Razonabilidad del plazo de la prisión preventiva y del proceso

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Causa N° 27.706
"ALONSO, Alejo Raúl
s/ Hábeas Corpus"
En la ciudad de La Plata a los dos días del mes de agosto del
año dos mil siete, siendo las ........ horas, se reúnen en Acuerdo
Ordinario los señores Jueces de la Sala Primera, a cargo del servicio
de Feria Judicial del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de
Buenos Aires, doctores Horacio Daniel Piombo, Carlos Alberto
Mahiques y Federico Guillermo José Domínguez –por excusación del
doctor Víctor Violini-, bajo la Presidencia del primero de los
nombrados, para resolver en causa N° 27.706 de este Tribunal,
caratulada "ALONSO, Alejo s/ Hábeas Corpus". Practicado el
sorteo de ley, resultó que en la votación debía observarse el orden
siguiente: PIOMBO – MAHIQUES - DOMINGUEZ- , procediendo los
mencionados magistrados al estudio de los siguientes
ANTECEDENTES
Alejo Raúl Alonso se halla cautelarmente privado de su
libertad ambulatoria, imputado en cuatro procesos paralelos, en pleno
trámite, los cuales datan de los años 1999 y 2000.
Elevadas las actuaciones a juicio, el Tribunal en lo Criminal
N° 5 del Departamento Judicial La Plata, dispone librar orden de
detención contra el imputado en autos el diciembre de 2004, auto
confirmado por la Excma. Cámara de Apelación y Garantías en lo
Penal interviniente.
Denegadas las excarcelaciones por las instancias de
garantías, ocurre el defensor particular Juan Begué ante el Tribunal
de Casación peticionando la libertad de su asistido y cuestionando la
legitimidad de la orden de detención habida cuenta la incompetencia
–a su entender- del tribunal de juicio. Expresa que media al respecto
incongruencia en los decisorios dictados por los órganos ex ante
referidos.
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Radicadas las actuaciones en la Sala III por prevención, el
señor defensor particular, impetra habilitación de la Feria Judicial, por
lo que, dada la índole de la petición y hallándose la causa en estado
de dictar sentencia, el Tribunal dispuso plantear y resolver las
siguientes
CUESTIONES
1ra.) ¿Es admisible y en su caso procedente la petición de
Hábeas Corpus interpuesta?
2da.) ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
A la primera cuestión planteada el señor Juez, doctor
Piombo, dijo:
La primera parte del interrogante merece respuesta positiva.
Aparte de tener en cuenta el temperamento de que todo lo
referido a la libertad amerita la atención del servicio de feria –criterio
sostenido en algún pronunciamiento por la S.C.B.A. y sustentado por
decisiones de las primeras Salas de Feria de esta Sede-, en el caso
existen un conjunto de factores que refuerzan la necesidad de abrir
las compuertas del control de legalidad en época de receso.
En efecto, la índole del bien jurídico comprometido, las
continuas idas y venidas, retrocesos y avances de las causas que
tienen al encartado beneficiario como protagonista, la necesaria
vigencia de la jurisprudencia plenaria de esta sede y sendas
problemáticas instructorias que más abajo delineo, muestran la
necesidad de que este órgano intervenga arrojando cierta certeza a
favor del privado de su libertad, máxime a la luz del criterio trazado
por la ley 13.449 –artículo nuevo- en cuanto impone la revisibiidad de
la cautelar restrictiva.
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Causa N° 27.706
"ALONSO, Alejo Raúl
s/ Hábeas Corpus"
En torno a su procedencia, si bien es criterio asentado de
este Tribunal que el hábeas corpus es extraño a su competencia
originaria, ha hecho excepción a tal doctrina cuando se demuestra
que los mecanismos procesales ordinarios, rectamente empleados,
no han podido restablecer el imperio de la legalidad, o no es
susceptible que lo hagan en el futuro (Sala I, sent. del 28/10/99 en
causa 417, "Corletto").
Tal hipótesis ha ocurrido en autos, no bien se repara en el
resultado adverso que han tenido las sucesivas presentaciones
efectuadas por la defensa procurando obtener la libertad provisoria,
agotando así el repertorio legal previsto para obtener el bien más
preciado luego de la vida.
En el caso, se halla en tela de juicio la aplicación de la
doctrina del plazo razonable, “prima facie” comprometida en autos y
que el año próximo pasado fuera objeto de un pronunciamiento
plenario por parte de esta sede. Al propio tiempo, hallándose en juego
un bien de la naturaleza del arriba apuntado, objeto de privilegiada
protección en los textos internacionales y locales que conforman la
Ley Suprema en el diseño apical de 1994, aparece delineada otra
excepción más al no tratamiento de la acción por esta sede, y es la
que fue configurada a partir del precedente “Oteiza”, esto es, la
apertura de las puertas del Tribunal cuando en el caso media interés
o gravedad institucional (Sala I, sent. del 3/5/00 en causa 3493,
"Oteiza").
Por otra parte, aunque esto raya en lo consignable como
“obiter dicta”, reparo que atacándose un pronunciamiento que resulta
casable, toda vez que atañe a agravios referidos a gravámenes de
imposible reparación ulterior, la diferencia entre el hábeas corpus
directo y el recurso es sólo de grado, no de esencia, tal como lo ha
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reafirmado esta Sala actuando por mayoría. Así las cosas, toca
abordar el tema, máxime cuando la efectividad de la doctrina sentada
por esta sede como plenario ha quedado en tela de juicio (Tribunal
de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, en pleno, sent.
del 30/11/06 en causa 5627 “Fiscales ante el Tribunal de Casación
solicitan convocatoria a Acuerdo Plenario (petición del Defensor
Oficial ante el Tribunal)”.
En efecto, esta instancia que tengo el honor de integrar ha
establecido, en forma plenaria, la siguiente doctrina respecto del
plazo razonable:
Si bien no es posible fijar judicialmente en abstracto
un término para el plazo máximo razonable de duración de
la prisión preventiva, en tal determinación los magistrados
deberán
tener
en
cuenta
que,
cuando
no
medie
complejidad en las causas, la prisión preventiva no puede
durar más de dos años hasta la sentencia no firme del
juicio oral, término en el cual no cabe computar el tiempo
insumido por el diligenciamiento de prueba fuera de la
jurisdicción, los incidentes y los recursos, o el lapso que
transcurra mientras el Tribunal no esté integrado. A su vez,
cuando se verifiquen supuestos de suma complejidad del
proceso derivados de la pluralidad de imputados, las
circunstancias del hecho y el concurso de delitos, se
deberá estar a las previsiones del “plazo razonable”
puntualizado en el artículo 2° del C.P.P., sujeto a la
apreciación judicial en cada caso particular. En la etapa
recursiva, ese plazo razonable será el criterio para
establecer la legitimidad del encarcelamiento en su
extensión temporal, tomándose en cuenta para tal
Causa N° 27.706
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determinación las recomendaciones de los Organismos
Internacionales referidas a: la complejidad del caso, la
actividad procesal de las partes, la conducta de las
autoridades
judiciales
en
cuanto
hayan
implicado
dilaciones indebidas y la proporcionalidad con la pena
(Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos
Aires, en pleno, sent. del 30/11/06 en causa 5627 “Fiscales
ante el Tribunal de Casación solicitan convocatoria a
Acuerdo Plenario (petición del Defensor Oficial ante el
Tribunal)”.
Cierto es que se trata de un proceso articulado sobre múltiples
causas. No obstante, considero que resulta escasamente atendible la
extensión del lapso preparatorio en la medida que, sin entrar a juzgar
acerca de un estadio procesal cuyo examen queda –en principioreservado a la jurisdicción de garantías, resaltan dos elementos que
determinarán mi decisión. Lo sinuoso del período, con marchas y
contramarchas, y la extraordinaria –desusada diría- extensión
otorgada a una investigación complementaria que se presenta, por lo
menos a mi vista, como orlada de dificultades comunes y no de las
extraordinarias que ameritarían una dilatación (vgr.: adquisición de
prueba en pluralidad de países).
Por otra parte, por mencionar precedentes del ámbito
extranjero, en el modelo estadounidense existe “...un amplio
desarrollo en torno al derecho de todo imputado a ser juzgado en
forma rápida. Para el procedimiento federal hay una legislación
específica (llamada Speedy Trial Act) que fija una especie de
calendario que debe observarse para los distintos pasos desde el
momento del arresto hasta llegar al juicio (v.gr., entre otros, Barker v.
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Wingo, 407 US 514, 1972). La sanción para el caso de que este
calendario no se observe es directamente el archivo de la denuncia o
la anulación del instrumento acusatorio...” Este mecanismo corre en
paralelo
con
una
institución
similar
a
la
prescripción
(“El
enjuiciamiento penal en la Argentina y en los Estados Unidos”, Ed.
Eudeba, Alejandro D. Carrió, pág.67).
De manera análoga y por otra vía, la Casación Nacional, ha
resuelto recientemente, a través del dictum de su Sala Tercera, en
relación con un proceso en trámite por ante un Tribunal criminal
capitalino; por ello y extremando la prudencia con el objeto de no ir en
contra la tarea constructiva de insertar los elementos que prepararán
un juicio válido, propongo a mis colegas de Acuerdo en el sentido de
que corresponde, en el caso, fijar razonablemente un término “ad
quem” para la extensión de la prisión preventiva, adoptando el
temperamento de que debe llevarse a cabo el plenario oral o debate
en el lapso de los seis próximos meses, plazo a cuya expiración –de
no realizarse el acto procesal de que se trata- corresponderá otorgar
la libertad caucionada al encartado.
Con el alcance apuntado, voto por la afirmativa.
A la misma primera cuestión planteada el señor Juez,
doctor Mahiques, dijo:
En primer término corresponde señalar que no advierto
razones para sustraer del conocimiento de la Sala III la acción
interpuesta con anterioridad al inicio de la feria judicial en la presente
causa, que fuera radicada ante dicho organismo, por lo que propicio
no ingresar al tratamiento de los agravios ensayados por el letrado
defensor.
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Causa N° 27.706
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Sin perjuicio de ello estimo que la acción intentada no resulta
admisible en tanto ya me he expedido en reiteradas oportunidades en
orden a que según lo dispuesto en los artículos 406 y 417 del Código
Procesal Penal, la restringida competencia del Tribunal de Casación
Penal se encuentra limitada exclusivamente al conocimiento por la vía
recursiva de la acción de hábeas corpus.
En dicho entendimiento se impone concluir que no es éste el
“órgano jurisdiccional” de la provincia al que le corresponda intervenir
en forma originaria en la tramitación del instituto que dio origen a la
presente. En igual sentido causas N° 20.506 “Sánchez Esteban
Alejandro s/acción de habeas corpus”, sent. del 18-VIII-05, Reg.
N°318 y 24.531 “Gamerro, Enrique Alberto s/ acción de habeas
corpus”, sent. del 31-VIII-06, Reg. N° 462; entre otras.
Por otra parte tampoco se advierten en el caso razones que
habiliten la aplicación de la excepcional doctrina de la gravedad
institucional.
En consecuencia y de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 405, 406, 417, 448 y 450 del Código Procesal Penal, a esta
primera cuestión, voto por la negativa.
A la misma primera cuestión planteada el señor Juez,
doctor Domíguez, dijo:
Adhiero al voto del doctor Piombo en igual sentido y por sus
mismos fundamentos.
Voto, en consecuencia, por la afirmativa con el alcance de
fijar seis meses para el plenario oral al Tribunal en lo Criminal N° 5
departamental.
Es mi voto.
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A la segunda cuestión planteada el señor Juez, doctor
Piombo, dijo:
Conforme el modo en que ha quedado resuelta la cuestión
anterior, entiendo corresponde, 1) por mayoría declarar admisible la
petición de Hábeas Corpus interpuesta a favor de Alejo Raúl Alonso
(arts. 405 y sgtes. del C.P.P. y precedentes de la sede citados; 2) por
mayoría y los fundamentos dados determinar el plazo de seis meses
para el Tribunal en lo Criminal N° 5 del Departamento Judicial La
Plata lleve a cabo el plenario oral (fallo plenario del Cuerpo dictado en
causa 5627, de fecha 30/11/06), plazo a cuya expiración (de no
realizarse el acto procesal referido), corresponderá otorgar la libertad
caucionada al encartado (arts. 31 y 75 inc. 22 de la Constitución
Nacional, 7.5. y 8 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos); todo ello sin costas en esta sede, por la índole de la
petición (arts. 530 y 531 del C.P.P.); diferir la regulación de honorarios
profesionales al letrado interviniente, doctor Juan Begué, por la labor
desplegada en esta sede para una vez regulados en la instancia (arts.
1, 9, 16, 33 y 51 de la ley N° 8904).
Así lo voto.
A la misma segunda cuestión planteada el señor Juez,
doctor Mahiques, dijo:
Dejando a salvo mi opinión y vista la mayoría alcanzada,
adhiero al voto del doctor Piombo en igual sentido y por sus mismos
fundamentos.
Así lo voto.
A la misma segunda cuestión planteada el señor Juez,
doctor Domínguez, dijo:
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Causa N° 27.706
"ALONSO, Alejo Raúl
s/ Hábeas Corpus"
Adhiero al voto del doctor Piombo en igual sentido y por sus
mismos fundamentos.
Es mi voto.
Con lo que terminó el Acuerdo dictándose la siguiente
SENTENCIA
Por lo expuesto en el Acuerdo que antecede, el Tribunal
resuelve:
I.- Por mayoría declarar admisible la petición de Hábeas
Corpus interpuesta a favor de Alejo Raúl Alonso.
Arts. 405 y sgtes. del C.P.P. y precedentes de la sede
citados.
II.- Por mayoría y los fundamentos dados determinar el plazo
de seis meses para el Tribunal en lo Criminal N° 5 del Departamento
Judicial La Plata lleve a cabo el plenario, plazo a cuya expiración (de
no realizarse el acto procesal referido), corresponderá otorgar la
libertad caucionada al encartado; todo ello sin costas en esta sede,
por la índole de la petición.
Arts. 31 y 75 inc. 22 de la Constitución, 7.5 y 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; 530 y 531 C.P.P.
III.- Diferir la regulación de honorarios profesionales al
letrado interviniente, doctor Juan Begué, por la labor desplegada en
esta sede para una vez regulados en la instancia.
Arts. 1, 9, 16, 33 y 51 de la ley N° 8904.
Cumplido con el registro legal, notifíquese y remítase copia
certificada de lo aquí resuelto a la Excma. Cámara de Apelación y
Garantías en lo Penal del Departamento Judicial
Oportunamente archívese.
HORACIO DANIEL PIOMBO -
CARLOS ALBERTO MAHIQUES -
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GUILLERMO F. J. DOMINGUEZ
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