“GRUPO DE DUELOS ” DR.

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Jose Maria Ayerra Balduz
30 DE OCTUBRE DE 1.997
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“GRUPO DE DUELOS”
DR. JOSE MARIA AYERRA BALDUZ
30 DE OCTUBRE DE 1.997
Jose Maria Ayerra Balduz
30 DE OCTUBRE DE 1.997
1.-INTRODUCCION Y SUPUESTOS PREVIOS.
La vida es un proceso dinámico de continuos cambios, donde se van produciendo
una sucesión de pérdidas, encuentros y transformaciones, que posibilitan la evolución y el
crecimiento.
En la vida del ser humano, este proceso no es diferente al del resto de la
naturaleza.
Desde nuestro nacimiento nos vemos enfrentados a los acontecimientos de
cambio. Las pérdidas, aunque necesarias para la adquisición de nuevos recursos y
capacidades, son siempre acontecimientos dolorosos.
Todo proceso de transformación implica una renuncia, una frustración. Se realiza
con un elevado coste emocional. Winnicot define como la buena madre a aquella que es
capaz de gratificar y frustrar de una forma adecuada.
Toda pérdida comporta un desequilibrio temporal en el que los recursos y capacidades
internas están comprometidos en los requerimientos externos provenientes de
situaciones dolorosas o traumáticas. Si las capacidades internas se ven sobrepasadas
para hacer frente a los requerimientos externos, el individuo quedará atrapado e
impotente frente a los acontecimientos, desbordado por los mismos y sin posibilidad de
una resolución satisfactoria.
El tiempo en estas circunstancias juega a la contra, ya que cada día que pasa a los
problemas que nos desbordan se añaden nuevos problemas derivados del propio
desbordamiento, cerrando de esta forma el círculo vicioso. La persona se encuentra más
y más impotente, produciendo un sufrimiento que cristalizará finalmente en los
síntomas físicos y psíquicos, los cuales encerrarán en sí mismos la comunicación y
expresión de dichos síntomas. Los terapeutas tendremos que reconocer empáticamente
(através de nosotros) el mensaje oculto en los síntomas, rompiendo así su carácter de
comunicaciones autísticas, posibilitando su entendimiento y transformándolos en
comunicaciones mas evolucionadas, capaces de ser entendidas y compartidas por los
demás.
Es así como uno puede encontrar temporalmente un sentido a la continuidad de la
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vida, através de los otros, mientras tanto , uno se toma el tiempo que requiere para la
elaboración del acontecimiento y el establecimiento del sentido a la vida en sí mismo.
Sentido que había sido perdido temporalmente como consecuencia de una situación
traumática (vivo por mis hijos, por mi marido, por mi esposa,....)
Frecuentemente es la muerte de un ser querido el desencadenante de un
desequilibrio psíquico temporal. Solo cuando el desequilibrio permanece en el tiempo
podemos hablar de un duelo patológico. Si esta situación de desequilibrio no se produce
tras un acontecimiento de muerte de un ser querido, siendo sustituida por un falso y
aparente equilibrio, una situación engañosa y artificial que es la resultante de la negación
de lo evidente, hablamos entonces de duelo diferido.
El duelo patológico, en el que incluyo el duelo diferido, no es mas que la
expresión de la imposibilidad para la elaboración saludable del duelo. Cuando la pérdida
de un ser querido atenta y amenaza con un cataclismo psíquico de tal naturaleza que
supone una amenaza de desintegración psíquica, aparecen mecanismos de defensa
psíquicos primitivos: negaciones profundas; proyecciones masivas al exterior de las
culpas; identificaciones proyectivas con el objeto muerto y restituciones delirantes del
sentido existencial perdido con la muerte del ser querido y único sentido posible en este
momento, aunque absurdo para un interlocutor externo (hablo con mi hijo muerto, mi
marido me acompaña y sigue estando conmigo, dedicaré toda mi vida a su memoria
abandonando cuanto tengo ...)
La muerte nunca ha sido un problema para los muertos, nos implica a los vivos. De
ella solo tenemos un conocimiento racional. Proyectamos en ella un sin fin de situaciones
traumáticas de la vida, experiencias traumáticas de separación y abandono, de agresividad
(ojalá te mueras), de envidia (si se muriera yo tendría ...), de vacío existencial, de
expectativas persecutorias (temor al devenir futuro).
La única muerte que conocemos através de la experiencia los vivos es la muerte
psíquica, el vaciamiento de sentido existencial, la psicosis. Su irrupción es tan angustiosa
y amenazante que muchos seres humanos están dispuestos a pagar con su vida física (la
muerte real) como un mal menor la continuidad del sentido psíquico de su vida. Las
diversas causas de suicidio son buena prueba de que hay temores psíquicos mayores que la
propia muerte.
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Considero que para que un duelo patológico se establezca, se requiere previamente
una relación de dependencia psicoemocional profunda y patológica, la pervivencia de un
proceso de individuación fallido, un equilibrio psíquico a dos en el que la continuidad
psicoemocional en uno mismo se encuentra comprometida aunque haya podido pasar
desapercibido en el tiempo. (Es necesario recordar que existe un amplio capítulo de
psicosis latentes). Metafóricamente sería la separación de un ahazo de dos siameses,
aunque como en estos, los grados de unión implicados pueden ser diferentes y por tanto
diferentes las consecuencias en el grado de gravedad de esta separación traumática .
En realidad lo doloroso está siempre presente, solo que a mi modo de entender, puede
encontrar dos vías de expresión:
- La imposibilidad de metabolización del dolor, que atrapa a la persona generándole una
vivencia de impotencia, puede ser proyectado al exterior en forma de rabia,
desencuentro emocional, y/o resentimiento. Es esta vía la que encontramos en la
patología mental y que queda introyectada en forma de profundos reproches y
sentimiento de culpa, deseos de castigo, pérdida de sentido de la vida, etc.
- La otra vía de expresión del dolor, es la que comenzando por la aceptación del mismo
y en un trabajo de elaboración se ve lentamente transformado en conocimiento y
capacitación del individuo, englobándose en lo que considero una mayor madurez,
capacitándonos para la vida por la adquisición de estos nuevos recursos.
Sin la posibilidad de una adecuada elaboración de las pérdidas la continuidad de la vida
se encuentra comprometida, amenazando la integridad
del individuo y
transformándose en múltiples disfunciones psicofisiológicas.
2.- JUSTIFICACION DE LO GRUPAL
Previamente a animarme a la realización de un grupo de duelos, adquirí una
amplia experiencia en el acompañamiento individual y familiar de las múltiples
situaciones posibles en que la muerte aparece como protagonista. Desde el
acompañamiento individual de una persona, en una situación vital comprometida, al
acompañamiento y asesoramiento a una familia en estas circunstancias y al trabajo de
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ayuda en la elaboración posterior de un duelo.
Es en el trabajo individual con personas atrapadas en un duelo patológico
profundo, donde el sentimiento de la limitación que he tenido es mayor. La circularidad
del discurso, la ausencia de asociaciones, la irrebatibilidad de sus convicciones, la
distancia emocional en la que el otro se encuentra pese a ser tú la persona más próxima
con que cuenta en ese momento,por encima de sus propios familliares, los largos silencios
que tenemos que llenar una y otra vez con sentidos que a penas pasan de ser meras
curiosidades. ¿Cómo calmar a un hambriento con formulaciones verbales de sentido, a
más sutiles e inteligentes?. Hoy en el grupo se encuentran dos personas, una de las cuales,
cuando se le invita a participar verbalmente, después de seis meses de su incorporación, se
le llenan los ojos de lágrimas viéndose imposibilitada para decir una palabra. Otra
participante ha requerido de dos años para poder incluirse con una cierta espontaneidad y
distancia. Tanto una como otra, su mejoría la han podido realizar en la distancia que
supone la escucha, atenciones y respetos de los otros. Difícilmente estas mejorías se
hubiese obtenido en un contexto de trabajo individual, aunque ambas lo requirieron
previamente.
- EL GRUPO DE DUELOS
El grupo de duelos lo realizo en el contexto de un Ambulatorio de un Servicio de
Psiquiatría General. Fue en su comienzo la resultante de diversos factores:
1er. Factor: Mi interés personal por el tema.
En la medida en que mis circunstancias personales me hicieron entrar en contacto con el
acompañamiento a la muerte y posterior duelo de personas muy significativas y
queridas, adquirí la sensibilidad y el conocimiento incorporándolo a mi que hacer en
el acompañamiento de seres humanos en similares situaciones.
2º Factor: La toma de conciencia de la existencia de la muerte y de sus efectos me llevó
a una mayor atención y escucha hacia este tipo de situaciones y su implicación en la
patología psiquiátrica. De esta manera pude comprobar, cómo muchos de los problemas
emergidos en la demanda del Ambulatorio de Psiquiatría General tienen su origen en
diversos factores, como son:
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La muerte de un ser querido.
El acompañamiento de una persona significativa afectivamente, en una situación de
prolongada enfermedad, con resultado de muerte.
La pervivencia frecuente de personas ya fallecidas, que siguen teniendo una influencia
fundamental en las dinámicas familiares, ocupando un lugar psicoemocional
usurpado a los vivos. Evidentemente me refiero a los duelos patológicos.
Una mayor sensibilidad e interés por los temas relacionados con el suicidio.
En realidad toda la patología mental podíamos conceptualizarla como un fallido proceso
de individuación, cuyo origen último es la imposibilidad adecuada de reparaciones y
duelos en vida.
En la neurosis cuando nos referimos a las dificultades procedentes de la "situación
edípica" nos referimos a la permanencia dentro de la persona neurótica de una persona
idealizada, que impide el acceso a otras personas reales. Una vez mas, como en la
muerte, hay un espacio mental ocupado por un personaje que impide la presencia en él
de personas con quien establecer relaciones en el contexto de realidad.
Tanto en neurosis como en psicosis hay muchos síntomas específicos que remiten a
denunciar estos fenómenos provenientes de la pervivencia de vínculos con los
muertos. Son muchos los ejemplos clínicos que me vienen a la cabeza y a continuación
relataré alguno de ellos:
Un paciente psicótico refería en su delirio ser hijo de su abuelo materno, ya fallecido,
del que había sido el nieto predilecto y con quien su madre tenía una relación
enormemente idealizada.
Otro paciente refería en sus delirios a su abuelo como su progenitor. Esta situación le
impedía acceder a una relación mas adecuada con el padre real. A la muerte del
abuelo entró en una situación de angustia y desorganización que le llevó a saltar la
tapia del Cementerio para tirar piedras sobre la tumba del abuelo, a continuación
provocó un incendio en la fábrica, perteneciente al mismo, en un intento, según él, de
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dar un espacio familiar a su padre real, al que consideraba víctima del abuelo y de su
madre.
En varias ocasiones he tratado a madres que atrapadas en un duelo con un hijo muerto,
han acabado olvidando a los otros hijos vivos, viviendo casi en exclusividad en una
relación imaginaria con el ausente.
Son tantos los casos de ausentes vivos o muertos paradójicamente omnipresentes, que
no veo la necesidad de seguir extendiéndome en ejemplos.
3er Factor: Proviene de una antigua y persistente aspiración personal, consistente en que
desde las Instituciones Públicas Psiquiátricas la oferta asistencial pueda incluir algún
tipo de psicoterapia. En mi elección y experiencia personal es la Psicoterapia
Psicoanalítica Grupal.
Psicoanalítica porque es desde la teorización psicoanalítica que entiendo el enfermar
psíquico.
Grupal porque las relaciones patógenas tienen su origen en el contexto familiar. El
grupo pequeño actúa a modo de familia substitutiva, donde realizar una reparación y
corrección de una multiplicidad de malentendidos y desencuentros instalados en la
forma de comprender el mundo en las personas, condicionando las formas de
relación con los miembros del grupo, sirviendo para el entendimiento, corrección y
análisis de la distorsionada forma de pensar y actuar y reinstaurando los procesos
mentales de aprendizaje y creatividad.
En mi experiencia, el grupo tiene un potencial terapéutico de transformación y cambio
superior a la psicoterapia individual. Pese a todo, tengo que reconocer que hay
muchos momentos en los que la psicoterapia individual es necesaria, siendo la
posibilitadora de la inclusión de una persona en un grupo o de la continuidad de un
proyecto terapéutico estancado.
Como he tenido la ocasión de escribir ya anteriormente, el grupo como instrumento
terapéutico constituye una realidad superior al de la relación individual, ya que incluye a
la misma con todos sus fenómenos y añade fenómenos nuevos propios de la situación
grupal, como: la relación en lo real, la resonancia emocional, el consejo pedagógico de
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otro compañero, la restitución social perdida en el autismo que es inherente a todo
sufrimiento... Todo esto hace que el grupo sea fundamental para las personas en
situaciones de gran indefensión y vulnerabilidad psicológica.
El grupo, a diferencia de lo individual, tiene una enorme ventaja en las instituciones
públicas y es que reduce el riesgo de iatrogenización, se adapta mejor a la realidad
institucional que frecuentemente incluye en los equipos personas con escasa
experiencia, plantillas poco estables que amenazan la continuidad de los procesos
terapeuticos. El grupo tiene multiplicidad de aportaciones además de las provenientes
del terapeuta, el coterapeuta y los propios miembros del grupo, posibilitando la
expresión y elaboración de la transferencia múltiple, enriqueciendo y llenando de
matices el entendimiento de y entre las personas.
“El proceso terapéutico de los paciente graves incluye siempre una diversidad de
recursos y es necesaria la integración armoniosa de éstos, en mayor cantidad cuanto
mayor sea la gravedad, evitando las posturas antitéticas en las que tan frecuentemente
incurrimos”
4º Factor: La confluencia en un momento dado en nuestro ambulatorio de un número
significativos de demandas, relacionadas con situaciones de duelos comprometidos por
las circunstancias específicas de muerte, o directamente por el sufrimiento generado en
duelos patológicos irresolubles en el tiempo.
En este tipo de situaciones, los tratamiento biológicos, que son el eje fundamental hoy
en nuestros tratamiento ambulatorios, producen escasos beneficios. Por lo que la
posibilidad de un grupo de psicoterapia semanal, la considero importante y viable.
3.- CARACTERISTICAS TECNICAS DEL GRUPO.
El encuadre debe de ser claro, firme en la continuidad en el mismo y flexible para
que pueda ser adaptativo a las particulares situaciones de los miembros del grupo,
pudiendo de esta manera resultar continente para los diversos momentos evolutivos de
los asistentes al mismo.
El encuadre tiene que tener en cuenta a la persona con mas dificultades para posibilitar
la presencia de todos. La mejor manera de hacer un contexto fiable es ocuparnos
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adecuadamente de la persona con mas dificultades. "cuidando al último, nos
cuidamos todos"
Es un grupo de hora y media de duración, una sesión semanal, el número de
participantes entre 8 y 10. Grupo mixto y lentamente abierto.
Las edades han sido heterogéneas, habiendo estado comprendidas entre los 25 años y
los 70 años, prevaleciendo la edad media entre los 45/55 años. No en balde es la edad en
la que las muertes significativas suelen ser mas frecuentes.
Siempre he pretendido hacer un grupo mixto. La heterogeneidad la considero un valor
en el grupo, pero lo cierto es que en estos tres años solo ha estado un hombre en mi
grupo, siendo una característica común con otros grupos del servicio la ausencia de
varones, cuyo análisis no viene a cuento en este momento.
El tiempo de estancia de los participantes en el grupo es variable, nunca ha sido inferior
a 8 meses. El término medio para las personas en las que no se había establecido un
duelo patológico viene a ser entre 12 y 18 meses. Evidentemente las personas que
permanecen mas tiempo en el grupo son las que se incluyen con un duelo patológico
de larga evolución. En este momento sigue habiendo participantes que están desde la
constitución del grupo, hace ya tres años y que previsiblemente continuarán todavía
durante un largo periodo.
En el grupo trato de generar un contexto de naturalidad, trabajar desde lo obvio,
evitando idealizaciones e infantilizaciones excesivas e innecesarias que generan
complicaciones adicionales. En mi que hacer psicoterapéutico me ha sido útil el acceso
a lo inconsciente y a la inclusión de asociaciones libres através de un ambiente
facilitador; ambiente fiable, cálido y natural, que supone un relajamiento de las
resistencias y de las defensas. En definitiva posibilitando un clima de sinceridad y de
inclusión de aspectos de culpa, que son silenciados en otro tipo de climas grupales mas
persecutorios.
La patología implica siempre distorsión, ocultamiento, silencio y falta de espontaneidad,
crispándose las relaciones. Como he señalado el clima grupal puede devolver la
espontaneidad y naturalidad, cuestionando las defensas y facilitando la asociación libre
que expresada de forma natural nos posibilita intervenciones sumamente sofisticadas y
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profundas de una manera tan natural que pasa absolutamente desapercibidas para los
miembros, pudiendo acceder al entendimiento sin apelar a las defensas y resistencias
individuales y grupales.
Es este, en mi experiencia, el único encuadre posible cuando trabajamos con patología
grave.
Hago hincapié en este tipo de encuadre dado que el psicoanálisis tradicional, en el que
yo me formé, en un principio y hoy todavía sostiene la necesidad de un ambiente de
frustración y carencia para acceder al mundo interno por rebosamiento de las
defensas, profundizando en la situación traumática y posibilitando através del encuadre
situaciones regresivas en los participantes que no siempre pueden ser resueltas,
suponiendo un riesgo de iatrogenización, no existente en un clima emocional fiable
donde quepa cualquier comunicación, tanto verbal como no verbal, al servicio del
entendimiento.
Entiendo un proceso terapéutico como un proceso pedagógico especializado. Al igual
que éste, sete ha dado un giro en el tiempo pasando en un primer momento de pensar
que la letra con sangre entra a concebir que el ser humano viene genéticamente
condicionado al aprendizaje y que son las dificultades de la vida las que pueden
obstaculizar el mismo.
Igualmente si la patología mental es la consecuencia del sufrimiento, la sangre ya está,
pero ¿cómo hacer para que ésta se pueda transformar en conocimiento, en una
capacitación para la vida?. Las dificultades vitales no resueltas en nuestros procesos de
la vida, aspiramos a rescatarlas durante los procesos terapéuticos del atrapamiento,
repetición y resentimiento que suponen, para canalizarlas a través de la vía del
conocimiento a la restitución y al agradecimiento.
Con el tiempo estoy llegando al convencimiento de que lo auténticamente
revolucionario en psiquiatría es el "sentido común". Es necesario revisar nuestra vida
cotidiana, como fuente de inspiración y entendimiento de nuestras actitudes y
actuaciones, para posibilitar encuentros mas sinceros y humanos entre las personas.
El grupo tiene además de un vertiente terapéutica, incluyendo a personas con una
sintomatología psiquiátrica ya cristalizada, una vertiente preventiva y de
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acompañamiento a personas comprometidas en situaciones vitales. Siempre he creído
que la mejor psiquiatría es la que anticipándose a los acontecimientos evita un camino
de sufrimientos y malentendidos que comprometen la existencia del individuo.
Desgraciadamente en pocas ocasiones podemos trabajar sobre estas anticipaciones,
encontrándonos constantemente apagando fuegos sin dedicar el esfuerzo y la energía
suficiente a evitarlos.
El grupo lo realizamos en coterapia y han sido gravadas todas las sesiones de los dos
primeros años.
4.- EL PAPEL DEL TERAPEUTA DEL GRUPO
La actitud del terapeuta tiene que ser flexible, hay que adoptar un papel activo y
participativo. Dada la intensidad emocional, emergida en muchos momentos, las
intervenciones tienen perfiles pedagógicos mas frecuentemente que en un grupo de
neuróticos, con niveles de sufrimiento menos intensos. La actitud de desdramatización,
la evitación de la huida de los conflictos, la espontaneidad en las intervenciones e
inclusive las conflictivas profundas trabajadas en forma distendida y de humor, con que
en ocasiones caricaturizo aspectos de angustias profundas, la permanente verbalización
de los acontecimientos que son silenciados conspirativamente entre los miembros
del grupo, que tratan de eludir los conflictos o las situaciones dolorosas, evitando el
establecimiento de secretos a voces, situaciones que en las dinámicas familiares se dan
tan frecuentemente y tienen efectos tan destructivos para todos sus miembros.
Una recomendación para los terapeutas que se animen de hacer un tipo de grupos de
estas características, sería la misma que para la conducción de un grupo grande o para la
conducción de un grupo de psicóticos con patologías activas, entrar en el grupo con las
necesidades biológicas bien atendidas para estar en las mejores condiciones.
El grupo lo realizo en coterapia, aunque la responsabilidad institucional del mismo
recae en mi. Generalmente el coterapeuta es una persona en formación con un
compromiso de tiempo mínimo de un año, o una persona de plantilla especialmente
interesada en ese tipo de grupo. En el momento presente estoy de único terapeuta por
circunstancias institucionales.
5.- LOS COMPONENTES DEL GRUPO.
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En principio el criterio diagnóstico que seleccioné para su inclusión en el grupo, fueron
aquellas situaciones de sufrimiento psíquico, cuyo desencadenante fuese una situación
de duelo comprometido.
Es conveniente aclarar, que la inmensa mayoría de la población no requeriría de un
acompañamiento, desde los servicios asistenciales, por contar con los recursos naturales
para resolver positivamente el duelo en su propio contexto de vida.
El grupo condensa, desde duelos patológicos de años de evolución, hasta situaciones de
muertes traumáticas que por sus características nos hacen suponer un elevado riesgo de
desbordamiento temporal de los recursos internos del individuo. Me refiero a
situaciones de suicidio violento, con todas las implicaciones psicosociológicas que se
supone y accidentes de circulación con la pérdida de varios miembros de una familia
a la vez, o muertes traumáticas en general.
A modo de ejemplo:
Una de las participantes la incluí tras un accidente de coche en el que ella conducía y en
el que murieron el padre y la madre y su marido sufrió traumatismos.
Otra participante la incluí al poco tiempo de que su marido se hubiese suicidado de un
tiro, habiendo sido ella la primera persona en encontrárselo muerto.
Entre las personas con un duelo patológico ha habido varias madres con muertes
traumáticas de alguno de sus hijos. En un caso, al hijo le explotó una bomba, era
simpatizante de ETA y manipulando un artefacto que le explotó causándole la
muerte, habiéndose establecido un gran lío en torno a la pertenencia posterior del
muerto, con disputas con algún partido político que lo reivindicaba como víctima y
generándose situaciones solo entendibles en un profundo conocimiento de las
dinámicas que se establecen cuando hay una prevalencia de la culpa y de los duelos
patológicos individuales y colectivos.
Otra participante hizo un acompañamiento a una hermana durante unos años, que
finalmente murió de SIDA, habiéndose generado una multiplicidad de malentendidos
en el seno de su propia familia y viéndose desbordada en la elaboración de la muerte
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de la hermana, por sí misma.
Aunque los componentes del grupo son derivados por los psiquiatras y psicólogos del
propio servicio, realizo entrevistas individuales diagnósticas para mi y aclaratorias
de la situación grupal que se les propone para ellos. Solo cuando hay un cierto
convencimiento los incluyo. Si no hay una mínima disponibilidad emocional lo
desaconsejo en ese momento, pudiendo ser revisado a posteriori. En algún momento he
entrevistado a algún familiar (matrimonio) que había transformado el sufrimiento de la
muerte de un hijo en una situación reivindicativa económica y que venía al grupo como
un lugar de reivindicación. Ni que decir tiene que el grupo en sí mismo es un lugar de
experiencia y aunque les propuse el grupo, como un lugar de reflexión para salir de
actuaciones que les pudiese presuponer hipotecas futuras y la adición a nuevos líos y
guerras, desestimaron esta posibilidad.
6.- OBJETIVOS DEL GRUPO
El grupo genera unas dinámicas que son antialienantes:
Rescata al individuo del autismo en el que nos encierra el propio sufrimiento y
restituye una diversidad de relaciones rotas, como efecto del desbordamiento y
sufrimiento psíquico.

Los diversos factores y fenómenos del grupo son experiencias significativas y
correctoras en sí mismas, la universalización del sufrimiento, la resonancia afectiva
con la problemática del otro, el entendimiento através de la experiencia del otro de
muchos de los aspectos propios. Frecuentemente, es la persona que explica un
determinado acontecimiento, el que sufre, quien menos posibilitado se ve para
entender, siendo los demás los que pueden aprovecharse de su relato y de su
experiencia para entender situaciones que cuando son referidas a sí mismo, son
incapaces de entender y es que uno no tiene distancia para con uno mismo,
generándose una ceguera psíquica como efecto del desbordamiento. (No es el torero
quien mejor puede ver su propia faena, sino las personas a salvo detrás del
burladero quienes pueden tener una perspectiva mas global de la situación).
El grupo es un continente, trata de evitar en muchas ocasione actuaciones
irreflexivas frecuentes en situaciones de desbordamiento, decisiones prematuras,
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ventas y cambios de pisos, abandonos de trabajo, la transformación de la tristeza en
reivindicación, las peleas con las herencias, los profundos malentendidos y reproches
con nuestro entorno mas íntimo. "Los seres humanos, frecuentemente nos vemos
dificultados para acompañarnos cuando mas nos necesitamos. Es difícil echar una
mano a alguien que se está ahogando cuando uno mismo se encuentra en una
situación parecida, solo que quien está a punto de ahogarse es incapaz de poder ver
la precaria situación de los otros, entendiendo como un elemento de mala voluntad y
de falta de acompañamiento y asistencia de unos con otros en estos momentos
crítico, estableciéndose así la vía delos malentendidos, que sino pueden ser
expresados y aclarados, supondrán actuaciones de unos contra otros".
Si bien en los primeros momentos el grupo contiene, acompaña y tranquiliza, en la
medida en que el paso del tiempo se va realizando, el propio grupo ayudará a ir
comprendiendo las situaciones en las que los participantes han quedado atrapados,
posibilitando la elaboración de los acontecimientos traumáticos, que quedarán
incluidos a modo de experiencias significativas y aprendizajes vitales costosos, que
nos capacitan para la continuidad de la vida con un grado de madurez desconocido
hasta ese momento.

En el desentendimiento, ponemos en los muertos lo bueno y en los vivos lo malo, lo
doloroso, los reproches, lo persecutorio, idealizamos a la persona muerta. En el
trabajo grupal habrá una transformación en una relación mas realistas con
ambos, restituyéndose una situación de agradecimiento con los vivos más próximos,
en la aceptación de que toda relación humana es imperfecta y que las reglas que rigen
a toda relación significativa tienen poco que ver con la maldad, el egoísmo y la
culpa, criterios que, en mi modo de entender, no tienen cabida para el entendimiento
de las conductas motivacionales del individuo. Son formas dañinas de entenderse
individualmente o de entender a los demás, pero es que en realidad toda la patología
psíquica podíamos resumirla como una forma dañina de entenderse a uno y a
los demás.
Durante el trabajo grupal y con el paso del tiempo, el acontecimiento traumático
desencadenante se va desdibujando, van apareciendo los conflictos con los vivos
próximos, los conflictos con uno mismo, el miedo a la muerte, la dificultad para aceptar
el sufrimiento, la renuncia a las idealizaciones infantiles, la aceptación del principio de
realidad del adulto sobre el principio de placer que rige la vida infantil. Poco a poco, la
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persona va llenándose de aspectos mas propios de la vida que de la muerte.
La aceptación de que el problema no es la muerte, sino el poder vivir de una manera
mas creativa y amorosa, suele ser una conclusión derivada de la experiencia en el
tiempo. La reconciliación con uno mismo, la reconciliación con las personas próximas,
el reconocimiento y la aceptación de las limitaciones de uno y también de los demás.
Son estas las situaciones que cuando aparecen nos recuerdan que el alta está próxima.
El grupo acumula en su matriz grupal la experiencia de la multiplicidad de sus
componentes, va generando una historia, alimentándose de las equivocaciones y de los
aprendizajes de todos y transmitiéndose de unos a otros. Las personas con mas tiempo y
mas evolucionadas son las que acogen y contienen a los demás, ponen al servicio de los
recién llegados sus propias experiencia convirtiéndose en eficaces coterapeutas, que
pueden ser escuchados con menos prejuicios que al propio terapeuta. A su vez
restituyen la fe y confianza básicas, en la medida en que con su mejoría contrarrestan el
pesimismo y la sensación de cronicidad que lleva implícito todo sufrimiento psíquico
dilatado en el tiempo.
7.- LAS ALTAS
Cuando los participantes van requiriendo menos del grupo, otras actividades
profesionales y familiares van imponiéndose como prioridades, doy siempre del orden
de tres o cuatro meses para trabajar el alta del grupo. Generalmente las altas las hago
coincidir con procesos naturales de separación o dilución del propio grupo, antes de
vacaciones de verano, de Navidades o de Semana Santa.
Se ha escrito frecuentemente de la necesidad de tiempos dilatados para los procesos
terapeuticos (de años). Yo no suelo ser partidario de procesos terapeuticos dilatados,
prefiero un alta prematura, que implique un seguimiento posterior para trabajar aspectos
específicos que habían pasado desapercibidos, que un alta dilatada en la que la
repetición y el aburrimiento estén presentes.
8.- CONCLUSIONES
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La evaluación personal con respecto al grupo es de satisfacción. He sentido mejorías
significativas en los participantes y creo que la psicoterapia grupal es el instrumento
fundamental para los Servicios Públicos que aspiren a ir un poco mas allá de lo
manifiesto, de la condensación sintomática y que restituya personalizando las
situaciones escindidas internas y externas.
Hay determinadas técnicas psiquiátricas o psicológicas que pueden ser desarrolladas por
todos la mayoría de los profesionales, si cuentan con los conocimientos técnicos
necesarios y la motivación para realizarlas, me estoy refiriendo por ejemplo la
prescripción de un medicamento, a la investigación a través de un test psicológico,
etc. etc. No es este el caso de la psicoterapia a la que yo me refiero, en ésta no todo el
mundo, a mas titulaciones académicas y curriculums brillantes, puede confrontarse a
problemáticas vitales extremas con profundos dolorimientos y distorsiones
importantes. Es necesario un conocimiento emocional para incluirse en este tipo de
problemáticas, con alguna posibilidad de ayuda integrativa. Quiero decir que
probablemente el recurso terapéutico fundamental que yo he tenido en este grupo ha
sido el haberme visto humanamente confrontado a una problemática similar, a la que
tuve que hacer frente y resolver, hoy creo que bastante gratamente.
Difícilmente podremos dar como terapeutas lo que no tenemos para nosotros en nuestra
propia existencia. La cronicidad con que muchos de nosotros analizamos y
concluimos en nuestros juicios pronósticos, dirigidos a las personas que atendemos,
tiene que ver con las profundas impotencias con que nos encontramos frente a
nuestra propia existencia. Son necesarios personas-terapeutas (no terapeutas
despersonalizados) capaces de saberse desorientados, aceptando esta situación como
una realidad, pudiéndola reconocer y compartir sin escándalos dentro del contexto
terapéutico.
El grupo es también un lugar de aprendizaje y orientación para el propio terapeuta y
puesto que yo soy el autor de este trabajo y quién está evaluando las situaciones,
tengo que decir que me ha servido como un lugar de aprendizaje y orientación y
mientras yo en mi trabajo terapéutico me siga divirtiendo, motivando y me siga
sorprendiendo con acontecimientos y pensamientos inéditos, para mi la experiencia
está siendo útil y por extensión y generalización presupongo que para los demás.
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El trabajo sobre un duelo patológico implica realmente un trabajo sobre patología
mental grave. El duelo patológico es una problemática que corresponde a patología
de la esfera psicótica, con niveles de psicopatología profunda y con una
reconstrucción delirante del sentido psíquico del individuo, la amenaza a la
integridad psíquica es de tal magnitud que solo la restitución delirante de la relación
con la persona perdida, es fundamental para la continuidad de la persona atrapada en
este tipo de duelo. Todo lo bueno queda en el muerto, solo de él se pueden esperar
situaciones tranquilizadoras, robando por tanto el sentido a la vida y eliminando o
matando en realidad la relación cariñosa con los vivos, de las que nos nutrimos
emocionalmente y a los que necesitamos, para no quedar atrapados en una situación
de caquexia emocional.
Si bien el aparato psíquico puede salir al paso de amenazas profundas como sería el
morir de sed en el desierto o de hambre en situaciones extremas, ayudándonos y
tranquilizándonos con las falsas perfecciones que indicarían la visualización de agua
o de un gran banquete psicológico; no sería suficiente para la supervivencia física.
Igualmente solo parcialmente el muerto y la restitución delirante de la relación, sigue
dejando un profundo vacío emocional lleno de dolor, rabia, resentimiento y
reproches.
Es cierto que no se percibe el vacío porque se encuentra ocupado por todo este tipo de
contenidos psíquicos, que harán la propia vida tan insatisfactoria que nos llevará a un
tipo de relación con los otros, tan lleno de confusión en los límites, expectativas tan
alejadas de la realidad que fracasando retroalimentarán una manera de estar en el
mundo con los vivos tan dañino, que reforzarán la necesidad delirante de la relación
idealizada con el muerto. Evidentemente este tipo de proceso terapéutico implica un
tiempo mas dilatado y en mi experiencia como terapeuta, en ocasiones solo mejorías
parciales, que permitan una vida menos destructivas con uno mismo y con los demás.
El pronóstico de un duelo patológico excede al grupo, encontrándose implicados una
diversidad de factores, tanto dentro del propio sistema asistencial, apoyaturas
eficaces individuales, tratamiento biológicos, como externas en el entorno familiar
donde haya la posibilidad de una restitución y una apoyatura posterior emocional
significativa.
La única muerte que entendemos los vivos es la amenaza de la muerte psíquica, que es
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la desintegración y desorganización profunda de la mente. En el acontecimiento de
muerte es donde, los vivos proyectamos nuestras experiencias de vida, teniendo
expectativas mas dramáticas y alarmantes cuanto mas difíciles y traumáticas hayan
sido nuestras experiencias de separación en nuestro proceso de individuación
existencial.
Toda separación de los seres queridos vivos o muertos, solo es posible desde el
agradecimiento. La mejor inversión que podemos hacer en la vida es un esfuerzo en
reconciliación y acompañamiento de nuestros familiares próximos. En los adultos los
conflictos con la propia familia de origen son siempre primariamente internos,
condicionando y confundiendo las relaciones exteriores.
 Frecuentemente una historia relacional en el desencuentro, puede ser restituida y
reparada en un encuentro emocional y significativo entre los participantes a raíz de una
noticia de un cancer o de una situación en la que la vida de uno de ellos se vea
comprometida; igualmente relaciones cálidas durante tiempo pueden verse oscurecidas por
un acompañamiento fallido en estas situaciones, imposibilitado por el desbordamiento de
ambos. Tenemos mas en cuenta a la persona en un proceso de enfermedad grave, que a los
acompañantes, que en realidad son su soporte emocional fundamental.
 Para finalizar señalar que aunque nuestra cultura reprima y distancia todo lo que tiene
que ver con la indefensión y la muerte del ser humano, confundiendo la omnipotencia
encubridora de la impotencia con el poder, el único poder que reconozco en el ser humano
es el ser uno mismo. Difícilmente un ser humano puede ser uno mismo sino puede
aceptarse en su propia naturaleza, como bien sabemos cuando tratamos de reprimir lo
evidente, lo único que conseguimos con la represión es que esta evidencia reprimida se
encuentre en todas partes, lo inunde y confunda todo; quizá de ahí el traumatismo que
acontecimientos tan cotidianos y universales, como la enfermedad y muerte, nos
sorprendan, nos asusten y no puedan ser incluídos en nuestra existencia de forma natural.
Solo quién pueda aceptar con cierta confortabilidad el acontecimiento de la indefensión
y la muerte de los seres humanos, podrá disfrutar de una existencia mas plena y
satisfactoria, mas libres de preocupaciones y miedos persecutorios que impiden el
desarrollo armónico de la vida invidual y colectiva.
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