TEMA MEDICO N° 153 FOBIAS Una fobia (palabra derivada de Fobos, del griego antiguo «pánico», hijo de Ares y Afrodita en la mitología griega, la personificación del miedo) es un trastorno de salud emocional o psicológico que se caracteriza por un miedo intenso y desproporcionado ante objetos o situaciones concretas. Sin embargo, no es sencillamente un miedo, pues guardan grandes diferencias. También se suele catalogar como fobia un sentimiento de odio o rechazo hacia algo que, si bien no es un trastorno de salud emocional, sí genera muchos problemas emocionales, sociales y políticos ( xenofobia), Un estudio en EE. UU. realizado por el National Institute of Mental Health (NIMH) halló que entre el 8,7 % y el 18,1 % de los estadounidenses sufren de fobias. Discriminando edad y género, se encontró que las fobias son la más común de las enfermedades mentales entre mujeres en todos los grupos etarios y la segunda más común psicopatía en hombres mayores de 25. ¿En qué consisten? El manual de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV) las define como un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos. Una persona fóbica siente un miedo exagerado y sin sustento real ante determinadas situaciones u objetos y en ocasiones esto puede incluso provocarle malestar físico: temblores incontrolables, mareos, sudoración excesiva, palpitaciones, etc. En los casos más extremos, pueden llegar a producirse ataques de pánico. ¿Qué clases de fobias hay? Existe un amplio espectro de las fobias conocidas como específicas: así se conoce al trastorno cuando el miedo está desencadenado por un determinado factor fácilmente identificable. Clasificación Básicamente, podemos clasificarlas en tres tipos de fobias: fobia social, fobia específica y ansiedad generalizada. Dentro de la variedad considerada fobia específica, existen diversos tipos de fobias, entre los cuales se encuentran las fobias del tipo situacional (miedo a viajar en avión, a subirse a escaleras mecánicas, a hablar en público, etc.), las fobias a determinados objetos (a un determinado tipo de objetos, como a los elementos punzantes, a los muñecos, a las cuerdas, a los ordenadores). Otros tipos incluyen las fobias a ciertos fenómenos ambientales (como puede ser el miedo intenso frente a la lluvia, los truenos, los rayos o el clima frío, o incluso ante la mera posibilidad de que alguno de estos fenómenos se produzca). También existen ciertos tipos de fobias a los animales, a contraer algún tipo de enfermedad, números, palabras, olores, etc. Distintas a las fobias específicas son aquellas fobias del tipo social. En este caso, el disparador del miedo es determinada situación social en la cual el individuo experimenta incomodidad extrema, e incluso síntomas físicos tales como sudoración, mareos, palpitaciones, falta de aire, e incluso desmayos en casos extremos. Entre las situaciones más comunes que disparan este tipo de fobia están el miedo a hablar con desconocidos, a encontrarse en una multitud, a permanecer solo, etc. La reacción más frecuente en los individuos que padecen alguna fobia social es la de evitar la situación que les genera angustia. En muchos casos esto puede hacerlos sentirse aislados, e incluso dificultarles llevar una vida familiar y laboral adecuada. El último de los tipos de fobia es el conocido como trastorno de ansiedad generalizada. En estos casos, las personas experimentan angustia y preocupación en exceso frente a una variedad de acontecimientos, y este estado –que al individuo le resulta muy difícil de controlar- se prolonga al menos por seis meses. Los síntomas asociados a este trastorno son fatigarse con facilidad, mostrarse inquieto o impaciente, insomnio u otras alteraciones del sueño, dificultad para mantener la concentración, irritabilidad y hasta tensión muscular. Al igual que con las fobias sociales, las personas que padecen de este trastorno tienen problemas en su vida afectiva y laboral, que se deteriora frente a su ansiedad y preocupación. También pueden manifestar problemas de salud como consecuencia del estrés. Denominación de las fobias más habituales Aracnofobia: Se trata del miedo a las arañas. Se calcula que la mitad de las mujeres y el 10% de los hombres padecen esta fobia en algún grado. Las reacciones de estas personas resultan exageradas para los demás, e incluso para los mismos afectados. Éstos procuran mantenerse apartados de los sitios en donde pueden encontrarse arañas, o donde han visto telas de araña. En los casos más serios, el pánico puede ser detonado incluso al ver una fotografía. Sociofobia: Se trata de un persistente e intenso miedo a ser juzgado negativamente en situaciones sociales. Es una fobia de las más comunes entre adolescentes y jóvenes, se calcula que cerca de un 4% de las personas entre 18 y 55 años la padecen. A diferencia de lo que sucede en la mayoría de las fobias, esta fobia social es igualmente común en hombres y mujeres. Aerofobia: Se trata del tan común miedo a viajar en avión (de hecho, se calcula que sólo el 5% de los pasajeros abordan el avión sin temores de ningún tipo). Sin embargo, las personas que padecen de esta fobia no experimentan sólo una ligera inquietud en el momento del aterrizaje y del despegue, sino que en ocasiones les impide planear siquiera un viaje de este tipo, o les ocasiona trastornos de ansiedad ante la perspectiva de un futuro viaje, incluso meses antes de llevarlo a cabo. Agorafobia: Se trata del miedo a los espacios abiertos y es un trastorno más común entre las mujeres que entre los hombres. El agorafóbico teme todo aquel lugar donde no se sienta “seguro” o no pueda “recibir ayuda”. El que presenta este tipo de trastorno suele refugiarse en su hogar y rara vez sale, ya que en esas ocasiones experimenta una gran ansiedad. Es la fobia que motiva más a menudo consultas a especialistas. Claustrofobia: Al contrario que la agorafobia, este trastorno implica el temor a quedar confinado a espacios cerrados. Se estima que entre un 2 y un 5% de la población padece esta fobia. Estas personas suelen evitar los ascensores, el metro, los túneles, las habitaciones pequeñas, hasta las puertas giratorias les pueden presentar dificultades, así como también el uso de equipos para técnicas de diagnóstico médico como el tomógrafo y los resonadores. Acrofobia: Se trata del miedo a las alturas, no simple vértigo sino un temor que ocasiona ansiedad a quienes lo padecen. La fobia suele manifestarse en situaciones tales como las de asomarse a un balcón, estar en un mirador elevado o junto a un precipicio. Al igual que sucede en otras fobias, aquellos individuos que la sufren buscarán evitar la situación temida. Emetofobia: Se trata de la fobia al vómito o a vomitar. Hay personas que sienten más que una simple aversión hacia el acto de vomitar y que incluso cambian sus hábitos alimenticios y sociales en consecuencia (por ejemplo, evitar ir a comer a restaurantes por temor a que la comida que le sirvan allí le siente mal al estómago). Si bien sólo en casos extremos se considera fobia, se calcula que el 6% de la población siente temor de vomitar. Carcinofobia: Se trata del miedo a contraer cáncer. Es uno de los temores más comunes desde el momento en que la mayoría de los adultos siente aprensión ante la posibilidad de manifestar esta enfermedad. Sin embargo, en el caso de los fóbicos, se trata de un miedo muy antinatural, ya que demostrarán temerle a cualquier síntoma físico negativo, asociándolos todos a síntomas de la enfermedad. Brontofobia: Son comunes las fobias que involucran elementos climáticos o determinados fenómenos meteorológicos y éste es el caso de la brontofobia. Consiste en el miedo extremo ante los rayos y truenos de las tormentas. Alguien con esta fobia estará alarmado tanto antes como durante las tormentas, y en casos extremos, padecerán los síntomas de la ansiedad. Incluso puede verse afectada su vida social, ya que su planificación de actividades depende del pronóstico meteorológico, y pueden llegar a faltar al trabajo o modificar sus hábitos debido al clima. Necrofobia: El miedo a la muerte es algo natural e instintivo en el hombre, posiblemente porque la muerte es lo desconocido. Además, se asocia la muerte con los padecimientos que la preceden, dolor, sufrimiento, etc. Sin embargo, algunas personas padecen de una verdadera fobia a la muerte y a los seres muertos. Quienes padecen de esta condición no pueden explicar con claridad el sentimiento escalofriante que experimentan al estar frente a un cadáver. Zoofobia: miedo a los animales, perros, gatos, aves, serpientes, avispas, abejas, roedores. Nictofobia: es una fobia caracterizada por un miedo irracional a la noche o a la oscuridad. Es generada por una percepción distorsionada del cerebro de lo que podría pasar en medio de la oscuridad. También se le conoce como escoto fobia, acluofobia, ligofobia, mictofobia o sencillamente miedo a... Hemofobia: es el miedo a la sangre y también a las heridas en sí. Las personas que tienen fobia a la sangre temen las heridas, cortes y las jeringas. Esta fobia presenta algunas características que la diferencian del resto debido a que la respuesta corporal ante la sangre suele ser muy sintomática. Hoplofobia: es un persistente, anormal e injustificado miedo a las armas de fuego. Pirofobia: se define como un persistente, anormal e injustificado miedo al fuego. Quienes padecen de esta fobia temen al fuego así como a todo ello que se relaciona con las altas temperaturas. ¿Por qué algunas personas padecen de fobias? Las causas de la aparición de una fobia no siempre están claras. De todas maneras, se han identificado algunos factores o mecanismos desencadenantes. 1. Por aprendizaje: una persona que ha visto a un familiar, amigo, etc., en el momento de contraer un infarto o un ACV, puede desarrollar una fobia a las enfermedades mencionadas. De igual manera quien observa o escucha que una persona ha fallecido víctima de un rayo, puede presentar fobia a las tormentas eléctricas. 2. Por factores familiares: un niño cuyos padres o uno de ellos es miedosa y lo educa en forma muy protectora, hablándole siempre de los peligros en el colegio, del automóvil, de enfermedades, de las salidas nocturnas, puede desarrollar una o varias fobias por la sensibilidad generada por ciertos estímulos reiterados. Si el padre siente temor a concurrir al odontólogo, es probable que su hijo desarrolle el mismo estado fóbico que su progenitor. 3. Personalidad: un individuo con personalidad dependiente, depresiva, ansiosa, evitativa, obsesiva, etc., tiene mayor probabilidades tener una o varias fobias. 4. Por ansiedad generalizada: en algunas ocasiones el cerebro concentra la ansiedad que la persona ha tenido durante todo el día, hacia un objeto o situación específica, descargando una fobia. 5. Ansiedad anticipatoria: en algunas oportunidades una persona puede experimentar síntomas de ansiedad, solo imaginando o pensando en un avión, barco, animal, alturas, sangre, etc., siendo mayor la probabilidad de que los síntomas se reproduzcan ante la situación real. ¿Se puede curar una fobia? Existen diversos tratamientos indicados para ayudar a quienes padecer de fobias, y dependiendo de cada caso algunos son más adecuados que otros. Desde el psicoanálisis hasta las terapias conductistas, desde el tratamiento por aproximación gradual a la fuente de los temores hasta hipnosis, pasando también por una amplia gama de medicamentos para controlar la ansiedad. Las opciones de tratamiento son muy variadas. De cualquier manera, hay que evaluar a cada paciente en particular, porque lo que funciona en algunos casos podría no ser bueno en otros, e incluso resultar contraproducente. Por ello, a la hora de tratar una fobia, en la decisión siempre debe intervenir un profesional (un médico, un psicólogo o un psiquiatra). Diferencia entre miedo y fobia MIEDO FOBIA La persona puede controlarlo No tiene autocontrol emocional sobre la fobia Se puede superar con fuerza de voluntad Para superarla requiere tratamiento especializado La persona tiene argumentos lógicos frente al miedo La persona no enfrenta la situación y asume conductas de evitación Temor lógico y comprensible Temor desproporcionado e irracional Los miedos se van superando con el tiempo Nunca se supera sin tratamiento adecuado