Aníbal

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Aníbal nació en el año 247 a.C. y falleció en el año 182 a.C.
Aníbal fue el hijo de Amílcar Barca (general cartaginés y comandante del ejército en Sicilia durante la
primera de las Guerras Púnicas entre Cartago y Roma), su hermano fue también general cartaginés y sustituyó
a su hermano como comandante del ejército en la península ibérica al empezar la segunda guerra púnica.
A los nueve años Aníbal acompañó a su padre en la expedición cartaginesa para conquistar Hispania. Antes de
empezar, el niño juro odio eterno a Roma, el enemigo más encarnizado de Cartago.
Nueve años después fu él encargado de la realización de los planes de Asdrúbal, su cuñado que en ese periodo
era el comandante del ejército. Tras el asesinato de Asdrúbal el ejército le eligió como comandante del
ejército, esto sucedía en el año 221 a.C.
En dos años sometió el territorio entre los ríos Ebro y Tajo, excepto la ciudad de Sagunto, que era aliada de
los romanos, que tardaron ocho meses en conquistar, los romanos tildaron este ataque de violación del tratado
existente entre Roma y Cartago y exigieron que ésta les entregara a Aníbal. Los cartagineses se negaron, lo
cual desencadeno la segunda Guerra Púnica.
La mayor de las hazañas de Aníbal fue el cruce de los Alpes para atacar a Roma, con la cuál partió con mas de
cien mil hombres, incluida la caballería y un gran número de elefantes para transportar el material y después
utilizarlos en el combate.
Partió de Cartago Nova (Cartagena), cruzó los Pirineos y el río Ródano, atravesó los Alpes en quince días, a
pesar de las tormentas de nieve, los desprendimientos de tierra y los ataques de las tribus hostiles de las
montañas. Reclutó más hombres entre los ínsubros, un pueblo celta asentado en el norte de Italia, para
compensar la pérdida de casi la mitad de sus hombres durante la larga marcha, y dominó a la tribu de los
ínsubros. Entonces obligó a las tribus ligures y celtas de la parte superior del curso del río Po a entrar en una
alianza. Causó derrotas aplastantes a los romanos mandados por Publio Cornelio Escipión en las batallas de
los ríos Ticino y Trebia y bajo el mando del cónsul romano Cayo Flaminio Nepote en el lago Trasimeno.
Después de cruzar los Apeninos e invadir las provincias romanas de Picenum y Apulia, Aníbal regresó a la
región de Campania, la cual arrasó.
El general romano Quinto Fabio Máximo Verrucoso fue enviado desde Roma para oponerse a Aníbal y
adoptó como estrategia evitar todo encuentro decisivo con las tropas cartaginesas, tuvo éxito manteniendo
alejado de Roma a Aníbal, lo que permitió a Roma recuperar sus reservas militares.
Aníbal invernó en Gerontium, y en la primavera del 216 a.C. tomó posiciones en Cannas, junto al río Aufidus.
Allí aniquiló al ejército romano compuesto por más de 50.000 hombres. Cayo Terencio Varrón escapó con el
poco ejército romano que quedaba. Los cartagineses perdieron aproximadamente 5.700 hombres.
El curso de la guerra cambió gradualmente en contra de Aníbal. El gobierno cartaginés se negó a enviarle
refuerzos. Marchó sobre Neapolis, pero fracasó en la toma de la ciudad. Sin embargo, Capua le abrió sus
puertas y allí pasó el invierno del 216−215 a.C. En el 211 a.C., Aníbal intentó tomar Roma, pero los romanos
mantuvieron con éxito sus posiciones. Entonces, los romanos recuperaron Capua, con lo cual Aníbal perdió la
lealtad de muchos de sus aliados itálicos y las esperanzas de reponer sus tropas con nuevos soldados. Tras
cuatro años de lucha poco convincente, Aníbal pidió ayuda a su hermano Asdrúbal Barca que
fue sorprendido, derrotado y asesinado en el 207 a.C. por Claudio Nerón.
En el 202 a.C., después de cinco años y con la rápida caída del poderío militar de Cartago, Aníbal Volvió a
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África para dirigir la defensa de su país contra una invasión romana a cargo de Escipión el Africano. Cuando
se encontró con Escipión en Zama, al norte de África, sus reclutas mas jóvenes huyeron, muchos desertaron
uniéndose a los romanos y los veteranos fueron vencidos. Cartago pacto con Roma y la segunda Guerra
Púnica llegó a su fin.
Tras la firma de un tratado de paz con Roma en el 201 a.C., Aníbal inmediatamente comenzó a preparar la
reanudación de la lucha. Reformó la legislación cartaginesa, redujo la corrupción en el gobierno y dejó las
finanzas de la ciudad en estado solvente. Sin embargo, los romanos lo acusaron de intentar romper la paz y
fue obligado a salir de Cartago, refugiándose en la corte de Antíoco III, rey de Siria. Luchó junto a Antíoco
contra los romanos, pero cuando el monarca fue derrotado en Magnesia del Sípilo en el 190 a.C. la dinastí
seléucida firmó un tratado con Roma prometiendo la rendición de Aníbal, éste escapó para refugiarse con
Prusias II, rey de Bitinia, en el norte de Asia Menor. Cuando Roma pidió de nuevo, y consiguió, la entrega de
Aníbal, éste se suicidó.
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