antecedentes historicos de la higiene.

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CaD. “Seguridad, higiene y salud”
EHT, Isla de la Juventud
TEMA 1. INTRODUCCIÓN GENERAL A LA HIGIENE.
Antecedentes históricos.
Elaborado por:
Prof. Juan Manuel Fernández Pereira. Lic. en Alimentos.
Prof. Akemi Reyna Martínez Rosado. Lic. Ciencias Alimentarias.
Prof. Wenceslao González Curbelo. Lic. en Educación.
1. Introducción.
No fue hasta mediados del siglo antepasado que comenzó a surgir preocupaciones serias
en relación con la protección de los trabajadores, dado el incremento industrial que estaba
desarrollándose en esa época. Naturalmente, que con el advenimiento del desarrollo
industrial se comenzó a notar un número cada vez mayor de trabajadores que sufrían
lamentables lesiones lo que dio lugar a que las luchas de clase y algunos dirigentes de
avanzada buscaran los medios para detener esa avalancha de accidentes, que
retardaban los adelantos y progresos que la nueva era vislumbraba.
En la totalidad de los países capitalistas, la situación de los niños, en particular, no era
buena. Por ejemplo, las condiciones existentes en la industria del algodón, la lana y la
seda en Francia, niños de 6 a 8 años de edad trabajaban de pie 14 a 16 horas diarias,
desnutridos, mal vestidos, caminando grandes distancia hasta el taller a la 5.00 a.m. para
regresar agotados a sus hogares y de noche. Por ello el 22 de marzo de 1941 se
estableció la primera legislación de fábricas francesas sobre el empleo de niños en
empresas industriales, fábricas y talleres que utilizaban fuerza motriz o que trabajaban sin
interrupción y en las fábricas que empleaban más de 20 trabajadores.
En Prusia, las primeras medidas encaminadas a crear un sistema de inspección de
fábricas, fueron los reglamentos de 9 de marzo de 1839 sobre el empleo de trabajadores
jóvenes en fábricas. Una circular del Ministerio del Interior, Finanzas y Educación en
Prusia, del 28 de mayo de 1845 aconsejaba que se nombrara a médicos como
inspectores de fábricas. A estas alturas podemos decir que se notaba un adelanto
marcado, ya que el médico juega un papel principal en lo que respecta a las condiciones
higiénico-sanitarias del trabajo, en el aspecto psicológico y preventivo, al igual que lo hace
en la aplicación de la Medicina Preventiva.
En 1855, inspectores de fábricas, autorizados a ocuparse de cuestiones relacionadas con
la seguridad, así como de la salud de los trabajadores jóvenes fueron designados para los
centros industriales de Dusseldorf, Aquisgrán y Arnsberg. El código industrial
(Gowerbeordnung) de la Federación de Alemania del Norte en mayo de 1869 preveía la
protección general de los trabajadores contra los accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales. En 1872, Prusia introdujo un sistema de inspección tanto para la seguridad
como para la higiene en el trabajo y casi al mismo tiempo, los estados industriales de
Sajonia y Baden siguieron ese ejemplo. Una ley imperial del 15 de junio de 1878 tornó
obligatoria la inspección de fábricas en todos los Estados de Alemania.
La legislación sobre accidentes del trabajo de la cual surgió el sistema de asociaciones de
seguros mutuos contra accidentes data de 1884.
El origen de la legislación de Bélgica sobre Seguridad e Higiene del Trabajo fue algo
distinto, se inspiró en la legislación napoleónica, en parte de la legislación sobre
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inspección y en parte de la legislación para la industria. Una ley sobre minas, talleres de
fundición y empresas análogas, promulgada el 27 de abril de 1810, estableció un sistema
de inspección y aunque legalmente los inspectores no tenían funciones relacionadas con
la Seguridad e Higiene, se ocupaban en la práctica de esos aspectos. Posteriormente, en
cumplimiento del decreto imperial de 15 de octubre de 1810, el gobierno belga dictó
reglamentos para proteger la sociedad.
Los demás países europeos, inclusive Dinamarca y Suiza, ya tenían leyes sobre fábricas
en su legislación en 1840, pero solo mucho más tarde en Dinamarca en 1875 y en la
Confederación Helvética después de 1877, aparecieron sistemas eficaces de inspección
de fábricas para aplicar las normas sobre Seguridad e Higiene, pero la realidad es que
aún en nuestros días, en los países capitalista la inspección no tiene mayor efectividad ya
que está influenciada por antagonismos de clases y por la descomposición social y
administrativa que lo caracteriza.
Lowell, Massachusetts, fue una de las primeras ciudades industriales de los Estados
Unidos de Norteamérica que elaboró tela de algodón en el año 1822: LOs trabajadores
eran principalmente mujeres y niños procedentes de granjas cercanas, muchos de ellos
de edades entre 6 y 10 años, que trabajaban desde las cinco de la mañana hasta las siete
de la noche. Nadie sabrá jamás cuántos dedos y manos se perdieron a causa de la
maquinaria sin protección y de pésimas condiciones de trabajo imperante. El posterior
desarrollo industrial de la zona comenzó a necesitar más personal de lo que la dotación
de hijas de los agricultores les brindaba. Por fortuna para los patronos de entonces, el
hambre ocasionada por la pérdida de las cosechas de papa en Irlanda aumentó
enormemente la emigración de ese país y muchos de aquellos irlandeses se
establecieron en Boston y sus cercanías. Volvió abundar el material humano en los
talleres y por consiguiente las consecuencias de los accidentes aumentaron en igual
proporción. Uno de los resultados fue que la legislación de Massachusetts en 1867
promulgara una ley prescribiendo el nombramiento de inspectores de fábricas.
Algunos años más tarde, habiéndose descubierto que las múltiples horas de actividad
producen fatigas y que la fatiga extenuante es causa de accidentes, se promulgó una ley
que hacía obligatorio el máximo de 10 horas de trabajo al día para las mujeres y en 1877
en el mismo Massachusetts se ordenó el uso de protecciones para maquinaria de
funcionamiento peligroso como correas, ejes y engranajes de transmisión, prohibiéndose
además la limpieza de máquinas en movimiento. Por otra parte, se exigió que los
ascensores y montacargas fueran protegidos y que se previeran suficientes salidas para
casos de incendio. Massachusetts fue también el primer estado americano que adoptó
una ley para hacer obligatoria la notificación de los accidentes el 1 de junio de 1866.
En estados Unidos al igual que en Europa, las primeras leyes de fábricas no
contemplaban disposiciones sobre el establecimiento de órganos especiales para su
aplicación, por suponerse que las demandas serían entabladas por los trabajadores
accidentados.
A fines de siglo se celebraron una serie de congresos internacionales sobre Seguridad
(París en 1889, Berna en 1891 y Milán en 1894), que tuvieron una influencia no
desdeñable sobre la legislación de la época. Aunque el sistema propuesto para promover
Seguridad mediante el intercambio de experiencias y la divulgación de los dispositivos de
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protección adecuados demostró ser valioso, no bastó para alcanzar resultados
apreciables en esa época.
En el Congreso de Berna, los representantes de los trabajadores sugirieron que las
dificultades podían ser superadas dictándose leyes de Seguridad e instituyendo servicios
de inspección del Estado para asegurar su aplicación. Así, el resguardo de los locales
donde se trabajaba en condiciones peligrosas se tornaría en una obligación legal. Además
para cerciorarse de que dicha obligación fuera efectiva podrían designarse inspectores del
Estado, no influenciados por las condiciones locales, para garantizar su aplicación.
Tres años más tarde, en el Congreso de Milán, está propuesta fue reiterada,
recomendándose además que los gobiernos estimulasen la creación e intervención de
asociaciones de Seguridad organizadas por particulares para promover el mejoramiento
de la protección y de la Salud de los trabajadores. Se propuso que los inspectores de
trabajo del Estado cooperasen con dichas asociaciones.
Bibliografía
Muria Chevesich, Hugo y Granda Ibarra, Antonio "Manual de Seguridad e Higiene del
Trabajo. Editorial Orbe. La Habana. Cuba. 1977.
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