MINISTÈRE DES AFFAIRES ÉTRANGÈRES Los padres exigen

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MINISTÈRE DES AFFAIRES ÉTRANGÈRES
N° 45 – diciembre 2012
Los juguetes franceses apuestan por la tradición
Los padres exigen para sus hijos productos seguros y de calidad. Recuperar este valor
esencial es una oportunidad para los fabricantes franceses, especializados en los juguetes
tradicionales, y una alegría para sus adeptos.
Los juguetes no saben de crisis. La Navidad, un periodo durante
el que se realizan el 60% de las ventas, se anuncia prometedora
este año. El mercado ha permanecido estable en 2012, incluso
en ligero ascenso tras dos excelentes años (un alza del 3% en
2010 y del 6% en 2011). En Francia, aparte de los videojuegos,
se vendieron cerca de 250 millones de juguetes con una cifra de
negocios de 3,23 millones de euros. El mercado francés es el
segundo en Europa después de Reino Unido gracias a una
elevada tasa de fecundidad que sitúa Francia en segunda
posición en la Unión Europea.
Los juguetes no son un producto cualquiera. Tienen cualidades
pedagógicas, de construcción de la personalidad, de
sociabilidad, y un gran valor afectivo. Cierto es que se vuelve a
los súper héroes, a los juguetes en red y multitareas y a la expansión continua de los videojuegos.
Pero la última Feria Kidexpo de París mostró que los juegos educativos están tomando el relevo
a los chismes. El consumo de juguetes que más crece es el dirigido a la primera infancia, los
intemporales juegos de construcciones, los puzzles, los juegos al aire libre, los deportivos y las
muñecas, muy por delante de los juegos electrónicos.
La demanda se orienta cada vez más hacia la calidad,
empujada por una nueva directiva europea. La
Federación Francesa del Juguete señala el gran atractivo
de los juguetes de buena calidad, como demuestra el alza
de las tiendas especializadas, a la cabeza de los puntos de
venta respecto a las grandes superficies y la venta por
Internet. En este contexto, los fabricantes franceses están
muy bien situados. Sus exportaciones, que representan el
33% de las ventas, están creciendo y la demanda del
Made in France sigue creciendo apoyándose en sus
principales ventajas: un saber hacer reconocido en los juegos tradicionales, una fabricación
cuidadosa que respeta las normas de seguridad y la toma en cuenta de la conciencia ecológica
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que promueve recuperar la sencillez y materias primas naturales. Los bolos, balancines, juguetes
para arrastrar, que ruedan, boliches y juegos de croquet son los más demandados.
La región del Jura, en la frontera con Suiza, es la cuna del juguete tradicional. La industria
maderera nació en el siglo XIX seguida del vuelco decisivo del celuloide y después de la
formidable epopeya del plástico en el célebre “valle de plástico”, el principal enclave de la
industria del plástico en Europa. En este lugar, el saber hacer es de muy alto nivel, con la
presencia de líderes del sector como Smoby. Los tractores Flaquet et Cie, los juegos de
construcciones y de imitación Ecoiffier, los chalets y las pizarras JeuJura, el futbolín Monneret,
los cubos y los muñecos Janod se fabrican aquí.
Sin embargo, la Francia del juguete también vive
momentos difíciles. La última fábrica francesa de
peluches, Blanchet, ha evitado el cierre gracias a su
posicionamiento de productos de alta gama, que
ahora está de moda. Otros fabricantes han tenido que
afrontar las exigencias del mercado internacional,
uniéndose e invirtiendo en formas modernas de
producción. Meccano, conocida por sus juegos de
construcciones de metal y de plástico, ha invertido en
el regreso de sus fábricas a Calais, en Francia, de
acuerdo a la evolución del sector.
La tradición no excluye la innovación. En la región del Jura, los productos se fabrican y prueban
en colaboración con los grandes laboratorios de investigación. Los productores franceses
renuevan sus gamas y siguen las tendencias, sobre todo del desarrollo sostenible, mediante el
uso de madera, sellos ecológicos y tintas al agua.
A quien no le gusten los juguetes electrónicos podrá deleitarse
entre pequeños coches, camiones de bomberos, garajes, carruajes,
granjas, cocinitas o casas de muñecas, que vuelven a ser tendencia.
Los bebés seguirán chupeteando a Sophie la jirafa, que este año
cumple 50 años y ha llegado incluso a las cunas de Estados Unidos.
Es un momento de gran interés por los juguetes tradicionales. Se
reeditan lo grandes clásicos e innumerables sitios web se dedican
a los juguetes de antaño. Los nostálgicos se quitan de las manos las
muñecas de Bella, los muñecos de Petitcollin, los escudos, espadas de madera y el caballo de palo
Vilac, las grúas Clergé, los patos y perros de madera de Educalux, los soldados de plomo de
Starlux, el caballo balancín Clairbois y otros trenes eléctricos y barcos de metal, sin olvidar los
peluches Nounours. Satisfacer a los niños recuperando la propia infancia y transmitir una
tradición quizá sea la explicación de este entusiasmo.
Sylvie Thomas
Para saber más:
www.fjp.fr
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