LAS ACTIVIDADES DEL HUERTO Materiales: Tabla de registro de cultivos confeccionada en el aula y un cuaderno de notas. Objetivos: Conozca y experimente el cultivo de las hortalizas en un huerto. Conozca las técnicas propias de la agricultura ecológica. Siembre, plante, cuide y recolecte hortalizas. Valore el esfuerzo para la obtención de una hortaliza. Experimente los métodos de lucha ecológica contra plagas y parásitos. Desarrolle la autonomía, comunicación y sociabilidad de los individuos del grupo. Valore el trabajo en equipo y la solidaridad. Tome conciencia de los problemas medioambientales que origina la agricultura intensiva. Comentario, a cargo del profesor, de los cultivos existentes en el huerto y del tipo de labores que requieren. Acciones a realizar en el huerto: ...vamos a informarnos de las actividades básicas que hemos de conocer si queremos iniciarnos en la aventura de cultivar. 1) Preparación del terreno de cultivo 2) ¿Cómo comenzar a sembrar? 3) Labores de cultivo Se adjunta información para el profesor/a (anexo 2) Ordenar las actividades del huerto En la siguiente tabla se muestran varios dibujos en el que se describen las principales actividades o labores a practicar en un huerto. Se presentan desordenadas por lo que deberás numerarlas siguiendo el criterio de sucesión conforme a lo establecido en la unidad. Realiza en el recuadro adjunto un breve comentario de la actividad a que corresponde el dibujo. Nº_______ ABONADO Nº_______ FUMIGAR Nº_______ Nº_______ TRASPLANTE CONFECCIÓN SEMILLERO Nº_______ Nº_______ SIEMBRA PREPARACIÓN TERRENO Nº_______ENTUTORADO DE LA JUDÍA 1) Preparación del terreno de cultivo: Nivelación del terreno y abonado. La primera actuación a realizar en el huerto previo a la introducción de los cultivos es la “nivelación del terreno”, para lo cual debemos efectuar movimientos de tierra con el fin de conseguir una pendiente regular. Relacionado con el nivelado está la actividad denominada “despedregado”, consistente en la eliminación de las piedras de mayor tamaño con la ayuda de un rastrillo. Llamamos “abono” a la materia que utilizamos para fertilizar la tierra, es decir, para enriquecerla de forma que nos dé mejores frutos; al abonar aportamos al suelo los nutrientes necesarios para que las hortalizas se desarrollen en buenas condiciones. Un abono apropiado para su utilización en un huerto escolar es el que nos proporciona la materia orgánica en cualquiera de sus formas: los excrementos de los animales o estiércol, residuos de cosechas, compost ...etc. Antes de comenzar con cualquier actividad de siembra o trasplante se debe efectuar un abonado inicial con materia orgánica para proporcionar a las plantas los nutrientes que necesita. ¿Cómo comenzar a sembrar?: La siembra consiste en enterrar o esparcir las semillas de las plantas que queremos cosechar. Existen cultivos de siembra directa, es decir, deben plantarse directamente sobre el terreno. Este es el caso de la papa, del millo o del calabacín. Otros cultivos de huerta, por el contrario, exigen que su siembra se haga en semilleros dentro de invernaderos, en unas específicas condiciones de temperatura, humedad y con un determinado tipo de suelo. El tomate, el pimiento o la lechuga requieren de una siembra en semillero. a) Formas de siembra en el terreno: Cada especie o planta tiene sus propias características. � Siembra a voleo: Se trata de plantas con semillas muy pequeñas. Se dejan caer las semillas sobre una pequeña parcela. Esta debe estar perfectamente nivelada, sin surcos y con la tierra muy bien mullida. Una vez esparcida la semilla se procede a su enterrado utilizando un rastrillo. Ejemplo de planta que se siembra a voleo es la zanahoria. � Siembra a golpes: Consiste en abrir un pequeño surco sobre la tierra y posteriormente se van colocando las semillas a una distancia constante entre cada una de ellas, alrededor de los 20 cm. Se siembra de esta forma el millo y la judía. El calabacín requiere esta variedad de siembra pero con una mayor separación entre las semillas. b) Preparación de semilleros: Algunos cultivos de huerta exigen que su siembra se haga en semilleros; de este modo conseguimos plantas más vigorosas y un mayor éxito en su germinación. La fase del semillero es probablemente la más delicada de todo el cultivo y por lo tanto conviene hacerlo muy bien y extremar las atenciones. Como recipiente se puede utilizar los que se venden específicamente para semilleros, unas bandejas con una serie de cavidades (bandejas reticuladas), o bien reutilizar las típicas cajas de corcho blanco en las que se suele vender el pescado o los recipientes con los que se protegen los huevos. Primero debemos preparar el sustrato del semillero mezclando tierra con turba, la cual depositamos en la bandeja. El siguiente paso será sembrar en el semillero espaciando bien las semillas sobre el sustrato, para luego recubrirlas con una capa de turba. Como media podemos aconsejar que las semillas queden enterradas 1 cm., pudiendo ser algo más en caso de semillas más grandes como ocurre con las acelgas. Siempre hay que regar de forma abundante, pero finamente, nada más sembrar para que la tierra se humedezca y se adhiera bien a las semillas, haciendo salir el aire que ha quedado en los poros de la mezcla de tierra y turba. No debemos olvidarnos de poner etiquetas, o los sobres de las semillas vacíos, para recordar lo que hemos sembrado en cada bandeja. El semillero ha de ser tratado con mucho cuidado si queremos conseguir buenas plantas. Los riegos han de ser frecuentes y poco abundantes, recomendándose emplear un pulverizador. Labores de cultivo: Las plantas, una vez se han trasplantado a su lugar definitivo, hay que cuidarlas y protegerlas; por eso requieren una serie de labores como: a) Aporcar: Significa arropar; esta labor consiste en echar tierra sobre la base del tallo de la planta (cuello) con una triple finalidad: � Que quede más sujeta al suelo. � Protegerla frente a la sequía. Las raíces quedan más profundas y alejadas de la sequedad. � Propiciar la aparición de nuevas raíces en la porción de tallo que ahora está enterrada. Es una técnica que resulta fundamental en el cultivo de judías, tomates, pimientos y papas. b) Entutorar: Consiste en poner a disposición de las plantas algún tipo de soporte por el cual puedan trepar en el caso de las judías, o en que poder apoyarse para descansar el peso de sus frutos en el caso de los tomates. c) Escardar: Consiste en limpiar el terreno de malas hierbas. Estas crecen de forma espontánea en el huerto perjudicando los cultivos ya que absorben agua y alimento.