Vittoria Colonna

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Vittoria Colonna
Vittoria Colonna, por Miguel Ángel
Vittoria Colonna (Marino, abril de 1490 – Roma, 25 de febrero de 1547),
marquesa de Pescara, fue una poeta e influyente intelectual del Renacimiento
italiano.
Era hija de Fabrizio Colonna, de la noble familia romana de los Colonna, y de
Agnese di Montefeltro, descendiente de la familia ducal de Urbino. Los
Colonna, aliados de la familia Dávalos, concertaron el matrimonio de Vittoria
con Francisco Fernando de Ávalos, noble napolitano de origen español, cuando
era todavía una niña. Vittoria y Francesco se casaron el 27 de diciembre de
1509 en Ischia, en el Castillo Aragonés. Aunque el matrimonio había sido
dispuesto para servir a los intereses de sus respectivas familias, resultó bien
desde el punto de vista sentimental. Sin embargo, no pudieron pasar mucho
tiempo en Ischia, donde se habían establecido, ya que Francesco Ferrante
debió partir a la guerra, a las órdenes de su suegro, para combatir a favor de
España contra Francia. Fue hecho prisionero en la batalla de Rávena, en 1512,
y deportado a Francia. Durante el tiempo en que Francesco fue prisionero, él y
su esposa mantuvieron una apasionada correspondencia.
Más adelante se convirtió en oficial del ejército de Carlos V y fue gravemente
herido en la batalla de Pavía, el 24 de febrero de 1525. Vittoria corrió a reunirse
con él en Milán, pero antes de llegar le sorprendió la noticia de su fallecimiento
en Viterbo.
Cayó en una depresión, llegando incluso a pensar en el suicidio, pero la superó
con la ayuda de sus amigos. Durante esta época escribió sus Rimas
espirituales. Tomó la decisión de retirarse a un convento en Roma, e hizo
amistad con varios eclesiásticos que trataban de impulsar una corriente
reformista dentro de la Iglesia Católica, entre los cuales se encontraba el
español Juan de Valdés.
Poco después, su hermano Ascanio Colonna tuvo un conflicto con el Papa
Clemente VII. Vittoria se trasladó a Marino, y luego a Ischia, tratando de mediar
en el conflicto. Este desplazamiento evitó que sufriese en propia carne las
vicisitudes del Saco de Roma, en 1527, aunque contribuyó a sus propias
expensas a ayudar a a la población y a rescatar prisioneros. Volvió a Roma en
1531, y en 1535 conoció a Pietro Carnesecchi, con el que entabló una relación
de amistad. Poco después decidió viajar a Tierra Santa, para lo cual se trasladó
a Ferrara, en 1537, es espera de obtener el permiso del Papa, con la intención
de embarcarse en Venecia. Sin embargo, no llegó a partir, a causa de su mala
salud. En Ferrara, ayudó a establecer un monasterio de capuchinos, a
instancias del reformador Bernardino Ochino, quien después se haría
protestante.
En 1539 regresó a Roma, donde entabló una apasionada amistad con Miguel
Ángel Buonarroti, quien la estimó enormemente, y sobre el cual tuvo una gran
influencia. Miguel Ángel le dedicó varios de sus sonetos y la retrató en
numerosos dibujos.
En 1541 su hermano volvió a tener un enfrentamiento con el Papa, ahora Pablo
III, y llevó a cabo un levantamiento contra el mismo que fracasó. Vittoria se
trasladó entonces a Viterbo, donde conoció al cardenal Reginald Pole. En 1544
regresó a Roma, donde la sorprendió la muerte en el convento de San
Silvestre, lo cual probablemente le ahorró algún disgusto con la Inquisición, ya
que desde el año siguiente sus amigos eclesiásticos serían objeto de
investigación.
Entre sus amigos se contaron ilustres literatos, como Pietro Bembo, Luigi
Alamanni y Baldessare Castiglione. Tuvo también una estrecha relación con
reformadores, como Pietro Camesecchi, Juan de Valdés y Bernardino Ochino.
Su obra literaria comprende poemas de amor, dedicados a su marido, las Rimas,
subdivididas en Rimas amorosas y Rimas espirituales, inspiradas en el estilo de
Francesco Petrarca, y composiciones en prosa de tema religioso, entre las cuales
están el Pianto sulla passione di Cristo y la Orazione sull’Ave Maria. Sus obras se
imprimieron por primera vez en Parma en 1538, pero poco después aparecieron nuevas
ediciones: en Florencia y Venecia, respectivamente.
La Crucifixión de Miguel Ángel
Copia desde la Crucifixión pintada por Miguel Ángel Buonarroti para Vittoria
Colonna
En 1540, Vittoria Colonna le pidió a Miguel Ángel un pequeño cuadro de la
Crucifixión que le ayudara en sus oraciones privadas. Tras presentarle varios
bocetos, que se conservan en el Museo Británico y en el Louvre, el artista le
pintó un pequeño Calvario. En ese momento sólo eran Cristo, la Virgen y San
Juan. En 1547, a la muerte de Vittoria, el pintor recuperó el cuadro y la incluyó
como María Magdalena abrazando la cruz de Cristo y portando sobre los
hombros un pañuelo como símbolo de su viudez. A pesar de que se perdió el
cuadro original, tenemos muchos dibujos y copias hechas por discípulos de
Miguel Ángel. Una de esas copias, que algunos historiadores del arte atribuyen
a Miguel Ángel, se encuentra en España en la Concatedral de Santa María de
la Redonda de Logroño.
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