Como isla localizada en el Caribe, y de solo 100 x 35 millas

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Aurelio Mercado Irizarry
Director Centro de Riesgos Costeros
Catedrático en Oceanografía Física, Departamento de Ciencias Marinas
Asesor en Riesgos Costeros, Programa Sea Grant
Universidad de Puerto Rico, Mayagüez
Cambios Climáticos y los Riesgos Costeros
“Soy un creyente en la teoría de sistemas no-lineales. No creo que muchas de
estas cosas se manifestarán de una manera incremental. Yo espero, en cambio,
que vamos a ver unas sacudidas súbitas al sistema….”
Thomas Homer-Dixon en The Upside of Down: Catastrophe, Creativity, and the
Renewal of Civilization
Esas palabras resumen muy bien las incertidumbres a las cuales el planeta se estará enfrentando
durante las próximas décadas. Y como isla localizada en el Caribe, de solo 100 x 35 millas,
estamos más expuestos que otros a los cambios climáticos que ya están sucediendo. Ya estamos
observando un aumento en el nivel del mar y consecuente aumento en la erosión de costas, lo
cual conllevará según pasan los años a que las inundaciones costeras penetren más tierra
adentro, y con mayores profundidades, relativo a la infraestructura costera presente hoy día. En
adición, la interacción entre la descarga de los ríos y el mar se moverá tierra adentro y se llevara
a cabo a mayores elevaciones relativo a las elevaciones del terreno aledaño, moviéndose así el
potencial de inundación por esa interacción en esa dirección. Y la ya observada degradación de
barreras naturales, como arrecifes, solo empeorará la situación. Y ha esto hay que añadirle la
posible degradación de los manglares, otra barrera natural. Aunque aun materia de controversia
en cuanto a si es debido a efectos antropogénicos, se ha observado un aumento en la magnitud y
frecuencia de los huracanes en la cuenca del Atlántico, lo cual aumentará la frecuencia de la
marejada ciclónica. También se habla de la posibilidad de tener épocas de huracanes más
extensas. Otros impactos serán un aumento en las intrusiones salinas en los acuíferos costeros.
Un estudio de los datos de los mareógrafos en La Parguera (desde 1955) y la Bahía de San Juan
(desde 1962) muestran un aumento similar en el nivel del mar:
 Parguera: 1955 – 2006, 1.4 milímetros por año (mm/año)
 San Juan: 1962 – 2006, 1.7 milímetros por año
Ambos caen dentro del rango dado por el informe del Panel Intergubernamental de Cambio
Climático (IPCC) de febrero 2007, que es 1.3 – 2.3 mm/año, con un promedio de 1.8 mm/año
entre 1961 y 2003. Al igual que en el IPCC 2007, si rompemos los datos en dos partes,
encontramos que no solo el nivel del mar alrededor de Puerto Rico está aumentando, si no que
también se está acelerando:
 Parguera: 1955 – 1989, 1.7 mm/año; 1990 – 2006, 2.4 mm/año
 San Juan: 1962 – 1989, 1.6 mm/año; 1990 – 2006, 2.5 mm/año
Esto se debe de comparar con lo expresado en el IPCC 2007 entre los años 1993 – 2003, 2.4 a
3.8, con promedio de 3.1 mm/año. Dicho sea de paso, si evaluamos los datos 2000 al 2006
obtenemos un aumento al valor de 6.1 (Parguera) y 5.5 (San Juan) milímetros por año.
Los datos mostrados arriba en parte ayudan a explicar el porque la mayoría de nuestras playas
están desapareciendo (hay otros factores que conllevan a la erosión de las playas, factores que se
expresan en Puerto Rico). Cuando existen estructuras fijas cerca de la orilla de una playa arenosa
que está bajo erosión crónica, es inevitable que la playa desaparezca con el tiempo, algo que ya
estamos observando a lo largo de toda la Isla. El pronosticar donde estará la orilla X años en el
futuro no es fácil y es controversial. Pero el consenso general es que existe una relación entre la
subida en el nivel del mar por Z unidades y la erosión de las playas arenosas por una distancia
horizontal R unidades, que se puede expresar como R = K Z, donde K es mayor de 1 y es
variable. El informe de la IPCC del 2001, en base de estudios en diferentes partes del planeta,
adoptó K = 100. Un estudio más reciente arroja K variando entre 50 y 100 globalmente. En
atolones coralinos se ha encontrado K variando entre 3 y 30. Estudios en las playas de la costa
Este de los EEUU dan K variando entre 52 y 78. De cualquier manera, lo importante es que los
datos muestran que K es un número mucho mayor que 1. Adoptando el valor de 100 implica que
por cada pie de subida en el nivel del mar, se perderían 100 pies de playa. La IPCC 2007 dio un
rango entre 28-43 centímetros en subida para finales de este siglo, pero el consenso científico es
que el máximo de 43 centímetros será sobrepasado. Adoptando una subida de 1 metro, implica la
pérdida de 100 metros de playa para finales de este siglo, lo cual implica la desaparición de
prácticamente todas las playas de la Isla.
A más largo plazo la situación luce aún más tétrica globalmente, y Puerto Rico no es una
excepción. La capa de hielo que cubre a Groenlandia no solo se está derritiendo, si no que se
sabe que ese derretimiento se está acelerando, algo que no se contempló en el estudio IPCC 2007
de febrero. Lo mismo con el hielo del Ártico y la Antártica. Se estima que de Groenlandia
completamente derretirse el nivel del mar subirá unos 7 metros. Originalmente este escenario se
predecía para de aquí a 1000 años, pero ya eso se ha reducido a aproximadamente 500 años, y
bajando. ¿Y como lucirá nuestra isla bajo ese escenario? Para ilustrar esto he utilizado los
últimos datos de alta resolución, y precisión, (LIDAR) obtenidos para la Isla, y he dibujado el
contorno de 7 metros de altura encima de un mosaico de fotos del CRIM (ver Figura 1). La línea
color fucsia sería la nueva costa del la Isla, asumiendo que la inundación ocurre sin erosión
alguna. Si aplicáramos la relación dada por el factor K discutido arriba, la situación sería peor en
donde la playa sea de sedimentos sueltos. La también muestra la inundación de 100 años, y la
producida por huracanes de categoría 1 (azul), 3 (amarillo), y 5 (rojo). Obviamente podemos ver
que la inundación es peor que cualquier tipo de huracán. Aunque parezca que la situación todavía
está muy lejana, en algún momento algún Gobierno de Puerto Rico tendrá ante si la no
envidiable tarea de empezar a pensar, y planificar, que hacer con las ciudades costeras de la Isla,
aun para subidas menores. La Figura 2 muestra una ampliación del parte del área metropolitana
de San Juan.
Existe otra situación similar a la de Groenlandia en la que el escenario se podría dar en pocos
siglos. Este tiene que ver con potenciales rápidos cambios dinámicos en algunas capas de hielo
que cubren la Antártica, esto es, el desplazamiento de estos hacia el mar, elevando así el nivel del
mismo de una manera mucho más rápida que si se esperara por su derretimiento. Resumiendo,
los “ríos” de hielo (ice streams) en la Antártica Occidental son impedidos de un avance mucho
más rápido hacia el mar por una especie de “muro de contención” que consiste de una cuña de
grava y gravilla contra la cual el fondo de estos en el extremo que ya está en el mar se encuentra
encajado. La continúa subida en el nivel del mar puede hacer que ese extremo se “desencaje” y
los “ríos” aumenten su velocidad de desplazamiento
hacia el mar. De ocurrir eso en toda la Antártica
Occidental el nivel del mar subiría alrededor de 5
metros. Aunque hoy día se cree que eso tardaría
varios siglos, hay un sector (el Mar de Amundsen)
que se ha identificado como por donde se iniciaría
el deslizamiento, elevando el nivel del mar unos 1.5
metros. Y esto podría ocurrir en un futuro menos
lejano.
Estudios recientes muestran que estamos
comprometidos a escenarios como estos aun cuando
la descarga de gases de invernadero ya se hubiera
estabilizado a los valores del 2000. Estos predicen
que ya estamos comprometidos a lo menos un
aumento en temperatura de medio grado Celsius (1
grado F) y un correspondiente aumento del 320%
(11 cm = 4 pulgadas) en el nivel del mar solo
debido a expansión térmica para finales de este
siglo.
Todo esto trae a seria discusión algunas cosas,
como que significa el evento de 100 años que tanto
se utiliza como criterio de pólizas de seguros contra
inundación, en un clima de cambio climático. ¿Qué
actitud tomará la Industria de Seguros ante está
situación? ¿Y la Zona Marítimo-Terrestre ante una
orilla que década tras década se acercará más y más
a la propiedad privada? En octubre de 2006 se
presentó a la Legislatura de Puerto Rico una Ley de
Costas que contempla una subida gradual en el
nivel del mar y que, de adoptarse, atrasaría el daño
del mismo a nuestras costas mediante una
prohibición de construcciones muy cerca de las
costas. Pero, desafortunadamente, se encuentra
“engavetada”.
Figura 1
Figura 2
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