Arquitectura posmodernista

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POSMODERNISMO
Posmodernismo, (arte), corriente artística de la segunda mitad del siglo XX, que
se caracteriza, a grandes rasgos, por el empleo de materiales, formas y técnicas
modernas combinadas según las sutilezas compositivas y simbólicas de los estilos
clásicos. En arquitectura supuso una reacción contra el dogmatismo del
movimiento moderno. En el resto de las artes puede entenderse como un cambio
de postura ante la filiación abstracta y conceptual de las primeras vanguardias del
siglo XX, o también como una evolución desde el Pop Art, cuyo eclecticismo y
populismo explotó el valor simbólico de los objetos cotidianos.
Teóricamente se refiere a una actitud frente a la modernidad y lo moderno. Se
trata de un movimiento global presente en casi todas las manifestaciones
culturales.
En el caso de la arquitectura, el rechazo posmoderno del brutalismo y el
International Style asociados con Le Corbusier y su sustitución por un estilo
alusivo y ecléctico que alude en una suerte de pastiche caprichoso o paródico a
estilos anteriores (desde el neoclasicismo al manierismo o el rococó) ha sido el
centro de numerosos debates públicos. Tales debates olvidan con frecuencia el
regreso aparente a los valores tradicionales, sin reconocer este hecho como un
intento de aludir inconscientemente a estilos anteriores, más que de asimilarlos. El
posmodernismo está más marcado por el camp y el kitsch que por la nostalgia; en
términos generales, carece de la gravedad propia de los artistas y movimientos
modernos de principios de siglo. Sin embargo, puede considerarse como la
consecuencia lógica de la ironía y el relativismo modernistas, que llegan a
cuestionar sus propios valores. El tono lúdico de la posmodernidad hace que
resulte más fácilmente asimilable por la cultura popular o cultura de masas. Por
otra parte, su aceptación superficial de la alienación contemporánea y su
transformación de la obra de arte en fetiche han sido objeto de acusaciones de
irresponsabilidad política.
El posmodernismo ha dominado una etapa de la arquitectura de finales del siglo
XX, especialmente durante las décadas de 1970 y 1980, cuando sus
representantes más destacados (Robert Venturi, Michael Graves, James Stirling,
Ricardo Bofill, Aldo Rossi, Charles Moore, Hans Hollein, Arata Isozaki, Mario
Botta, Rob y León Krier, Robert A. M. Stern y Óscar Tusquets, entre otros)
gozaron de un gran prestigio en el ámbito teórico y obtuvieron importantes
encargos institucionales. Su obra, dotada de un cierto carácter manierista, se ha
difuminado en infinidad de estilos, desde el clasicismo a la modernidad pasando
por las actitudes vernáculas. Este eclecticismo ha pretendido reflejar la pluralidad
esencial de la sociedad postindustrial, un factor decisivo para la arquitectura
pública, que debe representar a una gran variedad de personas con gustos y
referencias culturales dispares. Su actitud contra la modernidad se resume en la
máxima de Robert Venturi, que desafió con su “Less is a bore” (menos es un
aburrimiento) a la famosa consigna de Ludwig Mies van der Rohe “Less is more”
(menos es más).El deseo de agradar a las clases medias ha inducido a los
arquitectos posmodernistas a insertar en sus obras referencias y motivos
decorativos de los estilos históricos.
Una muestra de ello es el edificio de James Stirling y Michael Wilford para la
Staatsgalerie de Stuttgart (1977-1984), donde ciertos elementos coloristas (como
los pasamanos o las marquesinas) adornan un edificio que también contiene
referencias académicas a la arquitectura clasicista, en concreto a la obra del
alemán Friedrich Schinkel.
Este carácter populista se opone al espíritu del movimiento moderno, cuyas
composiciones austeras sólo puede disfrutar (según los posmodernistas) una
escasa elite cultural.
De acuerdo con este razonamiento crítico, la preocupación de las vanguardias
históricas por las formas abstractas también olvidaba el papel que desempeñan
las asociaciones simbólicas en nuestra percepción de la arquitectura. Estas
connotaciones culturales o históricas se han aplicado en la realización de
numerosos edificios culturales, como el Museo de Arte romano de Mérida, de
Rafael Moneo, la Staatsgalerie de Stuttgart o la nueva ala Sainsbury de la National
Gallery en Londres, obra de Robert Venturi y Denise Scott-Brown. Otro argumento
fundamental es la valoración del genus loci o genio del lugar, un concepto
asociado a los contextos urbano, físico e histórico en los que se inscribe cualquier
obra arquitectónica. La ironía sobre los estilos históricos también se aprecia como
motivo recurrente del posmodernismo. En el edificio bautizado como Las Escalas
del Barroco (París, 1979-1986), de Ricardo Bofill, las fachadas vítreas de los
interiores de las viviendas conforman una enorme columnata dórica, rematada por
un entablamento gigante de piezas prefabricadas en hormigón armado. Una
inspiración semejante se puede encontrar en el Portland Public Service Building
(Portland, 1980-1982) de Michael Graves, un edificio de oficinas en el que, sobre
una moderna fachada de muro-cortina, se dibujan dos pilastras acanaladas que
simulan sostener en lo alto una gigantesca clave. Un caso más complejo es el del
proyecto de Robert Stern para la torre del Chicago Tribune, donde las referencias
históricas a una columna triunfal dórica se entremezclan con las del conocido
proyecto dadaísta que propuso el arquitecto austriaco Adolf Loos en 1922.
Ralph Erskine proyectó el edificio The Ark, una muestra imaginativa de arquitectura contemporánea.
Jeremy Cockayne/Arcaid
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