PALABRAS DEL CONTADOR CESAR RODRIGUEZ BATLLE

Anuncio
38 REUNIÓN ORDINARIA DE LA ASAMBLEA GENERAL DE ALIDE
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE ALIDE,
DOCTOR NICOLA ANGELUCCI
(Lima, Perú, 29 y 30 de mayo del 2008)
Sesión Inaugural
Señoras y Señores:
Hace pocos meses, específicamente el 24 de enero pasado, celebramos los
40 años de la constitución de nuestra Asociación Latinoamericana, y en esa ocasión
el Consejo Directivo que presido y el Secretario General de ALIDE fuimos recibidos
en una audiencia en Palacio de Gobierno por el señor Presidente Constitucional de
la República del Perú, doctor Alan García Pérez, con quien compartimos sus
criterios y visión del desarrollo económico y social y la importante función de los
bancos de desarrollo en nuestros países, que le es por todos reconocido.
Ese día 24 de enero en una Conferencia especialmente convocada para
celebrar el onomástico número 40 de ALIDE, destacamos el importante papel que
tuvieron los bancos de desarrollo y el gobierno del Perú, en la creación de la
Asociación y en la marcha de la Asociación en sus primeros años, así como en
hacer realidad su sede institucional propia, la casa de la banca de desarrollo de
América Latina y el Caribe, en donde hoy nos encontramos reunidos.
Aunque no es una regla escrita, la Reunión de la Asamblea General de
ALIDE, tiene lugar aquí en el Perú cada 10 años, la última vez fue en el año 1998,
en un contexto marcado por las crisis Asiática y Rusa, y el tema de la Asamblea en
ese entonces fue “De la estabilidad al crecimiento sostenido: ahorro, inversión
y desarrollo empresarial en América Latina”, porque la preocupación principal
hasta entonces había sido estabilizar nuestras economías. Hoy en día, si bien
estamos inmersos aún en un proceso de crisis originada en el mercado inmobiliario
de los EE.UU, el contexto internacional sigue siendo favorable para América Latina y
el Caribe, especialmente para aquellos países que han logrado aprovechar el
aumento de los precios en sus exportaciones de materias primas.
No
obstante,
como
la
economía
mundial
vive
hoy momentos de
incertidumbre, hay preocupaciones de lo que pueden pasar en el corto y mediano
plazo, ¿qué va a pasar realmente?, ¿seguirá el crecimiento económico mundial?,
¿cómo esta coyuntura afectará la dinámica de crecimiento de América Latina y el
Caribe?. En correspondencia con la situación económica internacional uno de los
temas a analizar en el marco de la Asamblea es precisamente los “Mercados
financieros y perspectivas de la economía mundial: implicancias para la región”, a fin
de contar con elementos de juicio sobre los impactos en las economías y en las
instituciones financieras y que es lo que en situaciones como ésta debe hacer una
banca de desarrollo eficiente y responsable. Ello exige que las instituciones
financieras de desarrollo estén alertas al impacto que la crisis financiera
internacional puede tener en las actividades y en su gestión; así como a las
respuestas que ellas deben dar para atenuar los efectos de la crisis en los sectores
productivos y sociales, y por su vocación anticíclica asegurar así un crecimiento
económico sostenido.
Por lo que se conoce hasta ahora de la crisis financiera internacional y según
lo estimado recientemente por los organismos financieros internacionales, en
particular, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su “Informe Perspectivas de la
Economía Mundial 2008”, señala que con seguridad se produciría un enfriamiento
económico de los Estados Unidos que “debilitará pero no estrangulará” a América
Latina, que crecerá un 4.4% este año 2008 y un 3.6% en el 2009, pero por debajo
del 5.6% del 2007. Los efectos negativos según se prevé se presentarán en la
segunda parte del año, pero sin los impactos de épocas pasadas, en que gran parte
de los países de la región acusaba un significativo descenso en su crecimiento, con
las consecuencias sobre la caída en el bienestar de la población. Y ello es así
también en buena medida por el protagónico papel que están jugando importantes
mercados como China e India. El crecimiento de estos países no sólo impulsa el
precio de las materias primas favoreciendo las exportaciones tradicionales, sino que
representan compradores con gran potencial para los productos no tradicionales de
nuestra región.
2
Por otra parte, también resultará importante analizar en esta reunión, qué
hacer para de una vez encaminar el crecimiento de América Latina y el Caribe más
allá de una coyuntura favorable de la economía mundial y entrar a una especie de
dinámica de circulo virtuoso del crecimiento a través de la mayor presencia de la
región en los mercados internacionales, del financiamiento de la infraestructura, la
innovación tecnológica, etc., y que no sea interrumpido por las coyunturas como la
que estamos observando, tal como la han experimentado exitosamente países de
otras regiones.
En lo que se refiere a la acción de la banca de desarrollo, la evidencia de la
baja inclusión financiera en América Latina y el Caribe que no es más que un reflejo
de mercados financieros poco desarrollados y profundos, y donde los mecanismos
de mercado por si solos no han sido suficientes para promover el acceso al
financiamiento, exigen de la implementación de políticas públicas para enfrentar
fallas de mercados y promover el desarrollo financiero, lo cual fortalece la necesidad
de una mayor participación activa de la banca de desarrollo en complementación
con los demás actores del mercado financiero. En este aspecto, a la banca de
desarrollo se le reconoce como un instrumento que permite conciliar criterios
comerciales con políticas públicas para enfrentar problemas relacionados a los
costos de transacción y asimetrías de información. Asimismo, por su compromiso
para facilitar el acceso al sistema financiero de grupos excluidos, deben fortalecer la
capacidad de innovación para el desarrollo de instrumentos financieros y no
financieros que se adapten a la heterogeneidad productiva y a las diversas
demandas del sector productivo y social.
Es importante señalar que la coyuntura inflacionaria mundial y, en algunos
países recesiva, pondrá presión para que la banca de desarrollo asuma un rol mas
protagónico en el desarrollo incluyente de los sectores productivos, inclinando la
balanza del lado de los partidarios de una mayor intervención del Estado en los
temas de desarrollo y crecimiento, versus aquellos que todavía ponen resistencia a
la intervención del Estado en este campo. Esta situación, por un lado, le permitirá a
los bancos de desarrollo un mayor grado de incidencia en su acción correctiva de
las fallas del mercado; pero, a su vez, deberán enfrentar una mayor presión para
3
“resolver” coyunturas de corto plazo, debiendo de cuidar el compromiso con el
desarrollo sostenible e incluyente en el mediano y largo plazo. En este sentido, el
grado de responsabilidad y lealtad a sus objetivos de desarrollo sostenible que se
les permita endosar a los bancos de desarrollo por parte de sus gobiernos,
diferenciará a los países que sucumban ante tentaciones que buscan efectos
efímeros sobre el crecimiento, de aquellos países que pongan en práctica
mecanismos de intervención “inteligente” orientados a fortalecer el funcionamiento
de los mercados para que los sectores productivos y sociales se desarrollen
plenamente.
Lo que la banca de desarrollo no puede perder de vista, pero actuando con
una visión más de mediano y largo plazo, y considerando las diversas realidades de
los países, son los grandes desafíos que le corresponde asumir, esto es:

Desarrollar los instrumentos financieros que permitan manejar el riesgo y la
heterogeneidad de diversos agentes productivos.

Generar economías más competitivas que agreguen valor y que generen
nuevas fuentes de riqueza, esto es, el desafío de elevar la inversión y generar
innovación.

Identificar claramente las necesidades del sector empresarial de manera
permanente acorde a sus necesidades.

Lograr el equilibrio apoyando actividades que sean relevantes y al propio
tiempo sostenibles.

Afianzar el concepto y la práctica que los bancos de desarrollo deban
pertenecer al ámbito de la política pública que es de largo plazo, antes que a
la esfera de la política gubernamental que es de corto plazo.

Llegar a contar con un buen gobierno corporativo.

Construir sistemas financieros inclusivos, el fortalecimiento de la democracia
financiera, y la creación de oportunidades para la mayoría.

Impulsar el desarrollo de la infraestructura productiva y social.

Darle a las empresas las herramientas y los recursos financieros para
potenciar sus capacidades y aprovechar las oportunidades en los nuevos
mercados de exportación.
4

Además de hacer lo que la banca comercial no hace, cumplir una función
contracíclica.
No
deseo
terminar
estimados
amigos,
sin
expresar
mi
profundo
agradecimiento a las autoridades del gobierno y a la población del Perú, y en
particular a la Corporación Financiera de Desarrollo S.A. (COFIDE) en la persona de
su Presidente, Luis Rebolledo, por su auspicio y colaboración para la realización de
la 38 Asamblea General de ALIDE que estamos convencidos será todo un éxito.
Muchas gracias
5
Descargar