La caza masiva de ballenas favorece el calentamiento global 1. • Un experto en fauna antártica descubre el nexo entre cetáceos y temperaturas 2. • Victor Smetacek propone 'sembrar' de hierro el mar para que aumente el plancton Unos pescadores japoneses suben a bordo una ballena en el Antártico, en septiembre del 2000. Foto: ARCHIVO / REUTERS LETICIA TIMÓN MADRID Hasta ahora, se sabía que las causas del calentamiento global estaban principalmente relacionadas con las emisiones directas de determinados gases a la atmósfera, especialmente CO2 (dióxido de carbono), que son los que retienen el calor del sol y provocan el llamado efecto invernadero. Lo que no se esperaba era que la caza masiva de ballenas también tuviera algo que ver con dicho calentamiento. Pero, según explicó ayer el profesor Víctor Smetacek, del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar de Alemania, en el segundo Debate sobre Biología de la Conservación, organizado por la fundación BBVA, la desaparición de miles de ballenas azules en la Antártida "ha tenido graves consecuencias sobre la cadena trófica, que han contribuido al calentamiento global". En su teoría, Smetacek expuso que, tras la caza masiva de 300.000 cetáceos a finales de la década de los años 30, se produjo, paradójicamente, una reducción de las existencias de krill (única especie de crustáceo de la que se alimentan) y, en consecuencia, de hierro. De esta observación, el profesor dedujo que estos grandes mamíferos desempeñan un papel fundamental para reciclar hierro, elemento clave para la productividad biológica en el océano Antártico, ya que favorece el enfriamiento continental y la absorción de CO2 atmosférico. "Las ballenas funcionan como fertilizadoras al sintetizar el hierro y permitir así el mantenimiento de las temperaturas", resumió el profesor, pionero en la investigación experimental de la Antártida. SOLUCIONES Detectado el problema, aportó una solución innovadora que aún está en debate entre la comunidad científica internacional: la fertilización del Atlántico sur con hierro para que el incremento del plancton y el consumo de este por las ballenas capture más dióxido de carbono atmosférico. "Se trata de una técnica de ingeniería global que debe realizarse a través de estos cetáceos porque el hierro es insoluble en agua pero se vuelve soluble si se combina con elementos orgánicos", ratificó el profesor. De hecho, aunque aún no se ha podido comprobar directamente con ballenas, sí se han realizado numerosos experimentos en el entorno que justifican su teoría. ECOSISTEMA MARINO En el debate también se abordaron los efectos directos del calentamiento global sobre los ecosistemas polares. Jaume Forcada, doctor del British Antartic Survey (Reino Unido), ha centrado sus investigaciones en el Ártico y ha determinado que la reducción del grosor y la extensión del hielo polar modifican los ecosistemas marinos más rápido de lo que se esperaba. Este hecho repercute sobre el alimento de aves y mamíferos marinos más vulnerables como los pingüinos y las focas, hasta el punto de provocar redistribuciones de estas poblaciones. Forcada alertó que, según las previsiones realizadas, "la disminución de los individuos de las especies será cada vez más frecuente si las condiciones actuales se mantienen y, sobre todo, si empeoran".