XXVII Domingo del Tiempo Ordinario Arrendará la viña a otros labradores (Mt 21,33-43) ANTÍFONA DE ENTRADA (Est 13,9.10-11) En tu poder, Señor, está todo, nadie puede resistir a tu decisión. Tú creaste el cielo y la tierra y las maravillas todas que hay bajo el cielo. Tú eres el dueño del universo. ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican; derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. PRIMERA LECTURA (Is 5,1-7) La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel Lectura del Libro de Isaías Voy a cantar en nombre de mi amigo un canto de amor a su viña. Mi amigo tenía una viña en fértil collado. La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas; construyó en medio una atalaya y cavó un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones. Pues ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, por favor, sed jueces entre mí y mi viña. ¿Qué más cabía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? ¿Por qué, esperando que diera uvas, dio agrazones? Pues ahora os diré a vosotros lo que voy a hacer con mi viña: quitar su valla para que sirva de pasto, derruir su tapia para que la pisoteen. La dejaré arrasada: no la podarán ni la escardarán, crecerán zarzas y cardos; prohibiré a las nubes que lluevan sobre ella. La viña del Señor de los Ejércitos es la casa de Israel; son los hombres de Judá su plantel preferido. Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos. SALMO RESPONSORIAL (Sal 79) R/. La viña del Señor es la casa de Israel. Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste. Extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el Gran Río. R/. ¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los viandantes, la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas? R/. Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa. R/. No nos alejaremos de ti: danos vida, para que invoquemos tu nombre. Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve. R/. SEGUNDA LECTURA (Fil 4,6-9) Poned esto por obra, y el Dios de la paz estará con vosotros Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 6-9 Hermanos: Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra. Y el Dios de la paz estará con vosotros. ACLAMACIÓN AL EVANGELIO (Jn 15,16) R/. Aleluya, aleluya Yo os he elegido del mundo, para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure –dice el Señor–. R/. Aleluya, aleluya EVANGELIO (Mt 21, 33-43) Arrendará la viña a otros labradores + Lectura del santo evangelio según san Mateo En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» Le contestaron: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.» Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.» Se dice «Credo» ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Recibe, Señor, la oblación que tú has instituido, y por estos santos misterios, que celebramos para darte gracias, santifica a los que tú mismo has redimido. ANTÍFONA DE COMUNIÓN (Sal 118,49-50) Recuerda la palabra que diste a tu siervo, Señor, de la que hiciste mi esperanza. Este es mi consuelo en la aflicción. o bien (1 Jn 3,16) En esto hemos conocido el amor de Dios: en que él dio su vida por nosotros, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Que esta eucaristía, Señor, renueve nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que participemos de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte hemos anunciado y compartido. Lectio Oración Dios Padre misericordioso que eres el dueño de la Palabra que da vida, mándanos la luz del Espíritu Santo para que podamos penetrar en la profundidad de Ella, para ser buenos labradores de tu viña y entregarte la cosecha que te corresponde. Amén. Contextualicemos El contexto es el mismo del anterior domingo: La purificación del templo, protesta airada de los sacerdotes y Jesús responde con tres parábolas que tienen el mismo significado. Una la hemos leído el domingo pasado, “los dos hijos enviados a la viña”, otra la leeremos del domingo que viene y la que leemos hoy, tal vez la más provocadora. Al rechazo de los jefes religiosos responde Jesús, según Mateo, con gran dureza. Ayudado por algunos expertos veamos la exegesis del Evangelio Vs. 33-41: La parábola de los labradores. Esta es una de las tres parábolas que se encuentran en los tres evangelios sinópticos. Las otras dos son la parábola del Sembrador (13:-23) y la parábola de la Semilla de Mostaza (13:31-32). La parábola de los labradores malvados es una alegoría, es decir, una historia en que cada uno de los elementos tiene un significado simbólico o escondido: – el dueño/Señor es Dios – la viña es la nación de Israel – los labradores son el pueblo de Israel y sus líderes religiosos – los siervos son los profetas – el hijo es Jesús – los otros labradores, seguramente son la iglesia, aunque algunos estudiosos le encuentran otros significados a esos labradores Así vemos que Jesús se refiere a Dios: que habiendo establecido un pacto con Israel (plantó su viña), envió a sus profetas (sus siervos) a quienes los labradores (los israelitas) mataron (ver 1 Reyes 19:10, 14; 2 Crónicas 24:18-22; 36:15-16; Hechos 7:51-53; Mateo 23:29-39), por ultimo envió a su hijo (Jesús) a quienes los labradores (los israelitas) mataron, pero que en el juicio final arrendará su viña a otros labradores (la Iglesia) que “le pague el fruto á sus tiempos.” La gente a la que Jesús les está hablando reconocen la imagen de la viña por el pasaje de Isaías 5:12 en que el dueño plantó una viña, construyó una torre, y un lagar. Jesús usa cada uno de estos elementos en su historia: – En Isaías, texto de la primera lectura, el dueño dice: “esperando yo que llevase uvas, ha llevado uvas silvestres;” estas uvas silvestres, por supuesto, eran el pueblo de Israel. Por lo tanto el dueño destruyó la viña, derribó su cerca y mandó que las nubes no derramaran su lluvia sobre ella (Isaías 5:5-6). En la historia de Jesús, el resultado no es la destrucción de la viña, sino su transferencia a “otros labradores, que le paguen el fruto á sus tiempos” (v. 41). En el versículo 34 y 41, la versión Reina Valera 95, hace un triple énfasis a la palabra “Fruto”. Esta triple énfasis de Mateo sobre los “frutos” en estos versículos refleja la importancia que tiene esta palabra en todo el evangelio (ver 3:8, 10; 7:17-18; 12:33; 13:23 y 21:19). Para Mateo, el fruto señala el producto de la vida personal. Al liderato judío, que falló para producir buen fruto, se le está quitando ese liderazgo, y la viña se le está dando a la Iglesia, que producirá buen fruto. Esta es una nueva viña, así que el dueño no puede esperar mucho fruto durante los primeros años. Es importante, sin embargo, que muestre diligencia para colectar su renta (o su porción del fruto. El dueño de la viña manda a sus siervos a recolectar el fruto, pero los labradores los apalean y los matan. A esta altura, la historia toma un giro exagerado, porque lo normal sería que el dueño mandara a la policía o a los soldados para castigar a los labradores. Esta es una historia sobre la gracia de Dios, sin embargo, y una exageración es apropiada en una historia sobre la gracia de Dios. El dueño manda a su hijo, pensando que los labradores lo respetarán. Los labradores, sin embargo, ven la muerte del hijo como su oportunidad para quedarse con la viña, y esta es la máxima rebelión. Echan fuera de la viña al hijo antes de matarlo. Si lo hubieran matado dentro de la viña, la tierra se habría contaminado, se habría hecho impura, y habría hecho peligrar la venta del producto. El asesinato fuera de la viña corresponde a la muerte de Jesús sobre el Gólgota, fuera de Jerusalén (27:33). “Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta” (Hebreos 13:12). El dueño (griego = oikodespotes, cabeza de familia, jefe de la familia) del versículo 33 se convierte en Señor (griego = kyrios, Señor) en el versículo 40, cuando venga el Señor, el Kyrios al final de los tiempos. Vs. 42-43: La piedra angular En el versículo 42, Jesús cita el Salmo 118:22-23, la piedra rechazada – el Cristo crucificado — se convierte en la piedra principal del nuevo edificio de Dios. En el versículo 43, Jesús les dice a los líderes religiosos, “el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado á gente (griego = ethnei – singular — raza, tribu) que haga los frutos de él (el reino)”. Cuando se usa en el plural, ethnos típicamente se refiere a los gentiles. Sin embargo, en su forma singular, aquí se usa tal vez sugiriendo que se refiere a la iglesia, compuesta tanto de judíos y gentiles, como un nuevo ethnos (pueblo) de Dios. Ciertamente, para el final del primer siglo cuando se estaba escribiendo este evangelio, el manto ha pasado a la Iglesia. La Iglesia del tiempo de Mateo sigue siendo en su mayoría judía, pero el número de miembros gentiles está creciendo rápidamente. La gente de todas las épocas tiene la opción de aceptar o rechazar a Jesús. Si aceptamos la piedra, se convierte en nuestro seguro fundamento. Si lo rechazamos, nosotros somos los perdedores. Es interesante imaginar cómo la historia judía sería diferente si los líderes judíos hubieran aceptado a Jesús. No hubieran provocado a los romanos a la guerra que culminó con la destrucción de Jerusalén y del templo, en que “no será dejada aquí piedra sobre piedra, que no sea destruida” (24:2). Se hace claro para los principales sacerdotes y fariseos que la parábola de los dos hijos (vv. 28-32) y la viña (vv.33-40) son realmente historias sobre ellos y su desobediencia. Les gustaría haberle echado mano a Jesús, pero tienen miedo al pueblo, que creía que Jesús era un profeta. Su falla para actuar, sin embargo, solamente es temporal porque tendrán éxito dentro de unos pocos días, para condenar a Jesús a la cruz. Llevarán a cabo esto con la complicidad de la multitud, que se volverá contra Jesús y gritará: “¡Sea crucificado!” (27:22-23). Reflexión: Los jefes religiosos de entonces no es que tenían mala voluntad, su preocupación era el culto y la ley, defendían la institución, tenían gran respeto por Dios, pero no supieron autocriticarse y confundieron los derechos de Dios con sus propios intereses y así identificaron la voluntad de Dios con la suya propia, creyéndose dueños del pueblo y aprovechándose de los frutos que corresponden al Dueño de la mies. Jesús, hizo la crítica a dos pilares de su religión al culto del templo y a la ley y por esto lo mataron. Es necesario la autocritica para ser fiel a la Revelación, a través de la misma Palabra. Es necesario que hoy los que están a la cabeza: Obispos, superiores, delegados, presidentes, dirigentes, etc. vivan su mandato como un servicio, como uno que administra y no aprovecharse de ello para humillar siendo un dictador, uno que solo “mandonea” sin mover un solo dedo y llenarse de honores, es ahí entonces cuando separa y opone el interés de Dios y del hombre. Jesús como cabeza de la Iglesia, va mas allá, no solo da reglas de cumplir sino se da el mismo, se entrega totalmente al Padre por amor e invita a dar el mismo paso supremo que es la del amor, será su norma suprema, la piedra angular. Por tanto edificar sobre Cristo que es Amor, hoy, es la única salida para que cada vez seamos a imagen de Dios que nos ha creado y que ha puesto todo a nuestros pies. Apéndice DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA La Iglesia, viña de Dios 755: «La Iglesia es labranza o campo de Dios. En este campo crece el antiguo olivo cuya raíz santa fueron los patriarcas y en el que tuvo y tendrá lugar la reconciliación de los judíos y de los gentiles. El labrador del cielo la plantó como viña selecta. La verdadera vid es Cristo, que da vida y fecundidad a los sarmientos, es decir, a nosotros, que permanecemos en él por medio de la Iglesia y que sin él no podemos hacer nada». En esta viña, Cristo es la vid y nosotros los sarmientos 787: «Desde el comienzo, Jesús asoció a sus discípulos a su vida; les reveló el Misterio del Reino; les dio parte en su misión, en su alegría y en sus sufrimientos. Jesús habla de una comunión todavía más íntima entre Él y los que le sigan: “Permaneced en mí, como yo en vosotros… Yo soy la vid y vosotros los sarmientos” (Jn 15,4-5). Anuncia una comunión misteriosa y real entre su propio cuerpo y el nuestro: “Quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Jn 6,56)». 1988: «Por el poder del Espíritu Santo participamos en la Pasión de Cristo, muriendo al pecado, y en su Resurrección, naciendo a una vida nueva; somos miembros de su Cuerpo que es la Iglesia, sarmientos unidos a la Vid que es él mismo». Llamados a dar fruto por la adhesión a Cristo 736: «Gracias a este poder del Espíritu Santo los hijos de Dios pueden dar fruto. El que nos ha injertado en la Vid verdadera hará que demos “el fruto del Espíritu que es caridad, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza” (Gál 5,2223). “El Espíritu es nuestra Vida”: cuanto más renunciamos a nosotros mismos, más “obramos también según el Espíritu” (Gál 5,25)». 2074: «El fruto evocado en estas palabras (ver Jn 15,5) es la santidad de una vida hecha fecunda por la unión con Cristo. Cuando creemos en Jesucristo, participamos en sus misterios y guardamos sus mandamientos, el Salvador mismo ama en nosotros a su Padre y a sus hermanos, nuestro Padre y nuestros hermanos. Su persona viene a ser, por obra del Espíritu, la norma viva e interior de nuestro obrar»