MARIA DEL ROSARIO GUERRA MINISTRA DE COMUNICACIONES I CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE REGULACIÓN Y COMPETENCIA. LA TELEVISIÓN 17 de septiembre de 2008 PALABRAS DE APERTURA * I. SALUDO * Agradezco a la Universidad Externado de Colombia; al doctor Fernando Hinestroza, su distinguido Rector; y al doctor Edgar González, Director del Departamento de Derecho de las Telecomunicaciones, mi más sincero agradecimiento por invitarme a inaugurar tan importante evento académico. Una vez más, esta cuna del saber se presta para servir de escenario a la confluencia de destacadas autoridades, que ofrecen sus invaluables experiencias y conocimientos al servicio de un diálogo analítico, crítico y sobretodo constructivo, en beneficio del servicio de televisión, de la industria que lo hace posible y de los usuarios que lo demandan. Ningún momento resulta más acertado que éste para hablar de la televisión en Colombia, pues han sido varias y 1 trascendentales las decisiones adoptadas a lo largo de los últimos dos años sobre la materia, y muchas más las que se avecinan en el inmediato devenir de esta industria. La definición del estándar de TDT para Colombia y su implementación, la entrada de uno o más operadores privados de televisión abierta nacional, la prórroga de las concesiones de los actuales operadores, los cambios en el mercado de la televisión por suscripción, el fortalecimiento de la televisión pública y los retos de la convergencia, dibujan el marco de los más grandes debates regulatorios que tendrán que librarse en el corto plazo. Por ello, no podría dejar pasar esta oportunidad sin compartir con Ustedes algunas reflexiones acerca del futuro convergente y convulsionado al que hasta ahora la televisión y su regulación se empiezan a asomar. * II. LA TELEVISION EN UN ESCENARIO CONVERGENTE * Para entrar en materia, hablemos un poco acerca de la convergencia y la búsqueda de lo que en este Congreso se ha llamado “el modelo regulatorio ideal para prestar servicios de telecomunicaciones en un escenario convergente”. 2 Con curiosidad leí la reciente comunicación que los canales privados de televisión abierta nacional dirigieron a la Comisión Nacional de Televisión. En dicha misiva se afirma que “la convergencia que la señora Ministra de Comunicaciones anuncia como un hecho indefectible debe ser revaluada”. En lo único en lo que no se equivoca esta afirmación es en sostener que la convergencia es un hecho indefectible, en tanto, como lo define el diccionario de la real academia de la lengua española, indefectible es aquello “que no puede faltar o dejar de ser”. Por lo demás, atribuirme la facultad de anunciar el fenómeno de la convergencia y reevaluarlo, es poco lógico y raya en lo absurdo. Llama la atención que después de tantos años de evoluciones tecnológicas y de consolidación del fenómeno convergente, todavía tenga que aclararse que la convergencia no es una decisión política, ni regulatoria que se anuncie y pueda revaluarse. La convergencia es el resultado de una evolución tecnológica imprevisible e irresistible que se impuso a los modelos tradicionales de prestación de los servicios de telecomunicaciones y que exige, por sí misma, no porque alguien así lo anuncie, un marco regulatorio más acorde que dé vía libre a su desarrollo y fortalecimiento. 3 La convergencia, fenómeno que inicialmente cobró un alcance meramente técnico, con asombrosa rapidez impactó las estructuras empresariales y del mercado. A partir de la digitalización y los desarrollos tecnológicos, la racionalidad económica de las industrias condujo a operadores de diferentes segmentos del mercado, a fortalecer o aunar sus capacidades industriales para incursionar en la prestación de servicios que hasta entonces les eran desconocidos. Esta racionalidad económica del mercado y sus agentes ha impulsado el diseño de nuevos modelos de negocio, otrora impensables. De la mano de la convergencia, hemos presenciado importantes fusiones y adquisiciones empresariales; una transnacionalización de nuevos actores entrantes, la incursión de operadores de servicios de telecomunicaciones en los mercados audiovisuales y viceversa; y una amplia diversificación del portafolio de servicios y utilidades que hoy disfrutan los usuarios. En este escenario, el gran dilema del regulador radica precisamente en que su objeto de regulación, es decir, los servicios que se prestan en escenarios convergentes, le es desconocido y su evolución no es un hecho previsible. Entonces, ¿Cómo regular un sector que se transforma de 4 forma abrupta e imprevisible, sin temor a la obsolescencia? ¿Es viable pensar en ceder al impulso de regular la convergencia? Y, si lo es, ¿cómo garantizar en cualquier caso la protección de los legítimos derechos de los usuarios? Son las grandes preguntas que desvelan los análisis de los reguladores del fenómeno convergente. Estos arduos dilemas sólo encontrarán respuesta en procesos de paciente construcción que inviten a la participación pública y transparente de todos los operadores y destinatarios del régimen regulatorio. En el entretanto, hacemos desde aquí un llamado al reconocimiento de los límites de la regulación frente a un sector que se transforma de forma abrupta e imprevisible.1 Este reconocimiento impone al regulador una actitud de sensata prudencia, que bajo ningún motivo es sinónimo de permisión o letargo, pues deberá mantenerse atento a desempeñar el rol que le corresponde en defensa de los derechos de los usuarios. La prudencia regulatoria por la que abogo sugiere sí abandonar cualquier intento que pretenda equivocadamente adaptar la convergencia a una regulación obsoleta pues, al contrario, de 1 Juan Manuel de la Cuétara Martínez. Cómo lograr una regulación para la convergencia en Latinoamérica y en Colombia. Ariño y Asociados Abogados. Foro Internacional sobre Regulación en Telecomunicaciones. CRT y Universidad Externado de Colombia. Marzo 2007. 5 lo que se trata es de mantenerse alerta para remover los obstáculos regulatorios que impidan la avasallante carrera de los fenómenos convergentes, es decir, de adaptar la regulación vigente al fenómeno convergente pero sin perder de vista la garantía de los derechos de los televidentes y usuarios de los servicios de telecomunicaciones y el especial carácter que reviste el servicio público de televisión. Al respecto, el profesor Gianluca Gardini, quien nos honra en este auditorio con sus conocimientos y experiencia, advirtió hace algunos años en un artículo de su autoría que la industria de la televisión no puede ser asemejada a ninguna otra actividad empresarial, pues ciertos productos que se confían a este sector no tienen naturaleza económica, tales como, la pluralidad de la información, la diversidad de opinión y el sentido nacional de identidad2; cosa del pasado para la televisión abierta y cerrada comercial. De ahí precisamente la importancia que este Gobierno ha reclamado siempre para la televisión pública nacional y regional. 2 GARDINI, Gianluca. Televisione, libero mercato e interesse pubblico. Diritto Pubblico, No. 3. Septiembre – diciembre 2005. Pgs. 825 – 884. 6 * III. LA TELEVISION PÚBLICA * Desde 1970, cuando en Colombia se hicieron las primeras emisiones de lo que fue concebido como un canal educativo público, el Estado colombiano no ha declinado nunca en su empeño de fortalecer la existencia de canales públicos nacionales y regionales que sirvan como herramientas educativas, culturales y de construcción de nuestra identidad nacional. La formulación e implementación de los documentos Conpes 3314 de 2004 y 3518 de 2008 así lo comprueban. Aunque pareciera obvio, conviene aclarar a qué hacemos referencia cuando hablamos de televisión pública, pues, más allá de la titularidad que el Estado ostente sobre los medios de producción y transmisión, lo que realmente convierte en pública a una señal de televisión es el interés de servir como medio para materializar objetivos sociales que escapan a toda lógica comercial, pero que sí son esenciales a una lógica estatal que pretende la inclusión de todos sus ciudadanos en una sociedad educada, democrática y arraigada culturalmente a los valores nacionales. La legislación vigente ha impuesto al Estado la obligación de velar por el fortalecimiento de la televisión pública así definida, 7 y por ello hemos recibido con extrañeza los pronunciamientos de los canales privados de televisión nacional que se expresan en contra de las propuestas que este Ministerio ha diseñado para coadyuvar al fin estatal de contar con un medio de información televisivo que responda a su naturaleza pública de forma sostenible y eficaz. Con el ánimo de satisfacer esa necesidad estatal, el Gobierno Nacional y la Comisión Nacional de Televisión hemos emprendido importantes esfuerzos, de los cuales, resulta relevante resaltar dos que han sido enmarcados dentro de los documentos Conpes que acabo de mencionar: (i) Por un lado, previendo que los recursos que deberán invertirse para que la televisión pública y privada cuente con una red digital se expresan en cuantías bastante significativas, Comunicaciones se el encuentra Ministerio estudiando de e impulsando un modelo que integre la gestión de redes de televisión en un único operador, quien deberá garantizar tanto a operadores públicos como privados la prestación de un servicio eficiente de última tecnología y que minimice los recursos que cada uno debe invertir en la adecuación de estas 8 infraestructuras para la transmisión de le televisión digital terrestre. Estamos convencidos que esta propuesta no sólo reducirá los costos y tiempos que representará el tránsito hacia la digitalización de la televisión terrestre, sino que, adicionalmente, permitirá a los operadores del servicio de televisión destinar todos sus esfuerzos operacionales y financieros a su verdadera razón de ser; la producción de contenidos. (ii) Por otro lado, este Ministerio, amparado en las recomendaciones de los documentos Conpes 3314 y 3518, ha propuesto realizar un ajuste al marco legal vigente, de tal forma que se permita al canal educativo y cultural del Estado, comercializar hasta un 30% del valor total de su parrilla de programación anual; comercialización que tendrá que estar acorde con los fines del canal y que deberá complementar los recursos que el Estado ha venido aportando a su financiamiento, que no han sido suficientes. 9 Vale la pena aclararle a los concesionarios privados de televisión abierta nacional que esta propuesta no constituye, como se ha escrito en una de sus recientes comunicaciones, “una violación a las normas vigentes y a los contratos de concesión”, pues, tal y como acabo de anotar, se ha reconocido la necesidad de adecuar el marco legal vigente para permitir esta posibilidad de financiamiento y se ha sugerido un límite porcentual y una restricción a los fines que dicha pauta podría perseguir, con el ánimo de no generar un impacto en el mercado publicitario del que se alimentan los canales privados. * IV. LA TELEVISION ABIERTA* Sigamos concentrándonos en el servicio de televisión abierta nacional de operación privada. Con gran acierto menciona Patricio Rozas, experto en desarrollo económico de la División de Infraestructura de la CEPAL, que “algunas empresas dominantes defienden su posición de mercado haciendo uso de los marcos legales de regulación para retrasar el mayor tiempo posible u obstaculizar 10 definitivamente el ingreso de nuevos competidores a su mercado de interés.”3 Pues bien, este es precisamente uno de los fecundos campos en los que el regulador tendrá que arar profundamente para remover los obstáculos que artificialmente se oponen a la competencia. Por ello, el Gobierno Nacional se siente complacido con la participación de actores estratégicos nacionales del sector de las comunicaciones y de grandes empresas internacionales en el proceso de adjudicación de uno o más canales privados de televisión abierta nacional. Durante este proceso, el Ministerio de Comunicaciones mantendrá su actitud colaboradora y vigilante, de tal forma que se garantice que las condiciones de prórroga del servicio de los actuales operadores y la concesión de uno o más canales privados de televisión abierta nacional, se realice bajo una estricta tríada de principios que me permito resumir así: PRIMERO: Transparencia y publicidad en los procesos de definición de prórrogas y nuevas concesiones, de tal 3 ROZAS, Patricio. Competencia y conflictos regulatorios en la industria de telecomunicaciones en América Latina. Foro Internacional sobre Regulación en Telecomunicaciones. CRT y Universidad Externado de Colombia. Marzo 2007. 11 forma que se tienda a la consolidación de un mercado en el que los antiguos y entrantes operadores puedan concurrir libremente y competir en igualdad de condiciones. SEGUNDO: Respeto a las inversiones hechas por los operadores establecidos, por lo que los entrantes deberán desplegar las infraestructuras de transmisión necesarias para operar el servicio o compensar su costo real. TERCERO: Revisión de las condiciones de prórroga y concesión de licencias de operación de tal forma que se garantice mejoras en la prestación del servicio y una mayor cobertura del mismo; claro está, reconociendo siempre el valor económico que ello represente si hubiere lugar. Lo cierto es que la entrada de más jugadores al mercado y el nuevo diseño de la competencia que dibujan los desarrollos tecnológicos, no pueden ser leídos por los operadores establecidos como una amenaza que la regulación deba frenar o frente a la cual el Estado deba garantizarles condiciones preferentes. La convergencia se impone con nuevos escenarios de competencia y corresponde a los operadores 12 responder estratégicamente a los retos que ella apareja, diseñando modelos de negocio innovadores y agregando cada vez más valor a los servicios que reciben los usuarios. En este sentido, la irrupción de tecnologías como IPTV, el afianzamiento de la televisión por suscripción y las estrategias agresivas de competencia de los operadores de servicios de telecomunicaciones que han empezado a migrar al mercado audiovisual, no pueden ser considerados como factores que produzcan un detrimento de los derechos de los operadores de televisión abierta, o es que, pregunto a los asistentes de este Congreso, ¿las concesiones de las que han gozado con exclusividad por diez años los operadores privados de televisión abierta nacional incluían el derecho a que ninguna tecnología moderna se desplegara en el país o a que se impidieran lo efectos que la convergencia produce en los mercados o a que se generaran naturalmente mayores escenarios de competencia? Creemos que la respuesta a este interrogante sólo puede ser negativa. Sin embargo, lo que sí debe ser una obligación del Estado y concretamente del órgano regulador del servicio de televisión, es garantizar que la valoración de las prórrogas y de la nueva o nuevas concesiones de este servicio contemple todos los 13 factores que actualmente determinan la realidad del mercado televisivo y, adicionalmente, los recursos “que resulten necesarios para el fortalecimiento de los operadores públicos”, esto último, en consideración a que así lo exige la ley y no un mero capricho del Gobierno o del órgano regulador. De esta forma, es claro que el cobro que el Estado haga a los operadores para permitirles el uso y explotación de las frecuencias del espacio radioeléctrico debe ser exactamente equivalente en la medida en que no haya diferencias entre las frecuencias atribuidas. Sin embargo, por otro lado, el Estado debe reservarse la facultad de revisar las condiciones de mercado en las que compiten los operadores, para determinar si existen razones que justifiquen o no un cobro diferencial del derecho que se concede para operar el servicio público de televisión. *** V. LA TELEVISION POR SUSCRIPCION *** Y respecto a la televisión por suscripción, servicio sobre el cual también se centrarán los análisis que se realicen a lo largo de este Congreso, conviene mencionar que la regulación deberá encargarse de subsanar de forma clara y completa los vacíos que existen en la normatividad actual, la cual se ha 14 mostrado insuficiente frente al crecimiento que está industria ha tenido en Colombia y las especiales dinámicas que rodean su posicionamiento en el mercado. En concreto, el Ministerio de Comunicaciones ha solicitado públicamente una revisión de la regulación vigente de tal forma que se establezca con meridiana precisión las condiciones que deben regir la posibilidad de inserción de pauta comercial ya sea en los canales de producción propia del operador o en los canales internacionales; considerando especialmente, que se trata de un servicio pago que sí se encuentra habilitado para obtener recursos de la relación de suscripción que mantiene con sus abonados, a diferencia de lo que ocurre con la televisión radiodifundida, cuyo único mecanismo de financiamiento es la pauta publicitaria. *** V. A MANERA DE CONCLUSIÓN *** A manera de conclusión y con el precedente de todo lo expuesto, quiero dejar para el análisis de los asistentes a este Congreso los criterios que considero debe incluir el diseño del modelo regulatorio ideal para la prestación del servicio de televisión en un escenario convergente. Estos criterios, proponen tres abandonos y los reemplaza por tres 15 apropiaciones de las que la regulación debe hacerse dueña. Veamos: Primer Abandono: Primera Apropiación: Debe abandonarse la idea Al contrario, la regulación de que la convergencia es debe apropiarse de su rol un como fenómeno pues ello regulable, implica trascendental un error conceptual. facilitador de la convergencia, manteniéndose alerta siempre a los efectos colaterales que resulten adversos, para actuar oportunamente en defensa de los televidentes. Segundo Abandono: Segunda Apropiación: Debe abandonarse la necia La regulación sectorial debe tendencia a encasillar los hacer suyo un esquema de nuevos desarrollos competencias que separe la tecnológicos, por “su simple regulación de redes de la apariencia”, regulación de contenidos. en viejas categorías de servicios que En este desconocen el alcance del regulación esquema, de redes la se 16 fenómeno convergente. define simétricamente con independencia del tipo de servicio que transite por ellas y, por otro lado, los contenidos y la defensoría del televidente reciben la exclusiva atención de un regulador especializado. Tercer Abandono: Finalmente, Tercera Apropiación: deben Al contrario, la regulación las debe promover la eficiencia ineficiencias regulatorias y en el despliegue y operación del mercado que retrasen o de redes, haciendo viable la hagan la consolidación de la figura de consolidación del fenómeno un gestor de infraestructuras convergente, como ocurre que unifique su operación, con administración abandonarse todas más el múltiples onerosa despliegue de infraestructuras y mantenimiento y reduzca los idénticas que representan costos inversiones innecesarias y implementación barreras nuevas tecnologías. de entrada al y tiempos de de las mercado. 17 Para terminar, quisiera recordar un mensaje del catedrático español Juan Fernando de la Cuétara quien, en el Foro de Regulación organizado hace un poco más de un año por la Comisión de Regulación de Telecomunicaciones y esta misma Universidad que hoy nos acoge, advirtió con pleno acierto que el diseño de la regulación para la convergencia debe ser abordado como un trabajo para las generaciones futuras, con la conciencia de que ellas no serán indulgentes con nuestros actos, si les legamos una pobre herencia llena de deudas por saldar. Nuestro compromiso en el Ministerio de Comunicaciones es preparar el marco regulatorio para que el país responda a ese reto, avance en su desarrollo y no se apegue a los inamovibles del pasado. Muchas gracias. 18