ASOCIACIONISMO Y PARTICIPACIÓN CÍVICO-POLÍTICA DE LOS MIGRANTES MARROQUÍES EN LA REGIÓN DE MURCIA: CRISIS, TRANSFORMACIONES Y EMERGENCIA DE NUEVOS ESPACIOS DE PARTICIPACIÓN Isabel Cutillas ([email protected]) Natalia Moraes ([email protected]) Abstract En esta comunicación se presentarán los primeros resultados de un estudio de carácter exploratorio que se viene desarrollando en la Región de Murcia con el objetivo de analizar, desde una perspectiva local-transnacional, el tejido asociativo marroquí en esta Región y cómo ha influido sobre el mismo la actual situación económica y los cambios políticos-institucionales que se vienen produciendo tanto en España como en Marruecos. Palabras clave: migraciones, asociacionismo, transnacionalismo, Marruecos, Región de Murcia. 1. INTRODUCCIÓN Esta comunicación tiene por objeto presentar los primeros avances y resultados de una investigación aún en marcha que persigue conocer las características del asociacionismo marroquí en la Región de Murcia desde una perspectiva localtransnacional en un contexto de cambio. Este estudio tiene como hipótesis de partida que la vinculación y prácticas transnacionales de los migrantes implican que el movimiento asociativo migrante, y la labor de los asociados que lo componen, no se encuentre únicamente influenciado por el contexto de recepción, sino también por el contexto del país de origen y por otra serie de actores no estatales (Moraes, 2010; Cortés y Sanmartín, 2010). Las características socio-demográficas e históricas de la Región de Murcia, y como éstas han influido en la construcción de esta Comunidad como zona de llegada de población migrante, y la escasa atención que desde el ámbito investigador se ha prestado al asociacionismo marroquí justifican y explican la puesta en marcha de esta investigación. Con tal fin, se viene utilizando una metodología cualitativa que, aunque prácticamente centrada en la técnica de las entrevistas semiestructuradas, ha 1 incorporado también otras herramientas como las historias de vida o la observación participante. El carácter exploratorio de este estudio y las dificultades encontradas a la hora de desarrollar el trabajo de campo (localizar y contactar con el tejido asociativo marroquí en la Región de Murcia) han hecho que la información aportada por informantes cualificados en este ámbito fuera fundamental a la hora de estructurar y desarrollar este trabajo. Junto a éstos, se ha entrevistado a representantes de la Administración Pública, a miembros de organizaciones pro-migrantes y, por supuesto, a migrantes marroquíes integrantes de estas asociaciones. Los primeros resultados y conclusiones apuntan hacia un tejido asociativo débil y enormemente afectado por la actual situación económica, que no puede desarrollar las funciones que otros movimientos asociativos migrantes tienen respecto a la sociedad española, y tampoco respecto al contexto marroquí. 2. LA MIGRACIÓN MARROQUÍ EN LA REGIÓN DE MURCIA En el año 2012 el 16,17% de la población residente en la Región de Murcia tenía origen extranjero1. Estos datos son el resultado de un continuo e intenso crecimiento de los movimientos migratorios hacia esta comunidad a partir de la década de los 90. Así, si en 1996 la Región de Murcia contaba con 8.469 personas de origen extranjero, está cifra se incrementó hasta los 238.393 para el año 2012. Este crecimiento de la población inmigrante, que se mantuvo de forma continuada hasta el año 2010, encuentra un importante punto de inflexión en el año 2001, cuando por vez primera la Región de Murcia supera la media española en proporción de extranjeros empadronados sobre la población total (De Prada, 2005:65). A partir del año 2010, y relacionado sin duda con los efectos del actual ciclo económico, la población de origen extranjero residente en la Región de Murcia comienza un lento pero significativo proceso de reducción. El crecimiento de la población migrante en la Región implica el fin de la tradicional Murcia Emigrante y el comienzo de la Murcia Inmigrante (Pedreño y Torres, 2008: 149). Tras la Guerra Civil, y en especial tras la postguerra, la ausencia de un tejido industrial con capacidad para aprovechar el crecimiento económico que vivía Europa y determinadas zonas de España (como el País Vasco o Cataluña), y la concentración de la población activa en un sector agrícola ahogado por la política autárquica del régimen franquista en primer lugar y, posteriormente, con el inicio de la mecanización, por un 1 Porcentaje sólo superado por las Islas Baleares (21,67%) y la Comunidad Valenciana (17,21%). 2 excedente de mano de obra sin opciones de recolocación, impulsó a muchos murcianos a la emigración. De hecho, habrá que esperar hasta la década de los 80 para observar un saldo migratorio positivo (Martínez Carrión, 2005:45) para la Región de Murcia. El notable incremento de la población en la Región de Murcia en las últimas dos décadas coincide en el tiempo con un largo periodo de profundo crecimiento económico, existiendo entre ambos fenómenos una relación de causa y consecuencia mutua. Este proceso de crecimiento económico, que comenzó a dar claros síntomas de agotamiento en el año 20092, tuvo como principales motores de desarrollo actividades muy intensivas en mano de obra (agricultura, turismo o construcción). De modo que la inmigración supuso, al facilitar esa fuerza de trabajo, uno de los factores más importantes para el desarrollo económico de la Región. Algunos autores han llegado a cifrar en un 54,16% la aportación de la inmigración al incremento global del PIB en Murcia para el periodo 2000-2006 (Conde-Ruiz et al., 2009). Por tanto, el contexto de esta investigación se encuentra conformado, por un lado, por una Región en la que el cambio de zona de emigración a zona de inmigración ha tenido “unos perfiles más pronunciados” (Pedreño y Torres, 2008: 149) que en el resto de España, recorriéndose en apenas una década el camino hacia la sociedad multicultural (Pedreño y Torres, 2008:111). Y, por otro, por una estructura socioeconómica fuertemente influida por un modelo económico de inestables pilares y muy dependiente de mano de obra no cualificada. Dentro de esta sociedad multicultural que es la Región de Murcia, los migrantes marroquíes constituyen, desde la década de los 90, el grupo migratorio más numeroso en esta Comunidad. Aunque es cierto que a partir del año 2000 comienza a producirse una “latinoamericanización” (Pedreño y Torres, 2008:150) de la inmigración en Murcia, la población marroquí sigue constituyendo el principal colectivo de migrantes en esta región. Así, aunque la representación de los marroquíes entre el grupo migrante en Murcia se haya visto reducida de un 50,86% en 1996 a un 25,35% en 2012, éste porcentaje continua siendo muy superior al presentado por el colectivo ecuatoriano (15,73%), segundo grupo más numeroso. 2 De acuerdo con el Centro Regional de Estadística de la Región de Murcia, el año 2009 finalizó con una reducción del Producto Interior Bruto, algo que no sucedía desde la crisis económica de principios de la década de los noventa: http://www.carm.es/econet/sicrem/PU_datosBasicos/sec42.html (Última consulta: 08/04/2013) 3 GRÁFICO Nº 1. EVOLUCIÓN DEL TOTAL DE POBLACIÓN MARROQUÍ EN LA REGIÓN DE MURCIA (1998-2012) 70.000 60.000 50.000 40.000 30.000 20.000 10.000 0 12 20 11 20 10 20 09 20 08 20 07 20 06 20 05 20 04 20 03 20 02 20 01 20 00 20 99 19 98 19 Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos del INE Los migrantes marroquíes en la Región de Murcia, además de constituir el colectivo migrante mayoritario, presentan una serie de rasgos demográficos y socioeconómicos que es preciso comentar, aunque sea de forma breve, para entender el ámbito en que se inserta esta investigación. En primer lugar, se trata de un grupo aún hoy notablemente masculinizado, el 65,5% de los marroquíes que residían en esta Comunidad en el año 2012 eran hombres. De hecho, la incorporación significativa de la mujer al proyecto migratorio marroquí en España, y también en la Región de Murcia, se produjo con posterioridad a la del hombre y se entiende muy vinculada al proceso de agrupación familiar (Colectivo IOÉ, 2012:1). Por otro lado, la migración marroquí se caracteriza por su importante tasa de ocupación, especialmente masculina pero también femenina, en el sector agrícola. Sin embargo, en los últimos años, se ha producido un destacable incremento de la participación de las mujeres marroquíes en trabajos relacionados con el mantenimiento del hogar y el cuidado de personas dependientes (niños, enfermos o ancianos). Esta participación de los migrantes marroquíes en el mercado laboral, especialmente orientada hacia la agricultura, se refleja en la distribución de esta población a lo largo del territorio de la Región de Murcia. Así, la población marroquí tiene una importante presencia, como también sucede con otros colectivos migrantes, en aquéllos municipios donde el sector agrícola tiene un mayor peso. Además, la masiva ocupación de los migrantes marroquíes en la agricultura, actividad frecuentemente vinculada a “un estatus inseguro y sin derechos” (Laubenthal, 2005:171), influye también en el desarrollo socioeconómico de este colectivo y en los proyectos y expectativas de estos migrantes. 4 TABLA Nº 1. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN MARROQUÍ EN LOS MUNICIPIOS DE LA REGIÓN DE MURCIA. AÑO 20123. Marruecos MURCIA (Región de) 62.766 Murcia 12.556 Cartagena 11.176 Lorca 6.317 Torre-Pacheco 4.047 San Javier 3.066 Mazarrón 2.861 Fuente Álamo 1.866 San Pedro del Pinatar 1.804 Molina de Segura 1.643 Alhama de Murcia 1.526 Cieza 1.359 Alcázares (Los) 1.245 Unión (La) 1.219 Santomera 1.042 Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos del Centro Regional de Estadística de la Región de Murcia (ECONET). Por último, el hecho de que la mayor parte de los migrantes marroquíes procesen el Islam, la tenencia de una lengua materna distinta al castellano o la posesión de una cultura política diferente, entre otros factores y estereotipos, se encuentran en la base de la construcción social de los marroquíes como la gran otredad. De hecho, los marroquíes son uno de los grupos de migrantes peor aceptados y valorados por los españoles. Así lo expresan Torres et al. cuando afirman que los migrantes marroquíes constituyen “el colectivo que más hostilidad suscita por parte de la población autóctona, que muestra una mayor preferencia por la inmigración latinoamericana” (Torres et al., 2006:54). 3 Se muestran únicamente los datos de aquellos municipios en los que residen más de mil personas de origen marroquí. 5 3. SITUACIÓN DEL ESTUDIO DEL ASOCIACIONISMO MARROQUÍ EN LA REGIÓN DE MURCIA El asociacionismo marroquí en la Región de Murcia ha recibido una escasa atención por parte de académicos e investigadores. De hecho, no se ha localizado ningún trabajo que aborde el tejido asociativo marroquí presente en la Región como principal objeto de análisis. De este modo, las únicas referencias encontradas pertenecen a aquéllas investigaciones que, tratando de ofrecer una visión global del asociacionismo migrante en esta Comunidad, introducen algunos datos y aportan cierta información sobre el movimiento asociativo de marroquíes. En este sentido, uno de los estudios clave en relación con el asociacionismo migrante en la Región de Murcia fue el llevado a cabo por Morales et al. (2005) dentro de un proyecto de investigación europeo. En este trabajo, centrado en el estudio de la integración cívico-política de los migrantes, se apuntan algunas características del asociacionismo marroquí en Murcia, como su escaso desarrollo (en relación al volumen de población que compone el colectivo), el menor tamaño de sus asociaciones4 o la reducida presencia de la mujer en estas agrupaciones. En el año 2008, Torres editaba una obra en la que se abordaba el proceso de inserción de los migrantes en tres municipios de la Región de Murcia (Torre Pacheco, La Unión y Fuente Álamo) y las transformaciones económicas, productivas, sociales y demográficas que se venían produciendo en éstos. En este marco, sus autores evaluaban la situación del asociacionismo marroquí en la zona de estudio. Ellos distinguían dos tipos de asociaciones integradas por población marroquí: las religiosas, vinculadas a los oratorios, y aquéllas orientadas a aspectos civiles y sociales en las que la confesión de sus miembros no intervenía; teniendo las primeras una mayor presencia. En el año 2011, y dentro de la primera fase de diagnóstico del programa de codesarrollo TAWASOL llevado a cabo por la CARM y la Fundación CEPAIM, se realizó un estudio cuantitativo con el fin de conocer las principales características socioeconómicas y demográficas de los migrantes procedentes de la Dukkala y de la Región Oriental de Marruecos en la Región de Murcia. En relación con la participación asociativa dicho estudio concluía que “no existe una estructura organizativa civil que permita canalizar la actividad social y la gestión de demandas o necesidades de los marroquíes” (Castaño y Manjcavas, 2011:41). 4 Aunque este dato es sólo es cierto si se extrae del análisis a ATIME, asociación de marroquíes ya desaparecida que contaba con más de 5.000 socios en la Región de Murcia. 6 4. PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL MOVIMIENTO ASOCIATIVO MARROQUÍ EN LA REGIÓN DE MURCIA De acuerdo con la actualización más reciente (31 de diciembre de 2012) a la que es posible acceder del Registro de Asociaciones de la Región de Murcia5, el movimiento asociativo marroquí en esta Región se compone de 40 asociaciones, concentradas en 20 de los 45 municipios en que administrativamente se organiza dicha Comunidad Autónoma. Sin embargo, la multitud de condicionantes que influyen sobre el número real de asociaciones es tan amplia que debiera tomarse este primer dato con enorme cautela. En este sentido, y siguiendo a Veredas (Veredas, 2004:407), es preciso tener en cuenta una serie de factores. En primer lugar, no todas las asociaciones se encuentran debidamente inscritas en el Registro correspondiente, ni existe un único registro para todas las asociaciones, sino qué este variará en función del ámbito de actuación y de los fines de la agrupación. Para esta investigación, se decidió centrar el estudio en aquellas asociaciones que tuvieran como ámbito de actuación la Región de Murcia o alguno de sus municipios y que se encontraran correctamente registradas. En segundo lugar, la enorme variedad de términos, conceptos y nombres que con frecuencia se usan en la denominación de estas asociaciones (árabe, marroquí, musulmana, Ennour, El-Fath…) puede provocar errores en la identificación de las mismas. En este estudio se optó por aquéllas asociaciones que, bien en su nombre o bien en la pequeña descripción de sus fines que aparece en el registro, hicieran referencia explícita a su composición por población marroquí. Además, no todas las asociaciones inscritas en el Registro mantienen un funcionamiento real pues, tal y como sucede para el conjunto del movimiento asociativo, pese a la importante tasa de mortalidad que estas asociaciones presentan, la muerte de una de ellas no suele conllevar que se de de baja a ésta en el Registro correspondiente. Además, no se trata únicamente de una realidad con enormes dificultades para ser identificada, sino también para ser localizada. Así, de las 40 asociaciones que aparecen en el Registro, sólo 2 de ellas cuentan con un espacio en Internet (una página web y un blog) a través del cual poder conocer su asociación, actividades, proyectos y fines, o establecer algún tipo de contacto. En otros pocos casos, la asociación aparece vinculada a una dirección, que generalmente coincide con la vivienda de un particular, y a un 5 Organismo dependiente de la Secretaría General de la Consejería de Presidencia de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. 7 teléfono, que no siempre pertenece a una persona que continúe participando activamente en la asociación. De este modo, la planificación y ejecución del trabajo de campo está resultando tremendamente compleja, resultando el muestreo por bola de nieve la técnica que mejor resultados está ofreciendo. A pesar de las limitaciones que ofrece el Registro de Asociaciones a la hora de cuantificar el movimiento asociativo, éste aporta una serie de datos que permiten caracterizar geográfica y diacrónicamente el desarrollo de las asociaciones marroquíes en la Región de Murcia. Así, en relación a la ubicación territorial de las asociaciones objeto de estudio, son aquéllos municipios con una mayor presencia de población marroquí los que albergan el mayor número de asociaciones. Es de nuevo interesante señalar, como se hizo en un epígrafe anterior, que la población marroquí no se concentra en las grandes ciudades (a excepción de Murcia y Cartagena) de la Región de Murcia, sino en aquéllos municipios que cuentan con un importante desarrollo del sector agrícola, principal actividad laboral de este colectivo migrante. TABLA Nº 2. DISTRIBUCIÓN DEL ASOCIACIONISMO MARROQUÍ EN LOS MUNICIPIOS DE LA REGIÓN DE MURCIA. AÑO 2012. MUNICIPIO Cartagena Murcia San Javier Fortuna Fuente-Álamo Lorca Torre Pacheco Águilas Alcantarilla Los Alcázares Alhama de Murcia Archena Jumilla Librilla Mazarrón San Pedro del Pinatar Santomera Torres de Cotillas Yecla Nº ASOCIACIONES 9 8 3 2 2 2 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos del Registro de Asociaciones de la Región de Murcia. Por otro lado, y en relación con el surgimiento del movimiento asociativo marroquí en Murcia a lo largo del tiempo, resulta interesante señalar que, aunque la asociación 8 más antigua recogida en este Registro data de 1994, el 43,5% de las 40 asociaciones registradas entre 1994 y 2012 fueron fundadas en el bienio 2004-2006. Las oportunidades laborales y económicas existentes en ese periodo, que coincide con los años de mayor crecimiento del PIB en España, las oportunidades para el desarrollo de un proyecto migratorio introducidas por el Real Decreto 2393/2004 sobre derechos y libertades de los Extranjeros en España y su integración social (que modifica la Ley Orgánica 14/2003) o la consolidación en esta etapa de bonanza de distintas fuentes de financiación a las que las organizaciones de migrantes podían acceder, se encuentran entre los motivos que podrían explicar la importante fundación de asociaciones en esta Comunidad Autónoma por el colectivo marroquí entre los años 2004 y 2006. Además de cuántas asociaciones marroquíes hay en Murcia, dónde están y desde cuándo, resulta interesante conocer otras características básicas de las mismas. Así, a lo largo de las entrevistas y encuentros con los asociados se intentó conocer cuáles fueron los motivos que condujeron a la formación de las asociaciones. A pesar de la distinta casuística particular en la que se encuentra inmersa cada asociación, la relación con el entorno institucional (local o regional) y la percepción de un aislamiento individual (carencia de refuerzo grupal) y colectivo (ausencia de contacto intercultural) aparecen como los principales motivos para involucrarse y desarrollar proyectos asociativos. De este modo, para los miembros fundadores de algunas asociaciones, la creación de éstas constituía, por un lado la oportunidad de reforzar la condición de grupo y canalizar las necesidades y demandas colectivas [“…tener un espacio para nosotros donde podemos encontrarnos, donde podemos reflejar nuestras ideas…” (Líder asociativo, Torre Pacheco)]. Y, por otro lado, un medio para potenciar, formalizar o desarrollar la colaboración y participación que venían llevando a cabo con distintos colectivos y Administraciones Públicas a título individual o de grupo [“ya habíamos empezado a hacer alguna cosita, habíamos empezado a hacer alguna jornada de puertas abiertas (…), y entonces nos dicen << bueno, pues formar una asociación independiente, bueno o paralela, a lo que es la religiosa, que siempre os podremos echar una mano, os podremos orientar (…)>>” (Líder asociativo, Lorca)]. Respecto a la composición de las asociaciones estudiadas conviene destacar, siendo un elemento ampliamente documentado por la literatura para el conjunto del tejido asociativo, la diferencia existente entre el número de socios formales y el de números activos. Así, todas las asociaciones manifiestan un número notable de socios (llegando en algún caso a superar los 350 miembros), pero un grupo activo de no más de 20; lo 9 que limita enormemente la capacidad operativa de estas asociaciones. Además, y como se verá posteriormente, las exigencias impuestas por la situación económica actual ha ocasionado que muchos miembros hayan tenido que reducir o incluso limitar su dedicación al movimiento asociativo, incrementando la debilidad estructural de estas asociaciones. [“El problema que tenemos ahora con la crisis es que la gente hace como los nómadas, van cambiando de un sitio a otro para buscarse la vida” (Líder asociativo, Molina de Segura)]. En relación con la composición del movimiento asociativo marroquí en la Región de Murcia, resulta preciso realizar algunas referencias, aunque sea brevemente, al nivel de formación de sus integrantes. Así, resulta interesante que, pese a que sólo un 3% de los migrantes marroquíes que residen en España dispone de formación universitaria (Colectivo IOÉ, 2012:1), la mayor parte de los miembros de las juntas directivas de las asociaciones entrevistadas contaban con formación secundaria o universitaria. La mayor formación, probablemente relacionada también con el origen social, convierte a estos individuos en los mejor preparados para asumir el liderazgo del movimiento asociativo. Dentro de las características básicas de este asociacionismo migrante conviene destacar cuáles son las actividades e iniciativas desarrolladas por estas asociaciones y cómo la puesta en marcha de las mismas conlleva el establecimiento de relaciones y colaboraciones con otros actores políticos y sociales. Las asociaciones estudiadas llevan a cabo principalmente tres tipos de actividades: asesoramiento legal (renovación de permisos, distribución de información sobre trámites legales…), formación (apoyo escolar, clases de idiomas, cursos…) y mediación e interpretación (acompañar a los padres a las reuniones en los centros educativos, atención temprana…). Su orientación hacia lo local y hacia el colectivo migrante caracterizan estas actuaciones. En relación a qué actores forman parte de la red de contactos habituales de estas asociaciones, destacan las referencias a las administraciones locales, a otras asociaciones de migrantes (marroquíes o no) y a las asociaciones pro-migrantes y de vecinos, imponiéndose de nuevo la lógica de lo local. 10 5. ASOCIACIONISMO MARROQUÍ EN TIEMPOS DE CRISIS Los efectos de la actual crisis económica están dañando seriamente el tejido asociativo marroquí presente en la Región de Murcia. Como se ha dicho anteriormente, la incorporación de la población marroquí al mercado de trabajo se ha caracterizado en la Región de Murcia por su concentración en sectores muy intensivos en mano de obra (agricultura, trabajo doméstico, construcción…) y muy vulnerables a la precariedad, la inestabilidad y la inseguridad laboral. Es por ello que la caída de la economía y especialmente el derrumbe del empleo han afectado de forma notable a este colectivo. Bajo este escenario son muchos los ciudadanos marroquíes que han tenido que prescindir del tiempo que antes dedicaban al ámbito participativo para ocupar éste en tareas que garanticen su supervivencia económica y social [“hay que hacer lo que sea, trabajar en lo que sea y como sea. ¿Tú crees que va a quedar tiempo para trabajar en la asociación?”(Líder asociativo, Torre Pacheco)]. Además, las escasas oportunidades laborales existentes en la Región han reactivado el proyecto migratorio de una destacable parte de estos migrantes que han optado por volver a migrar hacia un nuevo Norte más próspero. [“Se está emigrando hacia países del Norte: Francia, Bélgica… Mira, aquí lo que está pasando realmente es que los marroquíes que llevan aquí, por ejemplo, la primera y la segunda generación, el 90% o el 80% tiene la nacionalidad española y lo que están haciendo es pues coger a sus hijos e irse, pero no para Marruecos, porque ellos tienen claro que no van a volver a Marruecos. Para el Norte” (Líder asociativo, Molina de Segura)]. De hecho, y de acuerdo con las cifras del Padrón Municipal, la población de origen marroquí presente en la Región de Murcia es hoy menor que en el año 2010. Estos fenómenos, directamente vinculados con las carencias existentes en el mercado de trabajo, han dañado la estructura de prácticamente todas las asociaciones y provocado la desaparición de muchas de ellas. Por otro lado, la actual crisis económica y financiera ha limitado hasta la extenuación las posibilidades de acceder a fuentes de financiación y subvención pública y privada por parte de las distintas asociaciones. Esta carencia de recursos económicos ha conllevado la eliminación de una parte importante de las actividades y proyectos que las distintas asociaciones venían desarrollando, pero también el tener que renunciar a la puesta en marcha de nuevos programas o propósitos. [“Estamos ahí, sobreviviendo, porque había proyectos que se subvencionaban de la Dirección General de Inmigración 11 en Murcia y ahora de allí hay cero euros en inmigración y las de arriba pues lo mismo, no hay nada para inmigración, entonces nosotros sobrevivimos a través del voluntariado actualmente (…). Queríamos seguir con el Proyecto de Intercambio de Experiencias pero la verdad es que, por el tema de las subvenciones y eso no podemos llevarlo a cabo ya” (Líder asociativo, Torre Pacheco)]. La ausencia de financiación ha afectado también a la ya escasa infraestructura de la que disfrutaba una parte del tejido asociativo marroquí presente en la Región de Murcia. De este modo, la pérdida de un local correctamente habilitado para la realización de las distintas actividades y actuaciones de la asociación ha sido una de las consecuencias más frecuentes del actual contexto. El carecer de un lugar propio para la asociación dificulta enormemente la supervivencia de ésta y también la prestación de aquéllos servicios, como es el caso de la formación, que requieren de un espacio adecuado para ser llevados a cabo. Como se está señalando a lo largo de esta comunicación, el asociacionismo marroquí en Murcia afronta ciertos problemas, aunque comunes a la mayor parte del movimiento asociativo migrante, (en el alcance de sus actuaciones, en su capacidad de actuación, en su dinamismo…). La actual crisis económica ha incrementado las problemáticas ya propias de un asociacionismo débil y ha dejado en una compleja situación a las asociaciones. 6. MUJERES, NIÑOS Y ASOCIACIONISMO Las mujeres marroquíes participan en el tejido asociativo en menor medida que los hombres. Aunque el carácter exploratorio de este estudio no permite cuantificar esa diferencia ni tratar de explicarla, la observación realizada en las asociaciones y la información obtenida a través las entrevistas efectuadas permite afirmar la existencia de una menor participación de las mujeres. Una encuesta realizada por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y la Fundación CEPAIM, dentro del diagnóstico previo al desarrollo del programa TAWASOL, concluye que sólo el 2,7% de las mujeres participaban en alguna asociación, frente a un 23,32%6 de los hombres (Castaño y Manjcavas, 2011:44). 6 Este elevado porcentaje responde a la existencia de ATIME en el momento en que tal estudio fue llevado a cabo. 12 Sin embargo, según el discurso de los líderes asociativos entrevistados, las mujeres ocupan un papel fundamental dentro de la actividad habitual de estas asociaciones, pues a ellas se dirigen la mayor parte de las actividades, proyectos y actuaciones puestos en marcha. Se es consciente de la posición de desventaja en la que éstas, incorporadas con posterioridad al proyecto migratorio, se encuentran (desconocimiento del idioma, menor incorporación al ámbito laboral, menor formación…) y se intenta que la asociación contribuya a la eliminación de la misma. Las mujeres constituyen una figura tan presente como ausente dentro del movimiento asociativo marroquí en la Región de Murcia. De este modo, las asociaciones construyen el discurso de la mujer como “base social de toda la familia” (Líder asociativo, Molina de Segura), entendiéndose que la paulatina incorporación de ésta a la sociedad española mejora y normaliza la situación y visión del conjunto del colectivo. [“La incorporación de la mujer ha sido un elemento esencial en todo lo que es la visión de la población autóctona hacia el inmigrante. Antes veían mayoritariamente hombres solos, ahora esos hombres han traído a sus mujeres, tienen niños que van al colegio, las madres van al centro de salud, al mercadillo…se ha normalizado” (Líder asociativo, Torre Pacheco)]. Es bajo este planteamiento en el que las distintas agrupaciones consideran preciso dotar a las mujeres de las herramientas que le permitan actuar de lleno en la nueva sociedad en la que se encuentran. Por ello una de las intervenciones transversales a todas las asociaciones son los cursos de formación y de desarrollo de habilidades sociales destinados a mujeres, así como la intervención directa en aquéllas familias que se precisa oportuno. Estas actuaciones abarcan desde la enseñanza del castellano hasta la preparación para el desarrollo de las actividades diarias (trámites burocráticos, conocimientos de la realidad social…). [“Necesitamos que la mujer sepa como hacer su tarjeta médica, cómo empadronar a sus hijos…lo básico”(Líder asociativo, Molina de Segura); “Las mujeres van al centro de salud y no saben como pedir una cita, cómo decir que les duele la barriga o como ir al banco y abrir una cuenta bancaria o usar el cajero”(Líder asociativo, Torre Pacheco); “Hay chicas que estaban en colegios y sus padres querían sacarlas de estudiar y hemos hablado con la familia para que las dejen estudiar, hacer ver que los estudios son algo bueno” (Líder asociativo, Lorca); “Tenemos que tratar de sacar a la mujer de su casa” (Líder asociativo, Lorca)]. Algo similar ocurre en el caso de los niños y jóvenes, el otro gran colectivo hacia el que se orienta una parte importante de la actividad de las asociaciones. Sin embargo, 13 en este caso, y aunque se coincide en que “ellos son la base, son el futuro” (Líder asociativo, Molina de Segura), es posible distinguir dos discursos claramente diferenciados. Por un lado, algunas asociaciones entienden la actuación sobre los niños como un medio para asegurar su desarrollo en igualdad dentro del contexto español. Se ofrecen clases de apoyo escolar y de refuerzo del castellano, se forma a los padres sobre el funcionamiento del sistema educativo o se orienta formativa y laboralmente a los jóvenes. [“Tú piénsalo, muchos de ellos no hablan bien el español, les cuesta mucho estudiarse las cosas” (Líder asociativo, Molina de Segura)]. Por otro lado, y con un planteamiento más relacionado con la vinculación con la sociedad de origen y la identidad de los niños, otras asociaciones orientan las actividades formativas con este colectivo hacia el conocimiento de la cultura de Marruecos y del árabe, entendiendo que de esta forma se dota a los niños de una posición como individuo en el mundo. [“Aquí se sienten extranjeros, pero si van a su país se sienten extranjeros. Entonces es importante que el niño joven inmigrante de aquí sobre todo sienta a que grupo pertenece. Entonces si aquí le están diciendo que no es de aquí, que lo señalan como extranjero, como inmigrante, es bueno darle a él unos conocimientos de su idioma materno y de su cultura. Pero las instituciones de aquí se niegan, <<que aprendan el castellano>>” (Líder asociativo, Lorca)]. 7. DESDE UNA PERSPECTIVA TRANSNACIONAL El enfoque transnacional trata de mostrar como los migrantes mantienen relaciones y desarrollan sus experiencias vitales de manera simultánea en al menos dos sociedades. Este vivir en más de un lugar, [“te sientes que no eres ni de ahí, ni de aquí” (Líder asociativo, Molina de Segura)], conlleva un conjunto de prácticas económicas, políticas, sociales y culturales que transcienden la lógica del Estado-nación y afectan al día a día de los migrantes, de la sociedad de origen y de la sociedad de destino. Personas, recursos (económicos, monetarios, ideológicos, materiales, tecnológicos…) y apoyos confluyen entre fronteras de forma ininterrumpida a través de los migrantes. Este trabajo pretende detectar la existencia o no de prácticas transnacionales en el asociacionismo marroquí en la Región de Murcia. Distintos autores han emprendido esta labor previamente y han identificado la existencia y efectos de estos lazos, actividades y posicionamientos que transcienden lo nacional en otros contextos o para otros colectivos migrantes (Aboussi, 2013; Moraes, 2010; Cortés, 2010). Sin embargo, la información obtenida en este estudio muestra un 14 asociacionismo marroquí que, por sus particulares características y carencias, se encuentra mayoritariamente orientado hacia lo local, sin apenas proyectos o posicionamientos que se enmarquen dentro de lo transnacional. La debilidad estructural de las asociaciones marroquíes en la Región de Murcia (son pocas, pequeñas y con escasos recursos) limita el ámbito de actuación de éstas a lo local, impidiendo su participación en lo transnacional. Como señala Aboussi, en referencia al tejido asociativo marroquí en España, “las asociaciones son pequeñas y cuentan con pocos recursos: sus actividades son limitadas al ámbito local y se centran en proyecto socio-culturales o de información-sensibilización” (Aboussi: 2011,1182). De este modo, la mayor parte de las asociaciones no desarrollan actuaciones a través de las fronteras, ni mantienen contactos con instituciones políticas o asociaciones en Marruecos. De hecho, estas asociaciones manifiestan un sentimiento de abandono y distancia por parte de las autoridades y representantes marroquíes. [“Está totalmente desatendida –por el gobierno de Marruecos- la inmigración marroquí” (Líder asociativo, Molina de Segura); “con las autoridades marroquíes no existe relación” (Líder asociativo, Torre Pacheco), “cuando ocurrió lo de los terremotos si vino un cónsul de Valencia, pero vamos con nosotros no se puso en contacto, no se si puso con los del centro Islámico o más bien fue a nivel institucional” (Líder asociativo, Lorca)]. El tejido asociativo marroquí de la Región de Murcia no participa en un espacio social transnacional que parece copado por los grandes colectivos y confederaciones y muy cerrado a una inclusión más activa del conjunto del asociacionismo. [“ATIME era la única, ellos si trabajaban directamente con el Estado Marroquí y cooperando con el Estado español” (Líder asociativo, Torre Pacheco)]. De hecho, durante el estudio del asociacionismo marroquí en Murcia sólo se han podido identificar algunas actuaciones (nunca planteamientos u objetivos) que superen la lógica de lo local. Así, una de las asociaciones estudiadas puso en marcha un proyecto para fomentar el intercambio de experiencias en materia de educación con Marruecos. La importante presencia de niños de origen marroquí en los colegios de la zona en que trabaja la asociación motivó este programa que permitía a maestros y profesores viajar hasta Marruecos y conocer directamente el sistema educativo de este país y sus características. Con este proyecto se perseguía un mejor entendimiento entre el personal docente y el alumnado de origen marroquí. Este programa, del cual surgieron varias iniciativas interesantes, como el hermanamiento entre un colegio en Marruecos y otro en Murcia o el intercambio de correspondencia entre el alumnado de 15 ambos centros, ha sido paralizado ante la ausencia de los recursos necesarios para su desarrollo. Por otro lado, y como se ha indicado en el epígrafe anterior, el interés de algunas asociaciones porque los niños conozcan el idioma y la cultura de Marruecos manifiesta un vivir entre dos fronteras, un formar parte de dos lugares distintos. Por último, señalar que, aunque a nivel asociativo no se ha detectado un desarrollo importante de lo transnacional, si se ha percibido que muchos de los miembros de estas asociaciones, especialmente sus líderes, son migrantes transnacionales; es decir, desarrollan a nivel individual prácticas transnacionales frecuentes y constantes. Así, han sido habituales las referencias a los viajes a Marruecos, al envío de remesas o a la participación en asociaciones ubicadas en la sociedad de origen. [“Yo conozco bien, y he trabado, y he hecho cursos en la asociación X de Tánger” (Líder asociativo, Molina de Segura); “A nivel particular si colaboro en una asociación en Marruecos de ayuda a los necesitados, pero no como asociación” (Líder asociativo, Lorca)]. Esta diferencia entre lo individual y lo colectivo podría explicarse a través de las debilidades presentadas por el tejido asociativo, pero también por las escasas oportunidades y medios de participación que las asociaciones encuentran más allá de lo local. 8. CONCLUSIONES E HIPÓTESIS ABIERTAS Como se ha dicho al inicio de esta comunicación, el objetivo de ésta era presentar los primeros avances y resultados de una investigación aún en marcha que persigue conocer las características del asociacionismo marroquí en la Región de Murcia desde una perspectiva local-transnacional y teniendo presentes las distintas transformaciones económicas y sociales que se vienen produciendo. Estos primeros resultados permiten trazar las líneas de trabajo a abordar en el desarrollo de la investigación. De este modo, durante este estudio, se ha detectado la fragilidad y escasa visibilidad de este asociacionismo. El tejido asociativo marroquí en Murcia, no sólo tiene una presencia y dinamismo menor que la de otros colectivos migrantes, sino que además resulta más compleja su localización y contacto. Fases posteriores de esta investigación deberán profundizar en esta cuestión e intentar explicar el por qué de la misma. La prestación por parte de los centros de culto y de las mezquitas de servicios que van más allá de lo religioso, la cultura política que estos migrantes han adquirido en Marruecos o las reticencias existentes en la población española hacia el asociacionismo marroquí aparecen como algunos de los factores que podrían explicar este hecho. 16 Por otro lado, se ha observado que se trata además de un movimiento asociativo muy vinculado con el contexto local. Actuaciones, objetivos, fines o relaciones suelen desarrollarse en este ámbito, siendo muy limitadas las referencias a lo nacional o a lo transnacional. Entre los elementos que podrían explicar esta característica, y que deberán ser sometidos a análisis, se encuentran las oportunidades de participación ofrecidas por España y Marruecos a los migrantes, las características intrínsecas de este asociacionismo (estructura, recursos…) o el monopolio ejercido en este espacio por otros actores (confederaciones, grandes asociaciones, mezquitas...). Otro aspecto clave que se extrae de este primer acercamiento al objeto de estudio es cómo las asociaciones participan en la construcción de la identidad de la mujer y en su incorporación a la sociedad española sin que ésta, como colectivo, participe de modo activo en el asociacionismo, lo cual abre sin duda el debate en torno a la dimensión de género y el asociacionismo marroquí. Señalar, por último, que el estudio realizado hasta el momento ha puesto de manifiesto las nefastas consecuencias que la actual crisis económica está teniendo para el asociacionismo marroquí. La pérdida de subvenciones y recursos, la puesta en marcha de nuevos proyectos migratorios por parte los asociados o la disminución del tiempo que éstos últimos pueden dedicar al trabajo asociativo, entre otros factores, están mermando enormemente la capacidad de actuación y reacción de estas asociaciones. BIBLIOGRAFÍA Aboussi, M. (2013) “Transnacionalismo político y participación ciudadana de los emigrantes marroquíes” en Revista española de Desarrollo y Cooperación, nº 31, pp. 125-138. Aboussi, M. (2010) “La emergencia de la sociedad civil marroquí en el extranjero”, en García Castaño, F.J. y Kressova, N. (Coord.) Actas I Congreso Internacional sobre Migraciones en Andalucía, Granada, Instituto de Migraciones, pp. 1181-1186. Castaño, A. (2011) Redes transnacionales y codesarrollo. Los marroquíes de la Dukkala y la Región Oriental en Murcia. Informe y diagnóstico para el programa de codesarrollo TAWASOL, Murcia, Programa TAWASOL. 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