Trabajo en equipo y amor son la clave para un

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La Comisión de Accesibilidad del Poder
Judicial desea compartir este mensaje
con todos los servidores y servidoras
judiciales.
Trabajo en equipo y amor son la clave
para un adecuado desarrollo de un niño
o niña con discapacidad
Sebastián Rodríguez Largaespada es un niño de 4
años y 8 meses que fue diagnosticado con síndrome
de Down. Es hijo de Luis Guillermo Rodríguez
Vargas, jubilado judicial, quien se desempeñó en el
en Poder Judicial como juez de trabajo y de Grettel
Largaespada Robles, una funcionaria del Ministerio
de Trabajo..
Este niño se ha destacado por ser muy feliz,
extrovertido, cariñoso, de un carácter dulce y compatible, por lo que no
le cuesta integrarse a grupos de personas o ambientes diferentes.
Sus padres comentan que le gusta jugar fútbol y ver los partidos de
Saprissa y de Argentina. También disfruta pintar o ver libros junto a su
hermana y jugar a tocar guitarra con uno de sus hermanos.
Es un niño totalmente independiente, duerme en su propia habitación
desde muy chico y aprendió a subir las escaleras de su casa sin
necesidad de barandas, también va al baño solo y toma sus propias
decisiones.
Para sus padres su comportamiento es como
el de cualquier niño “se puede decir que él es
un niño muy, muy feliz, lo que nos hace
sentir bien y felices a nosotros”, comentan.
Él ingresó al Centro Infantil del Poder
Judicial de un año y un mes. Desde ese
tiempo se adaptó muy bien. Según su padre,
este aspecto ha sido fundamental para su
desarrollo, pues compartir con niños
promedios en este centro ha hecho que sea
sociable, sin problemas para adaptarse en
cualquier lugar que se encuentre.
Ellos cuentan que al momento de nacer Sebastián desconocían que era
un niño con síndrome de Down. Además tenía los pulmones inmaduros
por lo que estuvo en el hospital por dos semanas en incubadora y tres
semanas más en la casa con un cilindro de oxígeno.
“Nosotros no tuvimos tiempo de nada, lo que comenzamos fue a pensar
en su salud, en su bienestar, en alegrarnos día a día cuando iba
mejorando, por ejemplo cuando lo sacaron de la incubadora o cuando le
quitaron el oxígeno”.
Recuerdan que cuando nació Sebastián, hubo un gran apoyo de la
familia y de los compañeros y compañeras de trabajo. “Una
compañera del Juzgado de Trabajo tenía una hermana que trabajaba
como maestra en la Escuela de Enseñanza Especial Fernando Centeno
Güell, y desde los primeros días llegaron a la casa y nos dieron una
serie de instrucciones, libros y nos enseñaron a hacerle masajes, indicó
su padre.
A los dos meses de edad lograron que lo atendieran en la Escuela de
Enseñanza Especial, lo que fue muy importante para aprender a llevar la
vida con él. En este lugar recibió atención hasta los 3 años y medio.
Sebastián, además tenía un
crecimiento irregular de su cabeza,
por lo que ante la inquietud de sus
padres un médico les contó sobre
un tipo de casco formador, pero
era un tratamiento que solo se
hacía en EEUU o Europa. Este
doctor los contactó con el Hospital
de Niños en Miami y por medio de
Internet tuvieron algunos contactos
y sacaron una cita.
El tratamiento consistió en usar un casco –como de fútbol americanoque tenía la función de mejorar la forma de la cabeza. Tenían que
ponerle el casco a Sebastián durante ocho meses y solo se lo podían
quitar para bañarlo. Además, debían llevarlo a una cita cada mes a
Estados Unidos para ver el avance que tenía y el ajuste que tenían que
hacerle al casco.
El esfuerzo de estos padres y su deseo de mejorar la condición de vida
de Sebastián los llevó a buscar deferentes tipos de terapias, dentro de
ellas ha recibido fisioterapia, equino-terapia (terapia con caballos),
terapia ocupacional para desarrollar sus de habilidades, natación,
terapia de lenguaje y terapia cognitiva que es para estimulación, estas
tres últimas aún las recibe.
Agradecidos con el Centro Infantil
Cuando
nació
Sebastián
a
su
mamá le dieron una
licencia especial por
un año, lo que
consideran
como
fundamental para su
vida, estar todo ese
año cerca de la
mamá, pero les
surgía la inquietud
de quien lo iba a
cuidar posteriormente. En eso surgió la alternativa del Centro Infantil,
donde les abrieron las puertas.
Según Carolina Aguirre, directora de ese centro de enseñanza, siempre
han tenido disposición de recibir niños o niñas con alguna discapacidad.
“Ha habido una apertura, preparación e investigación, principalmente
de las maestras que han tenido niños con alguna discapacidad. Nos
hemos preparado y sobre todo hay una vocación y amor muy grande de
parte del personal que nos ha enriquecido y permitido aprender de estos
niños”.
Para la directora del Centro Infantil, los niños con discapacidad
desarrollan el plan de estudios con los demás chicos, pero reciben una
adecuación curricular significativa y van a su ritmo. Además
promueven que los demás niños y niñas los sientan como iguales,
compartan y participen con ellos.
Por su parte, Susan Gómez, maestra de prekinder del Centro Infantil,
dice que ha investigado mucho para trabajar con adecuación curricular,
aparte, del amor y la entrega que son aspectos trascendentales para
ayudar a la niñez en condición de vulnerabilidad.
Trabajo en equipo
El trabajo en equipo es clave para lograr
avances en el proceso de educación y
formación de la niñez con discapacidad.
En este aspecto coinciden los padres de
Sebastián y la directora del Centro
Infantil.
Los niños integrados no necesariamente
están con una persona especial, esto se
ha compensado con el trabajo en equipo
de los padres, personal especializado de
las terapias y las maestras. Según
Aguirre, el trabajo en conjunto con los
especialistas les permite la revisión de
terapias y les ayuda a mejorar la adecuación que les dan a los niños.
Para los padres de Sebastián hay una apertura del Centro para coordinar
estas reuniones, y la comunicación es muy importante, tanto cuando
estaba en la Escuela de Enseñanza Especial, como ahora que está con
terapia privada.
En el aspecto de motivación dicen que el Centro Infantil ha jugado un
papel importante para Sebastián, pues hay experiencias que ha tenido
que aprender a enfrentar, como vestirse para participar en diversas
actividades.
Orgullosos de Sebastián
La madre de Sebastián
afirma que “de todo lo
que he aprendido, de
lo que he leído, lo más
importante que se le
puede dar a un niño
especial,
como
Sebastián,
es
su
independencia
y
mucho trabajo de
estimulación y hacerlo
con mucho amor, que
es lo que hace que las
cosas vayan saliendo bien”.
A pesar de su situación, nunca se detuvieron a valorar porqué tuvo
síndrome de Down y simplemente se sintieron muy orgullosos del él
Consideran que la apertura de la sociedad es fundamental para estas
personas, porque el no marginarlos es abrirle las puertas para que ellos
logren todo lo que desean alcanzar, dejando atrás la noción equivocada
de lo que es una discapacidad como el síndrome de Down, y
demostrando que con estímulo, trabajo y esfuerzo puedan lograr las
metas que se propongan.
Ellos desean que Sebastián cumpla con el proceso educativo de escuela,
colegio, universidad, pero principalmente desean disfrutar el día a día
con él y que siga siendo muy feliz.
Tanto don Luis Guillermo Rodríguez como doña Grettel Largaespada
están en la mayor disposición de ayudar y contar a las personas que lo
deseen las experiencias que han tenido en la formación de su hijo, las
cuales consideran como muy positivas.
A ellos puede contactarlos en los correos electrónicos:
[email protected] o [email protected].
Departamento de Prensa y Comunicación Organizacional
Octubre, 2010
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