Y
2.871, manifiesta haber sido conviviente de José Guillermo Purrán Treca y madre
de su hija María Fidela. Agrega que su conviviente fue detenido el 18 de septiembre
de 1973 en la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara, lugar en el cual le
negaron su detención, pero le señalaron que había sido trasladado hasta el
Regimiento de Los Ángeles, lugar al cual concurrieron buscando noticias sin
obtener resultados positivos pues les indicaron que no había ingresado a ese
recinto. Desde el momento de su detención, no han vuelto a tener noticias de él.
k) Testimonio de Francisca del Carmen Purrán Milla, que a fojas 1.704,
señala que es hija de José Guillermo Purrán Treca y rectifica que la detención de su
padre ocurrió el 17 de septiembre de 1973, de lo cual se enteró por dichos de
Claudina Parada Huincamán, precisando que ello ocurrió cuando su padre concurrió
hasta la Tenencia de Santa Bárbara y, a pesar de no tener una orden de arresto en
su contra, fue detenido. Esto, a su vez, lo confirmó José René Beltrán Pellao quien
informó a la familia que Purrán Treca estuvo detenido en la Tenencia de Santa
Bárbara y que, por lo que recordaba, sentaron a los detenidos, entre los que se
encontraban José Guillermo Purrán Treca, Juan de Dios Rubio Llancao, Julio
Alberto Rubio Llancao y José María Tranamil Pereira, en el puente que une la
localidad con Quilaco y les dispararon, cayendo los cuerpos al rio Bio Bio. Beltrán
Pellao señala que él salvo toda vez que se lanzó al río antes de impactarle las
balas, por lo que, a pesar de quedar herido, pudo nadar y eludir a los fusileros.
Finalmente, señala que por Patricio Baeza supo que su padre había sido su
compañero de detención en la referida Tenencia de Santa Bárbara y que lo habían
muerto en el puente sobre el río Bio Bio que une a Santa Bárbara con Quilaco.
7916
l) Testimonio de Ignacio Purran Pellao, que a fojas 1.705, manifiesta ser
hermano de Guillermo Purrán Treca y que se enteró de su detención por dichos de
Santos Beroíza, precisando que ello ocurrió el 17 de septiembre de 1973 cuando
concurrió junto a su hermano a comprar víveres a Santa Bárbara, no pudiendo
retornar a la localidad de Callaqui pues la locomoción colectiva iba llena y, como se
acercaba el horario de toque de queda, José Guillermo concurrió hasta la Tenencia
de Santa Bárbara a dejar una constancia, no volviendo a verlo ni a tener noticias de
él. Por los dichos del mismo Santos Beroíza, se enteró que su hermano fue
detenido por los Carabineros de la localidad y muerto en el puente que la une con
Quilaco, junto a otros detenidos.
m) Testimonio de Orfelina del Carmen Rubio Llancao a fs. 1.746,
indicando que es hermana de Juan de Dios y Julio Alberto Rubio Llancao, quienes
fueron detenidos por Carabineros de Santa Bárbara el 16 de septiembre de 1973, lo
que supo por José Beltrán Pellao. Agrega, que ella y sus familiares sabían que
estaba detenido en la Comisaría de Santa Bárbara, incluso le solicitaron útiles de
aseo, pero luego no tuvo más conocimiento de ellos. Según su hermano José
Beltrán Pellao, los habían tirado al rio, después de que lo tiraran él, pero no los vio
salir. No sabe si actualmente están vivos o muertos.
n) Dichos de José René Beltrán Pellao, de fojas 1.747, quien señala que
conoció a José Guillermo Purrán Treca, a Juan de Dios Rubio Llancao, y a Julio
Alberto Rubio Llancao toda vez que eran dirigentes de la comunidad de Callaqui y
fueron detenidos, juntos con él, por Carabineros de la Tenencia de Santa Bárbara
en septiembre de 1973. Señala que fueron detenidos en circunstancia que se
aprestaban para regresar a sus respetivas comunidades, cuando la micro que les
servía se fue sin ellos, por lo que, antes de que se iniciara el toque de queda,
concurrieron hasta la Tenencia de Santa Bárbara a explicar lo sucedido y buscar
alguna solución a su situación, sin embargo, sin mediar orden, fueron detenidos y
encerrados en sus calabozos. Compartió detención además con José María
Tranamil, en el mismo recinto. Respecto de la desaparición de Purrán Treca, de los
hermanos Rubio Llancao y de Tranamil Pereira, señala que, estando todos
detenidos en la Tenencia de Santa Bárbara, en horas de la noche fueron sacados
por funcionarios policiales y llevados hasta el puente que une Santa Bárbara con
Quilaco, lugar donde fueron sentados en la baranda disparándoles. A su respecto,
señala que logró saltar antes al río para eludir las balas y poder escapar, lo que
consiguió, no siguiendo la misma suerte los demás compañeros de detención de
quienes nunca más supo noticias. Agrega que los carabineros de la referida
Tenencia les pegaron, maltrataron y amenazaron a las familias de todos los
detenidos.
7917
n) Declaración de Domingo Piñaleo Pellao, quien a fojas 1.749 señala
que conoció a Juan de Dios Rubio Llancao, a Julio Alberto Rubio Llancao y a José
Guillermo Purrán Treca, porque eran vecinos en la Comunidad de Callaqui y al
Cacique de Trapa Trapa José María Tranamil Pereira, todos los cuales fueron
detenidos por Carabineros de la Tenencia de Santa Bárbara y después muertos por
los mismo funcionarios en días posteriores al 11 de septiembre de 1973.
ñ) Dichos de Raúl Alejandro Tranamil Manquepi, quien a fojas 1.820 y
2.875, manifiesta ser hijo de José María Tranamil Pereira, Lonco de la Comunidad
de Trapa Trapa y que conocía a José Guillermo Purrán Treca, Lonco de la
Comunidad de
Callaqui y a los hermanos Juan de Dios y Julio Alberto Rubio
Llanco, siendo el primero, Lonco de la Comunidad de Cauñicu, todos los cuales
fueron detenidos por Carabineros de la Tenencia de Santa Bárbara en días
posteriores al Golpe de Estado de septiembre de 1973, sin que volviera a tenerse
noticias de ellos o de su paradero.
o) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, en la cual se consigna la narración de José
Beltrán Pellao, señalando que fue detenido por Carabineros de Santa Bárbara,
cuyos nombres serían un tal Sáez, un tal Sepúlveda y un tal Godoy. Agrega, que
fueron retirados del lugar por Carabineros junto a Guillermo Purrán, los hermanos
Rubio Llancao y otras personas, trasladándolos al puente Quilaco donde los bajaron
y les dispararon. Prosigue, señalando que él se lanzó al rio antes que le llegaran los
disparos y se sumergió en las aguas dejándose llevar por la corriente, viendo los
cuerpos de los otros cadáveres.
p) Informe Pericial Fotográfico de fojas 2.121 y siguientes, en el que se
consignan imágenes de la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara y del Puente
Quilaco, indicando el lugar preciso en que se lanzó al rio (fs. 2. 135, 2.136 y 2.137)
q) Informe Policial N° 5.741 de la Brigada de Homicidios de Concepción
de la Policía de Investigaciones de Chile, a fojas 5.981 y siguientes, el cual se
consignan las declaraciones extrajudiciales de Raúl Tranamil Manquepi y de José
Beltrán Pellao.
17°.- Que, los elementos de convicción precedentemente señalados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen las exigencias del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, permiten tener por acreditados los siguientes
hechos: Que el 16 de septiembre de 1973, Juan de Dios y Julio Alberto Rubio
Llancao, fueron detenidos y trasladados a la Tenencia de Carabineros de Santa
Bárbara, a cargo del Jefe de la Unidad, Teniente Planté Aravena Saéz. El mismo
día, Guillermo Purrán Treca recurrió a la indicada unidad policial, en busca de
protección, porque no podía regresar a su domicilio ya que lo había dejado el bus y
estaba próxima la hora de inicio del toque de queda, quedando detenido. En la
7918
noche, los tres, más José María Tranamil Pereira, que también se encontraba
detenido sin orden competente, fueron sacados de la Tenencia y trasladados al
Puente Quilaco, donde les dispararon los Carabineros, desconociéndose desde esa
fecha toda noticia sobre el destino o paradero de Juan de Dios Rubio Llancao, Julio
Rubio Llancao, José María Tranamil Pereira y José Guillermo Purrán Treca.
18°.- Que estos hechos configuran los delitos de secuestro calificado
perpetrados en las personas de Juan de Dios Rubio Llancao, Julio Rubio
Llanco, José María Tranamil Pereira y José Guillermo Purrán Treca, previsto y
sancionado en los incisos 1º y 3º del artículo 141 del Código Penal (en su redacción
de la época), aplicable en la especie por expreso mandato de los artículos 19 Nº 3
inciso 7º de la Constitución Política de la República y 18 del Código Penal, con la
pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados, puesto que la víctima fue
ilegítimamente privada de libertad, prologándose el estado antijurídico creado por la
acción de encerrar o detener por más de noventa días, y no obstante las diligencias
decretadas por el Tribunal, no ha sido posible fijar un instante en el cual dicho
estado se detiene.
G.- DE LOS DELITOS DE SECUESTRO CALIFICADO DE JOSÉ
DOMINGO GODOY ACUÑA, JULIO CÉSAR GODOY GODOY, DESIDERIO
AGUILERA SOLIS, JOSÉ NAZARIO GODOY ACUÑA, MANUEL SALAMANCA
MELLA Y JOSÉ MARIANO GODOY ACUÑA
19°.- Que en orden a establecer los hechos punibles, materia de la
acusación y defensa, se han reunidos los siguientes elementos de juicio:
a) Copia simple de las hojas 355 y 356 del Informe de Verdad y
Reconciliación, agregado a 256 y 257, señalando, en lo pertinente, que el 20 de
septiembre de 1973 fueron detenidas en sus respectivos domicilios, por una patrulla
de civiles y efectivos de carabineros las siguientes personas: Desiderio Aguilera
Solís, José Mariano Godoy Acuña, José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy
Godoy, José Nazario Godoy Acuña, José Mariano Godoy Acuña y Manuel
Salamanca Mella.
b) Querella de fojas 260 a 268, interpuesta por doña Ruth Jaqueline
Salamanca Godoy, por los delitos de secuestro agravado y/o eventualmente
homicidio e inhumación ilegal de su padre Manuel Salamanca Mella.
c) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, quien a fojas 374 vta,
expone que el día del golpe militar, en horas de la tarde, fue detenido por los
Carabineros “Cotorra” y Jaime Godoy, quienes lo llevaron a la Tenencia de Santa
Bárbara, donde pasó la noche y al día siguiente fue llevado a Los Ángeles, en un
bus municipal; estando detenido en diversas partes, como el Gimnasio Iansa, el
Liceo y el Regimiento, siendo liberado en Concepción, alrededor de tres meses
después. Indica que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de
7919
su detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
f) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que, desde el año 1975 en delante, trabajó para el Arzobispado de
Concepción, primero en el Comité Pro Paz y luego en el Departamento de
Asistencia Social. En 1977, por iniciativa de la Iglesia Católica, en todo Chile, los
diferentes Arzobispados comenzaron a investigar los casos de detenidos
desaparecidos, siendo ella destinada a trabajar en la ciudad de Los Ángeles, para la
zona del Bio Bio y por esa razón le tocó conocer y entrevistar muchos familiares de
gente desaparecida en Santa Bárbara. En ese contexto, conoce el caso de Manuel
Salamanca Mella, puesto que ella entrevistó a sus familiares, anotando toda la
información que recibía en un cuaderno y que luego sirvieron para editar el libro
“Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad,
del Arzobispado de Santiago. Del caso de Manuel Salamanca Mella, señala que su
cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue ella la que le contó lo de su marido, un
primo, sus hermanos y un cuñado de nombre Desiderio Aguilera. Al parecer,
Salamanca fue detenido en su casa por los Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de
apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge
Domínguez. Sabe que al ser detenido, él como su mujer fueron agredidos por civiles
y ella quedó aturdida por un golpe en la cabeza; Salamanca era obrero agrícola del
Fundo El Huachi, propiedad de los hermanos Barrueto, y por comentarios de otras
personas, supo que él había sido detenido porque era traficante de ganado. Indica
que junto a Salamanca fueron detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes
después quedaron en libertad y ellos contaban que tanto Salamanca, como los
hermanos Godoy y Desiderio Aguilera, habían quedado detenidos en el Retén. Del
caso de Manuel Salamanca Mella, se trata en la página 1605 n° 406 del Libro
Donde Están, en tanto que la desaparición de Desiderio Aguilera y los hermanos
Godoy, se lee en las páginas 1537 n° 383, y 1560, a 1571, números 392 a 395,
g) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: Juan Bautista, Domingo
Elermin, Ruth Jacqueline e Ismael de La Cruz, todos Salamanca Godoy, de 9, 6, 5 y
2 años de edad, respectivamente en esa época. Indica que despertó por el ruido de
gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para hacerlo,
7920
reventaban las cerraduras con limas y asi fue como entraron a su casa por la
cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas personas
le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los hermanos
Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El Choco”),
de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que portaba,
mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos Carabineros, que los
acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin hacer nada. Indica que
su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella tenía cuatro hermanos
que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la Familia Barrueto; dos
de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos Godoy Acuña, están
desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de nombre Julio Godoy
Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa época tenía un hijo
haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo Aguilera Godoy.
En la noche de detención de su marido, éste había llegado como a las 20:00 horas,
algo bebido y antes de acostarse le contó que había estado tomando vino en el
negocio de Julia Sandoval y escuchó que frente al local se estaba reuniendo un
grupo de jóvenes, entre ellos, los hermanos Barrueto, para ir al Fundo El Huachi a
buscar a sus hermanos, por lo que Manuel decidió acostarse ya que pensaba que
pronto lo vendrían a buscar a él; le dijo que esa noche iba a ser detenido por ser
cuñado de sus hermanos y porque de soltero había vivido en ese fundo. Indica que
solo en 1997 se enteró por los motivos por el cual los Barrueto detuvieron a su
marido, cuando fue careada con ellos en la causa 373 del Juzgado de Santa
Bárbara, cuando ellos le dijeron que la detención de su cónyuge y demás familiares
fue por la matanza de 40 animales de su Fundo, de la cual eran responsable sus
hermanos, tÍo y cuñado, lo que según ella, es una imputación falsa. Indica que su
marido fue sacado a la fuerza de la cama por los hermanos Barrueto, quienes lo
golpeaban con sus armas y herramientas que portaban, en ese momento Manuel
les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo que habían hecho y ellos le
contestaron que se levantara porque lo iban a matar; ahí, ella quiso ayudar a su
esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo en la frente y perdió el
conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una vecina la encontró
botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado. Unos 15 días después
que se llevaron a su esposo, supo por Jovino y Emiliano Aguilera Solís, y por Taco
Verdugo, quienes también habían estado detenidos y después libertados, que tanto
ellos como su marido, hermanos, tío y cuñado, fueron detenidos el mismo día y
presos en el retén de esa ciudad, en un lugar donde había mucha paja; y que como
a las 02:00 horas del día de la detención de su esposo, las mismas personas que
los detuvieron, el grupo de civiles y Carabineros, empezaron a sacar gente del
lugar, de a uno a todos los desaparecidos, para llevárselos y luego, casi de
7921
inmediato, sintieron disparos dentro del mismo recinto, también le contaron que
sentían un vehículo que entraba y salía del retén. Después de haber hablado con
los Aguilera y Verdugo, fue al retén a saber de su marido y un carabinero de
apellido Torres le contó que los habían pasado a Los Ángeles, entonces los buscó
en el Regimiento y un Capitán la mandó a la Fiscalía, para hacer una denuncia,
donde declaró dos veces y también lo hizo su sobrino Pablo; en la Fiscalía fue
careada con los hermanos Barrueto e incluso fueron militares a revisar su casa.
Otro testigo de la detención es Ambrosio Piñaleo Beroiza, la que fue obligada por
los civiles y Carabineros que se llevaron a Manuel, para que les mostrara donde
quedaba su casa, y una vez que lo hizo, lo soltaron. Indica que vio con sus propios
ojos que las personas que detuvieron a su marido fueron los hermanos Ricardo y
Manuel Barrueto, los civiles hermanos Valdivia y el Pelado Domínguez, Sergio
Fuentes Valenzuela y Simón Mera, ya fallecido; de los Carabineros, supo que
intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por los dichos
de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente cuando
detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José Salamanca,
también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su casa a
preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le mostrara
donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que vio cuando
detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le contaron Jovino y
Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. Otra persona que sabe de lo ocurrido
es su hermano, Facundo Godoy Acuña, que vive cerca del Fundo El Huachi, de esa
comuna. En la misma declaración, hace presente que reconoce las fotografías que
rolan a fs. 283 (31) como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano
Domingo; la de fs. 292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de
Ricardo Barrueto; la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su
suegro, andaba en el grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel
Barrueto, quien le dio el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55
(307) y 61 (313), como la de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su
suegro, como autores de la detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un
Carabinero que la mandó a Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al
momento que su marido fue detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro
medio blanqueado, camisa blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color
café y un cinturón café con hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano
derecha y solo tenía su dedo meñique, por eso le decían “El Choco”. Indica que en
una oportunidad, unos 15 años después de la detención de su marido, tomó
contacto con Marcelino Morales, ahora fallecido, que vivía en el Sector Los Boldos,
y que le manifestó que, en una oportunidad, vio unos cadáveres en el rio y
7922
reconoció a su marido, porque poco antes le había comprado un caballo y por su
mano derecha, pero no se atrevió a enterrarlo, porque le dio medio.
h) Fotografías de José Domingo Godoy Acuña (fs. 405), Desiderio
Aguilera Solis (fs. 406), José Nazario Godoy Acuña (fs. 405), Manuel Salamanca
Mella (fs. 404) y José Mariano Godoy Acuña (fs. 404).
i) Certificados de nacimiento de: Manuel Salamanca Mella, a fs. 407;
donde consta que nació el 10 de marzo de 1935, y fue inscrito en la circunscripción
de Santa Bárbara bajo el número 13 del año 1940; de José Mariano Godoy Acuña,
a fs. 408, nacido el 28 de octubre de 1947, e inscrito bajo el número 537 del año
1947 de la misma circunscripción; de José Nazario Godoy Acuña, a fs. 409, nacido
el 12 de junio de 1951, inscrito en Santa Bárbara el año 1951 bajo el número 178;
de José Domingo Godoy Acuña, a fs. 410, nacido el 30 de julio de 1953, e inscrito
en Santa Bárbara, bajo el número 267 en el año 1953;
j) Declaración de Julio Erices Cid, quien a fs. 412 expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por otro Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a llamar
uno a uno a los detenidos quienes salían del calabozo, varios a la vez. En total,
fueron tres grupos de personas a quienes llamaban a declarar, como decía el
Cotorra, pero nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de
detenidos, se sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que
amaneció, ya no se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo,
Domingo Escobar, Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a
la gente del pueblo decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había
sido fusilada en el Puente Quilaco. Indica que Manuel Salamanca fue detenido esa
misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo calabozo.
Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A los hermanos Godoy y
a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del Huachi. Señala que al
7923
momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban con revólveres; por otra
parte, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el Negro Fuentes, estaban armados con
metralletas.
k) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
l) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo que
es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de 1973,
según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
7924
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
m) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
n) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
7925
detuvo a Domingo Godoy, Julio cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
ñ) Testimonio de Ruth Jacqueline Salamanca Godoy, de fojas 444 vta.,
exponiendo que su padre Manuel Salamanca Mella desapareció el 20 de
septiembre de 19734, hecho del cual casi no recuerda pues tenía 6 años. Indica que
estaban todos acostados en un mismo dormitorio en el domicilio de La Feria s/N
cuando sintieron golpes en la puerta y vio como una persona agredía a su papa que
estaba en la cama; también recuerda haber escuchado gritar a su mama, y una
persona le dio un culetazo a la altura del cuello; y que su papá no salió caminando
pues sangraba mucho en la cabeza, y era llevado por dos personas.
o) Informe Policial N° 44 de la Brigada de Homicidios de Concepción de
la Policía de Investigaciones de Chile, a fojas 581 y siguientes, respecto de las
averiguaciones practicadas en los ilícitos investigados en este capítulo.
p) Informe Planimétrico de fojas 2.334 y siguientes, respecto del lugar
en que habría ocurrido las detenciones de las personas antes indicadas.
q) Informe Pericial de fojas 2.349 y siguientes, conteniendo la
transcripción de la diligencia de reconstitución de escena de los hechos aquí
investigados.
r) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
s) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
7926
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
t) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
u) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
v) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, donde los testigos Luis Verdugo Salamanca,
José
Aguilera
Godoy,
entre
otros,
reiteraron
los
dichos ya
expresados
anteriormente, respecto de la forma en que habrían ocurrido las detenciones de
José Domingo Godoy, de Emiliano Aguilera y de otra persona de apellido Godoy.
w) Informe Pericial Fotográfico de fojas 2.121 y siguientes, registrando
los lugares en que habrían sido detenidos Domingo Godoy y Emiliano Aguilera
según los testigos Luis Verdugo y José Aguilera.
20°.- Que, los elementos de convicción precedentemente señalados, los
cuales son constitutivos de presunciones judiciales que reúnen las exigencias del
artículo 488 del Código de Procedimiento Penal, permiten tener por acreditados los
siguientes hechos:
a. Que, en horas de la mañana del 20 de septiembre de 1973, en la
Comuna de Santa Bárbara, un grupo de Carabineros y civiles, todos premunidos de
armas de fuego, que se movilizaban en vehículos motorizados y sin contar con
orden legítima, llegaron hasta el Fundo “El Huachi”, ubicado a 8 kilómetros de esa
comuna, donde detuvieron a José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy
Godoy y Desiderio Aguilera Solís, trasladándolos a la Tenencia de Carabineros
de Santa Bárbara, desde donde fueron sacados en horas de la noche, con destino
desconocido y sin que hasta la fecha hayan sido vueltos a ver o se tengan noticias
de sus paraderos.
b. Que, luego de ocurrido lo anterior, y siendo aproximadamente las
14:00 horas del mismo día 20 de septiembre de 1973, el mismo grupo, sin orden
legítima detuvo en el sector Los Junquillos, de la Comuna de Santa Bárbara, en
presencia de José Gilberto Aguilera Godoy, a José Nazario Godoy Acuña, el que
posteriormente fue trasladado hasta la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara y
de ahí, se le perdió todo rastro, sin que hasta la fecha se tengan noticias de su
paradero.
7927
c. Que alrededor de las 22:30 del 20 de septiembre de 1973, en la
Comuna de Santa Bárbara, un grupo de Carabineros y civiles, todos premunidos de
armas de fuego, que se movilizaban en vehículos motorizados y sin contar con
orden legítima, llegaron hasta el domicilio de Manuel Salamanca Mella, ubicado en
Avenida La Feria sin número en Santa Bárbara, donde procedieron a detenerlo, en
presencia de sus familiares, para luego llevárselo a la Tenencia de Carabineros de
Santa Bárbara, donde fue visto por última vez, sin que hasta la fecha se le haya
vuelto a ver o se tengan noticias de su paradero; y
d. Que, luego de ello, el mismo grupo se dirigió a la pensión ubicada en
calle Rosas n° 343 de la Comuna de Santa Bárbara, donde, sin orden legítima,
procedió a detener a José Mariano Godoy Acuña, siendo trasladado hasta la
tenencia de Carabineros de Santa Bárbara, donde fue visto por última vez, sin que
hasta la fecha se le haya vuelto a ver o se tengan noticias de su paradero
21°.- Que los hechos relatados en el motivo anterior, configuran los
delitos de secuestro calificado en perjuicio José Domingo Godoy Acuña, Julio
César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña,
Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña, previstos y sancionados
en el artículo 141 inciso 1° y 3° del Código Penal (en su redacción de la época),
aplicable en la especie por expreso mandato de los artículos 19 Nº 3 inciso 7º de la
Constitución Política de la República y 18 del Código Penal, con la pena de presidio
mayor en cualquiera de sus grados, puesto que la víctima fue ilegítimamente
privada de libertad, prologándose el estado antijurídico creado por la acción de
encerrar o detener por más de noventa días, y no obstante las diligencias
decretadas por el Tribunal, no ha sido posible fijar un instante en el cual dicho
estado se detiene..
H.- DEL DELITO DE SECUESTRO CALIFICADO DE MIGUEL
CUEVAS PINCHEIRA
22°.- Que, en orden a establecer el hecho punible, materia de acusación
y defensa, se han reunidos los siguientes elementos de juicio:
a) Copia de la página 355 del Informe de la Comisión de Verdad y
Reconciliación, a fojas 737, en el cual se señala que el 20 de septiembre de 1973,
fueron detenidas en sus respectivos domicilios, entre otros, Miguel Cuevas
Pincheira, por una patrulla compuesta por carabineros y civiles, lso que habrían sido
muertos y lanzados a las aguas del rio Bio Bio desde el puente que cruza a Quilaco.
Sin embrago, desde la detención se desconoce su paradero y suerte.
b) Querella de fojas 743, interpuesta por la abogado María Raquel
Mejías Silva, en representación de la señora Norma Dromilia Panes Panes y de
doña Gretel del Carmen Campos Díaz por los delitos de secuestro agravado y/o,
7928
eventualmente, homicidio e inhumación ilegal cometidos en la persona de Miguel
Cuevas Pincheira y Sebastián Hernaldo Campos Díaz;
c) Certificado de fojas 763, que da cuenta del matrimonio de Miguel
Cuevas Pincheira y Norma Dromina Panes Panes.
d) Extracto de filiación y antecedentes de Miguel Cuevas Pincheira,
indicando que registra el r.u.n. 2.995.092-K, nacido el 24 de junio de 1932, el que
fue inscrito en Los Ángeles, lo que se corrobora con el certificado de nacimiento que
rola a fs. 1.001.
e) Declaración de Enrique Héctor Cáceres Cáceres, de fojas 957 vta.,
quien señala que, días después del 11 de septiembre de 1973, estando en su
domicilio de calle Camilo Henríquez N° 562, Santa Bárbara, escuchó unos disparos
en la calle por lo que salió a mirar percatándose de la presencia de un sujeto
vestido de carabinero, entrando de inmediato a su casa, enterándose por sus
compañeros de trabajo la mañana siguiente que esa noche, había sido detenido
Miguel Cuevas Pincheira, en su domicilio, quien vivía cerca del suyo.
Posteriormente, también se enteró de la detención de Sebastián Hernaldo Campos
Díaz, quien vivía junto a su hermana en calle O´Higgins de la ciudad de Santa
Bárbara y que eran responsables de ambos hechos, los Carabineros de la Tenencia
de Santa Bárbara.
f) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, de fojas 958 vta.,
mediante el cual señala que fue detenido por funcionarios de Carabineros de la
Tenencia de Santa Barbara el día 11 de septiembre de 1973 y mantenido en dicho
recinto hasta que fue trasladado a la ciudad de Los Ángeles. Señala no haber visto
a Cuevas Pincheira durante su detención, pero se enteró que había sido detenido y
estaba desaparecido, siendo responsables de estos hechos los Carabineros de la
Tenencia de Santa Bárbara y unos civiles de apellido Domínguez, otro apodado “El
Niebla” que era taxista y los hermanos Valdivia Dames, entre otros cuyos nombres
no recuerda.
g) Testimonio de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 974 vta.,
quien señala que, por razones de trabajo tuvo conocimiento de la detención y
desaparición de Miguel Cuevas Pincheira, quien había sido detenido en su domicilio
en septiembre de 1973 por un grupo de Carabineros y civiles de Santa Bárbara,
quienes lo llevaron hasta la Tenencia de la referida ciudad sin que volviera a
tenerse noticias de él. Agrega que de los antecedentes que pudo recabar, en la
detención de Cuevas Pincheira habrían participado los Carabineros Heraldo Pulgar
y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo Barrueto, Roberto Valdivia y
Jorge Domínguez;
h) Testimonio de Norma Dromidia Panes Panes, de fojas 1.002 vta.,
2.079; quien señala que su marido, Miguel Cuevas Pincheira, fue detenido el 20 de
7929
septiembre de 1973 a las 21:45 hrs. en su domicilio de calle Rosas 371, Santa
Bárbara, siendo testigo presencial de ello. Participaron en este hecho Jorge
Domínguez Larenas, alias “El Pelao Domínguez”, Sergio Fuentes Valenzuela, alias
“El Negro”, los hermanos Manuel y Ricardo Barrueto, los hermanos Roberto y Jorge
Valdivia Dames, Simón Mera Manosalva y Bernardo Larenas Larenas, alias “El
Niebla”, todos ellos vestidos de militares, acompañados por los Carabineros Jaime
Godoy y Heraldo Pulgar. Al día siguiente, al ir a preguntar por su esposo a la
Tenencia de Santa Bárbara, un carabinero de apellido León le informó que había
sido llevado al Regimiento de Los Ángeles, lugar donde no fue encontrado, sin que
se tengan noticias de su paradero hasta el día de hoy.
j) Dichos de Maritza Pilar Cuevas Panes, de fojas 1.029, 2.078, quien
señala ser hija de Miguel Cuevas Pincheira y haber estado presente al momento en
que su padre fue detenido el día 20 de septiembre de 1973 en su casa de calle
Rosas N° 371 de Santa Bárbara, siendo autor de su detención el “Pelao”
Domínguez, a quien conocía con anterioridad y quien más le gritaba e insultaba al
momento de los hechos. Agrega que, con posterioridad, se enteró que participó
también en la detención de su padre una persona llamada Bernardo Larenas,
conocido como “El Niebla”. Finalmente, en su declaración reconoce las fotografías
de los Carabineros Godoy y Pulgar y la de los civiles los hermanos Barrueto, “El
Negro” Fuentes, Roberto Valdivia y “El Pelao” Domínguez, como las personas que
procedieron a la detención de su padre. Estaban también en este grupo los
Carabineros Echeverría y Fuentes y un tal Mario Tota.
k) Declaración de Dorian Inés Cuevas Panes, de fojas 1.031 y 2.080,
mediante la cual señala que es hija de Miguel Cuevas Pincheira y testigo presencial
de la detención de su padre ocurrida el 20 de septiembre de 1973, en horas de la
noche, en su domicilio de calle Rosas N° 371, Santa Bárbara. En el hecho, señal
que participaron hombres vestidos de militar y que, por dichos de su madre, quien
también fue testigo presencial de los hechos, supo que su padre había sido
detenido por Jorge Domínguez Larenas, conocido como “El Pelao”, los hermanos
Barrueto y los hermanos Roberto y Jorge Valdivia, por “Chemo” Mera, “El Negro”
Fuentes, un tal Mario Tota, Bernardo Larenas, conocido como “El Niebla” y los
Carabineros Pulgar y Echeverría. Finalmente, agrega que por dichos de la gente del
pueblo, su padre habría sido muerto por “El Pelao Domínguez” en el puente que
une Santa Bárbara con Quilaco, la misma noche de su detención.
l) Atestado de Elsa Elena Quezada Hernández, de fojas 1.050, quien
manifiesta que conoció a Miguel Cuevas Pincheira pues vivía a cuatro casas de
distancia de la de él y supo de su detención a la mañana siguiente de haber
ocurrido, según le comentó la cónyuge de éste, quien venía caminando desde la
Tenencia de Santa Bárbara donde no la habían dejado ver a su marido. Señala que
7930
en esa época, era habitual durante las noches escuchar ruidos de vehículos y
disparos y que nunca más volvió a ver ni a tener noticias de Cuevas Pincheira.
m) Testimonio de Sonia Ravanal López, a fojas 1.205, quien señala que
conoció a Miguel Cuevas Pincheira toda vez que vivía al frente del domicilio de éste
en calle Rosas, de la ciudad de Santa Bárbara y que, la noche en que lo detuvieron,
ante el ruido miró por la ventana hacia la calle y vio que de unos vehículos se
bajaron personas vestidas de militar quienes ingresaron a la casa de Cuevas
Pincheira y lo sacaron en semi desnudo para introducirlo en los vehículos.
Posteriormente, este mismo grupo de aprehensores ingresó en su vivienda,
pudiendo reconocer a los Carabineros Echeverría y Godoy y a los civiles conocidos
como “El Pelao Domínguez”, “el Negro Fuentes”, “Chimo” Mera, “El Niebla” y a los
hermanos Valdivia, quienes buscaba armas y se fueron al no encontrarlas.
n) Dichos de Raúl Manuel Ravanal López, de fojas 1.214, quien
manifiesta que, la noche en que tomaron detenido a Miguel cuevas Pincheira, él
estaba junto a sus hermanas en su casa habitación ubicada frente al domicilio de
Cuevas y que ante el ruido generado por los vehículos que llegaron a detenerlo, se
asomó por la ventana para ver lo que ocurría y desde el portón de acceso pudo ver
a Jorge Domínguez, apodado “El Pelao Domínguez” y otros cinco personas a
quienes pudo reconocer cuando el mismo grupo ingresó a su casa, entre quienes
identifica a los hermanos Jorge y Roberto Valdivia, “El Loco Barrueto”, “El Negro
Fuentes”, Simón Mera, “El niebla”, Mario “Tota” y a los Carabineros de apellido
Godoy y Pulgar.
ñ) Informe Planimétrico de fojas 2.334 y siguientes, indicando el lugar
en que habría sido detenido Miguel Cuevas Pincheira según declaración de Normas
Panes, Maritza Cuevas Panes y Raúl Ravanal (fs. 2.338)
q) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, conteniendo, entre otros antecedentes, la
declaración de los tstigos norma Panes Panes respecto del lugar en el que habría
sido detenido Miguel Cuevas Pincheira, como asimismo, el testimonio de las
testigos Maritza y Dorian Cuevas Panes, en igual sentido y, finalmente, la
declaración de Raúl Ravanal López.
r) Informe Pericial Fotográfico de fojas 2.121 y siguientes, respecto de la
reconstitución de escena antes referida.
23°.- Que, de los elementos de convicción precedentemente señalados,
los cuales son constitutivos de presunciones judiciales que reúnen las exigencias
del artículo 488 del Código de Procedimiento Penal, se encuentran acreditados los
siguiente hechos: Que en la noche del 20 de septiembre de 1973, un grupo armado
de Carabineros y civiles, llegó hasta el domicilio de Miguel Cuevas Pincheira,
ubicado en calle Rosas n° 371 Santa Bárbara, procediendo a detenerlo, sin contar
7931
con orden legítima, en presencia de sus familiares, cónyuge e hijos, sacándolo de
su casa y trasladándolo a un lugar desconocido, sin que hasta la fecha haya sido
vuelto a ver o se tengan noticias de su paradero.
24°.- Que estos hechos configuran el delito de secuestro calificado
perpetrado en contra de Miguel Cuevas Pincheira, previsto y sancionado en los
incisos 1º y 3º del artículo 141 del Código Penal (en su redacción de la época),
aplicable en la especie por expreso mandato de los artículos 19 Nº 3 inciso 7º de la
Constitución Política de la República y 18 del Código Penal, con la pena de presidio
mayor en cualquiera de sus grados, puesto que la víctima fue ilegítimamente
privada de libertad, prologándose el estado antijurídico creado por la acción de
encerrar o detener por más de noventa días, y no obstante las diligencias
decretadas por el Tribunal, no ha sido posible fijar un instante en el cual dicho
estado se detiene.
I. DEL DELITO DE SECUESTRO CALIFICADO DE
SEBASTIAN
HERNALDO CAMPOS DÍAZ.
25°.- Que, en orden a acreditar el hecho punible, se han reunido en
estos autos los siguientes elementos de juicio:
a) Declaración de Gretel del Carmen Campos Diaz, a fs. 999 y 2.933,
exponiendo que es la hermana de Sebastián Campos Diaz, y que, el 16 de
septiembre de 1973,alrededor de las 16:00 horas, ella estaba pintado el frontis de la
casa de sus padres ubicada en calle O´higgins n° 252 de Santa Bárbara, cuando
llegaron los carabineros Echeverría y Pulgar a preguntar por su hermano y, como no
estaba, le dijeron que tenía que ir, vivo o muerto hasta la Tenencia de Carabineros
de Santa Bárbara. Al rato, llegaron su hermano y su madre, le contó lo ocurrido y
luego de discutir sobre si se presentaba o no a laTenencia, decidió concurrir junto a
su madre, quien, al rato volvió, diciendo que a Sebastián lo habían dejado detenido.
De inmediato ella fue a la Tenencia y el mismo Echeverría le dijo que tenía que
volver al día siguiente a las 07:00 horas, cuando así lo hizo, el mismo Echeverria le
dijo que a las 06:00 horas lo habían mandado a Los Ángeles. Desde ese momento,
con su madre, lo han buscaron intensamente sin saber nada más de él. Indica que
sabe el motivo de la detención de su hermano y es que una semana antes él y
Echeverría habían jugado un partido de futbol y tuvieron una discusión, producto de
ello, Echecverría le prometió “darlo de baja”. Indica que su hermano Sebastián
tenía 22 años, era electricista, no sabía leer ni escribir y no pertenecía a ningún
partido político.
b) Certificado de nacimiento de Sebastián Hernaldo Campos Díaz, fs.
877, consignando su fecha de nacimiento ocurrida el 10 de abril de 1949, r.u.n.
2.387.046-0, inscrito en Santa Bárbara.
7932
d) Denuncia de fs. 2.576 interpuesta por el Consejo Superior de la
Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, indicando, entre otros, como
persona detenida y que permanecen actualmente desaparecida a Sebastián
Hernaldo Campos Díaz, ocurrida el 16 de septiembre de 1973, luego de presentarse
voluntariamente en la Tenencia de Santa Bárbara.
e) Declaración de Héctor Enrique Cáceres Cáceres de fs. 957 vta.,
indicando en lo pertinente, que conoció a Sebastián Hernaldo Campos Díaz, quien
vivía en calle O´Higgins, junto a su hermana Gretel, enterándose que había
desaparecido unos dos años después del 11 de septiembre de 1973, pero ignora
todo antecedente sobre el hecho.
26°.- Que, de los elementos de convicción precedentemente señalados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen las exigencias del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentran acreditados los siguiente
hechos: Que, alrededor de las 16:30 hrs. del 16 de septiembre de 1973, Sebastián
Hernaldo Campos Díaz se presentó, voluntariamente, a la Tenencia de Carabineros
de santa Bárbara, pues había sido citado anteriormente, quedando detenido, sin
que se le exhibiera orden legítima y sin que hasta la fecha se tengan noticias de su
paradero.
27°.- Que estos hechos configuran el delito de secuestro calificado
perpetrado en contra de Sebastián Hernaldo Campos Díaz, previsto y
sancionado en los incisos 1º y 3º del artículo 141 del Código Penal (en su redacción
de la época), aplicable en la especie por expreso mandato de los artículos 19 Nº 3
inciso 7º de la Constitución Política de la República y 18 del Código Penal, con la
pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados, puesto que la víctima fue
ilegítimamente privada de libertad, prologándose el estado antijurídico creado por la
acción de encerrar o detener por más de noventa días, y no obstante las diligencias
decretadas por el Tribunal, no ha sido posible fijar un instante en el cual dicho
estado se detiene.
J.- DE LOS DELITOS DE SECUESTRO CALIFICADO DE CRISTINO
HUMBERTO CID FUENTEALBA, JOSÉ FELIDOR PINTO PINTO, LUIS ALBERTO
CID CID, LUIS ALBERTO BASTÍAS SANDOVAL, RAIMUNDO SALAZAR
MUÑOZ; GABRIEL JOSÉ VIVEROS FLORES, SEGUNDO MARCIAL SOTO
QUIJÓN Y JOSÉ ROBERTO MOLINA QUEZADA.
28°.- Que, en orden a acreditar el hecho punible, materia de la
acusación y defensa se han reunido en autos lo siguientes elementos de juicio:
a) Denuncia interpuesta por don Alejandro González Poblete, a fs.
3.228, abogado, en representación del Consejo Superior de la Corporación Nacional
de Reparación y Reconciliación, creada por la Ley 19.123, publicada en el Diario
Oficial el 8 de febrero de 1992, la que tiene por objeto, entre otros, la coordinación,
7933
ejecución y promoción de las acciones necesarias para el cumplimiento de las
recomendaciones contenidas en el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación, creada por Decreto Supremo N° 355 de abril de 1990. Indica que
corresponde a la Corporación contribuir a la irrenunciable tarea de establecer la
suerte o paradero de numerosas personas detenidas desaparecidas, o de aquellas
que no obstante haberse reconocido oficialmente su fallecimiento, sus restos
mortales aún permanecen ocultos. En este orden de ideas, señala que dicha
Corporación ha investigado la detención y posterior desaparecimiento de personas
residentes en la comuna de Quilaco, estableciéndose que fueron detenidas entre el
13 de septiembre y el 3 noviembre de 1973 por funcionarios de Carabineros y
civiles, sin que hasta la fecha se tenga noticias de su paradero. En mérito de dichos
fundamentos, denuncia la presunta desgracia de las siguientes personas:
1. SOTO QUIJON, SEGUNDO MARCIAL, de 32 años de edad a la
época de su desaparición, obrero agrícola, detenido el día 20 de septiembre de
1973, por Carabineros de Quilaco y Civiles, habría sido aprehendido frente a la
unidad policial e introducido a una camioneta donde había otros detenidos, entre
ellos José Pinto Pinto. Sus captores habrían sido el Sargento Burgos, el cabo
Sergio Humberto Salazar San Martín, y los civiles Sergio y Arturo Pino, dueño de
una camioneta, y Edmundo o Segismundo Arias.
2. PINTO PINTO, JOSE FELIDOR, casado, tres hijos, presidente del
asentamiento Campo Lindo, detenido el 20 de septiembre de 1973, en su domicilio
ubicado en el asentamiento indicado, comuna de Quilaco, por los funcionarios de
Carabineros y civiles mencionados anteriormente y un tal "Lelo" Loyola.
3. SALAZAR MUÑOZ, RAIMUNDO, 46 años de edad a la época de su
desaparición, soltero, inválido, detenido el día 20 de septiembre de 1973, en su
domicilio ubicado en Fundo Rañiguel, comuna de Quilaco por los funcionarios de
Carabineros Sergio Salazar San Martín y Carlos Santiago Sepúlveda Rivera,
además de civiles armados que se movilizaban en un camión amarillo del
Departamento de Vialidad de la comuna de Quilaco, conducido por un tal "Chano"
Maldonado, chofer de dicho Departamento. Salazar Muñoz habría sido detenido
junto a Luis Cid Cid y Luis Bastías Sandoval.
4. BASTIAS SANDOVAL, LUIS ALBERTO, 28 años de edad, casado,
agricultor, detenido en la misma fecha anterior, junto a Raimundo Salazar y Luis
Cid, por los funcionarios y civiles mencionados, y en el vehículo en que detuvieron a
los otros dos desaparecidos.
5. CID CID, LUIS ALBERTO, 47 años a la época en que desapareció,
casado, 5 hijos, obrero agrícola, detenido al igual que los anteriores, el 20 de
septiembre de 1973 en su domicilio, Fundo Rañiguel, sector Loncopangue, comuna
de Quilaco, por los funcionarios policiales Sergio Salazar San Martín, Carlos
7934
Sepúlveda Rivera, algunos civiles los que se movilizaban en el camión de la
Municipalidad de Quilaco, conducido por "Chano" Maldonado.
Detuvieron
primeramente a su hijo de 14 años Miguel Ángel Cid Ortega, el que pudo ver que en
el vehículo ya estaban detenidos Raimundo Salazar y Luis Bastías, esperaron que
llegara la víctima y liberaron a su hijo.
6. MOLINA QUEZADA, JOSE ROBERTO, casado, obrero agrícola,
detenido el día 3 de noviembre de 1973 en su domicilio, parcela N° 2 Fundo
Piñiguigua a 15 Kilómetros al Oriente de Quilaco, por los funcionarios de
Carabineros Sergio Salazar San Martín, Froilán Arriagada y otro de apellido
Salamanca, además de civiles, los que se movilizaban en un jeep plomo de
Carabineros. Primeramente detuvieron a su hijo Víctor Molina Sanhueza para que
los condujera al lugar donde se encontraba trabajando su padre; en esa época la
Tenencia o Retén de Quilaco estaba reforzado por Carabineros del Retén de
Loncopangue y Rucalhue.
7. VIVEROS FLORES, GABRIEL JOSE, 29 años a la fecha de su
desaparición, casado, obrero agrícola, detenido el 3 de noviembre de 1973 por
funcionarios de Carabineros de Quilaco, entre otros por Víctor Zambrano, en su
domicilio, Fundo Porvenir, Sector Loncopangue, comuna de Quilaco.
8. CID FUENTEALBA, CRISTINO HUMBERTO, obrero agrícola,
detenido e 13 de septiembre de 1973 por los funcionarios policiales Sergio Salazar
San Martín y Froilán Arriagada y los civiles Eugenio Villa, alias el "Chocólo", Raúl
Pastene, "Quelo" Celedón, Juan Carlos Burgos, Emiliano y Sergio Alejandro Pino
Cabezas, los que se movilizaban en un camión amarillo de la Municipalidad de
Quilaco, ya mencionado, conducido por "Chano" Maldonado. La víctima habría sido
aprehendida en su domicilio, hijuela El Radal a 5 Kilómetros al sur de Quilaco.
Indica que desde esa fecha se desconoce el paradero de estas personas, y ante
esta situación, se interpone la denuncia señalada.
b) Declaración de Recloma de las Mercedes Soto Quijón, a fs. 3.235,
señala que es hermana de Segundo Soto Quijón, el cual desapareció, de lo cual se
enteró a los días después de ocurrido el hecho, esto es, en el año 1973, después de
la toma del Estado. Indica que su hermano vivía en Quilaco con su padre y ella vivía
con su familia en el Sector de La Perla- Sector de Cuñibal. Recuerda que cuando
esto ocurrió, su padre Manuel Marchant Soto Esparza, actualmente fallecido, le
mandó avisar que fuera a su casa porque tenía algo que contarle, contándole que
su hermano había desaparecido de la noche a la mañana y que no sabía lo que le
había pasado. No recuerda que se le haya dado cuenta a Carabineros y además,
nunca tuvieron antecedente sobre el paradero de su hermano. Lo único que puede
decir es que desapareció del sector de Quilaco. Al tiempo, se enteró, que su
hermano había sido detenido por Carabineros de Quilaco, pero ignora nombre; y
7935
que había sido trasladado en una camioneta por Arturo Pinto, actualmente fallecido,
hacia el retén del Sector.
c) Testimonio de Adrián Del Rosario Salazar Silva, que a fs. 3.235
vta., expone que es hija de Raimundo Salazar Muñoz, y cuando éste fue detenido,
ella vivía en Santiago, siendo informado por su hermano Isidoro Salazar Silva que
su padre había sido detenido por Carabineros. Por lo anterior, se trasladó a Quilaco,
y comenzó a hacer averiguaciones sobre el paradero de su padre, preguntando en
el Regimiento, pero antes consultó en la oficina de la Cruz Roja que estaba ubicada
en la Avenida Ricardo Vicuña, quienes le confirmaron que su padre aparecía
detenido en el Regimiento. Al consultar en ese Destacamento, le informaron que su
padre había sido trasladado a la Isla Quiriquina, pero nunca más tuvo antecedentes
sobre su paradero. Indica que su hermano Clemente Antonio, le contó hace un
tiempo, que en la oportunidad en que detuvieron a su padre, vio al Sargento
Salazar, que trabajaba en el Retén de Quilaco, detener a su padre. Su hermano
tenía en esa fecha cono 12 años.
d) Atestado de Mercedes Matus Betanzo, que a fs. 3.243, expone que
convivió 20 años con Cristino Cid Fuentealba, y en una fecha que no recuerda con
exactitud, pero que fue después del Golpe de Estado, para el año 1973, llegó el
Cabo Salazar a su domicilio, alrededor de las 16:00 horas, y sin presentar ninguna
orden, detuvo a Cristino, siendo acompañado por otros civiles como “Quelo”
Celedón, Pastén y otros, cuyo nombre no recuerda dado el tiempo transcurrido. Al
día siguiente, fue al Retén de Quilaco, destacamento donde trabajaba Salazar y
consultó por su conviviente, siendo informada que había sido trasladado a Mulchén,
comuna a la que fue, donde fue informado que había sido trasladado al Regimiento
de Los Ángeles, donde también consultó, sin aparecer su nombre. Agrega que
recorrió muchas partes ubicando a su conviviente, pero todo fue en vano pues
nunca más supo noticias de él. Indica que ignora el domicilio de los aprehensores,
ya que para el 11 de septiembre de 1973 vivían en Quilado, pero posteriormente se
fueron y no regresaron. Finaliza indicando que cuando detuvieron a Cristino, estaba
presente también si hijo Manuel Gregorio Cid Matus.
e) Declaración de Manuel Gregorio Cid Matus, que a fs. 3.243 vta.,
expone que recuerda perfectamente el día en que detuvieron a su padre Cristino
Humberto Cid Fuentealba, que fue el jueves 13 de septiembre de 1973, alrededor
de las 17:30 horas, llegaron a su domicilio 8 personas, entre uniformados y civiles,
en la Hijuela El Radal, y sin orden alguna, detuvieron a su padre que se encontraba
en la cocina. Y sin autorización de alguna persona, irrumpieron y lo detuvieron.
Entre las personas que detuvieron a su padre, se encuentra Eugenio Villa, alías “El
Chocolo”, Juan Carlos Burgos (“QUelo Celedón”), Raúl Pasten (“CHano Gutiérrez”.
Chofer del vehículo municipal, donde trasladaban a los detenidos) y los funcionarios
7936
de Carabineros Sergio Salazar, Froilán Arriagada y Padilla, todos los cuales vivían
en Quilaco en esa fecha, pero posteriormente se fueron a distintas ciudades y
lugares. Eugenio Villa, que es Pastor, vive en Coelemu, persona que era civil y
detuvo personalmente a su padre; Juan Carlos Burgos, habría fallecido en
accidente; Quelo Celedón y Raúl Pastén viven en Santiago; Chano Gutiérrez
trabajaba en la empresa Sotrafor en la Ciudad de Los Ángeles; Sergio Salazar,
funcionario de Carabineros vive en Mulchén y es jubilado como Suboficial Mayor.
Señala que a Sergio y Emiliano Pino Cabezas no los vio en el momento de la
detención, pero según comentarios de la gente, decían que había participado y
tiene domicilio en la localidad de Quilaco en la calle Arturo Prat con Aníbal Pinto.
Indica que como estaba muy pequeño cuando detuvieron a su padre, la persona
que se encargó de hacer averiguaciones fue la señora Mercedes Matus Betanzo.
f) Testimonio de Marina Del Carmen Sanhueza Sanhueza, quien, a fs.
3.244 vta., expone que el 3 de noviembre de 1973, alrededor de las 11:00 horas,
fue detenido su cónyuge José Molina Quezada, desde su domicilio. En los
momentos que lo detuvieron, se encontraba trabajando en labores agrícolas, como
a dos cuadras de distancia de la casa y le fue a avisar su nieta Marta Molina,
cuando llegó a la casa ya no estaba su cónyuge y desde esa fecha no lo volvió a
ver más. Hizo averiguaciones en varias partes, como Quilaco y el Regimiento, pero
nunca obtuvo resultados positivos. Agrega que además, si hijo Víctor Molina
Sanhueza vio cuando detuvieron a su padre, incluso uno de los uniformados le
habría dicho que fuera a su casa a hacerse cargo de ella. Indica que ella no vio
quienes detuvieron a su esposo, y fue su hijo quien lo sabe, que nunca le supo decir
quienes eran. A fs. 3.999, agrega que el día que fue detenido su marido, fue llevado
a pie por el sargento del Jefe del retén y los civiles que lo acompañaban, Jorge
Torres, apodado “El Diuca” y Sergio Pino, hasta la Escuela de Piñiquihue, ubicada a
una media hora de camino, en ese lugar los esperaban un camión de la
Municipalidad y un jeep que era de Carabineros y en el que siempre se movilizaban.
Indica que esa noche también detuvieron los Carabineros a un señor de apellido
Viveros. Agrega que el 3 de noviembre de 1973, en horas de la tarde, Carabineros
pasaron a tomar vino al negocio de unas amigas de apellido Lillo y ellas vieron a su
cónyuge detenido, arriba del jeep, y después de esto, ocurrió la detención de
Viveros.
g) Atestado de Carmela Viveros Flores, que a fs. 3.246 8extrajudicial
de fs. 3.359), expone que el 20 de septiembre de 1973, fue detenido su esposo
LUIS BASTIAS SANDOVAL, por personal de Carabineros del Retén de Quilaco,
recuerda haber visto cuatro personas y todos con uniformes de Carabineros. Uno
de ellos era el Cabo Salazar, pero no conoce los nombres de los otros funcionarios.
Su detención, aclara, fue alrededor de las 12:00 horas. Recuerda que el día de la
7937
detención de mi esposo estaban en la Huerta, trabajando, cuando llegó a su lado
Salazar, preguntando por su esposo, a quien llamó y Salazar procedió a detenerlo y
lo trasladaron en un camión donde iban otras personas, ignora dónde. Salazar
también le preguntó por las armas e ingresó al interior de la casa, revisando por
todos los rincones, no encontrando nada. A los días, siguientes, averiguó sobre el
paradero en el Retén de Quilaco, informándole el mismo Salazar que a su marido lo
había entregado a una patrulla. Posteriormente fue a las oficinas de la Cruz Roja,
ubicada en Avenida Ricardo Vicuña, no recibiendo ninguna información. Indica que
además, habló con una “visitadora” del Arzobispado de Concepción, sin saber
nunca más que pasó con su marido. Indica que sufrió mucho a raíz de esto, porque
quedó con 5 niños, menores de edad.
h) Dichos de Sergio Alberto Pinto Lagos, que a fs. 3.246 vta., expone
que cuando fue detenido su padre José Pinto Pinto, él no estaba en la casa, porque
vivía con su señora como a un kilómetro de distancia. Recuerda lo que le dijo su
madre Lorenza Lagos, la que le dijo que el 19 de septiembre de 1973, su padre fue
detenido alrededor de las 06:00 horas, por funcionarios del Retén de Quilaco, pero
ignora sus nombres. Esto se lo dijo el mismo día que lo detuvieron. Posteriormente
hizo averiguaciones en distintas oficinas, como el Retén de Quilaco, Los Ángeles, y
el Regimiento, pero nunca obtuvo ningún dato positivo acerca del paradero de su
padre ni el nombre de los funcionarios policiales aprehensores.
i) Testimonio de Teodora del Carmen Campos Lagos, que a fs. 3.258
señala que es sobrina de la señora del desaparecido José Felidor Pinto Pinto.
Indica que el cuanto a la detención, ella vivía en Los Ángeles, y de los hechos se
enteró como a los quince días después y la misma tía le contó que Carabineros de
Quilaco lo habían ido a detener a la casa.
j) ORD 339 del Director del Hospital de Santa Bárbara, a fs. 3259,
indicando que en dicho Hospital no existen antecedentes respecto de las autopsias
o fichas clínicas de Segundo Marcial Soto Quijón, José Felidor Pinto Pinto,
Raimundo Salazar Muñoz; Luis Alberto Bastías Sandoval; Luis Alberto Cid Cid; José
Roberto Molina Quezada, Gabriel José Viveros Flores y Cristino Humberto Cid
Fuentealba. A fs. 3.272 rola informe del Director (s) del Hospital Víctor Ríos Ríos,
indicando en el mismo sentido respecto de las víctimas Soto Quijón, Pinto Pinto,
Salazar Muñoz; Bastías Sandoval; Molina Quezada, Viveros Flores y Cristino
Humberto Cid Fuentealba. fs. 3.287, rola ORD n° 139, del Jefe Administrativo
Depto. De Salud Quilaco; informando en términos similares.
k) Oficio 23 del Oficial Adm. Cementerio Municipal Santa Bárbara, a fs.
3.262, informando que habiendo agotado todas las averiguaciones administrativas
documentales y de averiguación personal con los anteriores responsables del
Cementerio Municipal de Santa Bárbara, no existirían antecedentes de las personas
7938
mencionadas como difuntos en ese cementerio. A fs. 3284 rola ORD N° 10 del
Cementerio Municipal de Mulchén y a fs. 3286, ORD 129 del Jefe del Área de
Cementerio de Los Ángeles, informando en similares términos.
l) ORD N° 10390 del Departamento de Extranjería de la Policía de
Investigaciones, a fs. 3.288, informando que revisados los archivos del
Departamento de Fronteras de dicha Jefatura, a contar del 13 de septiembre de
1973, Segundo Marcial Soto Quijón, José Felidor Pinto Pinto, Raimundo Salazar
Muñoz; Luis Alberto Bastías Sandoval; Luis Alberto Cid Cid; José Roberto Molina
Quezada, Gabriel José Viveros Flores y Cristino Humberto Cid Fuentealba no
registran anotaciones de viajes.
m) ORD 129776 del Jefe del Subdepartamento de Identificación del
Registro Civil e Identificación, a fs. 3.310, por medio del cual informa los datos
civiles de las siguientes personas: MARCIAL
4.713.410-2,
nacido el 2 septiembre
nacimiento N° 89 año 1957
de
la
de
SOTO QUIJON,
1941,
oficina
domiciliado en Población J.M. Caro, Manz.
según
R.U.N.
inscripción
Quilaco, estado
122
NQ
de
civil soltero,
sitio 5144, no
registra
defunción. Ultimos documentos solicitados: Cédula de identidad y certificado de
Antecedentes, en Santiago, el 18 Julio de 1961. Se adjunta
certificado
nacimiento y fotocopia de tarjeta; JOSÉ FELIDOR PINTO PINTO,
2.619.806-2,
R.U.N.
de
N°
nacido el 12 de enero de 1921, según inscripción de nacimiento N°
26 año 1926 de la Oficina de Quilaco, estado
civil
soltero,
domiciliado en
Quilaco, Los Ángeles. No registra defunción, último documento solicitado: Cédula
de identidad en Los Ángeles 29 Mayo 1956. Se adjunta certificado de nacimiento y
fotocopia de tarjeta índice; RAIMUNDO SALAZAR MUÑOZ
nacido el
R.U.N.
2.684.434-7,
15 de marzo de 1927 según inscripción de nacimiento N° 86 año 1927
en Quilaco, estado
civil
soltero, domiciliado en Locopangue, Mulchen, sin
mayores antecedentes. No registra defunción. Ultimo documento solicitado : cédula
de identidad en Mulchén, el 11 de Abril de 1946. Se adjunta certificado
de
nacimiento y fotocopia de tarjeta índice. LUIS ALBERTO BASTIAS 5AND0VAL,
R.U.N.
N° 5.442.939-4,
nacimiento N° 166, año 1947,
nacido el Diciembre de 1944, según inscripción de
de
la
Oficina
Quilaco, estado civil soltero,
domiciliado en Loncopangue, Los Ángeles, sin mayores antecedentes. No registra
defunción. Ultimo documento solicitado: Cédula de identidad en los Ángeles el 03
de Abril de 1963.Se adjunta: certificado de nacimiento
y
fotocopia de tarjeta.
JOSÉ ROBERTO MOLINA QUEZADA, R.U.N. N° 3.308.252-5, nacido el 23 Enero
de 1922, según inscripción de nacimiento N° 18, año 1922 la oficina Quilaco, estado
civil soltero, domiciliado Fundo Reñiguel, - Loncopangue. Los Ángeles, no registra
defunción. Ultimo documento solicitado: Cédula de identidad en los Ángeles el 12
de Agosto de 1950. Se adjunta certificado de nacimiento y fotocopia de tarjeta
7939
índice. GABRIEL JOSE VIVEROS FLORES, R.U.N. N° 5.699.188-3, nacido
el 21 Octubre de 1944, según inscripción de nacimiento N° 228, AÑO 1955, de
oficina
Quilaco,
estado
la
civil soltero, domiciliado en Fundo Rañiñer-Santa
Bárbara. Los Ángeles, no registra
defunción.
Ultimo documento solicitado:
Cédula de identidad en los Ángeles el 08 de Octubre de 1964.
Se adjunta
certificado de nacimiento y fotocopia de tarjeta índice. CRISTINO HUMBERTO
CID FUENTEALBA, R.U.N. N° 3.257.523-4, nacido 22 de Enero de 1932, según
inscripción de nacimiento N°144 Año 1949 de la oficina Antuco, estado civil soltero,
domiciliado en Quilaco-Mulchen. No registra defunción.
Ultimo documento
solicitado Cédula de identidad en Mulchén el 01 de Diciembre de 19 70. Se adjunta
certificado de nacimiento y fotocopia de tarjeta LUIS ALBERTO CID CID, RUN
5.939.260, nacido el 05 de Abril de 1948 según inscripción de nacimiento N° 60,
año 1950, oficina Tomeco, estado
civil
soltero,
domiciliado
en
Fundo El
Maiten Hualqui. No registra defunción. Se adjunta certificado de nacimiento y
fotocopia de tarjeta índice. Hace presente el documento que, en relación al estado
civil y a la eventual defunción de las personas antes señaladas, sólo se puede
detectar lo que consta en la base computacional
de datos, es decir, los hechos
inscritos con posterioridad al año 1982. Lo acontecido antes de fecha, requiere los
datos de inscripción para su búsqueda manual. Finalmente, se indica que no es
posible remitir fotografías de las citadas personas, por cuanto registran negativo en
el archivo correspondiente y no han obtenido cédula vigente.
n) Oficio del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de
Chile, a fs. 3.316, informando que no existen antecedentes de migración por la vía
de asilo de Segundo Marcial Soto Quijón, José Felidor Pinto Pinto, Raimundo
Salazar Muñoz; Luis Alberto Bastías Sandoval; Luis Alberto Cid Cid; José Roberto
Molina Quezada, Gabriel José Viveros Flores y Cristino Humberto Cid Fuentealba.
ñ) Informes policiales n° 312 a fs. 3.326 y siguientes, y n°306 y
siguientes, realizados por el Departamento V de Asuntos Internos de la Policía de
Investigaciones de Chile, dando cuenta de las diligencias realizadas en virtud de la
orden de investigar despachada en esta causa.
o) Declaración de Ana Carmen Echavarría Echavarría, la cual, a fs.
3.387, expone que el sábado 3 de noviembre de 1973, mientras se encontraba
acostada en el hogar con su familia, llegaron a la casa 8 individuos, cuatro de ellos
con uniforme de Carabineros y los otros cuatro de civil con mantas con gorro que
llevaban puesto sobre su cabeza, lo que tocaron con fuertes golpes la puerta de su
vivienda, levantándose su marido Gabriel José Viveros Flores, de 29 años de edad
a esa fecha. Preguntó qué pasaba y al abril la puerta inmediatamente el Carabinero
Víctor Zambrano con domicilio en calle Salvo, frente a la Comisaría de Mulchén, lo
apuntó con armas larga en el pecho, le hicieron poner sus manos en nuca y se lo
7940
llevaron. Además, tres de ellos con uniforme revisaron la casa, la dieron vuelta,
buscando armas. Todo esto ocurrió el día indicado, a las 24:00 horas. Indica que su
marido jamás estuve metido en política y solo se dedicaba a trabajar y desde esa
fecha no ha sabido nada más de él, dejando cuatro hijos, todos menores de edad a
esa fecha. Agrega que todo esto ocurrió en Loncopangue. Después de esto, lo
buscó en los retenes de Quilaco y Santa Bárbara, fue a la Comisaría de Mulchén y
al Regimiento de Los Ángeles, pero nadie dio respuesta de su paradero, le decían
que no estaba registrado en los libros. Indica que solo conoció a Víctor Zambrano,
no así a los otros que lo acompañaban. Se lo llevaron con zapatillas de levantarse,
pantalón y camisa, no alcanzándose a vestir.
p) Testimonio de Marta Pilar Molina Molina, a fs. 3.388, exponiendo
que el 3 de noviembre de 1973, alrededor de las 11:00 horas, mientras se
encontraba en la casa de sus abuelos José Molina y Marina Sanhueza, pues vivía
con ellos, llegaron dos Carabineros de uniforme, los que preguntaban por el abuelo
José y luego se lo llevaron del brazo por el cerro, alcanzando a ver cuando se lo
llevaban pues había ido a la huerta a avisar a su abuelita. Después de lo anterior,
nada más se supo de su abuelo. Indica que a esa fecha tenía 11 años de edad y lo
recuerda muy bien. Indica que no se acuerda si los Carabineros llevaban armas de
fuego, pues no se dio cuenta. Tampoco conoció a los Carabineros y todo esto
ocurrió en Quilaco.
q) Declaración de Miguel Ángel Cid Ortega, a fs. 3.395 vta. y 3.720,
indicando que es hijo de Luis Alberto Cid Cid, el cual se encuentra desaparecido
desde el 20 de septiembre de 1973, cuando fue detenido por Carabineros del Retén
Quilaco. Indica que en esa fecha, vivía junto a sus padres y hermanos en el Fundo
de Rañihuel, sector Lonco Pangue, y que el día de la detención, se encontraba en
su domicilio con su hermana Ana Cid, y tenía 17 años de edad. Agrega que, entre
los Carabineros que llegaron a su domicilio, estaba el Sargento Sergio Salazar San
Martín, Carlos Sepúlveda, más otras cinco personas, civiles, que no puede
identificar, y lo detuvieron mientras se trasladaba hacia el lugar de trabajo de su
padre, echando a éste a un camión municipal, momento en el cual a él lo soltaron,
apuntándolo con fusiles y ordenándole que se escondiera en los matorrales,
posteriormente se dirigió a su domicilio donde le manifestó a su madre y hermanos
lo que había sucedido. El camión en el que trasladaron a su padre era de la
Municipalidad de Quilaco y era conducido por un tal “Chano”. Desde esa fecha, no
tuvo más noticias de su padre, consultando en el Regimiento, Cruz Roja, y
destacamentos de Carabineros, sin obtener respuesta. A fs. 3.720 agrega que el día
de la detención de su padre, también fueron aprehendidos Raimundo Salazar, a
quien vio en el camión, persona que vivía en Loncopangue y usaba muletas. Esta
persona estaba tendido en el piso del camión, tapado con una carpa, lo que vio
7941
cuando lo subieron los Carabineros para ir a buscar a su padre. Salazar fue
detenido a las 12:00 hrs. de ese día mientras iba de su trabajo a su casa para
almorzar. Al subir su padre al camión, lo botaron a su lado y de ahí fueron a buscar
a Alberto Bastías, quien vivía a unos 600 metros y que fue el tercer detenido.
Cuando ocurrió aquello, a él lo bajaron del camión, le ordenaron que se fuera y que
no mirara hacia atrás. Recuerda que los Carabineros que iban en el camión eran
Sergio Salazar San Martín, alias “El Mono”, Carlos Sepúlveda, un tal “Chano”, quien
era el chofer, a quien ubica de vista y que se llama José Feliciano; también andaba
otra persona vestida de carabinero, de quien ignora su identidad, y otros 3 civiles de
quienes desconoce sus nombres. Reitera que las 3 detenciones ya señalada se
hicieron todas en el mismo día, hora antes del almuerzo, y que las personas fueron
transportadas en el camión municipal que se usaba para tirar material, de color
amarillo y barandas bajas. En el acto de su declaración reconoce la fotografía
agregada a fojas 3.461 a quien se indica como “El Chano”, quien es un civil y chofer
del camión; la agregada a fs. 3.473, como el funcionario Sergio Salazar san Martín,
apodado “El Mono”, persona que lo apuntó con un fusil y lo hizo subir al camión
para ir a buscar a su padre, y también le ordenó a su padre subir al camión cuando
lo encontraron en el camino.
r) querella interpuesta por don José Roberto Molina Sanhueza, a fs.
3.734, por el delito de secuestro agravado de su padre José Roberto Molina
Quezada;
s)
declaración
de
Marina
del
Carmen
Sanhueza
Sanhueza,
exponiendo a fs. 3.743 que, es cónyuge de José Roberto Molina Quezada, quien
desapareció el noviembre de 1973. Señala que unos ocho días antes que su
cónyuge desapareciera, militares allanaron su casa en busca de armas, siendo
detenido su marido y dejado en libertad. Al regresar, contó que no sabía porqué lo
habían detenido. El 3 de noviembre de 1973, alrededor de las 11:00 hrs., mientras
estaba en su casa, llegó su nieta Marta Molina Sanhueza a decirle que a su marido
se lo estaban llevando nuevamente detenido un grupo formado por Carabineros y
civiles, sin ver lo que estaba pasando. Momentos después, su hijo Víctor Molina
Quezada le contó que llegó a su casa el Sargento de Carabineros de Quilaco y éste
llamó a su marido que estaba con su hija Bella Molina Quezada a quien su cónyuge
le comentó algo así como “ya me vienen a buscar de nuevo”, saliendo de la casa,
llevándoselo Carabineros caminando hasta la Escuela de Piñiquihue, escoltado por
Carabineros a civiles, mientras su hijo Víctor lo seguí detrás, llegando hasta unas
dos cuadras de distancia, momentos en que Carabineros le dijo que se devolviera
porque de su padre no debía tener esperanzas. Su hijo le contó que, del grupo de
Carabineros, identificó a los funcionarios Salamanca y Arriagada, y de los civiles, a
Sergio Pino y un tal Jorge “Diuca”, el primero es comerciante y el segundo tiene una
7942
maestranza y tienen domicilio en Quilaco. Desde esa fecha, nunca más volvieron a
ver a su cónyuge, por el cual preguntaron en la Cruz Roja de Los Ángeles.
t) Dichos de Bella Rosa Molina Sanhueza, quien a fs. 3.751 señala
que ese es su nombre verdadero y que es testigo presencial de la detención de su
padre José Roberto Molina Quezada, ocurrida a las 11:00 hrs. del 3 de noviembre
de 1973, en circunstancias que, con su padre arreglaban un arado en el patio de su
casa, ubicada en el sector de Piñiquihue, parcela 112 de Quilaco. Indica que, de
repente apareció un carabinero por la calle y llamó a su papá por señas. Éste se
levantó de su escaño y fue donde el funcionario, diciéndole en esos momentos a
ella “ya me vienen a fregar de nuevo”; luego su padre y el carabinero se fueron
caminado hacia unos matorrales, perdiéndolos de vista. A raíz de eso, mandó a su
hermana Marta Molina Molina para que fuera a buscar a su mamá quien estaba
trabajando en la huerta, en un bajo cercano a la casa. Desde ese momento, nunca
más volvió a ver a su padre. Sabe, por intermedio de su madre y su hermano José
Víctor, que Carabineros detuvo a su papá y que, momento antes, también habían
atajado a su hermano. Tiempo después, la gente del pueblo comentaba que a su
padre y a otras personas los habían matado en el sector Rucalhue, por el lado del
río Bio Bio. Finaliza señalando que en esa fecha tenía 14 años de edad.
u) Atestado de Marta Pilar Molina Molina, quien a fs. 3.755 señala que,
al 11 de septiembre de 1973, tenía 11 años de edad y estaba en 1° o 2° año básico
de la Escuela de Piñiquihue. Agrega que su abuelo, Jorge Molina Quezada,
desapareció en fecha cercana a su cumpleaños, esto es, a principios de noviembre
de 1973, recordando que estaba junto a su abuelo y su tía Bella Rosa en un mesón
al lado de su casa, arreglando un arado y, al rededor de las 11:00 hrs., vio venir a
dos personas de uniforme que llamaron a su abuelo, el cual le dijo a ella algo como
“otra vez vienen éstos” y se fue con ellos, momento en el cual partió corriendo a
avisarle a su abuela Marina del Carmen. Desde ese momento, nunca más supieron
de su paradero.
v) Dichos de José Roberto Molina Sanhueza a fs. 3.765, señalando
que es hijo de José Roberto Molina Quezada, quien desapareció el 3 de noviembre
de 1973 en horas de la mañana. Indica que, cuando supo que su padre estaba
detenido, fue a su casa y vio a su madre llorando, mientras le decía que se habían
llevado a su padre y que no iba a volver. Además se enteró que los aprehensores
eran Carabineros acompañados de civiles y también le comentaron, tiempo
después, que ese día también andaban buscando a Gabriel Riveros, el que habría
sido detenido en Loncopangue.
w) Testimonio de José Víctor Molina Sanhueza, quien a fs. 3.767
refiere ser hijo de José Roberto Molina Quezada, quien desapareció el 3 de
noviembre de 1973 en horas de la mañana. Indica que, ese día, mientras iba a
7943
buscar una carreta a otro campo, se encontró con dos Carabineros, tres civiles,
Burgos y Pino, y el otro civil conocido como “El Diuca”, los cuales le dijeron que
buscaban a su padre, respondiéndole que estaba en la casa, acompañándolos,
lugar donde lo tomaron prisionero los Carabineros, sin dar razones, devolviéndose
hasta el lugar donde había dejado la carreta. Carabineros le dijo que iban a llevar a
su padre, que nunca más lo iba a ver y que se hiciera cargo de la casa.
x) Declaración de José Ramón Reyes Sanhueza a fs. 3.771 quien
señala que su padre José Anselmo Reyes vio cuando a su cuñado José Molina
Quezada lo detuvieron los Carabineros y se lo llevaron desde la parcela donde
estaba hacia el pueblo.
y) Informe Policial N° 26/702 del Departamento V de Asuntos Internos
de Policía de Investigaciones a fs.3.777, dando cuenta de la orden de investigar
despachada en esta causa.
z) Declaración de Ana Carmen Echeverría Echeverría a fs. 3.848
quien señala que acompaña fotografías de su cónyuge Gabriel José Viveros Flores
y que fueron agregadas de fs. 3.839 a 3.841. Indica que dicha persona desapareció
de su domicilio ubicado en la hijuela de Loncopangue el 3 de noviembre de 1973 en
horas de la noche. Señala además que fue el carabinero Zambrano, junto a otras
personas, quien entró y sacó a su marido de la casa y fueron testigos de hecho su
hija Etelvina del Carmen.
a1) Declaración de Raquel del Carmen Pulgar Cid, quien a fs. 3.852
expone que es hermana de por parte de madre de Luis Alberto Cid Cid, quien
desapareció de su domicilio ubicado en el Fundo Raguiñel de Loncopangue el 13 de
septiembre de 1973, alrededor de las 12:00 hrs., lo que recuerda debido a que él
venía de sus labores de campo para almorzar y frente a su casa lo detuvo
Carabineros y civiles, recordando entre los aprehensores, al policía de apellido
Salazar. Su hermano fue subido a un camión con barandas municipal en el cual
estaba su sobrino Miguel Angel Cid, a quien soltaron en ese momento; ignora si
habían más personas. Desde ese momento nunca supo más de su hermano. Todo
lo vio a un distancia cuadra y media y reitera que andaba Salazar porque este había
pasado momentos antes a saludar y era conocido de su hermano Juan Bautista Cid,
quien también era carabinero.
b1) Dichos de Adrián del Rosario Salazar Silva, quien a fs. 3.854
expone que es hijo de Raimundo Salazar Muñoz, quien desapareció de su domicilio
ubicado en la hijuela El Laurel, Loncopangue, el 21 de septiembre de 1973. Indica
que no estaba presente cuando ocurrieron los hechos, pero si sus hermanos
Clemente e Isidoro, quienes le contaron que, alrededor de las 11:00 hrs. llegó hasta
su casa un grupo de 8 Carabineros al mando del Jefe Salazar, quien llamó a su
padre para que se fuera con ellos, caminando hasta un camión municipal que
7944
maneja un tal “Chano”. Su padre era cojo de la pierna derecha, por lo que usaba
muleta, por lo que su hermano Clemente lo siguió y los alcanzó antes que fuera
subido al camión y vio que su padre estaba en el suelo y Carabineros lo pateaba.
En ese momento, los policías se dieron cuenta de su presencia y le ordenaron
devolverse a su casa siendo la última vez que lo vieron. A la semana siguiente, él
fue a Loncopangue y se dedicó a buscar a su padre junto, entre otras personas, a
doña Carmen Viveros, señora de Alberto Bastias quien también desapareció.
Alrededor de un año después, un vecino llamado Baldomero Esparza, le contó que
la muleta de su padre había sido encontrada a la orilla del rio Bio Bio, cerca del
puente Quilmes. Al intentar ir al lugar, le dijeron que Carabineros vigilaba siempre el
sector y el sargento jefe del Retén de Quilaco le amenazó que si lo pillaba algo le
iba a pasar.
c1) Dichos de Carmela Riveros Flores a fs. 3.861 quien expone que es
cónyuge de Luis Alberto Bastias Sandoval, quien desapareció de su domicilio en el
Fundo Rañihuel de Loncopangue a las 12:00 hrs. del 20 de septiembre de 1973, de
lo cual fue testigo presencial de la detención practicada por un grupo de 5 personas
todos vestidos de Carabineros al mando del cabo Salazar. Indica que su marido fue
sacado de la casa con las manos amarradas, caminado unos 300 mts. hasta donde
estaba estacionado un camión municipal con carrocería alta, conducido por un tal
Chano Gutiérrez. Indica que cuando su marido fue detenido por los Carabineros, lo
apuntaron con una escopeta y le hicieron levantar sus manos. Acto seguido,
Salazar y ella ingresaron a la casa porque él quería registrarla en busca de armas,
luego se llevaron a su esposo y nunca más lo volvió a ver. Recuerda además que,
mientras lo estaban deteniendo, su hija mayor de nombre Elba, le dijo que iban a
matar a su papá y Salazar, con gritos, le contestó que eso no iba a ocurrir. Ese
mismo día, detuvieron a Luis Alberto Cid Cid, quien vivía en el Fundo Rañihuel, a
Raimundo Salazar, quien era cojo y viví en una hijuela en Loncopangue y a Roberto
Molina. Indica que unos meses después de la detención, habló con “Chano”
Gutiérrez para saber qué había pasado con los detenidos, quien le contestó que el
camión con los detenidos no llegó a Quilaco, pero no le dio más detalles.
d1) Declaración de Ana del Tránsito Cid Ortega a fs. 3.865 expone
que, es hija de Luis Alberto Cid Cid, quien desapareció de su casa en el Fundo
Rañihuel, a las 12:00 hrs. del 20 de septiembre de 1973 cuando ella tenía 20 años.
Indica que ese día estaba en su casa con su hermano Miguel Ángel, quien se
preparaba para ir al Colegio, mientras que su madre María Inés Ortega Salinas
estaba en Santa Bárbara y su padre trabajando entro del Fundo, cera de la casa
patronal. En esas circunstancias llegaron dos Carabineros, de apellido Sepúlveda y
Salazar, con más personas, al parecer civiles, en un camión de la Municipalidad
manejado por un civil, que, según los dichos de Carmela Viveros, era de apellido
7945
Gutiérrez. En ese camión, ya estaban detenidos Raimundo Salazar y un tal “Pinto”,
quien era de San Ramón y también desapareció ese día. Salazar y Sepúlveda
ingresaron a la casa y sacaron a su hermano Miguel Ángel, subiéndolo al camión,
con las manos amarradas, para que los acompañara a reconocer a su papá, al cual
detuvieron a unas tres cuadras de la casa. Miguel Ángel le contó que lo soltaron
cuando Carabineros detuvo a Luis Bastias, también desaparecido. Desde ese día
nunca más volvió a ver a su padre, buscándolo en Rucalhue, Quilaco, Regimiento y
otras partes. Días después, una persona de Loncopangue, le contó a su hermano
Francisco Cid, que habían visto el cuerpo de su padre en el sector de Rucalhue del
rio Bio Bio.
e1) Declaración de Juan Orellana Viveros, que a fs. 3.874 señala que
es cónyuge a Ana del Tránsito Cid Ortega, hija del desaparecido Luis Alberto Cid
Cid, desconociendo antecedentes de la detención, pero que un día, buscándolo en
el rio Bio Bio, gente del sector de Rucalhue el comentó que los cuerpos estaban un
poco más arriba de la angostura cerca de la desembocadura del río Quilmes.
f1) Declaración de Francisco del Rosario Cid Ortega, que a fs. 3.877
expone que es hijo de Luis Aleberto Cid Cid, quien desapareció de su domicilio
ubicado en el Fundo Rañihuel, en Loncopangue, el 20 de septiembre de 1973,
cuando fue detenido por carabinros entre ellos, Sergio Salazar y Carlos Sepúlveda.
Indica que no vio la detención de su padre, y de ello se enteró por los dichos de sus
hermanos Miguel Ángel y Ana del Tránsito y sabe que fueron esos Carabineros los
que lo detuvieron, pues los conocían desde antes. Agrega que quien le dio la noticia
fue su sobrino José Eduardo Ortega y que desde el momento de la detención lo
buscaron en el Regimiento, en la Cruz Roja y en el Arzobispado de Los Ángeles, sin
tener noticias. Incluso un día, buscó por el rio Quilmes su cuerpo, sin encontrarlo.
Agrega que el 20 de septiembre de 1973, también desaparecieron Luis Alberto
Bastias y Raimundo Salazar, quien era “valdao” de una pierna y usaba muletas.
Indica que también se comentaba que lso detenidos fueron llevados en un camión
municipal manejado por un tal “Chano” y que también iba otro carabinero que le
decían “El Sargento chico” y era el jefe del Retén de Quilaco. Tiempo después,
también desapareció su amigo y compañero de trabajo Gabriel Riveros, quien fue
detenido en su casa en Alto Loncopangue, alrededor de las 2:00 hrs. y, según le
dijo la señora de Gabriel, el autor de la detención es el carabinero Zambrano.
g1) Declaración de José Isidoro Pinto Lagos, quien a fs. 3.885
acompaña una fotografía de su padre José Felidor Pinto Pinto quien desapareció de
su casa ubicada en el Fundo Huinquén, el 20 de septiembre de 1973, a las 5:00
hrs., según la versión de su madre Lorenza Lagos Quezada, quien estaba presente
al momento de la detención, la que efectuó Carabineros. Indica que, a esa fecha él
7946
estaba en Santiago y que, con su familia, buscó intensamente a su padre sin
resultados.
h1) Declaración de Sergio Alberto Pinto Lagos, que a fs. 3.887
expone que es hijo de José Felidor Pinto Pinto, quien desapareció de su casa en el
Fundo Huinquén en la madrugada del 19 de septiembre de 1973, o que supo por su
madre Lorenza Lagos Quezada, a quien vio dos o tres horas después de lo ocurrido
y que ella estaba presente cuando Carabineros y civiles lo detuvieron y se lo
llevaron en dos camionetas. Indica que, en un primer momento, no supo quienes
fueron los aprehensores, pero después, por comentarios del pueblo, se supo que
había participado Carabineros de Quilaco, en especial el Jefe Burgos.
i1) Declaración de Segismundo Arias Torres, quien a fs. 3.894 expone
que, en septiembre de 1973, cuando regresaba a su casa en Quilaco, en su
camioneta, al pasar frente al Retén de Carabineros, unos funcionarios lo pararon y
le pidieron su vehículo para hacer patrullajes, entregando las llaves al Sargento
Burgos, quien le dijo que se las devolvería dentro de 24 o 48 horas. Al día siguiente,
alrededor de las 11:30 hrs., un vecino le preguntó dónde estaba su camioneta, ya
que lo vio caminando, y él le contó lo que había pasado, entonces la persona le dijo
“entonces ustéd no andaba en la camioneta” agregándole que andaban comentarios
que en el bajo de Quilaco, en su camioneta y otros vehículos, andaban matando
gente. Ante ello, fue a la Comisaría y un funcionario gordo lo hizo entrar al lado de
la guardia, lo arrinconó contra la muralla, sacó su revolver, se lo puso debajo de la
mandíbula derecha y le dijo “si tu abrís la boca, te va a pasar lo mismo y agradece
que no te hago pasar al volteadero y las llaves te las pasamos en 24 horas”
entonces apareció el Sargento Burgos a quien le contó lo mismo y ordenó
devolverle las llaves de inmediato.
j1) Declaración de Clemente Antonio Salazar Cid, quien a fs. 3.902
señala que es hijo de Raimundo Salazar Muñoz, quien fue detenido en
Loncopangue en septiembre de 1973, alrededor de las 11:00 hrs., cuando estaba
con él limpiando un granero. Indica que, cuando su padre salió al patio, estando en
él también su madre, le dijo “ahí me vienen a buscar” refiriéndose a que venían
Carabineros y militares acercándose a su casa, tanto por el camino de entrada
como por el alto de la casa. Su padre se quedó quieto esperando, deteniéndolo en
el patio, se lo llevaron caminando y él, los siguió, pero un militar le ordenó que se
devolviera, siendo la última vez que lo vio. Agrega que su padre era cojo y se lo
llevaron con sus muletas y supo que lo habían subido a un camión junto a otras
personas que habían sido detenidas el mismo día, como Alberto Bastias y Luis Cid.
Señala que su padre fue detenido, entre otros, por el Cabo Salazar, a quien conocía
desde antes.
7947
k1) Declaración de Emelina Rosario Esparza Jara, quien a fs. 3.908
expone que, conocía a Raimundo Salazar y sabe que fue detenido en septiembre
de 1973 cuando ella tenía 13 años de edad. Recuerda que un día se fue a bañar al
río y en el sector de Angostura de Rucalhue, encontró junto a una amiga, un
cadáver de un hombre en descomposición, reconociéndolo como Raimundo
Salazar, por los rasgos de su cara y porque tenía una muleta a su lado. Esto ocurrió
unos siete meses después de que desapareciera. Señala que recogió la muleta y,
por instrucción de su madrina, la devolvió al lugar donde la había encontrado.
l1) Dichos de Cloromira Carmen Mora Aguilera, que a fs. 3.943
expone que, para el 11 de septiembre de 1973 vivía en el sector de Loncopangue y
conocía a Raimundo Salazar Díaz, Luis Alberto Cid Cid, Luis Alberto Bastias
Sandoval, José Felidor Pinto Pinto, José Gabriel Viveros Flores y José Roberto
Molina Quezada, todos los cuales eran vecinos del sector y sabe que fueron
detenidos en sus domicilios por Carabineros y nunca más se supo de ellos. Indica
que de la detención de José Gabriel Viveros Flores se enteró a la mañana siguiente
de la noche en que fue detenido, ya que a su casa fue su mujer Ana Echeverría,
quien le contó que había sido detenido por Carabineros.
m1) Declaración de Domingo Humberto Matus Cares, que a fs. 3.959
vta. expone que el 11 de septiembre de 1073 era alcalde de Quilaco y fue detenido
ese mismo día quedando en libertad el 10 d enero de 1974. Señala que sabe de la
detención de Cristino Humberto Cid Fuentealba, por comentarios del pueblo y los
dichos de su conviviente doña Delfina Matus Betanzo, quien le comentó que, su
cónyuge fue detenido entre las 18:00 y 19:00 hrs. de un día de septiembre en su
domicilio de Hijuela El Radal, a unos 5 kms. de Quilaco, por el camino El Algarrobo
y sus aprehensores fueron el cabo Sergio Salazar, un tal “Quelo” Celedón y Sergio
Pino Cabezas. Respecto de José Roberto Molina Quezada, indica que se enteró de
su detención por medio de su hijo conocido como “El Manco Molina”, quien le dijo
que su padre fue detenido por Carabineros y civiles entre ellos, el Sargento Burgos
y el “Chocolito” Villa. También conoce la situación de Segundo Soto Quijón, quien,
según se contaba, fue detenido en el pueblo de Quilaco y esa noche habría sido
muerto en el puente que une Santa Bárbara con Quilaco. De Felidor Pinto sabe que
también fue detenido por comentarios de su hijo “El Chel Pinto”, quien le contó que
fue detenido en el Asentamiento
n1) Declaración de Etelvina Carmen Viveros Echeverría a fs. 3.970
quien expone que es hija de Gabriel José Viveros Flores, quien desapareció un día
sábado en noviembre de 1973 desde su casa ubicada en la Villa de Loncopangue,
en horas de la noche, cuando ella estaba presente y tenía 9 años de edad.
Recuerda que estaban todos acostados en una misma pieza cuando, de repente,
sintieron golpear, al lado de la ventana, preguntando su papá quienes era,
7948
escuchándose desde fuera decir que eran Carabineros, entonces su padre le dijo
que lo dejaran vestirse para abrir la puerta, levantándose también su mamá y al
abrir entraron dos Carabineros, uno de los cuales era Víctor Zambrano, quien era el
que daba las órdenes y hablaba. Él y otro policía revisaron toda la casa con
linternas, incluso debajo de las camas. Luego de esto, salieron de la casa y
llamaron a mi papá. Una vez que estaba afuera, le dijeron que los acompañara y su
mamá preguntó a dónde llevaban a su padre, quienes le contestaron que “iba ahí no
más y volvía luego”. Recuerda que si papá se fue caminando con los Carabineros y
nadie más los siguió. Luego, sintió que a unos 40 mts. de la casa partía un auto, lo
que también escuchó su mamá, quien junto a su abuelo, salieron en busca de su
padre regresando a la hora después sin novedades. Al día siguiente, al consultar
con parientes y vecinos, todos escucharon en la noche un jeep o una camioneta, y
luego disparos en la subida de Trompelbueno, o sea, muy cerca del Reten de
Loncopangue. Mi mamá buscó a mi papá en diversas partes sin encontrarlo. Agrega
que, antes de la detención de su papá, en Loncopangue desapareció más gente,
como Luis Cid, Raimundo Salazar y Luis Bastias, pero no sabe la fecha en que ellos
fueron detenidos. También se detuvo a un señor de apellido Molina. La gente del
sector decía que los involucrados en las detenciones eran el carabinero Salazar y
un tal “Chocolo”.
ñ1) Testimonio de José Tobías Melita a fs. 3.077, quien señala que era
Secretario Municipal de la Municipalidad de Quilaco al 11 de septiembre de 1973, y
que José Feliciano Ortíz Gutiérrez era el chofer municipal en aquella época, de un
camión marca Chevrolet, color amarillo limón, de 4 toneladas, con baranda altas, el
que fue requisado por Carabineros el mismo 11 de septiembre, manteniéndolo en
su poder hasta fines de ese mes y que, durante ese tiempo, Gutiérrez sirvió de
chofer a los Carabineros. Indica que recuerda a José Felidor Pinto, porque iba a
cazar al fundo Huinquen, y supo de su desaparición tiempo después; también
conoció a Segundo Marcial Soto Quijon, quien era el curadito de Quilaco y que
desapareció en el mismo pueblo.
o1) Declaración de Elías Barrera, que a fs, 3.979, expone que al 11 de
septiembre de 1973, era chofer de la Dirección de Riego y estaba a su cargo una
camioneta pick up, marca Ford, color rojo, año 1969. Su jefe, don Raul Bopp Blup,
le ordenó que se pusiera a disposición de de Carabineros de Quilaco, lo que hizo,
poniéndose a disposición del jefe de Carabineros, Sargento Burgos, quien le señaló
que debía trabajar con ellos y obedecer sus órdenes, trabajando desde el 11 de
septiembre de 1973 hasta finales de octubre de 1973. Indica que en varias
ocasiones le correspondió transportar detenidos, además de Carabineros, pero
todos eran traídos al reten de Quilaco y nunca llevó detenidos a otro lugar. Indica
que sabe, por el cuenta kilómetros, que aunque él no trabajaba de noches, la
7949
camioneta, al quedar a disposición de Carabineros, era usada en las noches.
Respecto de los detenidos, recuerda la situación de Segundo Marcial Soto Quijón,
que era el “curaito” del pueblo y le decían el Chalo, el cual desapareció del mismo
pueblo.
p1) Inspección personal del Tribunal, cuya acta se encuentra agregada
de fs. 3993 y siguientes, con la asistencia de los testigos Domingo Matus y Emelina
Esparza. Señala el acta que se inspeccionó el señor de Quilaco Alto, que se
encuentra al costado derecho del camino Quilaco- Mulchén a unos 50 metros al sur
poniente del Mirador de Quilaco, sector que corresponde a un barranco más o
menos profundo, caracterizado por la presencia de grandes arbustos y arboles.
Según el testigo Domingo Matus, fue en ese sector donde encontró unos cuerpos
comidos por los perros y que habrían sido sepultados por Carabineros y dos
particulares ya fallecidos, en la época próxima a septiembre de 1973. También se
inspeccionó el Sector de la Isla de Quilaco, ubicada en el cauce del Bio Bio, de una
superficie aproximada de 40 hectáreas. Posteriormente, se inspeccionó la
Angostura
de
Rucalhue,
ubicada
al
costado
norte
del
camino
Quilaco.
Loncopanguye, la cual tiene una brusca caída desde el borde del camino hasta el
lecho del rio Bio Bio. Acto seguido, se inspeccionó la Desembocadura del Rio
Quilmes, en el camino Quilaco Loncopangue, lugar donde la testigo doña Emelina
Esparza expone en ese sector vio el cuerpo en descomposición de Raimundo
Salazar Muñoz y su muleta. Finalmente, el Tribunal concurrió al Puente El Piulo,
que se ubica en un camino perpendicular a la Ruta Q-60_r y al camino Quilaco
Loncopangue, viaducto que es de fierro y concreto, de corta extensión y dos vías de
tránsito y cruza el rio Bio Bio a unos 20 metros de altura en tanto que el cauce,
aguas arriba como aguas abajo, corre por un estrecho desfiladero. Se obtuvieron
fotografías que rolan de fs. 3.990 a 3.992.
q1) Declaración de Mercedes Matus Betanzo, que a fs, 3.997 vta.
expone que es conviviente de Cristino Humberto Cid Fuentealba, quien fue detenido
en la tarde del 13 de septiembre de 1973, en su domicilio ubicado en la hijuela El
Radal, ubicada a unos 5 a 6 kilómetros de Quilaco, cuando estaban presente sus
padres y Manuel Cid Matus, hijo de Cristino, y Telma Orellana, una sobrina, que
estaba picando leña. Indica que las personas que lo detuvieron fueron el Carabinero
Salazar y el civil Villa, conocido como “El Chocolo”, que entrearon a su casa y
sacaron a Cristino de la cocina, diciéndole que debían irse con ellos, sin decir por
qué lo detenían, y quien había dado la orden para ello. En la puerta, los estaba
esperando el Carabinero Arriagada y otro funcionario cuyo nombre no recuerda,
todos los cuales salieron de su casa y se fueron por un camino vecinal rumbo al
portón que permitía salir de la hijuela. Indica que ella con Manuel lo siguieron,
llevando el carnet de Cristino, hasta el lugar donde su sobrina Telma Orellana
7950
picaba leña, viendo desde ese sitio como a unos 40 o 50 metros de distancia, se
juntaban otras personas, todas civiles, que estaban alrededor de la hijuela,
reconociendo al Quelo Celedón, Tato Pasten y el hijo del Sargento, Juan Carlos
Burgos, además de otras personas que no pudo reconocer. Indica que siguió a los
que detuvieron a Cristino, caminando a escondidas, cortando por los montes,
llegando a Quilaco en la misma fecha, pero de noche; temprano al día siguiente fue
al retén y un carabinero le dijo que había sido llevado Cristino a Mulchén, por lo que
volvió a su casa en busca de ropa para llevárselas a la Cruz Roja de Los Ángeles, a
donde le dijeron que fueron a parar los detenidos, pero a la semana se la
devolvieron porque nunca había estado detenido allí. Indica que Sergio Pino, que
convivía con su hermana Bárbara, era un hombre que ayudaba a los Carabineros
del Retén de Quilaco, y también estuvo en el camión cuando detuvieron a Cristino.
r1) Testimonio de Isabel Cañete Tapia, que a fs. 4.000 expone que es
la madrina de Segundo Soto Quijón, a quien vio por última vez al día siguiente del
golpe de estado, alrededor de las 18:00 horas, cuando lo visitó. Inidca que unos 8
días después de aquello, supo por comentarios de la gente, que él había
desaparecido, pero ignora detalles de lo ocurrido.
s1) Declaración de Recloma de las Mercedes Soto Quijón, que a fs.
4.001, expone que es hermana de Segundo Soto Quijón y supo por intermedio de
su otro hermano, Profirio, que Segundo había sido detenido a los días después del
golpe de estado, en una noche, cerca del Puente Quilaco, y en esas circunstancias,
mientras estaban detenidos, llegó el Jefe del Retén de Quilaco, quien reconoció a
Profirio y ordenó que lo soltaran, no así con Segundo, de quien nunca más se supo.
Diversas personas del pueblo le contaron, que a Segundo le habían disparado los
Carabineros en el Puente y lo lanzaron al rio, pero su hermano logró salir donde hay
unas toscas y de ahí comenzó a pedir auxilio, pero los Carabineros, entre ellos, un
tal Paco Lalo, fueron donde estaba para rematarlo y lo lanzaron de nuevo al agua.
t1) Declaración de Manuel Gregorio Cid Matus, que a fs, 4.084 vta.
expone que el jueves 13 de septiembre de 193, siendo las 17:30 horas, andaba con
su abuelo Pedro Matus, ya fallecido caminando por el alto de la Hijuela El Radal,
como a unos 300 metros de la casa, y en los alrededores vio a una persona que no
pudo identificar, armadas conm escopetas, entonces se fue para la casa que estaba
en el bajo y pudo ver al “Chocolo”, de nombre Eugenio Villa, cuando salía con su
padre Cristino Cid, desde la cocina de la casa; a unos 50 metros y sobre un puerte
estaban el Sargento Burgos, el Carabinero Salazar y otro funcionario de apellido
Arriagada. Señala que a su papá se lo llevaron caminando y no salieron a la siga de
él, pues los Carabineros y el civil Villa, decían que iba a volver altiro. Señala que no
puede asegurar si oyó un ruido de vehículo o escuchó disparos.
7951
u1) Declaración de Lucia del Tránsito Quintana Sotomayor, que a fs.
4.085 vta expone que
Luis Alberto Cid Cid era trabajador de su marido José
Dolores Ancano Cumilao, entonces dueño del Fundo Rañiguel, en el cual también
vivía Luis Alberto bastías. Indica que el primero desapareció del fundo y por lo que
le comentaron sus familiares, cuando él volvía a casa, llegó una patrulla de
Carabineros, lo tomaron detenido y se lo llevaron. Una semana después, con su
marido fueron al retén de Quilaco a preguntar por Luis Cid, pero le dijeron que se lo
habían llevado al Regimiento y que se fueran sin decir nada.
v1) Declaración de Heraldo Hernán Saéz Álvarez, quien a fs. 4.094
vta., expone que, para la época de septiembre de 1973, fue Carabinero en la
Tenencia de Santa Bárbara y se le conocía como “El Paco Lalo”. Al ser carabinero
raso, solo se le destinaba a la vigilancia exterior del cuartel. Recuerda que se formó
un grupo de civiles y Carabineros que participaba en la detención de la gente, entre
ellos, estaban un señor Barrueto, que se movilizaba en una camioneta verde, el
cabo Etcheverría, apodado el Cotorra, el carabinero Godoy, otro civil que era de
apellido Domínguez, y los veía cuando salían y entraban con gente detenida. Un
día de septiembre de 1973, alrededor de las 11:00 horas, se recibió en la tenencia
una comunicación del Retén de Quilaco, de que había unas personas sobre unas
piedras en el río; entonces, el Teniente Aravena, le mandó para verificar
la
información, regresando para comunicarle que era cierto que una persona estaba
en una piedras sobre el cauce del río a unos 50 a 70 metros de la orilla norte; luego
el teniente, con otro funcionario y él, fueron al lugar en una camioneta fiscal de
INDAP, por calle Prat, cerca de un lugar donde está el descanso del
“finao
Carlitos”, entonces el Teniente Aravena se payó en el vehículo y disparó dos tiros
de su fusil hacia la persona que estaba en las piedras, quien cayó al agua sin que
fuera del rio, recordando que también habían varios otros Carabineros disparando
desde el otro0 lado del rio y mucha gente mirando. Señala que desconoce porque
estaba esta persona en la piedra, solo que estaba mirando hacia calle Prat y
agitaba uno de sus brazos, estando en esas condiciones cuando le disparó el
teniente Aravena.
w1) Dichos de Elba Enid Bastías Viveros, que a fs. 4.111, expone que
estaba presente cuando su padre Luis Alberto Bastías Sandoval fue detenido por
Carabineros desde su casa ubicada en el Fundo Rañiguel, en Loncopangue Alto.
Indica que esto ocurrió un día de primavera, cerca de la hora del almuerzo, mientras
se encontraba en un esterito lavanzo loza con su hermana Irma Bastías, en eso vio
varias personas uniformadas rumbo a la casa, su hermana y ella fueron corriendo a
la casa a saber qué pasaba y cuando llegaron, estos uniformados fueron a la huerta
familiar donde su papá estaba trabajando y ahí lo detuvieron para llevarlo a la
cocina, apuntándolo con armas y los brazos en alto. Cuando ocurrió aquello, ya
7952
todos los hijos con la madre estaban reunidos y ella comenzó a llorar, y decía que
iban a matar a su papa, pero una de estas personas, que supo que era el cabo
Salazar, le contestó a gritos que no lo iban a matar y la hizo callar, después se lo
llevaron a pie, siempre apuntándolo y con las manos en alto, en dirección a
Loncopangue y desde ese momento nunca más lo volvió a ver. Su madre, señala,
siguió a esta gente para mirar donde llevaban a su papa y se dio cuenta que lo
subieron a un camión que estaba estacionado a la entrada del Fundo Rañiguel,
frente a la casa de Custodio Pulgar.
x1) Declaración de Telma del Carmen Orellana Muñoz, quien a fs.
4.134, expone que estaba presente cuando detuvieron a Cristino Cid Fuentealba, lo
que ocurrió el 13 de septiembre de 1973, en horas de la tarde. En esa época, ella
vivía con su abuelo Pedro Matus y Mercedes Betanzo, en la Hijuela El Radal,
manos menos cerca de Quilaco.
Indica que ella estaba picando leña a corta
distancia cuando vio que llegaron los Carabineros Salazar y otro de apellido
Arriagada, mientras en la zona de los linderos vio correra a varios jóvenes que
corrían. Indica que cuando llegaron los Carabineros, le preguntaron por un tal
Antonio, respondiéndoles que en ese lugar no había ninguna persona con ese
nombre, y ellos siguieron en dirección a la casa y uno de ellos entró a la cocina,
donde detuvo a Cristino, luego salieron de la dependencia y se lo llevaron al medio,
entre los dos Carabineros, sin hacerle nada, sin apuntarlo o amenazarlo, de allí se
lo llevaron en dirección a la calle que comunicaba con todas las parcelas. Recuerda
que mientras se llevaban a Cristino, su conviviente, Mercedes Matus Betanzo, le
dijo a los Carabineros que la esperaran para entregarles su carnet y ellos dijeron
que no necesitaba carnet, asi como tampoco chaqueta, pese a que éste andaba en
mangas de camisa.
Esta fue la última vez que vio a Cristino Cid Fuentealba,
ignorando qué pasó con él.
y1) Declaración de Raquel del Carmen Pulgar Cid, quien, a fs. 4.140,
expone que al lado de debajo de su casa, ubicada en la entrada del Fundo
Rañiguel, un día se estacionó un camión de la Municipalidad de Quilaco, donde
venían civiles y uniformados deteniendo ese día a dos trabajadores del Fundo, Luis
Cid y Luis Bastías, y desde día nunca más se pudo de ellos. Ese día recuerda que
estaba el carabinero SAalazar, que antes había pasado a preguntar por su hermano
Javier Cid.
A unos cuatro días después de ocurrido esto, supo que Raimundo
Salazar, que usaba muleta, también había sido detenido ese día, en Loncopangue.
z1) Declaración de Carlina del Carmen Pinto Rivera, quien a fs., 4.180
expone que conoció a José Felidor Pinto Pinto, que era primo hermano de su padre
Domingo Pinto Castro y sobre esos hechos, sabe sobre las circunstancias de su
detención, a raíz que una vez presenció en la cantina de Arturo Pinto una pelea
entre éste y otra persona que no conoce, y el desconocido le gritó a Pinto algo
7953
como “desgraciado no te acuerdas cuando Pinto colgaba del puente y le cortaste las
manos”. Tiempo después le contaron que a José Pinto lo habían sacado de la casa
y después lo tiraron desde el Puente El Piulo.
a2) Testimonio de Nora de la Cruz Mejías Mella, que a fs. 4.219
expone que era profesora y directora de la escuela G-1088 de Piñiquihue, en
Quilaco, encontrándose en esa zona en el año 193. Indica que conoció a José
Roberto Molina Quezada, ya que era apoderado del colegio, y vivía en la Parcela
112 del sector precordillerano. Indica que después del 11 de septiembre de 1973,
al parecer un capitán de ejército le preguntó sobre él, si era comunista, si se portaba
bien, etc. Después de varios días, los hijos de este señor comenzaron a faltar a
clases,
y comenzó a averiguar lo que había pasado y ahí se enteró que
Carabineros había ido a su casa a buscarlo y nunca más volvió.
b2) Declaración de José Víctor Molina Sanhueza, quien a fs. 4.222
señaló que su padre fue detenido por Carabineros un día en la mañana en su
domicilio ubicado en una parcela cordillerana del sector Piñiquihie, lo que ocurrió
mientras iba a dejar una carreta donde unos vecinos, y en ese trayecto apareció un
jeep con toldo color plomo en la parte de atrás, donde iban cinco personas que le
hicieron parar, eran los carabineros Burgos y Arriagada, a quienes conocía antes y
ubicaba perfectamente, a ellos los acompañaba los civiles Sergio Pino, que tiene un
negocio en Quilaco; y un tal Diuca, que es mecánico de automóviles y a quien
ubicaba desde antes. Esas personas lo detuvieron y le dijeron que iban a buscar a
su papa, lo subieron al vehículo y les indicó conde se encontraban llegando hasta la
casa de Anselmo Retes, donde dejaron estacionado el jeep y de ahí caminaron
como 5 cuadras, hasta las afueras de la casa, donde estaba su padre, con su
hermana Bella y su sobrina Marta, mientras su mama estaba en la huerta. Llegaron
unos 15 o 20 metros de la casa y desde unos matorrales, un Carabineros llamó a su
papá con señas y este se acercó, siendo detenido y todos regresaron a la casa de
Anselmo Reyes, donde lo hicieron bajar ordenando volver a su casa y agregando
que nunca más vería a su padre,m que debía hacerse cargo de la familia y tenían
una semana para irse de la parcela. Desde ese momento nunca más volvieron a
ver a su padre.
c2) Informe pericial fotográfico realizado por el Laboratorio de
Criminalística de la Policia de Investigaciones, agregado a fs. 4.853 respecto de la
detención de Luis Bastias Sandoval, Gabriel Viveros, Raimundo Salazar. A fs. 508
rola el correspondiente el informe pericial planimétrico.
d2) Declaración de Dina del Carmen Cid Ortega, que a fs. 3.395
expone que es hija de Luis Alberto Cid Cid, quien está desaparecido desde el 20 de
septiembre de 1973. Indica ese que día no se encontraba en la casa, ya que estaba
en Santa Barbara y al regresar a su domicilio, en el sector de Loncopangue, se
7954
enteraron de la detención de este mientras estaba efectuando labores fuera del
domicilio, lo que le contó su hermano Miguel Angel Cid Ortega, quien también les
dijo que había sido detenido por Carabineros que trabajaban en el reten de
Rucalhue.
e2) Acta de diligencia de reconstitución de escena agergada a fs. 4.410
y 4.451.
f2) Acta de excavación en cuesta Quilaco a fs. 4.434 y 4.489
g2) Informe de la Brigada de Homicidios de Concepción de la Policía de
Investigaciones de Chile a fs. 4.458, conteniendo diversas diligencias respecto de
los hechos investigados en este párrafo.
h2) Diligencia de careo entre Eugenio Villa Urrutia y Mannuel Gregorio
Cid Matus, a fs. 4.542, en la cual, Cid Matus reconoce a Villa Urrutia como uno de
los civiles que fueron a detener a su padre Cristino Cid; y Villa Urrutia reconoce
haber participado en el hecho mandado por elSargento Burgos, y que le
acompañaban además Juan Carlos Burgos y Sergio Pino;
i2) Informes Periciales Planimétricos elaborados por el Laboratorio de
Criminalística Regional Concepción de la Policía de Investigaciones de Chile
respecto de las diligencias de reconstitución de escena de 10 de enero de 2002, a
fs. 4.655 y de 18 de enero de 2002 a fs. 5.080;
j2) Informe de Terreno Quilaco de la Unidad de Identificación del
Servicio Médico Legal de fs. 4.678;
k2) Informe Pericial Fotográfico N° 18 del Laboratorio de Criminalística
Regional Concepción de la Policía de Investigaciones de Chile de fs. 4.698 a 4.716
inclusive, en el que consta el desplazamiento fotográfico del lugar donde se habrían
cometido los hechos y la dinámica de los mismos, según las versiones de las
personas involucradas;
l2) Informe Pericial Fotográfico N° 29 del Laboratorio de Criminalística
Regional Concepción de la Policía de Investigaciones de Chile de fs. 4.853 a 4.871
inclusive, en el que consta el desplazamiento fotográfico del lugar donde se habrían
cometido los hechos y la dinámica de los mismos, según las versiones de las
personas involucradas;
29°.- Que, del conjunto de antecedentes referidos precedentemente,
configuran un conjunto de presunciones judiciales, las que por reunir los requisitos
indicados en el artículo 488 del Código de Procedimiento Penal, son suficientes
para tener por acreditados los siguientes hechos:
a) Que en la comuna de Quilaco, en los días siguientes al 11 de
septiembre de 1973, un grupo de civiles y Carabineros, todos premunidos de armas
de fuego y que se movilizaban en vehículos motorizados, sin contar con orden
legítima, llegó al domicilio de Cristino Humberto Cid Fuentealba, ubicado en la
7955
Parcela El Radal, en las afueras de Quilaco, procedieron a detenerlo, en presencia
de familiares de éste, para luego llevárselo caminando desde ese lugar y con
destino desconocido, sin que hasta la fecha se le haya vuelto a ver o se tengan
noticias de su paradero.
b) Que, en la madrugada del 20 de septiembre de 1973, un grupo de
carabineros y civiles, llegó hasta el domicilio de José Felidor Pinto Pinto, dirigente
del asentamiento campesino Campo Lindo, ubicado en el antiguo Fundo Huinquen,
a quien detuvieron, sacaron de su casa y luego se lo llevaron en vehículos desde
ese lugar, trasladándose el mismo grupo y el detenido, con un destino desconocido,
momento desde el cual nunca más se tuvo noticias o conocimiento de él,
desapareciendo su rastro hasta la fecha;
c) Que luego de ocurrido lo anterior, y siendo más o menos el mediodía
del 20 de septiembre de 1973, el mismo grupo se dirigió hasta la Villa Loncopangue
y también hasta las inmediaciones del Fundo Rañiguel, del mismo sector,
procediendo a detener a Luis Alberto Cid Cid, Luis Bastías Sandoval y
Raimundo Salazar Muñoz, siendo subidos a un camión de la Municipalidad de
Quilaco, que conducía José Feliciano Gutiérrez Ortiz, para luego ser llevados por el
camino público que conduce a Quilaco, hasta un sendero que lleva a la confluencia
de los ríos Bio Bio y Quilmes, donde fueron bajados del vehículo y vigilados por sus
captores, se les llevó caminando hasta las riberas de los cursos de agua señalados,
momento en que sus captores les habrían disparados con armas de fuego, cayendo
sus cuerpos al cauce de los mencionados ríos, ignorándose fehacientemente
su
paradero hasta la fecha;
d) Que, ese mismo día, en horas de la tarde, fue detenido en Quilaco,
sin orden legítima, por un grupo conformado por carabineros y civiles, Segundo
Marcial Soto Quijón, fecha desde la cual no se han tenido noticias de su paradero.
e) Que, en la mañana del 3 de noviembre de 1973, aproximadamente a
las 11:00 hrs., un grupo de carabineros y civiles llegó hasta la Parcela N° 112 del
sector Piñiquihue, en la comuna de Quilaco, domicilio de José Roberto Molina
Quezada, al que detuvieron sin orden legítima, lo sacaron de su casa y se lo
llevaron en un vehículo detenido, con destino desconocido, momento desde el cual
nunca más se tuvo noticias o conocimiento de su paradero.
f) Que en la noche del sábado 3 de noviembre de 1973, un grupo
armado de carabineros y civiles, llego hasta el domicilio de Gabriel José Viveros
Flores, ubicado en las afueras de Loncopangue, procediendo a detenerlo en
presencia de sus familiares, sacándolo de su casa y trasladándolo a un lugar
desconocido, sin que hasta la fecha haya sido vuelto o se tenga noticias de su
paradero.
7956
30°.- Que los hechos así descritos precedentemente, configuran los
delitos de secuestro calificado, perpetrados en contra de Cristino Humberto
Cid Fuentealba, José Felidor Pinto Pinto; Luis Alberto Cid Cid, Luis Alberto
Bastias Sandoval, Raimundo Salazar Muñoz, Gabriel José Viveros Flores,
Segundo Marcial Soto Quijón y José Roberto Molina Quezada, previsto y
sancionados en los incisos 1º y 3º del artículo 141 del Código Penal (en su
redacción de la época), aplicable en la especie por expreso mandato de los
artículos 19 Nº 3 inciso 7º de la Constitución Política de la República y 18 del
Código Penal, con la pena de presidio mayor en cualquiera de sus grados, puesto
que la víctima fue ilegítimamente privada de libertad, prologándose el estado
antijurídico creado por la acción de encerrar o detener por más de noventa días, y
no obstante las diligencias decretadas por el Tribunal, no ha sido posible fijar un
instante en el cual dicho estado se detiene.
II. EN CUANTO A LA PARTICIPACIÓN
31°: Que, al encausado PLANTÉ EUCLIDES ARAVENA SAÉZ, se le
acusó como autor de los siguientes delitos: a) Secuestro calificado en perjuicio
Sergio D’Apollonio Peterman; b) Secuestro calificado en perjuicio de Elba Burgos
Sáez; c) Secuestro calificado de José Rafael Zúñiga Aceldine, José Secundino
Zúñiga Aceldine y José Gilberto Araneda; d) Secuestro calificado de Juan de Dios
Rubio Llancao, Julio Rubio Llancao, José María Tranamil Pereira y José Guillermo
Purrán Treca; e) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César
Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; f) Secuestro calificado en perjuicio
Miguel Cuevas Pincheira; g) secuestros calificados de Juan de Dios Fuentes Lizama
y de Juan Francisco Fuentes Lizama; y h) secuestro califcado de Sebastián
Hernaldo Campos Díaz.
32°.- Que, prestando declaración indagatoria el referido encausado
Planté Euclides Aravena Sáez a fs. 1.064, 2065 y 2.759 manifestó que si bien no
era parte de la dotación policial de la Tenencia de Santa Bárbara, se encontraba en
el lugar en virtud de una comisión de servicios ordenada por la Prefectura Bio Bio
de Carabineros de Chile. Señala que en la referida Tenencia no hubo detenidos,
sino que sólo estaban en tránsito antes de ser llevados al Regimiento de Los
Ángeles por funcionarios de Carabineros de Chile. Reconoce haber organizado a un
grupo de civiles para prestar colaboración con los Carabineros de la ciudad de
Santa Bárbara, sin embargo, señala que ellos no participaban en la detención de
gente. Agrega que tenía la más completa y absoluta autoridad sobre los Carabineros y
civiles bajo su mando, que se enteraba de todas las actividades que efectuaban los
Carabineros, excepto en sus horas de franco, así como respecto de los civiles quienes le
informaban de todo lo que ellos hacían en el cuartel durante la noche, ya que ellos no
7957
prestaban su colaboración durante el día. Señala que todas las órdenes de
detención de personas llegaban directamente desde Los Ángeles y era él quien
tomaba conocimiento de ellas para luego impartir la instrucción a quien debía
cumplirlas. Finalmente, expresa que no recuerda si participaron Carabineros en un
procedimiento en el Fundo El Huachi, en el cual tampoco participaron civiles, con
excepción de los hermanos Barrueto. A fs. 2.065 señala que asumió la Tenencia de
Santa Bárbara el 11 o 12 de septiembre de 1973 hasta fines de octubre del mismo año,
período durante el cual estuvieron acuartelados en grado 1, lo que implica que, en su
calidad de jefe de la unidad, debe estar al mando de ella en todo momento, sin derecho a
franco, durmiendo en el cuartel, y teniendo conocimiento de todo lo que ocurría en su
interior. Reconoce haber estado en procedimientos de detención de personas, sin recordar
nombres, y que concurrió al procedimiento en el Fundo El Huachi. A fs. 2.759 ratifica sus
declaraciones anteriores y agrega que personal de su dotación participó en patrullajes y
detenciones bajo su conocimiento y que quienes resultaron detenidos fueron remitidos a la
ciudad de Los Ángeles.
33º.- Que no obstante la negativa del procesado PLANTÉ EUCLIDES
ARAVENA SAÉZ de haber participado directamente en los delitos de secuestros
calificados que se le imputan, obran en su contra los siguientes elementos de juicio:
a) testimonios de Hernán Rebolledo Neira a fs. 1.171 señalando que
hacia septiembre de 1973 era sargento 1° en la Tenencia de Santa Bárbara y
cumplía labores administrativas; que después del 11 de septiembre de 1973 se
detuvo a muchas personas y que quienes practicaban éstas era el Teniente
Aravena junto a otros funcionarios policiales;
b) Hugo Vicente Sepúlveda Álvarez que a fs. 1.172 señala que el
teniente Aravena relevó de su cargo al anterior jefe de tenencia a partir del 11 de
septiembre de 1973, época en la que se empezó a detener a personas por
instrucciones del Jefe de Fuerzas del Regimiento las cuales eran recibidas
directamente por el Jefe de Tenencia;
c) José Bernardino Aguilera Aguilera a fs. 1.173 diciendo que hacia el
11 de septiembre de 1973, era cabo 1° de la Tenencia de Carabineros de Santa
Bárbara, lugar donde, por órdenes del Teniente Aravena, tuvo que cumplir con
detenciones de varias personas sea por infringir el toque de queda o por ser de
tendencia socialista, los cuales eran remitidos a Los Ángeles, donde eran recibidos
en el gimnasio de la IANSA por funcionarios del Ejército, entre otros, cumplió con la
detención de un señor de apellido Cuevas que vivía en la Población Alaska;
d) Leonel Quilodrán Véjar, a fs. 1.174, quien manifiesta que, hacia
septiembre de 1973, se desempeñó en servicio en la Tenencia de Carabineros de
Santa Bárbara, lugar donde, por órdenes del Teniente Señor Planté Aravena, y
junto a otros funcionarios policiales, detuvo a varias personas, cuyos nombres y
domicilios no recuerda;
7958
e) sus propios dichos, donde reconoce expresamente, que desde el 11
o 12 de septiembre de 1973 y hasta fines de octubre del mismo año, fecha en que
ocurrieron todos los ilícitos por los cuales se le acusa, era jefe de la Tenencia de
Santa Bárbara y en tal calidad organizó a un grupo de civiles para prestar
colaboración con los Carabineros de su Unidad, que tenía la más completa y
absoluta autoridad sobre los Carabineros y civiles bajo su mando, que se enteraba
de todas las actividades que efectuaban los Carabineros, que estuvo en
procedimientos de detención de personas, sin recordar nombres, y que concurrió al
procedimiento en el Fundo El Huachi y que personal de su dotación participó en
patrullajes y detenciones bajo su conocimiento.
f) Declaración a fs. 1.239, 2.066 y 3.026 de José Jaime Godoy Godoy,
indicando, en lo pertinente, que las detenciones que practicó, siempre fue por orden
del Jefe de la Tenencia de Santa Bárbara, Teniente Planté Aravena.
g) Declaración de Heraldo Hernán Saéz Álvarez, quien a fs. 4.094 vta.,
expone que fue Carabinero en la Tenencia de Santa Bárbara y se le conocía como
“El Paco Lalo” y que en esa tenencia se formó un grupo de civiles y Carabineros
que participaba en la detención de la gente, entre ellos, estaban un señor Barrueto,
que se movilizaba en una camioneta verde, el cabo Etcheverría, apodado el
Cotorra, el carabinero Godoy, otro civil que era de apellido Domínguez, y los veía
cuando salían y entraban con gente detenida.
34º.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
PLANTÉ EUCLIDES ARAVENA SAÉZ, en calidad de autor, en los siguientes
delitos: a) Secuestro calificado en perjuicio Sergio D’Apollonio Peterman; b)
Secuestro calificado de José Rafael Zúñiga Aceldine,
José Secundino Zúñiga
Aceldine y José Gilberto Araneda; c) Secuestro calificado de Juan de Dios Rubio
Llancao, Julio Rubio Llancao, José María Tranamil Pereira y José Guillermo Purrán
Treca; d) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy
Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca
Mella y José Mariano Godoy Acuña; e) Secuestro calificado en perjuicio Miguel
Cuevas Pincheira; f) secuestros calificados de Juan de Dios Fuentes Lizama y de
Juan Francisco Fuentes Lizama; y g) secuestro califcado de Sebastián Hernaldo
Campos Díaz en los términos del artículo 15 Nº 3 del Código Penal, puesto que
reconoce que todos los Carabineros y civiles que operaron en Santa Bárbara
estaban bajo su mando, le rendían cuenta de todo lo que hacían, que se encontraba
acuartelado y siempre estuvo en Tenencia, a donde ingresaron la mayoría de los
detenidos desaparecidos investigados en esta causa, y aquellos que fueron
detenidos y trasladados a lugares de ejecución y cuyo destino se desconoce,
7959
reconoce que también participó en algunas detenciones practicadas en el fundo el
Huachi, y si bien dice que todos los detenidos fueron enviados al Regimiento de Los
Angeles, la verdad es que está probado que ninguno de ellos llegó a dicho lugar,
sino que estos fueron detenidos por personal a su mando y desaparecieron. De lo
antes dicho, se concluye que tenía el control de las fuerzas que detuvieron a las
víctimas y tenía o debía tener conocimiento, control y responsabilidad de todos los
detenidos que ingresaban a la Unidad, como asimismo, de su destino, de manera
que estaba concertado para su detención ilegal y desaparición o cooperó a la
ejecución del hecho o los presenció sin hacer algo para impedirlo.
35°.- Que, si bien se sometió a proceso a Planté Euclides Aravena
Sáez como autor del delito de secuestro calificado de Elba Burgos Sáez, como se
lee del procesamiento de 30 de junio de 2008, escrito a fs. 6.344, en lo pertinente, y
se acusó por resolución de 10 de noviembre de 2008, escrito a fs. 6.412, es del
caso que no se reunieron antecedentes suficientes que hicieran convicción para
tener por establecida su participación culpable, lo que motiva su absolución
respecto de este ilícito.
36°.- Que, al encausado JOSÉ JAIME GODOY GODOY, se le acusó
como autor de los delitos de i) Secuestro calificado en perjuicio Sergio D’Apollonio
Peterman y Homicidio calificado de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata; ii) Secuestro
calificado de Elba Burgos Saéz; iii) Secuestro calificado de José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy
Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; iv) Secuestro
calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
37°.- Que prestando declaración indagatoria a fs. 1.239, 2.066 y 3.026,
José Jaime Godoy Godoy, niega su participación en los hechos. Señala que en el
año 1973 era funcionario de Carabineros de Santa Bárbara, sin grado, ya que sólo
era Carabinero y, al parecer, era el más nuevo de todos. Recuerda haber
participado en varias detenciones de diferentes personas civiles en Santa Bárbara,
como el agente del Banco del Estado, el Alcalde, el subdelegado de la Comuna, a
unos señores del Indap y al Jefe de la Tenencia de la época. Indica que las órdenes
eran recibidas directamente de Los Ángeles, ignora de donde, y ellos solo recibían
órdenes del Jefe de la tenencia y cumplían con las detenciones. Indica que con
sus colegas José Pulgar Riquelme, Héctor Echeverría y Daniel Torres González,
salieron a varios procedimientos de detención y siempre se realizaban en la
jurisdicción de Santa Bárbara. Nunca, en los procedimientos que a él le tocaron los
acompañaron civiles, siempre fueron funcionarios de Carabineros y las órdenes las
daba el Teniente Aravena; no recuerda su nombre, quien les indicaba el lugar
donde tenían que ir a detener gente, el lugar era identificado previamente, ignora
por quien, solo se les ordenaba. Después de las detenciones de esta gente, eran
7960
llevados a la tenencia y desde allí los trasladaban al Regimiento de Los Ángeles.
Señala que en todas las detenciones en las que participó, nunca se fusiló a alguna
persona, tampoco se les castigó, nunca se golpeó a un detenido, solo se les
esposaba y se trasladaban en vehículos policiales y de Indap, que habían sido
requisados por Carabineros, y siempre fueron conducidos por Carabineros. Indica
que conoció a la familia Barrueto Barting, que eran, en esa fecha, al parecer,
dueños del Fundo El Huachi. Señala que nunca hizo un procedimiento con ellos ni
con otro civil. Agrega, que a la fecha del pronunciamiento militar, tenía 7 años de
servicio en la Institución. Finaliza indicando que los detenidos siempre permanecían
el menor tiempo posible en la Tenencia y ellos mismos los trasladaban al
Regimiento donde se entregaban
38º.- Que no obstante su negativa de haber participado directamente en
los delitos de homicidio calificado y secuestros calificados que se le imputan, obran
en su contra los siguientes elementos de juicio:
i) Secuestro calificado en perjuicio Sergio D’Apollonio Peterman:
a) Declaración de Juana Cristina D´Apollonio Zapata a fs. 1.215,
exponiendo que llegaron a su casa un grupo de 4 o 5 personas, entrando sólo a su
casa dos personas, eL “Pelao” Domínguez y el Carabinero Godoy, a quienes
conocía anteriormente ya que su mamá había hecho un negocio con ellos. Ellos
metieron sus metralletas por las ventanas y desde la casa, el Cotorra (que es el
carabinero Godoy, según señala) y Domínguez, sacaron a su papa, diciendo que se
lo llevaban a dar una declaración, y ante su oposición, el “Cotorra” dijo que se tenía
que ir a la buena o a la mala, echándolo a una camioneta roja en la que andaban y
que era de los Domínguez. Después que se fueron, ella fue a ver a su hermano
Carlos Jacinto, pero llegaron tarde, pues ya se lo habían llevado y su hermano chico
Sergio estaba llorando y dijo que ya habían pasado con su padre a buscarlo. Al otro
día, mientras iban a la Comisaria, un carretonero le dijo a su mamá, Catalana, que
no fuera a Carabineros, pues su hijo estaba muerto, de espaldas, en el puente
Quilaco. Al llegar allí, vio que estaban los cuerpos, el de su papá estaba en medio
del río, abrazado a una pilastra, y su hermano Carlos Jacinto estaba muerto, en la
arena a la orilla del río y tenía una herida en la tetilla izquierda; que ambos habían
muerto desangrados. Tomaron el cuerpo de su hermano y en una carreta de fierro
lo llevaron a la casa como a las 10:00 horas, lo pusieron arriba de la mesa y lo
velaron, pero alrededor de las tres de la tarde llegó Domínguez con el
Carabinero Godoy y sacaron el cuerpo y lo tiraron sobre una camioneta, y se
dirigieron al Puente El Piulo, donde lo tiraron. Desde ese momento nunca más
supieron de él. En cuanto al cuerpo de su padre no lo pudieron sacar, porque se
puso a llover; incluso todos los días le corrían bala al cuerpo de su padre para que
se soltara, y en una ocasión se soltó y se fue río abajo.
7961
b) Declaración policial de Margarita del Carmen Aburto Beltrán, quien a
fs. 2.166, expone que fue vecina de la familia de Catalina Zapata Salamanca y
Sergio D´Apollonio Peterman y que su madre Sofia Beltrán Sanhueza le contó que
en una noche, al parecer Carabineros, se habían llevado detenido a Sergio y su hijo
Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, de 18 años de edad, a los cuales habían subido
en una camioneta trasladándolos al Puente de Quilaco con Santa Bárbara; y que
después su padre Ramón Aburto, había ido a buscar el cuerpo de Jacinto en una
carreta de mano y lo habían acomodado, cruzando un chaquetón de castilla que
tenía puesto cuando fue detenido, lo trasladaron de día y lo fueron a entregar a su
madre. Lo que observó directamente fue el cadáver de Jacinto, que lo estaban
velando al interior de su casa, donde solamente estaba la Sra. Catalina y sus hijos.
Recuerda que lo tenían envuelto en un chalón. Respecto de Sergio, no sabe que
pasó con él; indica que pasada unas cuatro horas después, supo que el cuerpo se
lo habían llevado.
c) Diligencia de reconstitución de escena e inspección ocular, cuya acta
rola de fs. 2.109 a 2.114, consignando, en lo pertinente, que constituido el tribunal
en la hijuela La Palma de la comuna de Santa Bárbara, domicilio de Cristina
D´Apollonio, la que juramentada expuso ser testigo presencial de la detención y
posterior fusilamiento de su padre Sergio D´Apollonio y su hermano Carlos, ocurrido
en el mes de septiembre de 1973. Manifiesta, que alrededor de las 3:10 hrs., vio por
los portillos de la casa que se asomaban ametralladoras entrando Carabineros y
civiles, entre ellos Jorge Domínguez y José Godoy, deteniendo a sus familiares ya
indicados, diciéndoles que se los llevaban para tomarles una declaración. Precisa
que, a su hermano lo sacaron de otra casa ubicada a una cuadra de distancia.
Agrega, que ella siguió a la camioneta en la que se los levaban, la que se estacionó
en el medio del puente Quilaco, con las luces encendidas, bajaron a los detenidos y
los pusieron al borde del puente, disparándoles y que el cuerpo de su padre quedó
varios días en el pilar del puente y cuando los Carabineros pasaban por el lugar le
ametrallaban. Prosigue, que al otro día vieron en la orilla del rio el cuerpo de su
hermano y, con la ayuda de doña Margarita sacaron el cuerpo de la ribera y lo
llevaron a la casa y cuando lo velaban, sobre una mesa, alrededor de las 15:00 hrs.,
llegaron nuevamente Domínguez y Godoy y se lo llevaron, tirándolo sobre una
camioneta.
d) Declaración de Gilberto Florentino Zapata Castillo a fs. 5.819,
manifestando, que, por dichos de la señora de Sergio D´Apollonio Peterman, a
quien conocía de antes, le contó al poco tiempo después del Golpe Militar, dos
funcionarios de Carabineros, uno de ellos de apellido Godoy, los habían fusilado a
su marido y a su hijo en el puente y habían tirado sus cuerpos al río, agregando que
él no fue testigo presencial de los hechos.
7962
e) Declaración de Catalina Zapata Salamanca, que a fs. 2731 (policial) y
2755 (judicial), expone que es la esposa de Sergio D´Apollonio Peterman y madre
de Jacinto D´Apollonio Zapata, los cuales se encuentran desparecidos desde el 23
de septiembre de 1973. Indica que en esa fecha vivían en la Quinta La Palma, en
Santa Bárbara y ese día, como a las 03:10 horas, llegaron civiles y Carabineros, los
que detuvieron a su esposo e hijo, llevándolos al sector del puente del Rio Bio Bio,
donde fueron fusilados, hecho que presenció ya que al momento de la detención,
salió detrás de ellos. Al ser fusilados, cayeron al rio, y su hijo quedó herido de
muerte, alcanzó a tomar la orilla y al salir, lo tomó, y lo llevó a la casa, pero falleció
producto de sus heridas. Indica que a éste lo dejaron velando en la casa, y cuando
regresó después de haber estado en la Fiscalía Militar de Los Ángeles, sus hijos le
comentaron que había venido una patrulla de Carabineros y se había llevado el
cuerpo de su hijo, para posteriormente lanzarlo desde el Puente el Piulo al río Bío
Bío.
f) Testimonio de José Mario Aburto Beltrán, quien a fs. 5.859, señala
que fue testigo presencial de la detención de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, la
que ocurrió el 23 de septiembre de 1973, en horas de la noche, cuando una
camioneta llegó hasta su domicilio, a la cual fue introducido por 4 ó 5 personas,
todos uniformados, quienes se retiraron en dirección al Puente Quilaco, lugar donde
se detuvo y de la cual bajaron dos personas que fueron sentadas en su baranda a
quienes, posteriormente, les dispararon, cayendo los cuerpos al río.
ii) Secuestro calificado de Elba Burgos Saéz;
a) Inculpación de Elizabeth del Carmen Alarcón Ramos a fojas 1.661,
quien manifiesta que fue testigo presencial de la detención de Elba Burgos Sáez,
ocurrida el 17 de septiembre de 1973 en la vía pública, en calle Camilo Henríquez
entre calles Rozas y Manuel Rodríguez, cerca de las 14:30 horas, oportunidad en la
que fue interceptada por dos Carabineros, uno de apellido Rebolledo y otro de
nombre José Godoy Godoy a quien conocía pues eran apoderados de alumnos de
un mismo colegio, quienes la encañonaron y la esposaron, introduciéndola en una
camioneta conducida por un civil de nombre Emilio Hojas Quintana, lo que ratifica
en
diligencia de reconstitución de escena, indicando el lugar en que llegó una
camioneta verde con Carabineros de la cual descendieron dos personas,
reconociéndolos como Godoy y Torres y esposaron a Elba Burgos, la echaron arriba
del vehículo y se la llevaron. Agrega que, por comentarios de un hombre de apellido
Saavedra, se informó que el cuerpo de Elba Burgos fue visto en una laguna que
forma el río que pasa por atrás de la Tenencia de Carabineros, al parecer, flotando
en el mismo.
7963
iii) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio
César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña,
Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña;
a) Propios dichos del acusado, que a fs.. 514, señala que efectivamente
participó en la detención de personas que vivían en el Huachi, aproximadamente el
20 de septiembre de 1973, aunque niega que hayan intervenido civiles, agregando
que ignora el destino de los detenidos del Fundo El Huachi, ya que al llegar a la
guardia, fueron interrogados por el oficial de guardia y luego los pasaron al
calabozo, retirándose esa noche a su domicilio.
b)Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, que fojas 374 vta,
señalando que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de su
detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
c) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que conoce el caso de Manuel Salamanca Mella, puesto que ella
entrevistó a sus familiares, anotando toda la información que recibía en un cuaderno
y que luego sirvieron para editar el libro “Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo
de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad, del Arzobispado de Santiago. Del caso de
Manuel Salamanca Mella, señala que su cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue
ella la que le contó lo de su marido, un primo, sus hermanos y un cuñado de
nombre Desiderio Aguilera. Al parecer, Salamanca fue detenido en su casa por los
Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y
Ricardo Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge Domínguez. Sabe que al ser detenido, él
como su mujer fueron agredidos por civiles y ella quedó aturdida por un golpe en la
cabeza; Salamanca era obrero agrícola del Fundo El Huachi, propiedad de los
hermanos Barrueto, y por comentarios de otras personas, supo que él había sido
detenido porque era traficante de ganado. Indica que junto a Salamanca fueron
detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes después quedaron en libertad y ellos
contaban que tanto Salamanca, como los hermanos Godoy y Desiderio Aguilera,
habían quedado detenidos en el Retén
d) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: y que despertó por el
ruido de gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para
7964
hacerlo, reventaban las cerraduras con limas y así fue como entraron a su casa por
la cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas
personas le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los
hermanos Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El
Choco”), de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que
portaba, mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos
Carabineros, que los acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin
hacer nada. Indica que su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella
tenía cuatro hermanos que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la
Familia Barrueto; dos de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos
Godoy Acuña, están desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de
nombre Julio Godoy Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa
época tenía un hijo haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo
Aguilera Godoy. Indica que su marido fue sacado a la fuerza de la cama por los
hermanos Barrueto, quienes lo golpeaban con sus armas y herramientas que
portaban, en ese momento Manuel les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo
que habían hecho y ellos le contestaron que se levantara porque lo iban a matar;
ahí, ella quiso ayudar a su esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo
en la frente y perdió el conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una
vecina la encontró botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado;
supo que intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por
los dichos de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente
cuando detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José
Salamanca, también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su
casa a preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le
mostrara donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que
vio cuando detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le
contaron Jovino y Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. En la misma
declaración, hace presente que reconoce las fotografías que rolan a fs. 283 (31)
como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano Domingo; la de
fs. 292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de Ricardo
Barrueto; la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su suegro,
andaba en el grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel
Barrueto, quien le dio el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55
(307) y 61 (313), como la de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su
suegro, como autores de la detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un
Carabinero que la mandó a Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al
momento que su marido fue detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro
medio blanqueado, camisa blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color
7965
café y un cinturón café con hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano
derecha y solo tenía su dedo meñique, por eso le decían “El Choco”.
e) Declaración de Julio Erices Cid, que a fs. 412 y expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por un Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara, y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a llamar
uno a uno a los detenidos y salían del calabozo varios a la vez, en total fueron tres
grupos de personas, que llamaban para declarar, como decía el Cotorra (Godoy),
pero nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de detenidos, se
sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que amaneció, ya no
se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo, Domingo Escobar,
Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a la gente del pueblo
decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había sido fusilada en el
Puente Quilaco, la primera noche que fue detenido. Indica que Manuel Salamanca
fue detenido la misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo
calabozo, más tarde. Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A
los hermanos Godoy y a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del
Huachi. Señala que al momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban
con revólveres, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el negro fuentes, estaban
armados con metralletas.
f) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
7966
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
g) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo
que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de
1973, según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
h) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
7967
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;:
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
i) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
detuvo a Domingo Godoy, Julio Cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
j) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
7968
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
k) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
l) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
m) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
n) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, donde los testigos Luis Verdugo Salamanca,
José
Aguilera
Godoy,
entre
otros,
reiteraron
los
dichos ya
expresados
anteriormente, respecto de la forma en que habrían ocurrido las detenciones de
José Domingo Godoy, de Emiliano Aguilera y de otra persona de apellido Godoy.
iv) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
a) Sus propios dichos a fs. 889, 1.074 y 2.066, señalando que para el
mes de septiembre de 1973, era Carabinero de la Tenencia Santa Bárbara y que
participó en varias detenciones, en diferentes sectores, tanto urbanos como
rurales, incluyendo la de Miguel Cuevas Pincheira, la cual se efectuó en su
casa, y en la que participó junto a otros Carabineros por orden de su superior
el Teniente Aravena. Sin embargo, en las referidas detenciones no participaron
civiles ni grupos armados civiles. Respecto del destino de Cuevas Pincheira, señala
que fue llevado hasta la Tenencia y desde ahí remitido al Regimiento de Los
Ángeles.
b) Inculpación de Norma Dromilia Panes Panes, que en careo de fs.
1135, lo sindica como una de los Carabineros que entró a su casa y detuvo a su
marido Cuevas Pincheira;
7969
c) En el mismo sentido, los dichos de Dorian Cuevas Panes, quien en
careo de fs. 1150, expuso que Godoy Godoy Godoy formaba parte del grupo de
personas que se día llegaron a su casa, gritando insultos y detuvieron a su padre.
d) Declaración de Heraldo Hernán Saéz Álvarez, quien a fs. 4.094 vta.,
expone que fue Carabinero en la Tenencia de Santa Bárbara y se le conocía como
“El Paco Lalo” y que en esa tenencia se formó un grupo de civiles y Carabineros
que participaba en la detención de la gente, entre ellos, estaban un señor Barrueto,
que se movilizaba en una camioneta verde, el cabo Etcheverría, apodado el
Cotorra, el carabinero Godoy, otro civil que era de apellido Domínguez, y los veía
cuando salían y entraban con gente detenida.
39°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
JOSÉ JAIME GODOY GODOY, en calidad de autor, en los siguientes delitos: a)
Secuestro calificado en perjuicio Sergio D’Apollonio Peterman; b) Secuestro
calificado de Elba Burgos Saéz; c) Secuestro calificado de José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy
Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; d) Secuestro
calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira; y e) en los términos del artículo
15 Nº 1 del Código Penal, puesto que participó de una manera inmediata y directa
en la detención ilegal y traslado de las referidas víctimas, momento desde el cual se
desconoce su paradero destino, a excepción de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata,
a quien se le dio muerte.
40°.- Que si bien, por resolución de 9 de mayo de 2006, escrita a fs.
5.893, se sometió a proceso a Jorge Denis Domínguez Larenas y José Jaime
Godoy Godoy como autores del delito de secuestro calificado de Carlos Jacinto
D´Apollonio Zapata, es del caso que, apelada dicha interlocutoria, la Ilustrísima
Corte de Apelaciones de Concepción por resolución de 30 de mayo de 2007, escrita
a fs. 5.970, la revocó, declarando que los aludidos imputados no eran procesados
en esta causa por el referido ilícito. Por consiguiente, la acusación de 10 de
noviembre de 2008, escrita a fs. 6.412, en que se incluyeron los antes señalados
delitos en contra de estos inculpados, carece de sustento legal, razón por la cual
deben ser absueltos, respecto del delito de homicidio calificado de Carlos Jacinto
D´Apollonio Zapata por el cual fueron acusados.
41°.- Que, al encausado HÉCTOR ISAÍAS ECHEVERRÍA BELTRÁN,
se le acusó como autor de los delitos de i) Secuestro calificado de Juan de Dios
Fuentes Lizama y Juan Francisco Fuentes Lizama; ii) Secuestro calificado de José
Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José
Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; iii)
7970
Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira; y iv) secuestro
califcado de Sebastián Hernaldo Campos Díaz.
42°.-
Que, prestando declaración indagatoria, el referido encausado
señala, a fs. 1.867 y 2.323, que nada sabe respecto de la detención de los
hermanos Fuentes Lizama, no haberlos conocido y no saber quiénes eran,
agregando que no participó en las detenciones practicadas en el sector del Fundo
Corcovado. A fs. 336, niega su participación en los hechos que afectaron a José
Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis,
José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella, José Mariano Godoy
Acuña y Sebastián Hernaldo Campos Díaz . Refiere que efectivamente para el
11 de septiembre de 1973, estaba trabajando como Cabo de Carabineros en la
Tenencia de Santa Bárbara y respecto de Manuel Salamanca Mella, lo conoció
como ciudadano que vivía en Santa Bárbara en esa época, pero no participó en su
detención, ni menos tuvo conocimiento que hubiera sido detenido por personal de la
Tenencia de Santa Bárbara. Dice que en esa época participó en la detención de
otros ciudadanos, como don Pedro Sanhueza; el agente del Banco del Estado de
nombre Renato; de Iván Ferreira, todas las cuales fueron enviadas a Los Ángeles,
no recuerda si a la Comisaría de Carabineros o al Regimiento. Indica que esas
personas fueron detenidas sólo por personal de Carabineros, no participó en la
detención con civil alguno y que fueran simpatizante del pronunciamiento militar en
esa época, aunque a contar del 11 de septiembre de 1973, hubo personas civiles de
Santa Bárbara que cooperaron con Carabineros para el Pronunciamiento, pero ellos
solamente colaboraron en el recinto de la Tenencia de Carabineros, en mandados,
como ser la compra de diarios, buscar el almuerzo a la casa de los funcionarios
casados y otro tipo de trabajos como el aseo al interior el recinto. Esas personas
eran, uno de apellido Dames, no recuerda el nombre; y el Negro Fuentes, entre
otros que no recuerda los nombres. Finaliza indicando que en esa época estaba el
Teniente Aravena y sobre él había unos 15 a 20 funcionarios de mayor grado que el
de él. A fojas 902, 1.070 y 2.323, respecto de la detención de Miguel Cuevas
Pincheira, señala que, para el Pronunciamiento Militar de 1973, se encontraba
trabajando como Cabo Primero de la Tenencia de Santa Bárbara, siendo su jefe el
Teniente Aravena. Agrega que conoció a Cuevas Pincheira pues era su zapatero y
que no participó en su detención como tampoco le comentaron los demás
Carabineros de la unidad que Cuevas Pincheira haya llegado detenido hasta ese
lugar.
43°.- Que, no obstante su negativa, obran en su contra los siguientes
antecedentes:
i) Secuestro calificado de Juan de Dios Fuentes Lizama y Juan
Francisco Fuentes Lizama.
7971
a) Declaración de Jacinto Segundo Fuentes Lizama, de fojas 507 vta;
quien expone que es hermano de Juan Francisco y Juan de Dios, ambos Fuentes
Lizama, quienes vivían en el sector del Fundo Corcovado, en Villacura y
desaparecieron de su domicilio en septiembre de 1973, siendo detenidos por los
Carabineros Echeverría y Torres, junto a civiles. Indica que ese día él estaba en el
pueblo y vio pasar, como a unos 200 metros de distancia, dos camionetas con
Carabineros y civiles, rumbo a Corcovado.
b) Testimonio de Lucía Fuentes Vega quien. a fs. 510, 1939, 2085 y
3.048, señala ser hija y sobrina de Juan Francisco y Juan de Dios, ambos Fuentes
Lizama, respectivamente; y que el 14 de septiembre de 1973 fue testigo de cómo
una patrulla de militares, carabineros y civiles detuvieron a su padre y tío en su
domicilio ubicado en el Fundo Corcovado, fecha desde la cual no tiene noticias de
ellos. Agrega que, entre los civiles en esa patrulla, reconoció a dos personas, una
de apellido Domínguez y a un calvo de apellido Valdivia, pues ambos vivían en
Santa Bárbara y que días antes de la detención, Carabineros había registrado su
casa en busca de armas. Señala que el día de la detención, venía de la escuela y
llegando a la casa, se encontró en el camino con un camión militar verde, y en el
patio había un grupo más o menos de 7 personas, entre civiles y uniformados, los
que le apuntaron y le dijeron que se fuera, porque no querían hacerle nada; señala
que vio en esa oportunidad que a su tio Juan de Dios Fuentes Lizama lo tenían con
las manos atrás arrimado a una carreta y lo apuntaban con armas; y su papá estaba
a unos 50 metros de su tio, arriba de un árbol que estaba botado y también lo
apuntaban. Indica que como la obligaron a irse, se fue caminando y escuchó atrás
unos disparos, pero no se atrevió a mirar, una media hora después, paso el mismo
camión de vuelta a Santa Bárbara, con las mismas personas que habían apuntado
a su papá y tío. Desde esa fecha nunca más los volvió a ver.
c) Atestado de José Nelson Pérez Castillo, quien a fs 1.754 y 2.790,
señala que conoció a los hermanos Juan de Dios y Juan Francisco Fuentes Lizama,
quienes vivían en el Fundo Corcovado y que respecto de su detención, ello ocurrió
en septiembre de 1973 en circunstancias que un señor de nombre Cristóbal Moraga
les dijo a Carabineros que tenía conocimiento de donde vivían, llevándolo en una
camioneta hasta ese lugar bajo amenaza de matarlo si no colaboraba. Recuerda
que entre los funcionarios policiales pudo reconocer a uno de apellido Echeverría,
apodado “Tito Cotorra” y que, al llegar al domicilio de los hermanos Fuentes Lizama,
fueron detenidos y subidos a la camioneta para trasladarlos hasta la Tenencia de
Santa Bárbara, sin volver a saber de ellos.
d) Dichos de José Luis Pino Garrido, de fojas 1.759, quien señala que
conoció a los hermanos Fuentes Lizama y que respecto de su detención, supo por
comentarios hechos en el fundo donde vivían que eran responsables los
7972
Carabineros de Santa Bárbara, uno al que apodaban “El Cotorra” o “Tito
Echeverría” y otro llamado Sargento Quilodrán.
ii) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio
César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña,
Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña;
a) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, que fojas 374 vta,
señalando que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de su
detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
b) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que conoce el caso de Manuel Salamanca Mella, puesto que ella
entrevistó a sus familiares, anotando toda la información que recibía en un cuaderno
y que luego sirvieron para editar el libro “Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo
de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad, del Arzobispado de Santiago. Del caso de
Manuel Salamanca Mella, señala que su cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue
ella la que le contó lo de su marido, un primo, sus hermanos y un cuñado de
nombre Desiderio Aguilera. Al parecer, Salamanca fue detenido en su casa por los
Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo
Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge Domínguez. Sabe que al ser detenido, él como
su mujer fueron agredidos por civiles y ella quedó aturdida por un golpe en la
cabeza; Salamanca era obrero agrícola del Fundo El Huachi, propiedad de los
hermanos Barrueto, y por comentarios de otras personas, supo que él había sido
detenido porque era traficante de ganado. Indica que junto a Salamanca fueron
detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes después quedaron en libertad y ellos
contaban que tanto Salamanca, como los hermanos Godoy y Desiderio Aguilera,
habían quedado detenidos en el Retén.
c) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: y que despertó por el
ruido de gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para
hacerlo, reventaban las cerraduras con limas y así fue como entraron a su casa por
la cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas
personas le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los
hermanos Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El
7973
Choco”), de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que
portaba, mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos
Carabineros, que los acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin
hacer nada. Indica que su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella
tenía cuatro hermanos que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la
Familia Barrueto; dos de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos
Godoy Acuña, están desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de
nombre Julio Godoy Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa
época tenía un hijo haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo
Aguilera Godoy. Indica que su marido fue sacado a la fuerza de la cama por los
hermanos Barrueto, quienes lo golpeaban con sus armas y herramientas que
portaban, en ese momento Manuel les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo
que habían hecho y ellos le contestaron que se levantara porque lo iban a matar;
ahí, ella quiso ayudar a su esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo
en la frente y perdió el conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una
vecina la encontró botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado; supo
que intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por los
dichos de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente
cuando detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José
Salamanca, también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su
casa a preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le
mostrara donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que
vio cuando detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le
contaron Jovino y Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. En la misma
declaración, hace presente que reconoce las fotografías que rolan a fs. 283 (31)
como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano Domingo; la de fs.
292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de Ricardo Barrueto;
la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su suegro, andaba en el
grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel Barrueto, quien le dio
el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55 (307) y 61 (313), como la
de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su suegro, como autores de la
detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un Carabinero que la mandó a
Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al momento que su marido fue
detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro medio blanqueado, camisa
blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color café y un cinturón café con
hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano derecha y solo tenía su dedo
meñique, por eso le decían “El Choco”.
d) Declaración de Julio Erices Cid, que a fs. 412 y expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
7974
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por un Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara, y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a
llamar uno a uno a los detenidos y salían del calabozo varios a la vez, en total
fueron tres grupos de personas, que llamaban para declarar, como decía el Cotorra,
pero nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de detenidos, se
sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que amaneció, ya no
se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo, Domingo Escobar,
Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a la gente del pueblo
decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había sido fusilada en el
Puente Quilaco, la primera noche que fue detenido. Indica que Manuel Salamanca
fue detenido la misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo
calabozo, más tarde. Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A
los hermanos Godoy y a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del
Huachi. Señala que al momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban
con revólveres, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el negro fuentes, estaban
armados con metralletas.
e) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
7975
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
f) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo
que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de
1973, según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
g) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
7976
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;:
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
h) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
detuvo a Domingo Godoy, Julio Cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
i) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
7977
j) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
k) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
l) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
iii) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
a) Inculpación de María Pilar Cuevas Panés de fs. 1.029 y 2078, en el
sentido que uno de los Carabineros que detuvo a Cuevas Pincheira fue Echeverría.
b) De la misma manera, Dorian Inés Cuevas Pánes lo sindica como
participante del grupo de detención de su padre Cuevas Pincheira, según dichos de
su madre, como lo relata a fs. 1.031 y 2.080.
c) Testimonio de Sonia Ravanal López, a fs. 1205, manifestando que
reconoció al Carabinero Echeverría como una de las personas que detuvo a Cuevas
Pincheira.
d) Declaración de Heraldo Hernán Saéz Álvarez, quien a fs. 4.094 vta.,
expone que fue Carabinero en la Tenencia de Santa Bárbara y se le conocía como
“El Paco Lalo” y que en esa tenencia se formó un grupo de civiles y Carabineros
que participaba en la detención de la gente, entre ellos, estaban un señor Barrueto,
que se movilizaba en una camioneta verde, el cabo Etcheverría, apodado el
Cotorra, el carabinero Godoy, otro civil que era de apellido Domínguez, y los veía
cuando salían y entraban con gente detenida.
iv) secuestro califcado de Sebastián Hernaldo Campos Díaz, obra
en su contra la inculapción que le formula Gretel Campos Díaz a fs. 999 y 2.933,
donde menciona, en lo pertinente, que el 16 de septiembre de 1973, al rededro de
las 16:00 hrs., llegarona su casa los Carabineros Echeverría y Pulgar a preguntar
pos su hermano, y como no estaba, le dijeron ue debía presentarse a la Tenencia
de Carabineros de Santa Bárbara, vivo o muerto. Ante lo cual, éste concurrió con su
7978
madre quien regresó contándole que lo había dejado en la Tenencia, señalándole
Echeverría que debía ergresar al día siguiente.
44°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
HÉCTOR ISAÍAS ECHEVERRÍA BELTRÁN, en calidad de autor, en los siguientes
delitos: a) Secuestro calificado de Juan de Dios Fuentes Lizama y Juan Francisco
Fuentes Lizama. b) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio
César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; c) Secuestro calificado en perjuicio
de Miguel Cuevas Pincheira; en los términos del artículo 15 Nº 1 del Código Penal,
puesto que participó de una manera inmediata y directa en la detención ilegal y
traslado de las referidas víctimas, momento desde el cual se desconoce su
paradero destino.
45°.- Que, al encausado JORGE DENIS DOMÍNGUEZ LARENAS se le
acusó como autor de los delitos de i) Secuestro calificado en perjuicio Sergio
D’Apollonio Peterman; ii) Homicidio calificado de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata;
iii) Secuestro calificado de Elba Burgos Saéz; iv) Secuestro calificado de José
Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José
Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; v)
Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
46°.- Que, prestando declaración indagatoria a fs. 1.067, 1.442 2.596 el
referido encausado Jorge Denis Domínguez Larenas:
i) por el delito de secuestro calificado de Sergio D´Apollonio
Peterman manifestó que, efectivamente, a partir del 11 de septiembre de 1973,
prestó colaboración a Carabineros de la Tenencia de Santa Bárbara, limitándose a
labores de aseo, cocina y demás tareas domésticas del cuartel; a fs. 1.442 señala
que, en este cometido, estaban casi todo el día en el referido cuartel y que para
estas funciones fueron reclutados por el Teniente Planté Aravena de quien
obedecían órdenes directas y que, respecto de la muerte de Sergio y Carlos
D´Apollonio, tenía conocimiento que eran responsables de ella Carabineros de
Santa Bárbara quienes los detuvieron y los habían muerto en el Puente Quilaco; y
a fs. 2.596, donde ratifica sus dichos anteriores y agrega que supo que Carabineros,
para el 11 de septiembre de 1973, tomó detenidas a personas las cuales mató en el
Puente de Quilaco, pero nunca vio nada.
iii) por el delito de secuestro calificado de José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario
Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña niega
haber conocido a Manuel Salamanca Mella, a Jacinta del Carmen Godoy Acuña y a
7979
Ruth Jaqueline Salamanca Godoy, agregando que nunca fue en la noche a un
domicilio de Avenida La Feria s/n con el fin de detener a alguna persona. Indica que
efectivamente conoce a Manuel Dario y Luis Ricardo Barrueto Barting, quienes son
agricultores de la zona, pero no es amigo de ellos; no recuerda haber conocido a los
Carabineros José Pulgar Riquelme y José Godoy Godoy y nunca supo que los
hermanos Barrueto hayan salido a detener gente durante la época del 11 de
septiembre de 1973; en cuanto a los hermanos Valdivia Dames, señala que
tampoco estuvieron involucrados en hechos de esta naturaleza, lo que afirma
debido a que con ellos hacían la misma función, en aquella época, de ayudar en el
cuartel policial y siempre estaban juntos, y nunca le comentaron haber participado
en los hechos o que hayan sabido de algo similar. Afirma que en esa época, nunca
vio, supo, escuchó o se informó que hubieran detenido y desaparecido gente, por
comentarios de las gentes del pueblo, de las muertes y desaparecimiento de
personas, se vino a enterar como un año después, cuando ya no prestaba ningún
tipo de ayuda a Carabineros; indica que estuvo como ayudante en Carabineros
hasta diciembre de 1973 y después trabajó como chofer. Indica que nunca ningún
familiar de Manuel Salamanca Mella le ha dicho que sea responsable de su
desaparición y muerte, sin embargo, una señora de apellido Panes, con la cual fue
careado en la causa rol 372 (acumulada a este proceso) le ha dicho en la calle
“asesino”, pero afirma que no es responsable ni partícipe en la detención y muerte
de ninguna persona que ahora pueda estar detenida. Finaliza indicando, que por lo
que sabe, en todas aquellas detenciones que se hicieron en aquella época, solo
tuvieron participación Carabineros y no le consta que las hayan hecho civiles y los
únicos civiles que colaboraban con Carabineros durante 1973 eran él y los
hermanos Valdivia Dames, pero solo se limitaban a labores propias del cuartel,
aseo, servir comida, llevar mensajes.
iv) Que, respecto de Miguel Cuevas Pincheira, a fojas 769, 1067,
1442, afirma que nunca participó en detenciones a personas con posterioridad al 11
de septiembre de 1973; que, efectivamente, conoció a Miguel Cuevas Pincheira de
quien sabe fue detenido por Carabineros de Santa Bárbara y llevado hasta el
Regimiento de Los Ángeles, aunque no lo vio llegar detenido a la Tenencia de
Santa Bárbara ni tampoco lo vio mientras estuvo en el referido cuartel. Agrega que
es efectivo que colaborara con Carabineros con posterioridad al 11 d septiembre de
1973, pero dicha colaboración fue en las tareas domésticas del cuartel. Para estos
fines, fue reclutado por el Teniente Aravena junto a los hermanos Valdivia Dames y
a Sergio Fuentes.
47°.- Que, no obstante su negativa, obran en su contra los siguientes
antecedentes:
i) Secuestro calificado en perjuicio Sergio D’Apollonio Petermann
7980
a) Declaración de Juana Cristina D´Apollonio Zapata a fs. 1.215,
exponiendo que llegaron a su casa un grupo de 4 o 5 personas, entrando sólo a su
casa dos personas, el “Pelao” Domínguez y el Carabinero Godoy, a quienes
conocía anteriormente ya que su mamá había hecho un negocio con ellos. Ellos
metieron sus metralletas por las ventanas y desde la casa, el Cotorra (que es el
carabinero Godoy, según señala) y Domínguez, sacaron a su papa, diciendo que se
lo llevaban a dar una declaración, y ante la oposición, el “Cotorra” dijo que se tenía
que ir a la buena o a la mala, echándolo a una camioneta roja en la que andaban y
que era de los Domínguez. Después que se fueron, ella fue a ver a su hermano
Carlos Jacinto, pero llegaron tarde, pues ya se lo habían llevado y su hermano chico
Sergio estaba llorando y dijo que ya habían pasado con su padre a buscarlo.
b) Diligencia de reconstitución de escena e inspección ocular, cuya acta
rola de fs. 2.109 a 2.114, consignando que Juana Cristina D´Apollonio Zapata
manifiesta que alrededor de las 3:10 hrs., vio por los portillos de la casa que se
asomaban ametralladoras entrando Carabineros y civiles, entre ellos Jorge
Domínguez y José Godoy, deteniendo a sus familiares ya indicados, diciéndoles
que se los llevaban para tomarles una declaración. Precisa que, a su hermano lo
sacaron de otra casa ubicada a una cuadra de distancia. Agrega, que ella siguió a la
camioneta en la que se los levaban, la que se estacionó en el medio del puente
Quilaco, con las luces encendidas, bajaron a los detenidos y los pusieron al borde
del puente, disparándoles y que el cuerpo de su padre quedó varios días en el pilar
del puente y cuando los Carabineros pasaban por el lugar le ametrallaban.
c) Declaración de Gilberto Florentino Zapata Castillo a fs. 5.819,
manifestando, que, por dichos de la señora de Sergio D´Apollonio Peterman, a
quien conocía de antes, le contó al poco tiempo después del Golpe Militar, dos
funcionarios de Carabineros, uno de ellos de apellido Godoy, los habían fusilado a
su marido y a su hijo en el puente y habían tirado sus cuerpos al río, agregando que
él no fue testigo presencial de los hechos.
d) Declaración de Catalina Zapata Salamanca, que a fs. 2731 (policial) y
2755 (judicial), expone que es la esposa de Sergio D´Apollonio Peterman y madre
de Jacinto D´Apollonio Zapata, los cuales se encuentran desparecidos desde el 23
de septiembre de 1973. Indica que en esa fecha vivían en la Quinta La Palma, en
Santa Bárbara y ese día, como a las 03:10 horas, llegaron civiles y Carabineros, los
que detuvieron a su esposo e hijo, llevándolos al sector del puente del Rio Bio Bio,
donde fueron fusilados, hecho que presenció ya que al momento de la detención,
salió detrás de ellos.
e) Testimonio de José Mario Aburto Beltrán, quien a fs. 5.859, señala
que fue testigo presencial de la detención de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, la
que ocurrió el 23 de septiembre de 1973, en horas de la noche, cuando una
7981
camioneta llegó hasta su domicilio, a la cual fue introducido por 4 ó 5 personas,
todos uniformados, quienes se retiraron en dirección al Puente Quilaco, lugar donde
se detuvo y de la cual bajaron dos personas que fueron sentadas en su baranda a
quienes, posteriormente, les dispararon, cayendo los cuerpos al río.
iii) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio
César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña,
Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña;
a) Sus propios dichos a fs. 328, reconociendo que efectivamente
participó en la detención de personas que vivían en el Huachi, aproximadamente el
20 de septiembre de 1973, aunque niega que hayan intervenido civiles. Respecto
de Manuel Salamanca Mella, señala que no tuvo participación; agregando que
ignora el destino de los detenidos del Fundo El Huachi, ya que al llegar a la guardia,
fueron interrogados por el oficial de guardia y luego los pasaron al calabozo,
retirándose esa noche a su domicilio.
b) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, que fojas 374 vta,
señalando que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de su
detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
c) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que conoce el caso de Manuel Salamanca Mella, puesto que ella
entrevistó a sus familiares, anotando toda la información que recibía en un cuaderno
y que luego sirvieron para editar el libro “Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo
de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad, del Arzobispado de Santiago. Del caso de
Manuel Salamanca Mella, señala que su cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue
ella la que le contó lo de su marido, un primo, sus hermanos y un cuñado de
nombre Desiderio Aguilera. Al parecer, Salamanca fue detenido en su casa por los
Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo
Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge Domínguez. Sabe que al ser detenido, él como
su mujer fueron agredidos por civiles y ella quedó aturdida por un golpe en la
cabeza; Salamanca era obrero agrícola del Fundo El Huachi, propiedad de los
hermanos Barrueto, y por comentarios de otras personas, supo que él había sido
detenido porque era traficante de ganado. Indica que junto a Salamanca fueron
detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes después quedaron en libertad y ellos
contaban que tanto Salamanca, como los hermanos Godoy y Desiderio Aguilera,
habían quedado detenidos en el Retén
7982
d) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: y que despertó por el
ruido de gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para
hacerlo, reventaban las cerraduras con limas y asi fue como entraron a su casa por
la cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas
personas le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los
hermanos Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El
Choco”), de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que
portaba, mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos
Carabineros, que los acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin
hacer nada. Indica que su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella
tenía cuatro hermanos que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la
Familia Barrueto; dos de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos
Godoy Acuña, están desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de
nombre Julio Godoy Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa
época tenía un hijo haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo
Aguilera Godoy. Indica que su marido fue sacado a la fuerza de la cama por los
hermanos Barrueto, quienes lo golpeaban con sus armas y herramientas que
portaban, en ese momento Manuel les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo
que habían hecho y ellos le contestaron que se levantara porque lo iban a matar;
ahí, ella quiso ayudar a su esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo
en la frente y perdió el conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una
vecina la encontró botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado; supo
que intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por los
dichos de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente
cuando detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José
Salamanca, también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su
casa a preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le
mostrara donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que
vio cuando detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le
contaron Jovino y Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. En la misma
declaración, hace presente que reconoce las fotografías que rolan a fs. 283 (31)
como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano Domingo; la de fs.
292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de Ricardo Barrueto;
la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su suegro, andaba en el
grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel Barrueto, quien le dio
7983
el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55 (307) y 61 (313), como la
de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su suegro, como autores de la
detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un Carabinero que la mandó a
Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al momento que su marido fue
detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro medio blanqueado, camisa
blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color café y un cinturón café con
hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano derecha y solo tenía su dedo
meñique, por eso le decían “El Choco”.
e) Declaración de Julio Erices Cid, que a fs. 412 y expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por un Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara, y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a llamar
uno a uno a los detenidos y salían del calabozo varios a la vez, en total fueron tres
grupos de personas, que llamaban para declarar, como decía el Cotorra, pero
nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de detenidos, se
sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que amaneció, ya no
se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo, Domingo Escobar,
Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a la gente del pueblo
decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había sido fusilada en el
Puente Quilaco, la primera noche que fue detenido. Indica que Manuel Salamanca
fue detenido la misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo
calabozo, más tarde. Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A
los hermanos Godoy y a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del
Huachi. Señala que al momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban
con revólveres, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el negro fuentes, estaban
armados con metralletas.
f) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
7984
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
g) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo
que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de
1973, según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
h) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
7985
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;:
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
i) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
detuvo a Domingo Godoy, Julio Cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
7986
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
j) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
k) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
l) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
m) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
iv) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
a) Imputación que le hace doña Norma Dromilia Panes Panes, a fs.
1002 vta. Y 2079 y en careo de fs. 1140, lo indica como una de las personas que
entró a su casa y detuvo a su marido Cuevas Pincheira;
b) Lo mismo que señala doña Dorian Cuevas Panes, a fs. 1151, en
careo, exponiendo que Domínguez Larenas fue junto a Manuel Barrueto las dos
personas que directamente sacaron de su dormitorio a Miguel Cuevas Pincheira,
agregando que los aprehensores andaban armados y vestidos de militar, según le
había informado su madre.
c) Dichos de Maritza Pilar Cuevas a fs. 1.029 y 2.078 que lo sitúa en el
lugar detención de su padre Cuevas Pincheira y que participó en dicho acto ilegal.
7987
d) Declaración de Heraldo Hernán Saéz Álvarez, quien a fs. 4.094 vta.,
expone que fue Carabinero en la Tenencia de Santa Bárbara y se le conocía como
“El Paco Lalo” y que en esa tenencia se formó un grupo de civiles y Carabineros
que participaba en la detención de la gente, entre ellos, estaban un señor Barrueto,
que se movilizaba en una camioneta verde, el cabo Etcheverría, apodado el
Cotorra, el carabinero Godoy, otro civil que era de apellido Domínguez, y los veía
cuando salían y entraban con gente detenida.
48°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
JORGE DENIS DOMÍNGUEZ LARENAS, en calidad de autor, en los siguientes
delitos: i) Secuestro calificado en perjuicio Sergio D’Apollonio Petermann; ii)
Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy Acuña; iii) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas
Pincheira; en los términos del artículo 15 Nº 1 del Código Penal, puesto que
participó de una manera inmediata y directa en la detención ilegal y traslado de las
referidas víctimas, momento desde el cual se desconoce su paradero destino, a
excepción de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, a quien se le dio muerte.
49°.- Que si bien, por resolución de 9 de mayo de 2006, escrita a fs.
5.893, se sometió a proceso a Jorge Denis Domínguez Larenas y José Jaime
Godoy Godoy como autores del delito de secuestro calificado de Carlos Jacinto
D´Apollonio Zapata, es del caso que, apelada dicha interlocutoria, la Ilustrísima
Corte de Apelaciones de Concepción por resolución de 30 de mayo de 2007, escrita
a fs. 5.970, la revocó, declarando que los aludidos imputados no eran procesados
en esta causa por el referido ilícito. Por consiguiente, la acusación de 10 de
noviembre de 2008, escrita a fs. 6.412, en que se incluyeron los antes señalados
delitos en contra de éstos inculpados, carece de sustento legal, razón por la cual
deben ser absueltos.
50°.- Que, al encausado JOSÉ HERALDO PULGAR RIQUELME, se le
acusó como autor de los delitos de a) Secuestro calificado en perjuicio de José
Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José
Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; b)
Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira; y c) secuestro
calificado de Sebastián Hernaldo Campos Díaz.
51°.-
Que, prestando declaración indagatoria, el referido encausado
señala: a fs. 328, 335 y 495, que niega su participación en los hechos que afectaron
a José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera
Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella, José Mariano
7988
Godoy Acuña y Sebastián Hernaldo Campos Díaz. Refiere que para el 20 de
septiembre de 1973, era funcionario de Carabineros de Santa Bárbara, estaba
agregado a la Tenencia, y venía de la dotación del Retén Bio Bio. Indica que no
recuerda haber participado en la detención de Manuel Salamanca Mella, no lo
conocía como ciudadano de la localidad, y si recuerda haber participado en la
detención de otras personas, aunque no recuerda nombres. Indica que en ningún
momento participó con personas civiles domiciliadas en Santa Bárbara en la
detención de persona alguna. A la fecha del Pronunciamiento Militar efectivamente
personas civiles ayudaron en la tenencia de Carabineros de Santa Bárbara, pero
esta ayuda consistía en los mandados a buscar las viandas al personal casado y
trabajos internos, recuerda que esas personas eran una que conocían como “El
Pelao” Domínguez; otro de apellido Dames; otro de apellido Fuentes. Indica que no
conoce a los hermanos Barrueto y otros que no recuerda el apellido, al parecer Vera
o Mera. Todas esas personas trabajaban al interior de las dependencias de la
Tenencia, nunca vio a alguno de ellos que salieran con Carabineros de servicio a la
calle y menos vio que participaran en la detención de persona alguna. Como señaló,
no conoció a Manuel Salamanca Mella ni menos participó en su detención. b)
respecto de Miguel Cuevas Pincheira: a fojas 899 y 1060, 2071, señala que el 12
de septiembre fue destinado a la Tenencia de Santa Bárbara, desde Alto Bio Bio,
pues el retén de esa localidad fue cerrado. Agrega que si bien le correspondió
detener a personas en las calles de Santa Bárbara, conforme a los listados que
llegaban desde Los Ángeles, no participó en la detención de Miguel Cuevas
Pincheira. Agrega que no supo de detenciones de personas a quienes
posteriormente fusilaran o fueran sus cuerpos lanzados al río, que ni siquiera
escuchó comentarios y que se enteró de ello solamente en el año 1990.
52°.- Que no obstante la negativa de Pulgar Riquelme, obra en su
contra:
i) respecto del Secuestro calificado de José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario
Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña;
a) Sus propios dichos, a fs. 514, donde reconoce que participó en la
detención de personas que vivían en el Huachi, aproximadamente el 20 de
septiembre de 1973 y que ignora el destino de los detenidos, ya que al llegar a la
guardia, fueron interrogados por el oficial de guardia y luego los pasaron al
calabozo, retirándose esa noche a su domicilio.
b)Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, que fojas 374 vta,
señalando que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de su
detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
7989
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
c) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que conoce el caso de Manuel Salamanca Mella, puesto que ella
entrevistó a sus familiares, anotando toda la información que recibía en un cuaderno
y que luego sirvieron para editar el libro “Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo
de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad, del Arzobispado de Santiago. Del caso de
Manuel Salamanca Mella, señala que su cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue
ella la que le contó lo de su marido, un primo, sus hermanos y un cuñado de
nombre Desiderio Aguilera. Al parecer, Salamanca fue detenido en su casa por los
Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo
Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge Domínguez. Sabe que al ser detenido, él como
su mujer fueron agredidos por civiles y ella quedó aturdida por un golpe en la
cabeza; Salamanca era obrero agrícola del Fundo El Huachi, propiedad de los
hermanos Barrueto, y por comentarios de otras personas, supo que él había sido
detenido porque era traficante de ganado. Indica que junto a Salamanca fueron
detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes después quedaron en libertad y ellos
contaban que tanto Salamanca, como los hermanos Godoy y Desiderio Aguilera,
habían quedado detenidos en el Retén
d) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: y que despertó por el
ruido de gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para
hacerlo, reventaban las cerraduras con limas y asi fue como entraron a su casa por
la cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas
personas le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los
hermanos Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El
Choco”), de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que
portaba, mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos
Carabineros, que los acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin
hacer nada. Indica que su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella
tenía cuatro hermanos que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la
Familia Barrueto; dos de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos
Godoy Acuña, están desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de
nombre Julio Godoy Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa
época tenía un hijo haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo
7990
Aguilera Godoy. Indica que su marido fue sacado a la fuerza de la cama por los
hermanos Barrueto, quienes lo golpeaban con sus armas y herramientas que
portaban, en ese momento Manuel les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo
que habían hecho y ellos le contestaron que se levantara porque lo iban a matar;
ahí, ella quiso ayudar a su esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo
en la frente y perdió el conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una
vecina la encontró botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado; supo
que intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por los
dichos de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente
cuando detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José
Salamanca, también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su
casa a preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le
mostrara donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que
vio cuando detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le
contaron Jovino y Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. En la misma
declaración, hace presente que reconoce las fotografías que rolan a fs. 283 (31)
como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano Domingo; la de fs.
292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de Ricardo Barrueto;
la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su suegro, andaba en el
grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel Barrueto, quien le dio
el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55 (307) y 61 (313), como la
de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su suegro, como autores de la
detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un Carabinero que la mandó a
Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al momento que su marido fue
detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro medio blanqueado, camisa
blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color café y un cinturón café con
hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano derecha y solo tenía su dedo
meñique, por eso le decían “El Choco”.
e) Declaración de Julio Erices Cid, que a fs. 412 y expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
7991
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por un Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara, y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a llamar
uno a uno a los detenidos y salían del calabozo varios a la vez, en total fueron tres
grupos de personas, que llamaban para declarar, como decía el Cotorra, pero
nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de detenidos, se
sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que amaneció, ya no
se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo, Domingo Escobar,
Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a la gente del pueblo
decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había sido fusilada en el
Puente Quilaco, la primera noche que fue detenido. Indica que Manuel Salamanca
fue detenido la misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo
calabozo, más tarde. Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A
los hermanos Godoy y a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del
Huachi. Señala que al momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban
con revólveres, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el negro fuentes, estaban
armados con metralletas.
f) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
7992
g) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo
que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de
1973, según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
h) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;:
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
7993
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
i) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
detuvo a Domingo Godoy, Julio Cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
j) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
k) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
7994
l) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
m) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
n) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, donde los testigos Luis Verdugo Salamanca,
José
Aguilera
Godoy,
entre
otros,
reiteraron
los
dichos ya
expresados
anteriormente, respecto de la forma en que habrían ocurrido las detenciones de
José Domingo Godoy, de Emiliano Aguilera y de otra persona de apellido Godoy.
ii) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
a) la imputación que le hace doña Norma Dromilia Panes Panes, que en
careo de fs. 1140, lo indica como una de las personas que entró a su casa y detuvo
a su marido Cuevas Pincheira; lo mismo que señala doña Dorian Cuevas Panes, a
fs. 1151,
en careo, exponiendo que Dominguez Larenas fue junto a Manuel
Barrueto las dos personas que directamente sacaron de su dormitorio a Miguel
Cuevas Pincheira, agregando que los aprehensores andaban armados y vestidos
de militar.
b) Dichos de Jorge Eduardo Valdivia Dames a fs. 511 señalando que
un día mientras se encontraba en la Tenencia, Sergio Fuentes, el otro civil , le dijo
que debían integrar una patrulla porque había que ir al Fundo El Huachi a detener a
unas personas que estaban involucradas en unos delitos extremistas, y ese mismo
día llegaron también los Hermanos Barrueto. Indica que fue al Huachi con ellos,
armado con una pistola que le facilitó su tío, Fuentes iba con un rifle. Allí se
dividieron en dos grupos y en cada sección iba uno de los hermanos Barrueto,
porque ellos sabían donde estaban las personas que buscaban. Indica que su grupo
no detuvo a persona alguna. Al volver a la tenencia, volvieron con tres o cuatro
detenidos del Fundo, a los que él custodiaba en la camioneta verde, en el pick up.
En la tenencia fueron bajados los detenidos, y Carabineros los ingresó por la
guardia y el se retiró a su casa, sin tener conocimiento de lo que le pasó a los
detenidos. Indica que no participó en la detención de Manuel Salamanca y siempre
actuó bajo las instrucciones de Carabineros.
Respecto del secuestro calificado de Sebastián Hernaldo Campos
Díaz, obra en su contra la inculapción que le formula Gretel Campos Díaz a fs. 999
y 2.933, donde menciona, en lo pertinente, que el 16 de septiembre de 1973, al
rededro de las 16:00 hrs., llegarona su casa los Carabineros Echeverría y Pulgar a
7995
preguntar pos su hermano, y como no estaba, le dijeron ue debía presentarse a la
Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara, vivo o muerto. Ante lo cual, éste
concurrió con su madre quien regresó contándole que lo había dejado en la
Tenencia, señalándole Echeverría que debía ergresar al día siguiente.
53°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
JOSÉ HERALDO PULGAR RIQUELME, en calidad de autor, en los siguientes
delitos: i) Secuestro calificado en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio
César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña ; ii) Secuestro calificado en perjuicio
de Miguel Cuevas Pincheira; y iii) secuestro calificado de Sebastián Hernaldo
Campos Díaz en los términos del artículo 15 Nº 1 del Código Penal, puesto que
participó de iuna manera inmediata y directa en la detención ilegal y traslado de las
referidas víctimas, momento desde el cual se desconoce su paradero destino.
54°.- Que, al encausado SERGIO AMADO FUENTES VALENZUELA,
se le acusó como autor de los delitos de: i) Secuestro calificado en perjuicio de José
Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José
Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; ii)
Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira.
55°.-
Que, prestando declaración indagatoria, el referido encausado
señala a fs. 371 vta.:
i) respecto del secuestro calificado de
José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario
Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña. Niega
su participación en los hechos que afectaron a las referidas personas. Señala que,
efectivamente a partir del 11 de septiembre de 1973, y durante unos 20 días, se
desempeñó como ayudante en la tenencia de Carabineros de Santa Bárbara, a
solicitud del Teniente Aravena. También ayudaban, junto con él, Jorge Domínguez y
los hermanos Valdivia Dames. Indica que los hermanos Barrueto Barting no
ayudaban cuando él estuvo en la Tenencia. Sus labores eran de aseo, rancho,
revisar y lavar los vehículos y de estafeta, pero nunca cumplió labores de guardia, o
sea, no confeccionaba partes, ni recibía detenidos, tampoco salía a patrullar con
Carabineros y nunca participó ni presenció la detención de alguna persona. Indica
que por los comentarios de la gente, se enteró que se habían detenido personas y
después desaparecieron, pero ignora que pasó con ellas y donde los pudieron
matar o enterrar, no tiene conocimiento que esa gente haya sido fusilada en el
Puente El Piulo o enterrada en el sector Los Boldos; lo que sabe es que todos los
detenidos políticos en esa época fueron llevados al Regimiento de Los Ángeles;
7996
ignora que pasó con ellos después. No recuerdo haber conocido a Manuel
Salamanca Mella y ni tiene conocimiento que haya sido detenido en su casa el 20
de septiembre de 1973 en horas de la noche. Indica que de la dotación de la
tenencia de Carabineros en esa época, recuerda al Teniente Planté Aravena, el
suboficial Hernán Rebolledo, los Cabos Héctor Echeverría, José Flores, Leonel
Quilodrán, Ambrosio Torres y los Carabineros José Godoy y Hugo Sepúlveda. No
recuerda si José Heraldo Pulgar Riquelme en esa época era funcionario de la
Tenencia de Santa Bárbara.
ii) respecto del secuestro de Cuevas Pincheira: Que prestando
declaración indagatoria Sergio Amado Fuentes Valenzuela, de fojas 896 y 2070,
expresa que, después del Golpe Militar de 1973, el Teniente Aravena de la
Tenencia de Santa Bárbara le pidió que colaborara junto a grupo de civiles en
diversas materias relacionadas con el mantenimiento del cuartel, entre quienes
estaban Jorge Domínguez y los hermanos José Roberto y Jorge Eduardo Valdivia
Dames. Agrega que si bien conoció a Miguel Cuevas Pincheira, no participó en su
detención ni tampoco lo vio detenido en la Tenencia. Finalmente, señala que es
efectivo que su sobrenombre era “El Negro”.
56°.- Que no obstante la negativa de Fuentes Valenzuela, obran en su
contra:
i) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César
Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña;
a) Sus propios dichos a fs. 514, señalando que efectivamente participó
en la detención de personas que vivían en el Huachi, aproximadamente el 20 de
septiembre de 1973, aunque niega que hayan intervenido civiles. Respecto de
Manuel Salamanca Mella, señala que no tuvo participación; agregando que ignora
el destino de los detenidos del Fundo El Huachi, ya que al llegar a la guardia, fueron
interrogados por el oficial de guardia y luego los pasaron al calabozo, retirándose
esa noche a su domicilio.
b) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, que fojas 374 vta,
señalando que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de su
detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
c) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que conoce el caso de Manuel Salamanca Mella, puesto que ella
entrevistó a sus familiares, anotando toda la información que recibía en un cuaderno
7997
y que luego sirvieron para editar el libro “Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo
de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad, del Arzobispado de Santiago. Del caso de
Manuel Salamanca Mella, señala que su cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue
ella la que le contó lo de su marido, un primo, sus hermanos y un cuñado de
nombre Desiderio Aguilera. Al parecer, Salamanca fue detenido en su casa por los
Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo
Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge Domínguez. Sabe que al ser detenido, él como
su mujer fueron agredidos por civiles y ella quedó aturdida por un golpe en la
cabeza; Salamanca era obrero agrícola del Fundo El Huachi, propiedad de los
hermanos Barrueto, y por comentarios de otras personas, supo que él había sido
detenido porque era traficante de ganado. Indica que junto a Salamanca fueron
detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes después quedaron en libertad y ellos
contaban que tanto Salamanca, como los hermanos Godoy y Desiderio Aguilera,
habían quedado detenidos en el Retén.
d) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: y que despertó por el
ruido de gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para
hacerlo, reventaban las cerraduras con limas y asi fue como entraron a su casa por
la cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas
personas le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los
hermanos Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El
Choco”), de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que
portaba, mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos
Carabineros, que los acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin
hacer nada. Indica que su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella
tenía cuatro hermanos que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la
Familia Barrueto; dos de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos
Godoy Acuña, están desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de
nombre Julio Godoy Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa
época tenía un hijo haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo
Aguilera Godoy. Indica que su marido fue sacado a la fuerza de la cama por los
hermanos Barrueto, quienes lo golpeaban con sus armas y herramientas que
portaban, en ese momento Manuel les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo
que habían hecho y ellos le contestaron que se levantara porque lo iban a matar;
ahí, ella quiso ayudar a su esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo
en la frente y perdió el conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una
7998
vecina la encontró botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado; supo
que intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por los
dichos de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente
cuando detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José
Salamanca, también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su
casa a preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le
mostrara donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que
vio cuando detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le
contaron Jovino y Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. En la misma
declaración, hace presente que reconoce las fotografías que rolan a fs. 283 (31)
como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano Domingo; la de fs.
292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de Ricardo Barrueto;
la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su suegro, andaba en el
grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel Barrueto, quien le dio
el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55 (307) y 61 (313), como la
de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su suegro, como autores de la
detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un Carabinero que la mandó a
Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al momento que su marido fue
detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro medio blanqueado, camisa
blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color café y un cinturón café con
hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano derecha y solo tenía su dedo
meñique, por eso le decían “El Choco”.
e) Declaración de Julio Erices Cid, que a fs. 412 y expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por un Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara, y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a llamar
uno a uno a los detenidos y salían del calabozo varios a la vez, en total fueron tres
grupos de personas, que llamaban para declarar, como decía el Cotorra, pero
7999
nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de detenidos, se
sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que amaneció, ya no
se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo, Domingo Escobar,
Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a la gente del pueblo
decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había sido fusilada en el
Puente Quilaco, la primera noche que fue detenido. Indica que Manuel Salamanca
fue detenido la misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo
calabozo, más tarde. Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A
los hermanos Godoy y a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del
Huachi. Señala que al momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban
con revólveres, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el negro fuentes, estaban
armados con metralletas.
f) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
g) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo
que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de
1973, según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
8000
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
h) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;:
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
8001
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
i) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
detuvo a Domingo Godoy, Julio Cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
j) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
k) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
l) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
m) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
8002
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
n) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, donde los testigos Luis Verdugo Salamanca,
José
Aguilera
Godoy,
entre
otros,
reiteraron
los
dichos ya
expresados
anteriormente, respecto de la forma en que habrían ocurrido las detenciones de
José Domingo Godoy, de Emiliano Aguilera y de otra persona de apellido Godoy.
ñ) Imputación que le hace Jorge Eduardo Valdivia Dames a fs. A fs. 511
señalando que un día mientras se encontraba en la tenencia, Sergio Fuentes, el
otro civil , le dijo que debían integrar una patrulla porque había que ir al Fundo El
Huachi a detener a unas personas que estaban involucradas en unos delitos
extremistas, y ese mismo día llegaron también los Hermanos Barrueto. Indica que
fue al Huachi con ellos, armado con una pistola que le facilitó su tío, Fuentes iba
con un rifle. Allí se dividieron en dos grupos y en cada sección iba uno de los
hermanos Barrueto, porque ellos sabían donde estaban las personas que
buscaban. Indica que su grupo no detuvo a persona alguna. Al volver a la tenencia,
volvieron con tres o cuatro detenidos del Fundo, a los que él custodiaba en la
camioneta verde, en el pick up. En la tenencia fueron bajados los detenidos, y
Carabineros los ingresó por la guardia y el se retiró a su casa, sin tener
conocimiento de lo que le pasó a los detenidos.
Indica que no participó en la
detención de Manuel Salamanca y siempre actuó bajo las instrucciones de
Carabineros.
ii) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
a) Imputación que le hace doña Norma Dromilia Panes Panes, a fs.
1002 vta. Y 2079, lo indica como una de las personas que entró a su casa y detuvo
a su marido Cuevas Pincheira;
b) Dichos de Maritza Pilar Cuevas a fs. 1.029 y 2.078 que lo sitúa en el
lugar detención de su padre Cuevas Pincheira y que participó en dicho acto ilegal.
c) Sus propios dichos a fs. 514, señalando que efectivamente participó
en la detención de personas que vivían en el Huachi, aproximadamente el 20 de
septiembre de 1973, aunque niega que hayan intervenido civiles. Respecto de
Manuel Salamanca Mella, señala que no tuvo participación; agregando que ignora
el destino de los detenidos del Fundo El Huachi, ya que al llegar a la guardia, fueron
interrogados por el oficial de guardia y luego los pasaron al calabozo, retirándose
esa noche a su domicilio.
d) Imputación que le hace Jorge Eduardo Valdivia Dames a fs. A fs. 511
señalando que un día mientras se encontraba en la tenencia, Sergio Fuentes, el
otro civil , le dijo que debían integrar una patrulla porque había que ir al Fundo El
Huachi a detener a unas personas que estaban involucradas en unos delitos
8003
extremistas, y ese mismo día llegaron también los Hermanos Barrueto. Indica que
fue al Huachi con ellos, armado con una pistola que le facilitó su tío, Fuentes iba
con un rifle. Allí se dividieron en dos grupos y en cada sección iba uno de los
hermanos Barrueto, porque ellos sabían donde estaban las personas que
buscaban. Indica que su grupo no detuvo a persona alguna. Al volver a la tenencia,
volvieron con tres o cuatro detenidos del Fundo, a los que él custodiaba en la
camioneta verde, en el pick up. En la tenencia fueron bajados los detenidos, y
Carabineros los ingresó por la guardia y el se retiró a su casa, sin tener
conocimiento de lo que le pasó a los detenidos.
Indica que no participó en la
detención de Manuel Salamanca y siempre actuó bajo las instrucciones de
Carabineros.
57°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
SERGIO AMADO FUENTES VALENZUELA, en calidad de autor de los delitos de:
i) Secuestro calificado en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio César
Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; y ii) Secuestro calificado en
perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira; en los términos del artículo 15 Nº 1 del
Código Penal, puesto que participó de una manera inmediata y directa en la
detención ilegal y traslado de las referidas víctimas, momento desde el cual se
desconoce su paradero destino.
58°.- Que, al encausado JORGE EDUARDO VALDIVIA DAMES, se le
acusó como autor de los delitos de i) Secuestro calificado de José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy
Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; ii) Secuestro
calificado en perjuicio Miguel Cuevas Pincheira;
59°.- Que, prestando declaración indagatoria, a fs. 278:
i) respecto de los hechos que afectaron a José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario
Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña, niega
su participación en ellos. Indica que mucho tiempo después del 11 de septiembre
de 1973, vio el programa de televisión “Informe Especial”, en el cual se entrevistó a
un vecino de Santa Bárbara, de nombre Ricardo Gajo, quien señaló que los
detenidos eran muertos en los puentes El Piulo y Quilaco. Señala que antes de ese
programa, había escuchado lo mismo por distintas personas de Santa Bárbara, pero
no puede señalar nombres, porque no los recuerda, y lo que escuchaba eran
comentarios generales. Indica que en el verano de 1974 ya se hablaba entre los
jóvenes del pueblo sobre esas desapariciones. Indica que no tuvo ninguna relación
8004
con los hermanos Barrueto, aunque si los conocía, aunque no eran amigos.
Mientras colaboró con Carabineros en aquella época de septiembre de 1973, solo
los vio en una oportunidad, en la Tenencia de Santa Bárbara, y fue cuando
presentaron y una denuncia por la muerte de unos animales, pero no supo qué pasó
con ese reclamo. Indica que nunca vio llegar detenidos por motivos políticos a la
Tenencia; y tampoco los vio dentro del cuartel; sin embargo, si sabía que había
detenidos pero ignora que pasó con ellos. Lo que se escuchaba era que los
llevaban al Regimiento de Los Ángeles, pero eso solo lo hablaban los Carabineros.
Indica que no recuerda haber conocido a Manuel Salamanca Mella; y su
colaboración con Carabineros en esa época se limitaba a llenar documentos de
inscripción de armas a particulares; a veces, a servir café, pero nunca acompañó a
Carabineros y civiles a detener gente, tampoco usó armas o uniformes durante
aquella época; nunca detuvo, custodió ni hizo desaparecer a persona alguna que
estuviese detenida. Las personas que colaboraban con Carabineros en esa época
eran su hermano Roberto Valdivia Dames; Jorge Domínguez; Simón Mera
(actualmente fallecido), y Sergio Fuentes, todos atendían labores de casino y de
ayudantes. No sabe si ellos participaron en detención o desaparición de personas.
Respecto de los funcionarios de Carabineros de esa época, recuerda a uno de
apellido Godoy; otro de apellido Flores y el oficial a cargo era el Teniente Planté
Aravena. Señala que efectivamente prestó declaración en un proceso instruido en la
Fiscalía Militar de Los Ángeles, donde fue interrogado por un fiscal de apellido Diez,
sobre la desaparición del señor Cuevas, y después no volvió a declarar sobre estos
hechos hasta sus citaciones al Tribunal de Santa Bárbara. Finaliza indicando que
colaboró con Carabineros porque en esa época era simpatizando de derecha, y
había sido perjudicado por la Unidad Popular, porque antes habían saqueado al
almacén de su abuelo, y en todo caso, su única motivación era colaborar, pero
nunca venganza en contra de nadie y de haber sospechado que iba a desaparecer
gente, nunca había colaborado. A fs. 511 señala que un día mientras se encontraba
en la tenencia, Sergio Fuentes, el otro civil , le dijo que debían integrar una patrulla
porque había que ir al Fundo El Huachi a detener a unas personas que estaban
involucradas en unos delitos extremistas, y ese mismo día llegaron también los
Hermanos Barrueto. Indica que fue al Huachi con ellos, armado con una pistola que
le facilitó su tío, Fuentes iba con un rifle. Allí se dividieron en dos grupos y en cada
sección iba uno de los hermanos Barrueto, porque ellos sabían donde estaban las
personas que buscaban. Indica que su grupo no detuvo a persona alguna. Al volver
a la tenencia, volvieron con tres o cuatro detenidos del Fundo, a los que él
custodiaba en la camioneta verde, en el pick up. En la tenencia fueron bajados los
detenidos, y Carabineros los ingresó por la guardia y el se retiró a su casa, sin tener
conocimiento de lo que le pasó a los detenidos.
8005
Indica que no participó en la
detención de Manuel Salamanca y siempre actuó bajo las instrucciones de
Carabineros.
60°.- Que no obstante la negativa de Valdivia Dames, obran en su
contra:
i) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César
Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña;
a) Sus propios dichos de fs. 511 señalando que un día mientras se
encontraba en la tenencia, Sergio Fuentes, el otro civil , le dijo que debían integrar
una patrulla porque había que ir al Fundo El Huachi a detener a unas personas que
estaban involucradas en unos delitos extremistas, y ese mismo día llegaron también
los Hermanos Barrueto. Indica que fue al Huachi con ellos, armado con una pistola
que le facilitó su tío, Fuentes iba con un rifle. Allí se dividieron en dos grupos y en
cada sección iba uno de los hermanos Barrueto, porque ellos sabían donde estaban
las personas que buscaban. Indica que su grupo no detuvo a persona alguna. Al
volver a la Tenencia, volvieron con tres o cuatro detenidos del Fundo, a los que él
custodiaba en la camioneta verde, en el pick up. En la tenencia fueron bajados los
detenidos, y Carabineros los ingresó por la guardia y el se retiró a su casa, sin tener
conocimiento de lo que le pasó a los detenidos.
Indica que no participó en la
detención de Manuel Salamanca y siempre actuó bajo las instrucciones de
Carabineros.
b) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, que fojas 374 vta,
señalando que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de su
detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
c) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que conoce el caso de Manuel Salamanca Mella, puesto que ella
entrevistó a sus familiares, anotando toda la información que recibía en un cuaderno
y que luego sirvieron para editar el libro “Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo
de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad, del Arzobispado de Santiago. Del caso de
Manuel Salamanca Mella, señala que su cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue
ella la que le contó lo de su marido, un primo, sus hermanos y un cuñado de
nombre Desiderio Aguilera. Al parecer, Salamanca fue detenido en su casa por los
Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo
Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge Domínguez. Sabe que al ser detenido, él como
su mujer fueron agredidos por civiles y ella quedó aturdida por un golpe en la
8006
cabeza; Salamanca era obrero agrícola del Fundo El Huachi, propiedad de los
hermanos Barrueto, y por comentarios de otras personas, supo que él había sido
detenido porque era traficante de ganado. Indica que junto a Salamanca fueron
detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes después quedaron en libertad y ellos
contaban que tanto Salamanca, como los hermanos Godoy y Desiderio Aguilera,
habían quedado detenidos en el Retén
d) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: y que despertó por el
ruido de gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para
hacerlo, reventaban las cerraduras con limas y asi fue como entraron a su casa por
la cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas
personas le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los
hermanos Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El
Choco”), de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que
portaba, mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos
Carabineros, que los acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin
hacer nada. Indica que su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella
tenía cuatro hermanos que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la
Familia Barrueto; dos de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos
Godoy Acuña, están desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de
nombre Julio Godoy Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa
época tenía un hijo haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo
Aguilera Godoy. Indica que su marido fue sacado a la fuerza de la cama por los
hermanos Barrueto, quienes lo golpeaban con sus armas y herramientas que
portaban, en ese momento Manuel les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo
que habían hecho y ellos le contestaron que se levantara porque lo iban a matar;
ahí, ella quiso ayudar a su esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo
en la frente y perdió el conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una
vecina la encontró botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado; supo
que intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por los
dichos de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente
cuando detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José
Salamanca, también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su
casa a preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le
mostrara donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que
vio cuando detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le
8007
contaron Jovino y Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. En la misma
declaración, hace presente que reconoce las fotografías que rolan a fs. 283 (31)
como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano Domingo; la de fs.
292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de Ricardo Barrueto;
la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su suegro, andaba en el
grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel Barrueto, quien le dio
el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55 (307) y 61 (313), como la
de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su suegro, como autores de la
detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un Carabinero que la mandó a
Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al momento que su marido fue
detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro medio blanqueado, camisa
blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color café y un cinturón café con
hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano derecha y solo tenía su dedo
meñique, por eso le decían “El Choco”.
e) Declaración de Julio Erices Cid, que a fs. 412 y expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por un Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara, y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a llamar
uno a uno a los detenidos y salían del calabozo varios a la vez, en total fueron tres
grupos de personas, que llamaban para declarar, como decía el Cotorra, pero
nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de detenidos, se
sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que amaneció, ya no
se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo, Domingo Escobar,
Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a la gente del pueblo
decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había sido fusilada en el
Puente Quilaco, la primera noche que fue detenido. Indica que Manuel Salamanca
fue detenido la misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo
calabozo, más tarde. Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A
8008
los hermanos Godoy y a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del
Huachi. Señala que al momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban
con revólveres, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el negro fuentes, estaban
armados con metralletas.
f) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
g) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo
que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de
1973, según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
8009
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
h) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;:
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
i) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
8010
detuvo a Domingo Godoy, Julio Cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
j) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
k) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
l) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
m) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
n) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, donde los testigos Luis Verdugo Salamanca,
José
Aguilera
Godoy,
entre
otros,
reiteraron
los
dichos ya
expresados
anteriormente, respecto de la forma en que habrían ocurrido las detenciones de
José Domingo Godoy, de Emiliano Aguilera y de otra persona de apellido Godoy.
ii) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
8011
a) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, de fojas 958 vta.,
mediante el cual señala que se enteró de la detención y desaparecimiento de
Miguel Cuevas Pincheira, siendo responsables de estos hechos los Carabineros de
la Tenencia de Santa Bárbara y unos civiles de apellido Domínguez, otro apodado
“El Niebla” que era taxista y los hermanos Valdivia Dames, entre otros cuyos
nombres no recuerda.
b) Testimonio de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 974 vta.,
quien señala que, por razones de trabajo tuvo conocimiento de la detención y
desaparición de Miguel Cuevas Pincheira, quien había sido detenido en su domicilio
en septiembre de 1973 por un grupo de Carabineros y civiles de Santa Bárbara,
quienes lo llevaron hasta la Tenencia de la referida ciudad sin que volviera a
tenerse noticias de él. Agrega que de los antecedentes que pudo recabar, en la
detención de Cuevas Pincheira habrían participado los Carabineros Heraldo Pulgar
y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo Barrueto, Roberto Valdivia y
Jorge Domínguez;
c) Imputación que le hace doña Norma Dromilia Panes Panes, a fs.
1002 vta. Y 2079, lo indica como una de las personas que entró a su casa y detuvo
a su marido Cuevas Pincheira;
d) Dichos de Maritza Pilar Cuevas Panes, de fojas 1.029, 2.078, quien
señala haber estado presente al momento en que su padre fue detenido el día 20
de septiembre de 1973 siendo autores de su detención, entre otros, el “Pelao”
Domínguez, los hermanos Barrueto, “El Negro” Fuentes, Roberto Valdivia.
e) Dichos de Dorian Inés Cuevas Panes a fs. 1031 y 2080 que lo sitúa
en el lugar detención de su padre Cuevas Pincheira y que participó en dicho acto
ilegal.
f) Testimonio de Sonia Ravanal López, a fojas 1.205, quien señala que
la noche en que lo detuvieron a Miguel Cuevas PIncheira, pudiendo reconocer como
autores a los Carabineros Echeverría y Godoy y a los civiles conocidos como “El
Pelao Domínguez”, “el Negro Fuentes”, “Chimo” Mera, “El Niebla” y a los hermanos
Valdivia, quienes buscaba armas y se fueron al no encontrarlas.
g) Dichos de Raúl Manuel Ravanal López, de fojas 1.214, quien
manifiesta que, la noche en que tomaron detenido a Miguel Cuevas Pincheira,
desde el portón de acceso pudo ver a Jorge Domínguez, apodado “El Pelao
Domínguez” y otros cinco personas a quienes pudo reconocer cuando el mismo
grupo ingresó a su casa, entre quienes identifica a los hermanos Jorge y Roberto
Valdivia, “El Loco Barrueto”, “El Negro Fuentes”, Simón Mera, “El niebla”, Mario
“Tota” y a los Carabineros de apellido Godoy y Pulgar.
61°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
8012
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
JORGE EDUARDO VALDIVIA DAMES, en calidad autor de los delitos de i)
Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy Acuña; y ii) Secuestro calificado en perjuicio Miguel Cuevas
Pincheira; en los términos del artículo 15 Nº 1 del Código Penal, puesto que
participó de una manera inmediata y directa en la detención ilegal y traslado de las
referidas víctimas, momento desde el cual se desconoce su paradero destino.
62°.- Que, el encausado JOSE ROBERTO VALDIVIA DAMES, se le
acusó como autor de los delitos de: i) Secuestro calificado de José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy
Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; y ii) Secuestro
calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
63°.- Que, prestando declaración indagatoria a fs. 338 y 513, el referido
encausado:
i) respecto de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy
Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; y respecto de Miguel Cuevas
Pincheira. Niega su participación en los hechos que les afectaron. Agrega que al
20 de septiembre de 1973, tenía su domicilio en Santa Bárbara, pero se encontraba
estudiando en Concepción, y por haberse suspendido las clases, regresó a su casa.
Indica que no conoció a Manuel Salamanca Mella, y para el 20 de septiembre de
1973 aún no regresaba a la Comuna, ya que lo hizo solamente los primero días de
octubre de 1973, y uno de esos días, el Teniente de la Tenencia de Santa Bárbara,
de nombre Euclides, le pidió que fuera a cooperar en la Tenencia, en cosas
domesticas, y cree que esa petición se hizo debido a que su familia era conocida en
la Comuna y simpatizante de derecha, como él. Efectivamente estuvo cooperando
con Carabineros, como dos semanas en esa época, pero nunca participó en la
detención de civiles en compañía de Carabineros y otros civiles, ya que su
colaboración fue meramente domestica, como ser comprar pan, hacer el aseo, pero
nunca fuera del recinto. Indica que hubo otros civiles que cooperaron con
Carabineros en la época, de la misma forma que él, como Sergio Fuentes, Jorge
Domínguez, Simón Mera y su hermano Jorge Valdivia.
De los funcionarios,
recuerda a uno de apellido Flores. Reitera que nunca salió con Carabineros a
detener personas ni usó armamento, ni tampoco vio a otros civiles con Carabineros
en la detención de personas en la comuna.
64°.- Que, no obstante su negativa, obran en su contra los siguientes
antecedentes:
8013
i) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César
Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña;
a) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, que fojas 374 vta,
señalando que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de su
detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
b) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que conoce el caso de Manuel Salamanca Mella, puesto que ella
entrevistó a sus familiares, anotando toda la información que recibía en un cuaderno
y que luego sirvieron para editar el libro “Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo
de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad, del Arzobispado de Santiago. Del caso de
Manuel Salamanca Mella, señala que su cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue
ella la que le contó lo de su marido, un primo, sus hermanos y un cuñado de
nombre Desiderio Aguilera. Al parecer, Salamanca fue detenido en su casa por los
Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo
Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge Domínguez. Sabe que al ser detenido, él como
su mujer fueron agredidos por civiles y ella quedó aturdida por un golpe en la
cabeza; Salamanca era obrero agrícola del Fundo El Huachi, propiedad de los
hermanos Barrueto, y por comentarios de otras personas, supo que él había sido
detenido porque era traficante de ganado. Indica que junto a Salamanca fueron
detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes después quedaron en libertad y ellos
contaban que tanto Salamanca, como los hermanos Godoy y Desiderio Aguilera,
habían quedado detenidos en el Retén
c) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: y que despertó por el
ruido de gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para
hacerlo, reventaban las cerraduras con limas y asi fue como entraron a su casa por
la cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas
personas le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los
hermanos Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El
Choco”), de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que
portaba, mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos
8014
Carabineros, que los acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin
hacer nada. Indica que su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella
tenía cuatro hermanos que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la
Familia Barrueto; dos de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos
Godoy Acuña, están desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de
nombre Julio Godoy Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa
época tenía un hijo haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo
Aguilera Godoy. Indica que su marido fue sacado a la fuerza de la cama por los
hermanos Barrueto, quienes lo golpeaban con sus armas y herramientas que
portaban, en ese momento Manuel les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo
que habían hecho y ellos le contestaron que se levantara porque lo iban a matar;
ahí, ella quiso ayudar a su esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo
en la frente y perdió el conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una
vecina la encontró botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado; supo
que intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por los
dichos de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente
cuando detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José
Salamanca, también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su
casa a preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le
mostrara donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que
vio cuando detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le
contaron Jovino y Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. En la misma
declaración, hace presente que reconoce las fotografías que rolan a fs. 283 (31)
como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano Domingo; la de fs.
292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de Ricardo Barrueto;
la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su suegro, andaba en el
grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel Barrueto, quien le dio
el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55 (307) y 61 (313), como la
de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su suegro, como autores de la
detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un Carabinero que la mandó a
Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al momento que su marido fue
detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro medio blanqueado, camisa
blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color café y un cinturón café con
hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano derecha y solo tenía su dedo
meñique, por eso le decían “El Choco”.
d) Declaración de Julio Erices Cid, que a fs. 412 y expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
8015
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por un Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara, y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a llamar
uno a uno a los detenidos y salían del calabozo varios a la vez, en total fueron tres
grupos de personas, que llamaban para declarar, como decía el Cotorra, pero
nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de detenidos, se
sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que amaneció, ya no
se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo, Domingo Escobar,
Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a la gente del pueblo
decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había sido fusilada en el
Puente Quilaco, la primera noche que fue detenido. Indica que Manuel Salamanca
fue detenido la misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo
calabozo, más tarde. Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A
los hermanos Godoy y a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del
Huachi. Señala que al momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban
con revólveres, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el negro fuentes, estaban
armados con metralletas.
e) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
8016
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
f) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo que
es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de 1973,
según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
g) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
8017
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;:
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
h) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
detuvo a Domingo Godoy, Julio Cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
i) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
j) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
8018
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
k) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
l) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
m) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, donde los testigos Luis Verdugo Salamanca,
José
Aguilera
Godoy,
entre
otros,
reiteraron
los
dichos ya
expresados
anteriormente, respecto de la forma en que habrían ocurrido las detenciones de
José Domingo Godoy, de Emiliano Aguilera y de otra persona de apellido Godoy.
ii) respecto del secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas
Pincheira;
a) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, de fojas 958 vta.,
mediante el cual señala que se enteró de la detención y desaparecimiento de
Miguel Cuevas Pincheira, siendo responsables de estos hechos los Carabineros de
la Tenencia de Santa Bárbara y unos civiles de apellido Domínguez, otro apodado
“El Niebla” que era taxista y los hermanos Valdivia Dames, entre otros cuyos
nombres no recuerda.
b) Testimonio de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 974 vta.,
quien señala que, por razones de trabajo tuvo conocimiento de la detención y
desaparición de Miguel Cuevas Pincheira, quien había sido detenido en su domicilio
en septiembre de 1973 por un grupo de Carabineros y civiles de Santa Bárbara,
quienes lo llevaron hasta la Tenencia de la referida ciudad sin que volviera a
tenerse noticias de él. Agrega que de los antecedentes que pudo recabar, en la
detención de Cuevas Pincheira habrían participado los Carabineros Heraldo Pulgar
y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo Barrueto, Roberto Valdivia y
Jorge Domínguez;
8019
c) Imputación que le hace doña Norma Dromilia Panes Panes, a fs.
1002 vta. Y 2079, lo indica como una de las personas que entró a su casa y detuvo
a su marido Cuevas Pincheira;
d) Dichos de Maritza Pilar Cuevas Panes, de fojas 1.029, 2.078, quien
señala haber estado presente al momento en que su padre fue detenido el día 20
de septiembre de 1973 siendo autores de su detención, entre otros, el “Pelao”
Domínguez, los hermanos Barrueto, “El Negro” Fuentes, Roberto Valdivia.
e) Dichos de Dorian Inés Cuevas Panes a fs. 1031 y 2080 que lo sitúa
en el lugar detención de su padre Cuevas Pincheira y que participó en dicho acto
ilegal.
f) Testimonio de Sonia Ravanal López, a fojas 1.205, quien señala que
la noche en que lo detuvieron a Miguel Cuevas PIncheira, pudiendo reconocer como
autores a los Carabineros Echeverría y Godoy y a los civiles conocidos como “El
Pelao Domínguez”, “el Negro Fuentes”, “Chimo” Mera, “El Niebla” y a los hermanos
Valdivia, quienes buscaba armas y se fueron al no encontrarlas.
g) Dichos de Raúl Manuel Ravanal López, de fojas 1.214, quien
manifiesta que, la noche en que tomaron detenido a Miguel Cuevas Pincheira,
desde el portón de acceso pudo ver a Jorge Domínguez, apodado “El Pelao
Domínguez” y otros cinco personas a quienes pudo reconocer cuando el mismo
grupo ingresó a su casa, entre quienes identifica a los hermanos Jorge y Roberto
Valdivia, “El Loco Barrueto”, “El Negro Fuentes”, Simón Mera, “El niebla”, Mario
“Tota” y a los Carabineros de apellido Godoy y Pulgar.
65°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
JOSE ROBERTO VALDIVIA DAMES, en calidad de autor de los siguientes delitos:
i) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy Acuña; ii) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas
Pincheira; en los términos del artículo 15 Nº 1 del Código Penal, puesto que
participó de iuna manera inmediata y directa en la detención ilegal y traslado de las
referidas víctimas, momento desde el cual se desconoce su paradero destino.
66°.- Que, al encausado
LUIS ENRIQUE RICARDO BARRUETO
BARTING se le acusó como autor de los delitos de: i) Secuestro calificado de José
Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José
Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; y ii)
Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
67°.- Que, prestando declaración indagatoria, el referido encausado
niega su participación en los hechos que afectaron a José Domingo Godoy
8020
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario
Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña. Refiere
que días después del 11 de septiembre de 1973, fue llamado por el Jefe de la
Guarnición Militar de Los Angeles, no recuerda si fue el Coronel Rehern o el Mayor
Martínez, para colaborar con el Ejército en tareas de transporte y patrullaje; y en esa
fecha se recibió una denuncia en la Guarnición, que en el sector Quillaileo habían
elementos extremistas; en esas circunstancias, el Coronel Rehren le da la orden de
ponerse bajo la disposición del Jefe de la Tenencia de Santa Bárbara, entonces el
Oficial Aravena, con el objeto de ayudar a la identificación de esas personas. Al
presentarse a la Tenencia, partieron al Fundo El Huachi, en dos vehículos; un
furgón del SAG conducido por un Carabinero y una camioneta marca Ford modelo
pick-up, color verde, se su propiedad y conducida por él. El grupo lo componía
cuatro o cinco Carabineros, entre ellos, el Oficial Aravena, el Carabinero Godoy
Godoy, él, su hermano Manuel. Estando en el Fundo, colaboró en la identificación
de varias personas, como los hermanos Godoy Acuña, Desidero y Jovino Aguilera
Godoy, incluso se encontraron armas en la casa de los hermanos Godoy. Indica
que todas estas personas fueron detenidas por Carabineros, previa identificación;
los detenidos fueron subidos a los vehículos y transportados desde el Fundo a
Santa Bárbara; en el trayecto se detuvo a Nazario Godoy Acuña, en los Junquillos;
y Julio Erices, en el puente Mininco, mientras iba arriba de una micro. Todas las
personas llegaron en vehículos a la Tenencia de dicha ciudad, donde pidió que se
registraran en el libro de guardia.
Después de ello, comieron algo y se dieron
cuenta que faltaba una persona, que era Mariano Godoy Acuña y por ello,
Carabineros y su hermano Manuel lo fueron a buscar en su camioneta y en la del
SAG, quedándose él en la Tenencia, llegando más tarde los detenidos Mariano
Godoy y Manuel Salamanca. Luego de ello, con su hermano Manuel, se fueron de
vuelta a Los Ángeles.
Niega haber participado en la denetnción de Manuel
Salamanca Mella. Indica que no pertenecía a Patria y Libertad; que fue condenado
a 180 días de presido por un delito de infracción a la Ley de Control de Armas; y
que ignora que pasó con las personas detenidas, que eran sindicados como
extremistas. Que, prestando declaración indagatoria, a fs. 328, niega su
participación en los hechos. No obstante, a fs. 514, señala que efectivamente
participó en la detención de personas que vivían en el Huachi, aproximadamente el
20 de septiembre de 1973, aunque niega que hayan intervenido civiles. Respecto
de Manuel Salamanca Mella, señala que no tuvo participación; agregando que
ignora el destino de los detenidos del Fundo El Huachi, ya que al llegar a la guardia,
fueron interrogados por el oficial de guardia y luego los pasaron al calabozo,
retirándose esa noche a su domicilio.
68°.- Que, no obstante su negativa, obran en su contra:
8021
i) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César
Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña;
a) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, que fojas 374 vta,
señalando que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de su
detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
b) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que conoce el caso de Manuel Salamanca Mella, puesto que ella
entrevistó a sus familiares, anotando toda la información que recibía en un cuaderno
y que luego sirvieron para editar el libro “Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo
de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad, del Arzobispado de Santiago. Del caso de
Manuel Salamanca Mella, señala que su cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue
ella la que le contó lo de su marido, un primo, sus hermanos y un cuñado de
nombre Desiderio Aguilera. Al parecer, Salamanca fue detenido en su casa por los
Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo
Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge Domínguez. Sabe que al ser detenido, él como
su mujer fueron agredidos por civiles y ella quedó aturdida por un golpe en la
cabeza; Salamanca era obrero agrícola del Fundo El Huachi, propiedad de los
hermanos Barrueto, y por comentarios de otras personas, supo que él había sido
detenido porque era traficante de ganado. Indica que junto a Salamanca fueron
detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes después quedaron en libertad y ellos
contaban que tanto Salamanca, como los hermanos Godoy y Desiderio Aguilera,
habían quedado detenidos en el Retén
c) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: y que despertó por el
ruido de gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para
hacerlo, reventaban las cerraduras con limas y asi fue como entraron a su casa por
la cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas
personas le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los
hermanos Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El
Choco”), de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que
portaba, mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos
8022
Carabineros, que los acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin
hacer nada. Indica que su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella
tenía cuatro hermanos que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la
Familia Barrueto; dos de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos
Godoy Acuña, están desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de
nombre Julio Godoy Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa
época tenía un hijo haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo
Aguilera Godoy. Indica que su marido fue sacado a la fuerza de la cama por los
hermanos Barrueto, quienes lo golpeaban con sus armas y herramientas que
portaban, en ese momento Manuel les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo
que habían hecho y ellos le contestaron que se levantara porque lo iban a matar;
ahí, ella quiso ayudar a su esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo
en la frente y perdió el conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una
vecina la encontró botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado; supo
que intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por los
dichos de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente
cuando detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José
Salamanca, también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su
casa a preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le
mostrara donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que
vio cuando detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le
contaron Jovino y Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. En la misma
declaración, hace presente que reconoce las fotografías que rolan a fs. 283 (31)
como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano Domingo; la de fs.
292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de Ricardo Barrueto;
la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su suegro, andaba en el
grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel Barrueto, quien le dio
el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55 (307) y 61 (313), como la
de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su suegro, como autores de la
detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un Carabinero que la mandó a
Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al momento que su marido fue
detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro medio blanqueado, camisa
blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color café y un cinturón café con
hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano derecha y solo tenía su dedo
meñique, por eso le decían “El Choco”.
d) Declaración de Julio Erices Cid, que a fs. 412 y expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
8023
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por un Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara, y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a llamar
uno a uno a los detenidos y salían del calabozo varios a la vez, en total fueron tres
grupos de personas, que llamaban para declarar, como decía el Cotorra, pero
nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de detenidos, se
sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que amaneció, ya no
se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo, Domingo Escobar,
Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a la gente del pueblo
decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había sido fusilada en el
Puente Quilaco, la primera noche que fue detenido. Indica que Manuel Salamanca
fue detenido la misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo
calabozo, más tarde. Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A
los hermanos Godoy y a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del
Huachi. Señala que al momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban
con revólveres, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el negro fuentes, estaban
armados con metralletas.
e) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
8024
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
f) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo que
es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de 1973,
según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
g) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
8025
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;:
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
h) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
detuvo a Domingo Godoy, Julio Cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
i) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
j) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
8026
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
k) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
l) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
m) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, donde los testigos Luis Verdugo Salamanca,
José
Aguilera
Godoy,
entre
otros,
reiteraron
los
dichos ya
expresados
anteriormente, respecto de la forma en que habrían ocurrido las detenciones de
José Domingo Godoy, de Emiliano Aguilera y de otra persona de apellido Godoy.
ii) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
para establecer su participación culpable, obran en su contra:
a) Testimonio de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 974 vta.,
quien señala que, por razones de trabajo tuvo conocimiento de la detención y
desaparición de Miguel Cuevas Pincheira, quien había sido detenido en su domicilio
en septiembre de 1973 por un grupo de Carabineros y civiles de Santa Bárbara,
quienes lo llevaron hasta la Tenencia de la referida ciudad sin que volviera a
tenerse noticias de él. Agrega que de los antecedentes que pudo recabar, en la
detención de Cuevas Pincheira habrían participado los Carabineros Heraldo Pulgar
y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo Barrueto, Roberto Valdivia y
Jorge Domínguez;
b) los dichos de Norma Panes Panes a fs. 1.002 vta., indicando, en lo
pertiente, que el 20 de septiembre de 1973, a las 21:45 hrs., llegaron a su domicilio
un grupo de personas compuesto por Carabineros y civiles entre los cuales se
encontraba Luis Enrique Ricardo Barrueto Barting, priocediendo a deterner a su
marido Miguel Cuevas Pincheira y llevándoselo a un lugar desconocido;
c) Dichos de Maritza Pilar Cuevas Panes, de fojas 1.029, 2.078, quien
señala haber estado presente al momento en que su padre fue detenido el día 20
8027
de septiembre de 1973 siendo autores de su detención, entre otros, el “Pelao”
Domínguez, los hermanos Barrueto, “El Negro” Fuentes, Roberto Valdivia.
d) Dichos de Dorian Inés Cuevas Panes a fs. 1031 y 2080 que lo sitúa
en el lugar detención de su padre Cuevas Pincheira y que participó en dicho acto
ilegal.
e) Dichos de Raúl Manuel Ravanal López, de fojas 1.214, quien
manifiesta que, la noche en que tomaron detenido a Miguel Cuevas Pincheira,
desde el portón de acceso pudo ver a Jorge Domínguez, apodado “El Pelao
Domínguez” y otros cinco personas a quienes pudo reconocer cuando el mismo
grupo ingresó a su casa, entre quienes identifica a los hermanos Jorge y Roberto
Valdivia, “El Loco Barrueto”, “El Negro Fuentes”, Simón Mera, “El niebla”, Mario
“Tota” y a los Carabineros de apellido Godoy y Pulgar.
f) Sus propios dichos a fs. 514, donde reconoce que participó en la
detención de personas que vivían en el Fundo El Huachi, pero que ignora su
destino.
69°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
LUIS ENRIQUE RICARDO BARRUETO BARTING en calidad de autor de los
delitos de: i) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César
Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; y ii) Secuestro calificado en
perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira; en los términos del artículo 15 Nº 1 del
Código Penal, puesto que participó de iuna manera inmediata y directa en la
detención ilegal y traslado de las referidas víctimas, momento desde el cual se
desconoce su paradero destino.
70°.- Que, al encausado MANUEL DARIO BARRUETO BARTING, se
le acusó como autor de los delitos de i) Secuestro calificado de José Domingo
Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario
Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña y ii)
Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira.
71°.- Que, prestando declaración indagatoria, el referido encausado a
fs. 276 y 496, señala que respecto de los hechos que afectaron a José Domingo
Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José
Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña,
su única responsabilidad en la desaparición de Manuel Salamanca Mella fue que,
en aquella época (año 1973), llevó a Carabineros hasta su fundo llamado “El
Huachi”, para investigar la muerte de 400 cabezas de ganado, lo que ocurrió en
horas de la mañana del 20 de septiembre de 1973, ocasión en que los policías
8028
detuvieron entre 8 a 9 personas, entre las que recuerda, estaban Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Jovino Aguilera y otro de apellido Godoy, todas las cuales
fueron detenidas en el Fundo; también, y a causa de la misma investigación de los
animales, en el trayecto fueron detenido Julio Erices y en sus domicilios Manuel
Salamanca Mella y Mariano Godoy. No recuerda si estas personas iban en su
vehículo o en el de Carabineros, y fueron llevados a la Tenencia de Santa Bárbara,
a partir de las 17:00 horas del mismo día. Una vez que estaban todos detenidos en
el calabozo de la Comisaría, les llevó a ellos unas sopaipillas y después se retiró a
Los Ángeles con su hermano Ricardo con el cual anduvo ese día en esas
diligencias. El 21 ó 22 de septiembre de 1973, se encontró en Los Ángeles con un
capitán de Ejército de apellido “Welinger”, quien le preguntó por los detenidos,
porque Desiderio Aguilera era padre de un conscripto de su Regimiento. Este oficial
le dijo que habían matado a Aguilera y por eso fue citado a la Fiscalía Militar de Los
Ángeles, donde fue interrogado por un Fiscal de apellido Zegpi, que al parecer,
estaría muerto. Indica que la única motivación que tuvieron con su hermano para
acompañar a Carabineros en las detenciones que señaló, fue la investigación por la
denuncia de sus animales; ellos denunciaron el hecho el 20 de septiembre de 1973
y ese mismo día Carabineros inició la investigación, indicando que nunca sospechó
o se le pasó por la mente que todas esas personas, a quienes conocía desde niño,
serían muertas. Ignora quien mató a esas personas, pero por comentarios de la
gente, fueron los Carabineros, cuyo oficial era el Teniente Planté Aravena, pero
ignora los nombres de los otros funcionarios. Indica que no usó armas militares ni
uniforme el día de las detenciones. Si portaba un revólver de su propiedad, inscrito
a su nombre, actualmente en su poder, pero no usó el arma en las detenciones.
Finalmente, indica que en el caso de Salamanca Mella, fue con los Carabineros a
su domicilio; y como se resistió, forcejeó con él y le dio un golpe en la cabeza, le
parece que fue con la cacha de su revólver; luego de eso, Carabineros lo detuvo y
se lo llevó a la Comisaría, y de ahí, nunca más lo vio, señalando que hasta allí llega
su responsabilidad. A fs. 496 expone que el mayor Solari le autorizó, verbalmente,
para portar armas, formando parte de una fuerza colaboración voluntaria de
Carabineros de Chile; indica que el tenía como sospechosos de la muerte de
algunos animales en el Huachi,a los campesinos del asentamiento de Findo, entre
ellos, a sus dirigentes, Julio Godoy, los hermanos Godoy Acuña, Desiderio y Jovino
Aguilera y Manuel Salamanca, el cual, pese a vivir fuera del fundo, tenía gran
influencia sobre aquellos. Indica que luego de formular la denuncia, fueron al Fundo
un grupo de personas, compuestos por Carabineros de la tenencia de Santa
Bárbara, al manto del Teniente Plante y los civiles Domínguez, uno de apellido
Valdivia Dames, además de su hermano Ricardo. Al lugar llegaron a las 11:30
horas, Carabineros portaba fusiles y él, su revolver. Al llegar al lugar, señala que
8029
Carabineros detuvieron a Julio Godoy, y él no participó en la detención, pues
siempre se mantuvo en la casa patronal. Al devolverse a Santa Bárbara, en el
sector del Puente Mininco, hicieron detener a una micro, y Carabineros detuvo a
Julio Erices. A todos los detenidos, al llegar a la Tenencia, los echaron al calabozo.
En la noche, con otros dos o tres Carabineros, y al parecer, civiles, fueron a la casa
de Manuel Salamanca, a detenerlo. Indica que es cierto que tuvo un forcejeo con él,
dándole un golpe con su revolver, pero no recuerda haber golpeado a su mujer. De
ahí, el mismo grupo fue a la casa de Mariano Godoy, que vivía en una pensión,
deteniéndolo, el cual portaba un talonario de cheques de 100 hojas. Luego niega
haber participado en más detenciones. Reitera que en la comisaria solo habló con
los detenidos, y luego con hermano Ricardo se devolvieron a Los Ángeles. Señala
que en Los Angeles, el Capitan Belenguer le reprochó lo sucedido con los detenidos
y que nunca fue su intención causarles daños, y supo después que algunos de los
detenidos del Huachi, más Salamanca mella y Mariano Godoy fueron muertos en el
Puente Quilaco y sus cuerpos echados al río. Que, prestado declaración
indagatoria, a fs. 328, niega su participación en los hechos. No obstante, a fs. 514,
señala que efectivamente participó en la detención de personas que vivían en el
Huachi, aproximadamente el 20 de septiembre de 1973, aunque niega que hayan
intervenido civiles. Respecto de Manuel Salamanca Mella, señala que no tuvo
participación; agregando que ignora el destino de los detenidos del Fundo El
Huachi, ya que al llegar a la guardia, fueron interrogados por el oficial de guardia y
luego los pasaron al calabozo, retirándose esa noche a su domicilio.
72°.- Que, no obstante su negativa, obran en su contra los siguientes
antecedentes:
i) Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César
Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña;
a) Testimonio de Francisco Figueroa Chavarriga, que fojas 374 vta,
señalando que conoció a Manuel Salamanca Mella y durante todo el tiempo de su
detención, nunca lo vio que estuviese preso, sin embargo, al volver de su prisión,
supo por comentarios de la gente, que éste había desaparecido al igual que otras
personas. Por esos mismos comentarios, supo que los responsables de las
detenciones eran los Carabineros y algunos civiles, uno de apellido Domínguez,
otro apodado El Niebla, que era taxista y los hermanos Valdivia Dames.
b) Dichos de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 386 vta y 387,
exponiendo que conoce el caso de Manuel Salamanca Mella, puesto que ella
entrevistó a sus familiares, anotando toda la información que recibía en un cuaderno
y que luego sirvieron para editar el libro “Donde están”, Tomo 7, publicado en mayo
de 1979 por la Vicaría de la Solidaridad, del Arzobispado de Santiago. Del caso de
8030
Manuel Salamanca Mella, señala que su cónyuge era Jacinta Godoy Acuña y fue
ella la que le contó lo de su marido, un primo, sus hermanos y un cuñado de
nombre Desiderio Aguilera. Al parecer, Salamanca fue detenido en su casa por los
Carabineros Heraldo Pulgar, y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo
Barrueto, Roberto Valdivia y Jorge Domínguez. Sabe que al ser detenido, él como
su mujer fueron agredidos por civiles y ella quedó aturdida por un golpe en la
cabeza; Salamanca era obrero agrícola del Fundo El Huachi, propiedad de los
hermanos Barrueto, y por comentarios de otras personas, supo que él había sido
detenido porque era traficante de ganado. Indica que junto a Salamanca fueron
detenidos Emiliano y Jovino Aguilera, quienes después quedaron en libertad y ellos
contaban que tanto Salamanca, como los hermanos Godoy y Desiderio Aguilera,
habían quedado detenidos en el Retén
c) Testimonio de Jacinta del Carmen Godoy Acuña, de fojas 388 vta.,
señalando que es la cónyuge de Manuel Salamanca Mella, quien desapareció de su
casa ubicada en Avda. La Feria s7N de Santa Bárbara, el 20 de septiembre de
1973, a las 23:30 horas. Recuerda que esa noche estaban acostados y durmiendo
en el mismo dormitorio, ella su marido, y sus cuatro hijos: y que despertó por el
ruido de gente que estaba dentro del sitio, los que andaban abriendo puertas y para
hacerlo, reventaban las cerraduras con limas y asi fue como entraron a su casa por
la cocina, y llegaron hasta su dormitorio, al verlos se vistió como pudo y esas
personas le alumbraron con linternas grandes y uno de ellos, que era uno de los
hermanos Barrueto, le preguntó por su marido, a quien lo nombró por su apodo (“El
Choco”), de inmediato, esa misma persona le dio un empujón con la escopeta que
portaba, mientras que con su hermano se metían a su dormitorio, y dos
Carabineros, que los acompañaban, se quedaron en la puerta del dormitorio, sin
hacer nada. Indica que su hermano se dedicaba a la compraventa de ganado y ella
tenía cuatro hermanos que trabajaban en el Fundo El Huachi, como inquilinos de la
Familia Barrueto; dos de ellos, José Mariano, José Nazario y José Domingo, todos
Godoy Acuña, están desaparecidos desde la misma fecha, junto con un tío de
nombre Julio Godoy Godoy y su cuñado Desiderio Aguilera Solis, quien en esa
época tenía un hijo haciendo el Servicio Militar en Los Ángeles y que se llama Pablo
Aguilera Godoy. Indica que su marido fue sacado a la fuerza de la cama por los
hermanos Barrueto, quienes lo golpeaban con sus armas y herramientas que
portaban, en ese momento Manuel les preguntó a los hermanos Barrueto qué era lo
que habían hecho y ellos le contestaron que se levantara porque lo iban a matar;
ahí, ella quiso ayudar a su esposo, pero uno de los hermanos le pegó un culatazo
en la frente y perdió el conocimiento, recuperándose al día siguiente, cuando una
vecina la encontró botada en el suelo y con sus cuatro hijos llorando a su lado; supo
que intervinieron Jaime Godoy y Heraldo Pulgar Riquelme, todo lo sabe por los
8031
dichos de su madre Mercedes Acuña Iturra, ya fallecida, que estaba presente
cuando detuvieron a su hermano Domingo y por los dichos de su suegro José
Salamanca, también muerto, ya que antes de detener a Manuel, ellos pasaron a su
casa a preguntar por él y de ese lugar se llevaron a Ambrosio Piñaleo, para que le
mostrara donde vivían; por los dichos de su sobrino Gilberto Aguilera Godoy, que
vio cuando detuvieron a su otro hermano José Nazario; también por lo que le
contaron Jovino y Emiliano Aguilera Solis, junto a Taco Verdugo. En la misma
declaración, hace presente que reconoce las fotografías que rolan a fs. 283 (31)
como la del carabinero José Godoy, quien detuvo a su hermano Domingo; la de fs.
292 (40) como la de un Carabinero; la de fs. 298 (46) como la de Ricardo Barrueto;
la de fs. 301 (49) como El Pelao Domínguez, quien según su suegro, andaba en el
grupo que detuvo a su marido; la de fs. 304 (52) como Manuel Barrueto, quien le dio
el culatazo en la frente y la dejó inconsciente; las de fs. 55 (307) y 61 (313), como la
de los hermanos Valdivia, ambos reconocidos por su suegro, como autores de la
detención de su marido; la de fs. 93 (315) como la de un Carabinero que la mandó a
Los Ángeles, a buscar a su cónyuge. Indica que al momento que su marido fue
detenido, iba vestido con pantalón de lanilla café claro medio blanqueado, camisa
blanca, chaqueta igual que pantalón, zapatos de color café y un cinturón café con
hebilla. A Manuel le faltaban cuatro dedos de la mano derecha y solo tenía su dedo
meñique, por eso le decían “El Choco”.
d) Declaración de Julio Erices Cid, que a fs. 412 y expone que fue
detenido unos días después del Golpe de Estado, en septiembre de 1973, en horas
de la tarde, mientras regresaba de Santa Bárbara hacia su casa en el Fundo Los
Alpes, en circunstancias en que iba de pasajero en un bus, que fue detenido pasado
el Puente Mininco, en dirección a la cordillera, por Ricardo y Manuel Barrueto,
quienes andaban de civiles, los cuales subieron al bus y comenzaron a llamar a viva
voz a varias personas, entre ellos, él. Cuando se bajó, lo obligaron a tenerse en el
suelo, y una vez que el bus se fue, lo subieron a una camioneta grande donde iban
detenidos los tres hermanos Godoy, Desiderio Aguilera, todos los cuales iban en la
parte de carga, tendidos en el suelo, boca abajo y custodiados por un carabinero.
La camioneta iba conducida por Manuel Barrueto, en tanto que había un segundo
vehículo similar conducido por Ricardo Barrueto, donde también iba gente detenida,
custodiada solo por un Carabinero. De inmediato fueron llevados a la Tenencia de
Santa Bárbara, y metieron a los detenidos en un mismo calabozo. Unas horas
después, cuando oscureció, un carabinero apodado “El Cotorra”, empezó a llamar
uno a uno a los detenidos y salían del calabozo varios a la vez, en total fueron tres
grupos de personas, que llamaban para declarar, como decía el Cotorra, pero
nunca más volvieron a la celda. Cada vez que salía un grupo de detenidos, se
sentía partir una camioneta, pero no se oían disparos. Una vez que amaneció, ya no
8032
se oían disparos, quedando libres al día siguiente Taco Verdugo, Domingo Escobar,
Jovino y Emiliano Aguilera. Una vez que quedó libre, escuchó a la gente del pueblo
decir que se veían cadáveres en el rio y que esa gente había sido fusilada en el
Puente Quilaco, la primera noche que fue detenido. Indica que Manuel Salamanca
fue detenido la misma noche, y llegó con Miguel Cuevas, los dos llegaron al mismo
calabozo, más tarde. Ambos fueron llamados a declarar, y nunca más volvieron. A
los hermanos Godoy y a Desiderio Aguilera, los conocía porque eran todos del
Huachi. Señala que al momento de su detención, los hermanos Barrueto andaban
con revólveres, los hermanos Valdivia, el tal Niebla y el negro fuentes, estaban
armados con metralletas.
e) Testimonio de Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs. 414 y 2.076,
exponiendo que es el hijo mayor de Manuel Salamanca Mella, quien fue detenido el
20 de septiembre de 1973, alrededor de las 23:00 horas, en su casa ubicada en
Avenida La Feria, s/n de Santa Bárbara. En esa época tenía unos 10 años de edad,
y estaban acostados toda la familia en el mismo dormitorio, junto a su padre, madre,
hermano Ismael, Domingo y Ruth. Señala que despertó por ruido de golpes, como
que trataban de abrir la puerta de la casa que daba a la cocina y voces de gente
diciéndole con insultos a su papá que se levantara y abriera la puerta, y de repente
dos personas vestidas como militares llegaron a su dormitorio, recordando que su
padre decía “Don Manuel, no me pegue”, vio que su papá recibió un golpe en la
cabeza y su hermano Ismael quedó manchado con la sangre que saltó. Ese mismo
día su papá había llegado medio ebrio a la casa y escuchó decir que a lo mejor lo
iban a pasar a buscar porque había oído en el centro que andaban buscando a sus
tíos Mariano, Domingo y Nazario Godoy Acuña. Indica que su papá fue sacado a la
fuerza de la cama por las dos personas que antes lo habían golpeado, sujetos que
eran, según le contó su madre, los hermanos Barrueto. Indica que su madre, al
tratar de ayudar a vestir a su padre, recibió un golpe de arma a la altura del lado
izquierdo del cuello, por lo que quedó aturdida y se tiró para ayudarla; en esos
momentos, los sujetos que antes lo habían golpeado, sacaron a su papá del
dormitorio y se lo llevaron para afuera de la casa, siendo la última vez que vio a su
padre. Indica que además, sintió el ruido de un motor de un vehículo que partía.
f) Dichos de Pedro Pablo Aguilera Godoy, a fs. 416 vta, exponiendo que
es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien despareció el 22 de septiembre de 1973,
según le contó su madre Margarita Godoy Acuña. Indica que se enteró de lo
ocurrido una vez que hizo un patrullaje de rutina en el sector de El Huachi, donde
también se enteró de la detención de sus cinco tíos. Indica, que para saber mayores
antecedentes, pasó a la casa de su primo Juan Bautista Salamanca, donde su tía
Jacinta Godoy le contó lo ocurrido a su tío Manuel Salamanca, incluso vio las
manchas de sangre en el piso del dormitorio. Al llegar al regimiento, pidió
8033
autorización al Capitán Belenguer para hablar con el Coronel Rehren, y el le dio
unos días de permiso para buscar a su padre, sin poder encontrarlo. Al saber que
los autores de la detención eran los Hermanos Barrueto, transmitió la información al
Regimiento y el comandante Rehren ordenó la detención de éstos, y con una
patrulla allanaron su casa en Los Ángeles, donde encontraron tres fusiles que
incautaron y llevaron al Regimiento. Ese mismo día, también detuvieron a Ricardo
Barrueto, a quien lo interrogó, pero al negarlo todo, le dio varios culatazos y unas
patadas en la cabeza; luego lo pasaron a la cárcel.
g) Atestado de Luis Ostaquio Verdugo Salamanca, de fojas 422 vta. a
423, fs. 987 vta. a 988 y 2.073, exponiendo que fue detenido por un grupo de
Carabineros y Civiles en el Fundo Quillaileo, el 20 de septiembre de 1973,
conjuntamente con los hermanos Godoy y Emiliano Aguilera; en el mismo fundo,
pero a unos 5 kilómetros, fueron detenidos Desiderio y Jovino Aguilera, con Julio
Cesar Godoy; y en el trayecto a Santa Bárbara en el sector de Bajo Mininco, se
detuvo a Luis Erices, quien viajaba en un bus con destino a Huachi. Indica que
todas estas detenciones fueron hechas entre las 11:00 a las 15:00 horas y fueron
llevados a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara. Indica que las personas
que participaron en las detenciones eran Ricardo Barrueto, El Pelao Domínguez, y
el Carabinero Godoy, andaban unos tres carabineros y unos 4 civiles; la persona
que mandaba el grupo era Ricardo Barrueto, y ellos se movilizaban en dos
camionetas cabina simple, con carrocería, donde echaban a los detenidos, quienes
iban botados boca abajo, con las manos en la nuca y en cada vehículo iba un
carabinero custodiando. Indica que el mismo día de la detención llegó, alrededor de
las 23:00 horas, al mismo calabozo donde estaba detenido Manuel Salamanca
Godoy, quien traía un corte en la frente y estaba sangrando, junto a Mariano Godoy
y Miguel Cuevas; pasado un rato, los llamaron uno a uno a declarar y en una oficina
de la tenencia fue interrogado por un carabinero y un civil a los que no recuerda;:
también estaba Roberto Valdivia, quien tenía una luma y con ella le golpeó en la
cabeza para que hablara; también le quemaron la espalda con un cigarro. Después
que fue interrogado, lo devolvieron a
la celda y después que todos fueron
interrogados, un carabinero comenzó a llamar a los detenidos por el nombre y
salían del calabozo en grupos de dos o tres personas, pasaba una media hora y
nuevamente se escuchaban otros nombres y así fue durante toda la noche, hasta
que aclaró. Toda esa gente que fue llamada y salió del calabozo nunca más volvió,
agregando que al momento de ser llamados, momentos después se sentía el ruido
de vehículos que partían y su sonido era muy similar al de las camionetas donde los
habían transportados desde el Fundo Quillaileo, sin escuchar disparos. Las
personas que fueron llamadas por su nombre y que nunca más volvieron eran
8034
Manuel Salamanca Mella, Miguel Cuevas, Mariano Godoy; luego Julio Godoy,
Desiderio Aguilera, Nazario Godoy, Domingo Godoy.
h) Declaración de José Gilberto Aguilera Godoy, de fojas 440 y 993,
2.074, exponiendo que es hijo de Desiderio Aguilera Solís, quien se encuentra
desaparecido desde las 14:00 horas del 20 de septiembre de 1973, cuando fue
detenido por una comisión de 8 personas, entre civiles y Carabineros, al mando de
Manuel y Ricardo Barrueto, en el Fundo El Huachi. Ese mismo día, la comisión
detuvo a Domingo Godoy, Julio Cesar Godoy, Jovino Aguilera Solis y José Emiliano
Aguilera Godoy. Indica que fue testigo presencial de la detención de José Nazaro
Godoy, quien era su tío y lo acompañaba arriba de un tractor, el que fue
aprehendido por la misma Comisión, en el sector de Los Junquillos. Los civiles que
iban en este grupo vestían ropa tipo militar y portaban revolver; tanto que los
carabineros llevaban uniforme y fusil. Sabe que esa misma noche detuvieron en
Santa Barbara, por los hermanos Barrueto, a sus tios Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy.
i) Declaración de Segundo Jesús Godoy Godoy, de fojas 1.654,
indicando, que el 20 d septiembre de 1973, alrededor del medio día, en
circunstancias que se encontraba con su padre Julio César Godoy Godoy en el
Fundo El Huachi, potrero denominado La Aguja, de propiedad de la Familia
Barrueto, llegó hasta el lugar Ricardo Barrueto con dos carabineros, procediendo a
detener a mi padre, llevándoselo hasta la casa patronal y después lo subieron a la
camioneta con otros detenidos, entre los que estaban sus primos Domingo y
Nazario Godoy Acuña, y los trasladaron hasta Santa Bárbara.
j) Testimonio de Segundo Zenón Fernández Baeza, de fojas 1.655,
manifestando que, el 20 de septiembre de 1973, mientras trabajaba con su padre
Zenón Fernández, en la Hijuela San Pedro, de su propiedad, llegó Remigio
Quezada, empleado de Ricardo y Manuel Barrueto, diciéndole que éstos andaban
buscando a los Godoy. Al rato después vieron que Ricardo Barrueto, junto a otros
cinco carabineros, traían a Julio Cesar Godoy Godoy, a Desiderio Aguilera Solís y a
José Domingo Godoy Acuña, amarrados de pies y manos y boca abajo, en su
camioneta. Que a su padre no lo detuvieron, porque les contestó que no estaba
inscrito en el Sindicato.
k) Dichos de Crisanto José Sánchez Aqueveque, de fojas 1.691,
manifestando que, el septiembre de 1973, mientras trabajaba en el Fundo con su
hermano José Hilario y Julio César Godoy Godoy, llegó carabineros y detuvo a este
último y se lo llevaron y no volvió a verlo nunca más.
l) Atestado de José Hilario Sánchez Aqueveque, de fojas 1.693, quien
señala que, en el mismo sentido anterior, toda vez que en septiembre de 1973,
8035
mientras trabajaba con Julio César Godoy Godoy en el fundo de Manuel Barrueto,
llegaron carabineros y se lo llevaron detenido, sin saber más de él.
m) Diligencia de reconstitución de escena, cuya acta se encuentra
agregada de fojas 2.109 y siguientes, donde los testigos Luis Verdugo Salamanca,
José
Aguilera
Godoy,
entre
otros,
reiteraron
los
dichos ya
expresados
anteriormente, respecto de la forma en que habrían ocurrido las detenciones de
José Domingo Godoy, de Emiliano Aguilera y de otra persona de apellido Godoy.
ii) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas Pincheira;
Que prestando declaración indagatoria a fs. 889, 1074 y 2066, niega su
participación en los hechos. No obstante obra en su contra:
a) Testimonio de Sylvia Eugenia Cerda Rodríguez, de fojas 974 vta.,
quien señala que, por razones de trabajo tuvo conocimiento de la detención y
desaparición de Miguel Cuevas Pincheira, quien había sido detenido en su domicilio
en septiembre de 1973 por un grupo de Carabineros y civiles de Santa Bárbara,
quienes lo llevaron hasta la Tenencia de la referida ciudad sin que volviera a
tenerse noticias de él. Agrega que de los antecedentes que pudo recabar, en la
detención de Cuevas Pincheira habrían participado los Carabineros Heraldo Pulgar
y otro de apellido Godoy, y los civiles Manuel y Ricardo Barrueto, Roberto Valdivia y
Jorge Domínguez;
b) los dichos de Norma Panes Panes a fs. 1.002 vta., indicando, en lo
pertiente, que el 20 de septiembre de 1973, a las 21:45 hrs., llegaron a su domicilio
un grupo de personas compuesto por Carabineros y civiles entre los cuales se
encontraba Manuel Barrueto Barting, priocediendo a deterner a su marido Miguel
Cuevas Pincheira y llevándoselo a un lugar desconocido;
c) Dichos de Maritza Pilar Cuevas Panes, de fojas 1.029, 2.078, quien
señala haber estado presente al momento en que su padre fue detenido el día 20
de septiembre de 1973 siendo autores de su detención, entre otros, el “Pelao”
Domínguez, los hermanos Barrueto, “El Negro” Fuentes, Roberto Valdivia.
d) Dichos de Dorian Inés Cuevas Panes a fs. 1031 y 2080 que lo sitúa
en el lugar detención de su padre Cuevas Pincheira y que participó en dicho acto
ilegal.
e) Dichos de Raúl Manuel Ravanal López, de fojas 1.214, quien
manifiesta que, la noche en que tomaron detenido a Miguel Cuevas Pincheira,
desde el portón de acceso pudo ver a Jorge Domínguez, apodado “El Pelao
Domínguez” y otros cinco personas a quienes pudo reconocer cuando el mismo
grupo ingresó a su casa, entre quienes identifica a los hermanos Jorge y Roberto
Valdivia, “El Loco Barrueto”, “El Negro Fuentes”, Simón Mera, “El niebla”, Mario
“Tota” y a los Carabineros de apellido Godoy y Pulgar.
8036
f) Sus propios dichos a fs. 514, donde reconoce que participó en la
detención de personas que vivían en el Fundo El Huachi, pero que ignora su
destino.
g) Dichos de doña Dorian Cuevas Panes, a fs. 1.151,
en careo,
exponiendo que Dominguez Larenas fue junto a Manuel Barrueto las dos personas
que directamente sacaron de su dormitorio a Miguel Cuevas Pincheira, agregando
que los aprehensores andaban armados y vestidos de militar.
h) Mas las imputaciones que le hace doña Jacinta Godoy Acuña, en
careo a fs. 557, en cuanto lo imputa como una de las personas que ingresó a su
domicilio a detener a Manuel Salamanca Mella, quien señaló en ese momento “No
me pegue don Manuel”, advirtiendo que éste le pegó con una escopeta o un rifle,
atendido además que lo conoce desde niña, que coinciden con los dichos de Ruth
Jaqueline Salamanca Godoy, a fs. 1126 y Juan Bautista Salamanca Godoy, a fs.
1128, ambos en careo; y las imputaciones que le hace don Julio Erices Cid, en
careo a fs. 558, como la persona que el día de los hechos lo detuvo en el Puente
Mininco, y lo hizo bajar de un bus; y lo hizo subir a una camioneta, donde iban los
detenidos Godoy, Aguilera y Taco Verdugo; y además lo sindica como la persona
que en la tenencia de Santa Bárbara lo allanó y le sustrajo 700 pesos que llevaba
para las compras de alimento; agregando que Manuel Barrueto había ido a su
domicilio a buscarlo.
73°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
MANUEL DARIO BARRUETO BARTING en calidad de autor de los delitos de : i)
Secuestro calificado de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y
José Mariano Godoy Acuña; y ii) Secuestro calificado en perjuicio de Miguel Cuevas
Pincheira; en los términos del artículo 15 Nº 1 del Código Penal, puesto que
participó de iuna manera inmediata y directa en la detención ilegal y traslado de las
referidas víctimas, momento desde el cual se desconoce su paradero destino.
74°.- Que, al encausado PEDRO SEGUNDO RUIZ PARDO, se le acusó
como autor del delito de secuestro calificado en perjuicio de Aliro Oporto Durán.
75°.- Que, prestando declaración indagatoria a fs. 1478, el referido
encausado niega su participación en los hechos, señalando que el 6 de septiembre
de 1973 asumió la Tenencia de Ralco como refuerzo, debido a que se trataba de
unidad en peligro, por los constantes problemas con los trabajadores de la CONAF.
Su cargo era subrogante, pues el jefe titular era Miguel Enrique Osses Pereita, y
estaban destacados, entre otros Hector Pinilla Aedo. Indica que el 11 de septiembre
de 1973, el Comisario de la Primera Comisaria de Los Ángeles, Mayor Solari, dio la
8037
orden de cerrar el reten y volver a Santa Barbara, hasta la primera semana de
octubre, cuando llegó agregado el Suboficial Hermes Loyola Alverar. Respeto de los
hechos de Oporto, niega su participación, ya que solo recuerda haber detenido a
Mario Pérez, coordinador de la CONAF.
76°.- Que, no obstante la negativa de Pedro Segundo Ruiz Pardo,
obran en su contra las imputaciones que le formulan:
a) Hilda del Carmen Oporto Durán en careos de fojas 1.638, al referir
reconocerlo como la persona quien, en noviembre de 1973, fue hasta su casa a
detener a su hermano Aliro Oporto Durán, especialmente por las incrustaciones de
oro en su dentadura;
b) José Feliciano Oporto Durán, en careo de fojas 1643, quien
reconoce al referido Ruiz Pardo como el carabinero que entró en su casa el 7 de
noviembre de 1973, cerca de las 16:00 hrs. con la finalidad de detener a su
hermano Aliro Oporto Durán y, como no pudo cumplir su cometido al huir la víctima
del lugar, salió persiguiéndolo hacia el rio, donde apareció su cadáver meses
después;
c) los dichos de Héctor Pinilla Aedo, de fojas 1.520, quien señala que
los funcionarios de Carabineros encargados de efectuar las detenciones en el
sector de Ralco eran el Sargento 1° Pedro Ruíz Pardo y el Cabo 1° Enríque Osses
Pereira; además de los dichos de éste a fs. 1522, que también indica que el
encargado de las órdenes judiciales era el Sargento Ruiz Pardo, quien además
estaba enterado, como jefe, de todo lo que ocurría en el reten.
77°.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
PEDRO SEGUNDO RUIZ PARDO, se le acusó como autor del delito de secuestro
calificado en perjuicio de Aliro Oporto Durán.en los términos del artículo 15 Nº 1
del Código Penal, puesto que participó de iuna manera inmediata y directa en la
detención ilegal y traslado de las referidas víctimas, momento desde el cual se
desconoce su paradero destino.
78°.- Que, al encausado SERGIO ALEJANDRO PINO CABEZAS, se le
acusó como autor del delito de secuestro calificado de Cristino Humberto Cid
Fuentealba;
79°.- Que, a fs. 7.729, rola certificado de defunción, consignando que
bajo la inscripción N° 33 de la circunscripción de Santa Bárbara correspondiente al
año 2010, se registra el fallecimiento de de Sergio Alejandro Pino Cabeza, R.U.N.
5.010.948-8, ocurrido el 5 de junio de 2010, en el Hospital de Santa Bárbara, como
consecuencia de un paro cardiorespitarorio y cáncer de colon con metástasis
hepática, y por consiguiente, conforme a lo dispuesto por el artículo 93 N° 1 del
8038
Código Penal, se encuentra extinguida su responsabilidad penal en los hechos
materia de la acusación de autos, en consecuencia, deberá ser absuelto.
80°.- Que, a los encausados EUGENIO VILLA URRUTIA, JOSÉ
ELEODORO BURGOS SANDOVAL, JUAN CARLOS BURGOS BELAUZARAN,
CARLOS SANTIAGO SEPÚLVEDA RIVERA, JOSÉ FELICIANO GUTIÉRREZ
ORTIZ Y EXEQUIEL DEL CARMEN CELEDÓN BARRERA se les acusó como
autores de los delitos de secuestro calificado, perpetrados en contra de Cristino
Humberto Cid Fuentealba, José Felidor Pinto Pinto, Luis Alberto Cid Cid, Luis
Alberto Bastiás Sandoval, Raimundo Salazar Muñoz; Gabriel José Viveros Flores,
Segundo Marcial Soto Quijón y José Roberto Molina Quezada.
81°.- Que, prestando declaración indagatoria a fs. 2.342, 3.396, 4.088,
4.127 y 4.617, el encausado EUGENIO VILLA URRUTIA señala:
a) Primeramente, a fs. 2.342, que el jefe del Retén de Quilaco, después
del 11 de septiembre de 1973, José Burgos, mandó al mecánico, cuyo nombre era
Jorge, a echar bencina en un jeep a Santa Bárbara, alrededor de las 10:00 horas.
En ese jeep también iba él y al pasar por el puente de Santa Bárbara a Quilaco, vio
que Carabineros de Santa Bárbara disparaba a una persona que estaba detrás de
una roca, en una isla que se forma en el río Bio Bio. Recuerda que un carabinero en
especial, le disparaba con un arma larga. Después aparecieron dos Carabineros
más por el lado de Quilaco, los cuales también eran de Santa Bárbara. Indica que
los Carabineros disparaban en contra de esa persona para matarlo y no hicieron
nada para salvarlo. Indica que esa persona era “El Chalo Soto”, que era alcoholico
que vivía en Quilaco y hacia diversos trabajos. Indica que Carabineros de Quilaco
no estaba en el lugar. Cuando la persona salió de la piedra, tenía una pierna que la
arrastraba, que no la podía levantar y por eso se tiró al río, acercándose al sector
donde le estaban disparando, nadando, se le veía su cabeza en la corriente, hasta
que al parecer le dieron y se hundió rápidamente. Indica que supo tiempo después
que el que había ordenado eliminar al Chalo Soto era el jefe de la tenencia de
Carabineros de Quilaco, José Burgos y una vez le escuchó decir que la orden era
detener a las personas y hacerlas desaparecer y no enviar a nadie al Regimiento de
Los Ángeles;
b) Luego, a fs. 3.396 expresa que, pasado el 11 de septiembre de 1973,
acompañó a Carabineros a efectuar patrullajes por Quilaco, y en uno de ellos, se
detuvo a un tal Pinto, que vivía en el sector de Loncopangue. En esa ocasión se
bajó del vehículo y se quedó al lado, y fue Carabineros los que sacaron a esa
persona de edad, de unos 60 años, hecho que ocurrió como a las 19:00 horas.
Luego de eso se vinieron y el se subió a otra camioneta que se fue adelante,
mientras otras do se quedaron atrás, viajando a poca distancia. Repentinamente, en
el sector de El Piulo, la camioneta que iba detrás de ellos, se detuvo en medio del
8039
puente del mismo nombre, sobre el Rio Bio Bio, mientras que ellos estaban a unos
50 metros más adelante y sintió como 4 a 5 balazos para enseguida retirarse del
lugar. Acto seguido, el hijo del Jefe del reten José Burgos, que teía unos 17 años de
edad, con otro pariente, se subieron al vehiculo y comentaron que le habían dado
un balazo en la cabeza a la persona que habían detenido antes, a lo que no hizo
mucho caso porque siempre decían cosas así, aunque quedo preocupado por los
tiros que había escuchado. Al llegar al Reten verifico que efectivamente el detenido
Pinto no había llegado al Reten. Indica que conocía al jefe del reten Burgos,
siempre conversaban y él lo invitó en tres ocasiones a hacer patrullajes y le pasó un
revolver de su propiedad, para que lo tuviera en su casa y solo debía disparar para
que ellos supieran lo que sucedía.
c) A fs. 4.088, expone que participó en la detención del conviviente de
Mercedes Matus Betanzo, de nombre Cristino Cid Fuentealba, lo que ocurrió en su
casa, en un campo que quedaba cerca de Quilaco y le parecer que fue un día en la
tarde. Indica que fue acompañando a Carabineros, especialmente al Jefe del Retén,
José Burgos, de quien era amigo. Recuerda que en esa oportunidad iba Burgos y
otros carabineros, llegaron en vehículo, y uno de los carabineros pregunto por la
persona, el sujeto salió de su casa y converzó con Burgos, según le parece y lo
llevaron al Reten, estando seguro que lo ingresaron al calabozo, dejándolo de ver
en ese instante. No recuerda si escuchó o tuvo la impresión que se dijo que esa
persona iba a ser llevada al Puente esa noche, por lo que estuvo pendiente y esa
noche sintió disparos, a la mañana siguiente fue al Punete y pudo ver que habian
manchas de sangre. Agrega también, que también participó en la detención de otras
personas en Loncopanguye, undía a eso de la hora de almuerzo, donde fueron
detenidos varios sujetos, entre los cuales había uno con muleta. Esos detenidos
fueron transportados en un camión manejado por el Chano Gutiérrez, siendo
trasladados desde Loncopangue hasta Quilaco, y en el trayecto, en un puente corto
y alto, se detuvo la marcha, fueron bajados los detenidos, llevados a la orilla donde
se junta el Bio Bio con otro más chico, bajándose todos los carabineros u civiles
hasta el mismo río, colaborando con la vigilanci ay custdoia de los detenidos; en la
orilla del río, el sargento Burgos ordenó a los detenidos que se tiraran al agua y el
primero que lo hizo fue el que usaba muleta, luego el mismo sargento ordenó
dispararles y todos los cuerpos se fueron por el torrente; indica que él no disparó.
Mientras ocurria esto, Burgos tuvo un altercado con Salazar, ya que este no que´ria
disparar. Respecto de la detención de Pinto, no sabe si fue antes o después de lo
que recién relató, el hecho ocurrion en su domicilio, cerca de Loncopangue, en
horas de la tardem cuando estaba oscureciendo a lugar llegaron dos otres vehículos
dos ncamionetas y un jeep, iban el jefe Burgos, su hijo, un sobrino, él y dos
carabineros; Burgos preguntó por Pinto, saliendo la señora diciendo que estaba
8040
enfermo, por lo que los carabineros lo sacaron de la casa, era un hombre gordo, y
fue echado en la parte de atrás de la camioneta, y se fuerona Quilaco, al pasar por
el Puente El Piulo, los dos vehículso que iban detrás de él, se detuvieron en el
medio del puente, se sintieron balazos ; luego se subieron al vehículo y el hijo de
Burgos comentaba que le había salido sangre cuando él ya había disparado;
entonces Villa le pregunto como sabía eso y el le contesto que había alumbrado con
una linterna. Al llegar al Retén, volvió a la camioneta donde transportaban a Pinto,
pero ya no estaba.
d) A fs. 4.127 expone que, ampliando sus declaraciones anteriores,
señala que, un día posterior al 11 de septiembre de 1973, el Jefe del Retén de
Carabineros de Quilaco de nombre José Burgos, lo llamó para que lo acompañara a
una diligencia durante la mañana del día siguiente, oportunidad en la que le pasó
una carabina, a pesar de haberle indicado que no sabía usar armas, ante lo que le
respondió que sólo la portaría. En esa oportunidad, detuvieron a Faustino Soto,
participando además en ella los carabineros Burgos, Salazar y Arriagada y dos
civiles, uno de nombre Arturo Pino. Agrega que días después de esta detención, el
Jefe del Retén recibió una llamada en la que se le indicó no enviar más detenidos a
la ciudad de Los Ángeles, sino que había que hacerlos desaparecer. Indica además
que participó en la detención del conviviente de Mercedes Matus Betanzo (Cristino
Cid Fuentealba), hecho que ocurrió en el domicilio del referido Cid Fuentealba
ubicada en un campo, cerca de Quilaco, para ser posteriormente llevado hasta el
Retén de Quilaco. Ese mismo día, por la noche, señala que los detenidos fueron
sacados del Retén y subidos a una camioneta en la que fueron transportados hasta
el Puente. El Jefe Burgos, quien iba acompañado de los carabineros Salazar y
Arriagada, le ordenó a él y a Arturo Pino que los acompañaran y que cuidaran las
camionetas mientras los detenidos eran bajados de ella, conducidos a través del
puente, para luego ordenarles que se subieran a las barandas lugar donde les
dispararon, cayendo los cuerpos al río. Respecto de las detenciones ocurridas en la
localidad de Loncopangue, precisa que el grupo estaba compuesto de alrededor de
13 o 14 personas, entre los que estaban los carabineros Burgos, Salazar, Salazar,
el hijo de Burgos y otros civiles cuyos nombres no recuerda. Señala que se
trasladaron en un camión municipal conducido por Chano Gutiérrez procedieron a
la detención de 3 a 4 personas, una de las cuales usaba muletas, quienes, al llegar
a la junta del rio Bio Bio con otro más pequeño, fueron bajadas y obligados a
introducirse en él, momento en el cual Burgos dio la orden de dispararles, cosa que
todos los presentes que portaban armas hicieron. Respecto del desaparecido de
apellido Pinto, señala que en una oportunidad, un grupo de carabineros, entre
quienes recuerda a Burgos, Salazar y Arriagada, junto al hijo y al sobrino de Burgos,
fueron hasta una casa donde preguntaron por Pinto, señalando su señora que
8041
estaba enfermo, entonces Burgos dio la orden de entrar en la casa y sacarlo, luego
nos pidieron ayuda para subirlo en el camión y poder partir la caravana en dirección
al Puente El Piulo, lugar donde se detuvieron y se bajaron los policías. Al poco rato
se escucharon unos balazos y el hijo de Burgos me comentó que, cuando él
disparó, había salido sangre, de lo que se percató pues alumbró con una linterna. Al
llegar al Retén de Quilaco, no venía en ninguno de los vehículos el hombre de
apellido Pinto que habian ido a detener a su domicilio. Respecto de Segundo Soto
Quijón, señala que lo conoció por su apodo “Chalo” además de ser el curadito de
Quilaco, quien fue muerto por carabineros de Santa Bárbara que le dispararon
mientras “El Chalo” estaba en las aguas del río Bio Bio, acertando uno de los
policías en su cabeza, luego de lo cual, su cuerpo se hundió sin volver a verlo. Esto
lo sabe pues se encontraba en compañía del mecánico Torres, en la orilla del río
por el lado de Santa Bárbara, a unos treinta metros del carabinero que disparaba.
e) Finalmente, a fs. 4.617, señala que respecto de Crispino Cid
Fuentealba, recuerda que también participó en su detención una patrulla civil
armada e integrada por tres personas, entre los que recuerda a Juan Carlos Burgos
y Sergio Pino, quien era la persona que conocía el lugar donde vivía Cid
Fuentealba.
82°.- Que, prestando declaración indagatoria a fs. 3.567, 3.588, 3.774,
4.143 y 4.177, el encausado JOSÉ ELEODORO BURGOS SANDOVAL señala
a) Primeramente a fs. 3.567, que para el 11 de septiembre de 1973, era
el Jefe del Reten de Carabineros de Quilaco y efectivamente le tocó cumplir
órdenes de detención impartidas por el Comandante de la Guarnición del Ejército de
Los Ángeles, Coronel René Vidal. Indica que actuaron sirviendo de guía al personal
de Ejército al cual llevaban al domicilio de las personas que había que detener.
Niega haber detenido en forma individual a alguna persona y que los detenidos
quedaban a disposición del Ejercito y eran llevados en camiones u otros vehículos
con destino desconocido, terminado su labor cuando el detenido era entregado al
Ejercito. Indica que no conoce a las víctimas de esta causa y que el Carabinero
Sergio Salazar estaba bajo su mando; finaliza señalando que el Camión municipal
fue usado a veces por Carabineros, no recordando el nombre del chofer. Además,
niega conocer a Gabriel Viveros y a José Molina Quezada.
b) A fs. 3.588, expone que rectifica su declaración señalando que dos o
tres días después del 11 de septiembre de 1973 recibió de parte del Coronel de
Ejercito don René Vidal Basuri, quien llegó al Retén, un sobre con el nombre de tres
o cuatro personas que tenía que fusilar, además de la orden de formar patrullas
civiles con adherentes al Ejercito; indicando además que si no cumplía la orden,
sería sometido a Consejo de Guerra. La orden debía ser cumplida inmediatamente,
y las cuatro personas eran de alrededores del Pueblo de Quilaco, por lo que las
8042
mandó detener con carabineros conocedores de la zona, realizando las detenciones
Víctor Zambrano, Floilán Arriagada, y Sergio Salazar San Martín, junto a los civiles
Quelo Celedon y su hijo Juan Carlos Burgos; indica que se trasladaron en vehículos
fiscales, una camioneta roja de la dirección de riego y al parecer, un camión
municipal. Las cuatro detenciones las hicieron en la madrugada y los sujetos fueron
sacados de sus domicilios y llevados a un sector descampado, a las orillas del río
Bio Bio, entre Rucalhue y Quilaco, donde fueron fusilados y luego lanzados sus
cuerpos al torrente del Rio del mismo lugar. El procedimiento era el siguiente: el
sujeto era colocado a la orilla del río, luego se le disparaba sin que hubiera orden
previa, el utilizó revolver y los Carabineros Salazar, Zambrano y Arriagada,
disparaban con carabinas máuser. De esas ordenes dejó copia en el Reten y una
vez cumplida, devolvió al mando informando haber cumplido lo ordenado; unos 15
días después, una compañía de soldados, a cargo de un Teniente, retiró toda la
documentación. Dice que todo ocurrió bajo su responsabilidad y solo 4 personas
fueron detenidas y fusiladas, en un sólo día y en un procedimiento. Señala que no
se torturó a la gente; y en las otras detenciones que practicó su gente, fueron
entregadas al Ejército. Recuerda que en el procedimiento que señala, una de las
personas intentó arrancar y se le disparó. Indica que no participaron en las
detenciones el carabinero Carlos Santiago Sepúlveda Rivera; ni recuerda a José
Feliciano Gutiérrez Ortiz, y Eugenio Villa Urrutia.
c) Seguidamente, a fs. 3.774 expresa que, respecto de la muerte de
José Molina Quezada, nada sabe, que no fue hasta Piñiquihue el 3 de noviembre de
1973, que no conoce a Anselmo Reyes ni a su hijo ni a Jorge Torres Aguilera.
d) Agrega a fs. 4.143, ratificando sus declaraciones, que:
i) respecto de Segundo Soto Quijón, lo recuerda con el apodo de “Chalo
Soto” y que era uno de los curaditos del pueblo de Quilaco. Agrega que en una
oportunidad, se detuvieron en Quilaco a dos personas y fueron conducidas hasta el
puente que une esa localidad con Santa Bárbara, lugar donde se hizo presente
ordenando la liberación de uno de los detenidos, retirándose posteriormente. Señala
que al día siguente, fue informado por Carabineros de Santa Bárbara que se había
encontrado el cuerpo de un hombre sobre una roca en el río Bio Bio en ese mismo
sector, respecto de lo cual no envió personal pues no correspondía a su jurisdicción,
sin tener más antecedentes.
ii) respecto de José Felidor Pinto Pinto, concurrió hasta su domicilio en
Loncopangue cumpliendo un bando militar que ordenaba su detención y
fusilamiento pues era dirigente comunista. A esa diligencia lo acompañaron los
carabineros Zambrano, Salazar y Arriagada, además de los civiles Juan Carlos
Burgos, Eugenio Villa y un tal Pinto, compañero de colegio de su hijo. Al llegar hasta
la casa de Pinto Pinto, su cónyuge les dijo que estaba enfermo, por lo que ordenó a
8043
su personal que ingresara a la casa a detenerlo, subirlo al camión municipal que
usaban y trasladarlo hasta el puente El Piulo, lugar desde donde fue arrojado al río,
sin recordar si se hicieron disparos o no, regresando a continuación hasta el Retén
de Quilaco.
iii) sobre Raimundo Salazar Muñoz, Luis Alberto Bastías Sandoval y
Luis Alberto Cid Cid, la orden de detener y fusilar a los referidos, todos domiciliado
en Loncopangue, también estaba contenida en el bando militar que ordenó la
detención y fusilamiento de Felidor Pinto. Ello ocurrió un día por la mañana,
trasadándose hasta Loncopangue acompañado de los carabineros Salazar,
Zambrano y Arriagada, además de su hijo y un amigo de él de apellido Pinto,
Eugenio Villa, Quelo Celedón y el chofer del camión municipal. Dos fueron
detenidos al interior del Fundo Rañihuel y un tercero, quien usaba una muleta, en
los alrededores del pueblo. Fueron conducidos hasta un sector de la junta del río
Bio Bio con el río Quilmes, lugar donde fueron fusilados y sus cuerpos arrojados al
río.
iv) respecto de Cristino Humberto Cid Fuentealba, de José Roberto
Molina Quezada y de Gabriel José viveros Flores, no recuerda haber participado en
su detención y desaparición.
v) agrega que efectivamente conoció a Eugenio Villa Urrutia, alias “El
Chocolo”, a José Gutiérrez Ortíz, quien era el chofer del camión minucipal y a Quelo
Celedón, quien también integraba la patrulla y era hijo del Jefe de Riego. Recalca
que los fusilamientos los ordeno él, en cumplimiento de ordenes militares impartidas
por los bandos del Ejército, entregadas a su persona personalmente por el Coronel
René Vidal y que las copias de ellos fueron, posteriormente, retiradas desde el
Retén por efectivos del Regimiento de Los Ángeles. Ellas nunca fueron informadas
a su jefe directo quien era el Comisario de Carabineros de Mulchén.
e) Finalmente, a fs. 4.177 reconoce haber recibido un bando militar en
virtud del cual dio la orden de detener a dos personas en el sector de Loncopangue,
que correspondería a José Gabriel Viveros Flores y a José Roberto Molina
Quezada, los que no debían llegar vivos al Retén de Quilaco, cumpliendo dicha
orden los cabos Víctor Zambrano y Arriagada junto a un Carabinero más joven.
Cuando regresaron los carabineros al Retén me confirmaron que la orden fue
cumplida sin dar mayores detalles.
83°.- Que, prestando declaración a fs. 3.576 y 4.152, el encausado
JUAN CARLOS BURGOS BALAUZARAN expuso:
a) A fs. 3.576, que para el 11 de septiembre de 1973 participó en la
detención de dos personas en Quilaco, en las afueras de la ciudad, ignorando que
pasó con ellos y el lugar exacto, aunque cree que fue en horas de la tarde. Indica
que le disparó a una de estas personas con una carabina de Carabineros, mientras
8044
trataba de escapar, junto con él disparó más gente, viéndola caer al suelo, pero
ignora si murió en el lugar o quedó herida. En esa oportunidad iba un camión de la
Municipalidad y otros vehículos y la comitiva se detuvo en el Puente El Piulo y luego
siguió la marcha, no vio que se lanzara a nadie al río, pero al llegar a Quilaco se
comentaba por otras personas que un detenido fue lanzado al río. Indica que la vez
que fue detener gente, iba también su padre José Burgos y al parecer Froilán
Arriagada, aunque también iban otros civiles. Indica que no puede asegurar haber
participado en otras detenciones.
b) A fs. 4.152 ratifica su declaración anterior y agrega además:
i) respecto de José Felidor Pinto Pinto, recuerda haber acompañado un
día por la mañana a una patrulla de carabineros compuesta por su padre José
Eleodoro Burgos Sandoval, el cabo Arriagada, Wilfredo Pinto y otro uniformado más
cuyo nombre no recuerda. En esa oportunidad, se procedió a la detención de un
hombre en su casa, en el campo, camino a Loncopangue, quien, posteriormente,
fue arrojado al río desde el puente El Piulo. Además, como andaba armado con un
revolver, hizo disparos al cuerpo del hombre en el río.
ii) respecto de Raimundo Salazar Muñoz, Luis Alberto Bastías Sandoval
y Luis Alberto Cid Cid, señala que, el mismo día en que ocurrieron los hechos en el
puente El Piulo, se detuvo a tres personas en el sector de Loncopangue, una de las
cuales usaba muletas, quienes fueron subidos a los vehículos y custodiados por su
persona. Los detenidos fueron llevados rumbo a Quilaco y en el sector del Puente
Quilmes, se les hizo bajar y caminar hacia el río, lugar donde fueron puestos sobre
una roca para proceder a fusilarlos y sus cuerpos arrojados al río.
iii) sobre la detención de Cristino Humberto Cid Fuentealba, señala que
un día por la noche sirvió de apoyo a un operativo que se desarrolló en una parcela
ubicada al sur de Quilaco, en la que se detuvo a un sujeto quien fue trasladado
hasta el Retén de Quilaco, siendo fusilado en el Puente Quilaco esa misma noche
ignorando el nombre de los carabineros que intervinieron en la ejecución.
iv) respecto de Segundo Soto Quijón, José Roberto Molina Quezada y
Gabriel José Viveros Flores, señala no haberlos conocido ni haber participado en
sus detenciones.
84°.- Que, prestando declaración indagatoria a fs. 3.597 y 4.150, el
encausado CARLOS SANTIAGO SEPÚLVEDA RIVERA, primeramente, niega su
participación en los hechos. Señala que, si bien participó en detenciones a diversas
personas junto al Jefe del Retén, éstas eran trasladadas a Mulchén y luego al
Regimiento de Los Ángeles, ignorando su destino; indica que se acuerda que se
subían los detenidos a un camión municipal, boca abajo y él los custodiaba
apuntando con su fusil CIC de servicio. Niega haber participado en fusilamientos.
Luego, a fs. 4.150 señala que respecto a:
8045
a) Segundo Soto Quijón: que conoció a un indigente quien fuera tomado
detenido por carabineros por infringir el toque de queda y llevado hasta el puente
Quilaco por una patrulla a cargo del Sargento Burgos. Luego, supo por comentarios
que encontraron a una persona sobre una piedra del río Bio Bio en ese sector y a
quien carabineros de Santa Bárbara le habría disparado.
b) sobre José Felidor Pinto Pinto, señala que formó parte de una
patrulla formada por él, el Jefe Burgos, el cabo Salazar, otros funcionarios del Retén
cuyos nombres no recuerda y civiles cuyos nombres tampoco recuerda, la cual, un
día por la mañana, fue hasta las cercanías de Loncopangue a detener a una
persona en su domicilio, respecto de quien su mujer señaló que estaba enfermo y
que, a pesar de ello, fue detenido y subido a uno de los vehículos en los que se
movilizaban, trasladándose todos hasta el puente El Piulo, lugar donde recuerda
que la caravana se detuvo y, al poco rato, se escucharon disparos. Agrega que no
recuerda que el detenido haya llegado hasta el Retén de Quilaco.
c) respecto de Raimundo Salazar Muñoz, Luis Alberto Bastías Sandoval
y Luis Alberto Cid Cid, señala que recuerda haber participado en la detención de
una persona lisiada que usaba muleta, la cual tuvo lugar en el sector de
Loncopangue, por la tarde, a quien lo custodió mientras era transportado en la parte
trasera de un camión municipal conducido por un tal Chano. Componía esa patrulla
él, el Jefe Burgos, el cabo Salazar y unos civiles cuyos nombres no recuerda. No
recuerda que se detuviera a más personas. Si recuerda que llevaban a este
detenido hacia Quilaco y, cuando llegaron al puente Quilmes, le ordenaron que
bajara, quedando Sepúlveda Rivera custodiando el camión que los transportaba. Se
llevaron al detenido hasta la ribera del río Bio Bio y luego se escucharon disparos.
Regresaron a Quilaco con ese detenido y sin hacer comentarios sobre lo ocurrido.
d) respecto de Cristino Humberto Cid Fuentealba, José Roberto Molina
Quezada y Gabriel José Viveros Flores, señala no haberlos conocido ni haber
participado en sus detenciones.
Finalmente, expresa que nunca mató o disparó un arma a alguna de las
personas en cuyas detenciones participó y que ignora el lugar donde haya entierros
de detenidos desaparecidos.
85°.- Que, prestando declaración indagatoria a fs. 3.389, 3.563 y 3.953,
JOSÉ FELICIANO GUTIÉRREZ ORTIZ, señala:
a) A fs. 3.389 y 3.563, niega su participación en los hechos que se le
imputan. Señaló que el 11 de septiembre de 1973, cuando se produjo el Golpe
militar, trabajaba como chofer de un camión en la Municipalidad de Quilaco.
Carabineros de esa localidad le quitó el camión y le exigieron que debía colaborar
con ellos, en el sentido que debía conducirlo mientras ellos lo ocupaban, que fue
alrededor de 10 veces en operativos que se realizaban desde las 08:00 horas hasta
8046
las 18:00 horas, en los sectores aledaños, como Loncopangue, Cerro El Padre,
Rucalhue, etc. Insiste en señalar que a él lo obligaron a lo anterior, pues según
ellos, le tenían confianza. Recuerda que mientras hacían estos operativos
Carabineros con Militares, allanaban las casas y sacaban gente, que castigaban
con golpes de puño y pie, como también culatazos. Esto lo veía cuando los subían
al camión, pues él no se bajaba, se quedaba sentado tras el volante y solo se
limitaba a esperar que los Carabineros y Militares llevaran a la gente al vehículo, los
que eran trasladados al Retén de Quilaco y algunos, al Regimiento de Los Ángeles,
indicando que fue dos veces al Regimiento con detenidos. Indica que a esa fecha,
tenía 21 años de edad y solo se limitaba a cumplir con las órdenes que daban los
Carabineros, y el Jefe del Retén que a esa fecha era José Burgos. También había
un Carabinero de nombre Sergio Salazar, a quien le decían “El Mono”. Fue a los
únicos que conoció. Indica que en ninguno de los operativos en los que salió con
Carabineros, vio que hayan dado muerte a los detenidos. Solo vio que los
castigaban y no conoció a ninguna de esas personas, los que eran todos gentes
de campo y se notaban humildes. Recuerda que en uno los operativos, se detuvo
a Florencio y Carlos Ortíz, Juan Lagos y Rosa Riquelme, todos los cuales están
vivos. Según le contó Florencio Ortiz, años después, Carabineros les dejaba caer
una piedra en el pecho para que hablara. Sobre la situación de Raimundo Salazar,
Luis Cid Cid y Luis Bastías Sandoval, señala que no los conoce ni sabe quienes
son; respecto de Arturo Pino, Segismundo Arias y Sergio Pino, sabe que el primero
fue alcalde y no fue detenido, y tampoco vio que les prestara ayuda a Carabineros.
Reitera que no tiene participación en los hechos, solo condujo el camión municipal,
obligado por Carabineros, quienes previamente lo chequearon en Santiago. Todos
los documentos le fueron quitados y después del quinto día le dijeron que debía
conducir el camión, lo que hizo como 10 veces en diferentes días, y siempre los
operativos eran efectuados por miembros de Carabineros y militares, no iban civiles.
Tampoco portaba arma alguna, solo conducía y ni siquiera se bajaba del camión
cuando ellos efectuaban estos operativos.
b) A fs. 3.953 rectifica sus declaraciones, señalando que a unos 10 dias
después que se le incautara el camión, alrededor de las 08:00 horas, fueron a
Loncopangue y llegaron a la escuela, donde los Carabineros Burgos y Salazar,
conversaron con un señor de apellido Ancanao y de ahí partieron al Fundo
Raniguel, como a las 12:00 horas, dejando estacionado el camión en las afueras de
la casa del señor Cid, frente a una tosca que hay en el camino. Indica que a Cid lo
conocía y ese día estaban también José Burgos, el cabo Salzar, más dos
Carabineros más que no conoce el nombre; además del hijo del señor Burgos y un
tal “mercado negro” de apellido Villa. Indica que no los acompañaba militares. Al
llegar a la casa de Cid, todos se bajaron menos él, se quedó esperando y al cabo
8047
de una media hora apareció Salazar con Burgos, habiendo detenido a Cid y lo
echaron boca arriba del camión, dejándolo boca abajo, bajo la custodia de los dos
civiles y Carabinero Despues lo interrogaron sobre donde estaban las otras
personas que lo iban a buscar y después partieron Burgos, Salazar y otro
Carabinero, quienes regresaron como una hora y media después, con otras tres
personas, y uno de estos detenidos era Raimundo Salazar, que era cojo; a todos los
cuales subieron al camión. Ese día en Rañiguel, fueron detenidas 4 personas. La
mujer de Cid, al partir, dijo que le llevaba el carnet, pero el Sargento Burgos le dijo
que era mejor que lo guardara para recuerdo.
Entre las 14;30 a 15;00 horas,
regresarona Quilaco y circulaban por el camino público, pasado unos 300 metros
del puente Quilmes, el Sargento Burgos le ordenó detenerse para bajar a los
detenidos, e incluso le dijo que sebajara para que viera lo que iba a hacer, pero se
negó. Indica que todos se bajaron, quedándose solo en el camión; los carabineros y
civiles apontaban a os detenidos y partieron con ellos al Rio Quilmes, perdiéndose
de la vista, y a unos 10 a 15 minutos, sintió disparos y después aparecieron los
civiles y los
Carabineros sin los detenidos; recuerda que vio como Salalzar y
Burgos discutían y el Carabinero le reprochaba a Salazar algo y este decía que le
había dolido la guata; después de esto regresaron a Quilaco y nada se habló en el
trayecto. Indica que esta fue la única oportunidad en que le tocó ser testigo de un
fusilamiento, ya que en las otras oportunidades siempre llegó con los detenidos al
reten. Insite que no fue a ninguna otra parte, tampoco al sector de Radal y que
nunca condujo de noche y si le consta que carabineros si lo hacía.
86°.- Que, prestando declaración indagatoria a fs. 3.580 y 4.154,
EXEQUIEL DEL CARMEN CELEDÓN BARRERA expuso:
a) A fs. 3.589, que para el 11 de septiembre de 1973, vivía en Quilaco y
tenía entre 19 a 20 años; esa mañana, mientras tomaba desayuno con su padre,
llegó Carabineros y requiso una camioneta Ford, modelo 70, color rojo de la
Dirección de Riego, vehículo a cargo de su padre y que Carabineros ocupaba en
forma esporádica. Recuerda que en las noches escuchaba disparos y que es falso
que haya participado en las detenciones de otras personas. Señala que no conoció
al “Chocolo”. Señala que no conoce a ninguna de las victimas de esta causa, salvo
a Segundo Soto, que era el “curahuilla” del pueblo y que sabe que muerto por
Carabineros.
b) A fs. 4.154 ratifica su declaración anterior y además agrega que:
i) respecto de Segundo Soto Quijón, que lo conoció, le apodaban “El
Chalo” y fue muerto por Carabineros de Santa Bárbara mientras pedía auxilio sobre
una piedra en el cauce del río Bio Bío. Sin embargo ignora el nombre de quienes lo
mataron.
8048
ii) respecto de José Felidor Pinto Pinto, recuerda haber formado parte
de una patrulla compuesta por él, el sargento Burgos, su hijo, otros carabineros y
civiles cuyos nombres no recuerda, la cual se trasladó hasta una casa de campo
cercana a la localidad de Loncopangue, donde se detuvo a un hombre mayor y
corpulento quien fue introducido a uno de los vehículos que utilizaban y luego
partieron rumbo a Quilaco detenténdose en el puente El Piulo, lugar donde bajaron
al detenido para luego escucharse disparos. Posterior a esto, la caravana siguió
rumbo a Quilaco por el camino de Loncopangue.
iii) sobre los hechos ocurridos a Raimundo Salazar Muñoz, Luis Alberto
Bastías Sandoval, Luis Alberto Cid Cid, Cristino Humberto Cid Fuentealba, José
Roberto Molina Quezada y Gabriel José Viveros Flores, señala que no los conoció y
no tuvo participación en sus detenciones.
Finalmente, agrega que el 16 de octubre de 1973 se trasladó a vivir y
trabajar a la ciudad de Mulchén.
87°.- Que, a fs. 4.167 y 4.168 rola la diligencia de careo entre Eugenio
Villa Urrutia y José Burgos Sandoval, en la cual, respecto de la detención de
Cristino Humberto Cid Fuentealba, Burgos Sandoval no contradice los dichos de
Villa Urrutia, agregando que la detención de la víctima fue ordenada en un bando
por ser persona extremista y además cuatrero y que dio la orden de dispararle
cuando se encontraban en el puente Quilaco; respecto de José Pinto Pinto, de
Raimundo Salazar Muñoz, de Luis Alberto Bastías Sandoval y de Luis Alberto Cid
Cid: Eugenio Villa Urrutia ratifica sus declaraciones y José Burgos Sandoval señala
que ellas son efectivas, sin contradecirlas.
88º.- Que, a fs. 4.169 y 4.170 rola la diligencia de careo entre Sergio
Salazar San Martín y José Burgos Sandoval, en la cual, respecto de la detención de
Cristino Humberto Cid Fuentealba, Burgos Sandoval ratifica sus declaraciones
anteriormente prestadas pero señala no reconocer a Salazar San Martín como
persona que haya participado en esos hechos, en tanto Sergio Salazar San Martín
señala no haber intervenido en los referidos hechos; respecto de José Pinto Pinto,
de Raimundo Salazar Muñoz, de Luis Alberto Bastías Sandoval y de Luis Alberto
Cid Cid: Burgos Sandoval ratifica sus declaraciones agregando que el cabo Salazar
participó en ellas bajos sus órdenes; Salazar San Martín reconoce su participación
en los hechos, cumpliendo las órdenes que le impartía Burgos.
89º.- Que, a fs. 4.171 rola la diligencia de careo entre Eugenio Villa
Urrutia y Sergio Salazar San Martín, en la cual, respecto de la detención de Cristino
Humberto Cid Fuentealba, Villa Urrutia ratifica sus declaraciones anteriormente
prestadas pero señala no reconocer a Salazar San Martín como persona que haya
participado en esos hechos, en tanto Sergio Salazar San Martín señala no haber
intervenido en los referidos hechos;
8049
90º.- Que, a fs. 4.172 rola la diligencia de careo entre Juan Carlos
Burgos Belauzarán y Eugenio Villa Urrutia, en la cual, Burgos Belauzarán reconoce
a Villa Urrutia como el mueblista de Quilaco y tiene la impresión que les acompañó
en algunos patrullajes. Villa Urrutia reconoce a Juan Carlos Burgos Belauzarán
como el hijo del Sargento Burgos y recuerda haber participado con él en dos
detenciones: en la de Pinto y en la de tres personas en el sector de Loncopangue,
uno de los cuales usaba muletas.
91º.- Que, además, obran en contra de los imputados, los siguientes
elementos de juicio:
a) Testimonios de Adriana del Rosario Salazar Silva a fs. 3.235 vta.; b)
Mercedes Matus Betanzo a fs. 3.243; c) Manuel Gregorio Cid Matus a fs. 3.243 vta.
quien señala que entre las personas que detuvieron a su padre, se encuentra
Eugenio Villa, alías “El Chocolo”, Juan Carlos Burgos (“QUelo Celedón”), Raúl
Pasten (“CHano Gutiérrez”. Chofer del vehículo municipal, donde trasladaban a los
detenidos) y los funcionarios de Carabineros Sergio Salazar, Froilán Arriagada y
Padilla, todos los cuales vivían en Quilaco en esa fecha, pero posteriormente se
fueron a distintas ciudades y lugares; d) Marina del Carmen Sanhueza Sanhueza a
fs. 3.244 vta. y 3.999 donde señala que el día que fue detenido su marido, fue
llevado a pie por el sargento del Jefe del retén y los civiles que lo acompañaban,
Jorge Torres, apodado “El Diuca” y Sergio Pino, hasta la Escuela de Piñiquihue,
ubicada a una media hora de camino, en ese lugar los esperaban un camión de la
Municipalidad y un jeep que era de Carabineros y en el que siempre se movilizaban.
Indica que esa noche también detuvieron los Carabineros a un señor de apellido
Viveros; e) Carmela Viveros Flores a fs. 3.246 y 3.359 en las que señala que el
cabo Salazar fue una d las personas que detuvo a su marido Luis Bastias Sandoval;
f) Sergio Alberto Pinto Lagos a fs. 3.246 vta. quien señala que su madre Lorenza
Lagos, le dijo que el 19 de septiembre de 1973, su padre José Pinto Pinto fue
detenido alrededor de las 06:00 horas, por funcionarios del Retén de Quilaco,; g)
Teodora del Carmen Campos Lagos a fs. 3.258 quien señala que fue informada que
Carabineros de Quilaco habían ido a detener a la casa a su marido Felidor Pinto
Pinto.; h) Informes policiales n° 312 a fs. 3.326 y siguientes, y n°306 y siguientes,
realizados por el Departamento V de Asuntos Internos de la Policía de
Investigaciones de Chile, dando cuenta de las diligencias realizadas en virtud de la
orden de investigar despachada en esta causa; i) Declaración de Ana Carmen
Echavarría Echavarría, la cual, a fs. 3.387, señala que quien detuvo a su marido
Gabriel José Viveros Flores, en su domicilio, fue el Carabinero Víctor Zambrano; j)
Testimonio de Marta Pilar Molina Molina, a fs. 3.388, exponiendo que el 3 de
noviembre de 1973, dos Carabineros de Quilaco, de uniforme, detuvieron en su
domicilio a su abuelo José Molina alrededor de las 11:00 horas; k) Declaración de
8050
Miguel Ángel Cid Ortega, a fs. 3.395 vta. y 3.720, indicando que su padre Cristino
Cid fue detenido por el Sargento Sergio Salazar San Martín y Carlos Sepúlveda. A
fs. 3.720 agrega que el día de la detención de su padre, también fueron
aprehendidos Raimundo Salazar y Alberto Bastías; l) declaración de Marina del
Carmen Sanhueza Sanhueza, exponiendo a fs. 3.743 que su cónyuge José
Roberto Molina Quezada fue detenido por un grupo formado por Carabineros y
civiles a cargo del Sargento de Carabineros de Quilaco entre quienes estaban los
funcionarios Salamanca y Arriagada, y de los civiles, a Sergio Pino y un tal Jorge
“Diuca”; m) Dichos de Bella Rosa Molina Sanhueza, quien a fs. 3.751; n) Atestado
de Marta Pilar Molina Molina, quien a fs. 3.755; ñ) Dichos de José Roberto
Molina Sanhueza a fs. 3.765; o) Testimonio de José Víctor Molina Sanhueza,
quien a fs. 3.767 señala que su padre José Roberto Molina Quezada, fue detenido
por dos Carabineros, tres civiles, de apellidos Burgos y Pino, y otro civil conocido
como “El Diuca”; p) Declaración de José Ramón Reyes Sanhueza a fs. 3.771
quien señala que su padre José Anselmo Reyes vio cuando a su cuñado José
Molina Quezada lo detuvieron los Carabineros; q) Declaración de Ana Carmen
Echeverría Echeverría a fs. 3.848 quien señala fue el carabinero Zambrano, junto
a otras personas, quien entró y sacó a su marido Gabriel José Viveros Flores de la
casa; r) Declaración de Raquel del Carmen Pulgar Cid, quien a fs. 3.852 expone
que a Luis Alberto Cid Cid lo detuvo Carabineros y civiles, recordando entre los
aprehensores, al policía de apellido Salazar; s) Dichos de Adrián del Rosario
Salazar Silva, quien a fs. 3.854 expone que Raimundo Salazar Muñoz fue detenido
por un grupo de 8 Carabineros al mando del Jefe Salazar, quien se movilizaban en
un camión municipal que maneja un tal “Chano”. t) Dichos de Carmela Riveros
Flores a fs. 3.861 quien expone que su cónyuge Luis Alberto Bastias Sandoval, fue
detenido por un grupo de 5 personas todos vestidos de Carabineros al mando del
cabo Salazar quienes se movilizaban en un camión conducido por un tal Chano
Gutiérrez y que ese mismo día, detuvieron a Luis Alberto Cid Cid, a Raimundo
Salazar y a Roberto Molina. u) Declaración de Ana del Tránsito Cid Ortega a fs.
3.865 expone que, su padre Luis Alberto Cid Cid fue detenido por dos Carabineros,
de apellido Sepúlveda y Salazar, con más personas, al parecer civiles, en un
camión de la Municipalidad manejado por un civil, que, según los dichos de Carmela
Viveros, era de apellido Gutiérrez. En ese camión, ya estaban detenidos Raimundo
Salazar y un tal “Pinto”, quien era de San Ramón y también desapareció ese día. Y
que esa misma patrulla detuvo a Luis Bastias, también desaparecido. v) Declaración
de Francisco del Rosario Cid Ortega, que a fs. 3.877 expone que su padre Luis
Aleberto Cid Cid, fue detenido por los carabineros Sergio Salazar y Carlos
Sepúlveda. w) Declaración de Sergio Alberto Pinto Lagos, que a fs. 3.887 expone
que supo por dichos de su madre Lorenza Lagos Quezada que su padre, José
8051
Felidor Pinto Pinto, fue detenido por Carabineros y civiles a acrgo de jefe de la
Tenencia de Quilaco Sargento Burgos. x) Declaración de Segismundo Arias
Torres, quien a fs. 3.894; y) Declaración de Clemente Antonio Salazar Cid, quien
a fs. 3.902 señala que, su padre, Raimundo Salazar Muñoz, fue detenido por el
Cabo Salazar, a quien conocía desde antes y que lo habían subido a un camión
junto a otras personas que habían sido detenidas el mismo día, como Alberto
Bastias y Luis Cid. z) Dichos de Cloromira Carmen Mora Aguilera, que a fs. 3.943
expone que conocía a Raimundo Salazar Díaz, Luis Alberto Cid Cid, Luis Alberto
Bastias Sandoval, José Felidor Pinto Pinto, José Gabriel Viveros Flores y José
Roberto Molina Quezada, todos los cuales eran vecinos del sector y sabe que
fueron detenidos en sus domicilios por Carabineros de Quilaco; a1) Declaración de
Domingo Humberto Matus Cares, quien a fs. 3.959 vta. expone que sabe de la
detención de Cristino Humberto Cid Fuentealba y que sus aprehensores fueron el
cabo Sergio Salazar, un tal “Quelo” Celedón y Sergio Pino Cabezas. Respecto de
José Roberto Molina Quezada, indica que fue detenido por Carabineros y civiles
entre ellos, el Sargento Burgos y el “Chocolito” Villa. También conoce la situación de
Segundo Soto Quijón y de Felidor Pinto quien también fue detenido en el
Asentamiento; b1) Declaración de Etelvina Carmen Viveros Echeverría a fs. 3.970
quien expone que su padre Gabriel José Viveros Flores, fue detenido por dos
Carabineros, uno de los cuales era Víctor Zambrano, quien era el que daba las
órdenes. Agrega que, antes de la detención de su papá, en Loncopangue
desapareció más gente, como Luis Cid, Raimundo Salazar y Luis Bastias, pero no
sabe la fecha en que ellos fueron detenidos. También se detuvo a un señor de
apellido Molina y que en todas estas detenciones estaban involucrados el
carabinero Salazar y un tal “Chocolo”; c1) Declaración de Elías Barrera, que a fs,
3.979, expone que al 11 de septiembre de 1973, era chofer de la Dirección de Riego
y estaba a su cargo una camioneta pick up, marca Ford, color rojo, año 1969. Su
jefe, don Raul Bopp Blup, le ordenó que se pusiera a disposición de de Carabineros
de Quilaco, lo que hizo, poniéndose a disposición del jefe de Carabineros, Sargento
Burgos, quien le señaló que debía trabajar con ellos y obedecer sus órdenes,
trabajando desde el 11 de septiembre de 1973 hasta finales de octubre de 1973.
Indica que en varias ocasiones le correspondió transportar detenidos, además de
Carabineros, pero todos eran traídos al reten de Quilaco; d1) Declaración de
Mercedes Matus Betanzo, que a fs, 3.997 vta. expone que Cristino Humberto Cid
Fuentealba fue detenido por el Carabinero Salazar y el civil Villa, conocido como “El
Chocolo”, junto a otros civiles, que estaban alrededor de la hijuela, reconociendo al
Quelo Celedón, Tato Pasten y el hijo del Sargento, Juan Carlos Burgos, además de
otras personas que no pudo reconocer; e1) Declaración de Manuel Gregorio Cid
Matus, que a fs, 4.084 vta. expone que su padre Cristino Cid fue detenido por el
8052
“Chocolo”, de nombre Eugenio Villa, el Sargento Burgos, el Carabinero Salazar y
otro funcionario de apellido Arriagada. Señala que a su papá se lo llevaron
caminando. f1) Declaración de Lucia del Tránsito Quintana Sotomayor, que a fs.
4.085 vta expone que
Luis Alberto Cid Cid fue detenido por una patrulla de
Carabineros; g1) Declaración de Heraldo Hernán Saéz Álvarez, quien a fs. 4.094
vta., expone que fue Carabinero en la Tenencia de Santa Bárbara y se le conocía
como “El Paco Lalo” y que en esa tenencia se formó un grupo de civiles y
Carabineros que participaba en la detención de la gente, entre ellos, estaban un
señor Barrueto, que se movilizaba en una camioneta verde, el cabo Etcheverría,
apodado el Cotorra, el carabinero Godoy, otro civil que era de apellido Domínguez,
y los veía cuando salían y entraban con gente detenida. h1) Dichos de Elba Enid
Bastías Viveros, que a fs. 4.111, expone que su padre Luis Alberto Bastías
Sandoval fue detenido por Carabineros a cargo del cabo Salazar; i1) Declaración de
Telma del Carmen Orellana Muñoz, quien a fs. 4.134, expone que Cristino Cid
Fuentealba, fue detenido por el Carabineros Salazar y otro de apellido Arriagada; j1)
Declaración de Raquel del Carmen Pulgar Cid, quien, a fs. 4.140, expone que al
lado de debajo de su casa, ubicada en la entrada del Fundo Rañiguel, un día se
estacionó un camión de la Municipalidad de Quilaco, donde venían civiles y
uniformados deteniendo ese día a dos trabajadores del Fundo, Luis Cid y Luis
Bastías, y desde día nunca más se pudo de ellos. Ese día recuerda que estaba el
carabinero Salazar, que antes había pasado a preguntar por su hermano Javier Cid.
A unos cuatro días después de ocurrido esto, supo que Raimundo Salazar, que
usaba muleta, también había sido detenido ese día, en Loncopangue. k1)
Testimonio de Nora de la Cruz Mejías Mella, que a fs. 4.219 expone que
Carabineros de Quilaco fue a buscar a José Roberto Molina Quezada a su casa y
nunca más volvió; l1) Declaración de José Víctor Molina Sanhueza, quien a fs.
4.222 señaló que su padre fue detenido por Carabineros entre los que estaban los
funcionarios Burgos y Arriagada, a quienes conocía antes y ubicaba perfectamente,
a ellos los acompañaba los civiles Sergio Pino, que tiene un negocio en Quilaco; y
un tal Diuca, que es mecánico de automóviles y a quien ubicaba desde antes; m1)
Informe de la Brigada de Homicidios de Concepción de la Policía de Investigaciones
de Chile a fs. 4.458: n1) Diligencia de careo entre Eugeniio Villa Urrutia y Mannuel
Gregorio Cid Matus, a fs. 4.542, en la cual, Cid Matus reconoce a Villa Urrutia como
uno de los civiles que fueron a detener a su padre Cristino Cid; y Villa Urrutia
reconoce haber participado en el hecho mandado por elSargento Burgos, y que le
acompañaban además Juan Carlos Burgos y Sergio Pino;
92º.- Que, con los elementos de convicción anteriormente reseñados,
constitutivos de presunciones judiciales que reúnen los requisitos del artículo 488
del Código de Procedimiento Penal, se encuentra acreditada la participación de
8053
EUGENIO VILLA URRUTIA, JOSÉ ELEODORO BURGOS SANDOVAL, JUAN
CARLOS BURGOS BELAUZARAN, CARLOS SANTIAGO SEPÚLVEDA RIVERA,
JOSÉ FELICIANO GUTIÉRREZ ORTIZ Y EXEQUIEL DEL CARMEN CELEDÓN
BARRERA como autores de los delitos de secuestro calificado, perpetrados en
contra de Cristino Humberto Cid Fuentealba, José Felidor Pinto Pinto, Luis Alberto
Cid Cid, Luis Alberto Bastiás Sandoval, Raimundo Salazar Muñoz; Gabriel José
Viveros Flores, Segundo Marcial Soto Quijón y José Roberto Molina Quezada, en
los términos del artículo 15 Nº 1 del Código Penal, puesto que participaron de una
manera inmediata y directa en la detención ilegal y traslado de las referidas
víctimas, momento desde el cual se desconoce su paradero destino.
EN CUANTO A LA DEFENSA DE LOS ACUSADOS.
A.- PLANTÉ EUCLIDES ARAVENA SÁEZ, JOSÉ JAIME GODOY
GODOY, HÉCTOR ISAÍAS ECHEVERRÍA BELTRÁN, JOSÉ HERALDO PULGAR
RIQUELME Y PEDRO RUÍZ PARDO.
93°.- Que, a fs. 7.458, su defensa, alegó las siguientes excepeciones y
defensas:
a) Opone, como cuestión previa civil, la existencia de causa rol 3.724
del Juzgado de Letras de Santa Bárbara donde se solicitó la declaración de muerte
presunta de las supuestas víctimas José Domingo Godoy Acuña, Julio Godoy
Godoy, Desiderio Aguilera Solís, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca
Mella, Sebastián Heraldo Campos Díaz y Miguel Cuevas Pincheira y, que mientras
no se resuelva dicha materia, conforme a lo dispuesto al art. 4° del Código de
Procedimiento Penal, solicita se retrotraiga la causa al estado de sumario,
ordenando la paralización de este proceso hasta la determinación y fallo de la antes
referida demanda. Sostiene que, es de sumo importante la declaración de muerte
presunta de las víctimas toda vez que en ella se ha de fijar la data de muerte
presunta de los referidos desaparecidos y, desde esa fecha, desaparece la ficción
del secuestro permanente, o secuestro agravado y podría aplicarse la ley de
amnistía o la prescripción y sus representados resultarían sobreseídos.
b) En el primer otrosí del señalado libelo, opone las excepciones de
amnistía, en conformidad al Decreto Ley 2.191; en subsidio, alega la prescripción
del delito y la acción penal. c) En el segundo otrosí, contestando la acusación
judicial y adhesiones por las víctimas Sebastián Campos Campos, Manuel
salamanca Mella, José Domingo Godoy Acuña, José Nazario Godoy Acuña y José
Mariano Godoy Acuña y además nuevamente, por Manuel Salamanca Mella, en
contra de sus defendidos, solicita la absolución, por los siguientes fundamentos:
1) Inexistencia del delito que se imputa a sus defendidos,
inconstitucionalidad de la acusación. Sostiene, que sus representados se les acusa
por el delito de secuestro agravado sancionado en el inciso 4° del artículo 141 del
8054
Código Penal, el que no existía al año 1973, fecha de comisión de los ilícitos
investigados, sino que fue incorporado en mayo de 1983 y modificado en los años
1993 y 2001.
2) En
subsidio,
alega
la
indeterminación de
la
acusación,
indefensión o vulneración del derecho a defensa. Indica, que se les acusa a sus
defendidos por un mismo hecho que se califican de dos delitos, secuestro y
secuestro calificado, violando el principio de tipicidad del delito.
3) Respecto de la participación, que el delito de secuestro es
imposible ser cometido por un carabinero, atendida su calidad de funcionario
público, como lo eran sus representados, a la fecha de comisión del delito.
4) En subsidio, que se modificó la figura penal para funcionarios de
carabineros, que es la detención ilegal, descrita y sancionada en los art. 148 y
149 y siguientes del Código Penal, la que debe aplicarse por el principio pro reo.
5) La existencia de la eximente de la excusa legal absolutoria, toda
vez que los referidos acusados cumplieron órdenes superiores consistente en
detener y entregar a patrullas militares a las víctimas.
6) Que, en el proceso, no se ha desvirtuado el principio de
presunción de inocencia.
7) Que respecto de las excepciones especiales ante cada víctima:
i) Respecto de Sergio D´Apollonio Peterman, que se identifica a José
Godoy Godoy, según un testigo, por el bigote; a Planté Aravena Sáez, se le imputa
la participación de autor no obstante encontrarse acuartelado en Grado Uno y a
Jorge Domínguez y al ya referido José Godoy, como autores, a pesar que se indica
en la acusación que participaron 4 o 5 personas entre civiles y uniformados, por lo
que la investigación no se encuentra agotada. En subsidio, alega la existencia del
delito de detención ilegal, en subsidio del delito de homicidio.
ii) Respecto de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata y Elba Burgos Sáez,
no se encuentra acreditada la existencia de dicho delito como tampoco su
participación responsable, por las razones indicadas en el número anterior.
iii) Respecto de José Rafael Zúñiga Aceldini, José Secundino Zúñiga
Aceldini y José Gilberto Araneda Riquelme, que, por antecedentes de los propios
querellantes, el Sargento 2° José Flores Albornoz, les habría comunicado a las
víctimas que quedaban detenidos, y esta persona no ha sido citada. Que sus
representados se habrían limitado a detenerlos y luego entregarlos a una patrulla
militar, de manera que no existe delito de secuestro.
iv) Respecto de Juan de Dios y Juan Francisco Fuentes Lizama; Juan
de Dios y Juan Alberto Rubio Llancao, José María Tranamil y Guillermo Purrrán
Treca; José Domingo Godoy Acuña, Julio Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solís,
José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella, José Mariano Godoy Acuña;
8055
Miguel Cuevas Pincheira, Sebastián Campos Díaz que no está acreditada la
existencia del delito por el cual se le acusa, ni su participación responsable. En
subsidio, que sólo existiría detención ilegal y en subsidio aun, que existió homicidio,
el que se encuetra amnistiado o prescrito.
v) Que respecto de Aliro Oporto Durán, a la fecha de comisión del delito
de secuestro no pudo ser sujeto pasivo porque era menor de 20 años, sino solo de
sustracción de menores, como lo establece el art. 142 del Código Penal de la época
y que este delito no contempla la figura agravada o calificada y por tanto se
encuentra prescito.
Alega además las eximentes de responsabilidad del Art. 159 del Código
Penal, de haber obrado por orden superior; la del Art. 10 N° 9 del mismo Código, de
haber obrado violentado por fuerza irresistible o miedo insuperable; y la del Art. 10
N° 10 de obrar en cumplimiento de un deber. En subsidio, solicita las aminorantes
de los N°s 1, 5 y 6 del Art. 11 del Código Penal.
Termina solicitando sentencia absolutoria por las razones expuestas, en
subsidio, acoger las eximentes o atenuantes alegadas, rebajando la pena según
corresponda y que, en caso de dictar sentencia condenatoria, otorgarle alguno de
los beneficios legales que correspondan conforme a derecho.
B.-
JOSÉ
ROBERTO,
JORGE
VALDIVIA
DAMES,
JORGE
DOMÍNGUEZ LARENAS, MANUEL DARÍO BARRUETO BARTING
94°.- Que, a fs. 7.103, 7.256, 7.182 y 7.330, respectivamente, su
defensa, opuso exepciones de previo y especial pronunciamiento; en subsidio de
ellas, contestó la acusación fiscal, las adhesiones a ella; contestó la demanda civil;
y finalmente, en subsidio de ellas, pide se concedan a sus representados los
beneficios de la Ley 18.216
a) como expeciones de previo y especial pronunciamiento, opone
aquellas del artículo 433 Nºs 6 y 7 del Código Penal:
i) respecto del artículo 433 nº 6, esto es, amnistía, la defensa señala
que su representado es acusado como autor del delito establecido en el artículo 141
del Código Penal, el cual no se encuentra entre aquellos que de conformidad a lo
establecido en el Decreto Ley Nº 2.191, se encuentren exeptuados y, en atención a
que a la época de su dictación no estaban actualmente sometidos a proceso o
condenados por lo que se les acusa, debe aplicárseles.
ii) respecto del artículo 433 nº 7, señala que sus representados son
acusados de cometer el delito tipificado por el artículo 141 del Código Penal, el cual,
en virtud de lo dispuesto por el artículo 94 del mismo cuerpo legal, prescribe en el
plazo de 10 años contados desde la comisión del hecho delictivo, el cual aconteció
en septiembre de 1973.
8056
b) contestando la acusación fiscal, las adhesiones a ella y las
querellas particulares, la defensa de los encausados hace las siguientes
alegaciones o defensas:
i) errada calificación del delito, pues el auto acusatorio acusa a sus
representados como autores del delito de secuestro calificado previsto y sancionado
por el artículo 141 incisos 1º y 4º del Código Penal, en circusntancias que, a la
fecha de comisión de los hechos, la redacción vigente del referido Código Penal no
contemplaba un inciso 4º, el que fue incluído con posterioridad, mediante el art. 1º
de la Ley 19.241. Agrega que, tratándose de un delito continuado, corresponde
aplicar la ley vigente a la época en que se da comienzo a la ejecución del delito.
ii) no se encuentran acreditados los hechos que configuran el
delito de secuestro calificado, pues los testigos no recuerdan, no saben, son
erráticos en sus declaraciones o mienten respecto de ellos; agrega que, en sus
declaraciones,
hay
falta
evidencia
concreta
de
la
participación
de
sus
representados, carecen de objetividad y de sentido lógico; señala que son
intencionada y premeditadamente inculpatorios; de la misma forma, las pruebas
periciales, documentales y testimoniales carecen de contundencia probatoria y no
constituyen presunciones concordantes ni evidencia pertinente para considerar la
participación efectiva de sus representados en la comisión de los delitos por los que
se les acusa
iii) la defensa señala que la responsabilidad penal en los hechos
corresponde a los Carabineros de la Tenencia de Santa Bárbara, pues, de la
totalidad de las declaraciones se desprende que los detenidos fueron llevados a la
Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara, lugar desde donde habrían sido
llevados al Regimiento de Los Ángeles. Además, los propios funcionarios policiales
señalan que en sus funciones jamás han participado los civiles procesados, sino
que las detenciones fueron ordenadas y gestionadas por ellos.
iv) en subsidio de la absolución de los cargos, la defensa solicita las
siguientes atenuantes, sin perjuicio de las alegaciones formuladas: irreprochable
conducta anterior, consignada en el artículo 11 n° 6 del Código Penal, pues según
se acredita en el proceso, los procesados no tienen antecedentes penales
pretéritos; y la atenuante calificada del artículo 103 del referido Código, pues
desde la fecha en que ocurrieron los hechos hasta la presentación de la querella
ante el Primer Juzgado del Crimen de Concepción, han transcurrido más de 28
años, tiempo más que suficiente para aquilatar o no la procedencia de la media
prescripción, figura que requiere, en el presente caso, de diez años.
d) solicita el beneficio de remisión condicional de la pena
contemplado en la Ley 18.216, en subsidio de las excepciones de previo y
8057
especial pronunciamiento y contestación de la acusación fiscal, su adhesión y las
querellas particulares.
C. SERGIO FUENTES VALENZUELA
95°.- Que, a fs. 7.393, su defensa, solicita la absolución de su
representado en base a los siguientes argumentos de hecho y de derechos:
a) Falta de responsabilidad en los hechos que se le imputan toda
vez que Fuentes Valenzuela no realizó labores propias de Carabineros, no portó
armas ni menos detuvo a civiles, por lo que carece de toda responsabilidad en los
hechos que se le acusa. En efecto, señala que a la fecha en que ocurrieron los
hechos, su representado tenía 21 años de edad, era chofer y fue obligado por
Carabineros a realizar esta labor en beneficio de los Carabineros de la Tenencia de
Santa Bárbara. Agrega que si bien estuvo presente en algunas de las detenciones
que se le imputan, ello fue en cumplimiento de la orden que el propio Teniente
Planté Aravena le había dado, quien además señala que los civiles adscritos a la
referida Tenencia no realizaron misiones propias de los Carabineros.
b) cosa juzgada, en subsidio de la alegación anterior, fundada en la
existencia del proceso rol 25-73 de la Fiscalía Militar de Los Ángeles, en el cual se
investigaron los mismos hechos de marras y en el cual se absolvió a su
representado.
c) amnistía, en subsidio de lo anterior, toda vez que el auto de
procesamiento de la presente causa es posterior a 1978, por lo que procede aplicar
el Decreto Ley 2.191.
d) prescripción, en forma subsidiaria, toda vez que aplicando los
criterios de la sana crítica y la ciencia lógica, todos los hechos apuntan a que se
trataría de un delito distinto del secuestro, respecto del cual procede aplicar el
artículo 488 del Código de Procedimiento Penal. Agrega que han transcurrido 36
años desde la fecha de la desaparición de las personas de modo que no puede
inferirse ni presumirse un secuestro calificado; señala que Sergio Fuentes
Valenzuela no puede mantener secuestrada a 7 personas desde hace más de 36
años, debiendo presumirse la muerte o fallecimiento de aquellos cuya desaparición
se investiga en el proceso. Por lo que solicita la aplicación de la prescripción de la
acción penal de conformidad a lo establecido en el artículo 93 N° 6 del Código
Penal.
e) se aplique el artículo 141 del Código Penal vigente a la época en
que ocurrieron los hechos, toda vez que la referida disposición fue modificada por
el artículo 1° de la Ley 19.241 de 28 de agosto 1993, pues la norma por la cual se le
acusa es más gravosa al sancionar el secuestro calificado con una pena de 10 años
y un día a 20 años, en cambio, la norma vigente a la época en que ocurrieron los
hechos, sanciona el delito con una pena de 5 años y un día a 20 años y es un
8058
principio penal el que todo delito debe juzgarse con la ley vigente al tiempo de su
ejecución, debiendo aplicarse la ley que sea más favorable o menos rigurosa.
f) circunstancias atenuantes, solicita se aplique a su defendido la
atenuante contemplada en el artículo 10 n° 6 del Código Penal, pues su
irreprochable conducta anterior está acreditada en el proceso; y la atenuante
calificada contemplada en el artículo 103 del Código Penal, norma que exige el
transcurso de 10 años para ser aplica, plazo que ha excedido con creces, debiendo
rebajarse la pena en dos grados.
D. LUIS ENRIQUE RICARDO BARRUETO BARTNING
96°.- Que, a fs. 7.487, su defensa alegó primeramente las siguientes
cuestiones de previo y especial pronunciamiento:
a) cosa juzgada: fundado en el artículo 433 nº 4 del Código de
Procedimiento Penal en relación con el artículo 73 de la Constitución Política de la
República, pues, señala que los hechos que se investigaron en autos son los
mismos que dieron origen a la causa rol 25-73 instruida por la Fiscalía Militar de Los
Ángeles en la que fueron encargados reos Ricardo Barrueto Barting, Manuel
Barrueto Barting, Sergio Fuentes Valenzuela y Juan Eduardo Valdivia Dames, por la
responsabilidad que les cupo en el desaparecimiento de los afectados y además por
ser acusados de infringir la Ley 17.798 sobre control de armas; en la cual, su
representado Ricardo Barrueto Barting fue condenado a ciento ochenta días de
presidio menor.
b) amnistía o indulto: se funda para ello en el artículo 433 nº 6 del
Código de Procedimiento Penal y en que su representado es acusado como autor
del delito contemplado en el artículo 141 del Código Penal, respecto del cual y
conforme al artículo 1º del Decreto Ley 2.191 de 19 de abril de 1978, debe aplicarse
la referida norma legal.
c) prescripción de la acción penal: fundado en lo dispuesto por el
artículo 433 nº 7 del Código de Procedimiento Penal, en el artículo 93 nº 6 del
Código Penal y en que a su representado se le acusa por el delito de secuestro
calificado contemplado en el artículo 141 del Código Penal respecto del cual la
acción penal prescribe en 10 años desde la fecha de cometido el delito y que en
autos, los hechos ocurrieron hace más de 35 años, debiendo descartase la
prescunción en base a la cual el acusado mantenga secuestradas a una o más
personas durante todo este tiempo, ya que no tiene facultades legales, de
autoridad, de poder ni de sentido lógico para tal acción.
Contestando derechamente la acusación fiscal, la defena arguye que su
representado no tiene grado alguno de participación en el delito que se le imputa,
pues, en los hechos, fue obligado, por las autoridades de la época, concretamente
el oficial de Carabineros a cargo de la Tenencia de Santa Bárbara, a identificar a
8059
personas que eran requeridas por las mismas autoridades, encontrándose en una
situación de fuerza mayor pues se le imponía proceder contra su voluntad.
En cuanto a la naturaleza jurídica del delito que se le imputa, la defensa
señala que a su representado no le caben responsbilidades pues él nunca encerró,
no privó de libertad ni menos detuvo a las víctimas de autos, hechos que ocurrieron
en dependencias de la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara, y respecto de
los cuales, sólo se limitó a identificar a personas que eran sindicadas por las
autoridades de la época como “elementos extremistas”.
Respecto de las declaraciones que lo inculparían, la defensa señala que
ellas son contradictorias, no son precisas, son confusas y no detallan ni precisan
quienes son realmente los partícipes de los hechos por los cuales el Tribunal lo
acusa. Agrega que los testigos que presatan declaración en autos en su mayoría
son inhábiles de conformidad a lo establecido por el artículo 460 nº 6, 8, y 10 del
Código de Procedimiento Penal, por lo que carecen de la imparcialidad exigida.
Finalmente, la defensa señala que la figura penal por la cual se encausa
a su representado no tenía la misma redacción que tiene en la actualidad, pues en
la época en que ocurrieron los hechos, no contemplaba el inciso 4º del artículo 141
del Código Penal, por lo que el Tribunal, en aplicación del principio indubio pro reo,
debe recalificar el delito, subsanar el evidente y grave error en el que incurre el auto
acusatorio y aplicar la norma más favorable a los procesados.
E. EXEQUIEL CELEDÓN BARRERA
97°.- Que, a fs. 5.426, la defensa de Exequiel Celedón Barrera,
contestando la acusación fiscal y las querellas en su contra, solicitó la absolución de
su representado en base a los siguientes argumentos:
Que si bien reconoce que su defendido perticipó en la detención y
desaparición de José Felidor Pinto Pinto, a ello fue arrastrado y obligado a intervenir
bajo amenaza de muerte hecha por funcionarios de Carabineros de Chile; y que, en
todo caso, su participación se limitó a conducir la camioneta, requisada a su padre,
en la que se desplazaba la comitiva. Respecto de los demás delitos que se le
imputan, la defensa señala que Celedón Barrera no participó en ellos. Respecto del
delito por el que se acusa a su representado, la defensa solicita que se cambie la
figura del delito de secuestro por el de homicidio, en base a, se entender, ha
quedado fehacientemente demostrado que que las personas detenidas fueron
fusiladas y sus cuerpos lanzados al rio Bio Bio.
En subsidio de ello, se le aplique la prescripción de la acción penal o la
amnistía.
Finalmente, para el evento de que Exequiel Celedón Barrera fuera
condenado, la defensa alega las atenuantes del artículo 11 Nº 9 del Código de
Procedimiento Penal, esto es, conducta anterior irreprochable según la acredita con
8060
su extracto de filiación y los testigos de conducta que en su oportunidad declararon
en este proceso, y la del artículo 11 Nº X del mismo cuerpo legal, en base a que su
representado habría actuado motivado por un miedo insuperable el cual se acredita
con las amenazas de que fuera objeto a fin de servir de conductor del vehículo en el
que fueron detenidas las víctimas de autos.
F. JOSÉ FELICIANO GUTIÉRREZ ORTÍZ
98°.- Que, fs. 5.434, la defensa de José Felidor Gutiérrez Ortíz opuso
exepciones de previo y especial pronunciameinto y, en subsidio de ellas, contestó la
acusación fiscal y adhesión. Respecto de las primeras, opuso:
a) excepción de amnistía, fundado en que los hechos ocurrieron con
posterioridad al 11 de septiembre de 1973 y antes del 19 de abril de 1978 y que,
respecto de su representado, no existía proceso criminal en su contra que
investigare los delitos de marras, estando, de este modo extinguida su
responsabilidad penal por estos hechos.
b) prescripción de la acción penal y de la pena, argumentando a
favor de ello que ya habrían transcurrido más de 30 años desde la comisión de los
delitos investigados y que ellos se habrían consumado como homicidios ocurridos
los días 11 y 20 de septiembre de 1973.
Respecto de la contestación de la acusación fiscal y las querellas
deducidas en su oportunidad, alega:
i) inocencia: en base a que su defendido, como empleado de la Ilustre
Municipalidad de Quilaco, en la que se desempeñaba como chofer del Alcalde, fue
obligado por funcionarios de Carabineros de Chile a conducir un camión de
propiedad de la referida Municipalidad, el que había sido requisado por los policías.
En base a ello, en una oportunidad llevó a carabineros hasta el sector de
Loncopangue donde procedieron a detener a tres personas. Agrega que le consta
que otras personas manejaron el referido camión durante la noche y que estos
procedimientos de detención contaron además con otros dos vehículos requisados
a una repartición pública y a un particular. Alega además que debió aplicársele el
artículo 109 del Código Penal.
ii) en subsidio de lo anterior, la defensa alega la aplicación del
Decreto Ley 2.191, esto es, amnistía, fundado en que los hechos ocurrieron con
posterioridad al 11 de septiembre de 1973 y antes del 19 de abril de 1978 y que,
respecto de su representado, no existía proceso criminal en su contra que
investigare los delitos de marras, estando, de este modo extinguida su
responsabilidad penal por estos hechos.
iii) en subsidio de lo anterior, la defensa alega prescripción de la
acción penal y de la pena, argumentando a favor de ello que ya habrían
transcurrido más de 30 años desde la comisión de los delitos investigados y que
8061
ellos se habrían consumado como homicidios ocurridos los días 11 y 20 de
septiembre de 1973.
iv) eximiente de responsabilidad penal del artículo 10 Nº 9 del
Código Penal, la cual estaría acreditada por la grave convulsión y extremos a que
llegó la sociedad chilena en septiembre de 1973, por lo que a su representado no le
era exigible otra conducta. En efecto, José FelicianoGutiérrez Ortíz no cabía en otra
conducta ni le era exigible una distinta pues no podía negarse a conducir un camión
minicipal para los carabineros de Quilaco pues en cada acto arriesgaba su vida.
v) se apliquen a favor de su representado las siguientes
atenuantes: la del artículo 11 Nº 1 del Código Penal, en el evento que no sea
acogida la del artículo 10 Nº 9 del mismo cerpo legal, y las del artículo 11 Nº 6 del
referido Código.
G. EUGENIO VILLA URRUTIA, CARLOS SEPÚLVEDA RIVERA
99°.- Que, fs. 5.454 y 5.457 respectivamente, la defensa de Eugenio
Villa Urrutia y Carlos Sepúlveda Rivera alegó las siguientes excepciones y
alegaciones:
a) que no se encuentra acreditado el secuestro calificado, sino que el
resultado de las diligencias investigativas se desprenden importantes presunciones
de que los hechos son constitutivos de otro tipo penal;
b) que los hechos punibles se encuentran prescritos;
c) los delitos deben ser amnistiados, toda vez que se enmarcan dentro
de lo prescrito por el Decreto Ley N° 2.191;
En subsidio, la defensa solicita que se les aplique a sus representados
las atenuantes del artículo 11 N° 6 del Código Penal, esto es, la irreprochable
conducta anterior la que estaría acreditada con el extracto de filiación y
antecedentes que rola en autos y las declaraciones de los testigos de conducta
presentados en su oportunidad y la del artículo 11 Nº 7 del mismo cuerpo legal.
I.
ELEODORO
BURGOS
SANDOVAL
Y
JUAN
BURGOS
BELAUZARÁN
100°.- Que, fs. 5.480, la defensa de Eleodoro Burgos Sandoval y de
Juan Burgos Belauzarán pide dictar sentencia absolutoria a favor de sus
representados en abse a los siguientes argumentos:
a) los hechos investigados ocurrieron durante un período de tiempo que
se encuentra cubierto por el Decreto Ley 2.191 que concedió la amnistía hasta el 11
de
septiembre
de
1978,
por
lo
que
si
bien
pueden establecerse
las
responsabilidades que correspondan, hecho ello debe aplicarse la referida amnistía.
b) Señala además que los delitos que originan la investigación de
marras han prescrito, por no haber sido investigados en su momento y, además,
porque la prescripción, en si, es una garantía del inculpado frente a la voluntad
8062
persecutoria del Estado. Agrega que respecto de ambas figuras jurídicas, no existe
ningún convenio internacional que prohiba la aplicación de la amnistía o
prescripción de determinados delitos en Chile.
Finalmente, pide en subsidio la remisión condicional de la pena a sus
representados o, en subsidio, aplicar en su favor alguno de los beneficios que
contempla la Ley 18.216.
EN CUANTO A LA CUESTION PREVIA CIVIL DE RESOLVER LA
MUERTE PRESUNTA PEDIDA EN CAUSA ROL N° 3.724 DEL JUZGADO DE
LETRAS DE SANTA BÁRBARA ALEGADA POR LA DEFENSA DE
ARAVENA
SÁEZ,
JOSÉ
JAIME
GODOY
GODOY,
HÉCTOR
PLANTÉ
ISAÍAS
ECHEVERRÍA BELTRÁN, JOSÉ HERALDO PULGAR RIQUELME Y PEDRO RUÍZ
PRADO.
101º.- Que la declaración de muerte presunta importa una resolución
judicial que recae sobre una persona que ha desaparecido y de quien se ignora si
vive o no, partiendo de ciertos antecedentes exigidos por la ley, y cuyos efectos
judiciales varían según se trate de un decreto de posesión provisoria, o bien,
definitiva. Conforme a nuestro ordenamiento positivo, termina este último decreto,
por la rescisión, según expresión empleada por el legislador, cuando se tienen
noticias exactas de la existencia del desaparecido, o bien noticias exactas de su
muerte real o, por último, si el presunto muerto reaparece.
Que de lo expuesto cabe colegir que carece de relevancia e incidencia
el hecho que exista una causa en tramitación o resuelta en que se haya declarado
judicialmente muerto presunto, en conexión al delito de secuestro calificado que se
ha investigado en estos antecedentes. No se divisa relación o efecto entre ambas
instituciones, la primera de carácter civil, y la segunda, de orden penal, salvo, el
hecho común constituido por el desaparecimiento de una persona.
Que de lo dicho se concluye que la muerte presunta de la víctima en
nada altera lo que se determine en esta causa, salvo que haya aparecido la víctima
de autos, lo que no ha ocurrido en la especie.
EN CUANTO A LA INCONGRUENCIA DE ACUSAR COMO AUTORES
DEL DELITO DE SECUESTRO CALIFICADO PREVISTO EN EN ARTÍCULO 141,
INCISOS 1º Y 4º DEL CODIGO PENAL ALEGADA POR LA DEFENSA DE
PLANTÉ ARAVENA SÁEZ, JOSÉ JAIME GODOY GODOY, HÉCTOR ISAÍAS
ECHEVERRÍA BELTRÁN, JOSÉ HERALDO PULGAR RIQUELME Y PEDRO RUÍZ
PRADO;
DE
JOSÉ
ROBERTO
Y
JORGE
VALDIVIA
DAMES,
JORGE
DOMÍNGUEZ LARENAS Y MANUEL DARÍO BARRUETO BARTING; SERGIO
FUENTES VALENZUELA; LUIS ENRIQUE BARRUETO BARTING;
102º.- Que el cuestionamiento a la acusación judicial, en el sentido que
se habría efectuado una errada calificación del delito, al consignarse que se les
8063
acusa como autores del delito de secuestro calificado previsto y sancionado por el
artículo 141 incisos 1º y 4º del Código Penal, en circunstancias que, a la fecha de
comisión de los hechos, la redacción vigente del referido Código Penal no
contemplaba un inciso 4º, el que fue incluído con posterioridad, mediante el art. 1º
de la Ley 19.241, no reviste mayor significación, por cuanto el artículo 424 del
Código de Procedimiento Penal prescribe que el juez “dictará un auto motivado en
el cual dejará testimonio de los hechos que constituyen el delito o los delitos que
resultan haberse cometido y la participación que le ha cabido en él.” pero en caso
alguno exige que se precise la disposición legal que tipifica el hecho, de
manera que los autos acusatorios de fs. 6.412 y 6.560 cumplen con los requisitos
legales. Cabe agregar, que es en la sentencia definitiva donde se realiza la correcta
tipificación de los delitos, conforme al artículo 500 del Código del ramo. Tampoco ha
existido perjuicio al derecho de defensa de los acusados, pues los hechos de la
acusación y el delito de secuestro calificado que allí se consigna, es el mismo por el
cual han resultado condenados. Entonces, la errada citada del inciso 4º del artículo
141, debiendo ser el inciso 3º, carece de relevancia, porque no se ha infringido la
ley ni se ha causado perjuicio a la defensa de los acusados.
EN CUANTO A LA RECALIFICACIÓN DEL DELITO POR EL
CONTEMPLADO EN EL ARTÍCULO 148 DEL CODIGO PENAL PEDIDA POR LA
DEFENSA DE PLANTÉ ARAVENA SÁEZ, JOSÉ JAIME GODOY GODOY,
HÉCTOR
ISAÍAS
ECHEVERRÍA
BELTRÁN,
JOSÉ
HERALDO
PULGAR
RIQUELME Y PEDRO RUÍZ PRADO.
103°.- Que corresponde rechazar la solicitud en cuanto pide recalificar
el hecho punible como constitutivo del delito descrito en el artículo 148 del Código
Penal, ya que, si bien es cierto que ese tipo penal lo cometen los funcionarios
públicos, condición que se les reconoce a los encausados que la solicitaron, para
que ese ilícito se configure se requiere que la acción en ella descrita –detención
ilegal– haya sido efectuada dentro del ámbito de su competencia y en cumplimiento
de la función pública que le es propia, condiciones que en este caso no concurre a
su respecto, habida consideración que se procedió a la detención de las víctimas
respectivas, sin que éstos estuvieran facultados para ello ni contaran con orden de
autoridad administrativa o judicial competente, como lo exigía el artículo 13 de la
Constitución Política del Estado de 1925, vigente a la época, y también los artículos
253 y 262, respectivamente, del Código de Procedimiento Penal.
EN CUANTO A LA OBEDIENCIA DEBIDA O CUMPLIMIENTO DE UN
DEBER PEDIDA POR LAS DEFENSAS DE PLANTÉ ARAVENA SÁEZ, JOSÉ
JAIME GODOY GODOY, HÉCTOR ISAÍAS ECHEVERRÍA BELTRÁN, JOSÉ
HERALDO PULGAR RIQUELME Y PEDRO RUÍZ PRADO; EXEQUIEL CELEDÓN
BARRERA;
8064
104°.- En lo que respecta a la petición de absolución formulada por la
defensa de los referidos acusados, fundada en la eximente del artículo 10 Nº 10 del
Código Penal, relativa la obediencia debida o cumplimiento de un deber, al estimar
que le es aplicable el artículo 214 del Código de Justicia Militar, también debe
desestimarse, atendido que de acuerdo a lo que se señala en la citada dispsición
legal, en relación con los artículos 334 y 335 del mismo cuerpo legal, para que
concurra esa eximente de responsabilidad penal se exige que se cumplan, en forma
copulativa, las siguientes condiciones: que se trate de la orden de un superior; que
sea relativa al servicio y que si la orden tiende notoriamente a la perpetración de un
delito, sea representada por el subalterno e insistida por el superior, condiciones
que no se cumplen en la comisión de los hechos que se imputan a los referidos
encausados.
105°.- Asimismo, tampoco cumplen con el requisito de la representación
de la orden, propio de la “obediencia reflexiva” aplicable a los militares, ya que no
hay antecedentes en el proceso de que, ante la orden ilegal de un superior de
detener a las víctimas y hacerlos desaparecer, hayan procedido a representarla e
insistida por su superior, a lo que se suma que en sus propias declaraciones
indagatorias han negado participación en el hecho punible.
106°.- Igualmente, en lo que se refiere a la eximente del artículo 10 Nº 8
del Código Penal, también debe desestimarse, toda vez que no se encuentra
acreditado en autos, que concurran los antecedentes fácticos que la hacen
procedente.
EN CUANTO A LAS EXCEPCIONES DE PREVIO Y ESPECIAL
PRONUNCIAMIENTO
DE
“AMNISTÍA”
Y
PRESCRIPCIÓN
PENAL
INTERPUESTA POR LA DEFENSA DE LOS ACUSADOS PLANTÉ ARAVENA
SÁEZ,
JOSÉ
JAIME
GODOY GODOY,
HÉCTOR ISAÍAS
ECHEVERRÍA
BELTRÁN, JOSÉ HERALDO PULGAR RIQUELME Y PEDRO RUÍZ PRADO; DE
DE JOSÉ ROBERTO Y JORGE VALDIVIA DAMES, JORGE DOMÍNGUEZ
LARENAS Y MANUEL DARÍO BARRUETO BARTING; DE SERGIO FUENTES
VALENZUELA; DE LUIS ENRIQUE RICARDO BARRUETO BARTING; DE
EXEQUIEL DEL CARMEN CELEDÓN BARRERA; DE JOSÉ FELICIANO
GUTIÉRREZ ORTÍZ; DE EUGENIO VILLA URRUTIA Y CARLOS SEPULVEDA
RIVERA; Y DE ELEODORO BURGOS SANDOVAL Y JUAN BURGOS
BELAUZARÁN.
107°.- Que los referidos acusados opusieron la excepción de previo y
especial pronunciamiento contemplada en el n° 6 del artículo 433 del Código de
Procedimiento Penal, “amnistía”, en virtud de lo dispuesto en el Decreto Ley N°
2.191, que vino a amnistiar a todas aquellas personas que hayan tenido
participación de autores en hechos delictuosos dentro del periodo comprendido
8065
entre el 11 de septiembre de 1.973 y 10 de marzo de 1.978, y que no se encuentren
sometidas actualmente a proceso o hayan sido condenadas. Indica que se cumplen
con todos los requisitos contemplados en el referido DL 2.191, pues se ha acusado
a sus representados por un delito cometido en septiembre octubre y noviembre de
1973, que se encuentra incluido dentro del periodo que cubre el DL 2.191; además,
sus representados no se encontraban encausados al 19 de abril de 1.978, fecha en
la que entró en vigencia el Decreto y que el delito imputado tampoco figura dentro
de los que establece su artículo 2°, como exceptuados de la amnistía ni se refiere a
los hechos establecidos en el artículo 4 del mismo precepto legal, para eximirlos.
108°.- Que, respecto de la excepción de amnistía, cabe rechazarla, en
consideración a que en la época de los hechos –septiembre de 1973-, nuestra
nación se encontraba en un estado de guerra interna, que impedía al Estado de
Chile, en virtud de las obligaciones internacionales asumidas por éste, a exonerar
penalmente a los responsables de las violaciones a los derechos humanos
cometidas en dicho periodo, máxime si aquellos atentados consistieron en la
comisión de delitos contemplados en nuestra legislación interna, como sucede en
este caso. La Ecxma. Corte Suprema ha señalado en múltiples fallos, que desde el
once de septiembre de mil novecientos setenta y tres, en que las Fuerzas Armadas
y de Orden se levantaron en armas y destituyeron al gobierno constitucional y
legítimamente instalado hasta entonces, asumiendo el poder, mediante el ejercicio
de las facultades constituyente, legislativa y ejecutiva, se dictó por la Junta de
Gobierno, el doce de septiembre de ese año, el Decreto Ley Nº 5, el cual, fundado
en “la situación de conmoción interna en que se encuentra el país” y en “la
necesidad de reprimir en la forma más drástica posible las acciones que se están
cometiendo contra la integridad física del personal de las Fuerzas Armadas, de
Carabineros y de la población en general”, declaró, en su artículo primero,
interpretando el artículo 418 del Código de Justicia Militar, que el estado de sitio
impuesto por conmoción interna según el Decreto Ley Nº 3 del día anterior, debía
entenderse como “estado o tiempo de guerra” para los efectos de la aplicación de la
penalidad de ese tiempo, contenida en el referido Código y demás leyes penales y
para todos los efectos de dicha legislación.
Dicha situación interna se mantuvo hasta el once de septiembre de mil
novecientos setenta y cuatro, en que se emitió el Decreto Ley N° 641, que declaró a
nuestra nación en Estado de Sitio, en grado de defensa interna, conforme al
Decreto Ley N° 640, del día anterior, debido a que las condiciones en ese momento
en el país constituían un “caso de conmoción interior provocada por fuerzas
rebeldes o sediciosas que se encuentran organizadas o por organizarse, ya sea en
forma abierta o en la clandestinidad”, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 6°,
letra b), de dicho cuerpo jurídico, lo que se tradujo en el “funcionamiento de los
8066
Tribunales Militares en tiempo de guerra a que se refiere el Título III del Libro I del
Código de Justicia Militar, con la jurisdicción militar de ese tiempo y se aplicara el
procedimiento establecido en el Título IV del Libro II de dicho Código y la penalidad
especialmente prevista para tiempo de guerra”, estado que se prolongó por seis
meses luego de la publicación del referido Decreto Ley 641, esto es, hasta el once
de marzo de mil novecientos setenta y cinco.
109°.- Que, cabe recordar, el artículo 418 del Código de Justicia Militar
entiende que hay estado de guerra “no sólo cuando ha sido declarada oficialmente
la guerra o el estado de sitio, en conformidad a las leyes respectivas, sino también
cuando de hecho existiere la guerra o se hubiere decretado la movilización para la
misma, aunque no se haya hecho su declaración oficial”. Así el referido Decreto Ley
N° 5 acata la primera de tales hipótesis: su constatación oficial, lo que reafirma el
aludido Decreto Ley N° 641, cuando declaró el Estado de Sitio en grado de defensa
interna, régimen de emergencia que sólo pudo decretarse “en caso de conmoción
interna provocada por fuerzas rebeldes o sediciosas organizadas o por organizarse,
ya sea en forma abierta o en la clandestinidad”, único supuesto que para este caso
admite el artículo 6°, letra b), del Decreto Ley N° 640.
De este modo, tales decretos revelan, precisamente, el reconocimiento
legislativo que del estado de guerra interior realizó el propio gobierno de hecho de la
época.
Por lo demás, el Decreto Ley N° 5, que interpretó el estado o tiempo de
guerra para la aplicación de la penalidad de ese tiempo y demás leyes penales,
dispuso, asimismo que tal interpretación, en general, lo era “para todos los efectos
de dicha legislación”, o sea, el Código de Justicia Militar y las leyes penales, de
manera que resulta inconcuso que dentro de los efectos de estas últimas deben
comprenderse los Convenios de Ginebra, ratificados por Chile en mil novecientos
cincuenta y uno, porque eran leyes vigentes al perpetrarse el injusto materia del
actual sumario.
110°.- Que en relación con lo anterior, resulta destacable que, si bien
por regla general, los Convenios de Ginebra de mil novecientos cuarenta y nueve,
ratificados por Chile mediante Decreto Supremo N° 752, de cinco de diciembre de
mil novecientos cincuenta, publicados en el Diario Oficial de diecisiete, dieciocho,
diecinueve y veinte de abril del año siguiente, se aplican a conflictos armados entre
dos o varias de las Altas Partes contratantes, aunque el estado de guerra no haya
sido reconocido por cualquiera de ellas (artículo 2º del IV Convenio de Ginebra),
también se emplean, excepcionalmente, en caso de "conflicto armado sin carácter
de internacional", conforme a lo previsto en el artículo 3º común para todos los
Convenios de Ginebra.
8067
Al respecto y para clarificar el ámbito de aplicación del artículo 3°
común, conviene tener presente lo expresado por Jean Pictet, destacado jurista a
quien se considera el padre de los Convenios de Ginebra, en su comentario del
Protocolo relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin
carácter internacional (Protocolo II), de ocho de junio de mil novecientos setenta y
siete, y del artículo 3° de estos Convenios (Circ-Plaza & Janés Editores Colombia
S.A., noviembre de 1998), en orden a reconocer que las partes que negociaron los
mencionados acuerdos multilaterales, después de extensas discusiones al respecto,
decidieron no incorporar a ellos ninguna definición del concepto de "conflicto
armado no internacional" ni enumerar las condiciones que debía tener el conflicto
para que el Convenio fuese aplicable. Con todo, enumeró una lista de tales
condiciones -sin carácter obligatorio y citados a título meramente indicativo-,
extraídas de las diversas enmiendas discutidas, con el propósito de poder deducir el
significado de tan importante concepto, entre las que cabe destacar: (a) que la
rebelión en contra del gobierno legítimo posea una fuerza militar organizada, una
autoridad responsable de sus actos, que actúe sobre un territorio determinado y
tenga los medios para respetar y hacer respetar el convenio; (b) que el Gobierno
esté obligado a recurrir al ejército regular para combatir a los insurrectos, que han
de estar organizados militarmente y disponer de una parte del territorio nacional; (c)
que el Gobierno legal haya reconocido a los insurrectos la condición de
beligerantes; o bien, que haya reivindicado para sí mismo la condición de
beligerante o que haya reconocido a los insurrectos la calidad de beligerantes
exclusivamente con miras a la aplicación del Convenio; o que el conflicto se haya
incluido en el orden del día del Consejo de Seguridad de la Asamblea General de
las Naciones Unidas como constitutivo de amenaza contra la paz internacional, una
ruptura de la paz o un acto de agresión, y (d) que los insurrectos tengan un régimen
que presente las características de un Estado; que las autoridades civiles de los
insurrectos ejerzan el poder de facto sobre la población de una fracción
determinada del territorio nacional; que las fuerzas armadas estén a las órdenes de
una autoridad organizada y que estén dispuestas a conformarse a las leyes y las
costumbres de la guerra y que las autoridades civiles de los insurrectos reconozcan
que están obligadas por las disposiciones del Convenio.
Además, el referido autor puntualiza que “por útiles que sean, pues, las
diversas condiciones antes enunciadas, no son indispensables, ya que ningún
Gobierno puede sentirse molesto por respetar, en la confrontación con sus
adversarios internos y sea cual fuere la denominación del conflicto que lo opone a
ellos, un mínimo de normas que respeta de hecho todos los días, en virtud de sus
propias leyes, e incluso en el trato de vulgares criminales de derecho común”.
8068
Corrobora lo anteriormente expresado, la circunstancia de que el
objetivo de los Convenios referidos es exclusivamente humanitario y sólo garantiza
el respeto mínimo de las normas que los pueblos civilizados consideran como
válidas en todas partes y situaciones, por estar por encima y fuera incluso de
confrontaciones bélicas, y cuya observancia no está subordinada a deliberaciones
preliminares sobre la índole del conflicto o de las disposiciones particulares que han
de respetarse.
Lo contrario sería pretender que en casos de disturbios internos que el
gobierno de turno calificará, con justo motivo, de simples actos de bandidaje y dado
que el artículo 3° en examen no es aplicable, aquel tiene derecho a dejar a los
heridos sin asistencia, a inflingir torturas o mutilaciones o a realizar ejecuciones
sumarias.
111°.- Que, en tales condiciones, resulta forzoso concluir que en la
época en que ocurrieron los acontecimientos que dieron origen a este proceso, el
territorio nacional se encontraba, en la realidad y jurídicamente, en estado de guerra
interna, razón que resulta suficiente para tener por establecido que en Chile existía
un “conflicto armado no internacional”, en los términos del artículo 3° común para
los Convenios de Ginebra, ya que sus disposiciones no son sino la afirmación, cada
vez más renovada, de que las víctimas de conflictos armados son antes que todo,
seres humanos y ni siquiera la guerra, puede privarlos del mínimo que exige el
respeto por el individuo. Es decir, por graves que puedan ser ciertas acciones y por
culpables los responsables de determinados ilícitos, no es posible admitir que el
poder pueda ejercerse sin límite alguno o que el Estado pueda valerse de cualquier
procedimiento para alcanzar sus objetivos, sin sujeción al derecho o a la moral. En
definitiva, ninguna actividad del Estado puede fundarse sobre el desprecio a la
dignidad humana.
112°.- Que, por lo tanto, resultan plenamente aplicables a los delitos de
secuestro indagados, los Convenios de Ginebra de mil novecientos cuarenta y
nueve, antes aludidos, que en su tantas veces citado artículo 3° común, obliga a los
Estados contratantes, en caso de conflicto armado sin carácter internacional
ocurrido en su territorio, al trato humanitario de las personas que no participen
directamente en las hostilidades, incluso los miembros de las Fuerzas Armadas que
hayan depuesto sus armas y aquellos que han quedado fuera de combate por
enfermedad, herida, detención o por cualquiera otra causa, sin distinción alguna de
carácter desfavorable, prohibiéndose para cualquier tiempo y lugar: “a) los
atentados a la vida y a la integridad corporal, especialmente el homicidio en toda
sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, torturas y suplicios; b) la toma de
rehenes; c) los atentados a la dignidad personal, especialmente los tratos
humillantes y degradantes; d) las condenas dictadas y las ejecuciones efectuadas
8069
sin previo juicio, emitido por un tribunal regularmente constituido, provisto de
garantías judiciales reconocidas como indispensables por los pueblos civilizados”.
Asimismo, cabe destacar que dicho instrumento internacional consigna,
en su artículo 146, el compromiso de sus suscriptores para tomar todas las medidas
legislativas necesarias en orden a fijar las adecuadas sanciones penales que hayan
de aplicarse a las personas que cometen, o den orden de cometer, cualquiera de
las contravenciones graves definidas en el Convenio; como también se obligan los
Estados a buscar a tales personas, debiendo hacerlos comparecer ante sus propios
tribunales y a tomar las medidas necesarias para que cesen los actos contrarios a
las disposiciones del Acuerdo. Además, precisa que en toda circunstancia, los
inculpados gozarán de las garantías de un justo procedimiento y de libre defensa,
las que no podrán ser inferiores a los previstas en los artículos 105 y siguientes del
Convenio de Ginebra, de doce de agosto de mil novecientos cuarenta y nueve,
relativo al trato de los prisioneros de guerra. E igualmente, en el artículo 147
describe lo que se entiende por infracciones graves, a saber, entre ellos, el
homicidio intencional, torturas o tratos inhumanos, atentar gravemente a la
integridad física o a la salud, las deportaciones, traslados ilegales y la detención
ilegítima.
113°.- Que, en conclusión, el Estado de Chile se impuso, al suscribir y
ratificar los citados Convenios, la obligación de garantizar la seguridad de las
personas que pudieren tener participación en conflictos armados dentro de su
territorio, especialmente si fueren detenidas, quedando vedadas las medidas
tendientes a amparar los agravios cometidos contra personas determinadas o lograr
la impunidad de sus autores, renunciando a la facultad para exonerarse a sí mismos
o a otro Estado de responsabilidades incurridas por ellos, teniendo especialmente
presente que los acuerdos internacionales deben cumplirse de buena fe.
114°.- Que, la mentada prohibición de autoexoneración dice relación,
de manera primordial, con las sanciones penales contempladas para ellos, pues es
claro que, respecto de hechos de esta clase, cobra una importancia fundamental la
función de prevención general de las reacciones punitivas, la cual exige que las
amenazas contenidas en las normas correspondientes se hagan efectivas en
cualquier momento en que la persecución de los responsables se haga posible, sin
que obste a ello el hecho de que la función de prevención especial parezca ya
satisfecha, porque el transcurso del tiempo haya convertido a los infractores en
ciudadanos inofensivos y ciertamente los Convenios de Ginebra así lo tuvieron
presente cuando establecieron la prohibición examinada.
115°.- Que, desde luego, en virtud del ejercicio de su soberanía, nuestra
Nación puede amnistiar las contravenciones penales que se realicen y que estén
sometidas a su potestad. Empero, si el Estado ha limitado su propio poder respecto
8070
de ciertos injustos en un compromiso internacional, como en el evento en examen,
no puede soberanamente sobrepasar dicho límite autoimpuesto y contrariar, de ese
modo, el orden nacional y universal, ni menos burlar los tantas veces mencionados
Convenios, suscritos y ratificados por Chile, incumpliendo las obligaciones
asumidas, sin previa denuncia de aquellos, dado que no es justificable que,
vinculado mediante ellos, se trate luego de eludir su acatamiento invocando la
legislación nacional ordinaria.
116°.- Que, en esta perspectiva, la llamada “ley de amnistía” puede ser
claramente entendida como un acto de autoexoneración de responsabilidad criminal
por graves violaciones a los derechos humanos, pues se dictó con posterioridad a
ellos por quienes detentaban el poder durante y después de los hechos,
garantizando de esta manera, la impunidad de sus responsables, conculcando así
el artículo 148 del IV Convenio de Ginebra, por lo que es inaplicable respecto a las
contravenciones graves contra los derechos esenciales determinados en ellos y
cometidas en nuestro país durante su vigencia.
117°.- Que, por otro lado, atendida la naturaleza de los hechos
pesquisados y con arreglo a los antecedentes reunidos durante la indagación,
resulta procedente concluir que se está en presencia de lo que la conciencia jurídica
ha dado en denominar delitos contra la humanidad.
En efecto, en la actualidad no cabe duda alguna que los ilícitos materia
del presente juzgamiento, se efectuaron en un contexto de violaciones a los
derechos humanos graves, masivas y sistemáticas, verificadas por agentes del
Estado, constituyendo las víctimas un instrumento dentro de una política a escala
general de exclusión, hostigamiento, persecución o exterminio de un grupo de
numerosos
compatriotas
integrado
por
políticos,
trabajadores,
estudiantes,
profesionales, adolescentes, menores y todo aquel que, en la fecha inmediata y
posterior al once de septiembre de mil novecientos setenta y tres, se les sindicó la
calidad de pertenecer ideológicamente al régimen político depuesto o que por
cualquier circunstancia fuera considerado sospechoso de oponerse o entorpecer la
realización de la construcción social y política ideada por los sublevados,
garantizándoles la impunidad a los ejecutores de dicho programa mediante la no
interferencia en sus métodos, tanto con el ocultamiento de la realidad ante la
solicitud de los tribunales ordinarios de justicia de informes atingentes, como por la
utilización del poder estatal para persuadir a la opinión pública local y extranjera de
que las denuncias formuladas al efecto eran falsas y respondían a una campaña
orquestada tendiente a desprestigiar al gobierno autoritario.
118°.- Que se denominan crímenes de lesa humanidad aquellos injustos
que no sólo contravienen los bienes jurídicos comúnmente asegurados por las leyes
penales, sino que al mismo tiempo suponen una negación de la personalidad moral
8071
del hombre, que se manifiesta, como caso extremo, cuando se mira al individuo
como una cosa. De suerte tal que, para la configuración de este ilícito, existe una
íntima conexión entre los delitos de orden común y un valor agregado que se
desprende de la inobservancia y menosprecio a la dignidad de la persona, porque la
característica principal de esta especial categoría de delitos es la forma cruel con
que diversos hechos criminales son perpetrados, los que se contrarían de forma
evidente y manifiesta con el más básico concepto de humanidad, destacándose
también la presencia del ensañamiento con una especial clase de individuos,
conjugando así un eminente elemento intencional, en tanto tendencia interior
específica de la voluntad del agente.
En definitiva, constituyen un ultraje a la dignidad humana y representan
una violación grave y manifiesta de los derechos y libertades proclamadas en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, reafirmadas y desarrolladas en
otros instrumentos internacionales pertinentes.
119°.- Que entre las características que distinguen este tipo de
transgresiones se destacan la imprescriptibilidad, la imposibilidad de amnistiarlos y
de consagrar excluyentes de responsabilidad que pretendan impedir la investigación
y sanción de los responsables de graves violaciones a los derechos esenciales tales
como la tortura, las ejecuciones sumarias, extra legales o arbitrarias y las
desapariciones forzadas, todas ellas prohibidas por el derecho internacional de los
derecho humanos.
120°.- Que, de este modo, teniendo en cuenta la naturaleza de los
hechos que se investigan en la presente causa y la forma como son presentados en
la sentencia que se analiza; así como el contexto en el que indudablemente deben
circunscribirse, no cabe duda alguna que deben ser subsumidos a la luz del
Derecho Internacional Humanitario dentro de la categoría de crímenes contra la
humanidad. Ello sin perjuicio de otras calificaciones que pueden adoptarse de
manera concurrente (crímenes de guerra) y que ratifican su carácter de crímenes de
Derecho Internacional.
121°.- Que, asimismo, los principios internacionales antes referidos,
como los convenios, pactos y tratados en que se reconocen los derechos humanos
y las garantías a nivel de tribunales nacionales, gozan de supremacía
constitucional, cuyo significado consiste -de acuerdo a una interpretación progresiva
y finalista de la Constitución- que prevalecen sobre la legislación interna, puesto que
se entiende que la prefieren, perfeccionan y complementan. Esta normativa, a su
vez, resulta invocable por todos los individuos, atendido el compromiso moral y
jurídico asumido por el Estado ante la comunidad internacional, de respetarlos,
promoverlos y garantizarlos.
8072
122°.- Que la obligación estatal que dimana de la Constitución, de los
Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos y de los Principios Generales de
Derecho Internacional Humanitario, existía bajo nuestra Carta Fundamental de mil
novecientos veinticinco, pues Chile al igual que hoy era un Estado Constitucional de
Derecho, y le era exigible la congruencia de aquélla con los aludidos acuerdos
multilaterales y axiomas. Por lo que el legislador de entonces no tenía atribución
alguna para modificar por ley un acuerdo internacional y si bien podía dictarla,
prescribiendo disposiciones contrarias a éste o que hiciesen imposible su
cumplimiento, ese acto del órgano legislativo nacional comporta una contravención
al ordenamiento internacional. Y no puede ser de otra manera, en especial respecto
de los tratados en materia de derechos humanos, ya que “éstos tienen una
naturaleza distinta de la ley, en la medida en que no son actos jurídicos unilaterales,
sino actos jurídicos bi o multilaterales en que intervienen las voluntades de diversos
Estados. Además, estos tratados se constituyen no en beneficio de los Estados
parte sino en resguardo de la dignidad y los derechos inherentes al ser humano por
el solo hecho de ser persona. Los Estados parte por tal reconocimiento constituyen
una autolimitación a su soberanía, No pueden, por tanto, desvincularse
unilateralmente de los tratados en materia de derechos humanos, sino de acuerdo
al procedimiento establecido en ellos mismos” (Humberto Nogueira Alcalá:
“Constitución y Derecho Internacional de los Derechos Humanos”, en Revista
Chilena de Derecho, Facultad de Derecho, Pontificia Universidad Católica de Chile,
Volumen 20, N°s. 2 y 3, tomo II, mayo - diciembre de mil novecientos noventa y tres,
página 887). De esta forma, un acuerdo internacional no puede dejar de aplicarse
sino de conformidad con las normas de derecho internacional (Gaceta Jurídica, N°s
177 y 185, páginas 165 y 120, respectivamente).
123°.- Que la consideración de ciertos hechos como crímenes de lesa
humanidad genera en cada Estado miembro de la comunidad internacional, la
obligación de juzgar y castigar a sus autores, en tanto delitos lesionadores de
valores que la humanidad no duda en calificar como esenciales y constitutivos de la
persona. Como corolario de los razonamientos precedentes, no cabe sino concluir
que, en este caso, por su contradicción con instrumentos internacionales que
impedían la dictación de una norma de esa naturaleza, las disposiciones que
pretendan impedir la investigación y sanción de los responsables de las violaciones
graves de los derechos humanos, prohibidas por contravenir aquellos de carácter
inderogable reconocidos por el derecho internacional humanitario, como es el caso
del Decreto Ley N° 2.191, sobre amnistía, de mil novecientos setenta y ocho,
carecen de efectos jurídicos.
124°.- Que, de igual manera, el inciso segundo del artículo 5° de la
actual Constitución Política de la República, preceptúa que el ejercicio de la
8073
soberanía se encuentra limitado por “los derechos esenciales que emanan de la
naturaleza humana”, siendo “deber de los órganos del Estado respetar y promover
tales derechos garantizados por esta Constitución así como por los tratados
internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes”. Así, los derechos
esenciales del hombre son valores superiores a toda norma que puedan disponer
las autoridades del Estado, incluido el propio Poder Constituyente derivado, lo que
impide que su desconocimiento (Fallos del Mes N° 446, sección criminal, página
2.066), aún en virtud de consideraciones de oportunidad en la política social o de
razones perentorias de Estado para traspasar esos límites. Cabe resaltar que el
mencionado inciso segundo del artículo 5, le otorga rango constitucional a los
tratados que garantizan el respeto de los derechos humanos, concediéndoles una
jerarquía mayor que a los demás convenios internacionales, en cuanto garantizan y
regulan los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana.
En definitiva, los Derechos Humanos asegurados en un tratado se
incorporan al ordenamiento jurídico interno, formando parte de la Constitución
material y adquiriendo, por tanto, plena vigencia, validez y eficacia jurídica, sin que
ningún órgano del Estado pueda desconocerlos, los que, al contrario, deben
respetarlos y promoverlos, como asimismo, protegerlos a través del conjunto de
garantías constitucionales destinadas a asegurar el pleno respeto de los derechos.
Esta obligación no sólo deriva del mentado artículo 5°, sino también del 1°, incisos
primero y cuarto, y 19 N° 26, del texto constitucional y de los mismos tratados
internacionales, entre éstos del artículo 1° común a los Cuatro Convenios de
Ginebra, que establece el deber de los Estados Partes de respetar y hacer respetar
el derecho internacional humanitario.
Al respecto, es dable dejar sentado que este carácter amplio de
protección se desprende de la historia fidedigna del establecimiento del precepto
aludido, puesto que el comisionado Jaime Guzmán Errázuriz al recalcar que los
derechos que arrancan de la naturaleza humana eran “el único límite a la soberanía
desde un ángulo objetivo, habida consideración que él debe proyectarse
conceptualmente con la noción de bien común”, de tal suerte que aún cuando esos
derechos no estén en el texto constitucional “no por eso una disposición jurídica
cualquiera que atentara indebidamente en contra de ellos, dejaría de ser ilegítima”
(Actas de la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, sesión 49 de
veintisiete de junio de mil novecientos setenta y cuatro).
125°.- Que, también, opusieron la excepción de prescripción de la
acción penal, contemplada en el artículo 433 n° 7 del Código de Procedimiento
Penal, ya que al haberse acusado a sus representados por hechos ocurridos en
septiembre de 1.973, han transcurrido más de 30 años desde la comisión de los
mismos y de la fecha en que se dictaron los autos de procesamiento.
8074
126.- Que, a fs. 5.447, la parte coadyuvante contestó los traslados
otorgados, solicitando el rechazo de las excepciones alegadas, por cuanto
sostienen que no tienen aplicación, al no estar fijados los presupuestos mínimos
para ello, al no haberse determinado la fecha en que concluyó el injusto, es decir,
cuando en la práctica, el delito de secuestro calificado no ha finalizado en su
perpetración. Además, tratándose el delito investigado, secuestro, de carácter
permanente, es decir, se sigue cometiendo en contra de la víctima, no es posible
aplicar la prescripción.
127°.- Que los acontecimientos pesquisados en esta causa, configuran
crímenes contra la humanidad y de ellos deviene como lógico corolario la
inexorabilidad de su juzgamiento y su consiguiente imprescriptibilidad, desde que
los injustos contra la humanidad son delitos contra el derecho de gentes que la
comunidad mundial se ha comprometido a erradicar.
128°.- Que, en armonía con ello y teniendo presente la evolución del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, los hechos sobre los que versa
este litigio son imprescriptibles, desde que es obligatoria para el derecho chileno la
normativa del referido derecho internacional para el cual es inadmisible la
prescripción que pretenda imposibilitar la investigación y sanción de los
responsables de graves violaciones a los Derechos Humanos.
129°.- Que, con todo, cabe advertir que la Excma. Corte Suprema
también ha señalado que el tipo penal de secuestro en que se encuadra la
actividad criminal de los hechores, corresponde a lo que se denomina uno de los
delitos de consumación permanente, noción que si bien es de origen doctrinario
pues no se consigna expresamente en algún precepto de nuestra legislación
positiva, la verdad es que la elaboración de la clasificación de los hechos punibles,
sólo en algunas hipótesis de excepción, como los artículos 1°, 2°, 3°, 7° y 369 del
Código Penal, 11, 18, 77, N° 1°, y 263 del de Procedimiento Criminal y 165 de su
homónimo Orgánico de Tribunales, reconocen una mención específica en la ley,
pero la gran mayoría se asienta más bien en las distintas pautas que se infieren del
propio estatuto punitivo, tales como el bien jurídico protegido o la estructura dada a
los correspondientes tipos de la sección especial. Es así como la distinción entre
delitos instantáneos y permanentes se afinca en el hecho que el bien jurídico
protegido por estos últimos admite una lesión prolongada en el tiempo y que la
acción descrita por el tipo tiende precisamente a generar ese quebrantamiento
progresivo.
Si el injusto queda consumado en un solo instante, vale decir, si el
proceso ejecutivo que culmina al completarse todas las exigencias del tipo delictivo
se cierra en un momento determinado y único, nos encontramos en presencia de un
delito instantáneo. Nótese que no se atiende a la duración de los preparativos o de
8075
los actos conducentes a la plena realización del hecho, sino solamente al instante
en que éste queda completo. Y entonces, un homicidio que se perpetra
suministrando gradualmente sucesivas dosis de veneno a la víctima, es un delito
instantáneo, porque a pesar que haya demorado la ejecución, quedó consumado en
el instante en que aquella falleció. También el hurto es un delito instantáneo, no
obstante que los actos para realizarlo hayan sido varios y demorosos, porque hay
una oportunidad en que el autor se apropia de la cosa y él marca la época de la
consumación. Para decidir si la consumación de un delito queda perfeccionada en
una sola ocasión, hay que atender a la descripción típica que la ley nos proporciona
de él, principalmente según el verbo indicador de la acción que esa figura contiene,
pues si esa conducta es enterada en un instante determinado ha de tenerse el delito
por instantáneo.
Los delitos de consumación permanente son, en cambio, aquellos en
que el momento consumativo o mejor dicho, el resultado perdura en el tiempo. En
ellos se produce también un instante en que la conducta típica está completa, pero
entonces se origina un estado o situación susceptibles de ser prolongados en el
tiempo, que constituyen subsistencia de esa acción. Tal es el caso del secuestro: el
delincuente encierra a su víctima y su conducta típica queda completa con ello
(consumación), pero el encierro o detención (el resultado) empieza a perdurar y
puede prolongarse más o menos según la voluntad del hechor. Esta mantención o
subsistencia de la conducta típica plena, puede darse solamente en ciertos tipos
que emplean un verbo denotativo de una acción susceptible de duración. Así ocurre
en nuestro Código Penal con los artículos 135, 141, 142, 148, 224, N° 5°, 225, N°
5°, 292, 357 y 457, entre otros. Obsérvese como varios de ellos colocan la
expresión "continuare” antes de la forma verbal indicativa de la acción típica, la que
se usa en gerundio (Eduardo Novoa Monreal: “Curso de Derecho Penal Chileno”,
tomo I, Editorial Jurídica de Chile, tercera edición, año dos mil cinco, página 249).
Esta misma división es recogida por Labatut y Cousiño, quienes se
muestran contestes en cuanto a qué es lo que debe entenderse por delito
permanente y cual es la importancia de su distinción (Gustavo Labatut G.: “Derecho
Penal, Parte General”, Editorial Jurídica de Chile, año mil novecientos noventa y
cinco, página 165; y Luis Cousiño Mac-Iver: “Derecho Penal Chileno”, tomo I,
Editorial Jurídica de Chile, año mil novecientos setenta y cinco, páginas 316 a 319).
130°.-
Que la consumación permanente se ve influida por el bien
jurídico resguardado por el ilícito y por las modalidades de comisión. Por lo que
concierne a aquél, se trata, principalmente en este caso, de la libertad de tránsito,
locomoción o ambulatoria, valorado como una condición imprescindible para que la
persona pueda realizarse en las distintas esferas vitales individuales o en
comunidad, alcanzando sus necesidades en la relación social, la capacidad del
8076
hombre de fijar por sí mismo su ubicación en el espacio físico o, simplemente, a la
libertad de abandonar el lugar en donde se encuentra el sujeto. En cuanto a las
modalidades de comisión (“encerrar” o “detener”) auguran que el injusto de
secuestro se consuma con la mantención de un estado de detención o encierro, lo
cual torna extremadamente difícil sostener que el encierro o la detención (resultado
de las acciones u omisiones) se consuman en un instante efímero de tiempo, como
el homicidio. Antes bien, se exige jurisprudencial y doctrinariamente un cierto tiempo
de privación de libertad ambulatoria para que pueda entenderse consumado el
ilícito.
Conceptualizado el delito de consumación permanente en la forma
descrita, queda en evidencia que constituye un supuesto de unidad de hecho
punible con pluralidad de conductas, pues en el evento de estos ilícitos el hecho
típico comprende y se configura sobre la base de una acción y de una omisión. Así,
por ejemplo, tratándose del delito de secuestro “uno entre los varios de
consumación permanente que contempla nuestra legislación penal- el sujeto activo
que incurre en el injusto comienza por desplegar una conducta, que el artículo 141
del Código Penal define como encerrar o detener, creando así una situación
indeseada para el ordenamiento jurídico, ya que afecta, lesionándolo, el bien
jurídico libertad personal ambulatoria del sujeto pasivo del delito” objeto material del
mismo- y esta coyuntura se prolonga, permanece, perdura en el tiempo por voluntad
del sujeto activo, debido a que éste, en el caso concreto, pudiendo hacerla cesar,
no lo hace, de modo que al ocurrir esto último incurre en omisión, permaneciendo
en la realización del delito.
131°.- Que, entre las particularidades prácticas importantes que
presentan los delitos de consumación permanente, resalta aquella en que la
prescripción de la acción penal no empieza a correr sino una vez que ha concluido
la prolongación del resultado. Así lo enseña unánimemente la doctrina, como la del
precitado profesor Novoa, quien expresa que “En suma, la característica diferencial
entre los delitos instantáneos y permanentes está en que los primeros quedan
terminados cuando alcanzan la plenitud de los requisitos propios de la
consumación, al paso que los segundos inician en ese momento una duración en el
tiempo más o menos prolongada, en la cual la violación jurídica subsiste por la
voluntad del sujeto activo”. La gran importancia de esta clasificación queda
demostrada por diversas particularidades que presentan los delitos permanentes,
entre las que destaca la prescripción de la acción penal correspondiente a ellos no
empieza a correr sino una vez que ha cesado la duración de su estado consumativo
(Ob. Cit. página 250; Gustavo Labatut, Ob. Cit. página 298; Cousiño Mac-Iver, Ob.
Cit. Página 317). En el mismo sentido, Enrique Cury U.:”Derecho Penal, Parte
General”, tomo II, Editorial Jurídica de Chile, año mil novecientos noventa y dos,
8077
página 433; Alfredo Etcheberry: “Derecho Penal, Parte General”, tomo II, Editorial
Jurídica de Chile, 3ª Edición actualizada, año 1998, página 257; Hugo Ortiz de
Filippi: “De la Extinción de la responsabilidad penal”, Ediar Conosur Ltda., año mil
novecientos noventa, página 92; Gonzalo Yuseff Sotomayor: “La Prescripción
Penal”, Editorial Jurídica de Chile, tercera edición actualizada, año dos mil cinco,
página 90; y Manuel de Rivacoba: “El delito de usurpación y el problema de su
prescripción”, en Gaceta Jurídica N° 48, junio de mil novecientos ochenta y cuatro,
página 3).
Igualmente, la jurisprudencia ha reconocido esta categoría de ilícitos de
consumación permanente como “aquellos en que la acción consumativa crea un
estado delictuoso que se prolonga en el tiempo mientras subsiste la lesión del bien
afectado, como ocurre en los delitos comunes de rapto, detención ilegal y abandono
de familia , que se caracterizan por una voluntad criminal duradera y en que la
prescripción de la acción penal comienza a correr desde la cesación del estado
delictuoso” (Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo LVII, 1960, segunda parte,
sección cuarta, páginas 166 y 167, considerando 6° y tomo LXVI, 1969, segunda
parte, sección cuarta, páginas 234, reflexión 2°).
132°.- Que, en el caso de autos, el tribunal no ha podido determinar, a
pesar de las pesquisas enderezadas en ese sentido, si tal afectación del bien
jurídico cesó, es decir, si la víctima murió o bien recuperó su libertad en alguna
ocasión posterior, sea por obra de los secuestradores o por otras causas
independientes de su voluntad. De allí que no puede hacer otra cosa que entender
que subsiste el estado antijurídico creado con la detención del ofendido, sin que le
fuera viable fijar un instante en el cual tal fase se detiene. En otras palabras,
sencillamente la indagación ha podido demostrar la iniciación del secuestro, pero no
ha sido posible comprobar su finalización. El Tribunal, como se dijo, investigó,
aunque sin éxito, lo relativo al término de la privación de libertad que estima
probada, lo que se tradujo en averiguar sobre la eventual obtención de libertad o la
muerte de la víctima, sin que ambos extremos quedaran esclarecidos.
Lo razonado anteriormente, lleva a rechazar la exepción de prescripción
de la acción penal.
EN CUANTO A LA MEDIA PRESCRIPCIÓN
133°.- Que beneficia a cada uno de los acusados la prescripción gradual
o media prescripción de la acción penal contemplada en el artículo 103 del Código
Penal. En efecto, a pesar de no conseguir la extinción de la responsabilidad
criminal, el tiempo transcurrido alcanza a configurar la atenuante denominada
“media prescripción” o prescripción gradual, parcial o incompleta; lo que se extiende
de oficio a los hechores. En atención a los términos perentorios de la disposición,
este tribunal se encuentra conminado a reconocerla.
8078
134°.- Que, en efecto, como lo ha sostenido esta Corte Suprema en
otros pronunciamientos, la imposibilidad de aplicar la institución de la prescripción
de la acción penal, que es causal de extinción de la responsabilidad criminal, no
alcanza a la denominada media prescripción, o prescripción gradual, parcial o
incompleta, como también se le denomina, que es motivo de atenuación de la pena,
de acuerdo al artículo 103 del estatuto punitivo. La señalada institución penal
constituye una atenuante calificada de responsabilidad criminal, con efectos que
inciden en la determinación del quantum de la sanción, la que subsiste y es, por
tanto, independiente de la prescripción, cuyos fundamentos -en cuanto al transcurso
del tiempo- y consecuencias jurídicas son diversos, a pesar que ambas instituciones
estén reguladas en un mismo título del Código Penal.
La prescripción extingue la responsabilidad penal ya nacida e impide la
aplicación de toda sanción punitiva, siendo sus motivos histórico-políticos, jurídicos,
humanitarios y otros muy conocidos. Los efectos que sobre el ius puniendi estatal
provoca la denominada media prescripción son distintos, desde que al tratarse de
una circunstancia atenuante, ésta sólo permite introducir una rebaja a la pena
correspondiente, aunque su fundamento es también el transcurso del tiempo, en lo
que se asemeja a la causal extintiva.
Sin embargo, no puede asimilárseles jurídicamente, ya que esta última
descansa en el principio de la seguridad jurídica. (Politoff, Matus y Ramírez, en
Lecciones de Derecho Penal Chileno, Parte General, página 578). Ella se justifica
porque existe la necesidad social de que alguna vez lleguen a estabilizarse
situaciones, aún de hecho, como son las de elusión prolongada de la
responsabilidad penal que a alguno quepa, para que no se haga indefinida la
aplicación de los preceptos penales y no subsista un estado permanente de
incertidumbre respecto del que cometió un hecho punible, en cuanto a si hay
responsabilidad criminal de su parte. Esto explica que todas las legislaciones
contengan preceptos que declaran extinguida la responsabilidad penal después de
corridos ciertos plazos. (Novoa Monreal, Curso de Derecho Penal Chileno, Parte
General, T.II, 3ª edición, página 402).
Por su parte, y como ya se dijo, la media prescripción difiere de la total
puesto que, entre otras circunstancias, a ella no le son aplicables los principios y
fundamentos que determinan la imprescriptibilidad de la acción penal persecutoria
de los delitos de lesa humanidad, con lo que se evita su total impunidad, la que en
el supuesto del precepto citado queda excluida. Ella se trata de una circunstancia
dirigida, únicamente, a menguar la responsabilidad penal emanada del delito, lo que
corresponde al mismo efecto jurídico que producen las circunstancias atenuantes
genéricas establecidas en el artículo 11 del Código Penal.
8079
La doctrina señala que la institución de la media prescripción no es una
entidad de jure que contemplen todos los regímenes jurídicos de corte liberal, pero
que sí,
como también ocurre con otros, considera expresa y particularmente
nuestro código punitivo, de donde se desprende su peculiaridad, se afincan sus
efectos y se determinan sus deslindes o demarcaciones en cuanto a su ejercicio.
135°.- Que, recurriendo al elemento lógico de hermenéutica, y en él al
método histórico, tampoco escapa a este sentenciador que la institución de la
“media prescripción” se encuentra consagrada en nuestro Código Penal desde la
época de su dictación en 1874, encontrándose el juzgador en condiciones de
aplicarla conforme, a lo menos, en base a dos parámetros: el tiempo transcurrido y
el mérito de autos. La Excma. Corte Suprema, a través de pronunciamientos
reiterados -generalmente en votación dividida- la ha reconocido en beneficio de
algunos sentenciados, entendiendo que el carácter imprescriptible asignado a los
crímenes de lesa humanidad no suprime, a priori y de pleno derecho, la
aplicabilidad de la atenuante referida, teniendo los jueces discrecionalidad para
determinar, en un caso concreto, si ejercen o no la facultad legal y, en caso positivo,
la disminución precisa de la pena que concederán. (v.gr., en los autos Nºs. 6188-06;
1.489-07; 1.528-06; 3.587-05; 559-04; 874-08; 2.422-08)
136°.- Que, a su turno, ocupándose de este tema, el profesor Jaime
Náquira Riveros, en un Informe en Derecho citado en diversas sentencias de la
Excelentísima Corte Suprema, afirma que las fuentes internacionales del delito
imprescriptible no vedan la posibilidad (más bien la promueven) de aplicar el resto
de las instituciones de derecho que beneficien al protagonista del delito o sujeto
condenado, siendo una cuestión obligada dar aplicación al artículo 103 en estos
casos, por tratarse de una rebaja legal de la pena, independiente del carácter del
ilícito cometido.
A los anteriores razonamientos es menester añadir que por el carácter
de norma de orden público que inviste el artículo 103 del estatuto criminal, es
imperativa para los jueces su aplicación a los casos en que concurren los supuestos
legalmente establecidos, aun cuando no sea formalmente alegada.
137°.- Que, aceptada la procedencia de la circunstancia minorante de
responsabilidad criminal mencionada, procede ahora analizar si en el caso en
comento concurren los requisitos necesarios para su aceptación.
En lo pertinente, cabe recordar lo que dispone el Código Penal en su
artículo 103: “Si el responsable se presentare o fuere habido antes de completar el
tiempo de la prescripción de la acción penal o de la pena, pero habiendo ya
transcurrido la mitad del que se exige, en sus respectivos casos, para tales
prescripciones, deberá el tribunal considerar el hecho como revestido de dos o más
circunstancias atenuantes muy calificadas y de ninguna agravante y aplicar las
8080
reglas de los artículos 65, 66, 67 y 68, sea en la imposición de la pena, sea para
disminuir la ya impuesta.”
Ahora bien, en el caso en estudio, el delito que fue materia de la
investigación en estos autos, corresponde a la figura descrita en el artículo 141 del
Código Penal, vigente a la época de ocurrencia de los hechos, que establece el
ilícito de secuestro calificado cuya penalidad asignada era la de presidio mayor en
cualquiera de sus grados.
138°.- Que, acorde a lo preceptuado en los artículos 94 y 95 del Código
Penal, en el caso de los crímenes a los que la ley no imponga presidio, reclusión o
relegación perpetuos, como es el presente caso, la acción penal prescribe en el
plazo de diez años, contados desde el día en que se hubiere cometido el delito. En
consecuencia, para los efectos previstos en el señalado artículo 103 del texto legal
antes referido, se requiere que dicho plazo haya transcurrido, a lo menos, en la
mitad del exigido para la prescripción y que, en el caso de autos, corresponde a
cinco años.
139°.- Que, los secuestros fueron cometidos en los meses de
septiembre, octubre y noviembre de 1973, la detención o encierro de los ofendidos
se prolongó por más de noventa días, lo que sucedió, a mas tardar en el mes de
febrero de 1974 y desde esa data hasta el 14 de diciembre de 2.000, con la querella
que rola a fs. 260, momento en el cual se instruyó el sumario correspondiente, de
manera que se cumple con el tiempo exigido por el artículo 103 del Código Penal
respecto a cada uno de los enjuiciados de autos. Al haber transcurrido más de 25
años desde la perpetración del delito y el pronunciamiento de la primera resolución
judicial.
140°.- Que, como consecuencia del estudio de los autos, fluye que
contado el lapso de la prescripción de la acción penal desde la fecha de comisión
de los hechos punibles, a más tardar en febrero del año 1974, hasta aquella en que
se interrumpió, el 14 de diciembre de 2000, se encuentra cumplido el período
necesario para considerar la atenuante de que se trata, a saber, la mitad del tiempo
exigido para la prescripción como causal extintiva de la responsabilidad del delito de
secuestro calificado. Complementariamente, el transcurso de tiempo ha expirado
con exceso frente a todos los plazos fijados al efecto por el artículo 94 del Código
Penal.
141°.- Que, para la regulación definitiva de las sanciones penales, han
de tenerse en cuenta las siguientes circunstancias:
a) La sanción asignada al delito de secuestro calificado, previsto y
castigado en el artículo 141, incisos primero y tercero, del Código Penal, a la época
de ocurrencia de los hechos, era la de presidio mayor en cualesquiera de sus
grados y el nivel de participación establecida en los hechos para los acusados es el
8081
de autores del artículo 15 N° 1 del mismo ordenamiento, por lo cual cabe determinar
la penalidad señalada por la ley para el autor del delito consumado de secuestro
calificado.
b) A cada uno de los encausados, Planté Euclide Aravena Saéz, José
Jaime Godoy Godoy, Héctor Isaias Echeverria Beltran, José Hernaldo Pulgar
Riquelme, Sergio Amador Fuentes Valenzuela, Jorge Eduardo Valdivia Dames,
José Roberto Valdivia Dames, Jorge Denis Domínguez Larenas, Manuel Dario
Barrueto Barting, Eugenio Villa Urrutia, José Eleodoro Burgos Sandoval, Juan
Carlos Burgos Belauzarán, Carlos Santiago Sepúlveda Rivera, José Feliciano
Gutiérrez Ortíz y Exequiel del Carmen Celedón Barrera les favorece la atenuante de
su irreprochable conducta pretérita contenida en el artículo 11 Nº 6 del Código
punitivo, como se encuentra acreditado con sus extractos de filiación y
antecedentes de fojas 1.394 (Pulgar Riquelme), 1.396 (Jorge Eduardo Valdivia
Dames); 1.398 (Jorge Eduardo Valdivia Dames), 1.400 (Godoy Godoy), 1.402
(Fuentes Valenzuela); 1.404 (Echeverría Beltrán); 1.406 (Domínguez Larenas),
1.408 (Aravena Saéz), 1.942 (Manuel Barrueto Barting), 4.157 (Villa Urrutia) 3.475
(Burgos Sandoval) 3.457 (Burgos belauzarán) 3.466 (Sepúlveda Rivera) 3.460
(Gutiérrez Ortíz) y 3.454 (Celedón Barrera), quienes no registran anotaciones
distintas a las ordenadas en esta causa.
c) En cuanto a los acusados Luis Enrique Ricardo Antonio Barrueto
Barting y Exequiel del Carmen Celedón Barrera, también se les reconocerá la
señalada atenuante, pues las anotaciones que registran en su extracto de filiación y
antecedentes de fs. 1.392 y 3.454 corresponden a hechos posteriores a los
investigados en esta causa.
d) En cuanto a las minorantes del artículo 11, Nº 1, 5 y 7 del Código
Penal, será rechazadas, por cuanto no se dan los supuestos alegados por las
defensas, máxime si ninguno señala en virtud de qué antecedentes las estimaban
configuradas.
e) Que, en cambio será acogida la correspondiente al numeral 9 de la
citada disposición legal respecto de Gutierrez Ortíz, toda vez que de sus propios
dichos se comprueba que colaboró sustancialmente al esclarecimiento de los
hechos, al declarar detallamente su participación en los ilícitos a fs. 3.953, y
además, aquella calificada de la prescripción gradual, por lo que en definitiva
procede considerar los hechos como revestidos de dos o más morigerantes muy
calificadas que favorecen a todos los sentenciados, y desprovistos de agravantes.
142°.- Que, como se ha indicado, la pena asignada al delito esta
compuesta de tres grados divisibles y al favorecerle una atenuante simple y dos
atenuantes muy calificadas y sin agravantes, el sentenciador puede imponer la
pena inferior en uno, dos o tres grados al mínimo de lo señalado por la ley,
8082
conforme a lo dispuesto en los artículos 68 inciso 3° y 68 bis del Código Penal,
según sea el número y entidad de dichas circusntancias. En consecuencia, el
sentenciador les rebajará a todos dos grados, quedando en presidio menor en su
grado medio (a excepción de Gutierrez Ortiz que lo será en tres grados, por
beneficiarle dos atenuantes simples y dos muy calificadas quedando en presidio
menor en su grado mínimo) y se les aumentará en dos grados por la reiteración,
quedando en presidio mayor en su grado mínimo (y Gutierrez en presidio menor en
su grado máximo) a excepción de Aravena Sáez, que será en tres grados, atendida
su calidad de Jefe y por el mayor nímero de ilícitos cometidos, resultando presidio
mayor en su grado medio.
143°.- Que, en consecuencia, a cada uno de los sentenciados se les
aplicará la siguiente pena:
1.- PLANTÉ EUCLIDE ARAVENA SAÉZ, tiene responsabilidad de
autor en 18 delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena en dos
grados, por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio; y,
por la reiteración, se le aumentará en tres grados, quedando en presidio mayor en
su grado medio. De manera que resulta más favorable sancionarlo conforme a lo
dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal, que por la
acumulación material del artículo 74 del mismo Código, donde le correspondería 18
penas de presidio menor en su grado medio. Para la determinación de quantum de
la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en cuenta la extención del mal
producido por el delito.
2.- JOSÉ JAIME GODOY GODOY, tiene responsabilidad de autor en 9
delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena dos grados, por la
media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio; y, por la
reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en presidio mayor en su
grado mínimo. De manera que resulta más favorable sancionarlo conforme a lo
dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal que por la
acumulación material del artículo 74 del mismo Código, donde le correspondería 9
penas de presidio menor en su grado medio. Para la determinación de quantum de
la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en cuenta la extención del mal
producido por el delito.
3.- HECTOR ISAÍAS ECHEVERRÍA BELTRAN, tiene responsabilidad
de autor en 10 delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena en
dos grados, por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio;
y, por la reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en presidio mayor en
su grado mínimo. De manera que resulta más favorable sancionarlo conforme a lo
dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal que por la
acumulación material del artículo 74 del mismo Código, donde le correspondería 10
8083
penas de presidio menor en su grado medio. Para la determinación de quantum de
la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en cuenta la extención del mal
producido por el delito.
4.- JORGE DENIS DOMÍNGUEZ LARENAS, tiene responsabilidad de
autor en 8 delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena dos
grados por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio; y,
por la reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en presidio mayor en
su grado mínimo. De manera que resulta más favorable sancionarlo conforme a lo
dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal que por la
acumulación material del artículo 74 del mismo Código, donde le correspondería 8
penas de presidio menor en su grado medio. Para la determinación de quantum de
la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en cuenta la extención del mal
producido por el delito.
5.- JOSÉ HERALDO PULGAR RIQUELME, tiene responsabilidad de
autor en 8 delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena dos
grados, por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio; y,
por la reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en presidio mayor en
su grado mínimo. De manera que resulta más favorable sancionarlo conforme a lo
dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal que por la
acumulación material del artículo 74 del mismo Código, donde le correspondería 8
penas de presidio menor en su grado medio. Para la determinación de quantum de
la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en cuenta la extención del mal
producido por el delito.
6.- SERGIO AMADO FUENTES VALENZUELA, tiene responsabilidad
de autor en 7 delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada le pena dos
grados, por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio; y,
por la reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en presidio mayor en
su grado mínimo. De manera que resulta más favorable sancionarlo conforme a lo
dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal que por la
acumulación material del artículo 74 del mismo Código, donde le correspondería 7
penas de presidio menor en su grado medio. Para la determinación de quantum de
la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en cuenta la extención del mal
producido por el delito.
7.- JORGE EDUARDO VALDIVIA DAMES, tiene responsabilidad de
autor en 7 delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena dos
grados, por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio; y,
por la reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en presidio mayor en
su grado mínimo. De manera que resulta más favorable sancionarlo conforme a lo
dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal, que por la
8084
acumulación material del artículo 74 del mismo Código, donde le correspondería 7
penas de presidio menor en su grado medio. Para la determinación de quantum de
la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en cuenta la extención del mal
producido por el delito.
8.- JOSE ROBERTO VALDIVIA DAMES, tiene responsabilidad de autor
en 7 delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena dos grados,
por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio; y, por la
reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en presidio mayor en su
grado mínimo. De manera que resulta más favorable sancionarlo conforme a lo
dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal, que por la
acumulación material del artículo 74 del mismo Código, donde le correspondería 7
penas de presidio menor en su grado medio. Para la determinación de quantum de
la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en cuenta la extención del mal
producido por el delito.
9.-
LUIS
ENRIQUE
RICARDO
BARRUETO
BARTING
tiene
responsabilidad de autor en 7 delitos de secuestro calificado, de manera que,
rebajada la pena dos grados, por la media prescripción, queda en presidio menor en
su grado medio; y, por la reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en
presidio mayor en su grado mínimo. De manera que resulta más favorable
sancionarlo conforme a lo dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de
Procedimiento Penal, que por la acumulación material del artículo 74 del mismo
Código, donde le correspondería 7 penas de presidio menor en su grado medio.
Para la determinación de quantum de la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá
en cuenta la extención del mal producido por el delito.
10.- MANUEL DARIO BARRUETO BARTING, tiene responsabilidad de
autor en 7 delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena dos
grados, por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio; y
por la reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en presidio mayor en
su grado mínimo.De manera que resulta más favorable sancionarlo conforme a lo
dispuesto en el artículo 509 inciso 2° del Código de Procedimiento Penal, que por la
acumulación material del artículo 74 del mismo Código, donde le correspondería 7
penas de presidio menor en su grado medio. Para la determinación de quantum de
la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en cuenta la extención del mal
producido por el delito.
11. PEDRO SEGUNDO RUIZ PARDO, tiene responsabilidad de autor
en 1 delito de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena dos grados,
por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio. Para la
determinación de quantum de la sanción, dentro del mismo grado, se tendrá en
cuenta la extención del mal producido por el delito.
8085
13.- EUGENIO VILLA URRUTIA, 14.- JOSÉ ELEODORO BURGOS
SANDOVAL, 15.- JUAN CARLOS BURGOS BELAUZARAN, 16.- CARLOS
SANTIAGO SEPÚLVEDA RIVERA, 17.- JOSÉ FELICIANO GUTIÉRREZ ORTIZ Y
18.- EXEQUIEL DEL CARMEN CELEDÓN BARRERA tienen responsabilidad de
autores en 8 delitos de secuestro calificado, de manera que, rebajada la pena dos
grados, por la media prescripción, queda en presidio menor en su grado medio; y,
por la reiteración, se le aumentará en dos grados, quedando en presidio mayor en
su grado mínimo; a excepción de Gutierrez Ortiz y Aravena Sáez, quienes, como se
indicó en el considerando 141°, quedarán con presidio menor en su grado máximo y
presidio mayor en su grado medio, respectivamente. De manera que, a todos,
resulta más favorable sancionarlo conforme a lo dispuesto en el artículo 509 inciso
2° del Código de Procedimiento Penal, que por la acumulación material del artículo
74 del mismo Código, donde le correspondería 8 penas de presidio menor en su
grado medio. Para la determinación de quantum de la sanción, dentro del mismo
grado, se tendrá en cuenta la extención del mal producido por el delito. En cuanto a
Gutierrez Ortiz, se le rebajará la pena en tres grados y al favorecerle dos atenuantes
y la media prescripción y se le aumentará en dos grados por la reiteración, atendida
que no participó materialmente en la ejecución de los delitos que se atribuyen.
EN CUANTO A LA MATERIA CIVIL
144°.- A fs. 6.461, la abogado María Raquel Mejías Silva, en
representación de la querellante Gretel del Carmen Campos Díaz, adhiere a la
acusación fiscal y deduce demanda civil de indemnización de perjuicios por daño
moral, sufrido por el secuestro de su hermano Sebastián Campos Díaz, en contra
del Fisco de Chile por la suma de $200.000.000.-, mas reajustes e intereses
calculados desde la fecha de la notificación de la demanda hasta el pago efectivo y
total de lo demandado, o la suma que el Tribunal estime ajustada a derecho y
equidad y conforme al mérito de autos, con costas.
Funda su petición en los antecedentes que constan en el proceso y que
aparecen en el auto acusatorio al cual adhiere, los que da por reproducidos en lo
pertinente.
Agrega
que
el
Estado
de
Chile
reconoce
expresamente
su
responsabilidad en los hechos a través del Informe de la Comisión Verdad y
Reconciliación, en el cual se señala que “Sebastián Campos Díaz fue víctima de
violación a los derechos humanos cometida por agentes del Estado que abusaron
de su poder”.
Respecto del daño producido, señala que la pérdida de un hermano es
algo desolador, que ocasiona un sufrimiento permanente y que, no obstante el
despliegue de acciones para encontrarlo, nunca logró obtener noticias de su
paradero, postergando inclusos sus proyectos personales. Estos hechos producen
8086
en la demandante una profunda aflicción que se traduce en un perjuicio irreparable
que, de acuerdo al derecho y a la equidad, debe ser indemnizado por el Estado.
Señala que la naturaleza jurídica del ilícito que dio origen a estos autos,
además de tratarse de un delito de carácter permanente, es un delito contra la
humanidad, que ofende a la comunidad toda, cometido en Chile por agentes del
Estado, por instrucciones y bajo la protección del Estado quien procuró la impunidad
del ilícito.
Señala que, atendiendo a la naturaleza del ilícito, se trata un delito
contra la humanidad, los cuales son imprescriptibles, al igual que las acciones
indemnizatorias que de él emanan y exigen, además, una reparación integral de las
víctimas.
Finalmente, agrega que, de conformidad al artículo 10 del Código de
Procedimiento Penal, el tribunal competente para conocer de la acción civil es el
juez que conoce del proceso, lo que se fundamenta en virtud de la relación de
causalidad entre el hecho uilícito y el daño.
145°.- A fs. 6.490, el abogado Manuel Adolfo Montiel Gómez, en
representación de la querellante Jacinta del Carmen Godoy Acuña, adhiere a la
acusación fiscal y deduce demanda civil de indemnización de perjuicios por daño
moral, sufrido por el secuestro de su cónyuge Manuel Salamanca Mella y de sus
hermanos José Domingo, José Nazario y José Mariano, todos Godoy Acuña, en
contra del Fisco de Chile por la suma total de $450.000.000.-, en subsidio, las
sumas que el Tribunal fije conforme al mérito del proceso y derecho, mas reajustes
según variación del IPC desde la fecha de desaparición de la víctimas, o desde la
fecha que fije el Tribunal, con costas.
Funda su petición en los hechos materia de la investigación de autos
relativos al secuestro de José Domingo, José Nazario y José Mariano, todos Godoy
Acuña, y de Manuel Salamanca Mella, ilícito en el que participaron funcionarios de
Carabineros de Chile pertenecientes a la Tenencia de Carabineros de Santa
Bárbara y cuya calidad de funcionarios públicos esta acreditada en autos.
Cita como normas aplicables a los artículos 1° inciso 4°, 5, 6, 7, 19 N° 1
y 38 inciso 2° de la Constitución Política de la República, 2.314 y siguientes del
Código Civil, la Ley 18.575 y demás legislación aplicable.
Finaliza señalando que en virtud de numerosas normas procesales, el
tribunal del crimen es competente para conocer de las indemnizaciones contra
terceros civilmente responables de los hechos delictuosos y que no precede que
sea aplicada perscripción de esta acción civil.
146°.- A fs. 6.523, el abogado Manuel Adolfo Montiel Gómez, en
representación de la querellante Ana María D´Apollonio Zapata, adhiere a la
acusación fiscal y deduce demanda civil de indemnización de perjuicios por daño
8087
moral, sufrido por el secuestro de su padre Sergio D´Apollonio Petermann y
hermano Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata, en contra del Fisco de Chile por la
suma total de $250.000.000.-, en subsidio, las sumas que el Tribunal fije conforme
al mérito del proceso y derecho, mas reajustes según variación del IPC desde la
fecha de desaparición de la víctimas, o desde la fecha que fije el Tribunal, con
costas.
Funda su petición en los hechos materia de la investigación de autos
relativos al secuestro de Sergio D´Apollonio Petermann y Carlos Jacinto D´Apollonio
Zapata, ilícito en el que participaron funcionarios de Carabineros de Chile
pertenecientes a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara y cuya calidad de
funcionarios públicos esta acreditada en autos.
Cita como normas aplicables a los artículos 1° inciso 4°, 5, 6, 7, 19 N° 1
y 38 inciso 2° de la Constitución Política de la República, 2.314 y siguientes del
Código Civil, la Ley 18.575 y demás legislación aplicable.
Finaliza señalando que en virtud de numerosas normas procesales, el
tribunal del crimen es competente para conocer de las indemnizaciones contra
terceros civilmente responables de los hechos delictuosos y que no precede que
sea aplicada perscripción de esta acción civil.
147°.- A fs.n 6.535, el abogado Manuel Adolfo Montiel Gómez, en
representación de la querellante Ana María Zúñiga Beroíza, adhiere a la acusación
fiscal y deduce demanda civil de indemnización de perjuicios por daño moral, sufrido
por el secuestro de su padre José Rafael Zúñiga Aceldini y tío José Secundino
Zúñiga Aceldini, en contra del Fisco de Chile por la suma total de $200.000.000.-,
en subsidio, las sumas que el Tribunal fije conforme al mérito del proceso y derecho,
mas reajustes según variación del IPC desde la fecha de desaparición de la
víctimas, o desde la fecha que fije el Tribunal, con costas.
Funda su petición en los hechos materia de la investigación de autos
relativos al secuestro de José Rafael Zúñiga Aceldini y José Secundino Zúñiga
Aceldini, ilícito en el que participaron funcionarios de Carabineros de Chile
pertenecientes a la Tenencia de Carabineros de Santa Bárbara y cuya calidad de
funcionarios públicos esta acreditada en autos.
Cita como normas aplicables a los artículos 1° inciso 4°, 5, 6, 7, 19 N° 1
y 38 inciso 2° de la Constitución Política de la República, 2.314 y siguientes del
Código Civil, la Ley 18.575 y demás legislación aplicable.
Finaliza señalando que en virtud de numerosas normas procesales, el
tribunal del crimen es competente para conocer de las indemnizaciones contra
terceros civilmente responables de los hechos delictuosos y que no precede que
sea aplicada perscripción de esta acción civil.
8088
148°.- A fs. 6.549, el abogado Nelson González Bustos, en
representación de la querellante Norma Panes Panes, de Maritza Pilar, Víctor Hugo,
Dorian Inés, Fabiola del Carmen y Miguel Ángel, todos Cuevas Panes, adhiere a la
acusación fiscal y deduce demanda civil de indemnización de perjuicios por daño
moral, sufrido por el secuestro de su cónyuge y padre Miguel Cuevas Pincheira, en
contra de Planté Euclides Aravena Sáez, José Jaime Godoy Godoy, José Heraldo
Pulgar Riquelme, Sergio Amador Fuentes Valenzuela, Jorge Eduardo Valdivia
Dames, José Roberto Valdivia Dames, Luis enrique Barrueto Barting, Manuel Dario
Barrueto Barting y Jorge Denis Domínguez Larenas, por la suma de $300.000.000.para su cónyuge y $150.000.000.- para cada uno de los hijos, con costas.
Funda su petición en que el secuestro de la víctima Miguel Cuevas
Pincheira causó un grave daño material y moral a su cónyuge e hijos, quienes,
hasta la fecha, no han logrado conocer su destino y sin que de él se tengan noticias
hasta esta fecha. Agrega que la búsqueda de sus restos ha importado a los
demandantes un grave daño moral, angustia, depresión, desánimo, además de, en
el caso de la cónyuge, asumir la carga de mantención del hogar familiar y, repecto
de los hijos, perder al padre a una temprana edad.
149°.- A fs. 6.680, 6.800, 6.931 y 7.070, el abogado Hernán Jiménez
Suárez, Procurador Fiscal de Concepción del Consejo de Defensa del Estado, en
representación del Fisco de Chile, contesta las demandas civiles deducidas en su
contra por Ana María Zúñiga Beroíza, Ana María D´Apollonio Zapata, Jacinta del
Carmen Godoy Acuña y Gretel del Carmen Campos Díaz, respectivamente,
solicitando su rechazo, con costas en virtud de los siguientes antecedentes:
a) excepción de incompetencia absoluta del Tribunal para conocer
de la acción indemnizatoria en contra del Fisco de Chile, fundándola en que los
presupuestos legales que permiten el conocimiento de la acción civil por parte de un
juez del crimen son los especificados en el artículo 10 del Código de Procedimiento
Penal, que en el caso de marras no concurren, careciendo este tribunal penal de
competencia para conocer y resolver de las acciones de carácter indemnizatorias o
reparatorias procedentes de hechos distintos de aquellos que fundamentan la
tipicidad penal. La competencia para concer de la demanda civil deducida
corresponde privativamente a los tribunales con jurisdicción civil, cuestión que así
ha sido reconocida por la jurisprudencia que c ita.
b) exepción de pago o improcedencia de la indemnización por
haber sido favorecidas las demandantes con los beneficios concedidos por la
Ley. 19.123 y la Ley 19.980, sin perjuicio de otros beneficios sociales que son
incompatibles toda otra indemnización.
8089
c) alega la inexistencia de la responsabilidad objetiva o directa del
Estado, para lo cual, señala que se requiere norma expresa, cosa que no acontece
en este caso.
d) opone, además, la exepción de prescripción extintiva de la acción
civil de indemnización de perjuicios de acuerdo a lo establecido por los artículos
2.332 y 2.497 del Código Civi; y a que los tratados internacionales suscritosy
ratificados por Chile en materia de Derechos Humanos no establecen la
imprescriptibilidad en materia indemnizatoria.
e) respecto de la naturaleza y monto de la indemnización solicitada,
alega que el daño moral demandado no se determina cuantificando en términos
económiocos el valor de la pérdida, sino que otorgando a la víctima una
satisfacción, ayuda o auxilio que le permita atenuar el daño. Agrega que tampoco
resulta procedente acudir a la capacidad económica del demandante y/o
demandado. Señala que el perjuicio alegado debe ser acreditado, de manera que el
daño y el monto de la indemnización estén íntegramente justificadas y que no
corresponde asumi per se la presencia de un dolor o aflicxión por el solo hecho de
existir un vínculo de parentesco entre la víctima y el demandante. Sobre los
reajustes solicitados, señala que ellos se deberán desde que el Fisco tenga la
obligación de pagar la indemnización demandada, es decir, desde que la sentencia
respectiva cause ejecutoria.
150°.- Que, a fs. 7.103, 7.256, 7.182 y 7.330, respectivamente, el
abogado Darío Fernando Silva Villagrán, en representación de José RobertoValdivia
Dames, Jorge Valdivia Dames, Jorge Domínguez Larenas y Manuel Darío Barrueto
Barting, respectivamente, contesta la demanda civil deducida en contra de sus
repersentados por el abogado Nelson González Bustos en representación de la
Selora Norma Panes Panes y otros, solicitando su rechazo, con costas por los
siguientes argumentos:
a) la demanda es inepta pues carece de los requisitos del N° 4 del
artículo 254 del Código de Procedimiento Civil toda vez que carece por completo de
los hechos en los cuales se fundamenta la demanda.
b) no se encuentran acreditados los hechos en virtud de los cuales
emanaría la responsabilidad de sus defendidos.
c) en subsidio, y para el caso en que la demanda indemnizatoria sea
acogida, solicita rebaja de los montos demandados a una cantidad que no supere
los $100.000.000.- por ser excesivos pues, en conjunto, significaría indemnizar con
más de $1.000.000.000.- el daño moral.
151°.- A fs. 7.734 rola Informe sobre secuelas psiquiátricas y
psicológicas en familiares de víctimas de la desparicón forzada, elaborado por el
8090
Programa de Atención en Salud Mental de la Fundación de Ayuda Social de las
Iglesias Cristianas.
152°.- A fs. 7.793 rola Oficio de la Secretaria Ejecutiva del Programa de
Derechos Humanos del Ministerio del Interior, mediante el cual se adjuntan los
Informes “Efectos familiares y sociales de las más graves violaciones a los derechos
humanos” en Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Tomo II,
páginas 765 a 785; “Cuando el fantasma es un tótem” del Dr. Héctor Faúndez B.; y
“Acerca del traumatismo y del duelo en familiares de detenidos desaparaecidos” de
la Dra. Patricia Barceló Amado, los cuales han sido tenidos a la vista en cuaderno
separado.
153°.- A fs. 7.780 se recibe informe de al Secretaria Ejecutiva de la
Fundación Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado
de Santiago y se ordenó mantener en cuaderno separado y a la vista los siguientes
documentos acompañados en el referido informe: a) Informe trabajo diagnóstico
niños familiares de detenidos desaparecidos. Santiago. Vicaría de la Solidaridad.
Programa de Salud Mental, junio 1978; b) Pre infome trabajo diagnóstico niños
familiares de detenidos desaparecidos. Santiago. Vicaría de la Solidaridad.
Programa de Salud Mental, noviembre 1978; c) Salud Mental: Síntesis del trabajo
con niños familiares de detenidos desaparecidos. Santiago. Vicaría de la
Solidaridad. Programa de Salud Mental, junio 1978; d) Algunos factores de daño a
la salud mental. Santiago. Vicaría de la Solidaridad. Programa de Salud Mental; e)
Trabajo social, una experiencia solidaria en la promoción y defensa de los derechos
humanos. Victoria Baeza Fernández y otras. Santiago. Vicaría de la Solidaridad.
Asistentes Sociales Deparatamenteo Jurídico, abril 1987; f) Alguno Probleas de
salud Mental Detectados por Equipo Psicológico-Psiquiátrico. Julio 1978 c/ anexos.
154°.- A fs. 7.812 se ordenó formar cuaderno separado y tener a la vista
copia de la Norma Técnica N° 88 para la Atención de Salud de Personas Afectadas
por la Represión Política Ejercida por el Estado en el Período 1973-1990.
EN CUANTO A LA EXEPCIÓN DE INEPTITUD DEL LIBELO
OPUESTA POR LA DEFENSA DE ROBERTO VALDIVIA DAMES, JORGE
DOMÍNGUEZ LARENAS, JORGE VALDIVIA DAMES Y MANUEL BARRUETO
BARTING, A FS. 7.103, 7.182, 7.256, Y 7.330.
155°.- Que, el libelo es inepto cuando la falta de algún requisito legal en
el modo de proponer la demanda lo hace vago, ininteligeble o suceptible de ser
aplicado a diversos casos o situaciones, lo que no ocurre en la especie, lo que se
verifica con la simple lectura de la demanda de fs. 6.549, por lo que será rechazada.
EN CUANTO A LA INCOMPETENCIA DEL TRIBUNAL.
156°.- Que, la pretensión indemnizatoria que se admite en sede penal,
conforme a lo dispuesto en el artículo 10 del Código de Procedimiento Penal, de
8091
acuerdo a su actual redacción, presenta como única limitación “que el fundamento
de la acción civil obligue a juzgar las mismas conductas que constituyen el hecho
punible objeto del proceso penal”, lo que viene a significar una exigencia en el
campo de la causalidad, en términos que el fundamento de la pretensión civil
deducida debe emanar de las mismas conductas que constituyen el hecho punible
objeto del proceso penal.
157°.- Que, en la especie tal vínculo de causalidad aparece satisfecho,
toda vez que es la conducta ilícita investigada en autos -cometida por agentes del
Estado- la que subyace en la pretensión civil y origina la acción de los querellantes
respecto del Fisco de Chile, resultando entonces favorecida por el régimen especial
de competencia contemplado en la ley.
158°.- Que, una lectura atenta del nuevo artículo 10 citado, da cuenta
del carácter plural que pueden revestir las acciones civiles en el proceso penal,
incluyéndose no sólo las restitutorias e indemnizatorias, con un contenido
claramente más amplio que en la anterior legislación, sino que también comprende
acciones prejudiciales y precautorias, así como algunas reparatorias especiales, lo
que demuestra que lo que se quiso lograr con la reforma, fue ampliar el ejercicio de
la acción civil dentro del proceso criminal, excluyendo el conocimiento de aquellas
acciones civiles que persigan perjuicios remotos o nulidades de contrato o actos
que, si bien relacionados con el hecho perseguido, no son constitutivos del mismo.
159°.- Que, la indemnización del daño producido por el delito, así como
la acción para hacerla efectiva, resultan de máxima trascendencia al momento de
administrar justicia, comprometiendo el interés público y aspectos de justicia
material, que permiten avanzar en el término del conflicto.
160°.- Que, a mayor abundamiento, no puede dejarse de tener presente
al momento de determinar el alcance del artículo 10 del Código de Procedimiento
Penal, toda la normativa internacional aplicable en la especie por mandato
constitucional, la cual propende a la reparación integral de las víctimas, lo que
ciertamente incluye el aspecto patrimonial. En efecto, conforme se ha señalado en
este fallo, en autos se está en presencia de lo que la conciencia jurídica denomina
delito de “lesa humanidad”, calificación que, en su concepto, trae no sólo aparejada
la imposibilidad de amnistiar el ilícito, declarar la prescripción de la acción penal que
de él emana, sino que además, la inviabilidad de proclamar la extinción -por el
transcurso del tiempo- de la posibilidad de ejercer la acción civil indemnizatoria
derivada del delito que se ha tenido por acreditado.
161°.- Que, de esta manera, procede acoger las acciones civiles
deducidas en autos, que tienen como objeto obtener la reparación íntegra de los
perjuicios ocasionados por el actuar de los agentes del Estado de Chile, ya que así
lo demanda la aplicación de buena fe a los tratados internacionales suscritos por
8092
nuestro país, así como la interpretación de las normas de Derecho Internacional
consideradas ius cogens por la comunidad jurídica internacional. Por tanto, dichas
normas deben tener aplicación preferente en nuestro ordenamiento interno, al tenor
de lo que dispone el artículo 5° de la Constitución Política de la República, por sobre
aquellas disposiciones de orden jurídico nacional que posibilitarían eludir las
responsabilidades en que ha incurrido el Estado chileno, a través de la actuación
penalmente culpable de sus funcionarios, dando cumplimiento de este modo a la
Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados.
162°.- Que, los mismos fundamentos enunciados precedentemente
permiten desestimar las restantes alegaciones de los demandados, en particular la
relativa a la excepción de prescripción de las acciones civiles ejercidas y de
inexistencia de una responsabilidad objetiva e imprescriptible por parte del Estado
de Chile, al emanar de la ley la responsabilidad que se pretende hacer efectiva,
siendo aquélla precisamente la de rango constitucional contemplada en el ya citado
artículo 5° de la Constitución, que ha posibilitado la incorporación en el
ordenamiento jurídico nacional de las obligaciones contempladas por los
instrumentos internacionales que recogen los principios generales del Derecho
Humanitario, entre los cuales se encuentra aquélla relativa a la obligación de
indemnizar los daños producidos por la violación de los Derechos Humanos.
163°.- Que la responsabilidad civil extracontractual tiene, en este caso,
como fuente la perpetración de un delito y sus responsables están legalmente
obligados a indemnizar el daño causado.
164°.- Que, tratándose de un delito de lesa humanidad cuya acción
penal persecutoria es imprescriptible, no resulta coherente entender que la acción
civil indemnizatoria esté sujeta a las normas sobre prescripción establecidas en la
ley civil interna, ya que ello contraría la voluntad expresamente manifestada por la
normativa internacional sobre Derechos Humanos -integrante del ordenamiento
jurídico nacional por disposición del artículo 5º de la Carta Fundamental- que
consagra el derecho de las víctimas, y otros legítimos titulares, a obtener la debida
reparación de los perjuicios sufridos a consecuencia del acto ilícito.
165°.- Que, en consecuencia, y hallándose acreditados los supuestos
de hecho y de derecho que conducen al otorgamiento de una compensación por el
daño moral sufrido por los actores, procede acoger la demanda interpuesta en
contra de los acusados y del Fisco de Chile, como ya se ha razonado antes.
Asimismo, y en igual dirección, la responsabilidad civil es la consecuencia de la
participación culpable que los demandados han tenido en el delito, por lo que ésta la participación real en los mismos- ha quedado definitivamente manifiesta como
consecuencia de la condena que se ha declarado justamente en este mismo fallo y
8093
será por lo tanto, desde tal data que se cuente la prescripción, por lo que no resulta
procedente acoger ésta a favor de los demandados.
166°.- Que, el Fisco de Chile, en subsidio de la alegación anterior,
plantea la inexistencia de responsabilidad objetiva del Estado, a la fecha que
ocurrieron los hechos investigados, indicando que la única norma aplicable en esta
materia a esa fecha, era la Constitución Política del año 1925, que no contenía
disposición alguna que permitiera accionar por la responsabilidad extracontractual
del Estado.
En la doctrina y en la jurisprudencia nacional, no existe discusión que el
Estado, debe responder por la actuación de sus agentes, cuando ella ha provocado
daño a los particulares, ya sea porque actuaron con infracción a un deber general
de cuidado (culpa civil) o cuando han incurrido en una falta de servicio (conforme a
las reglas del derecho público).
La fuente de ese consenso, está en
las normas contenidas en los
artículos 1, inciso 4°, 5, inciso 2°, 6 y 7 de la Constitución Política de la República, y
artículo 4 de la Ley N° 18.575, y las que emanan de los Tratados Internacionales
como, por ejemplo, la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos (Pacto
San José de Costa Rica) todas las cuales configuran el estatuto jurídico destinado a
responsabilizar a los órganos del Estado por la conducta de los agentes.
En el caso de proceso que nos ocupa, agentes del Estado,
transgredieron normas legales, constitucionales y de orden internacional, que
estaban obligados a respetar, y causaron daños o perjuicios que el Estado, debe
reparar a los afectados. La responsabilidad del Estado, en esta materia proviene de
la ley y tratándose de graves violaciones de los Derechos Humanos, de la propia
Constitución Política. En estos casos, el Estado está obligado a soportar el pago de
la indemnización reparatoria en forma directa, en virtud a la relación de derecho
público entre él y las víctimas y los familiares de ésta, sin que pueda haber
reparación por los daños producidos, sin una solución integral para estos. La
responsabilidad del Estado, en materia de violaciones de los Derechos Humanos,
no puede estimarse que sea dependiente de la responsabilidad de los agentes de
éste; o bien, del concepto dado por el Derecho Administrativo de falta de servicio,
por una mala organización o funcionamiento defectuoso de la administración.
En esta materia, no resulta procedente aceptar lo alegado por el Fisco
de Chile, en orden a que solamente cabe aplicar las disposiciones de los artículos
2314 y siguientes del Código Civil, porque la Constitución de 1980, como la Ley
Orgánica Constitucional de Bases de la Administración del Estado, Ley 18.575, son
de fuero común interno, se aplica sólo si no están en contradicción con la fuente de
la obligación del Estado de reparar a las víctimas y a sus familiares, de las graves
violaciones a los Derechos Humanos, obligación estatal que proviene, como se
8094
viene señalando, de la Constitución, de los Tratados Internacionales sobre la
materia y de los Principios Generales del Derecho Internacional Humanitario.
También bajo la Carta de 1925, Chile era un Estado Constitucional de Derecho, al
igual que bajo el imperio de la Constitución de 1980, y por ende, le era también
exigible la congruencia de aquélla con los Tratados Internacionales y los Principios
Generales del Derecho Internacional; así Chile era, desde antes de los hechos
investigados en este proceso, signatario de la Carta de las Naciones y se
encontraba vinculado por sus decisiones y por la Declaración Universal de
Derechos Humanos y sus pactos complementarios.
Por todo lo anterior, se procederá a rechazar la alegación del Fisco de
Chile, para eximirse de responsabilidad por inexistencia de responsabilidad objetiva.
167°.- Que, el Fisco de Chile, también contestando la demanda civil de
los
querellantes,
en
subsidio
de
las
alegaciones
anteriores,
planteó
la
improcedencia de la indemnización de perjuicios demandada, para el evento que los
demandados hubieren sido indemnizados de conformidad a la Ley 19.123, que
estableció una bonificación compensatoria y una pensión mensual de reparación y
otros beneficios sociales a los familiares más próximos de la víctima. Estima, que
estos beneficios son incompatibles con toda otra indemnización, agregando que un
daño que ya ha sido reparado no da lugar a indemnización por la vía judicial.
168°.- Que, como se ha sostenido por Excelentísima Corte Suprema, en
sentencia de 8 de septiembre de 2008, dictada en los autos Rol 6308-2007, debe
desecharse la alegación fiscal, en orden a que no es procedente la indemnización
de perjuicios solicitada, toda vez que lo anterior, no es óbice para que se repare
materialmente el daño moral sufrido como consecuencia de la comisión de un delito
cuya certeza se obtiene recién con este proceso.
Los beneficios de la ley N° 19.123 dicen relación con los compromisos
adquiridos por la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, con el objeto
de coordinar ejecutar y promover las acciones que fueran necesarias para el
cumplimiento de las recomendaciones contenidas a su vez en el Informe de la
Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, creada por Decreto Supremo N°
355, de 25 de abril de 1990, circunstancias estas que no cabe confundir con
aquéllas que emanan del derecho común, relativas a la responsabilidad civil como
consecuencia de un delito, conforme expresamente lo disponen los artículos 2314 y
siguientes del Código Civil, por lo que claramente si el derecho de la ley especial
hubiere sido ejercido por los querellantes y demandantes civiles, éste emana de
fuentes diversas, razón por la que debe desestimarse la alegación del Fisco de
Chile.
169°.- Que, también el Fisco de Chile, contestando la demanda civil
planteada en su contra, objeta el monto de los daños demandados que estima como
8095
exorbitantes, agregando que en aquellos casos en que las pretensiones son
desmedidas, la indemnización que se persigue, no busca una reparación
compensatoria sino que más bien un incremento patrimonial. Al respecto, se tendrá
presente lo indicado en en los numerales siguientes, al fijar los montos respectivos.
EN CUANTO AL MONTO DE LAS DEMANDAS CIVILES
170°.- Que, en este aspecto, se tendrá presente para la fijación del
monto de los daños demandados en este proceso en contra del Fisco de Chile y a los
encausados, los graves daños que sufrieron y siguen experimentando, a causa o con
motivo del secuestro calificado de sus familiares, que se traducen, en una actividad
incesante, sin tregua, sin desmayos, por espacio de largos años, como se reseña en la
sentencia, para dar con su paradero, efectuando presentaciones de la más variada
indole, ante altas autoridades nacionales y extranjeras, los Tribunales de Justicia y
organismos internacionales, debiendo soportar situaciones límites de frustración y
sufrimiento.
Asimismo, se considera la cercanía en cuanto al parentezco y a la
relación matrimonial en lo qye corresponda.
En consideración a lo anterior se resolverá:
a) Que, respecto de la demanda civil opuesta por la abogado María
Raquel Mejías Silva a fs. 6.461, se condena al demandado civil a pagar la suma
$60.000.000.- (sesenta millones de pesos) a título de daño moral, el que se
encuetra acreditado con los documentos que rolan a fs. 7.734, 7.793, 7.780 y 7.812,
por la muerte de su hermano Sebastián Hermando Campos Díaz.
b) En cuanto a la demanda civil opuesta a fs. 6.490 por el abogado
Manuel Adolfo Montiel Gómez, en representación de la querellante Jacinta del
Carmen Godoy Acuña, se condena al Fisco de Chile a pagar la suma de
$80.000.000.- (ochenta millones de pesos) a título de daño moral por la muerte de
su cónyuge Manuel Salamanca Mella y de $15.000.000.- (quince millones de pesos)
a título de daño moral por la muerte de sus hermanos José Domingo, José Nazario
y José Mariano, todos Godoy Acuña.
c) En cuanto a la demanda civil opuesta a fs. 6.523 por el abogado
Manuel Adolfo Montiel Gómez, en representación de la querellante Ana María
D´Apollonio Zapata, se condena al Fisco de Chile a pagar la suma de $70.000.000.(setenta millones de pesos) a título de daño moral sufrido por el secuestro de su
padre Sergio D´Apollonio Petermann.
d) En cuento a la demanda civil opuesta a fs. 6.535 por el abogado
Manuel Adolfo Montiel Gómez, en representación de la querellante Ana María
Zúñiga Beroíza, se condena al Fisco de Chile a pagar las sumas de $70.000.000.8096
(setenta millones de pesos) a título de daño moral sufrido por el secuestro de su
padre José Rafael Zúñiga Aceldini y de $10.000.000.- (diez millones de pesos) a
título de daño moral sufrido por el secuestro de su tío José Secundino Zúñiga
Aceldini.
e) En cuanto a la demanda civil opuesta a fs. 6.549, el abogado Nelson
González Bustos, en representación de la querellante Norma Panes Panes, de
Maritza Pilar, Víctor Hugo, Dorian Inés, Fabiola del Carmen y Miguel Ángel, todos
Cuevas Panes, se condena a Planté Euclides Aravena Sáez, José Jaime Godoy
Godoy, José Heraldo Pulgar Riquelme, Sergio Amador Fuentes Valenzuela, Jorge
Eduardo Valdivia Dames, José Roberto Valdivia Dames, Luis enrique Barrueto
Barting, Manuel Dario Barrueto Barting y Jorge Denis Domínguez Larenas a pagar
las sumas de $80.000.000.- (ochenta millones de pesos) como indemnización de
perjuicios por daño moral, sufrido por el secuestro de su cónyuge Miguel Cuevas
Pincheira y $40.000.000.- (cuarenta millones de pesos) a favor de Maritza Pilar,
Víctor Hugo, Dorian Inés, Fabiola del Carmen y Miguel Ángel, todos Cuevas Panes,
cada uno respectivamente, como indemnización de perjuicios por daño moral
sufrido por el secuestro de su padre Miguel Cuevas Pincheira.
171°.- Que, además, se tuvo en cuenta
para regular los montos
señalados, lo informado por la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas
en el Informe sobre las Secuelas Psiquiátruicas y Psicológicas en Familiares de
Víctimas de la Desaparición Fozada, el cual rola a fs. 7.734 y que, en síntesis,
señala que los familiares de de las víctimas de desaparición forzada presentan
cuadros clínicos como depresiones recurrentes o crónicas, además del temor de
morir sin lograr encontrar los restos del familiar querido. El familiar sobreviviente se
ve imposibilitado de elaborar la pérdida y realizar el duelo que todo proceso normal
con lleva. Agrega que se presenta además un cuadro reactivo secundario a la
desaparición el cual constituye un cuadro sintomático de extrema gravedad y larga
duración para los familiares del desaparecido. Señala que este síndrome produce
también un cambio estructural en la personalidad de los familiares, que los
transforma en personas más vulnerables que la población general. Finaliza
describiendo los síntomas y consecuencias individuales entre las que se encuentran
la angustia, síntoma depresivo, desesperanza, pérdida del proyecto de vida,
alteración del sentido de realidad, dolor crónico, disminución del ánimo, sentimiento
de impotencia, mayor propensión a enfermedades graves, debiliamiento del Yo,
descompensación de cuadros sicóticos y patologías psiquiátricas mayores.
Asimismo, se consideró lo consignado en los informes a) “Efectos
familiares y sociales de las más graves violaciones a los derechos humanos” en
Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, Tomo II, páginas 765
a 785; b) “Cuando el fantasma es un tótem” del Dr. Héctor Faúndez B.; y c) “Acerca
8097
del traumatismo y del duelo en familiares de detenidos desaparaecidos” de la Dra.
Patricia Barceló Amado, agergados a fs. 7.793;
Se tuvo presente también lo informado en: a) Informe trabajo
diagnóstico niños familiares de detenidos desaparecidos. Santiago. Vicaría de la
Solidaridad. Programa de Salud Mental, junio 1978; b) Pre infome trabajo
diagnóstico niños familiares de detenidos desaparecidos. Santiago. Vicaría de la
Solidaridad. Programa de Salud Mental, noviembre 1978; c) Salud Mental: Síntesis
del trabajo con niños familiares de detenidos desaparecidos. Santiago. Vicaría de la
Solidaridad. Programa de Salud Mental, junio 1978; d) Algunos factores de daño a
la salud mental. Santiago. Vicaría de la Solidaridad. Programa de Salud Mental; h)
Trabajo social, una experiencia solidaria en la promoción y defensa de los derechos
humanos. Victoria Baeza Fernández y otras. Santiago. Vicaría de la Solidaridad.
Asistentes Sociales Deparatamenteo Jurídico, abril 1987; y e) Alguno Probleas de
salud Mental Detectados por Equipo Psicológico-Psiquiátrico. Julio 1978 c/ anexos,
agregados a fs. 7.780;
Finalmente, se tuvo presente lo informado en la Norma Técnica N° 88
para la Atención de Salud de Personas Afectadas por la Represión Política Ejercida
por el Estado en el Período 1973-1990 a fs. 7.812.
172°- Por estas consideraciones y teniendo presente lo dispuesto en los
artículos 1°, 5° inciso segundo, 6° y 7° de la Constitución Política de la República, 1,
3, 11 nº 6, 14, 15 n° 1 y 3, 18, 21, 22, 24, 25, 26, 28, 30, 32, 40, 50, 62, 63, 68, 69,
79, 86, 103, 141 del Código Penal, 10, 108, 109, 110, 111, 457, 458, 464, 471, 477,
478, 481, 482, 485, 488, 500, 501, 502, 503, 504, 505, 509 y 533 del Código de
Procedimiento Penal, 2.332 del Código Civil, 418 del Código de Justicia Militar, lo
establecido en el Decreto Ley, Nº 5º de 1973 y artículos 1º, 3º, 147 y 148 de la
Convención de Ginebra sobre Protección, a las Personas Civiles en Tiempos de
Guerra, se declara:
A.- QUE SE CONDENA A:
1.- PLANTÉ EUCLIDE ARAVENA SAÉZ, como autor de los delitos de
secuestro calificado contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del Código Penal
(vigente a la época de comisión de los ilícitos), cometidos en la comuna de Santa
Bárbara, Sergio D’Apollonio Peterman, el día 23 de diciembre de 1973; José
Rafael Zúñiga Aceldine, José Secundino Zúñiga Aceldine y José Gilberto
Araneda, perpetrados el 17 de diciembre de 1973; de Juan de Dios Rubio
Llancao, Julio Rubio Llancao, José María Tranamil Pereira y José Guillermo
Purrán Treca, perpetrados el 16 de diciembre de 1973; de José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario
Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña,
perpetrados el 20 de diciembre de 1973; de Juan de Dios Fuentes Lizama y Juan
8098
Francisco Fuentes Lizama, perpetrados el 14 de diciembre de 1973de Miguel
Cuevas Pincheira, perpetrado el
20 de diciembre de 1973; y de Sebastián
Hernaldo Campos Díaz, perpetrado el 16 de diciembre de 1973, a la pena única
de 10 años y un día de presidio mayor en su grado medio, más las accesorias
de inhabilitación absoluta y perpetua para cargos y oficios públicos y derechos
políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la
condena, y a las costas de la causa.
Que, se absuelve al aludido PLANTÉ EUCLIDE ARAVENA SAÉZ de la
acusación judicial y adhesión particular que lo suponía autor del delito de secuestro
calificado de Elba Burgos Sáez.
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena, se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, sirviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, desde 28 de octubre de 2002, según parte policial n°754 de fs. 1.263; y
hasta el 8 de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.365.
2.- JOSÉ JAIME GODOY GODOY, como autor de los delitos de
secuestro calificado contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del Código Penal
(vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la comuna de Santa
Bárbara, en contra de Sergio D’Apollonio Peterman, el día 23 de diciembre de
1973; de Elba Burgos Saéz el día 17 de diciembre de 1973; de José Domingo
Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José
Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña,
el día 20 de diciembre de 1973; y de Miguel Cuevas Pincheira, el día 20 de
diciembre de 1973, a la pena única de 7 años de presidio mayor en su grado
mínimo, más las accesorias de inhabilitación absoluta y perpetua para cargos y
oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones
titulares mientras dure la condena, y a las costas de la causa.
Que se absuelve al aludido JOSÉ JAIME GODOY GODOY de aquella
parte de la acusación judicial que lo suponía autor del delito de homicidio calificado
de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata.
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, siviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, esto es, desde el 28 de octubre de 2002 según parte policial N° 752 de fs.
1.269; hasta el 8 de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.356.
8099
3.- HECTOR ISAÍAS ECHEVERRÍA BELTRAN, como autor de los
delitos de secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del
Código Penal (vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la
comuna de Santa Bárbara en perjuicio de Juan de Dios Fuentes Lizama y Juan
Francisco Fuentes Lizama, el 14 de diciembre de 1973; de José Domingo Godoy
Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario
Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña,
cometidos en la comuna de Santa Bárbara, el día 20 de diciembre de 1973; de
Miguel Cuevas Pincheira, cometido en la comuna de Santa Bárbara, el día 20 de
diciembre de 1973; y de Sebastián Hernaldo Campos Díaz, cometido en la
comuna de Santa Bárbara, el día 16 de diciembre de 1973; a la pena única de 7
años y medio de presidio mayor en su grado mínimo, más las accesorias de
inhabilitación absoluta y perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos
y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, y
a las costas de la causa.
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, siviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, esto es, desde el 28 de octubre de 2002 según parte policial n° 1104 de fs.
1.276; hasta el 8 de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.358.
4.- JORGE DENIS DOMÍNGUEZ LARENAS, como autor de los delitos
secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del Código Penal
(vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la comuna de Santa
Bárbara en perjuicio de Sergio D’Apollonio Peterman, el dia 23 de diciembre de
1973; de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy, Desiderio
Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella y José
Mariano Godoy Acuña, el día 20 de diciembre de 1973; y de Miguel Cuevas
Pincheira, el día 20 de diciembre de 1073, a la pena única de 6 años y medio de
presidio mayor en su grado mínimo, más las accesorias de inhabilitación absoluta
y perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación
absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, y a las costas de la
causa.
Que se absuelve al aludido JORGE DENIS DOMÍNGUEZ LARENAS de
aquella parte de la acusación judicial que lo suponía autor del delito de homicidio
calificado de Carlos Jacinto D´Apollonio Zapata.
8100
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena, se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, sirviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, desde el 28 de octubre de 2002, según certificación de fs. 1.283, hasta el 8
de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.363.
5.- JOSÉ HERALDO PULGAR RIQUELME, como autor de los delitos
de secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del Código
Penal (vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la comuna de
Santa Bárbara en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy
Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel
Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña el día 20 de diciembre de 1973;
de Miguel Cuevas Pincheira el día 20 de diciembre de 1973; y de Sebastián
Hernaldo Campos Díaz, el día 16 de diciembre de 1973, a la pena única de siete
años de presidio mayor en su grado mínimo, más las accesorias de inhabilitación
absoluta y perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y la de
inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, ya las
costas de la causa.
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena, se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, sirviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, desde el 28 de octubre de 2002 según parte policial N° 752 de fs. 1.269;
hasta el 8 de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.361.
6.- SERGIO AMADO FUENTES VALENZUELA, como autor de los
delitos de secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del
Código Penal (vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la
comuna de Santa Bárbara en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio
César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña,
Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña el día 20 de diciembre de
1973; y de Miguel Cuevas Pincheira el día 20 de diciembre de 1973, a la pena
única de seis años y medio de presidio mayor en su grado mínimo, más las
accesorias de inhabilitación absoluta y perpetua para cargos y oficios públicos y
derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras
dure la condena, y a las costas de la causa.
8101
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena, se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, sirviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, desde el 30 de octubre de 2002, según certificación de fs. 1.294, hasta el
14 de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.384.
7.- JORGE EDUARDO VALDIVIA DAMES, como autor de los delitos de
secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del Código Penal
(vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la comuna de Santa
Bárbara en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella
y José Mariano Godoy Acuña; el día 20 de diciembre de 1973; y de Miguel
Cuevas Pincheira el día 20 de diciembre de 1973, a la pena única de seis años y
medio de presidio mayor en su grado mínimo, más las accesorias de
inhabilitación absoluta y perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos
y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena,
ya las costas de la causa.
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena, se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, sirviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, desde el 29 de octubre de 2002, según certificación de fs. 1.256; hasta el
14 de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.388.
8.- JOSE ROBERTO VALDIVIA DAMES, como autor de los delitos de
secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del Código Penal
(vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la comuna de Santa
Bárbara en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio César Godoy Godoy,
Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña, Manuel Salamanca Mella
y José Mariano Godoy Acuña, el día 20 de diciembre de 1973; y de Miguel
Cuevas Pincheira el día 20 de diciembre de 1973, a la pena única de seis años y
medio de presidio mayor en su grado mínimo, más las accesorias de
inhabilitación absoluta y perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos
y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, y
a las costas de la causa.
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
8102
Para el cumplimiento de la pena, se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, sirviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, desde el 28 de octubre de 2002, según parte policial n° 751/2002 de fs.
1.246; hasta el 14 de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.388.
9.- LUIS ENRIQUE RICARDO BARRUETO BARTING como autor de
los delitos de secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del
Código Penal (vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la
comuna de Santa Bárbara en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio
César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña,
Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña, el día 20 de diciembre
de 1973; y de Miguel Cuevas Pincheira el día 20 de diciembre de 1973, a la pena
única de seis años y medio de presidio mayor en su grado mínimo,, más las
accesorias de inhabilitación absoluta y perpetua para cargos y oficios públicos y
derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras
dure la condena, y a las costas de la causa.
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena, se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, sirviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, desde el 28 de octubre de 2002 según parte policial N° 752 de fs. 1.269;
hasta el 14 de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.386.
10.- MANUEL DARIO BARRUETO BARTING,
como autor de los
delitos de secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del
Código Penal (vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la
comuna de Santa Bárbara en perjuicio de José Domingo Godoy Acuña, Julio
César Godoy Godoy, Desiderio Aguilera Solis, José Nazario Godoy Acuña,
Manuel Salamanca Mella y José Mariano Godoy Acuña; y de Miguel Cuevas
Pincheira, a la pena única de seis años y medio de presidio mayor en su grado
mínimo,, más las accesorias de inhabilitación absoluta y perpetua para cargos y
oficios públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones
titulares mientras dure la condena, ya las costas de la causa.
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúne los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiado con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena, se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, sirviéndole de abono el tiempo que permaneció privado de
libertad, desde el 28 de octubre de 2002 según parte policial N° 752 de fs. 1.269;
hasta el 14 de noviembre de 2002, según certificación de fs. 1.386.
8103
11.- PEDRO SEGUNDO RUIZ PARDO, como autor del delito de
secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del Código Penal
(vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometido en la comuna de Santa
Bárbara en perjuicio de Aliro Oporto Durán, a la pena única de quinientos
cuarenta y un días de presidio menor en su grado medio, más las accesorias de
suspensión de cargo u oficios públicos mientras dure la ocndena y las costas de la
causa.
Que, cumpliento con los requisitos indicados en el artículo 4° de la Ley
18.216, se le remite condicionalmente la pena al aludido RUIZ PARDO, debiendo
quedar sujeto a la vigilancia y control de la Sección del Medio Libre de Gendarmería
de Chile, por el lapso de quinientos cuarenta y un días y a cumplir con los demás
requisitos indicados en el artículo cinco de la citada Ley.
Para el caso que se le revocare el señalado beneficio y debiere cumplir
efectivamente la pena de presidio impuesta, se le contará desde que sea habido o
se presente al juicio, sirviéndole de abono el tiempo que ha permanecido privado de
libertad desde el 29 de noviembre de 2005, según parte policial de fs. 2.490, hasta
el 1° de diciembre de 2005, según certificación de fs. 2.498.
12.- EUGENIO VILLA URRUTIA; 13.- JOSÉ ELEODORO BURGOS
SANDOVAL; 14.- JUAN CARLOS BURGOS BELAUZARAN; 15.- CARLOS
SANTIAGO SEPÚLVEDA RIVERA; Y 16.- EXEQUIEL DEL CARMEN CELEDÓN
BARRERA como autores de los delitos de secuestro calificado, contemplado en el
artículo 141 incisos 1° y 3° del Código Penal (vigente a la época de comisión de los
ilícitos) cometidos en la comuna de Santa Bárbara en perjuicio de Cristino
Humberto Cid Fuentealba, José Felidor Pinto Pinto, Luis Alberto Cid Cid, Luis
Alberto Bastías Sandoval, Raimundo Salazar Muñoz; Gabriel José Viveros
Flores, Segundo Marcial Soto Quijón y José Roberto Molina Quezada, a la
pena única de siete años de presidio mayor en su grado mínimo, más las
accesorias de inhabilitación absoluta y perpetua para cargos y oficios públicos y
derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras
dure la condena, y a las costas de la causa.
Que, atendida la extención de la pena aplicada, no reúnen los requisitos
establecidos en la Ley 18.216 para ser beneficiados con alguna de las medidas
alternativas que este cuerpo legal contempla.
Para el cumplimiento de la pena, se les contará desde que sean
habidos o se presenten al juicio, sirviéndoles de abono el tiempo que
permanecieron privados de libertad, correspondiendo a José Eleodoro Burgos
Sandoval, desde el 26 de diciembre de 2001, según certificación de fs. 4.264, hasta
el 9 de abril de 2001, según certificación de fs. 5.037; a Juan Carlos Burgos
Belauzarán, desde el 26 de diciembre de 2001, según certificación de fs. 4.264,
8104
hasta el 14 de marzo de 2002, según certificación de fs. 4.831; a Eugenio Villa
Urrutia, desde el 28 de diciembre de 2001, según certificación de fs. 4.269, hasta el
hasta el 27 de marzo de 2002, según certificación de fs. 5.017; a Carlos Santiago
Sepúlveda Rivera, desde el 5 de enero de 2001, según certificación de fs. 4.378,
hasta el 27 de marzo de 2002, según certificación de fs. 5.015; y a Exequiel del
Carmen Celedón Barrera, desde el 16 de enero de 2002, según certificación de fs.
4.433 vta., hasta el 27 de marzo de 2002, según certificación de fs. 5.010.
17°.- JOSÉ FELICIANO GUTIÉRREZ ORTIZ como autor de los delitos
de secuestro calificado, contemplado en el artículo 141 incisos 1° y 3° del Código
Penal (vigente a la época de comisión de los ilícitos) cometidos en la comuna de
Santa Bárbara en perjuicio de Cristino Humberto Cid Fuentealba, José Felidor
Pinto Pinto, Luis Alberto Cid Cid, Luis Alberto Bastías Sandoval, Raimundo
Salazar Muñoz; Gabriel José Viveros Flores, Segundo Marcial Soto Quijón y
José Roberto Molina Quezada, a la pena de cinco años de presidio menor en
su grado máximo más las accesorias de inhabilitación absoluta y perpetua para
derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos y ofcios públicos
durante el tiempo de la condena y a las costas de la causa.
Que, reuniendo en la especie los requisitos indicados en el artículo 15
de la Ley 18.216, se le concede el beneficio de la libertad vigilada, debiendo
quedar sujeto a la vigilancia y orientación permanente de un delegado por el
período de cinco años, y a cumplir con las demás esxigencias establecidas por el
artículo 17 de la citada Ley.
Para el efecto que se le revocare el beneficio antes indicado, o quepor
cualquier motivo tuviere que cumplir la pena de presidio impuesta, se le contará
desde que sea habido o se presente al juicio, sirvuiéndole de abono el tiempo que
permaneció privado de libertad, desde el 31 de diciembre de 2001, según
certificación de fs. 4.292, hasta el 22 de marzo de 2002, según certificación de fs.
4.891 vta.
18.- Respecto del acusado SERGIO ALEJANDRO PINO CABEZA, se
declara extinguida su responsabilidad penal por muerte, conforme a los
antecedentes consignados en considerando 67° de esta sentencia, por lo que será
absuelto de la acusación judicial y adhesión particular.
B.- QUE SE ACOGE LA DEMANDA CIVIL deducida a fs. 6.461 por la
abogado doña María Raquel Mejías Silva en representación de doña Gretel del
Carmen Campos Díaz, solo en cuanto se condena al Fisco de Chile a pagarle a la
actora, por el daño moral sufrido por el secuestro calificado de su hermano
Sebastián Heraldo Campos Díaz, la suma de sesenta millones de pesos, dentro
de quinto día de ejecutoriado el fallo, con reajustes e intereses corrientes, para
8105
operaciones reajustables, desde que quede ejecutoriada la persente sentencia, con
costas.
C.- QUE SE ACOGE LA DEMANDA CIVIL deducida a fs. 6.490 por el
abogado don Manuel Adolfo Montiel Gómez, en representación de doña Jacinta del
Carmen Godoy Acuña, solo en cuanto se condena al Fisco de Chile a pagarle a la
actora, por el daño moral sufrido por el secuestro calificado de su cónyuge Manuel
Salamanca Mella, la suma de ochenta millones de pesos; y quince millones de
pesos, por el daño moral sufrido por el secuestro calificado de cada uno de sus
hermanos José Domingo, José Nazario y José Mariano, todos Godoy Acuña, dentro
de quinto día de ejecutoriado el fallo, con reajustes e intereses corrientes, para
operaciones reajustables, desde que quede ejecutoriada la persente sentencia, con
costas.
D.- QUE SE ACOGE LA DEMANDA CIVIL deducida a fs. 6.523 por el
abogado don Manuel Adolfo Montiel Gómez, en representación de doña Ana María
D´Apollonio Zapata, solo en cuanto se condena al Fisco de Chile a pagarle a la
actora, por el daño moral sufrido por el secuestro calificado de su padre Sergio
D´Apollonio Petermann, la suma de setenta millones de pesos dentro de quinto
día de ejecutoriado el fallo, con reajustes e intereses corrientes, para operaciones
reajustables, desde que quede ejecutoriada la persente sentencia, con costas.
E.- QUE SE ACOGE LA DEMANDA CIVIL deducida a fs. 6.535 por el
abogado don Manuel Adolfo Montiel Gómez, en representación de doña Ana María
Zúñiga Beroíza, solo en cuanto se condena al Fisco de Chile a pagar a la actora, a
título de daño moral sufrido por el secuestro de su padre José Rafael Zúñiga
Aceldini, la suma de setenta millones de pesos; y, a título de daño moral sufrido
por el secuestro de su tío José Secundino Zúñiga Aceldini, la suma de diez
millones de pesos, dentro de quinto día de ejecutoriado el fallo, con reajustes e
intereses corrientes, para operaciones reajustables, desde que quede ejecutoriada
la persente sentencia, con costas.
F.- QUE SE ACOGE LA DEMANDA CIVIL deducida por el abogado
don Nelson González Bustos, en representación de la querellante Norma Panes
Panes, de Maritza Pilar, Víctor Hugo, Dorian Inés, Fabiola del Carmen y Miguel
Ángel, todos Cuevas Panes, solo en cuanto se condena a Planté Euclides Aravena
Sáez, José Jaime Godoy Godoy, José Heraldo Pulgar Riquelme, Sergio Amador
Fuentes Valenzuela, Jorge Eduardo Valdivia Dames, José Roberto Valdivia Dames,
Luis Enrique Barrueto Barting, Manuel Dario Barrueto Barting y Jorge Denis
Domínguez Larenas a pagar, solidariamente, a doña Norma Panes Panes la suma
de ochenta millones de pesos, como indemnización de perjuicios por daño moral,
sufrido por el secuestro calificado de su cónyuge Miguel Cuevas Pincheira; y a
pagar a favor de cada una de las demandantes Maritza Pilar, Fabiola del Carmen
8106
Víctor Hugo, Dorian Inés, y Miguel Ángel, todos Cuevas Panes, la suma de
cuarenta millones de pesos a cada una como indemnización de perjuicios por
daño moral sufrido por el secuestro calificado de su
padre Miguel Cuevas
Pincheira, dentro de quinto día de ejecutoriado el fallo, con reajustes e intereses
corrientes, para operaciones reajustables, desde que quede ejecutoriada la
presente sentencia, con costas.
Cítese, por la Policía de Investigaciones de Chile, a los sentenciados
para notificarlos personalmente del fallo conforme a lo dispuesto en el artículo 505
del Código de Procedeimiento Penal.
Notifíquese a las partes por cédula, a través de receptor de turno; y a
aquellos que tengan domicilio fuera de esta comuna, mediante exhorto al Tribunal
que corresponda, a fin de que lo haga por el ministro de fe que corresponda.
Regístrese.
Cúmplase. en su oportunidad, con lo dispuesto en el artículo 509 bis del
Código de Procedimiento Penal.
Rol Nº 372 (Episodio Santa Bárbara) y acumulados roles 867 (Episodio Quilaco), 2.531,
2.966 y 2.967, todos del ingreso de primera instancia del Juzgado de Letras de Santa Bárbara.
Dictada por el Ministro en Visita Extraordinaria don Carlos Aldana Fuentes y
autorizada por el Secretario Subrogante don Elí Farías Mardones.
8107
8108
En Concepción a trece de junio de dos mil once, notifiqué por el Estado Diario la
resolución precedente y el fallo de catorce de mayo de dos mil once.
8109
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