MOTHER EARTH SPECIAL EVENT

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Celebración del Dia de la Madre Tierra
22 de Abril de 2009
Juanita Castaño
Directora del PNUMA en Nueva York
Hoy estamos en la primera proclamación por parte de la Asamblea, General del Día de la
Madre Tierra, el 22 de Abril, en la misma fecha en la cual se observa tradicionalmente el Día de
La Tierra en muchos países. Para El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) este es un día muy especial, pues en la primera celebración del día de la Tierra, en
1970, se empezó a concebir la idea de la creación de un programa de Naciones Unidas para el
medio ambiente. Dos años más tarde, en 1972, uno de los resultados de la Conferencia de
Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano, fue la creación del Programa de Naciones Unidas
para el Medio Ambiente, PNUMA, junto con la recomendación de observar el 5 de junio como el
Día Mundial del Medio Ambiente.
Fue a partir de 1970 que los países desarrollados empezaron a entender que sus modelos
de desarrollo tenían un impacto sobre el medio ambiente y que esto dictaría límites para sus
acciones futuras. Al convocar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo, conocida como Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, la Asamblea General
llamó a la transformación de los patrones de producción y consumo del mundo desarrollado. En
la Cumbre Mundial en Johannesburgo en Septiembre del 2002 se lanzó el Programa de diez años
para ello, y la Comisión de Desarrollo Sostenible (CSD) dedicará su próximo ciclo de reuniones
del 2010 y 2011 a este tema. Muchas más efemérides han surgido desde entonces.
No es coincidencia que deseemos llamar la atención global sobre la importancia que
posee el medio ambiente, la tierra, nuestra madre tierra, para la vida misma en este mundo. Para
muchas culturas el concepto de la Madre Tierra es la base misma de su existencia, está vinculado
a sus creencias espirituales y culturales y refleja la interdependencia que existe entre todos los
seres vivientes, humanos, animales y plantas. En la mitología Inca, la Pachamama es la diosa de
la fertilidad y preside sobre la siembra y la cosecha, o sea la base de la vida. Por eso se le rinde
culto aún hoy, como hace miles de años. La celebración de este día busca llamar la atención
sobre la sabiduría ancestral que reconoce la importancia holística del medio ambiente para la
vida en la tierra. Nadie puede prescindir del medio ambiente y aquellos que lo abusen, que usen
en exceso sus recursos, están poniendo en peligro no sólo la supervivencia de las próximas
generaciones, sino la existencia de las actuales.
Culturas ancestrales y sabias han sabido entender los vínculos existentes entre todos los
seres vivos sobre la tierra y la importancia de respetarlos para garantizar su existencia y con ello
la sobrevivencia del ser humano en este mundo. Por ello, no es de sorprenderse que estas
culturas hayan rechazado históricamente los llamados valores modernos que en los últimos más
de 200 años, basaron el desarrollo de la humanidad en la explotación extensiva de los recursos de
la naturaleza, como si estos fueran infinitos.
Las llamadas civilizaciones modernas parecen seguir viendo la tierra desde la misma
perspectiva que se veía antes que Colón demostrara que es redonda. Parecen visualizarla como
una planicie vasta e ilimitada, en la cual basta con marchar en dirección al horizonte para
encontrar más recursos, de modo que se pueda promover mayor consumo para beneficio de las
empresas que transforman esos recursos en bienes y servicios. Se ha promovido mas una cultura
del consumismo, que una cultura del uso de bienes necesarios, olvidando tomar un momento
para pensar que en el entretanto la biodiversidad de la cual todos vivimos, y nuestras futuras
generaciones tratarán de hacerlo, no se está cuidando, no se está protegiendo y no está siendo
integrada en las más íntimas fibras de nuestro ser. Somos consientes de proteger a nuestros
hijos, nuestros patrimonios, nuestras habilidades, pero de alguna manera no hemos logrado
integrar a la Madre Tierra dentro de ese esquema de protección.
Si el modelo económico actual prevalece en un mundo que tendrá más de 9000 millones
de habitantes en el 2050, y si la huella ecológica de esos 9000 millones de habitantes sigue los
actuales patrones de producción y consumo de los países afluentes, se habrá generado un
desequilibrio ecológico cuyas proporciones y consecuencias son inimaginables. En respuesta, el
PNUMA ha llamado a un Nuevo Tratado Global Verde (Global Green New Deal) para
transformar la economía en una realmente consciente de las circunstancias medio ambientales
del planeta. Creemos que esto es un camino obligado hacia la búsqueda de soluciones a los
problemas económicos y de cambio climáticos. El documento político recientemente presentado
por el PNUMA es el producto fructífero del trabajo realizado junto con otras agencias y
programas de las NNUU, el Banco Mundial, la OECD, importantes economistas y ONGs. Se
propone invertir el 1% del Producto Interno Bruto (GDP) en cinco sectores claves: Transporte
sostenible, eficiencia energética, energía renovable, aforestación y reforestación, agricultura
sostenible y protección a la biodiversidad. Esta iniciativa incluye un conjunto de medidas para
asistir a los países pobres a alcanzar las metas del milenio (MDGs) y a avanzar en su desarrollo
económico verde.
Hoy día el manejo inteligente, consciente y respetuoso de los recursos del planeta son el
fundamento de la existencia, especialmente en un momento en el que la comunidad internacional
está enfrentada a una doble crisis, climática y económica, de grandes proporciones y que debe
dar un ímpetu positivo a las negociaciones, para lograr un acuerdo sobre cambio climático en
Copenhagen dentro de ocho meses.
La observancia de días como este, y el que se aproxima en seis semanas, el Día Mundial
del Medio Ambiente el 5 de junio, son herramientas para elevar la conciencia sobre la
importancia del momento histórico que vivimos. Igualmente es una forma más de recordar la
responsabilidad que tienen los tomadores de decisiones para dejar una Madre Tierra a las
generaciones que vienen, ese milagro de la fertilidad, de la siembra y de la cosecha. Ojalá todos
podamos cosechar de las buenas decisiones que los gobiernos con el apoyo y la acción de la
sociedad civil y del sector privado tomen con espíritu de solidaridad mundial para proteger los
recursos de nuestra Madre Tierra.
Para terminar, permítanme desear un Feliz Día de la Madre Tierra en Quechua:
“Mama allpamanta sumaymana punlla!”
Muchas gracias!
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