Poder Judicial de la Nación San Francisco, a los doce días del mes de diciembre de dos mil doce. Y VISTOS: Estos autos caratulados: “PICH, Luis Alberto c/ Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) s/ Acción declarativa de certeza” (Expte. 3734/ 2012), venidos a despacho a fin de pronunciarse respecto de la medida cautelar solicitada, y de los que resulta: Que comparece ante esta Sede el Sr. Luis Alberto Pich, con el patrocinio letrado del Dr. Héctor E. Villegas Ninci, y promueve acción declarativa de certeza en contra de la AFIP, solicitando se disponga la inaplicabilidad de las normas que ordenan la retención del Impuesto a las Ganancias sobre sus sueldos, hasta tanto se dicten otras que adecuen sus importes a las disposiciones constitucionales que considera aplicables. Asimismo, solicita el dictado de una medida cautelar en la que se ordene a su empleadora, Empresa Provincial de Energía de Córdoba (E.P.E.C.), que se abstenga de efectuar USO OFICIAL retenciones en concepto de pago del Impuesto a las Ganancias, y a la AFIP que no proceda a exigirlas, hasta tanto se resuelva definitivamente sobre su procedencia, legalidad y constitucionalidad. Funda la competencia de este Tribunal y la procedencia de la vía procesal intentada. Narra ser empleado en relación de dependencia del Distrito Balnearia de la EPEC, prestando servicios en tal delegación desde el año 1975. Señala que sin que haya variado la categoría laboral que ostenta, en los últimos seis ejercicios fiscales ha visto incrementada la fracción que sobre el sueldo se le retiene en concepto de aquel tributo en un 320%, proporción que indica continuará en aumento de mantenerse la situación legal imperante en el tema. Sostiene que desde el año 1991 y hasta fines del 2001 nuestra economía habría ingresado en un plano de relativa estabilidad en lo que a variación de precios se refiere, y que a partir de tal fecha se habría producido una devaluación de la moneda argentina respecto de su similar estadounidense, lo que habría llevado a un incremento de los precios de los bienes y servicios. Relata las circunstancias que llevaron al dictado de las leyes 24.073 y 25.561 y señala que, como consecuencia, la AFIP no publica los coeficientes a los que alude el art. 25 de la ley 20.628. Expresa que en las circunstancias actuales el límite dispuesto por el art. 39 de la ley 24.073 carecería de justificación, por haber variado el contexto para el cual fue dictado. Invoca que tal circunstancia afectaría el principio de capacidad contributiva. Acompaña cuadros ilustrativos referidos a la incidencia del tributo cuestionado en sus haberes. Respecto de la medida cautelar solicitada, al momento de justificar la verosimilitud del derecho, y en honor a la brevedad, se remite a lo expuesto a lo largo de su presentación (véase fs. 133). En lo atinente al peligro en la demora, lo funda en un “estado de peligro proveniente del mantenimiento de la afectación constitucional sobre conceptos que tienen naturaleza eminentemente alimentaria, tal como el salario”. Asimismo, expresa que la inminencia en la producción efectiva del daño se vería ratificada por las recientes declaraciones de la Sra. Presidenta de la Nación al anunciar el decreto 2191/ 2012 “en cuanto hizo saber que la discusión relativa a los mínimos no imponibles formaría parte de la agenda del año entrante (2013)” (véase fs. 134). Acompaña prueba documental, ofrece pericial contable, formula la reserva del caso federal, y pide se haga lugar a la medida cautelar y a la acción incoada. Y CONSIDERANDO: I) Que a fin de evaluar la procedencia de tal medida cautelar solicitada, se evaluarán en primer lugar condicionantes y requisitos elaborados por la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación respecto de las medidas cautelares, para luego concentrar la atención en los requisitos previstos por la norma procesal aplicable (arts. 230 y 232 del C.P.C.C.N.), esto es, el peligro en la demora y la verosimilitud en el derecho. II) Que el actor ha pedido una medida cautelar innovativa, esto es, que tiende a alterar el estado de hecho vigente antes de su dictado. Ante ello, debe considerarse que según ha sentado la Corte Suprema de Justicia de la Nación, los recaudos de viabilidad de las medidas precautorias deben ser ponderados con especial prudencia cuando la cautela altera el estado de hecho o de derecho existente al momento de su dictado, habida cuenta de que configura un anticipo de jurisdicción favorable respecto del fallo final de la causa (Fallos 316: 1833; 320: 1633 y 327: 2490, entre otros). III) Que en tanto el compareciente pide que no se le retengan de sus remuneraciones los importes correspondientes al impuesto a las ganancias, debe recordarse también que el Alto Tribunal ha señalado, en lo concerniente a medidas que afecten la percepción de tributos, que cuando se solicita el dictado de una medida cautelar que altera la percepción de fondos públicos, la misma debe ser considerada con particular estrictez en tanto las causas con contenido tributario exceden el interés de las partes y atañen a la comunidad (Fallos 316: 2922; 319: 1069 y 322: 1346, entre otros). IV) Que se advierte también que lo peticionado como medida cautelar coincide con lo solicitado como objeto de la demanda, esto es, que no se le retengan de sus remuneraciones los importes correspondientes al impuesto a las ganancias. Tan identificables son lo peticionado en la demanda y en la medida cautelar, que en el escrito que antecede ni siquiera se funda autónomamente la verosimilitud en el Poder Judicial de la Nación derecho de la cautelar, remitiéndose los argumentos para su procedencia a los expuestos para fundar la demanda (véase fs. 133). Ello lleva a aplicar uno de los requisitos configurados por la jurisprudencia que considero aplicable al caso, referente a que las medidas cautelares no deben identificarse con lo solicitado en la sentencia de mérito. En tal sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha precisado que obsta a la concesión de las medidas cautelares el hecho de que produzcan los mismos efectos que hacer lugar a la demanda, ya que “corresponde descalificar como medida cautelar la que produce los mismos efectos que si se hubiese hecho lugar a la demanda, ya que la finalidad de dichas decisiones es asegurar el cumplimiento de una eventual sentencia más no lograr el fin perseguido anticipadamente (art. 232, C.P.C.C.N.)” (“Coto Centro Integral de Comercialización S.A. v. Provincia de Entre Ríos”, Fallos 325:2672). V) Que finalmente, también la jurisprudencia del Alto Tribunal se ha pronunciado sobre la inconveniencia de que las medidas cautelares sean dictadas “hasta USO OFICIAL tanto se resuelva definitivamente”, tal como aquí se solicita (véase fs. 111vta.). En efecto, es propio de las medidas cautelares que las mismas sean dictadas por un lapso de tiempo limitado, conforme se ha destacado en los precedentes “Grupo Clarín y otros S.A.” y “Radio y Televisión Trenque Lauquen S.A.” (Fallos 333:1885 y 334: 259), pleitos ambos en los que se habían dictado medidas cautelares cuyos efectos se extendían hasta el momento de dictado de la sentencia. Se resaltó en tales casos que si la resolución de la acción de fondo demora un tiempo excesivo, la medida así dictada permite a la actora obtener un resultado análogo al que obtendría de acogerse la pretensión substancial, pero por vía de un pronunciamiento cautelar, lo cual puede afectar de manera irreversible al sujeto pasivo de tal medida. Ello implicaría desnaturalizar los objetivos tenidos en cuenta por el legislador al establecer las medidas cautelares, a las que se les asignó el carácter de provisorias. Señala la Corte que los magistrados deben dirigir el procedimiento, y velar por el adecuado cumplimiento de los deberes de lealtad, probidad y buena fe, cuidando que el derecho no se vea desvirtuado por medio de su utilización antifuncional. Por ello, se remarca que es conveniente que se fije un límite razonable para la vigencia de las medidas cautelares, aún de oficio por los jueces. VI) Que entrando a analizar los requisitos legalmente previstos para la concesión de las medidas cautelares, procede en primer lugar analizar lo concerniente al peligro en la demora. En este estado me permito recordar que por regla general los derechos se reconocen, deniegan o modifican mediante una sentencia, dictada después de dar oír a ambas partes en el proceso, en resguardo de los principios de igualdad (consagrado por el art. 14 de la Constitución Nacional) y de defensa en juicio (inviolable según el art. 18 de la Carta Magna). Como excepción, la legislación procesal admite el dictado de una medida cautelar, en aquellos casos en los que exista una urgencia tal que no permita esperar el dictado de una resolución definitiva, llevando a ésta en convertirse en ilusoria. Por ello, el peticionante debe acreditar cuáles son los motivos por los cuales no puede esperar el dictado de la sentencia. En el caso concreto se advierte que el actor funda la existencia del peligro en la demora alegando que, de no dictarse la medida, sus haberes sufrirán nuevas retenciones. Se observa que la justificación de la urgencia que llevaría a adoptar la medida es meramente genérica, sin ninguna concreción respecto de por qué motivos no podría el Sr. Luis Alberto Pich esperar la conclusión del pleito para hacer efectivos sus derechos. La legislación y la jurisprudencia pacíficamente admiten los embargos y las retenciones sobre los haberes, más allá de su naturaleza alimentaria. Especialmente, en el caso de los haberes más altos, como la de quien se encuentra comprendido en el impuesto a las ganancias. Se concluye entonces que más allá de la genérica invocación a la naturaleza alimentaria de sus haberes, el peticionante no ha justificado en modo alguno por qué motivo no podría esperar hasta la finalización del pleito para el reconocimiento de sus derechos, motivo por el cual no se advierte la existencia de peligro en la demora. VII) Que en este punto vale repasar que se ha señalado que los recaudos de viabilidad de las medidas precautorias deben ser ponderados con especial prudencia cuando la cautela altera el estado de hecho o de derecho existente al momento de su dictado, habida cuenta de que configura un anticipo de jurisdicción favorable respecto del fallo final de la causa, y que las medidas que alteran la percepción de fondos públicos deben ser consideradas con particular estrictez en tanto exceden el interés de las partes y atañen a la comunidad. Se ha resaltado la importancia de no confundir el objeto de las medidas cautelares con el de las resoluciones de mérito, ni dictar medidas cuya duración temporal sea equivalente a la tramitación del pleito, para no desnaturalizar el sentido de estas medidas precautorias. En ese contexto, en tanto se solicita una medida cautelar innovativa que altera la percepción de los tributos, que se identifica con el fondo y cuya duración temporal equivale a la de la tramitación del pleito, el advertir que no se ha acreditado que exista peligro en la demora es razón suficiente para denegar la medida cautelar solicitada, sin necesidad de pronunciarse respecto de la verosimilitud en el derecho. Por todo lo expuesto, Poder Judicial de la Nación RESUELVO: 1°) Rechazar la medida cautelar solicitada por la parte actora conjuntamente con la demanda. 2°) Protocolícese, notifíquese, y prosiga la causa según su estado. FDO.: MARIO EUGENIO GARZÓN, JUEZ FEDERAL. USO OFICIAL SENTENCIA N° 245, AÑO 2012, PROTOCOLO TOMO III, FS. 5/7.