SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES Bogotá, Colombia, 12 y 13 de abril de 2007 PONENCIA RENDICION DE CUENTAS: LINEAMIENTOS PARA EL DESARROLLO DE UNA POLITICA PÚBLICA Adolfo Castillo Díaz Cientista Político - Historiador [email protected] SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES INDICE 1. PRESENTACION ................................................................................... 3 1.1. Objetivos ........................................................................................ 4 1.2. Preguntas directrices ........................................................................ 4 2. MARCO CONCEPTUAL ......................................................................... 5 2.1. Crisis y modernización estatal ............................................................ 5 2.2. ¿Qué entendemos por Rendición (RdC) de Cuentas? .......................... 9 2.3. La rendición de cuentas.................................................................... 11 2.4. Los momentos de la RdC ................................................................ 12 3. LA RdC COMO GESTIÓN PÚBLICA PARTICIPATIVA .......................... 14 3.1. Estado y ciudadanía ....................................................................... 14 3.2. Nuevos Mapas cognitivos.................................................................. 14 3.3. Ciudadanía y política institucional ...................................................... 15 3.4. Nuevos paradigmas de acción democrática ......................................... 16 3.5. Participación ciudadana en la RdC ..................................................... 18 3.6. Estado, democracia y desarrollo de la RdC ....................................... 20 4. CONDICIONES INSTITUCIONALES PARA UNA RdC EFECTIVA .......... 25 4.1. Algunas sugerencias de procedimiento ............................................... 27 4.2. Recomendaciones para la ejecución ................................................... 28 4.3. Otros aspectos a tener en cuenta .................................................... 28 2 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 1. PRESENTACION Con fines expositivos recurrir a las metáforas es de alta utilidad. La vieja metáfora del mapa o carta de navegación tiene un alto valor explicativo. El mapa orienta al buscador, ofrece rutas y sentidos de ubicación, es decir, facilita los caminos por donde transitar para alcanzar un determinado destino. Estas representaciones de la realidad son de interés para una gama amplia de actividades en los que nos desenvolvemos, sea el campo cultural, económico, social o político. Los mapas son instrumentos de orientación, señalan distancias, rumbos, permiten ubicar lugares; dimensionar espacios y tiempos. Los mapas requieren intérpretes o traductores de los secretos que atesoran, sin ellos el mapa deviene inútil o por falta de adiestramiento de los diseñadores, deviene obsoleto, pues no da cuenta de los nuevos lugares y no señala líneas que permitan la orientación de quien busca caminos o senderos no recorridos. Los mapas los encontramos en todo orden de cosas humanas y son, en verdad, muy importantes a la hora de adoptar decisiones. Sólo a modo de ejemplo podemos mencionar el uso de mapas en economía, política o en psicología. Estos mapas contienen una doble perspectiva: dan cuent de un campo o territorio y de miradas o interpretaciones, a la vez que son sistemas consolidados- aunque transitorios - de referencia. La materia que nos ocupa forma parte de un nuevo mapa que exige disponer de códigos interpretativos tanto para comprender los nuevos procesos como para proponer nuevas líneas de acción. En nuestro tiempo se ha ido instalando la idea de promover procesos de Rendición de Cuentas (RdC) al interior de las entidades públicas, a la vez que ha comenzado a instalarse esta idea en el espacio de las organizaciones de la sociedad civil y la empresa. Dado que la RdC expresa una acción de doble dirección, pues supone un presentador de cuentas, que expone o hace públicos unos resultados de gestión, y quien o recibe e informa de la exposición de cuentas, el proceso no está exento de tensiones, constituyéndose en consecuencia en una práctica educativa, de aprendizaje recíproco. En el presente documento, se intenta abordar la cuestión de la RdC desde una perspectiva que asume que la RdC es parte no sólo de la modernización de la gestión pública estatal, como habitualmente es concebida, sino como una reinvención necesaria frente a la crisis que afecta a la política democrática, condición necesaria para superar en parte la fragilidad y volatilidad de nuestros sistemas de convivencia. Desarrollar modelos de RdC que contengan lineamientos de política para su implementación en las instancias de gobierno estatal, implica por cierto un desafío no sólo metodológico, sino principalmente cognitivo, pues supone mirar de nuevo o reinterpretar la cuestión del orden en un contexto cambiante, como es el que nos ofrece nuestro mundo en acelerada transformación. 3 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 1.1. Objetivos Este documento ha sido pensado teniendo presente los siguientes objetivos: a) Contribuir a pensar la vinculación entre procesos de modernización estatal y cambios en las relaciones estado - sociedad civil. b) Identificar los procesos de RdC como integrantes de formas de gestión pública participativa. c) Identificar líneas y ámbitos de trabajo para la formulación de políticas de RdC en las entidades públicas. 1.2. Preguntas directrices En este documento ha tenido a la vista las siguientes preguntas orientadoras: a) ¿Cuál es el contexto de desarrollo de la RdC y que implicancias tiene? b) ¿Quiénes son las potenciales contrapartes de la RdC? c) ¿Qué esperan de los servicios públicos los ciudadanos? d) ¿Es la RdC sólo una cuestión de procedimientos transparentes servicio a la sociedad? e) ¿Son conciliables ciudadanas? eficiencia de la gestión con las crecientes demandas f) ¿Qué ha de tenerse en cuenta para desplegar una política de RdC? 4 y de buen SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 2. MARCO CONCEPTUAL 2.1. Crisis y modernización estatal La experiencia latinoamericana refleja que, más allá del régimen político, existen dimensiones de la democracia propias de la organización legal e institucional del Estado y sus relaciones con los ciudadanos cuya ausencia o debilidad afecta profundamente la conformación y funcionamiento del régimen político y coarta el ejercicio de los derechos ciudadanos. Es por ello que la búsqueda de formas de control ciudadano sobre algunas áreas de la gestión y de la política públicas es un componente central de las iniciativas innovadoras que se están llevando a la práctica en gran parte de América Latina y el mundo. Estas formas tratan de ir más allá de los límites de la democracia electoral y desarrollar nuevas prácticas de intervención ciudadana en la vida pública, incursionando en propuestas que apuntan a superar o a lo menos disminuir los problemas de gobernabilidad que se han generado tras el advenimiento del siglo XXI. Las iniciativas orientadas a dar seguimiento y evaluar las políticas públicas desde la ciudadanía son una contribución importante para la profundización democrática y no deben ser concebidas como meros instrumentos orientados a garantizar la eficacia de las estrategias pactadas ente entidades internacionales y gobiernos, sino que de hecho van más allá al crear espacios públicos donde se debaten los procesos y los resultados, empoderando así a sectores de la ciudadanía que normalmente han carecido de voz y de reconocimiento. La emergencia de nuevas practicas sociales recientes parecen aludir a los mismos fenómenos: auditoria social, rendición de cuentas, “accountability”, vigilancia del gobierno, evaluación ciudadana, control ciudadano. Diversas dimensiones y formas de la interacción de la ciudadanía con el gobierno se subsumen en conceptos que portan diversas cargas simbólicas y aluden a espacios y acciones no equiparables. El término “accountability” (traducido al español como rendición de cuentas, auditoría social o responsabilización) ha venido ganando relevancia tanto en el mundo académico como en el territorio de las agencias internacionales de desarrollo y en los gobiernos en diversas partes del mundo. Y su instalación se da en un momento histórico de crisis del orden bipolar global, que entre otras consecuencias, trajo consigo para América Latina, una revalorización de la democracia. Y fue esta nueva coyuntura la que a su vez puso de relieve la insuficiencia de los procesos electorales como mecanismo de control ciudadano sobre el buen gobierno, iniciándose procesos en la sociedad civil orientados a reclamar a las autoridades legítimamente electas el cumplimiento de la ley vigente y una mayor transparencia en el manejo de las finanzas públicas. La experiencia indicó que en ausencia de presiones sociales desde abajo los nuevos gobiernos democráticos continuarían reproduciendo la vieja lógica del secretismo burocrático, del clientelismo, la corrupción y los arreglos privados de asuntos públicos. 5 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES Cabe también destacar que entre las agencias bilaterales y multilaterales de cooperación al desarrollo se evaluaba que esos cambios no traían aparejados un mejor manejo y ejecución de los fondos internacionales, coincidiendo esto con un creciente desarrollo de la sociedad civil como esferas diferenciada del Estado y del mercado, en la que tenía lugar a la vez un importante desarrollo conceptual de esta nueva realidad emergente. La recuperación de una nueva noción de sociedad civil, invoca no sólo una renovada concepción de ciudadanía y a la expansión progresiva de los derechos humanos, sino su participación organizada de la ciudadanía en los asuntos públicos como forma de obligar a los gobiernos a ser más eficientes. Este cambio, que aparecía como una respuesta del reordenamiento de la pos guerra fría comenzó a mostrar que se trataba no de una moda, sino de una nueva manera de concebir el orden democrático, y que a la vez cuestionaba fuertemente la política. Para las instituciones del Estado, no se sabía como materializar estas nuevas demandas, por lo cual poco a poco se fue avanzando en diversos recursos conceptuales y organizativos que atendieran esta necesidad, que era simultáneamente política y administrativa. Durante los años ochenta se observa en América Latina una proliferación de manera de ejercer la ciudadanía y de conceptualizarla, pero que carecían en la mayor parte los países de anclajes legales, de herramientas administrativas y de legitimidad política. Constituía más bien una especie de apelación simbólica a la ciudadanía y no un conjunto de mecanismos operativos. Entonces múltiples gobiernos alrededor del mundo adoptaron el discurso de la participación e incluso instituyeron algunos mecanismos que parecían atender este reclamo. Si se examinan los cambios constitucionales y legales en la mayor parte de los países de América Latina, podrá observarse que la tendencia de inclusión ciudadana en procesos de gestión pública, constituye una regla. Sin embargo se ha podido constatar que más bien ha tendido a instalarse un discurso de la participación desde los gobiernos que ha buscado crear una especie de corresponsabilidad entre ciudadanos y gobierno en la definición de políticas públicas. Sin embargo dicha corresponsabilidad era entendida restrictivamente a la etapa informativa y cuando más consultiva en la etapa de desarrollo de la política pública. No se preveía que los ciudadanos participaran en el ciclo completo de la política pública: debate y diseño, decisión, implementación y evaluación. Estos cambios tienen lugar hacia fines de los años ochenta, cuando el Estado comienza a ser apuntado como el responsable de la crisis económica, social y política de América Latina. Surge en ese contexto la “New Public Managemen” (NPM), que ponía el acento en la necesidad de la reforma administrativa del Estado para hacer a éste más sensible a las demandas ciudadanas y más eficiente en su acción, buscando al mismo tiempo concebir a la administración pública como una extensión de la administración privada, es decir, hacerla funcionar bajo los mismos principios. De acuerdo a esto los ciudadanos pasaban a ser entendidos como “clientes” y el gobierno como un “proveedor de servicios”. Bajo esta conceptualización, lo importante era lograr la satisfacción del cliente, para lo cual era necesario abrir la administración pública a un cierto escrutinio ciudadano y, sobre todo, entender mejor las necesidades y expectativas de los propios clientes. Comienza a producirse una paulatina 6 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES colonización del Estado por parte de los códigos del mercado, lo que ciertamente trae consecuencias para las posteriores aplicaciones de concepciones de gobernabilidad para las cuales no se había pensado coherentemente las relaciones nuevas que comienzan a experimentar ciudadanos, mercaderes y gobernantes o Estado, sociedad y mercado. La práctica creciente de formas de participación ciudadana en los asuntos públicos que caracteriza el nuevo escenario de los años noventa, y la instalación de un modelo gerencial de Estado, encuentra los primeros obstáculos, pues ambas provienen de tradiciones opuestas. La participación ciudadana encuentra sus fuentes en el republicanismo y la democracia, y las fuentes de la NPM provienen de los modelos empresariales, anteriores a los ochenta y distantes de las tradiciones comunitaristas tan propias de América Latina. Los gobiernos incorporan en sus discursos diversas estrategia para favorecer la inclusión social de las poblaciones más desfavorecidas por las políticas que comienzas a instalarse en los países de la región con sus fuertes costos asociados de pobreza, desigualdad, pérdida de beneficios sociales, e inseguridades subjetivas entre otros. Pero esos esfuerzos no lograron los resultados esperados pues las políticas se orientaban más a lograr legitimación de las nuevas políticas que a modificar relaciones entre gobernantes y gobernados desde una nueva lectura de la democracia cargada de derechos y ciudadanía, no alcanzándose una tendencia transformadora. 1 La idea de accountability remite, literalmente, a la rendición de cuentas, a la transparencia, a la publicidad, al balance público de la acción estatal. Ya no se trata de cooperar desinteresadamente en la definición de políticas públicas, sino de obligar al gobierno a explicar a la ciudadanía sus actos. La sociedad civil y la participación parecían haber encontrado un límite en la notable capacidad estatal para simular esquemas participativos y en la aparente incapacidad y falta de poder de los actores civiles para imponer su agenda y principios. El discurso de la rendición de cuentas es también una reacción a la continuidad de las prácticas generalizadas de corrupción que caracterizan a la mayor parte de los gobiernos en la región y a la preservación del secretismo burocrático en que se funda el poder discrecional de los políticos y de los burócratas. Dicho de otra manera, este nuevo discurso es una respuesta a la incapacidad de los gobiernos para reformarse a si mismos, crear una burocracia profesional y responsable, y abrir sus cuentas al escrutinio público. La RdC es parte de lo que hoy se ha dado en denominar como gobernabilidad democrática (gobernance), que invoca la idea de gobiernos responsables, apegados a la legalidad, transparentes y abiertos a la ciudadanía. ¿Pero cómo se lograba crear estos nuevos buenos gobiernos? Frente a este cuadro han surgido críticas que apuntan a develar sus debilidades. Como apunta Nuria Cunill, las evidencias empíricas sugieren es que las recientes reformas modernizadoras de los gobiernos que están signadas por una orientación de mercado, no son capaces de enfrentar la actuación auto-referenciada de la Administración 1 Cunill Grau, Nuria: “Nudos críticos de la accountability social. Extrayendo lecciones de su institucionalización en América Latina”, en Peruzzotti, Enrique y Catalina Smulovitz (eds.); Controlando la política. Ciudadanos y medios en las nuevas democracias latinoamericanas, Temas, Buenos Aires, 2002. (p. 193-218) 7 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES Pública promovida por el modelo tradicional burocrático. Al contrario, más que en un refuerzo de la responsabilidad pública del aparato del Estado, pudieran estar deviniendo en su debilitamiento. El déficit persistente en el control ciudadano directo, expresado en el fallido esfuerzo por recuperar la ciudadanía como sujeto de la exigencia de cuentas a la Administración Pública, así como la pérdida aún más pronunciada del control político sobre la Administración Pública, son, de hecho, rasgos que signan el panorama actual. Lo que se hace pues evidente es que las concepciones hegemónicas sobre la reforma administrativa, no obstante reivindicar un control directo de la sociedad sobre la Administración Pública, acotan inconvenientemente el concepto.2 2 El control social sobre la Administración Pública: precisando límites en un tema difuso .Las concepciones en boga: acotamiento y ambigüedad, tomado de Nuria Cunill Grau, "Responsabilización por el control social" (pp. 271 - 276) Publicado en: "La responsabilización en la nueva gestión pública latinoamericana". Consejo Científico del CLAD, coord. Buenos Aires: CLAD; BID; EUDEBA, 2000. - 346 p. 8 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 2.2. ¿Qué entendemos por Rendición (RdC) de Cuentas? El término “rendición de cuentas” alude a la acción de computar, es decir, de evaluar, juzgar o verificar colectivamente algo. Es interesante insistir que “contar” o “computar”, ya sea en inglés o en español, remiten a dos significados complementarios que sólo después de siglos de uso social han creado sus acepciones actuales. Usamos “contar” para enumerar, pero no sólo cosas con cualidades homogéneas, sino también eventos, sucesos; así, contamos cuentos, narramos historias, relatamos tramas. Pero contar también es “ajustar cuentas”, evaluar lo que tenemos y lo que debemos y, si estamos en el papel de quien da esas cuentas, obligadamente tenemos que justificar el resultado de la misma. Se señala que las dimensiones de la RdC son básicamente tres: informativa, que pregunta qué ha sido o será hecho, mediante la enumeración de hechos; explicativa, que ofrece razones y forma juicios, justificando lo hecho o por hacer; y la exigitiva, que reconoce lo correcto y castiga lo erróneo mediante la penalización o el castigo. Para el Consejo Latinoamericano de Administración para el Desarrollo - CLAD es necesario introducir modificaciones al concepto de accountability, pues ésta alude al cumplimiento de una obligación del funcionario público de rendir cuentas, sea a un organismo de control, al parlamento o a la sociedad misma. En cambio, responsabilización (o hacer responsable a otro por sus actos) implica el ejercicio de un derecho, sea porque forma parte de la competencia de un órgano de control o de la potestad ciudadana. El sujeto en cada caso, como resulta evidente, cambia. No es igual estar obligado a rendir cuenta de mis actos porque ello forma parte de mi cultura como funcionario, que exigir a otro que lo haga.3. Además es necesario transformar el modelo y el estilo de gestión de la administración pública, entre otros, orientándolos a una mayor flexibilidad, a la descentralización, a la individualización de las responsabilidades y a la aplicación de principios éticos en la gestión pública; incorporar instancias de participación de organizaciones no gubernamentales, medios de información y partidos políticos en los procesos de control. Se requieren acciones positivas que trasciendan las de carácter meramente administrativo. De hecho, suponen un sustento legal para asegurar la exigibilidad del derecho al control social. Son, por lo demás, políticas, en tanto involucran cambios que afectan los balances de poder, no sólo entre el Estado y la sociedad, sino dentro de ésta misma. Una premisa básica, en tal sentido, es que el control social requiere ser ejercido tanto por organizaciones sociales especializadas y a través de los medios de comunicación, como por los ciudadanos comunes, independientemente de que dispongan o no de capacidad de organización o de movilización social. Más aún a sabiendas que la gran desigualdad social - de renta y de escolaridad - prevaleciente en la región acarrea enormes problemas para el éxito. 3 La Responsabilización Múltiple. Consideraciones Finales, Consejo Científico del CLAD. Ver Alberto J. Olvera, “Auditoria social: los fundamentos teóricos de una práctica de la ciudadanía y los aportes de la experiencia latinoamericana.”, Segundo Encuentro Regional Participación y Reducción de la Pobreza Auditoria Social y Mecanismos de Seguimiento y Evaluación Participativos, Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, Universidad Veracruzana, México. Punta Cana, República Dominicana, Junio 16 al 19, 2003 9 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 10 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 2.3. La rendición de cuentas En su seno caben tres diferentes tipos de procesos: a) la participación ciudadana en la definición de políticas públicas, b) el seguimiento o monitoreo de esas políticas públicas y, c) la evaluación o balance de los resultados de las mismas. Este proceso supone a su vez: a) Obligación del gobierno a informar acerca de lo que hace, b) Imponer sanciones a quienes han violado sus obligaciones públicas y, c) Adoptar procedimientos para tomar en cuenta el conocimiento y las opiniones de los ciudadanos. El ciclo de la RdC Responsabilización Sociedad Estado Legitimidad La RdC es una nueva forma de participación ciudadana que requiere del apoyo del Estado para el logro de sus objetivos. La RdC es la expresión política del trabajo ciudadano que se orienta hacia la búsqueda de una nueva gobernabilidad democrática. Esta concepción supone un reconocimiento recíproco entre estado y sociedad civil, de sus atribuciones y funciones. La RdC se la ve operando en dos niveles: mediante controles horizontales o entre entidades del propio Estado y, verticales4, esto es, la acción de control que ejerce la ciudadanía respecto de las agencias públicas. Para O’Donnell la RdC vertical se conforma de “elecciones, demandas sociales que se pueden articular sin padecer coerción estatal y medios que por lo menos cubren con regularidad las más visibles de estas demandas y los actos presuntamente ilícitos de las autoridades públicas”. Por otro lado, la RdC horizontal significa “la existencia de agencias estatales que tienen la autoridad legal y están fácticamente dispuestas y capacitadas para emprender acciones, que van desde el control rutinario hasta sanciones legales o incluso 4 O’Donnell, Guillermo: “Accountability horizontal”, en La Política, 4, 1998. (p. 161-188) 11 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES impeachment, en relación con actos u omisiones de otros agentes o agencias del estado que pueden, en principio o presuntamente, ser calificados como ilícitos”. 2.4. Los momentos de la RdC Normalmente se piensa la rendición de cuentas como un ejercicio para realizar después que el acto bajo escrutinio se llevó a cabo. Para Ligia Bolívar 5 la RdC debe pensarse como una totalidad formada por tres posibles momentos oportunos para la participación de la sociedad civil: antes, durante y después del acto de autoridad del que se rinde cuentas. Diseño de las políticas Ejecución de las Rendición de cuentas públicas políticas públicas Los miembros de la La sociedad civil puede La evaluación de las sociedad civil organizada involucrarse en la RdC. políticas públicas. deben participar de la manera más activa posible. RdC “prospectiva” RdC “procesal” RdC “retrospectiva” Un tercer eje para la elaboración de una tipología de los mecanismos de RdC se basa en la actividad por la que el control se lleva a cabo en última instancia. RdC política Utiliza el escrutinio público, los informes, el escrutinio del financiamiento y el prestigio de la política. RdC Legal Se basa en la eficacia y el respeto a la ley, la justicia pronta y expedita, las normas de conducta probas y la atención de quejas. RdC administrativa Se sustenta en la elaboración de objetivos y recursos con transparencia, en los controles e indicadores así como en la realización de la función pública con ética y responsabilidad. Ver: Muñoz, Hugo Alfonso: Rendición de cuentas y representación responsable. Informe Final de Consultoría, Proyecto Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible/ PNUD, San José de Costa Rica, 2000 y Gutiérrez Saxe, Miguel: Rendición de cuentas, Conferencia dictada en el II Curso Interamericano sociedad civil y derechos humanos, IIDH, San José de Costa Rica, 2000. 5 Bolívar, Ligia: “La justiciabilidad de los derechos económicos, sociales y culturales: el papel de la sociedad civil”, en Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH): Memoria. I Curso Interamericano sociedad civil y derechos humanos, IIDH, San José de Costa Rica, 1999. 12 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 13 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 3. LA RdC COMO GESTIÓN PÚBLICA PARTICIPATIVA 3.1. Estado y ciudadanía América latina está enfrentando un conjunto de tensiones y desafíos que le exigen pensar en nuevas propuestas de desarrollo, de manera especial las referidas a los factores normativos de la convivencia cívica y democrática, sin los cuales no será posible pensar en un orden estable para el nuevo siglo. Los esfuerzos realizados por los actores estatales para sobreponerse a la fuerza de la gran transformación que sacude a sus sociedades y la política al margen de la deliberación ciudadana no encuentra un destino cierto, pues la legitimidad del orden que emerge sólo debe fundarse en un consenso activo que nace en las mayorías sociales. La participación ciudadana está formando parte de una nueva manera de concebir la democracia que trajo el nuevo siglo. Una forma de analizar el actual cuadro en que tiene lugar la emergencia de procesos de cambio democrático, entre los que emerge con fuerza la RdC, estaría dado por la convergencia de tres fenómenos: a) creación de nuevos mapas cognitivos, b) desajustes estructurales entre política institucional y ciudadanía y c) nuevos paradigmas para la acción política democrática. 3.2. Nuevos Mapas cognitivos Alude a las concepciones políticas imperantes, a las ideas prevalecientes que se mueven en la arena de la política existente y que circulan en el plano de las corrientes de larga duración cultural y que por lo mismo, no siempre dan cuenta de las realidades emergentes, especialmente de aquellas que nacen aparejadas a los cambios tecnológicos y productivos. El siglo XX estuvo marcado por la presencia de concepciones políticas que, ubicadas en espacios culturales y territoriales, buscaron expresar visiones de hombre y sociedad y aun cuando aparecieron como diametralmente opuestas tienen un origen común en los inicios de la modernidad. Tales proyectos político-ideológicos y sus variantes, generaron modos de intervención y de articulación con la sociedad en donde se desplegaron y contribuyeron a explicar e interpretar las relaciones entre sociedades civiles y estados desde lógicas generalmente contradictorias. La concepción liberal -democrática, puso énfasis en los mecanismos formales de la democracia y en los derechos civiles y políticos, valorando la libertad de los sujetos y la primacía del mercado como espacio de intercambio de bienes y servicios. La concepción socialista, en un amplio sentido, puso énfasis en los derechos sociales y económicos de los sujetos, valorando la igualdad como motor de los cambios, y puso limitaciones al ejercicio del poder sobre la base de una visión reduccionista del rol de la política y sus estructuras. Cuando el mundo deja de ser bipolar y se desploman los sistemas socialistas, comienzan a esfumarse las categorías que dieron sustento a la acción social, especialmente de los agrupamientos que señalaban la inminencia del cambio político y económico, a la vez que se instala una visión mínima de la vida colectiva y de la acción de los actores sociales en la construcción de la realidad y su destino. El mundo comienza a tornarse ajeno, regido por tecnócratas y por el poder del dinero. Un sentimiento de desafección y desconfianza encubre el mapa mental que intenta imponerse como único a la diversidad. 14 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 3.3. Ciudadanía y política institucional Un hecho destacado en la emergencia de esta realidad es el protagonismo renovado de los actores sociales de cara a las insuficiencias del Estado y el mercado, adquiriendo una importancia decisiva la participación de la ciudadanía. En el seno de este cambio tiene lugar la disputa conceptual sobre el sentido de los nuevos conflictos de la globalización, aflorando términos como sociedad civil, ciudadanía, actores emergentes, nuevos movimientos sociales, tercer sector; proceso acompañado de una crítica a los estilos de hacer política y, en general de desencanto con el orden económico, cultural y social que se expande.6 Hoy existe ciudadanos estructuras sistema de derechos. un consenso creciente entre sectores del mundo académico, de líderes y parte de la elite política, que se estaría viviendo un desajuste entre las de representación y coordinación político-cultural de la sociedad y el actores sociales y sus estructuras de representación de demandas y de Tal proceso de reestructuración de identidades es policéntrico y polifacético a la vez. Es policéntrico porque son diversos los territorios de construcción de ciudadanía. En la última década y tras el cambio en las formas en que las personas demandan y buscan representar sus visiones y propuestas, son múltiples los actores y organizaciones/instituciones que intervienen en las esferas públicas, como son los movimientos de mujeres, de indígenas, minorías sexuales, redes de organismos no gubernamentales, desplazados, migrantes, empresas sociales, grupos ambientalistas, agrupaciones de discapacitados, voluntarios, las nuevas fundaciones que promueven la responsabilidad social empresarial, constituyendo una amplia red asociativa que emerge en la América Latina del siglo XXI. Es un proceso polifacético porque sus expresiones presentan temas y modalidades de acción muy variadas y asentadas en nichos o espacios muy acotados. Así por ejemplo, encontramos ligas de defensores de derechos humanos, movimientos que reivindican el derecho a la identidad o el respeto a la diversidad, los grupos que buscan un mercado transparente, controlar gobiernos, equidad de género, no-discriminación, tolerancia, o simplemente desean ayudar al desvalido o al niño abandonado o que ha sufrido abusos. Este es el nuevo escenario en que tiene lugar la disputa por la construcción paradigmática del orden que sobrevendrá a la sociedad post industrial. Hasta hace poco tiempo las estructuras de representación político social -partidos políticos- fueron espacios privilegiados de coordinación política de la sociedad, y que operaban en el ámbito político y social. Hoy día se presenta un cuadro con mutaciones, que permite apreciar los desajustes entre estructuras de representación político social y estructuras de ejercicio de la ciudadanía por parte de los actores sociales. Se Sobre este tema ver los sugerentes ensayos de Norbert Lechner. “La (problemática) invocación de la sociedad civil”· en Revista Cuestión de Estado, año 2, nº 11, 1994, Lima, Perú. También “¿Un nuevo orden? Estado y sociedad en una perspectiva democrática”, en Revista El Tercer Actor, año 2, nº 3, 2001. 6 15 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES constata el desarrollo creciente de formas de crisis de representación, de la política, de sentidos y utopías, asociadas a la crisis de la idea de gobierno democrático. Estudios sobre el fenómeno han señalado que un primer problema que aqueja a las democracias sudamericanas y que explica la volatilidad de los sistemas democráticos, podría corresponder a la reducción de las mayorías a la calidad de electores espectadores. Aun cuando en algunas constituciones se consagra el principio de la democracia participativa e incluso se establecen mecanismos para hacerla efectiva, el proceso político real se caracteriza por la concentración de la toma de decisiones en el ámbito nacional, regional y local en la llamada clase política, compuesta por altos funcionarios de gobierno y la administración estatal, junto a parlamentarios y dirigentes de partidos, la cual se ha transformado en un núcleo relativamente homogéneo que administra el poder político, estableciendo relaciones de tipo clientelístico con una red de agentes que opera en los ámbitos regional y local.7 Una consecuencia inmediata de este fenómeno no sólo fue la desarticulación de la vieja matriz histórica que nucleó en torno del Estado a actores políticos y sociales y que regulaba la reproducción del mercado, sino que dejó al desnudo la diversidad y heterogeneidad social. Las voces acalladas y ausentes de la argumentación democrática han comenzado a emerger por doquier y a disputar espacios y sentidos de identidad y pertenencia a las agrupaciones político-partidarias. En consecuencia, la crisis de concepciones y la aparente estabilidad ideológica global, se explica en gran medida por el quiebre de concepciones políticas de la modernidad del siglo XX. En el viejo modelo de ordenamiento social, la lógica del conflicto fue el elemento ordenador de la práctica política y social, factor ordenador de escenarios y actores. La confrontación y la vigencia de interpretaciones de la realidad y la historia que hacían del conflicto un factor de cambio, explican las guerras político-militares en el marco de conflictos por la lucha del poder. Empero, tales dinámicas subyacen en los intersticios del nuevo orden y permiten explicar la fuerza del modelo que se estructura, donde el contenido económico del conflicto aparece teñido por razones culturales o religiosas, a la vez que señala distanciamiento hacia los procesos de producción de ciudadanía crítica y potencial factor de cambio. 3.4. Nuevos paradigmas de acción democrática En el marco de los nuevos fenómenos afloran nuevos conflictos, unidos a las voces emergentes e invisibilizadas por el pensamiento del antiguo régimen. Lo peculiar de este proceso ha sido el incremento de la lógica de cooperación social, constituyéndose en factor integrante del nuevo paradigma de acción colectiva. En el pasado, la asociatividad adquirió un sentido primordial en el marco de grandes luchas reivindicativas y de emancipación humana centrada en torno de un actor del sistema. Los pobres de la ciudad y del campo fueron los portadores de las buenas nuevas, el pueblo escogido para guiar la sociedad a la felicidad y la igualdad. Hoy, ante la carencia de cementos normativos y de mapas de orientación compartidos, los sujetos y actores emergentes se ven obligados a potenciar estrategias cooperativas con el fin de alcanzar objetivos compartidos. Riquelme, Alfredo y Castillo, Adolfo., “Derechos humanos y democracia en América del Sur”, en Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo en América Latina, Novib, Bogotá, 1993, Págs. 167 –168. 7 16 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES Los nuevos paradigmas sobre la vida en lo público o concepciones globales relativas al sentido de la condición ciudadana, se construyen en el movimiento y en la acción colectiva, en la tensión y la crítica, en la autorreflexión social. Los derechos humanos en su amplio sentido así como la revalorización de la democracia desde los nuevos actores forman las bases sobre la que se ésta construyendo una plataforma crítica al viejo orden y dan esperanza y sentido a las nuevas realidades sociales y políticas en construcción, especialmente aquellas que operan en territorios de acción colectiva en donde se producen dinámicas nuevas entre actores estatales, del mercado y de ciudadanía. 17 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 3.5. Participación ciudadana en la RdC Participación ciudadana en políticas públicas alude al nuevo rol del ciudadano en cuanto usuario de los servicios públicos y en cuanto partícipe de las decisiones y gestiones asociadas a la implementación de programas sociales. Desde la perspectiva del usuario, el papel del ciudadano no se limita solo a recibir y usar los servicios, sino a controlar la gestión, plantear demandas, señalar estándares de calidad, ayudar a la toma de decisiones y, en general, colaborar en el perfeccionamiento de la gestión pública. Voz y RdC El mecanismo de voz (voice) implica un involucramiento en lo público y supone poner en movimiento acciones orientada a reclamar, efectuar protestas, influir en la administración o gerencia del servicio, lo que puede expresarse en conductas individuales o colectivas. Esta dimensión (voice) tiene una relación directa con la participación social. El uso de la "voz" supone ciudadanos alertas, informados, activos, con motivación y capacidad para influir en la definición de los servicios provistos y sus características, en la gestión misma de los servicios (toma de decisiones) y en la evaluación y control de sus resultados. Un aspecto mucho más preciso y acotado que el mecanismo voz frente a las políticas públicas, es el control ciudadano de la acción pública (accountability), el que alude al contrapeso que ejercen los ciudadanos frente a la acción del Estado cautelando el cumplimiento de los compromisos adquiridos. Por medio de este control, individuos y organizaciones asumen responsabilidades frente al desempeño público8. Tanto el mecanismo voice, como el de control ciudadano, tienen diferentes expresiones. Por un lado se encuentra la participación representativa institucionalizada en diversas instancias nacionales, regionales o locales. En segundo lugar se encuentran las iniciativas gubernamentales nacionales o locales que convocan a la comunidad para conocer su opinión y preferencias respecto de determinados temas. En tercer lugar se sitúan las iniciativas tendientes a incorporar a la comunidad a las políticas públicas directamente a la gestión de los programas sociales. Todas ellas constituyen, o pueden llegar a serlo, instrumentos de contraparte de la gestión pública: promueven el uso eficiente de los recursos públicos y fortalecen la respuesta de los organismos de gobierno a las demandas ciudadanas. Sin duda la participación de los usuarios en la gestión de los servicios públicos, ya sea como beneficiarios o como agentes de control de los servicios, está directamente asociada a la modernización del Estado y de la gestión pública. Se espera de la ciudadanía un rol activo de veedor de los intereses públicos y de medición y evaluación de la calidad, pertinencia, oportunidad y trato brindado por los servicios a la comunidad. Por lo tanto, se requiere, como se ha afirmado, un ciudadano alerta e informado. Para poder ser un ciudadano informado, responsable y comprometido, es necesario, por su parte, haber realizado una experiencia de ciudadanía activa y contar con una institucionalidad pública que respalde el ejercicio de esa ciudadanía. 8 Ver el trabajo de Claudia Serrano., “Participación social y ciudadania. un debate del chile contemporáneo”, Octubre, 1998 18 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES Aun cuando pareciera existir acuerdos sobre el rol que estaría tupiendo a los ciudadanos en la puesta en practica de las políticas publicas, existe un conjunto de interrogantes respecto de quienes son aquellos llamados a ejercer esa nueva función de la sociedad Nuria Cunill ha puesto en evidencia lo problemático que es el concepto de participación de la sociedad. Como se interroga ¿quién es la “sociedad” que debe controlar, fiscalizar y discutir las metas gubernamentales? ¿Son los usuarios/consumidores de los servicios públicos? ¿Son las organizaciones de la sociedad civil con mayor capacidad para presionar al poder público? ¿Es el ciudadano como ente individual, en defensa de sus intereses ante el Estado? ¿En qué esfera debe darse el control social y cómo debe ser ejercido? La pertinencia de todas estas preguntas pone en evidencia la complejidad del tema, sobre todo cuando está en juego la necesidad de la construcción de ciudadanía y, por ende, el fortalecimiento de la democracia9. Para Cunill, cualquier actor, individual o colectivo, que actúe en función del interés público - de acuerdo con las reglas públicas -, puede ejercer el control social, siempre en condiciones de autonomía ante el Poder Público; la responsabilización se establece, en este caso, sobre los resultados de las políticas y/o en el momento de elaboración de los programas gubernamentales; su realización tiene lugar mediante mecanismos institucionales directos, como el poder de veto, la deliberación pública, e indirectos, como las acciones judiciales que activan los órganos controladores; y por último, la responsabilización por control social puede ser utilizada en el seguimiento del núcleo estratégico de la administración pública y de las organizaciones - estatales o no - que prestan servicios públicos. Participación ciudadana en RdC + Participación Niveles de participación Control Decisión Opinión Información La participación ciudadana en la RdC puede transitar diversos estadios con intensidades diversas. El momento del control es el que expresa la mayor calidad de la democracia por cuanto 9 Ver “La Responsabilización Múltiple. Consideraciones Finales”, Consejo Científico del CLAD 19 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES implica un involucramiento activo de la autoridad pública a la vez que un desarrollo de capacidades en las organizaciones de la sociedad civil que llevan adelante estos procesos. Se trata de tendencias emergentes aun en etapa de desarrollo y experimentación, que exige a ambos sectores del proceso, cambios en las perspectivas conceptuales y procedimentales de la acción de RdC. 3.6. Estado, democracia y desarrollo de la RdC Hemos señalado que la aparición de la RdC en la gestión pública es una respuesta estatal a múltiples problemáticas que afectan la calidad de las democracias de la región, y que son de variada naturaleza. Las encontramos desde aquellas que expresan las incapacidades históricas de los estados para resolver adecuadamente las dificultades que viven sus sociedades, hasta las que aluden al sustrato cultural en que se asientan las sociedades latinoamericanas, que explican la corrupción, la falta de institucionalidad y el escaso apego a las normas. En consecuencia la emergencia de formas de RdC en este nuevo contexto, debemos analizarlas como procesos de transformación política y más precisamente, como cambios en la democracia. Propongo mirar la RdC como una expresión del desarrollo de la democracia deliberativa. Se han esgrimido tres condiciones o principios esenciales que hacen posible una discusión libre y racional entre ciudadanos iguales 10, que distinguen la modalidad de democracia deliberativa: a) Inclusión deliberativa, es decir, todos los ciudadanos tienen los mismos derechos, independiente de su inserción social, política, cultural o económica. La RdC es un proceso abierto a todos los ciudadanos. b) Principio de la participación, caracterizado por la garantía de derechos iguales de participación. La RdC como forma de participación ciudadana responde plenamente a este principio. c) Principio de bien común, que orienta la discusión hacia un acuerdo público respecto de prioridades sociales teniendo en vista la promoción de una mayor justicia social. La RdC se orienta por el este principio por cuanto la finalidad de la acción ciudadana es la realización del buen gobierno. Si se pudiese identificar las ventajas en esta forma de democracia aplicada RdC, se puede concordar con Máis11 en que: a la a) Proporciona información sobre las propias preferencias, las preferencias de los demás y los efectos de las decisiones, b) Modifica los intereses estrechos a corto plazo, c) Produce decisiones de mayor calidad, d) Aumenta la posibilidad de alcanzar consenso en torno al bien común (fines), e) Refuerza la equidad al requerir la igualdad de oportunidades a participar en el debate público y, 10 Cohen, J., “Deliberation and democratic legitimacy”. In Bohman, J Regh, W., Deliberative Democracy. Essays on Reason and Politics. Massachusetts. Institute of Technology. 1999, Pág. 38. 11 Máiz, Ramón., “¿Más allá de la democracia representativa?” (borrador), en II Jornadas de Sociología Política, Madrid, 11 y 12 de diciembre de 2003. Pág. 7 ([email protected]) 20 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES f) Genera una ciudadanía más cualificada frente cliente o el consumidor de preferencias. a las figuras del votante, el La deliberación ciudadana, expresada a través de políticas que promueven la participación en procesos de RdC puede darse en diversas etapas, niveles de participación y calidad deliberativa, como puede observarse en el siguiente esquema: El proceso deliberativo en la RdC Etapas de la política pública Niveles de participación Calidad de la deliberación ciudadana en la RdC Informativo Baja intensidad. La argumentación de los actores no se expresa en el espacio público o en la institucionalidad, existiendo déficit comunicacional. Puede generar problemas de legitimidad. Consultivo Baja intensidad. Si bien la argumentación se da en espacio público, no ofrece condiciones para la elección libre e igualitaria de las mejores opciones o preferencias. Se da en torno a opciones pre determinadas y buscan legitimar decisiones políticas previas. Decisorio Alta intensidad. La argumentación entre actores permite ponderar y elegir opciones / preferencias racionalmente. Formulación o diseño Implementación o ejecución Co-gestionario Control evaluación Alta intensidad. La argumentación se prolonga a la ejecución o co-gestión de y (corresponsabilid los resultados de la deliberación, ad) formándose una esfera de co responsabilidad por los asuntos públicos. Control y evaluación Alta intensidad. La deliberación ciudadana remite al análisis de las consecuencias de las decisiones adoptadas y por tanto interroga por los fines de la argumentación. La RdC produce gobernabilidad democrática. Como se puede observar, las políticas públicas contienen a lo menos tres niveles de desarrollo y cada uno puede dar lugar a lo menos a cinco niveles de participación, que expresan concepciones sobre la democracia y el rol de los ciudadanos en ella. La columna que señala la calidad de la deliberación ciudadana en la RdC se correlaciona 21 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES con los niveles de participación que permiten las políticas públicas, estableciendo que es en los últimos tres niveles (decisorio, co – gestionario y de control y evaluación) en donde tiene lugar una efectiva democracia deliberativa12. La RdC en los dos últimos niveles expresaría el desarrollo de esta nueva forma que adopta la democracia en la región. 12 Diversos estudios han analizado la emergencia de articulaciones entre organismos de la sociedad civil y del Estado a nivel comunal, que dan cuenta de una abundante gama de experiencias, las cuales en general remiten a destacar el fenómeno de las nuevas relaciones o propuesta de gestión innovadoras, más que analizar los impactos que éstas tienen sobre la teoría democrática. Al respeto sugerimos ver: Caminos de Innovación en Ciudadanía, Programa Ciudadanía y Gestión Local., LOM Ediciones, 2001. Fundación Nacional para la Superación de la Pobreza; Palma, Diego, Experiencias Innovadoras de Gestión Local, Universidad ARCIS - FORJA, 2003; Gestión Municipal Participativa. Experiencias de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Fundación Friedrich Ebert, 2003. 22 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES Participación en la gestión pública Construido adecuado a la subjetividad y potenciarla Da sentido a la participación Subjetividad (aspectos culturales de las personas involucradas: objeto de la intervención, generadores de ella y co partícipes) Sistema (aspectos relacionados con la gestión) Hace practicable y creíble para todos la participación Permite que funcione Y potencia al sistema 3.7. Algunos factores a considerar Incorporar a la sociedad civil en procesos de RdC exige asumir las consecuencias de esa decisión política, pues rompe o pone límites a un modelo de relación Estado – sociedad civil, fundado en una matriz de articulación sociopolítica en donde el Estado y los partidos políticos desempeñaron roles gravitantes en la expresión y representación de demandas. El cambio que trajo el siglo XXI en estas relaciones exige al Estado en todos sus niveles – central, regional y local - un esfuerzo no sólo para comprender las nuevas dinámicas que operan en la sociedad civil, sino muy especialmente buscar procedimientos y modelos de gestión que permitan compatibilizar gobierno y legitimidad de la acción pública en la ciudadanía. No es suficiente la modernización de los procesos que si contribuyen a mejorar la gestión pública: se requiere procesar la complejidad social y proveer espacios para el desarrollo de nuevos sentidos sociales sobre lo público y la política. Uno de los aspectos que pueden contribuir a esta renovación de las miradas institucionales es la subjetividad. Como lo apunto Norbert Lechner, de un tiempo a esta parte se encuentra en entredicho dos premisas tácitas del debate sobre democracia en América Latina: la identificación de la política con una política democrática y la concepción de la democracia como un destino univoco, fijado de una vez para siempre. La democracia realmente existente no cumple los postulados de soberanía popular y de representación política, no respeta la autonomía del individuo y el protagonismo del ciudadano y, por sobre todo, esta lejos de ser un gobierno del poder público en público.13 13 Lechner, Norbert, Las Sombras del mañana. La dimensión subjetiva de la política., LOM ediciones, Santiago de Chile, 2002. pp. 23 - 26 23 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES Una de los conflictos que enfrentamos es la naturalización de lo social, es decir ese fenómeno que congela la convivencia en sistemas inamovibles y distantes. Esa des subjetivación genera temores sociales, impide generar confianzas entre las personas y en consecuencia no hay base para construir cohesión social. A esta naturalización se opone el ciudadano como actor individual o colectivo y revive el mito “de la soberanía popular que está en el origen de la democracia”, donde lo que cuenta es el principio de soberanía: la convivencia social como un orden construido por la propia sociedad. Llevar adelante una política pública que incorpore la participación ciudadana, supone no solo definir mecanismos de participación o dar orden de implementar o darle prioridad política, exige básicamente responder a las siguientes interrogantes: Formas entender participación de Formas de Que le haga Que potencie el la entender el objeto sentido la Capital Social / de la intervención participación Institucional ¿En que ámbitos ¿Para que sirve? y con que intensidad? ¿Para hacerlo? 24 ¿Cómo construyo que socialmente respuestas a mis malestares? SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 4. CONDICIONES INSTITUCIONALES PARA UNA RdC EFECTIVA Colombia integra en su institucionalidad avanzadas formas de ejercicio de la ciudadanía, las que podrían dar paso a la solución de algunos de los problemas que afectan a países de nuestra región. Según el artículo 32 de la Ley 489, de 1998, Capítulo VIII, sobre Democratización y control social de la administración pública “todas las entidades y organismos de la Administración Pública tienen la obligación de desarrollar su gestión acorde con los principios de democracia participativa y democratización de la gestión pública”, para lo cual podrán realizar todas las acciones necesarias con el objeto de involucrar a los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil en la formulación, ejecución, control y evaluación de la gestión pública”, señalándose como acciones posible de realizar: a) convocar a audiencias públicas, b) incorporar a sus planes de desarrollo y de gestión las políticas y programas encaminados a fortalecer la participación ciudadana, c) difundir y promover los mecanismos de participación y los derechos de los ciudadanos, d) incentivar la formación de asociaciones y mecanismos de asociación de intereses para representar a los usuarios y ciudadanos, e) apoyar los mecanismos de control social que se constituyan, f) y aplicar mecanismos que brinden transparencia al ejercicio de la función administrativa. Por otra parte su artículo 34, que norma el ejercicio del control social de la administración, por parte de los ciudadanos que decidan constituir mecanismos de control social de la administración, mediante la creación de veedurías ciudadanas, la administración estará obligada a brindar todo el apoyo requerido para el ejercicio de dicho control De igual modo, la Ley 812, de 2003, que sanciona el “Plan Nacional de Desarrollo 2003-2006, hacia un Estado comunitario”, instituye nuevas y más precisas atribuciones a la población para acometer acciones de RdC a las entidades de gobierno. Entre otras medidas para fortalecer la participación ciudadana se: Fortalecerá la participación ciudadana en la definición, ejecución y vigilancia de las tareas públicas; Se impulsará y facilitará la integración y participación de veedurías comunitarias en todas las actividades de la administración, Se crearán sistemas de información para que los ciudadanos tengan acceso en tiempo real a la información sobre la administración pública, tales como la nómina de la administración, las cuentas fiscales, los procesos de contratación administrativa y la ejecución de la inversión pública. 25 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES Respecto de la creación de una nueva cultura de gestión de lo público, se avanzará en procesos expeditos de evaluación de resultados y se fortalecerá el Programa Gobierno en Línea y sistemas de información unificados, se desarrollará una estrategia de comunicación para que la ciudadanía tenga un mayor conocimiento del presupuesto y esté en capacidad de ejercer una adecuada vigilancia de la aprobación y ejecución del mismo y estimulará el control ciudadano mediante veedurías que velen por la transparencia en la gestión estatal. La presencia en la institucionalidad de una política sobre RdC, en el nivel macro, exige que ella se exprese como política en aquellos servicios que serán incorporados en los planes de desarrollo, y que se deben integrarse en: Su misión y mandatos En sus marco teóricos –metodológicos Objetivos específicos En su estructura orgánica Recursos humanos y económicos Instrumentos de seguimiento 14 ¿Qué elementos claves deben ser considerados para que las políticas públicas de apoyo a la RdC por la ciudadanía obtengan buenos resultados? En este sentido, no es suficiente la enunciación de la política de imprescindibles prácticas internas adecuadas a la RdC, tales como: RdC; son Orientación a la misión de sus instituciones Política de comunicaciones internas y externas Habilidades para la planeación y organización Desarrollo de la creatividad e innovación Fortalecimiento de la capacidad de liderazgo Trabajo en y de equipo Adecuado desarrollo de relaciones interpersonales Trabajo reflexivo y estratégico en organizaciones 14 Un estudio efectuado en Chile (2004) para evaluar 20 programas participativos mostró tres claves centrales: institucionalización del tema al interior de su sector, prácticas internas adecuadas a la participación ciudadana, y oferta de interés para los ciudadanos. SEGEGOB. 26 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 4.1. Algunas sugerencias de procedimiento Sólo a modo de enumeración de algunas de las consideraciones que deben tenerse presente cuando se lleva adelante una políticas de RdC, proponemos para el análisis las siguientes propuestas: Paso 1 En consideración al contexto político, institucional y/o programático, se debe definir: a) El tipo de RdC a promocionar que promueva la participación ciudadana b) El objetivo que busca la RdC dentro de la misión institucional u objetivos programáticos del servicio o agencia de gobierno. c) Explicitar cómo debiera implementarse (operacionalmente) Es recomendable: planificar sólo aquello que es percibido como beneficioso para la propia gestión que sea un proceso de definición de consenso producto de la reflexión de los equipos. Es importante tener presente además que no es aconsejable: • planificar tareas de las cuales no existe convencimiento o no se estime que no contribuyan a cumplir la misión, y • no se está en condiciones de realizar. Paso 2 Una vez definida la participación ciudadana orientada a la RdC que se desea promocionar, se requiere: a) Identificar a todos los actores involucrados directa o indirectamente, sean éstos de la sociedad civil o del Estado b) Caracterizar a cada uno de estos actores, en torno de: sus intereses, roles que juegan o debieran ejercer dentro de nuestro esquema de diseño, metodologías de interlocución más adecuados. Paso 3 Una vez identificada la participación que se desea promocionar en RDC, de acuerdo a las características de cada grupo de actores involucrados, se debe: a) Formular indicadores de logro (que incluyan metas, impactos esperados) por cada grupo de actores. b) Ello resulta de mucha utilidad pues objetiva los discursos de los miembros del equipo planificador y porque hace confluir el horizonte esperado con la situación actual. Paso 4 Identificar las distintas responsabilidades y roles que corresponderán a cada uno de los integrantes de los equipo responsables. Paso 5 Definir instrumentos de seguimientos, acordes con los ya existentes al interior del aparato de administración. 27 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES 4.2. Recomendaciones para la ejecución Señalar claramente quiénes son los convocados Precisar el producto esperado, tanto del proceso participativo, como de cada uno de los eventos dentro del proceso Explicitar el beneficio (tangible o intangible) que le reportará al ciudadano su participación Señalar la metodología que se implentará en cada ocasión Entrega de material simple y de lectura sencilla, que constate los puntos anteriores Toda acción participativa eficaz pasa necesariamente por el establecimiento de confianzas entre los actores involucrados, por el reconocimiento mutuo en torno a intereses, potencialidades y limitaciones. Para ello se precisa tener presente: Conocimiento actualizado de los interlocutores Disposición permanente a responder inquietudes Identificación de un dispositivo de respuesta posible de monitorear compartir información con equipos aliados, de modo de no cansar a los ciudadanos y de no duplicar esfuerzos Sistematizar resultados de los procesos implementados (de manera simple) y la difusión de los mismos, de modo de contribuir a generar conocimiento respecto del tema. 4.3. Otros aspectos a tener en cuenta La puesta en ejecución de una política de RdC, junto con ser una exploración entre estado y sociedad civil sobre los límites de la nueva democracia y de una gestión pública moderna, requiere tener presente los siguientes aspectos: Sistemas de acceso y fortalecimiento de las OSC a) Otorgar la mayor información posible acerca de estas políticas en sus programas públicos, de manera integral y accesible a todos los ciudadanos (uso de Internet). b) Generar los mecanismos que garanticen la respuesta pertinente y oportuna a las peticiones, reclamos y recursos que presenten o interpongan las personas. c) Desarrollar estrategias de fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil de su sector, concordadas con éstas, a través de diversos mecanismos (fondos concursables, creación de institucionalidad) d) Incorporar contenidos de formación en materia de Participación Ciudadana en Políticas Públicas y de Relaciones Gubernamentales con la Sociedad Civil, entre los equipos de trabajo vinculados del sector público (diplomados, cursos a distancia, pasantías) 28 SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE RENDICION DE CUENTAS EN LAS ENTIDADES TERRITORIALES Seguimiento y aprendizaje Un aspecto de importancia en el despliegue de esta política es el desarrollo de sistemas adecuados de seguimiento y de aprendizajes de sus resultados. Entre los factores a considerar podemos mencionar: a) Construcción de “líneas de base” en materia de RdC para las acciones o programas seleccionados. b) Levantamiento de objetivos de procesos de RdC acordes a los nuevos planes de gobierno (objetivos de gestión, indicadores de desempeño). c) Descripción y registro de instrumentos y mecanismos que se han utilizado con anterioridad a la puesta en marcha del sistema de seguimiento. d) Levantamiento y sistematización de resultados alcanzados en materia de RdC con participación de los actores involucrados. Para el gobierno, los siguientes son algunos de los requisitos para poner en marcha la política de RdC: a) Que el sector público tenga la apertura, genere la información y establezca espacios y mecanismos que acojan las preocupaciones, necesidades y propuestas provenientes de la ciudadanía a la hora de desarrollar acciones de control (por ejemplo veedurías). b) Que la ciudadanía se involucre en las cuestiones públicas, con organizaciones fuertes que representen toda su diversidad. 29