CONSEJO CONSULTIVO VOTO PARTICULAR disidente que, al amparo de los artículos 23 de la Ley 4/2005, de 8 de abril, del Consejo Consultivo de Andalucía, 22.1, a) y 60.3 de su Reglamento Orgánico, aprobado por Decreto 273/2005, de 13 de diciembre, formulan los Consejeros Gutiérrez Rodríguez y Sánchez Galiana al dictamen de la Comisión Permanente del Consejo Consultivo de Andalucía sobre el “Acuerdo del Consejo de Gobierno de 25 de febrero de 2014, por el que se autoriza la interposición de Recurso de Inconstitucionalidad contra la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local”. Los Consejeros firmantes de este voto particular debemos reiterar una vez más, como hemos hecho en los dictámenes 575/2012, 771/2012, 127/2013, 250/2013, 322/2013 y 545/2013, lo inadecuado del momento procedimental en el que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha solicitado el dictamen preceptivo de este Consejo Consultivo en relación con la interposición de un recurso de inconstitucionalidad contra la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local. El artículo 17 de la Ley 4/2005, de 8 de abril, del Consejo Consultivo de Andalucía, dispone que “el Consejo Consultivo de Andalucía será consultado preceptivamente en los asuntos siguientes: […] 4. Recursos de inconstitucionalidad y conflictos de competencia ante el Tribunal Constitucional”. Mien1 CONSEJO CONSULTIVO tras que los artículos 26 de la citada Ley y 63.4 del Reglamento Orgánico de este Consejo Consultivo establecen que “en los recursos de inconstitucionalidad y en los conflictos positivos de competencia, podrá solicitarse el dictamen simultáneamente a que sean adoptados los acuerdos de interposición o de requerimiento, respectivamente”. Es cierto, pues, que tanto la Ley como el Reglamento del Consejo Consultivo permiten que, como ha hecho el Consejo de Gobierno, el dictamen se solicite simultáneamente a que sea adoptado el acuerdo de interposición del recurso de inconstitucionalidad. Sin embargo, dichos artículos no impiden en absoluto que sea solicitado con anterioridad a la adopción de dicho acuerdo, como sería de todo punto razonable. Entendemos, por tanto, que carece de lógica que, siendo el Consejo Consultivo el máximo órgano de asesoramiento del Consejo de Go- bierno, éste solicite su parecer cuando ya ha adoptado la decisión de interponer el recurso de inconstitucionalidad, impidiendo que una eventual opinión contraria de este órgano pudiera tener la menor influencia sobre dicha decisión. No sucede lo mismo en cambio cuando el Gobierno de la Nación se plantea la interposición de un recurso de inconstitucionalidad, pues en ese caso, tras conocer el Consejo de Ministros un primer informe procedente del Ministerio competente, decide someter la consulta al Consejo de Estado, y sólo después acordar, si procede, solicitar al Presidente del Gobierno –que es el legitimado para ello- su interposición. Y, 2 CONSEJO CONSULTIVO sin embargo, esta manera de proceder no viene impuesta por la normativa reguladora del Consejo de Estado, dado que el artículo 22.6ª de la Ley Orgánica 3/1980, de 22 de abril, del Consejo de Estado, indica solamente que deberá hacerse “con carácter previo a la interposición del recurso”. Cabe entonces preguntarse cuál es la finalidad que se persigue solicitando en este momento la opinión del Consejo Consultivo o quién es realmente el destinatario de este dictamen, una vez que el Consejo de Gobierno ya ha decidido qué va a hacer al respecto: si va a interponer o no el recurso de inconstitucionalidad, frente a qué artículos o disposiciones y con base en qué motivación. El lugar en el que deja de esta forma el Consejo de Gobierno al Consejo Consultivo de Andalucía no es el que debe corresponder a un órgano de relevancia estatutaria y definido como su “superior órgano consultivo”. La decisión de interponer el recurso ya está tomada de antemano; lo cual hace en la práctica inútil el dictamen, a pesar de que este Consejo ha considerado plenamente constitucionales casi la mitad de los preceptos que recurrirá el Consejo de Gobierno la Junta de Andalucía. Al margen de lo anterior, no podemos compartir el contenido del dictamen porque, con independencia de la premura con la que se ha elaborado, realiza un enfoque erróneo de los títulos competenciales, pretendiendo interpretar los preceptos 3 CONSEJO CONSULTIVO constitucionales a la luz de lo dispuesto en el Estatuto de Autonomía para Andalucía de 2007, sin reparar en que la reforma de la Constitución española de 1978 que tuvo lugar en 2011 obliga a una relectura de las normas estatutarias que permita su encuadre en el marco constitucional. El fundamento jurídico segundo aborda, en primer lugar, a quién corresponde las competencias en materia de régimen local, partiendo de lo dispuesto en el artículo 60 del Estatuto de Autonomía para Andalucía; atiende luego a los principios de autonomía local y de autonomía financiera previstos en la Constitución; y sólo en último lugar -de manera muy escuetatrae a colación el alcance del principio de estabilidad presupuestaria que introdujo en la Constitución la reforma de 2011. Es importante destacar -y no lo hace el dictamen, ni saca consecuencias de ello- que, mientras que el Estatuto de Autonomía para Andalucía se refiere en el artículo 175.2.h) a la estabilidad presupuestaria con el alcance que en ese momento tenían la Ley 18/2001, de 12 de diciembre, General de Estabilidad Presupuestaria y de la Ley Orgánica 5/2001, de 13 de diciembre, complementaria a la Ley General de Estabilidad Presupuestaria, posteriormente derogadas y que dejaron de estar en vigor el 1 de enero de 2008, ahora las exigencias que deben ser respetadas provienen directamente de la Constitución, y, por tanto, con plena capacidad para alterar, si fuera el caso, lo dispuesto en el Estatuto de Autonomía. Y también, cómo no, para alterar el propio entendimiento de otros preceptos cons4 CONSEJO CONSULTIVO titucionales -por ejemplo, la autonomía local o la autonomía financiera- como consecuencia de una nueva interpretación sistemática de nuestra Carta Magna. Por tanto, pretender, como hace el dictamen aprobado por la mayoría, abordar la cuestión partiendo del Estatuto de Autonomía y dando una mínima relevancia a la reforma constitucional de 2011, que no es utilizada como parámetro interpretativo en el fundamento jurídico tercero para enjuiciar la constitucionalidad de los preceptos de la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, salvo en lo referido a la reserva de ley orgánica, supone un error de enfoque del que se derivan las erróneas conclusiones a las que en muchos casos se llega. El artículo 135.2, párrafo segundo, de la Constitución dispone, en su último inciso, que "las Entidades Locales deberán presentar equilibrio presupuestario". Este enunciado, introducido por la reforma de 2011, es posterior al Estatuto de Autonomía de 2007, y a buena parte de la jurisprudencia constitucional sobre las competencias de régimen local y sobre los principios de autonomía local y financiera. Es a él al que pretende dar cumplimiento la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, en la medida en que su Preámbulo señala que la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, que desarrolla el artículo 135 de la Constitución, "exige nuevas adaptaciones de la normativa básica en materia de Administración local para la adecuada 5 CONSEJO CONSULTIVO aplicación de los principios de estabilidad presupuestaria, sostenibilidad financiera o eficiencia en el uso de los recursos públicos locales" y "exige adaptar algunos aspectos de la organización y funcionamiento de la Administración local así como mejorar su control económico-financiero". Es partiendo de estas premisas, y no a la inversa como hace el dictamen, como deben ser interpretados ahora los preceptos estatutarios para determinar el alcance de las competencias autonómicas y las posibles vulneraciones que haya podido cometer la Ley 27/2013, de 27 de diciembre. Y es también a la luz de la reciente STC 103/2013, y de la STC 31/2010, como debe ser entendida la capacidad del Estado para configurar el modelo territorial en España, así como el alcance de las competencias autonómicas sobre régimen local. Por ello, debemos dejar claro, en primer lugar, como bien señala el tríptico de las Jornadas que la pasada semana organizó precisamente este Consejo Consultivo bajo el título La Modernización del Régimen Local en España, que "la senda emprendida y materializada en la Ley 27/2013, es consecuencia directa de la reforma del art. 135 CE, al consagrar la estabilidad presupuestaria como principio rector que debe presidir las actuaciones de todas las Administraciones públicas. Pretende clarificar las competencias municipales para evitar duplicidades con las competencias de otras Administraciones, racionalizar la estructura organizativa de la Administración local, garantizar un control financiero y presupuestario más ri6 CONSEJO CONSULTIVO guroso y favorecer la iniciativa económica privada evitando intervenciones administrativas desproporcionadas". A lo que hay unir, en segundo lugar, como ha expresado la STC 103/2013, que "una temprana doctrina constitucional precisó que la competencia que atribuye al Estado el art. 149.1.18 CE, comprende la fijación de principios o criterios básicos en materia de organización y competencia de general aplicación en todo el Estado, (i) por ser el Estado un concepto que comprende todas las organizaciones propias de las nacionalidades y otros entes territoriales autónomos, (ii) por vincular sus principios por igual a todas las organizaciones que forman parte del mismo y (iii) por ser la garantía constitucional de la autonomía local de carácter general y configuradora de un modelo de Estado (STC 32/1981, de 28 de julio, FJ 5). Esto es, la legislación básica comprende los principios o bases, relativos a los aspectos institucionales —organizativos y funcionales— y a las competencias locales (STC 214/1989, de 21 de diciembre, FFJJ 1 y 4), pudiendo las Comunidades Autónomas legislar libremente en el respeto a esas condiciones básicas. Esta es la interpretación, afirma la STC 32/1981, de 28 de julio, FJ 5, que debe darse al art. 149.1.18 CE, interpretación que, por lo demás, es la única compatible con el tenor literal de estos preceptos y la que, desde otra perspectiva, permite armonizar los principios de unidad y autonomía que la Constitución consagra. 7 CONSEJO CONSULTIVO Así pues, desde la consideración de la autonomía local como una garantía general del modelo territorial del Estado y de la condición de Administración pública atribuida por la norma fundamental a los entes locales, no resultaría constitucionalmente legítimo que el diseño legislativo de la autonomía local quedara excluido de las reglas de distribución competencial que resultan de los arts. 148.1 y 149.1 CE y comprendida en la del art. 149.3 CE. Consecuencia de lo anterior, es que las competencias autonómicas en materia de régimen local tienen que serlo de desarrollo de las bases estatales que, tal y como se puede colegir de la STC 240/2006, de 20 de julio, FJ 8, tienen los dos cometidos de concretar la autonomía local constitucionalmente garantizada para establecer el marco definitorio del autogobierno de los entes locales directamente regulados por la Constitución, en primer lugar, y, en segundo lugar, de concretar los restantes aspectos del régimen jurídico básico de todos los entes locales que son, en definitiva, Administraciones públicas" (STC 103/2013, FJ 4º). Estos dos elementos, el artículo 135 de la Constitución y la jurisprudencia constitucional sobre la competencia en materia de régimen local que resume la STC 103/2013, junto con la consideración de impropia de la competencia exclusiva prevista en el artículo 60 del Estatuto de Autonomía -que deriva de la STC 31/2010 (FJ 100º)-, y con el inciso "sin perjuicio de las competencias atribuidas al Estado en la Constitución" presente en su artículo 42.2.1º, son las claves que deberían haber presidido el fundamento jurídico tercero del dictamen; 8 CONSEJO CONSULTIVO especialmente cuando no son desconocidos en el fundamento jurídico segundo. No obstante, el procedimiento seguido para su redacción, dada la múltiple composición de la ponencia, ha originado que no en todos los casos se haya observado el mismo criterio ni se hayan aplicado los mismos razonamientos para enjuiciar los diferentes preceptos que van a ser recurridos ante el Tribunal Constitucional. Por ello, a continuación, expondremos los motivos fundamentales de nuestra discrepancia. 1.- Se afirma en el dictamen que "los artículos primero. Dos (art. 3.2 de la LRBRL) y primero. Siete de la LRSAL (art. 24 bis de la LRBRL) son inconstitucionales por vulneración de los artículos 149.1.18ª y 59 y 89 del Estatuto de Autonomía para Andalucía", sin que exista, en cambio, vulneración de los restantes preceptos alegados por el Consejo de Gobierno. Una inconstitucionalidad que, a juicio del dictamen, se sustenta en que "si la Comunidad Autónoma tiene competencia para determinar las entidades que configuran la organización territorial de Andalucía y el Estatuto reconoce la existencia de otras entidades territoriales que puedan crearse por ley, que es autonómica, los preceptos comentados, en tanto que, por un lado, no contemplan como entidades locales a otras entidades diferentes de las mencionadas, de ámbito territorial inferior al municipal y, por otro, al proscribir que puedan crearse éstas, están limitando la competencia autonómica, afectándola, con vulneración de las normas del bloque de la constitucionalidad". 9 CONSEJO CONSULTIVO La STC 103/2013, FJ 5.b), -el dictamen elude toda referencia a ella en este punto- ha señalado que "forma parte de la competencia estatal la regulación del elemento territorial y su relación con el resto de los elementos que componen la estructura municipal para configurar un modelo municipal común", una competencia que el Tribunal califica como "competencia básica". Por tanto, si el artículo 42.2.1º del Estatuto de Autonomía para Andalucía establece que las competencias exclusivas que la Comunidad autónoma asume mediante el Estatuto "comprenden la potestad legislativa, la potestad reglamentaria y la función ejecutiva, íntegramente y sin perjuicio de las competencias atribuidas al Estado en la Constitución", debemos concluir que la competencia exclusiva sobre la organización territorial prevista en el artículo 59 EAAnd lo es -como diría la STC 31/2010- en un sentido impropio: por cuanto debe respetar las bases establecidas por el Estado ex artículo 149.1.18ª CE. En este sentido, la STC 103/2013, FJ 5.b) deja claro que "el Estado podía haberse inclinado por un modelo minifundista, basado en la existencia de núcleos de población sin exigencia alguna de un mínimo territorial, o por un modelo basado en mayores exigencias de población y territorio, si es que lo hubiera considerado necesario para garantizar la viabilidad del ejercicio de las competencias que se atribuyen a los municipios y con ello su autonomía, o por una combinación de ambos en función de la realidad existente o, finalmente, por un modelo que dejase un amplio margen de decisión a las Comunidades 10 CONSEJO CONSULTIVO Autónomas para configurar el elemento territorial de los municipios. Pues bien, esta última es la opción por la que se inclinó el legislador estatal en 1985 y ha confirmado la Ley de medidas para la modernización del gobierno local". Pero resulta legítimo y plenamente constitucional que en la Ley 27/2013 el legislador estatal haya optado por un modelo común distinto, que, no obstante, sigue dejando un margen de configuración a las Comunidades Autónomas en cuanto a su organización territorial. De este modo, cuando el Estatuto de Autonomía para Andalucía contempla en su artículo 59.a) la competencia exclusiva sobre la determinación de las entidades que configuran la organización territorial de Andalucía -que, en resumen, es la que se entiende vulnerada-, dicha "exclusividad", por lo expresado con anterioridad, sólo alcanza al margen que permitan las bases estatales, debiendo, no obstante, dichas bases posibilitar particularidades autonómicas dentro del modelo común. Ese modelo común establece, a partir de ahora, que el municipio es la entidad local de ámbito inferior, e impide a las Comunidades Autónomas una determinación libre de las entidades locales que configuran la organización territorial, no permitiendo las de ámbito inferior al Municipio. Sin embargo, nada impide a la Comunidad Autónoma de Andalucía ejercer la competencia de "determinación" de dichas entidades en el margen que permiten las bases estatales, que es como debe entenderse la 11 CONSEJO CONSULTIVO competencia del artículo 59 a) EAAnd a la luz del artículo 42.2.1º EAAnd. Ese margen posibilita, de un lado, por la nueva redacción del artículo 3.2.a) de la LBRL, que la Comunidad Autónoma de Andalucía determine e instituya, como propias, otras entidades que agrupen a varios Municipios, de conformidad con el Estatuto de Autonomía, que van a tener, además, la consideración de entidades locales. Y, de otro, en virtud del nuevo artículo 24 bis de la LBRL, que la legislación autonómica sobre régimen local regule y establezca, determine, los entes de ámbito territorial inferior al Municipio, que deberán cumplir con el elemento básico de que sean entes sin personalidad jurídica, como forma de organización desconcentrada del Municipio para la administración de núcleos de población separados. Se respeta así, desde esta doble perspectiva, la competencia autonómica prevista en el artículo 59.a) EAAnd relativa a la determinación de las entidades que configuran la organización territorial de Andalucía, y el artículo 89 EAAnd que organiza territorialmente Andalucía en municipios provincias y demás entidades territoriales que puedan crearse por ley. En consecuencia, los artículos primero. Dos (art. 3.2 de la LRBRL) y primero. Siete de la LRSAL (art. 24 bis de la LRBRL) respetan plenamente tanto la Constitución como el Estatuto de Autonomía para Andalucía. 12 CONSEJO CONSULTIVO 2.- El dictamen considera que el artículo primero. Nueve de la LRSAL (art. 26.2 de la LRBRL) lesiona de manera patente la autonomía municipal garantizada en los artículos 137 y 140 de la Constitución, por cuanto la función de coordinación que le atribuye el precepto a las Diputaciones Provinciales "es un eufemismo que encierra en realidad la asunción por éstas del control sobre la prestación de servicios locales básicos, que forman el núcleo de las competencias locales por antonomasia". No tiene en cuenta, pues, el dictamen, que la autonomía local -que es la que ahora nos interesa- no puede ser entendida de la misma forma, en una interpretación sistemática del texto constitucional, antes y después de la reforma de la Constitución de 2011, ya que esta obliga ahora, con rango constitucional, a que las Entidades Locales presenten equilibrio presupuestario. En desarrollo de la nueva redacción del artículo 135 CE, la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, ha establecido los principios rectores, que vinculan a todos los poderes públicos, a los que deberá adecuarse la política presupuestaria del sector público orientada a la estabilidad presupuestaria y la sostenibilidad financiera, como garantía del crecimiento económico sostenido y la creación de empleo, y, entre otras cuestiones, ha establecido los procedimientos necesarios para la aplicación efectiva de los principios de estabilidad presupuestaria y de sostenibilidad financiera, en los que se garan13 CONSEJO CONSULTIVO tiza la participación de los órganos de coordinación institucional entre las Administraciones Públicas en materia de política fiscal y financiera. De acuerdo con lo anterior, el artículo 10 de la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, bajo el título Disposiciones para la aplicación efectiva de la Ley y mecanismos de coordinación, ha previsto que sea el Gobierno quien establezca "mecanismos de coordinación entre todas las Administraciones Públicas para garantizar la aplicación efectiva de los principios contenidos en esta Ley y su coherencia con la normativa europea", a lo que trata de dar respuesta, en el ámbito que le corresponde, la Ley 27/2013, de 27 de diciembre. Es cierto, que el Consejo de Estado, en su dictamen 567/2013, expresó sus dudas sobre la redacción que el Anteproyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local había dado a la posibilidad de que las Diputaciones Provinciales asumieran, en determinadas circunstancias, competencias propias de Municipios con población inferior a 20.000 habitantes. Pero debemos destacar que lo que generaba dudas a Consejo de Estado, era el concepto de "coste estándar del servicio", pues era éste el que, de manera automática cuando se superara, trasladaba la competencia municipal a la Diputación Provincial. No es cierto, por tanto, en contra de lo sostiene el dictamen aprobado por la mayoría, que la redacción del antepro14 CONSEJO CONSULTIVO yecto de ley sea "similar a lo que aquí se examina" a la que figura en la actualidad en la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, que pretende recurrirse, como puede comprobarse con su simple lectura: Texto del anteproyecto de ley: "2. Por Real Decreto se establecerán el coste estándar de los servicios previstos en este precepto, determinando la periodicidad y procedimiento de evaluación de los mismos. En el mismo Real Decreto se establecerán las condiciones en que los Municipios deben publicitar el coste y la eficiencia de estos mismos servicios. 3. En los Municipios con población inferior a 20.000 habitantes, las Diputaciones, o los Cabildos o Consejos Insulares en su caso, asumirán el ejercicio de las competencias para la prestación común y obligatoria, a nivel provincial o infraprovincial, de los servicios previstos en este precepto, cuando la prestación en el ámbito municipal, ya sea en razón de la naturaleza del servicio, la población, o la sostenibilidad financiera, no cumpla con el coste estándar de los servicios a que se refiere el apartado anterior, o sea ineficiente en atención a las economías de escala. En el plazo de un mes desde la comunicación a la Diputación provincial u órgano equivalente del resultado negativo de la evaluación de los servicios, y previo informe de la Comunidad Autónoma, se adoptará por mayoría simple de los diputados o equivalentes el acuerdo de asun15 CONSEJO CONSULTIVO ción de las competencias de conformidad con lo previsto en el párrafo anterior. Transcurrido este plazo sin haberse adoptado el acuerdo se entenderá aprobado. Cuando sean uno o varios Municipios quienes voluntariamente soliciten su incorporación al servicio común, bastará la mayoría simple de los diputados, o equivalentes, y el informe de la Comunidad Autónoma. Cuando se trate de municipios de más de 20.000 habitantes los que voluntariamente soliciten incorporarse a esta asistencia bastará la mayoría simple de los diputados o equivalentes. En ambos casos, la solicitud deberá ser aprobada por el Pleno del Ayuntamiento. La Diputación, Cabildo o Consejo Insular acordará, con los Municipios concernidos el traspaso de los medios materiales y personales a coste estándar. Este acuerdo incluirá un plan de redimensionamiento para adecuar las estructuras organizativas, en su caso, de personal y de recursos, resultantes de la nueva situación, previendo o incluyendo las medidas laborales a adoptar en relación con lo previsto en el artículo 44.9 del texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, y las que afecten al personal funcionario, así como una memoria, en la que se concreten las competencias y servicios traspasados, los medios y recursos afectados y el impacto económico de las medidas previstas. 16 CONSEJO CONSULTIVO La Diputación, u órgano equivalente, elegirá la forma de gestión que mejor garantice el cumplimiento de los principios de eficiencia y sostenibilidad, de entre las previstas en los artículos 85, 85 bis, y 85 ter de esta Ley, garantizándose, en todo caso, el cumplimiento de lo previsto en el artículo 92.2 de esta misma Ley. En las Comunidades Autónomas uniprovinciales, la Administración autonómica, previo informe del órgano de colaboración entre la Comunidad Autónoma y las entidades locales, asumirá el ejercicio de las competencias previstas en este apartado, debiendo garantizarse en todo caso la participación de los Municipios afectados". Texto definitivo de la Ley: "2. En los municipios con población inferior a 20.000 habitantes será la Diputación provincial o entidad equivalente la que coordinará la prestación de los siguientes servicios: a) b) Recogida y tratamiento de residuos. Abastecimiento de agua potable a domicilio y evacuación y tratamiento de aguas residuales. c) Limpieza viaria. d) Acceso a los núcleos de población. e) Pavimentación de vías urbanas. f) Alumbrado público. Para coordinar la citada prestación de servicios la Diputación propondrá, con la conformidad de los municipios 17 CONSEJO CONSULTIVO afectados, al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas la forma de prestación, consistente en la prestación directa por la Diputación o la implantación de fórmulas de gestión compartida a través de consorcios, mancomunidades u otras fórmulas. Para reducir los costes efectivos de los servicios el mencionado Ministerio decidirá sobre la propuesta formulada que deberá contar con el informe preceptivo de la Comunidad Autónoma si es la Administración que ejerce la tutela financiera. Cuando el municipio justifique ante la Diputación que puede prestar estos servicios con un coste efectivo menor que el derivado de la forma de gestión propuesta por la Diputación provincial o entidad equivalente, el municipio podrá asumir la prestación y coordinación de estos servicios si la Diputación lo considera acreditado. Cuando la Diputación o entidad equivalente asuma la prestación de estos servicios repercutirá a los municipios el coste efectivo del servicio en función de su uso. Si estos servicios estuvieran financiados por tasas y asume su prestación la Diputación o entidad equivalente, será a ésta a quien vaya destinada la tasa para la financiación de los servicios. 3. La asistencia de las Diputaciones o entidades equivalentes a los Municipios, prevista en el artículo 36, se dirigirá preferentemente al establecimiento y adecuada prestación de los servicios mínimos". 18 CONSEJO CONSULTIVO En consecuencia, habiéndose corregido las dudas que el mecanismo de coordinación generaba en el Consejo de Estado, y siendo claro que la tutela financiera de los entes locales que corresponde a la Junta de Andalucía lo es, según el artículo 60.3 EAAnd, "en el marco de la regulación general del Estado" y "dentro de las bases que dicte el Estado de acuerdo con el artículo 149.1.18ª de la Constitución", el artículo primero. Nueve de la LRSAL (art. 26.2 de la LRBRL), no puede merecer ningún reproche en cuanto a su constitucionalidad. 3.- También considera inconstitucional el dictamen aprobado por la mayoría el artículo primero. Trece de la LRSAL (art. 36 de la LRBRL), por infracción de los artículos 137, 140 y 149.1.18ª de la Constitución, y las letras a) y b) del artículo 60.1 y los artículos 60.2, 92 y 96 del Estatuto de Autonomía. "Dado que -apunta el dictamen- sus apartados 1, letras c) y g) y 2 (éste se refiere a la letra c) del apartado 1), tiene que ver con la asunción de competencias municipales contemplada en el artículo 26.2 de la LRBRL antes examinado, es claro que las consideraciones expuestas en relación con este precepto son trasladables aquí". Sin embargo, ni con ocasión del análisis de la nueva redacción del artículo 26.2 de la LRBRL, ni ahora, se detiene el dictamen a analizar por qué motivos deben entenderse infringidos el artículo 60.1, en sus letras a) y b), y los artículos 60.2, 92 y 96 del Estatuto de Autonomía. Es más, llega a una 19 CONSEJO CONSULTIVO conclusión totalmente contraria, basada en la interpretación de lo previsto en los artículos 60.1.b), 60.2 y 92 EAAnd, cuando analiza la constitucionalidad del artículo único. Ocho de la LRSAL (art. 25 de la LRBRL), a pesar de que éste artículo atribuye al Estado la competencia para establecer las competencias propias de los Municipios. La única fundamentación que se expuso en relación con el artículo primero. Nueve de la LRSAL (art. 26 de la LRBRL) estaba relacionada con el principio de autonomía local, y, de manera escueta, con la tutela financiera prevista en el artículo 60.3 EAAnd, que en este caso no se entiende vulnerada. Así pues, no habiendo efectuado el dictamen el menor esfuerzo argumental para sostener la inconstitucionalidad por los motivos antes apuntados, y que son paradójicamente contradichos en otros apartados, también aprobados por la mayoría (en esos casos unanimidad) de la Comisión Permanente, debemos remitirnos a lo que hemos expresado con anterioridad en relación a los artículos 135, 137 y 140 de la Constitución, y a la opinión del Consejo de Estado en su dictamen 567/2013. Pero no queremos, sin embargo, desaprovechar la ocasión para llamar la atención, como tantas veces ha hecho este Consejo Consultivo, sobre los riesgos de la lex repetita que ahora se evidencian. El Estatuto de Autonomía para Andalucía -y no fue el único-, abordó en muchos de sus artículos cuestiones que figuraban, sin contradecirlas, en leyes básicas estatales, 20 CONSEJO CONSULTIVO bien considerando que eran inmutables, bien pretendiendo su inmutabilidad. Por eso ahora, cuando el legislador estatal ha decidido, en uso de sus competencias constitucionales, modificar esa legislación básica, no cabe sostener en modo alguno que se extralimita sin reparar en que, tal vez, quien se extralimita es quien pretende imponer una interpretación del Estatuto de Autonomía que no tiene en cuenta el reparto competencial derivado, en primer término, de la Constitución (SSTC 184/2012 y 143/2013). 4.- Respecto al artículo primero. Diecisiete de la LRSAL, que incluye un nuevo artículo 57 bis en la LRBRL, por el que se regula la garantía de pago en el ejercicio de las competencias delegadas, en modo alguno se puede considerar que dicho artículo vulnere el artículo 156.1 de la Constitución, así como los artículos 1.1, 1.2, 2.1.g) y 3 de la Ley Orgánica 8/1980, de 22 de septiembre, de Financiación de las Comunidades Autónomas y los artículos 60.1.a), 60.3, 175.1, 175.2.a), 175.2.e). 175.2.j), 176, 183.1, 183.7, 184 y 219 de la Ley Orgánica 2/2007, de 19 de marzo, de Reforma del Estatuto de Autonomía para Andalucía; ni subsidiariamente, la reserva de ley orgánica para regular las posibles formas de colaboración financiera entre el Estado y las Comunidades Autónomas establecida en los artículos 81.1 y 157.3 de la Constitución. Y ello, considerando, además, como hace el dictamen, que resultaría absolutamente improcedente la alusión a la mayoría de estos 21 CONSEJO CONSULTIVO artículos, insistiendo éste en varias ocasiones en la improcedencia de la alusión genérica de preceptos sin concretar las razones por las que se entienden infringidos. Efectivamente, el artículo en cuestión impone a las Comunidades Autónomas la inclusión en las delegaciones de competencias a las Entidades Locales o en los convenios de colaboración que celebren con éstas, que impliquen obligaciones financieras o compromisos de pago a cargo de las Comunidades Autónomas, de una cláusula de garantía del cumplimiento de estos compromisos consistente en la autorización a la Administración General del Estado a aplicar retenciones en las transferencias que les correspondan por aplicación de su sistema de financiación. La inclusión de la citada garantía, lejos de constituir un ataque a la autonomía política, va a suponer un reforzamiento de la garantía institucional de la autonomía local, consiguiendo, al mismo tiempo, hacer efectivos los objetivos de estabilidad presupuestaria y racionalización del gasto público, que derivan de la más reciente reforma constitucional. La aludida “subordinación” de las Comunidades Autónomas, al poder de la Administración Central, no supone sino una adecuada plasmación del mandato constitucional, en orden a la consecución de los objetivos de estabilidad presupuestaria de los Entes locales, objetivos que afectan a todas las Administraciones Públicas. El Estado, efectivamente, podrá actuar, desde una posición derivada del propio tenor del artículo 135 de la 22 CONSEJO CONSULTIVO Constitución, y con la finalidad última expresada en el Preámbulo de la Reforma Constitucional de 27 de septiembre de 2011, relativa al mantenimiento y desarrollo del Estado social que proclama el artículo 1.1 de la propia Ley Fundamental, para que se hagan efectivas las posibles deudas que tenga una Co- munidad Autónoma con un municipio mediante detracciones de las entregas a cuenta del sistema de financiación, colaborando a la garantía de la autonomía local, al mismo tiempo que se garantizan los objetivos de la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria. La autonomía política ha de verse, en este caso, limitada por los postulados que derivan, asimismo, del texto constitucional. El precepto en cuestión no se opone al sistema constitucional de distribución del poder territorial, ni supone una intromisión en las relaciones financieras entre las Entidades locales y las Administraciones autonómicas, sino que precisamente va a dirigirse a hacer efectiva la autonomía local constitucionalmente garantizada. Las competencias que el Estatuto de Autonomía para Andalucía atribuye a la Comunidad Autónoma Andaluza en el artículo 60.1.a) respecto a “las relaciones entre las instituciones de la Junta de Andalucía y los entes locales” y en el artículo 60.3 en relación con las “haciendas locales y tutela financiera de los entes locales” han de ser, evidentemente, interpretadas a la luz de las últimas reformas de la Constitución y su posterior desarrollo en la normativa básica. Como ha señalado el Tribunal Constitucional, en la sentencia relativa a los recursos de inconstitucionalidad pre23 CONSEJO CONSULTIVO sentados contra la legislación sobre estabilidad presupuestaria, en la que se tomaba en consideración el nuevo artículo 135 de la Constitución (STC 157/2011, de 18 de octubre), "la consagración constitucional del principio de estabilidad presupuestaria introduce un nuevo canon de constitucionalidad al que debe atenerse al resolver tales recursos", resultando así que "el mandato constitucional de que todas las Administraciones Públicas deben adecuar sus actuaciones al principio de estabilidad presupuestaria vincula a todos los poderes públicos y, en su sentido principal, queda fuera de la disponibilidad del Estado y de las Comunidades Autónomas". El precepto en cuestión, pues, ni supone vulneración al principio de autonomía financiera autonómica -en modo alguno se van a ver afectados los recursos financieros de que gozan las CCAA, según deriva de la propia Constitución-, ni la suficiencia financiera local, que se va a ver más garantizada, y en modo alguno supone un ataque al principio de lealtad institucional (artículo 138.1 EAA) ni al principio de cooperación en materia financiera (STC 13/2007), teniendo en cuenta los presupuestos de que parte el precepto, así como la finalidad perseguida. Los compromisos de pago y obligaciones financieras de las Comunidades Autónomas no pueden suponer, lejos de coadyuvar a los objetivos perseguidos, una rémora para los mismos, así como un perjuicio, que podría ser insalvable, a los objetivos que deben cumplir, en el marco de la estabilidad presupuestaria, las Entidades locales, que podrían ver muy limitados sus recursos y, en consecuencia, su suficiencia financie24 CONSEJO CONSULTIVO ra, como consecuencia de incumplimientos de las obligaciones y compromisos asumidos por la Comunidad Autónoma. Estaríamos ante una obligación establecida al Ente delegante o a quien ha adquirido el compromiso de pago derivado del convenio de colaboración, en este caso, la Comunidad Autónoma, que resulta plenamente justificada. Por otra parte, el precepto aludido no tendría por qué haberse aprobado como orgánico, ya que, en realidad, no está regulando competencias financieras, sino tan sólo las consecuencias del incumplimiento de determinadas obligaciones financieras o compromisos de pago, por parte de las Comunidades Autónomas, con graves consecuencias para la autonomía de las Entidades locales y el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria. En consecuencia, el artículo primero. Diecisiete de la LRSAL (art. 57 bis de la LRBRL) es plenamente constitucional y en modo alguno infringe los artículos 60.1.a), 60.3 y 138.1 de la Ley Orgánica 2/2007, de 19 de marzo, de Reforma del Estatuto de Autonomía para Andalucía ni subsidiariamente, la reserva de ley orgánica para regular las posibles formas de colaboración financiera entre el Estado y las Comunidades Autónomas establecida en los artículos 81.1, 157.3 y 156.1 de la Constitución. Y por las mismas razones expuestas tampoco son inconstitucionales la disposición adicional octava (dispone la retención 25 CONSEJO CONSULTIVO de los recursos que deban ser transferidos por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas al ente público que incumpla las obligaciones tributarias respecto de bienes inmuebles de la Seguridad Social transferidos a otras Administraciones Públicas) y la disposición adicional undécima (dispone la compensación de deudas entre Administraciones por asunción de servicios y competencias). Asimismo, y por los motivos anteriores, son plenamente constitucionales los apartados 5 de las disposiciones transitorias primera y segunda de la LRSAL relativas a la asunción por las Comunidades Autónomas de las competencias relativas a salud y servicios sociales, ya que la retención estatal en las transferencias que deban hacerse a las Comunidades Autónomas por aplicación de su sistema de financiación, para garantizar las deudas de las Comunidades Autónomas con los Municipios, es asimismo plenamente constitucional. 5.- La duda de constitucionalidad que suscita al dictamen la regulación contenida en el artículo primero. Dieciocho de la LRSAL (art. 75 bis de la LRBRL) no podemos compartirla en modo alguno. El propio dictamen recuerda en este punto que "estamos ante una materia en la que opera el margen de configuración del legislador y en la que, por tanto, tienen cabida distintas opciones políticas", por lo que, siendo ello así, resulta incoherente lo que luego trata de demostrarse. 26 CONSEJO CONSULTIVO El precepto examinado no impide, ni limita el derecho de participación del artículo 23.1 de la Constitución, ni afecta al artículo 9.2 de la Constitución por el que se compele a los poderes públicos a “facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. En primer lugar, porque responde a criterios de economía y de racionalización, habida cuenta de las especiales características de tales municipios que, por su menor población, también poseen un número más reducido de competencias, y exigen una menor dedicación para su buen gobierno. Y, en segundo lugar, porque la jurisprudencia, en contra de lo que sostiene el dictamen, es clara a este respecto. Desde la STC 28/1984, hasta la más reciente de 27 de febrero de 2014, que resuelve el recurso de inconstitucionalidad núm. 1839-2013, interpuesto por sesenta Senadores del Grupo Parlamentario Socialista contra los arts. 11 y 12 del Reglamento de las Cortes de Castilla-La Mancha, el Tribunal Constitucional viene manteniendo que estamos ante un derecho de configuración legal, por lo que no puede afirmarse "que una determinada modalidad retributiva como es la percepción de un sueldo fijo constituya, per se, un derecho que forme parte del núcleo esencial del derecho fundamental a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos protegido por el arto 23.2 CE" (FJ 8). Una sentencia, esta última, que no se trata de un recurso de amparo, sino de un recurso de inconsti- 27 CONSEJO CONSULTIVO tucionalidad, en la que ha existido unanimidad del Pleno del Tribunal Constitucional. Pretender, como hace el dictamen, que una cosa es, a estos efectos, el cargo público de diputado autonómico y otra el de miembro de un corporación de una población de menos de 1.000 habitantes, supone ignorar principios elementales de la teoría de los derechos fundamentales, entre los que se encuentra el artículo 23.2 de la Constitución, cuyo núcleo esencial -del que el Tribunal Constitucional ha excluido esta materia para remitirla a la configuración del legislador- no puede tener un alcance distinto en unos casos y en otros. De ahí su esencialidad. Por tanto, el artículo primero. Dieciocho de la LRSAL (art. 75 bis de la LRBRL), no suscita ninguna duda sobre su constitucionalidad. 6.- Otro tanto cabe decir respecto del artículo primero. Diecinueve de la LRSAL (art. 75 ter LRBRL), que el dictamen considera también inconstitucional. El Tribunal Constitucional, en la sentencia 143/2013, de 11 de julio, ha indicado que “este Tribunal viene reiterando que la competencia estatal para desarrollar las bases en una determinada materia integra la capacidad para modificar la regulación básica”. Y en la STC 184/2012 puntualizó que “sin al28 CONSEJO CONSULTIVO terar el orden constitucional y estatutario de distribución de competencias y con observancia de las garantías de certidumbre jurídica necesarias para asegurar que las Comunidades Autónomas puedan conocer cuál es el marco básico al que deben someter su competencia de desarrollo legislativo, la concreción de lo básico corresponde realizarla en cada momento al legislador estatal, quien, respetando aquel orden y estas garantías, goza de libertad para establecer con carácter general las bases de una determinada materia, sin que su acción legislativa en este extremo, plasmación de una legítima opción política, pueda ser fiscalizada por este Tribunal Constitucional, que no es un juez de la oportunidad, salvo que traspase los límites que para esa acción legislativa resulten del bloque de la constitucionalidad”. Por tanto, en virtud de la competencia que el artículo 149.1.18ª de la Constitución atribuye al Estado para la fijación de las bases de la organización y estructura de las Administraciones Públicas, el legislador puede disponer una limitación en el número de los cargos públicos de las Entidades Locales con dedicación atendiendo a criterios de racionalización y economía, como se argumentaba en relación con el artículo primero. Dieciocho de la LRSAL. En consecuencia, no consideramos fundada la alegación de que se vulneran los artículos 23.1 y 9.2 de la Constitución, por lo que entendemos que artículo primero. Diecinueve de la LRSAL (art. 75 ter LRBRL) es plenamente constitucional. 29 CONSEJO CONSULTIVO 7.- En cuanto al artículo primero. Treinta de la LRSAL (art. 116.bis de la LRBRL), el dictamen se limita a reproducir su texto y a traer a colación la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, sacando la conclusión -errónea, a nuestro juicio- de que todo lo que tenga que ver con la estabilidad presupuestaria prevista en el artículo 135 de la Constitución ha de ser materia de ley orgánica. Sin embargo, el artículo 135 de la Constitución es claro al señalar, en su apartado 5 que "una ley orgánica desarrollará los principios a que se refiere este artículo, así como la participación, en los procedimientos respectivos, de los órganos de coordinación institucional entre las Administraciones Públicas en materia de política fiscal y financiera. En todo caso, regulará: a) La distribución de los límites de déficit y de deuda entre las distintas Administraciones Públicas, los supuestos excepcionales de superación de los mismos y la forma y plazo de corrección de las desviaciones que sobre uno y otro pudieran producirse; b) La metodología y el procedimiento para el cálculo del déficit estructural; c) La responsabilidad de cada Administración Pública en caso de incumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria". En cambio, lo que se regula en el artículo 116.bis de la LRBRL, no tiene que ver con el desarrollo de los principios de 30 CONSEJO CONSULTIVO estabilidad presupuestaria, que ya han sido objeto de regulación mediante la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, sino con una cuestión conexa -de ahí la mención en el Preámbulo de la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, a la que aludimos al comienzo de este voto particular-, pero no tiene naturaleza orgánica, como es el régimen local: a) supresión de competencias; b) gestión de servicios; c) incremento de ingresos; d) racionalización organizativa; e) supresión de entidades de ámbito inferior; y f) fusión de Municipios. Además, esto enlaza perfectamente con lo dispuesto en el artículo 21.2 de la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de diciembre, que marca únicamente el contenido mínimo de información que debe contener el plan económico-financiero, pero no impide que mediante el artículo 116 bis LRBRL se prevean medidas adicionales para las Corporaciones Locales en aspectos que, al no poseer naturaleza orgánica, no pueden ser regulados más que por ley ordinaria, como ha señalado reiteradamente el Tribunal Constitucional (por todas, STC 5/1981). Por tanto, el artículo primero. Treinta de la LRSAL (art. 116.bis de la LRBRL) respeta los artículos 81.1 y 135.5 de la Constitución, por lo que no pueden ser reputados como inconstitucionales. Y lo mismo cabe decir del artículo primero. Treinta y seis de la LRSAL, que modifica la disposición adicional novena de la LBRL. Para el dictamen, las medidas que contempla este 31 CONSEJO CONSULTIVO artículo tienen que ver con la responsabilidad de cada Administración Pública en caso de incumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria, que el artículo 135.5 de la Constitución reserva a la ley orgánica. Sin embargo, dicha responsabilidad ya ha sido regulada, como reconoce el propio dictamen, por el artículo 8 de la Ley Orgánica 2/2012, de 27 de diciembre. Y ahora de lo que se trata es de regular una serie de cuestiones, conexas sin duda con lo anterior, que pertenecen en cambio al ámbito de la competencia estatal sobre régimen local ex artículo 149.1.18ª de la Constitución. 8.- En relación con el artículo Segundo. Dos de la LRSAL (art. 213 del Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales) el dictamen considera que este precepto invade las competencias que el artículo 60.3 del Estatuto de Autonomía para Andalucía atribuye a la Comunidad Autónoma en orden a la tutela financiera de los entes locales, porque la remisión a una futura norma estatal reguladora de los procedimientos de control interno en todos sus aspectos, incluyendo a los destinatarios de los informes de control que se elaboren, en conjunción con la obligación anual de remitir a la Intervención General de la Administración del Estado el informe resumen de los controles de cada ejercicio (intervención, control financiero y control de la eficacia), dejaría vacía de contenido la competencia de tutela financiera que a la Comunidad Autónoma le corresponde sobre los entes locales. 32 CONSEJO CONSULTIVO Pero no podemos desconocer que dicha competencia tiene el alcance que tiene, a tenor de lo dispuesto en el artículo 60.3 EAAnd: "En el marco de la regulación general del Estado, le corresponden a la Comunidad Autónoma de Andalucía las competencias sobre haciendas locales y tutela financiera de los entes locales, sin perjuicio de la autonomía de éstos, y dentro de las bases que dicte el Estado de acuerdo con el artículo 149.1.18ª de la Constitución". Es decir, las limitaciones a dicha competencia viene marcadas, por un lado, por la autonomía local; por otro, por las bases estatales; y, finalmente, por la expresión "en el marco de la regulación general del Estado", que tiene un alcance superior al de las propias bases. Así pues, es al Estado a quien corresponde establecer el marco de la regulación general, y no otra cosa es lo que establece la nueva redacción del artículo 213 del TRLRHHLL al disponer que "el Gobierno establecerá las normas sobre los procedimientos de control, metodología de aplicación, criterios de actuación, derechos y deberes del personal controlador y destinatarios de los informes de control". Habrá de ser, por tanto, esa normativa la que deje espacio a la tutela financiera que el artículo 60.3 EAAnd reconoce a la Comunidad Autónoma de Andalucía. Por tal motivo, consideramos que el artículo Segundo. Dos de la LRSAL (art. 213 del Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales) también respeta la Constitución y el bloque de la constitucionalidad. 33 CONSEJO CONSULTIVO 9.- Debemos llamar también la atención a propósito de la duda injustificada que plantea el dictamen en relación con la Disposición transitoria tercera de la LRSAL, aunque sin proclamar abiertamente su inconstitucionalidad. En opinión de la mayoría "la disposición transitoria tercera puede considerarse contraria al bloque de la constitucionalidad en la medida en que no se entiende garantizada la financiación en el plazo de asunción de la competencia, por lo que existe una duda fundada sobre la constitucionalidad de la citada disposición transitoria tercera". Sin embargo, pese a la literalidad del texto, que emplea el verbo entender en presente de indicativo (entiende), en lugar de hacerlo en presente de subjuntivo (entienda), todo parece indicar -tanto la argumentación precedente, como el hecho de que se proclame simplemente una duda y no una certeza- que sólo en el caso de que no quedara garantizada dicha financiación, podría llegar a entenderse que se produce un incumplimiento de la Constitución. De hecho el dictamen no concluye apoyando la interposición del recurso por este motivo. Pero lo sorprendente es que, de la pléyade -en expresión del propio dictamen- de preceptos y disposiciones invocados (los artículos 9.3, 137, 147.2.d), 148.1, 156.1 y 150.3 de la Constitución, y 42.2.1ª, 60.1.b), 175.2.a), 175.b) (sic), 175.2.c), 90, 92 y disposición transitoria primera del Estatu34 CONSEJO CONSULTIVO to del Estatuto de Autonomía para Andalucía) el dictamen no cita cuál o cuáles serían, en su caso, los infringidos, por lo que esta duda no está en absoluto fundamentada. Y menos cuando es el mismo dictamen el que se encarga de apuntar que "el temor a la falta de financiación que pudiera resultar de la prestación de tales servicios, hasta ahora desempeñados en parte por los municipios, se solventa con la previsión contenida en el artículo 15 de la Ley Orgánica 8/1980, de 22 de septiembre, de Financiación de las Comunidades Autónomas, relativa al Fondo de Garantía de Servicios Públicos Fundamentales" (FJ III.19). Por tanto, debería haberse reconocido la constitucionalidad de la Disposición transitoria tercera de la LRSAL con mayor claridad, como se ha hecho en el caso de la disposición adicional decimoquinta, relativa a la asunción por las Comunidades Autónomas de las competencias relativas a educación, en lugar de generar dudas sin fundamentarlas. Pues como apunta el dictamen en su fundamento jurídico III.18, que aborda la constitucionalidad de la recién citada disposición adicional decimoquinta, "no es necesario volver a insistir en la improcedencia de la alusión genérica a gran parte de los preceptos referidos, sin concretar las razones por las que se entienden infringidos". 35 CONSEJO CONSULTIVO 10.- Respecto a la disposición transitoria cuarta y disposición final primera de la LRSAL, los Consejeros firmantes de este voto particular estimamos que ninguna de ambas merece tacha de inconstitucionalidad. Las dos disposiciones establecen, efectivamente, un mandato hacia el Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma: la transitoria cuarta, para que por dicho órgano colegiado se acuerde la disolución de la entidad de ámbito inframunicipal que no haya rendido cuentas a 31 de diciembre de 2014. Y la final primera, para que por el Consejo de Gobierno se resuelva en un plazo de tres meses el expediente de prestación en régimen de monopolio de actividades reservadas (artículo 86.2 de la LRBAL). El Acuerdo del Consejo de Gobierno considera que las disposiciones son contrarias a los 148.1.1ª y 2ª, 149.1.18ª de la Constitución, y 46.1, 47.1.1ª, 59, 60.3, 89 y 90 del Estatuto del Estatuto de Autonomía para Andalucía. Es cierto que el Estatuto de Autonomía en sus artículos 46.1 y 47.1.1º atribuye competencia exclusiva a la Comunidad Autónoma en la organización y estructura de sus instituciones de autogobierno y en el procedimiento administrativo derivado de las especialidades de la organización propia. Pero las dos disposiciones en cuestión obligan, respectivamente, al Consejo de Gobierno, a la adopción de un acuerdo de disolución de una entidad local cuando se dan las circunstancias que la Ley es36 CONSEJO CONSULTIVO pecifica, y la atribución de una competencia al mismo órgano colegiado para resolver un expediente administrativo determinado, así como la imposición de un plazo concreto para su resolución. Las anteriores disposiciones prevén, sin duda, unos supuestos excepcionales en que las previsiones constitucionales y su plasmación en las leyes básicas han de prevalecer sobre interpretaciones del Estatuto de Autonomía que no se puedan considerar acordes con las mismas. Debemos destacar aquí que, según la Ley Orgánica 2/2012, desde que se constate el incumplimiento del objetivo de estabilidad presupuestaria, la entidad incumplidora tiene el plazo de un mes para presentar el plan económico-financiero ante el órgano competente para su aprobación. En el caso de las Corporaciones locales, el plan ha de estar aprobado por el Pleno de la Corporación, antes de su remisión, según el caso, a la Comunidad Autónoma que ostente la competencia de tutela financiera sobre las respectivas Entidades locales o al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, para su aprobación y seguimiento. Si en los informes de seguimiento (artículo 24) se constatase que no se ha dado cumplimiento a las medidas incluidas en el plan y ello motivara el incumplimiento del objetivo de estabilidad, se aplicarán las medidas coercitivas del artículo 25 de la Ley Orgánica 2/2012, como paso previo a la aplicación, en caso de que no fueran observadas, de las medidas de cumplimiento forzoso del artículo 26. En última instancia, la Ley Orgánica prevé la posibilidad de que, de conformidad con lo previsto en el artículo 61 de la LBRL, pueda proce37 CONSEJO CONSULTIVO derse a la disolución de los órganos de la Corporación local incumplidora (artículo 26). La norma estatal, en estos casos, no se extralimita en su competencia, invadiendo la competencia autonómica para organizar sus instituciones de autogobierno y la actuación procedimental correspondiente, en este caso, del Consejo de Gobierno, sino que, todo lo contrario, va a plasmar una exigencia derivada directamente del desarrollo constitucional a la que deben colaborar todas las Administraciones Públicas. Solo en los supuestos extraordinarios previstos en la norma, se va a obligar a determinadas actuaciones por parte de las Comunidades Autónomas. Por las razones indicadas, la disposición transitoria cuarta y la disposición final primera son acordes con el bloque de constitucionalidad, no pudiendo prosperar una hipotética impugnación. En definitiva, y atendiendo a los diversos razonamientos expuestos, los Consejeros firmantes de este voto particular no podemos compartir lo aprobado por la mayoría, porque, como recoge el propio dictamen en el último párrafo del fundamento jurídico III.2 "la Constitución es un marco abierto, de forma que tienen cabida en ella diversas políticas, como no podía ser de otro modo por exigencia misma del principio democrático. Aunque se pueda estimar que otras opciones resultan posi38 CONSEJO CONSULTIVO bles, lo cierto es que los condicionamientos dichos, ligados al principio de estabilidad presupuestaria, son respetuosos con las competencias en la materia y acordes con el artículo 135 de la Constitución". Granada, 15 de marzo de 2014 Francisco Gutiérrez Rodríguez José Antonio Sánchez Galiana 39