Domingo XXV del Tiempo Ordinario

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Domingo XXV del Tiempo Ordinario
El Hijo del Hombre va a ser entregado… Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos
(Mc 9,30-37)
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación del pueblo – dice el Señor –. Cuando me llamen desde el peligro, yo les
escucharé y seré para siempre su Señor.
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti yal prójimo; concédenos cumplir los
mandamientos para llegar así a la vida eterna.
PRIMERA LECTURA (Sb 2,12.17-20)
Lo condenaremos a muerte ignominiosa
LECTURA DEL LIBRO DE LA SABIDURÍA
Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras
acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; declara que
conoce a Dios y se da el nombre de hijo del Señor; es un reproche para nuestras ideas y sólo verlo
da grima; lleva una vida distinta de los demás y su conducta es diferente; nos considera de mala ley
y se aparta de nuestras sendas como si fueran impuras; declara dichoso el fin de los justos y se
gloría de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace
de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará, y lo librará del poder de sus enemigos; lo
someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su
paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él».
SALMO RESPONSORIAL (Sal 53, 53, 3-4. 5. 6.8)
R/. El Señor sostiene mi vida
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R/.
Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte
sin tener presente a Dios. R/.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario
dando gracias a tu nombre que es bueno. R/.
SEGUNDA LECTURA (Stg 9,16–4,3)
Los que procuran la paz están sembrando la paz; su fruto es la justicia
Lectura de la carta del Apóstol Santiago
Queridos hermanos: Donde hay envidias y peleas, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría
que viene de arriba, ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de
misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz; y
su fruto es la justicia.
¿De dónde salen las luchas y los conflictos entre vosotros? ¿No es acaso de los deseos de placer que
combaten en vuestro cuerpo? Codiciáis lo que no podéis tener; y acabáis asesinando. Ambicionáis
algo y no podéis alcanzarlo; así que lucháis y peleáis. No lo alcanzáis, porque no lo pedís. Pedís y
no recibís, porque pedís mal, para derrocharlo en placeres.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO (2 Tes 2,14)
R/. Aleluya, aleluya
Dios nos llamó por medio del Evangelio, para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
R/. Aleluya, aleluya
EVANGELIO (Mc 9,30-37)
El Hijo del Hombre va a ser entregado… Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no
quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del
Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres
días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y
una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se
sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el
servidor de todos. Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que
acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a
mí, sino al que me ha enviado»
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta propicio, Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que alcance en el sacramento eucarístico los
bienes en que ha creído por la fe.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN (Sal 118,4-5)
Tú Señor, Promulgas tus decretos para que se observen exactamente; ojalá esté firme mi camino
para cumplir tus consignas.
O bien (Jn 10,14)
Yo soy el buen Pastor, que conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen.
ORACIÓN DEL PUÉS DE COMUNIÓN
Que tu auxilio, Señor, nos acompañe siempre a los que alimentas con tus sacramentos, para que en
tus misterios y en nuestra propia vida recibamos los frutos de la redención.
Lectio
Este domingo el pasaje del evangelio que nos propone la liturgia, nos presenta el segundo anuncio
de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Como sucede en el primer anuncio (Mc 8,31-33),
también ahora los discípulos se han atemorizado y están sobresaltados por el miedo. No entienden
nada acerca de la cruz, porque aun no están en grado de entender, ni de aceptar un Mesías que se
convierta en siervo de los hermanos. Ellos continúan soñando con un Mesías glorioso (Mt 16,2122). Existe una gran incoherencia en los discípulos. Cuando Jesús anuncia su Pasión-Muerte, ellos
discuten quién será el más grande entre ellos (Mc 9,34). ¡Jesús quiere servir y ellos piensan sólo en
mandar! La ambición los lleva a querer colocarse junto a Jesús.
Tanto para la convivencia fraterna dentro de la comunidad cristiana como para la relación de esta
con el mundo hemos de optar entre dos estilos:(2ª lect) ambición de pode o servicialidad fraterna
(evangelio).
La Comunidad Cristiana, por lo tanto, se construye cada día dejándose guiar por la Palabra de Dios,
bajo la acción del Espíritu Santo, acogiendo el don de la iluminación, de la conversión y de la
consolación que el Espíritu Santo comunica a través de la Palabra
Lineamenta Sínodo 2007
El día de Señor es el espacio sagrado en el que la comunidad se congrega para disponerse a la lo
que Dios dice a su vida.
Esta segunda parte del capitulo 9, que San Marcos enmarca en el viaje de Jesús a Jerusalén a través
de Galilea, está constituida casi enteramente por dichos, reunidos aquí y reorganizados por el
evangelista en la forma de una instrucción a los discípulos (v.31ª) . Eso también se explica en el
hecho de que la tradición no ofrecía otras informaciones acerca de la fase del camino de Jesús.
Marcos subraya especialmente el carácter privado de este momento, al volver a proponer la línea
del ” secreto mesiánico” de una manera más amplia de la acostumbrada; recomienda que no se dé a
conocer ni siquiera el mismo viaje (v. 30). En ese contexto se incluye el segundo anuncio de la
pasión y resurrección que abre esta breve sección. Considerando que es el más cercano a las
palabras pronunciadas por Jesús.
Si por una parte a la gente no se le comunica nada de eso, porque estaba demasiado distraída con
otras ideas mesiánicas, por otra, los discípulos, a quienes Jesús habla abiertamente se muestran
cada vez menos preparados y más cobardes frente a esas perspectivas.
Jesús se nos revela como Hijo del hombre que lleva a su cumplimiento el designio de Dios de un
modo misterioso e incomprensible para el hombre que lo rechaza. El no es el Mesías glorioso y
poderoso, que todos esperan, sino el Mesías humilde que recorre el camino de Yahvé y, como
siervo muere porque le dan muerte, y revela solamente en la muerte su misterio. Por tanto no habrá
asombro si los discípulos no comprenden. Comprender y aceptar esto, es el don más grande de
Dios, el don de la fe. Los discípulos lo recibirán después de pascua, cuando el Espíritu del
Resucitado abra sus ojos y su corazón.
En la figura gloriosa del Hijo de hombre entregado en manos de los hombres, está escondido el
misterio del mismo Dios el cual, después de haber dado su ley y los profetas, se entrega a los
hombres en su “ hijo predilecto”(12,6). No se puede expresar con palabras humanas lo que esto
significa: la única Palabra que puede expresarlo es el mismo Jesús, a quien hay que contemplar y
escuchar. El no morirá, sino que lo matarán (v.31c), y así llegará a ser mártir, es decir, testigo fiel
de su misión como respuesta al designio de Dios.
La doble composición del lugar (v. 33. ” Una vez en casa” v.35): se , llamó a los doce”) lleva a
concluir que Marcos unió dos parejas de afirmaciones que inicialmente debieron de circular por
separado: los vv. 33s .acerca del episodio de la discusión entre los discípulos y los vv.35ss.con la
respuesta de Jesús, constituida por el dicho central de todo el pasaje, repetido con frecuencia por
los sinópticos, y por el gesto simbólico con el cual Jesús coloca a un niño en el centro de la
atención.
En el reino la precedencia les corresponde a los que no alegan derechos o privilegios. Éstos llevan
el sello del “nombre” de Jesús que se ha identificado con ellos: “El que a un niño como éstos en mi
nombre, a mi me recibe” (v.37ª ) . En su “nombre” ellos son investidos de una dignidad : gozan
aun de la dignidad de “ aquel que me ha enviado “ dice Jesús. El que acoge el hermano pobre en
su “nombre” , no entrega un don sino que recibe un don por excelencia: JESUCRISTO y a aquel
que lo ha enviado. La Cruz significa renunciar siempre y de todos modos a la afirmación de sí
mismo con perjuicios del otro, es realizarse acogiendo al otro. Así entra en la realidad más
cotidiana en “anuncio gozoso “ del Evangelio.: Dios se ha hecho uno de nosotros y se muestra a
nosotros con el rostro de un hermano nuestro.
AMA: Señor que ame la sabiduría para obrar con rectitud y santidad de vida.
ACTÚA: “ Ser humilde no significa ir por el camino con “ los ojos bajos “. No fue ésta la
humildad de Jesús… Tomar el camino de la humildad, es hacer que toda la caridad de Dios esté en
este camino” (Papa Francisco ).
Apéndice
Del Catecismo de la Iglesia Católica
El sacerdocio ministerial es para el servicio
894: «Los obispos, como vicarios y legados de Cristo, gobiernan las Iglesias particulares que se les
han confiado no sólo con sus proyectos, con sus consejos y con ejemplos, sino también con su
autoridad y potestad sagrada», que deben, no obstante, ejercer para edificar con espíritu de servicio
que es el de su Maestro.
1551: “Esta función (del sacerdocio ministerial), que el Señor confió a los pastores de su pueblo, es
un verdadero servicio” (LG 24). Está enteramente referido a Cristo y a los hombres. Depende
totalmente de Cristo y de su sacerdocio único, y fue instituido en favor de los hombres y de la
comunidad de la Iglesia. El sacramento del Orden comunica “un poder sagrado”, que no es otro que
el de Cristo. El ejercicio de esta autoridad debe, por tanto, medirse según el modelo de Cristo, que
por amor se hizo el último y el servidor de todos.
La autoridad es para el servicio
1917: Corresponde a los que ejercen la autoridad reafirmar los valores que engendran confianza en
los miembros del grupo y los estimulan a ponerse al servicio de sus semejantes. La participación
comienza por la educación y la cultura. «Podemos pensar, con razón, que la suerte futura de la
humanidad está en manos de aquellos que sean capaces de transmitir a las generaciones venideras
razones para vivir y para esperar» (GS 31, 3).
2235: Los que ejercen una autoridad deben ejercerla como un servicio. «El que quiera llegar a ser
grande entre vosotros, será vuestro esclavo» (Mt 20, 26). El ejercicio de una autoridad está
moralmente regulado por su origen divino, su naturaleza racional y su objeto específico. Nadie
puede ordenar o establecer lo que es contrario a la dignidad de las personas y a la ley natural.
2236: El ejercicio de la autoridad ha de manifestar una justa jerarquía de valores con el fin de
facilitar el ejercicio de la libertad y de la responsabilidad de todos. Los superiores deben ejercer la
justicia distributiva con sabiduría, teniendo en cuenta las necesidades y la contribución de cada uno
y atendiendo a la concordia y la paz. Deben velar por que las normas y disposiciones que
establezcan no induzcan a tentación oponiendo el interés personal al de la comunidad.
- Carácter de servicio del ministerio eclesial:
876. El carácter de servicio del ministerio eclesial está intrínsecamente ligado a la naturaleza
sacramental. En efecto, enteramente dependiente de Cristo que da misión y autoridad, los ministros
son verdaderamente ``esclavos de Cristo'' (Rm 1,1), a imagen de Cristo que, libremente, ha tomado
por nosotros ``la forma de esclavo'' (Flp 2,7). Como la palabra y la gracia de la cual son ministros
no son de ellos, sino de Cristo que se las ha confiado para los otros, ellos se harán libremente
esclavos de todos.
Quien, pudiendo servir domina, es de este mundo; quien pudiendo dominar, sirve, es de Cristo.
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