ACCION DE NULIDAD - Improcedencia / REGIMEN SALARIAL Y PRESTACIONAL DE LOS EMPLEADOS PUBLICOS Fijación / DOCENTES DE LAS UNIVERSIDADES ESTATALES DEL ORDEN DEPARTAMENTAL, MUNICIPAL Y DISTRITAL - Régimen salarial / AUTONOMIA UNIVERSITARIA - Ejercicio / POTESTAD REGLAMENTARIA - Legalidad / REGIMEN DE CEASANTIAS - Adopción Las normas acusadas en nada lesionan el ejercicio de la autonomía universitaria y para ello basta examinar la definición y delimitación que de ella hace los artículos 28 y 29 de la Ley 30 de 1992, de donde no se infiere ninguna función o ejercicio que limite lo que prescriben las disposiciones acusadas. El hecho de facultarlas para adoptar el régimen de cesantías previsto en la Ley 50 de 1990, no enerva la potestad unitaria del Estado de adoptar para ellas ese régimen, a fortiori SI EL SE HACE MEDIANTE UN DECRETO DERIVADO DE LA LEY 4 DE 1992, CUYAS PREVISIONES AMPLIAS SEÑALAN AL GOBIERNO NACIONAL “LAS NORMAS OBJETIVOS Y CRITERIOS” QUE DEBEN SEGUIR EN LA “FIJACIÓN DEL RÉGIMEN SALARIAL Y PRESTACIONAL DE LOS EMPLEADOS PÚBLICOS”. ES PRECISAMENTE EN EJERCICIO DE ESAS FACULTADES AMPLIAS Y DE LA MERIDIANA AUTORIZACIÓN DEL ARTÍCULO 77 DE LA LEY 30 DE 1992 QUE EL GOBIERNO INFIERE DE LA LEY 4 DEL MISMO AÑO, EL RÉGIMEN SALARIAL Y PRESTACIONAL DE LOS PROFESORES DE LAS UNIVERSIDADES ESTATALES U OFICIALES. Es necesario destacar que contrario a lo que afirma el actor en el sentido de que el Decreto 55 de 1994, está imponiendo arbitrariamente el régimen de cesantías de la Ley 50 de 1990, nada se hace sin seguir fielmente el criterio de opcionalidad para los empleados vinculados y de obligatoriedad para quienes se vinculen con posterioridad. ES DECIR, SIN DESMEDRO DE LOS DERECHOS ADQUIRIDOS. CONSEJO DE ESTADO SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO SECCIÓN SEGUNDA Consejero ponente: JAVIER DÍAZ BUENO Santafé de Bogotá, D.C., Diciembre cinco (5) de mil novecientos noventa y seis (1996) Radicación número: 10858 Actor: OSCAR SÁNCHEZ GIRALDO Demandado: GOBIERNO NACIONAL El señor Oscar Sánchez Giraldo, en ejercicio de la acción consagrada en el artículo 84 del C.C.A., acudió ante esta Corporación con el fin de demandar la nulidad del parágrafo del Artículo 1º, el parágrafo segundo del Artículo 2º y el artículo 3º del Decreto 55 de 10 de enero de 1994, por el cual se dictan disposiciones en materia salarial y prestacional de los empleados públicos docentes de las universidades estatales u oficiales del orden departamental, municipal y distrital. Normas Violadas y concepto de violación: Considera infringidos los artículos 3, 19, 28, 57, 63, 64, 65 literales b) y f), 77 y el parágrafo del artículo 88 de la Ley 30 de 1992; los artículos 31 y 492 del Código Sustantivo del Trabajo, los Decretos 2663 y 2743, adoptados como legislación permanente por la Ley 141 de 1961 y los artículos 1, 69 y 189 - 11 de la Constitución Política. Por las normas mencionadas de la Ley 30 de 1992, se organizó el servicio público de la Educación Superior y garantizan y desarrollan la autonomía universitaria reconocida en el artículo 69 de la Constitución Política. Dentro del contexto de la autonomía universitaria, se concedió a las universidades estatales u oficiales la facultad de uso discrecional de adoptar para sus servidores (docentes o empleadod no docentes) el régimen de cesantías previsto en la Ley 50 de 1990, el cual si así lo decide la propia universidad se podrá acoger como obligatorio para quienes se vincularan a partir de la vigencia de dicha ley. Para quienes ya se encontraban vinculados quedaría a su criterio el acogerse o no al nuevo régimen. Es de esta manera como debe entenderse la facultad conferida por la Ley 30 de 1992, siendo el Consejo Superior Universitario la autoridad competente para asumir esa decisión, no pudiendo por tanto el Presidente de la República arrogarse tal facultad. Se desconoció el parágrafo del artículo 88 de la Ley 30 de 1992, que en materia de régimen prestacional, hizo una previsión especial para las cesantías reservando para las universidades estatales u oficiales de cualquier orden, la facultad de decidir di se mantienen en el régimen establecido en las normas que regulan esta prestación o adoptan el de la Ley 50 de 1990. Tampoco debe perderse de vista que la Ley 50 de 1990 es reformatoria del Código Sustantivo del Trabajo, el cual, al tenor de lo dispuesto en sus artículos 30 y 492, no regula las relaciones de derecho individual del trabajo de carácter oficial, no siendo por tanto aplicables ni a los empleados públicos ni a los trabajadores oficiales, cuyas relaciones están gobernadas por otras disposiciones legales. Por todo lo anterior, las normas acusadas exceden las facultades constitucionales del Gobierno previstas en el Artículo 189 - 11 de la Constitución e invade órbitas de competencia que están reservadas a la ley y no al Gobierno. CONTESTACION DE LA DEMANDA Ministerio de hacienda y Crédito Público: Las peticiones formuladas por el demandante no tienen sustento alguno y en tal sentido no debe prosperar la acción de nulidad pues +LAS PRESCRIPCIONES DEL DECRETO 55 DE 1994, LEJOS DE VIOLAR MANDATO CONSTITUCIONAL ALGUNO, TIENEN RESPALDO EN EL ARTÍCULO 150, NUMERAL 19 DE LA CARTA POLÍTICA, EN EL ARTÍCULO 77 DE LA LEY 30 DE 1992 Y EN LOS ARTÍCULOS 10 Y 12 DE LA LEY 4 DE 1992: Es la propia Ley 30, la que en el artículo 77 determina por remisión a la Ley 4a de 1992, que el régimen de cesantías previsto en la Ley 50 de 1990, es aplicable a los servidores públicos docentes de las Universidades departamentales y municipales que se vinculen con posterioridad a la vigencia del Decreto 55 de 1994 o a quienes se hubieren vinculado voluntariamente al nuevo régimen, dejando en libertad a quienes se vincularon con anterioridad parta optar por la nueva reglamentación O SEGUIRSE SUJETANDO A LA NORMATIVIDAD QUE LOS REGÍA. Igual situación se da en lo referente al pago y liquidación de las cesantías. En la misma constitución la que de acuerdo con lo prescrito en el Artículo 150 - 19, determina la fijación de las prestaciones sociales de los empleados públicos y de los trabajadores oficiales de las entidades territoriales corresponde al Gobierno Nacional, en desarrollo de la ley marco de salarios, sin que pueda ser delegada en las Corporaciones Públicas Territoriales, ni éstas arrogársela. En memorial visible a folios 46 a 51 del expediente, el Ministerio de Educación Nacional, dio contestación a la demanda. Sin embargo, este escrito no se tendrá en cuenta por tanto fue presentado en forma extemporánea. En efecto, el asunto fue fijado en lista el 14 de febrero de 1995, desfijado el 21 de febrero del mismo año y la Entidad presentó el escrito de contestación el 3 de marzo de 1995, es decir por fuera del término establecido en el Artículo 207 del C.C.A. CONCEPTO DEL MINISTERIO PUBLICO La Procuraduría Tercera Delegada en lo Contencioso Administrativo, considera que deben denegarse las súplicas de la demanda. LO PRIMERO QUE ADVIRTIÓ ES QUE EL DECRETO 55 DE 1994, NO ES COMO LO SOSTIENE EL DEMANDANTE UN DECRETO REGLAMENTARIO, SINO QUE ES UN DECRETO LEY. Los preceptos acusados no violan la autonomía territorial ni la autonomía universitaria, las cuales son jurídicamente relativas y por ende no son absolutas en la medida en que ellas deben ser armónicas con el Estado y por ello las competencias que a esas entidades les confiera la ley, deben ejercerse dentro de los principios de coordinación, concurrencia y subsidiariedad. Considera igualmente que el régimen salarial y prestacional que se determinó en el decreto 55 de 1994, atendió las normas constitucionales, los artículos 77 y 78 de la Ley 30 de 1992. Para resolver, se CONSIDERA La acusación se sustenta en tres aspectos básicos que se pueden sintetizar así: a) Invasión de la autonomía universitaria consagrada en la Ley 30 de 1992. b) Exceso en la potestad reglamentaria del Decreto 55 de 1994, al prescribir que “El régimen de la liquidación y pago de las cesantías será el previsto por el artículo 99 y normas concordantes de la Ley 50 de 1990”. c) “La Ley 50 de 1990 es reformatoria del Código Sustantivo del Trabajo el cual, al tenor de lo dispuesto en sus artículos 3º y 492, no regula las relaciones de derecho individual del trabajo de carácter oficial”. Se analizarán en su orden los anteriores cargos. a) La autonomía en general y la expresamente consagrada para las instituciones de educación superior por el Capítulo VI de la Ley 30 de 1992, no puede entenderse como escisión, divorcio o soberanía excluyente de la actividad coordinada y unitaria del Estado. La autonomía, por el contrario, es una forma de ejercer con mayor eficacia las funciones del Estado, mediante una delegación de responsabilidades que no puede implicar ejercicio omnímodo y soberano de actividades, que no por haber sido asignadas a una autoridad, quedan al margen de los cometidos unificados y coherentes del Estado. Las normas acusadas en nada lesionan el ejercicio de la autonomía universitaria y para ello basta examinar la definición y delimitación que de ella hace los artículos 28 y 29 de la Ley 30 de 1992, de donde no se infiere ninguna función o ejercicio que limite lo que prescriben las disposiciones acusadas. Por el contrario, el Parágrafo del artículo 88 de la mencionada ley, abre las posibilidades de aplicación a las universidades estatales u oficiales de la normatividad consagrada en materia salarial y prestacional por la Ley 50 de 1990. El hecho de facultarlas para adoptar el régimen de cesantías previsto en la Ley 50 de 1990, no enerva la potestad unitaria del Estado de adoptar para ellas ese régimen, a fortiori SI EL SE HACE MEDIANTE UN DECRETO DERIVADO DE LA LEY 4 DE 1992, cuyas previsiones amplias señalan al Gobierno Nacional “las normas objetivos y criterios” que deben seguir en la “fijación del Régimen salarial y prestacional de los empleados públicos”. ES PRECISAMENTE EN EJERCICIO DE ESAS FACULTADES AMPLIAS Y DE LA MERIDIANA AUTORIZACIÓN DEL ARTÍCULO 77 DE LA LEY 30 DE 1992 QUE EL GOBIERNO INFIERE DE LA LEY 4 DEL MISMO AÑO, EL RÉGIMEN SALARIAL Y PRESTACIONAL DE LOS PROFESORES DE LAS UNIVERSIDADES ESTATALES U OFICIALES. No se vislumbra, por ende, invasión alguna de las autonomías universitaria prevista por la mencionada Ley 30. b) En cuanto a las acusaciones sobre exceso en la potestad reglamentaria, la Sala considera apropiado transcribir el análisis que sobre el particular hace la Procuraduría Tercera Delegada en lo Contencioso ante el Consejo de Estado: “Estudiado el proceso lo primero que advierte esta Procuraduría Delegada, es que el Decreto 55 de 1994, no es, como lo sostiene el demandante, un Decreto reglamentario, expedido con fundamento en la facultad del numeral 11, del Artículo 189 de la Constitución, sino que ES UN DECRETO LEY, DE RANGO CONSTITUCIONAL, PROFERIDO CON FUNDAMENTO EN LO REGLADO POR EL NUMERAL 19, LITERAL “E” DEL ARTÍCULO 150 IBÍDEM, y de acuerdo con lo dispuesto en el Artículo 11 de la Ley 153 de 1887, en tanto desarrolla una ley, para el caso, la Ley 4ª de 1992, CREA, AL EFECTO, DERECHOS Y OBLIGACIONES Y ESTABLECE EL RÉGIMEN PRESTACIONAL RELACIONADO CON LAS CESANTÍAS DE LOS DOCENTES UNIVERSITARIOS DE LAS ENTIDADES OFICIALES DE LOS ÓRDENES DEPARTAMENTAL, MUNICIPAL Y DISTRITAL, CONFORME A LOS CRITERIOS QUE HA FIJADO EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA EN LA CITADA LEY. La Sala sólo agrega, que las normas acusadas no hacen sino desarrollar las pautas, el marco y los criterios señalados de manera amplia por el legislador en la Ley 4 de 1992 y obrar, además, en consecuencia con la misma permisibilidad del artículo 77 de la Ley 30 de 1992.. Es necesario destacar que contrario a lo que afirma el actor en el sentido de que el Decreto 55 de 1994, está imponiendo arbitrariamente el régimen de cesantías de la Ley 50 de 1990, nada se hace sin seguir fielmente el criterio de opcionalidad para los empleados vinculados y de obligatoriedad para quienes se vinculen con posterioridad. Es decir, sin desmedro de los derechos adquiridos. De conformidad con lo anterior, debe desestimarse el cargo que por exceso reglamentario formula el actor. c) Con relación a este último cargo, afirma el actor que “las normas reguladoras de las relaciones de derecho individual del trabajo contenidas en el Código de la materia o en las disposiciones que en este aspecto las modifiquen o sustituyan, sólo pueden hacerse extensivas a los servidores oficiales mediante una ley, si se trata de empleados públicos, y de ésta o en virtud de la convención colectiva de trabajo, en el caso de los trabajadores oficiales”. Aún cuando son numerosos los casos de equiparación de derecho y de aplicación de normas indistintamente para empleados públicos y particulares que hacen relativa la digresión del actor sobre la imposibilidad de una aplicación de concomitante, tal como el mismo lo reconoce paladinamente, la ley puede hacer extensivos e iguales los derechos de los empleados de ambos sectores. En efecto, ES LA PROPIA LEY 30 DE 1992, LA QUE PREVÉ EL RÉGIMEN SALARIAL Y PRESTACIONAL DE LOS PROFESORES DE LAS UNIVERSIDADES ESTATALES U OFICIALES, DELEGANDO SU REGULACIÓN A LA LEY 4A. DE 1992, DE DONDE PRECISAMENTE SE INFIERE EL DECRETO 55 DE 1994, acusado, y dando vía libre a la adopción del “régimen de cesantías previsto en la Ley 50 de 1990” a través del Parágrafo del artículo 88. De tal manera que no son las regulaciones acusadas del Decreto 55 de 1994 las que dispusieron la inicial aplicación de algunas normas de la Ley 50 de 1990 a los profesores de las universidades estatales u oficiales, sino que esa regulación ya estaba ínsita en las leyes 4a. y 30 de 1992, normas que no han sido materia de acusación y que por el contrario sirven de sustento a la misma. Por las anteriores razones, se denegarán las súplicas de la demanda. En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Segunda, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, FALLA: DENIEGANSE las súplicas de la demanda. Cópiese, expediente. notifíquese y ejecutoriada, Archívese el Publíquese en los Anales del Consejo de Estado. La anterior Providencia fue discutida y aprobada por la Sala en sesión celebrada el día cinco (5) de diciembre de mil novecientos noventa y seis (1996). Clara Forero de Castro, Antonio Alvarado Cabrales, Javier díaz Bueno, Silvio Escudero Castro, Carlos Orjuela Góngora, Dolly Pedraza de Arenas. Eneida Wadnipar Ramos.; Secretaria