Biografía Mario Pani

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Mario Pani
Mario Pani Darqui destacó por ser uno de los arquitectos más prolíficos y originales del México
contemporáneo, y por una constante aportación a lo largo de casi sesenta años de quehacer
profesional. La trascendencia de sus propuestas y la calidad de sus realizaciones le merecieron
un sitio relevante dentro de la cultura arquitectónica, sin olvidar que su inquietud creativa lo llevó
a incursionar por muy diversos ámbitos; así, sus obras y los conceptos que las sustentan, lo
sitúan como uno de los principales artífices de nuestra actualidad.
Este hombre singular nació en la ciudad de México el 29 de marzo de 1911, en los
albores de una nueva etapa en la que este país entraría al concierto de la contemporaneidad.
Muy pronto se trasladó a Europa, bajo la tutela de su padre, el cónsul Arturo Pani; la Italia de la
posguerra y el París de la École de Beaux Arts lo recibieron, ofreciéndole la riqueza de sus
tradiciones culturales. Asimismo, cabe agregar que desde esas épocas destacó escolarmente,
obteniendo el primer lugar, entre seiscientos aspirantes, en el examen de admisión de la carrera
y su título de arquitecto con gran celeridad, en junio de 1934.
Unos meses después revalidó dicho título en la Escuela Nacional de Arquitectura de la
UNAM, instalándose en su ciudad natal e integrándose de inmediato a la vida productiva de
México. Coincidió su arribo con el incipiente crecimiento económico e industrial del país, por lo
que el joven arquitecto encontró un campo fértil para sus propuestas creativas, así como para
impulsar la naciente industria de la construcción. De esta manera se abocó a la tarea de ofrecer
respuestas novedosas pero siempre adecuadas a los diversos requerimientos y necesidades de
cada proyecto. Supo conjugar la solidez de su preparación europea con las propuestas que
emanaban del ámbito arquitectónico mexicano, en especial aquellas proposiciones teóricas que
José Villagrán García establecía en su cátedra.1
El resultado fue el de diseños que reúnen los
beneficios de ambas enseñanzas, con soluciones apropiadas a los problemas del momento y
buscando siempre caminos distintos; esto en todos los niveles, desde los materiales y las
técnicas, hasta la forma y la idea misma de las edificaciones, tratando de ofrecer una visión
diferente en la resolución de las funciones específicas.
Las primeras obras de Pani destacaron por la innovación de las propuesta formales,
donde prevalecían preceptos académicos; se trata de construcciones con una concepción axial
muy marcada, una claridad en la distribución y una tendencia hacia la monumentalidad. Además,
en sus proyectos siempre estuvieron presentes diversas muestras de las artes visuales,
conjugándose acertadamente con materiales decididamente modernos. Así, se perfilan el Hotel
Reforma, a un año escaso de su regreso, y dentro de este mismo género los hoteles Alameda, en
Morelia, Michoacán (1944) y Plaza de la ciudad de México (1946), donde la curva juega un papel
preponderante en el diseño.
Hotel Reforma, México, D.F., 1936.
Hotel Alameda, Morelia, 1944.
Foto: Carlos Eguiarte.
Dentro de otro tipo de edificaciones destacan, tanto por sus cualidades formales como
funcionales, la Escuela Nacional de Maestros (1945) y, al año siguiente, el Conservatorio Nacional
de Música, donde se debe anotar la acertada participación de artistas de la talla de José
Clemente Orozco, Luis Ortiz Monasterio o Armando Quezada.
Escuela Nacional de Maestros, 1945-1947.
Auditorio abierto, mural de José Clemente Orozco.
Foto: L. N.
Escuela Nacional de Maestros, 1945-1947.
Foto: Guillermo Zamora.
Conservatorio Nacional de Música, México, D.F., 1946.
Foto: Guillermo Zamora.
Paralelamente se pueden señalar sus búsquedas para solucionar diversos problemas
inherentes al lugar y al momento, de las que surgieron esfuerzos encaminados hacia el sector de
la salud, con la realización de los hospitales para Tuberculosos de Perote, Veracruz, General de
Saltillo, Coahuila, y Regional de Tulancingo, Hidalgo, a principios de la década de los cuarenta.
Aquí resulta importante recordar su decidida participación, por ese entonces, en el Plan Nacional
de Hospitales, que culminó con el proyecto del Centro Médico Nacional, en sociedad con José
Villagrán García.
Por otra parte debemos recordar sus primeras preocupaciones dentro del campo
habitacional, donde destacan tres edificaciones en la colonia Cuauhtémoc: Paseo de la Reforma
334, Río Neva 13 y Río Balsas 36, erigidos entre 1942 y 1943.
Edificio de apartamentos en la calle de Balsas núm. 36, México, D.F., 1943-1944.
Foto: Guillermo Zamora.
En éstos inició su personal solución a la vivienda agrupada, proponiendo departamentos
de dos pisos y con espacios a doble altura, para alentar a los usuarios de clases acomodadas a
vivir en edificios altos, los llamados "rascacielitos". A esta misma preocupación pertenecen
algunos intentos similares y contemporáneos en construcciones poco elevadas, localizadas en
zonas de menor densidad, como es el caso de los edificios de Alpes 1105, Lomas de Chapultepec,
y de Rincón del Bosque y Rubén Darío, Polanco. En todos los casos las renovadoras aportaciones
dentro de la distribución interna, prepararon el camino para su labor en el campo de la vivienda.
A esto se aunó su preocupación por racionalizar el crecimiento urbano, buscando con la
densificación de las construcciones servicios que beneficiaran al usuario así como una
disminución del gasto dentro de la infraestructura de las ciudades.
Edificio de apartamentos en las Lomas de Chapultepec, México, D.F., 1942.
Foto: L. N.
Edificio de apartamentos en Rubén Darío y Rincón del Bosque, México, D.F., 1945.
Foto: L. N.
Efectivamente, en 1947, a nombre del director de Pensiones Civiles, el licenciado
Esteban García de Alba, el subdirector, licenciado José de Jesús Lima, solicitó a Mario Pani un
proyecto para doscientas casas habitación en un terreno de 40 000 metros cuadrados, localizado
en el cruce de las avenidas Coyoacán y Félix Cuevas. Frente a esta perspectiva, el arquitecto y su
equipo se dieron a la tarea de realizar un anteproyecto que pudiese convencer a los directivos de
la necesidad de un cambio del uso del suelo y su densidad, para paliar el desmedido incremento
poblacional que comenzaba a observarse; dicho anteproyecto proponía la construcción de mil
departamentos en el mismo predio. Además, con la colaboración del ingeniero Bernardo
Quintana, quien fundó entonces la empresa Ingenieros Civiles Asociados, ICA,2
presentó un
estudio que establecía la factibilidad del conjunto con el mismo monto de dinero programado
para las habitaciones unifamiliares. De esta manera, aun contra la tendencia natural del
mexicano que siempre ha soñado con poseer su "casita", se llevó a cabo la construcción de lo
que vendría a ser el primer agrupamiento habitacional de alta densidad, el Centro Urbano
Presidente Alemán (1949-1950). Así se dio el primer paso hacia los conjuntos de vivienda en
altura, con lo que se acuñó el término "multifamiliar" para designar a este tipo de obras y se
propuso una fórmula de diseño urbano que aísla el peatón del automóvil, la "supermanzana".3
Unidad Habitacional Presidente Alemán, México, D. F. 1949-1950.
Planta de los departamentos en dos niveles.
Unidad Habitacional Presidente Alemán, México, D.F., 1949-1950. Detalle de los edificios.
Foto: Guillermo Zamora.
En este caso, los lineamientos fundamentales fueron los de adoptar un sistema
urbanístico-arquitectónico de edificios altos distribuidos de manera que dejaran una superficie
libre para jardines y áreas de esparcimiento; además, se alojaron convenientemente zonas de
servicios sociales y escolares, como guardería infantil o alberca, sin olvidar los comercios. La
solución final ofrece seis edificios de trece pisos, cuatro de los cuales están ligados en zigzag,
siguiendo la diagonal de terreno, para ofrecer una orientación óptima, oriente-poniente, en todos
los departamentos; seis edificios más de sólo tres pisos complementan el proyecto. Aquí se torna
importante señalar el adecuado diseño de los departamentos en dos niveles, lo que coadyuva a
la privacía del espacio de las recámaras, y que además ofrece la posibilidad de colocar
subdivisiones de acuerdo con las necesidades de cada inquilino. Por otra parte, permite
establecer circulaciones cada tres pisos, con el consiguiente ahorro de superficie construida, y
reducir el costo de los sistemas mecánicos de circulación vertical, con paradas de elevador cada
tres pisos. Finalmente, es importante recordar que los acabados de concreto y ladrillo aparentes
influyeron positivamente en la economía inicial, propiciando, por su facilidad de mantenimiento,
una excelente conservación.
Unidad Habitacional Presidente Alemán, México, D.F., 1949-1950.
Foto: Aerofoto.
Unidad Habitacional Presidente Alemán, México, D.F., 1949-1950. Detalle de los edificios.
Foto: L. N.
Resulta indispensable hacer aquí una reflexión acerca de las propuestas de Le Corbusier
sobre el hábitat, mismas que fueron la fuente de inspiración del arquitecto mexicano;
efectivamente, durante su formación profesional Pani había asistido a las revolucionarias
conferencias del maestro suizo, y conoció de primera mano los fundamentos de la "Ville
Contemporaine" y la "Ville Radieuse",4
así como posteriormente el proyecto de la Unidad de
habitación en Marsella, concluida tres años después del Multifamiliar Alemán. En especial cabe
recordar la propuesta lecorbusiana de los edificios a redent (o en zigzag) que provienen del
visionario plan de la "Ville Contemporaine" realizado en 1922, donde se puede apreciar una
similitud tanto formal como de conceptos. Asimismo se pueden señalar algunos otros ejemplos
europeos de unidades habitacionales para la clase trabajadora, que probablemente conoció Pani
durante su estancia en Europa. Es el caso del "Ringsiedlung", en la Simenstadt, realizado entre
los años de 1929 y 1931, por arquitectos connotados como Otto Bartning, Walter Gropius, Hugo
Häring, Paul Rudolf Henning y Hans Sharoun. Sin embargo, el proyecto del multifamiliar fue
realizado tomando especialmente en cuenta el modus vivendi de los mexicanos,5
lo que se
refleja con claridad en su aceptación por parte de los usuarios, conservando actualmente su
vigencia.
Poco después, el Centro Urbano Presidente Juárez (1951-1952), con Salvador Ortega
como arquitecto asociado, presenta una solución arquitectónica más acabada, que intenta
superar la agresividad que conferían ciertos materiales y ofrecer mayor diversificación en el
diseño de los departamentos. Se buscó, en efecto, una mayor variedad de viviendas para
adaptarse a distintos tipos de familias, ofreciendo hasta doce tipos de departamentos en
construcciones de cuatro diferentes alturas: un edificio de trece pisos, cinco de diez pisos, cuatro
de siete pisos y nueve de cuatro pisos. Además, dada la amplitud del terreno que se liga con un
parque público, se distribuyeron los inmuebles buscando un asoleamiento adecuado y evitando
que hicieran sombra unos sobre otros. Asimismo, se proyectaron los diversos servicios cívicos y
escolares que, junto con los comercios, favorecen la autonomía de la unidad habitacional. Otra
de las características del programa fue la de conservar indiviso el predio, para que el peatón
pudiese circular sin el peligro de los automóviles; de este modo se propuso la continuación de la
avenida Orizaba por medio de un paso a desnivel bajo cuatro de los edificios, y se resolvieron los
accesos a los estacionamientos periféricos por medio de vialidades restringidas.
Unidad Habitacional Presidente Juárez, en colaboración con Salvador Ortega, México, D.F.,
1951-1952.
Murales en concreto de Carlos Mérida.
Probablemente este conjunto representa uno de los ejemplos más acabados del
movimiento conocido como Integración Plástica, que se planteó como una reacción contra la
frialdad y reiteración de la arquitectura internacional; la preocupación consistía en lograr una
expresión local que, sin abandonar los preceptos racionalistas, ofreciera un nuevo camino para la
creatividad compartida. Así, hay que destacar la propuesta en la que colaboró el pintor de origen
guatemalteco Carlos Mérida, con relieves en concreto, coloreados con vinilita.6
"Arte del
porvenir, sin demagogia política, pero eminentemente universal. Arte para la masa, arte público a
la vista de todos, para el goce emocional de todo el mundo",7
es así como el artista define su
propia obra, que en esta ocasión logra una "coordinación extraordinariamente feliz." 8
Unidad Habitacional Presidente Juárez, en colaboración con Salvador Ortega, México, D.F.,
1951-1952.
Mural en la escalera de Carlos Mérida.
Foto: L. N.
En esta misma línea de trabajo, es necesario mencionar otras proposiciones de Mario
Pani para la solución del hábitat en México, como el Multifamiliar para Maestros en la Ciudad
Universitaria (1951-1952); se trata de un ejemplo solitario de lo que debió ser una verdadera
comunidad académica en los terrenos pedregosos de la Universidad. En cuanto a la Unidad
Habitacional Santa Fe del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS (1953-1954), consiste en un
retorno parcial a la urbanización con vivienda unifamiliar que se combina con edificios
departamentales.
Además, no hay que olvidar que la promulgación de la Ley de Condominios que permitió
modificar sustancialmente la manera de vivir del mexicano, se debe a las gestiones del tenaz
promotor que fue Mario Pani. De este modo, erigió el primer condominio de la ciudad capital en
1956, sobre una de sus principales avenidas, el Paseo de la Reforma; poco después, el
Condominio Los Cocos (1956) en Acapulco, Guerrero, funge como colofón de sus numerosas
obras en ese puerto.
Condominio en Paseo de la Reforma 369, México, D.F., 1955-1956.
Foto: L. N.
Casa Montes, en colaboración con Enrique del Moral, Acapulco, 1952.
Foto: Guillermo Zamora.
Como culminación de la experiencia dentro del campo de la vivienda, surge la Ciudad
Habitacional Nonoalco-Tlatelolco (1964-1966), con una población de más de cien mil habitantes.
Este conjunto se planteó como una estructura de barrio dotado de comercios y servicios
escolares y de esparcimiento, pero con un arreglo propio, además de una solución vial
tangencial, con penetraciones parciales para los estacionamientos; dentro de una mayor
densidad se propuso la integración de departamentos para diversos estratos económicos, con
áreas vitales para distintos tipos de familias. Resulta importante apuntar aquí que estos
proyectos habitacionales no son el resultado casual de un taller de arquitectura, sino que
responden claramente a una serie de conceptos que el propio Mario Pani expresó en diversas
ocasiones; en especial cabe recordar su ponencia en el Simposio de la Habitación en América,
que tuvo lugar en Nueva York en abril de 1962, y que fue reproducida en la revista
Arquitectura/México,9 donde estableció:
Los fenómenos de urbanización, en la mayor parte de los núcleos poblados, obedecen a las
presiones de actividades industriales, de servicios comerciales y de negocios que, sumadas al
crecimiento natural de la población, producen un alto grado de concentración metropolitana y
crean agudos problemas particularmente en vivienda y servicios públicos... [por lo que] La
eliminación de los tugurios en las áreas metropolitanas tiene en estos momentos proyección
mundial, ya que bajo el nombre de programas de regeneración urbana se tiende a eliminar las
zonas malsanas, ocupadas, en las peores condiciones de vida, por la mayoría de la población.
Ciudad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco.
Plan Maestro en colaboración con Luis Ramos, México, D.F., 1964-1966.
Además, se puede decir que en su quehacer profesional como arquitecto, Pani tuvo buen número
de asociaciones con otros colegas donde, en la mayoría de los casos, prevaleció su estilo y
personalidad; se trata de una expresión contemporánea de visos europeizantes, siempre basada
en los principios inflexibles del funcionalismo y en la búsqueda de los adelantos tecnológicos y de
materiales. También se puede agregar que su propia evolución es notoria en cuanto a los
resultados plásticos, transitando desde un estilo académico hacia una expresión más
contemporánea e internacional, donde la influencia de arquitectos de Norteamérica como Ludwig
Mies van der Rohe o Richard Neutra,10
se hace patente. Sin embargo, no hay que olvidar que
la existencia de un gran taller de arquitectura fue atenuando poco a poco su muy particular
concepción del aspecto de un edificio, y diluyendo su personalidad en las últimas obras.
De sus diversas asociaciones profesionales, tal vez la más prolongada y prolífica fue la
que mantuvo con Enrique del Moral.11
Prueba de su afinidad son los edificios de la Secretaría
de Recursos Hidráulicos y la Torre de la Rectoría de Ciudad Universitaria (1950-1952), de gran
modernidad y fuerte presencia urbana.
Secretaría de Recursos Hidráulicos, en colaboración con Enrique del Moral, México, D.F., 19501952.
Foto: L. N.
Torre de la Rectoría, en colaboración con Enrique del Moral y Salvador Ortega,
México, D.F., 1952.
Mural de David Alfaro Siqueiros.
Foto: L. N.
Torre de la Rectoría, en colaboración con Enrique del Moral y Salvador Ortega, México, D.F.
Mural de David Alfaro Siqueiros.
Foto: L. N.
Un capítulo importante de esta sociedad se escribió en el puerto de Acapulco donde
realizaron, a principios de los cincuenta, el Aeropuerto, la Plaza de Toros, diversos hoteles y
varias residencias vacacionales; en estas obras destacan las propuestas que tomaron en cuenta
el clima y las condiciones locales, logrando un nuevo lenguaje que se adecua a este tipo de
sitios. De manera paralela, cabe recordar el Club de Yates de esta localidad, donde Pani inaugura
la inclusión de ciertas técnicas y materiales locales, como las palapas, para favorecer la
adecuación climática.
Aeropuerto de Acapulco, en colaboración con Enrique del Moral, Acapulco, 1954-1955.
Foto: Guillermo Zamora.
Club de Yates de Acapulco, Acapulco, 1955.
Foto: Guillermo Zamora.
Otra vertiente en que el trabajo de Mario Pani sobresale se halla en el campo de la
planificación y la urbanización, al frente del Taller de Urbanismo, donde José Luis
Cuevas y Domingo García Ramos tuvieron un papel destacado. Se inicia con una propuesta audaz
que se vio coartada por la falta de visión de gobernantes e inversionistas; se trata del proyecto
de la magna glorieta Reforma-Insurgentes (1945), planteado como el cruce neurálgico no sólo de
la ciudad capital, sino de todo el país. De este proyecto únicamente se llevó al cabo el Hotel
Plaza, cuya posición y forma respondían a ese plan urbano.
Hotel Plaza en avenida Insurgentes y Sullivan, México, D.F., 1945-1946.
Foto: L. N.
Una variante de estos planteamientos para un sector de la ciudad, es la de las unidades
habitacionales, donde se establece el concepto de la "supermanzana". Aquí se debe
anotar la idea de que, en apoyo a la densificación, el tejido urbano debe variar para contener
al nuevo concepto habitacional. Se dejan de lado las pequeñas calles que siguen la traza
virreinal, para retomar las ideas proféticas de Le Corbusier en la "Ville Contemporaine" o la
"Ville Radieuse", que platean una visión urbanística en armonía con la nueva forma de construir y
de vivir. Aún más, en el caso específico de Nonoalco-Tlatelolco debemos recordar el temerario
proyecto para París del "Plan Voisin" (1925), derivado de las propuestas de la "Ville
Contemporaine"; en este plan se aprecia toda una "cirugía" urbana que plantea la demolición de
un amplio sector central de la Ciudad Luz, para remplazarlo por edificaciones contemporáneas
rodeadas de parques y con vialidades que delimitan "supermanzanas" de alta densidad. Como
diría el propio Le Corbusier, "Este plan realiza un ataque frontal dentro de los barrios más
enfermos de la ciudad y con las calles más angostas",12
lo que el propio Pani parece haber
parafraseado al escribir "...el proyecto de regeneración de la zona Nonoalco-Tlatelolco, que es
parte de un estudio de la zona central de tugurios de la ciudad de México".13
Ciudad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, en colaboración con Luis Ramos,
México, D.F., 1964-1966. Vista Aérea.
Ciudad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, en colaboración con Luis Ramos,
México, D.F, 1964-1966. Plaza de las Tres Culturas.
Foto: Armando Salas Portugal.
Ciudad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, en colaboración con Luis Ramos,
México, D.F., 1964-1966. Vista parcial.
Foto: Armando Salas Portugal.
Ciudad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, en colaboración con Luis Ramos ,
México, D.F., 1964-1966. Edificios altos.
Foto: Armando Salas Portugal.
Por otra parte se debe tomar en cuenta
otros dos planes maestros, concebidos
para zonas aún sin urbanizar: Ciudad Universitaria (
(1957
1950), en colaboración con Enrique del
Moral, y Ciudad Satélite
). Para los dos casos se apoyó en una serie de conceptos
similares, especialmente las supermanzanas y las vialidades, basadas estas últimas en las
propuestas del Sistema Herrey;14
se trata de "un sistema vial giratorio continuo que por su
simpleza, economía y adaptabilidad a los sistemas de habitación en las [...] supermanzanas, nos
ha servido, seguramente en México más que en otros países, para resolver [...] los problemas
viales de las últimas realizaciones..."15
Estas propuestas otorgan a los planes mencionados un
aspecto singular, donde desaparece la línea recta para privilegiar un sentido orgánico en calles y
avenidas; además, resulta fundamental destacar que este tipo de vialidades ha incrementado la
seguridad de los automovilistas a la vez que favoreció una circulación expedita y se evitaron los
congestionamientos.
Ciudad Universitaria, Plan Maestro en colaboración con Enrique del Moral, 1951-1952.
Foto:Juan Guzmán.
Sistema vial de Ciudad Satélite, Estado de México, 1954.
Paralelamente, a la cabeza de su Taller de Urbanismo, Pani se abocó a la
solución
integral de ciudades y puertos como en los planes de Acapulco, Guaymas, Sonora,
Culiacán y Mazatlán, Sinaloa, a principios de los cincuenta; asimismo, emprendió trabajos de
mayor envergadura como el Plan Regional de Yucatán (1951), donde propuso tanto
soluciones para la organización rural de los campesinos del henequén, como para la ciudad de
Mérida. Probablemente en el Plan Nacional Fronterizo (Pronaf), que contempló ciudades como
Matamoros, Tamaulipas, Piedras Negras, Coahuila, y Ciudad Juárez, Chihuahua, mostró con
mayor claridad la amplitud de visión y generosidad de sus proyectos urbanos a lo largo de la
década de los sesenta. Sin embargo, sus propuestas para una planificación racional, enfocada
hacia el desarrollo futuro, se vieron desafortunadamente canceladas o modificadas en los
cambios sexenales de gobierno, perdiéndose con ello un crecimiento congruente.
Plan de desarrollo de la Región Henequenera, Yucatán, 1951.
Detalle de las unidades de agrupación y los sistemas de agua.
Hotel Condesa del Mar, en colaboración con Mario Pani Linaae, Acapulco, 1970.
Foto: Guillermo Zamora.
Como corolario, se pueden mencionar algunas propuestas de este perseverante
En 1974
urbanista durante los setenta.
incursionó en el ámbito internacional con el
Plan Maestro para la reconstrucción de Managua, y un plan maestro para Panamá.
Posteriormente volvió a ocuparse de la ciudad de México, con un visionario plan de rescate y
desarrollo de Xochimilco, una década antes que el gobierno del Distrito Federal le solicitara el
proyecto al Grupo de Diseño Urbano. Finalmente, en 1988 propuso "Ciudad Concertada", en
colaboración con Manuel Larrosa y Ángel Borja;16
en este caso el subtítulo de la publicación
correspondiente, "Tesis sobre el reordenamiento de la ciudad de México", explica claramente las
intenciones de los autores, que buscaban una concertación de los diferentes propietarios de
bloques urbanos en la zona del centro de la ciudad, para optimizar su uso e incrementar la
densidad de ocupación
. Cuando la muerte lo sorprendió el 23
de marzo de 1993, toda su energía estaba dirigida a llevar a la realidad esta
generosa y congruente propuesta.
En otro orden de ideas, es fundamental apuntar la labor de Pani como maestro y señalar
en primer término a un buen número de estudiantes que cursaron la clase de composición en la
Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM, entre 1940 y 1948, y en la década de los ochenta
en la Universidad Anáhuac. Además se cuentan aquellos que laboraron en su taller, recibiendo
sus enseñanzas en la práctica diaria, amén de los que asistieron a sus numerosas conferencias
en diversos centros universitarios del país. Asimismo, merced a su interés por difundir los méritos
de la arquitectura contemporánea, editó durante más de cuarenta años la revista
Arquitectura/México, que alentó a sus colegas al difundir sus obras en el medio
arquitectónico, incluso allende las fronteras; en los 119 números de esta publicación, una
inigualable fuente de información, quedaron recogidos los valores y el desarrollo de esta
disciplina. Como corolario, es preciso subrayar este profundo interés en que la arquitectura
ocupara un sitio fundamental en la historia de México, lo que lo llevó a asumir un papel
Academia Nacional de
Arquitectura, de la cual fue fundador en
1978 y su presidente durante quince años. Finalmente, su destacada y entusiasta
preponderante en la
presencia en la arquitectura le valieron su nombramiento como miembro de número de la
Academia de Artes en 1985 y el Premio Nacional de Artes en 1986.
Mario Pani se configura como un creador conocido más allá del ámbito arquitectónico, y
cuya importancia se sustenta sobre todo en sus ideas y planteamientos respecto al ejercicio de la
profesión. Este arquitecto se abocó a la tarea de ofrecer respuestas novedosas y adecuadas a las
diferentes problemáticas que se le presentaron, tanto en el sector público como en la práctica
privada, para obtener así un sitio destacado dentro de la arquitectura internacional. Sin embargo,
la importancia de sus obras no radica en la novedad de formas y materiales, sino en sus
conceptos que buscaron soluciones adecuadas a su tiempo y lugar, cambiando radicalmente con
ello el aspecto de la ciudad de México y el entorno metropolitano.
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