Complicidad de políticos y periodistas con la

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COMPLICIDAD DE POLÍTICOS Y PERIODISTAS CON LA CORRUPCIÓN
EN EL ÁREA DE CIENCIA Y TÉCNICA
Preguntábamos ayer en POPULISMO SIN CORRUPCION O REPUBLICA SIN POPULISMO
http://www.ellibrepensador.com/2013/05/12/argentina-populismo-sin-corrupcion-orepublica-sin-populismo/
si los dirigentes políticos y los periodistas conocían que un centenar de funcionarios de
la Agencia (ANPCYT) se asignaron a sí mismos durante la gestión Kirchnerista
cuantiosos subsidios de investigación pertenecientes a un préstamo del BID (U$S 1240
millones entre 1997 y 2010)? Amén de los funcionarios que cobraron subsidios de
investigación preguntábamos también ¿si acaso conocen que muchos de los
beneficiarios de dichos subsidios operan a su vez como asesores de dirigentes
opositores o como colaboradores periodísticos en los grandes medios?
No obstante lo grave de dichas imputaciones, que se vienen formulando en la red y en
sede judicial desde hace ocho (8) largos años, nadie en el establishment político y
periodístico se dio por aludido. Es el momento entonces de entrar a preguntarnos si en
verdad no existe por parte de estos últimos un contubernio tácito con los delitos
infructuosamente denunciados. Toda la conducta por ellos desplegada parece confirmar
esta hipótesis. Un insistente comportamiento censor y negacionista de los ilícitos
querellados e injustamente archivados en 2011 por la Cámara Federal Penal (Cattani,
Irurzun, Farah) constituiría la prueba más palmaria de la complicidad sospechada.
Pero si esa hipótesis acusatoria no fuere confirmada, cabría aún preguntarse si es posible
derrotar el modelo Kirchnerista cuando en el programa opositor y en la grilla
periodística no se incluye el drama de una comunidad científica contaminada por cuatro
(4) factores letales fusionados: a) corrupción administrativa (auto-subsidio de
funcionarios); b) endogamia clientelística (contratación de docentes que se gradúan en
la misma institución contratante); c) corporativización evaluatoria (jurados por pares y
no por sabios); y d) analfabetización científica y filosófica (especialización científica
preñada de anémica y desactualizada ilustración). Este cuadro entre explosivo y
grotesco al que hay que añadir el miedo y el silencio generalizados viene desmoronando
las instituciones científico-docentes del país, derramando su negativo impacto en todo el
espectro educativo, con derivaciones insospechadas en múltiples esferas de la sociedad
civil y política, que incluyen a los poderes judicial y legislativo, y por cierto también al
cuarto poder.
Sin embargo, ocurre que en la cartelera mediática, dicho conjunto de patologías que
contaminan el archipiélago cultural (científico, académico y universitario), viene siendo
eclipsado por la corrupción en la obra pública Patagónica; y so pretexto de la diferencia
en el monto de sus cifras, la última desplaza al primero. Ocurre también que el drama de
la corrupción económica está siendo desplazado de la cartelera mediática por el
escándalo institucional que significa la reforma judicial; y so pretexto de la prioridad de
esta última, toda referencia a la primera viene siendo postergada indefinidamente.
De tal forma, las prioridades de la cartelera mediática vienen marcando la agenda
política, desplazando de la opinión pública y de la mira opositora aquellos infortunios
que socavan el porvenir cultural del pueblo, cuya construcción y competitividad a escala
internacional --que en el pasado fuera una expectativa esperanzadora-- se ha vuelto cada
vez más quimérica e ilusoria. Pareciera entonces que mientras el gobierno hostiga a la
oposición en todos los frentes imaginables, el establishment del arco opositor no
peronista, desde el PO al PRO, y desde el FAP a la UCR y la Coalición Cívica; así
como el arco mediático televisivo (desde A Fuego Lento y La Cornisa a Desde el
Llano y PPT, o desde A Dos Voces, Le Doy mi Palabra y Hora Clave a El Juego
Limpio y Palabras más, Palabras menos), vienen minimizando la tragedia política a
sólo un par de frentes, el del caso policial de la corrupción patagónica, y el del
inconstitucional caso de la reforma judicial.
Este reduccionismo programático ha confinado el análisis político y periodístico en una
trampa mortal, de la cual ninguno de sus actuales protagonistas ha evidenciado la
voluntad reformista ni la conciencia transformadora indispensable para poder sortear
aquella con éxito. Esa trampa mortal es el camino de Damasco que la oposición y el
periodismo crítico se niegan a emprender congelándose en las telarañas de eventos
policiales y debates jurídico-constitucionales, cuyo árbol les impide ver el bosque y
discutir un temario y un proyecto histórico progresista que cautive la pasión y el interés
de la juventud estudiosa, universitaria y científica del país.
Eduardo R. Saguier, Ph.D.
Investigador del CONICET-Historiador
http://www.er-saguier.org
email: [email protected]
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