MAYORES Y MEDIOAMBIENTE ¿MÁS ACÁ DE LOS Manuela Caballero Guisado Correos electrónicos:

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Título: MAYORES Y MEDIOAMBIENTE ¿MÁS ACÁ DE LOS
VALORES POSTMATERIALISTAS?
Autora: Manuela Caballero Guisado
Correos electrónicos:
 [email protected][email protected]
Abstract
Los mayores que han vivido épocas de escasez durante su infancia y
adolescencia suelen mantener, en èpocas de opulencia,
los hábi tos de
ahorro y consumo aprendidos. La explicación de este hecho viene en parte
argumentada por las tesis de los valores postmaterialistas desarrollada por
Ronald Inglehart, según la cual en las sociedades desarrolladas se produce
un cambio cultural que implica el paso desde los valores materialistas,
asociados a la defensa de la seguridad económica y personal, hacia los
valores postmaterialistas entre los que predominan los valores de
emancipación y autoexpresivos. El interés por el medio ambiente está
considerado como un valor postmaterialista. En este trabajo queremos
conocer cuáles son los valores ambientales de los mayores y si lo
reproducen y transmiten a sus hijos y nietos.
Palabras claves: valores postmaterialistas, generación, medioambiente,
mayores, nietos
1.- HIPÓTESIS
La hipótesis de nuestro trabajo es la siguiente: los hábitos, prácticas
aprendidas por los mayores durante su infancia y adolescencia en épocas de
escasez se siguen manteniendo en la vejez a pesar de vivir en épocas de opulencia
Esta hipótesis nos lleva a plantearnos las siguientes preguntas, a las que
intentamos dar respuesta con la investigación:

¿Cambian los valores de los mayores a medida que cambia su
situación económica?

¿Los mayores socializados durante su infancia y adolescencia en
épocas de escasez reproducen los hábitos, actitudes y prácticas de
ahorro en hijos y nietos?
Estas preguntas vamos a tratar de responderlas primero caracterizando a los
mayores extremeños; segundo, conociendo el diferencial de bienestar económico
entre su infancia y adolescencia y la época actual; tercero, comprobando si sus
valores han ido cambiando a medida que mejoraba su situación económica y
cuarto, comprobando la influencia que los mayores tienen en el desarrollo de
actitudes proambientales en sus hijos y nietos
2.- MARCO TEÓRICO
La hipótesis central de la teoría de Inglehart, formulada en The silent
revolution (1977), es sencilla: los sistemas de valores en las sociedades
occidentales están cambiando desde los valores (materialistas) que buscan la
seguridad económica y personal hacia valores (postmaterialistas) que priorizan la
calidad de vida.
Según el autor, los cambios en los sistemas de valores podrían visualizarse
sobre dos ejes: el primero de los ejes vendría definido por un continuum en uno de
cuyos polos se encuentran los valores materialistas (propios de sociedades de
escasez donde la supervivencia y la seguridad económica y personal son
prioritarias), y en el polo opuesto los valores post-materialistas (propios de
sociedades desarrolladas y opulentas, donde los valores de emancipación y autoexpresivos son mayoritarios). Mientras que el otro eje estaría definido por el
continuum desde los valores tradicionales hasta los valores secular-racionales.
Según el modelo teórico de Inglehart, los valores secular-racionales y los postmaterialistas son más frecuentes en las sociedades más desarrolladas y entre las
clases sociales mejor posicionadas.
2
2.1.- Teoría del cambio intergeneracional de valores
Esta teoría, desarrollada en (Inglehart 1977,1990,1998), incluye dos
hipótesis: la hipótesis de la escasez y la hipótesis de la socialización.
Según la primera, la hipótesis de la escasez, “las prioridades de un individuo
reflejan el entorno socioecómico: damos mayor valor subjetivo a las cosas de las
que existe una oferta relativamente escasa” (Inglehart,1998:42). Esta hipótesis
funciona de manera similar al principio de utilidad marginal decreciente utilizado
en la teoría económica para explicar el comportamiento del consumidor. A
medida que un individuo consume unidades adicionales de un bien, la satisfacción
o utilidad total que obtiene aumentará, pero en una proporción cada vez menor,
hasta llegar un momento en que consumir más unidades de dicho bien no le
ocasionará ninguna satisfacción e incluso le generará desutilidad. A partir de un
determinado momento, cuanto mayor es el consumo que hacemos de un bien
menor es la satisfacción que nos genera una unidad más de consumo de dicho
bien. En suma: valoramos más aquello que no poseemos, o de lo que en menor
cantidad o calidad poseemos.
Esta actitud intrínsecamente humana, la podemos complementar con las
teorías
elaboradas por el psicólogo social Abraham Harold Maslow (1908-
1970), en su obra Theory of Human Motivation (1943). El autor define una
jerarquía de necesidades humanas a modo de pirámide, dividida en cinco niveles,
en cuya base y primeros peldaños se sitúan las necesidades más básicas (la
fisiológicas y de seguridad) y a medida que se asciende aparecen otras
necesidades como la filiación y el reconocimiento, para llegar al vértice en el que
encontraríamos las necesidades de autorrealización. La idea básica de esta
jerarquía es sencilla: sólo una vez satisfechas las necesidades situadas en los
primeros escalones (necesidades materiales de sustento y seguridad) podremos
satisfacer las que aparecen en el vértice de la pirámide (necesidades basadas en la
estima, autoexpresión, satisfacción estética, etc.).
En cuanto a la teoría clásica de la socialización, considera la socialización
como un proceso que va de lo social a lo individual moldeando la subjetividad,
preferencias, valores e intereses de los individuos. Esa interiorización de lo
3
exterior se lleva a cabo a lo largo de toda la vida pero es especialmente
significativa durante la infancia, periodo en que los aprendizajes y experiencias
vividas formarán parte de la estructura de la personalidad del individuo,
cristalizando con tal fuerza, que resistirán, en general, toda intención de cambio.
De producirse, estos cambios supondrían alteraciones profundas en la
organización cognitiva del adulto. En otras palabras, “El aprendizaje temprano
condiciona el aprendizaje posterior haciendo que el primero sea más difícil de
olvidar” (Inglehart, 1998:23), por lo que cualquier intento de abandono de los
aprendizajes y valores inoculados por el proceso de socialización durante la niñez
son rechazados y vividos con incertidumbre y ansiedad.
Si unimos ambas hipótesis (escasez y socialización) para explicar las
diferencias generacionales podríamos concluir que en las generaciones
socializadas en economías de escasez predominan valores asociados a los
primeros escalones de la pirámide (materialistas, en búsqueda de la seguridad
económica y personal); mientras que las generaciones socializadas en contextos
de alto desarrollo económico los valores predominantes serán los que aparecen en
los últimos escalones de la pirámide (postmaterialistas o autoexpresivos).
2.2.- Teoría de la modernización
La tesis central de esta teoría propone que la industrialización implica
profundos cambios económicos, sociales y políticos en las sociedades en las que
se produce, y que esos cambios son predecibles a grandes rasgos en forma de
tendencias. “Aunque las sociedades preindustriales varíen enormemente, tiene
sentido hablar de un modelo de sociedad moderna o industrial hacia el que todas
las sociedades tienden a dirigirse si se implican en la industrialización”
(Inglehart 1998:9).
Así, es esperable que la industrialización de una sociedad lleve aparejada una
mayor urbanización, especialización productiva y ocupacional, educación de
masas, burocratización, etc., todo lo cual combinado dará lugar a su vez a cambios
en la esfera cultura, social y política aún más generales. Homogeneidad,
4
uniformidad, jerarquía, autoridad, ciencia, racionalidad instrumental y adquisitiva,
afán de logro, etc., serán sus señas de identidad
¿Pero cuáles serían los valores materialistas propios de sociedades modernas?
En general, todos aquellos que priorizan la seguridad económica y personal sobre
los demás. Dentro de ellos encontraríamos la importancia del salario, la
preocupación por la subida de precios; la importancia del crecimiento económico,
la necesidad de una economía estable, el mantenimiento del orden, la lucha contra
la delincuencia o disponer de unas fuerzas armadas poderosas, etc.
2.3.- Teoría de la post-modernización
Fruto de la crítica a la modernidad y a sus efectos no deseados aparece en las
últimas décadas del pasado siglo un nuevo modelo de pensamiento que rompe con
el paradigma modernizador: el pensamiento post-moderno.
Originalmente designa a un amplio número de corrientes artísticas,
culturales, filosóficas, etc., definidas por su oposición a la modernidad. A pesar de
las evoluciones de este pensamiento y del paso del tiempo transcurrido sigue
siendo complicado definir exactamente qué es el pensamiento postmoderno. Sin
embargo, si bien es cierto que resulta difícil definir lo que es, genera muchos
menos problemas identificar los elementos que tienen en común tan diversos
enfoques y escuelas: todos coinciden en reconocer el fracaso del proceso
modernizador.
El giro postmoderno se construye, por tanto, en oposición y rechazo a la
modernidad cuestionando los pilares sobre los que se han levantado las sociedades
occidentales más avanzadas de la historia de la humanidad. Si en la modernidad
encontramos valores asociados a las necesidades materiales, en la postmodernidad
encontramos valores asociados con las necesidades más auto-expresivas:
autoestima, espontaneidad, creatividad, mayor participación en la toma de
decisiones políticas, mayor implicación de los ciudadanos con su comunidad,
mayor preocupación por el medio ambiente, mayor presencia en la defensa de las
libertades cívicas y personales y en general mayor interés por los aspectos
5
sociales, políticos, intelectuales y estéticos de la vida (Díez Nicolás en Inglehart
1998:X).
La traducción social de estos valores auto-expresivos se manifiesta en
sociedades más abiertas, plurales y diversas. Son “sociedades en las que
predomina la idea de que el individuo tiene derecho a decidir sobre todo aquello
que le atañe, desde el derecho a elegir lo que consume y elegir a
sus
representantes, hasta el derecho a participar en las decisiones que afectan a su
trabajo, a decidir o no sobre la continuidad de sus relaciones de pareja, a decidir
sobre abortar o no, a decidir sobre su orientación sexual, a decidir incluso sobre
su sexo biológico y más recientemente, a decidir cuándo y cómo morir”(Díez
Nicolás, 2007:142).
Estos valores se desarrollan no en oposición a los valores materiales, sino
gracias precisamente a haberlos alcanzado, es decir, gracias a que la gran mayoría
de los miembros de la sociedades avanzadas tienen garantizada (objetiva pero
también subjetivamente gracias al Estado del Bienestar) su seguridad económica y
personal. La figura gráfica que con mayor ajuste representaría el cambio desde
los valores materialistas a post-materialistas, así entendido, sería una línea
continua (un continuum o sucesión de puntos) en la que sólo después de haber
alcanzado y consolidado un determinada posición podemos acceder a la siguiente.
Lo cual nos conecta nuevamente con la pirámide de necesidades de Maslow.
6
3.- METODOLOGÍA
3.1.- Enfoque cuantitativo
La aproximación cuantitativa de este trabajo ha sido posible gracias a que el
Grupo de Investigación Análisis de la Realidad Social (ARS) de la Universidad de
Extremadura nos ha dado pleno acceso a los base de datos de su Encuesta
Omnibus 2011.
7
Realizada a una muestra estratificada y polietápica de 1.100 familias
extremeñas de los entornos rural y urbano, la denominación de encuesta ómnibus
le viene dada del hecho de que recolecta datos relacionados con diversas temáticas
relacionadas con las diversas líneas de investigación del grupo. Al incluirse entre
éstas temáticas la cuestión ambiental, y dada la estructura de la encuesta, se ha
visto la posibilidad de reciclar muchas de las variables para nuestra investigación.
Por otra parte, dadas las características de la encuesta, de tipo censal (esto es,
se entrevista como casos individuales a todos los miembros del hogar), compleja
de diseño, realización y explotación, nos es muy útil para los objetivos de nuestra
investigación. Pues nos permite distinguir tres generaciones, abuelos, progenitores
e hijos. El análisis de los datos se ha realizado a través del programa especializado
en diseño y análisis de encuestas DYANE.
4.- MAYORES EXTREMEÑOS Y MEDIOAMBIENTE
En este apartado procederemos a la explotación de los datos de la Encuesta
Ómnibus, buscando desentrañar tanto las actitudes y hábitos pro-ambientales de
los mayores, como las de las generaciones siguientes que pudieran estar siendo
influidos por aquellos; especialmente en el caso de los más jóvenes.
4.1.- Caracterización de los mayores de 65 años
Extremadura es una región en acelerado proceso envejecimiento. Como
podemos ver en el gráfico siguiente, según el Censo de Población y Vivienda de
2011, cuyo avance de datos acaba de ser publicado por el Instituto Nacional de
Estadística, la edad media de la población de la región está por encima de la
media de la población española, siendo la octava comunidad autónoma en ese
ranking del envejecimiento, con una edad media de 42,3 años.
8
Pero la situación es más grave que la que refleja el ranking, pues a ello hay
que añadir que el envejecimiento de la región es mucho más acelerado que en el
resto de las regiones. Como podemos ver en la tabla siguiente, Extremadura es la
cuarta región española en cuanto a velocidad del envejecimiento. Mientras la edad
media a nivel nacional se incrementó en 1,5 años entre el Censo de 2001 y el de
2011, en el caso de Extremadura este incremento fue de 2,3 años, cifra sólo
superada por Asturias, Galicia y Canarias.
Evidentemente, no se trata de que la población extremeña envejezca más
rápidamente que la de otras regiones. Lo que los datos reflejan es que no se ha
producido una suficiente renovación del stock demográfico de la región. Por un
lado la inmigración apenas ha beneficiado a Extremadura durante el ciclo
expansivo de la economía, durante el que más de cinco millones de extranjeros
han repoblado (y rejuvenecido) algunos territorios españoles; por otra parte el
repunte de la natalidad ha sido insuficiente para moderar el proceso de
envejecimiento de la población, y se ha frenado con la crisis; y finalmente en los
últimos años hemos asistido a la reaparición del fenómeno de la emigración, que
lógicamente afecta en mayor medida a los efectivos más jóvenes de la región, que
al no encontrar aquí trabajo emigran a otras regiones, y aún a otros países.
El resultado es una pirámide de población con una base cada vez más
estrecha (podemos observar cómo el leve ensanchamiento iniciado en el lustro
anterior se frena entre los menores de 5 años). Esa población cada vez más
envejecida tiene otra característica esencial: su creciente feminización. A pesar de
la escala, la simple observación de la forma de la pirámide basta para darse cuenta
del creciente peso de las mujeres entre los grupos de edad más elevada. Pero el
9
siguiente gráfico, elaborado también a partir de los datos del Censo 2011, nos
permite visualizar mejor ese proceso.
En el gráfico podemos comprobar cómo el número de hombres es mayor al
de mujeres prácticamente en todas las cohortes de edad, hasta los 60 años. A partir
de esa esta hay un breve periodo en el que hombres y mujeres se encuentran en
cifras similares, hasta los 65 años, para a partir de ahí empezar a descender la
proporción de hombres en relación al de mujeres, con lo que se produce una
tendencia clara a la feminización del envejecimiento en nuestra Comunidad
Autónoma. Tendencia que se agudiza a partir de los 70 años en adelante.
10
¿Cómo son esos mayores?. Si bien los datos desagregados del Censo de
Población tardarán bastante tiempo en estar disponibles, los de la Encuesta
Ómnibus del ARS-UEX nos permiten conocer de forma aproximada algunos
aspectos, si bien hay que tomar los datos con suma precaución, por cuanto vamos
a trabajar con sólo una submuestra que, lógicamente, multiplica el margen de
error de la encuesta1.
Uno de los aspectos que refleja la encuesta es el impacto de los procesos
migratorios en la región: un 37,05% de 65 y más años han estado residiendo fuera
de la región, alcanzado en el caso de los hombres al 42,42 %, entre las mujeres al
32,47 %.
En cuanto al nivel de estudios completados, la siguiente tabla expresa cómo
la casi totalidad de los mayores o no tiene estudios o como máximo alcanza el
nivel de estudios primarios. Los estudios secundarios entre la población de 65 y
más años son prácticamente simbólicos, y aún se reducen más los universitarios,
alcanzando solamente el 3,90% de la submuestra. El cruce de la variables con el
sexo de la población encuestada nos pone de manifiesto las mayores dificultades
que en el siglo XX tuvieron las mujeres para acceder a la educación: el porcentaje
de sin estudios o con primarios entre la población femenina es dos puntos superior
al de la población masculina. Pero destaca especialmente el reducido porcentaje
de mujeres universitarias, con una proporción de uno a tres respecto a los
hombres.
Nivel de estudios completado
Total muestra
Hombre
Mujer
91,36
90,30
92,27
4,74
3,64
5,67
3,90
6,06
TOTAL
100,00
100,00
Fuente: Encuesta Ómnibus ARS-UEX y elaboración propia
2,06
100,00
Primarios o sin estudios
Secundarios
universitarios
1
Aunque la encuesta recoge otras muchas variables socioeconómicas, tanto de status,
como de otros aspectos, del conjunto familiar, aquí sólo se han manejado aquellas variables
directamente relacionadas con el objeto de la investigación, o que pueden aportar carga
explicativa.
11
Una variable que tiene una fuerte relación con los niveles educativos es la
que hace referencia a la práctica de la lectura, variable también recogida por la
encuesta. Atendiendo al número de libros leídos, entendido como un indicador de
status sociocultural, vemos que la inmensa mayoría (65,74%) no han leído ningún
libro. De aquellos que sí han leído, el 19,78% han leído entre 1 y 3 libros y el
9,47% entre 3 y 10 libros. En el análisis por sexos podemos observar como las
mujeres leen más que los hombres; aunque el 60,31 % de las mujeres no ha leído
ninguno frente al 72,12% de los hombres, en cambio el 26,29% ha leído entre
uno y tres libros frente al 12,12 % de los hombres
Nº de libros leídos
Ninguno
Entre 1 y 3
Entre 3 y 10
Entre 10 y 20
TOTAL
Total
65,74
19,78
9,47
5,01
100
Hombre
72,12
12,12
10,3
5,45
100
Mujer
60,31
26,29
8,76
4,64
100
Según su situación socioprofesional, la mayoría son jubilados y pensionistas
(61,84%) y le siguen aquellas que se dedican a las labores domésticas con un
20,89%. El resto de profesiones que desempeñan quienes aún no están jubilados
son agricultores (5,01%) y pequeños empresarios (3,62%), siendo simbólicos los
directivos y profesionales (0,56%) y los técnicos y cuadros medios (0,28%).
Dentro del cuadro destaca el nulo porcentaje de mujeres directivas y obreras
cualificadas y no cualificadas, el escasísimo número de mujeres agricultoras,
técnicos medios y pequeñas empresarias y el mayor porcentaje de mujeres que
se dedican a las labores domésticas.
Situación socioprofesional
Directivos y profesionales
Total
0,56
Hombre
1,21
Mujer
0,00
Técnicos y cuadros medios
0,28
0,00
0,52
Pequeños empresarios
3,62
6,67
1,03
12
Situación socioprofesional
Total
5,01
Hombre
10,30
Mujer
0,52
Empleados de oficina y servicios
1,39
0,61
2,06
Obreros cualificados
0,56
1,21
0,00
Obreros no cualificados
0,28
0,61
0,00
Jubilados y pensionistas
61,84
64,24
59,79
2,79
6,06
0,00
20,89
4,24
35,05
2,79
100,00
4,85
100,00
1,03
100,00
Agricultores
Parados
Labores domésticas
No clasificables
TOTAL
Fuertemente correlacionados, lógicamente, con los bajos niveles formativos,
culturales y socioprofesionales, la relación de los mayores con las nuevas
tecnologías es muy escasa. Así, el 94,15 % no utiliza el ordenador, porcentaje que
sin embargo en el caso de las mujeres es, aunque sólo levemente, inferior: un
93,81 % frente a un 94,55 % en el caso de los hombres. Pudiera parecer por tanto
que las mujeres están algo más dispuestas a incorporarse a las TIC.
Los mayores extremeños, según la encuesta, además de niveles de formación
bajos son en la actualidad más bien conservadores. Cuando se les pregunta por su
posición ideológica y se les hace ubicarse dentro de las categorías izquierdaderecha en una escala de 1 (extrema izquierda) á 10 (extrema derecha), tienden a
ubicarse en las posiciones centrales del continuum ideológico, aunque con ligero
sesgo hacia la derecha. La media de las posiciones de quienes se definen es de
7,07, esto es de centro-derecha.
Ubicación ideológica
Total
Hombre
1 Extrema izquierda
2
3
4
5
6
Mujer
1,12
1,21
1,04
0,84
9,22
8,38
8,1
13,13
1,21
15,15
10,91
7,27
10,91
0,52
4,15
6,22
8,81
15,03
13
7
8
9
10 Extrema derecha
No sabe
No contesta
TOTAL
Ubicación ideológica
Total
Hombre
18,44
19,39
10,06
13,33
4,19
5,45
1,96
3,03
12,29
4,24
12,29
7,88
100
100
Mujer
17,62
7,25
3,11
1,04
19,17
16,06
100
14
El análisis por sexo ofrece diferencias importantes. En primer lugar respecto
al propio compromiso ideológico/político: las mujeres evitan en mucha mayor
medida definirse ideológicamente. Así, las respuestas de No Sabe y No Contesta
alcanzan a un 35% de las mujeres, porcentaje que más que triplica al de los
hombres, que es de un 12%. Pero también hay diferencias entre quienes se
definen: las posiciones medias en las que se ubican dentro de la escala, están
ligeramente más a la derecha que los hombres: la posición media en la escala de
las mujeres que se definen está en un 6,07 mientras que las de los hombres se
queda ligeramente más hacia el centro, en 5,87.
Presentan, por otra parte, niveles de asociacionismo muy bajos. Sea
cualesquiera el sector, en todos el nivel de participación es además muy bajo.
Como promedio, el 91,5% no participa en asociaciones, y de entre quienes están
asociados, una parte importante no son miembros activos.
Pertenencia a asociaciones y organizaciones
Miembro
Miembro
No
activo
no activo miembro
Religiosas
21,27
13,33
65,40
Deportivas y de ocio
13,13
4,19
82,68
Artisitas, musicales y educativas
6,70
1,96
91,34
Sindicatos
0,00
1,40
98,60
Partidos
3,35
4,19
92,46
Organizaciones ecologistas
0,00
0,56
99,44
Organizaciones Profesionales
0,00
0,28
99,72
Organizaciones Humanitarias o de Caridad
8,10
5,31
86,59
Asociaciones de Consumidores
0,00
0,00
100,00
AMPAS
0,28
0,56
99,16
Promedio
5,28
3,18
91,54
Aunque en promedio los niveles de participación de hombres y mujeres son
prácticamente idénticos, encontramos diferencias muy marcadas entre el tipo de
asociaciones y organizaciones en las que se participa. Así, en el caso de las
asociaciones y organizaciones religiosas la tasa de asociación entre las mujeres
alcanza casi a la mitad, un 43,64%, mientras entre los hombres se reduce a un
24,67%. También destacan las mujeres sobre los hombres en el asociacionismo
cultural, y en el relacionado con la caridad y la solidaridad. Por el contrario, en
asociacionismo deportivo y de ocio en general, y sobre todo en la presencia en los
partidos (aun siendo en todo casi casi insignificante) dominan claramente los
hombres. Incluidas, curiosamente, las AMPAS, en las que en términos generales
están mucho más presentes las mujeres: la causa es que mientras es posible
encontrar, aunque sean muy escasos, hombres de 65 años con hijos pequeños, en
el caso de las mujeres es una situación inexistente.
Pertenecen a asociaciones y organizaciones
Hombres
Religiosas
24,67
Deportivas y de ocio
27,27
Artisticas, musicales y educativas
3,64
Sindicatos
2,42
Partidos
15,15
Organizaciones ecologistas
1,21
Organizaciones Profesionales
0,61
Organizaciones Humanitarias o de Caridad
4,84
Asociaciones de Consumidores
0,00
AMPAS
1,84
Promedio
8,17
Mujeres
43,64
8,81
12,95
0,52
1,04
0,00
0,00
20,73
0,00
0,00
8,77
4.2.- Las condiciones de vida de antes y las de ahora
Una vez conocido en líneas general el perfil de los mayores de 65 años en
nuestra región vamos a seguir profundizando en sus características, si bien en las
siguientes variables nos ceñiremos estrictamente a quienes tienen el rol de
abuelos.
15
Dada la finalidad originaria de la encuesta sobre la que trabajamos,
disponemos de datos sobre las condiciones de vida de los abuelos obtenidos de
forma indirecta a través de sus hijos (progenitores en la encuesta, ya que se trata
de una encuesta tri-generacional). En nuestro caso reciclaremos esos datos para
contrastar ambas épocas y conocer el diferencial cualitativo entre una y otra.
condiciones durante la infancia y
adolescencia
abundancia
suficiencia
escasez
pobreza
indigencia
0.00
5.00
10.00 15.00 20.00 25.00 30.00 35.00 40.00 45.00 50.00
La comparación de ambos gráficos no deja lugar a dudas: a lo largo de los
años se ha producido un cambio económico significativo que ha permitido a los
mayores vivir en mejores condiciones que durante su infancia y juventud. Si el
46,72% de los abuelos vivió en su infancia y juventud en condiciones de escasez
ahora es sólo el 13,72% el que mantiene esa situación, por lo que podemos
16
afirmar que efectivamente se ha producido un cambio económico importante que
según la teoría de los valores postmaterialistas debería llevar aparejado un cambio
en el sistema de valores pasando desde los valores materiales basados en la
seguridad económica y personal, a los valores postmateriales donde predominan
los valores de emancipación y autoexpresivos.
4.3.- ¿Qué valores expresan los abuelos?
Una vez contrastada la mejora en sus condiciones de vida, vamos a tratar de
conocer si en correspondencia con todo ello sus valores actuales se ajustan a las
teorías postmaterialistas.
Para ello utilizaremos un tipo de variable en la que se le pregunta, respecto
de una batería de posibles “cualidades” importantes para la educación de los
niños, cuáles serían a su juicio las más importantes. Entendemos que es una forma
de conocer las actitudes de los abuelos en relación al sistema de valores. El nivel
de ajuste de estas cualidades a los valores postmaterialistas nos permitirá deducir
si efectivamente, tras el cambio económico producido, su sistema de valores
actual se acomoda al postmaterialista.
El gráfico nos permite explicar la presencia de valores materialistas dentro
del sistema de valores de aquellos abuelos y abuelas que siguen pensando en
educar a los niños en cualidades como el “trabajo duro” (29%), la “obediencia”
(27%), la “responsabilidad” (35%), “ahorrar dinero y cosas” (19%) o “creencias
17
religiosas” (18%). Sin embargo, otra cualidad materialista como es la
“determinación y perseverancia” sólo alcanza el 15%.
No obstante también podemos observar otras cualidades que podríamos
ubicar dentro del espectro postmaterialista, como la “imaginación” que obtiene la
cifra más baja de todo el sistema alcanzando un 14 %; también la “independencia”
está presente reflejando un valor bastante alto alcanzando un 22%
Esta mezcla de valores materialistas y postmaterialistas en el conjunto de
valores actuales que expresan los abuelos y abuelas, a nuestro juicio es producto
de las distintas velocidades con que se implanta el sistema de valores
postmaterialistas al par que desaparecen los valores materialistas; procesos ambos
que cursan con lentitud, lo que explicaría la coincidencia de cualidades opuestas
y contradictorias. Con todo, están más presentes los valores materialistas; de
acuerdo con la teoría de la socialización los aprendizajes que se realizaron durante
la infancia y adolescencia condicionan los aprendizajes posteriores y en este
sentido es de esperar mayor presencia en los mayores de aquellos valores que
aprendieron en su infancia que aquellos otros aprendidos en etapas posteriores de
sus vidas
4.4.- ¿De quién aprenden los progenitores e hijos?
En este epígrafe vamos a tratar de dar respuesta a la segunda de nuestras
preguntas de investigación: ¿los mayores socializados durante su infancia y
adolescencia en épocas de escasez, reproducen los hábitos, actitudes y prácticas
de ahorro en hijos y nietos? Para ello vamos a preguntar a padres (progenitores) y
nietos (hijos) de quiénes han recibido mayor influencia a la hora de economizar
agua y electricidad, seleccionar residuos o reciclar productos y objetos,
distinguiendo entre las familias en las que los abuelos viven en casa, es decir,
aquellas familias que conviven tres generaciones, del conjunto de familias de la
muestra.
18
19
En el gráfico superior podemos realizar varias observaciones; por un lado
tanto en las familias en las que conviven abuelos como en el conjunto de familias
los agentes que más influencia ejercen en el hábito de la separación de residuos
son los padres, seguidos de los medios de comunicación y de otros agentes. Por
otro lado, la escuela, los amigos y otros agentes influyen más en el hábito de
separar residuos en aquellas familias en las que conviven los abuelos; y por
último, las familias en las que conviven los abuelos tienen una mayor proporción
de ejercicio de este hábito, es decir, el roce con los abuelos parece ser un elemento
positivo en el desarrollo del hábito de separar los residuos domésticos.
En el gráfico siguiente se puede apreciar cómo son los padres los que lideran
el ejercicio de influir en sus hijos sobre el hábito de ahorrar agua, seguido a gran
distancia de los medios de comunicación. También en este gráfico, al igual que en
el anterior, se observa cómo las familias en las que conviven los abuelos la
influencia de éstos es significativa (13,25%) a la hora de influir en el desarrollo
del hábito de ahorro de agua.
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En cuanto al hábito de ahorrar electricidad, siguen siendo los padres,
seguidos a gran distancia de los medios de comunicación, quienes en mayor
medida ejercen influencia en el desarrollo del hábito de ahorro de electricidad. No
obstante si observamos el gráfico detenidamente veremos cómo, a diferencia del
ahorro de agua, en las familias en las que conviven los abuelos las influencias de
padres y abuelos se retroalimentan, para llegar entre ambos a alcanzar el 72,85%
de los casos. Curiosamente también la influencia de la escuela se ve ligeramente
reforzada en el hábito de ahorrar electricidad en aquellas familias en las que
conviven los abuelos, por alguna razón para la que habrá que buscar explicación.
En la misma línea, siguen siendo los padres los agentes que más influyen en
el hábito de reciclar materiales y objetos, siendo de nuevo mayor el porcentaje en
aquellas familias en las que conviven los abuelos. Así como también es mayor el
porcentaje de la influencia de la escuela o los amigos, en este hábito, si en las
familias conviven los abuelos.
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En general, y a tenor de los datos, podemos afirmar que los abuelos no son
elementos significativos en el desarrollo de hábitos y actitudes ambientales, pero
que la convivencia en la familia facilita que este tipo de actitudes cale en mayor
medida que si no estuvieran presentes, facilitando la labor educativa y formativa
que otros agentes de socialización puedan realizar en este sentido como la escuela
o los amigos.
Otro de los aspectos a destacar es el peso que los medios de comunicación
tienen en el desarrollo de hábitos de ahorro de reciclaje y reutilización. Los
medios de comunicación difunden la cultura dominante, y en ese sentido se
comportan junto con los progenitores como agentes de socialización
fundamentales del nuevo sistema de valores postmaterialistas, dentro del cual las
cuestiones ambientales ocupan un lugar preminente.
4.5.- Prosumo y valores
Alvin Toffler, en su libro “La Tercera Ola”, advirtió hace tres décadas de que
la sociedad postindustrial incorporaba, entre otros muchos fenómenos, el del
prosumo, esto es la fusión entre productor y consumidor.
Entre las actividades que entran dentro de esa categoría están muchas de las
producciones tradicionales que formaban parte del proceso de autoconsumo en las
sociedades rurales, y que con el desarrollo industrial se fueron perdiendo en
beneficio de la producción de masas y el consumo dirigido.
La recuperación de los valores ambientalistas a que nos venimos refiriendo
dentro del paquete postmaterialista incluye precisamente este tipo de actividades
que, si bien no responden exactamente a una rentabilidad económica (a menudo la
producción doméstica resulta a unos costes muy superiores que los productos del
mercado), generan un tipo de satisfacción de tipo moral, estético, saludable o de
trascendencia.
La encuesta permite también analizar los hábitos de prosumo de las familias,
y analizar además el peso de los abuelos en la misma, diferenciando además por
sexo.
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Los gráficos nos permiten observar, en primer lugar, que el prosumo es, hoy
por hoy, una actividad poco significativa en Extremadura, mucho menos de lo que
el imaginario colectivo puede hacernos pensar. En la inmensa mayoría de los
casos no se consumen productos elaborados en casa, ni productos de la huerta, ni
de la matanza, ni conservas caseras ni otro tipo de productos, es decir, es muy
poca la influencia que en este aspecto tienen los abuelos y progenitores.
Cuando lo hacen, los productos de la huerta y la matanza son fruto del trabajo
abuelo y del padre, mientras que los textiles y las conservas son productos
elaborados por abuelas y madres. Se observa pues un reparto claro de roles en
estas cuestiones según el modelo tradicional, siendo las que exigen mayor fuerza
y actividad física, y sobre todo las que se realizan fuera de la vivienda,
desempeñadas por los hombres, mientras que las que requieren mayor precisión
son desempeñadas por mujeres.
5.- CONCLUSIONES
A lo largo de los años se ha producido un cambio económico significativo que ha
permitido a los mayores vivir en mejores condiciones que durante su infancia y
juventud
Esta mejora de las condiciones de vida no lleva aparejada en su totalidad un
cambio de valores desde los materialistas a los postmaterialistas. La mezcla de
valores materialistas y postmaterialistas en el conjunto de valores actuales que
expresan los abuelos y abuelas, a nuestro juicio es producto de las distintas
velocidades con que se implanta el sistema de valores postmaterialistas al par que
desaparecen los valores materialistas; procesos ambos que cursan con lentitud, lo
que explicaría la coincidencia de cualidades opuestas y contradictorias
Los resultados de la encuesta nos permiten afirmar que en las actitudes
ambientales de los niños influyen fundamentalmente sus padres si bien en
aquellas viviendas en las que conviven tres generaciones la presencia de los
abuelos influye positivamente en la consolidación de estas actitudes
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En cuanto
a las actividades de prosumo
los resultados de la encuesta son
minoritarios, es decir, son muy pocas las familias que realizan este tipo de
actividades y es muy poco el peso de los mayores en la realización de las mismas.
Lo que sí se pone de manifiesto es la diferenciación por sexos, los productos de la
huerta y la matanza son fruto del trabajo abuelo y del padre, mientras que los
textiles y las conservas son productos elaborados por abuelas y madres
6.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y WEBGRÁFICAS
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Salamanca
Díez Nicolás, J. (1998) ,”Prólogo a la edición española” en R. Inglehart
(1998),op.cit. pp. IX-XV
Diez Nicolás, J. (2011), “¿Regreso a los valores postmaterialistas?. El dilema
entre seguridad y libertad en los países desarrollados”, Revista Española de
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Díez Nicolás, J. et al. (2007), “El mundo que viene. Violencia en la Ciudad”.
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