LA TÉCNICA DE GRUPO NOMINAL COMO HERRAMIENTA DE INTERVENCIÓN MICROSOCIOLÓGICA

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LA TÉCNICA DE GRUPO NOMINAL COMO
HERRAMIENTA DE INTERVENCIÓN MICROSOCIOLÓGICA
Angel José Olaz Capitán
[email protected]
Departamento de Sociología y Trabajo Social
Universidad de Murcia
INTRODUCCION
La Técnica de Grupo Nominal1 (T.G.N.) aunque menos difundida y utilizada que otras
herramientas de investigación cualitativas como la entrevista en profundidad y el grupo
de discusión está llamada a ocupar un lugar destacado en el panorama metodológico de
las ciencias sociales.
Una de sus características que mejor la define es la capacidad para profundizar en los
contenidos polisémicos que afloran tanto a título individual (nominal) como grupal,
favoreciendo una correspondencia biunívoca entre el sujeto – con su particular
percepción del fenómeno social analizado – que proyecta hacia el grupo su comprensión
del tema y el grupo, encargado de realiza una transferencia interpretativa hacia el
individuo, buscando un consenso y armonización de posiciones. Como hace referencia
su denominación, la T.G.N. basa gran parte de su capacidad metodológica en la
interacción entre el grupo (universo recreado) y el individuo nominalmente identificado
(referente muestral). A estas entidades debería añadirse la figura del investigador que en
su papel moderador permitiría facilitar y canalizar un proceso orientando hacia la
intervención en acciones concretas como resultado del diagnóstico anterior.
1
La Técnica de Grupo Nominal - traducción del término anglosajón Nominal Group Technique (N.G.T.) fue dada a conocer en 1.968 y se atribuye su creación principal a A. L Delbecq y A. H. Van de Ven (1975),
con objeto de mejorar el desarrollo de reuniones de trabajo y su dinamización operativa buscando la
productividad exigible a las mismas. Desde entonces diferentes autores han aludido a este término
desarrollando un campo teórico entorno al Grupo Nominal, aunque habría que esperar a J. Rohrbaugh
(1981) para que lo aludiera explícitamente bajo la denominación de Técnica de Grupo Nominal.
La Técnica de Grupo Nominal como herramienta de intervención microsociológica.
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Esta comunicación comenzará por realizar unas reflexiones sobre el recurrente, aunque
no agotado, debate entre lo cualitativo y lo cuantitativo y más concretamente sobre la
complementariedad metodológica en ciencias sociales.
En segundo término, se estudiará en detalle la T.G.N. donde consenso y compromiso se
convierten en elementos clave de su naturaleza. Estos aspectos unidos a la comparativa
que puede realizarse con otras herramientas también de naturaleza cualitativa permitirán
ponderar más razonada y razonablemente sus posibles bondades.
En tercer lugar se profundizará en el aparataje metodológico, tratándose de explicar
cómo a partir del análisis discursivo grupal y de las conclusiones obtenidas, éstas lejos
de convertirse en producto final se convierten para el investigador en punto de partida
donde reiniciar un proceso que permitirá conducir al equipo de trabajo al diseño,
desarrollo e implantación de medidas de intervención microsociológica.
Ya por último y en el capítulo de conclusiones se abordarán las principales cuestiones
tratadas, no sin observar que son muchos los aspectos aún por contestar y más todavía
por ensayar en una herramienta tan dúctil y maleable como es esta.
1. UN DEBATE RECURRENTE ENTRE LO CUANTITATIVO Y LO
CUALITATIVO.
En la siempre animosa discusión acerca de qué herramientas metodológicas son las más
adecuadas para los proyectos de investigación sociológica, es inevitable debatir entre el
enfoque cuantitativo vs. cualitativo, tratando de establecer criterios de exclusión entre
una y otra aportación, sin considerar como cada una de ellas planea sobre espacios de
cobertura diferentes (Alonso, 1988) a la hora de explorar la realidad del individuo o
grupo de referencia observado.
No tiene objeto polemizar acerca de qué aspectos, cuantitativos y / o cualitativos, son
más eficaces en el momento de acometer un proyecto de investigación sociológica. Las
razones son obvias, ya que las diferentes argumentaciones, sean del signo que sean,
La Técnica de Grupo Nominal como herramienta de intervención microsociológica.
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terminan derivando hacia una cuestión clave, los procesos sociales a menudo son
complejos, asimétricos, extensos y multivariantes. Esto requiere de la investigación un
enfoque globalizador fundamentado en la complementariedad del enfoque cuantitativo estadístico, caracterizado por la producción de datos y, por otro, del enfoque cualitativo,
que enfatiza en los significados.
En suma, cada perspectiva discurre por encima de diferentes espacios de la realidad, lo
que no necesariamente debe entenderse como un esquema substitutivo, sino
complementario en el proceso de investigación.
El recurrente debate metodológico en el que los investigadores sociales se ven situados,
en cuanto al fenómeno de la investigación, se ha centrando en torno a dos grandes
corrientes, que no hacen sino convertirse en la referencia obligada de dos grandes
paradigmas sociológicos predominantes: lo cuantitativo frente a lo cualitativo, o
siguiendo la terminología del profesor Jesús Ibáñez, la visión distributiva o cuantitativa y
la visión estructural o cualitativa.
En relación a esta segunda, lo cualitativo se identifica con el uso de las palabras, los
términos, las descripciones, los relatos, los comentarios y las opiniones vertidas a través
de la elaboración del discurso. El trabajar con estos elementos puede generar, sin
embargo, situaciones que hacen cuestionar su grado de consistencia y en última instancia
de fiabilidad en la investigación sociológica, al querer analizar la parte subjetiva y, por
tanto, más emocional del sujeto, aspecto que, por otra parte, no escapa al investigador ya
que la subjetividad es inherente al proceso de investigación.
Aunque de forma sintética, el Cuadro I ilustra las características propias de estos
paradigmas de investigación, resaltando desde diferentes escenarios (epistemológicos,
enfoque del conocimiento, objeto de análisis, metodología y técnicas más empleadas) sus
principales características.
Sin una intencionalidad exhaustiva pero cuanto menos aclarativa de estas posiciones, es
el deseo inicial de este análisis situar las grandes líneas de pensamiento que desde hace
mucho tiempo atrás, han polarizado esta discusión. Esta doble perspectiva, presente en la
La Técnica de Grupo Nominal como herramienta de intervención microsociológica.
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sociología desde sus orígenes, queda representada en dos grandes escenarios ideológicos.
Así, mientras que la primera considera que la sociología debe explicar necesariamente la
realidad, la segunda intenta aprehenderla para comprenderla.
CUADRO I: COMPARATIVA DE PARADIGMAS SOCIOLOGICOS
CUANTITATIVA
CUALITATIVA
O DISTRIBUTIVA
O ESTRUCTURAL
EPISTEMOLOGIA
Orientada a los Hechos Sociales
Orientada a los Significados Sociales
ENFOQUE DEL
Análisis de las correlaciones existentes
Análisis de los discursos elaborados
CONOCIMIENTO
entre las variables
enfatizando en su naturaleza social
Distribución de los fenómenos
Conexión y grado de vinculación de
observados
los fenómenos
Orientación Positivista
Orientación Constructivista
Basada en una lógica deductivista
Esencialmente Inductivista
La teoría enmarca el proceso que
Los datos son punto de partida
requiere de datos para su validación
para la elaboración teórica
ESCENARIOS
OBJETO DE
ANÁLISIS
METODOLOGÍA
Grupos de Discusión
Encuestas
TÉCNICAS
Estadísticas
Entrevistas Cualitativas
Historias de Vida
Grupos Triangulares
Delphi
Técnica de Grupo Nominal
Fuente: Elaboración propia
La Técnica de Grupo Nominal como herramienta de intervención microsociológica.
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Ambas perspectivas metodológicas, la explicativa y la comprensiva o, dicho de otro
modo, la corriente cuantitativa y cualitativa, abordan el estudio de la realidad con
técnicas diferentes para la recogida y análisis de datos.
Mientras que en la cuantitativa, la captura de datos presenta técnicas muy estructuradas y
sistematizadas previamente, a través de cuestionarios estandarizados con preguntas
predefinidas, en la cualitativa, la recogida de datos no está previamente definida
quedando sometida a la interacción del proceso comunicativo entre el investigador y el
sujeto investigado. En suma, diferentes esquemas ideológicos, metodológicos y
conceptuales por el siempre honesto intento de profundizar en la realidad social.
2. UNA APROXIMACION A LA TECNICA DE GRUPO NOMINAL
Buscando un marco de referencia sobre el que contextualizar sus orígenes, la T.G.N.
difícilmente podría definirse sin contar con el concurso de otras áreas y disciplinas más o
menos emparentadas. Desde la lingüística, la semántica, la semiótica, la hermenéutica,
pasando por la antropología, la psicología (especialmente la social y la clínica), hasta
llegar a la sociología - en cualquiera de sus múltiples facetas – que es donde ha adquirido
una mayor dimensión y relevancia en el contexto de las ciencias sociales.
En esta dirección, la metodología cualitativa centra su atención, no tanto en los hechos
sociales, como en los discursos vertidos por los diferentes agentes que componen y
parcelan la realidad social.
Así pues, la interpretación del lenguaje se revela como objetivo clave para alcanzar
niveles de significatividad que permitan un acceso razonado y razonable a la realidad
social (Beltrán, 1985). Parece, por consiguiente, cuestión clara la preeminencia del
lenguaje, en el contexto de la T.G.N., ya que es él quien alberga en un microcosmos los
aspectos singulares de la problemática planteada.
Por otro lado, no resulta fácil la comunicación máxime cuando existe una superposición
de planos entre la llamada estructura superficial y estructura profunda en el lenguaje
(Chomsky, 1965). Es por ello que, entre lo que se quiere decir; lo que se sabe decir; lo
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que se dice; lo que se oye; lo que se escucha; lo que se comprende; lo que se acepta; lo
que se retiene; lo que se ensaya y lo que finalmente se pone en práctica media una
distancia considerable a menudo sinuosa y escarpada.
2.1. CONSENSO Y COMPROMISO COMO PUNTO DE EQUILIBRIO
Es de todos sabido que en las técnicas cualitativas, el investigador nunca ofrece su
opinión a las personas que participan en la investigación, evitando posibles influencias y
elementos “contaminantes” que contribuirían a sesgar los resultados de la investigación.
Por otro lado, el efecto halo y la autoridad que el investigador proyecta - lo quiera o no
sobre los asistentes - es de carácter simbólico y clave en la dinamización del grupo. De
hecho, nunca deberían moderar esta técnica cualitativa y en concreto la T.G.N., personas
que por sus características personales y profesionales impidieran o dificultar el libre fluir
de sus interpretaciones.
Dicho de otro modo, el papel protagonista recae sobre el grupo de trabajo, siendo el
investigador quien lidera la dinámica y, en último extremo, proporciona las claves para
encontrar un consenso entre los participantes. Lo que persigue la T.G.N. es la
composición de un “mosaico” lo más aproximado posible a la realidad social, como
punto de partida en una investigación, donde el acuerdo - o si se prefiere el grado de
consenso - de los especialistas sobre la cuestión planteada, sirva para la selección de
estrategias y, en consecuencia, trazar un plan de trabajo a través del compromiso.
Tradicionalmente y de forma muy extendida – en ningún modo hay porqué obviar estas
apreciaciones -, se han establecido diferencias un tanto extremas entre las técnicas de
consenso y las técnicas cualitativas en cuanto al tipo de lenguaje empleado, como
expresión de aspectos metodológicos no especialmente coincidentes.
Según C. Pérez Andrés (2000) los participantes en las técnicas de consenso emplean un
lenguaje científico - técnico, dónde, por un lado, los códigos registrados son de
naturaleza monosémica y denotativa, siendo la función del lenguaje prevalente - según el
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modelo de Jakobson, R. (1987) - la referencial, es decir el mensaje alude directamente al
objeto, luego es objetivo, y por consiguiente no hay nada que interpretar.
Siguiendo con este planteamiento, las técnicas cualitativas trabajan con el lenguaje social
tradicional, cuya función no es sólo referencial sino que, además, incluye la función
emotiva (haciendo alusión al comportamiento relacional entre el mensaje y el emisor);
connotativa (profundiza en las relaciones existentes entre el mensaje y el receptor);
estética (por cuanto el objeto de la comunicación es el propio mensaje) y, por último,
fática - metalingüistica (al entender que el mensaje tiene por objeto otro significado),
cuyos códigos son polisémicos y connotativos al albergar valores subjetivos atribuidos al
significante, en los que las representaciones sociales, metáforas junto a otras figuras
literarias constituyen el material con el que el investigador analiza e interpreta, no tanto
para cuantificar, sino para identificar el sentido oculto que contienen y cuya heredera
final es la hermenéutica.
Desde nuestro punto de vista, es factible combinar en un mismo escenario – apelando
nuevamente a la complementariedad metodológica – las perspectivas cualitativas con las
del consenso encontrando un espacio común de actuación. Es decir, siempre es posible
utilizar la T.G.N. como técnica de investigación cualitativa en la búsqueda de un
consenso de los participantes, contextualizando el lenguaje como vehículo de expresión
para la solución de conflictos.
Las ventajas de esta complementariedad son evidentes al integrar en un mismo espacio
posiciones posiblemente divergentes y que tendrán como resultado el consenso, desde
una perspectiva cualitativa, donde la profundización del conflicto será la excusa idónea
para la constitución de grupos de trabajo inspirados en la mejora continua, hiendo, por
tanto, más allá de la mera exposición y jerarquización de las causas.
En este sentido, la profundidad de campo permite ahondar en la solución del problema si
además de lo que se dice, se escucha, se ve y se comenta, más tarde se lleva a la práctica
por parte del grupo de trabajo, no deteniéndose en un pacto jerarquizado, esto es, frente a
la instantánea del consenso, lo que se defiende es la dinamización de las imágenes con
solución de continuidad en la búsqueda de un desenlace, donde todos los implicados se
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convierten en protagonistas de la acción y no en meros identificadores del fenómeno
social.
2.2. UNA COMPARATIVA CON OTRAS HERRAMIENTAS
Buscando una postura conciliadora en el debate de lo consensuable y lo tocante al
compromiso, como filosofía de la acción, las siguientes reflexiones pretenden establecer
un análisis comparado de las que seguramente son las herramientas más empleadas en la
investigación sociológica. Nos referimos a las entrevistas cualitativas ampliamente
comentadas por Vallés (2007) y de los grupos de discusión que, a nuestro modo de
ver, se convierten en un referente para la T.G.N.
En el Cuadro II se reflejan las que, en atención a un conjunto de variables, pueden ser
los principales elementos definitorios de cada una de ellas.
Sin ánimo de desvirtuar las probadas potencialidades tanto de las entrevistas cualitativas
como de los grupos de discusión, la T.G.N, aplicada proyectos de investigación a escala
micro, presentan algún tipo de ventaja sobre las dos anteriores, sobre todo, cuando el
espacio sobre el que se actúa puede delimitarse y el tiempo necesario para el diagnóstico
y puesta en marcha de acciones intervencionistas también puede acotarse.
3. LA APUESTA POR UN MODELO ALTERNATIVO
La secuencia metodológica tradicionalmente empleada según revela la Universidad de
Cádiz (2004) son las siguientes: 1) Generación silenciosa de Ideas; 2) Manifestación
secuencial de ideas por los participantes; 3) Discusión de ideas; 4) Votación preliminar;
5) Pausa; 6) Discusión de los resultados obtenidos; 7) Votación final silenciosa y 8)
Listado y acuerdo sobre la propuesta y las prioridades reconstruidas.
Desde nuestra experiencia, entendemos que con la obtención de un “listado y acuerdo
final”, se inicia un proceso donde el grupo de trabajo se transforma en un equipo que
experimenta en un “laboratorio de trabajo” donde los participantes buscarán la
implantación de la estrategia desde un compromiso extensivo a todos sus miembros.
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CUADRO I: COMPARATIVA DE HERRAMIENTAS
ENTREVISTA
GRUPO DE
TÉCNICA DE
CUALITATIVA
DISCUSION
GRUPO NOMINAL
Individuo
Grupo
Grupo
Moderado
Alto
Muy Alto
PROTAGONISTA
DEL PROCESO
GRADO DE
INTERACTIVIDAD
GRADO DE
No es necesario
CONSENSO
GRADO DE
No es necesario
COMPROMISO
IDENTIFICACION
DE ITEMS
No es necesario, pero
Es clave para la
puede producirse
finalización del proceso
Es necesario, aunque
no puede llegarse a él
Es determinante para
acometer acciones
posteriores
Es realizado en gran
Es realizado por el
Inicialmente fomentado
parte por el
Investigador con
por el Investigador y
Investigador
ayuda del Grupo
siempre abierto a las
aportaciones del Grupo
ANÁLISIS DE
VARIABLES /
Realizado por el
Realizado por el
Realizado entre el Grupo
TRATAMIENTO
Investigador
Investigador
y el Investigador
Desarrollado por el
Realizado por el
Investigador
Investigador
INFORMACION
Fundamentalmente
ELABORACIÓN
DE
RECOMENDACIONES
desarrollado por el
Grupo bajo la atenta
mirada del Investigador
Fuente: Elaboración propia
La Técnica de Grupo Nominal como herramienta de intervención microsociológica.
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Bien es verdad que la natural interpretación sociológica relativa a la participación de los
trabajadores en un proyecto organizativo – y la T.G.N. no es ajena a esta circunstancia depende, en buena parte, de la perspectiva con que se analiza el grupo de trabajo.
En este esquema conceptual, no es descabellado relacionar al participante de una T.G.N.,
a escala micro, con la de un trabajador enfocado a participar en un plan de trabajo, donde
su papel individual lo acredita - con referencia al grupo de adscripción - como un
dinamizador de mejoras en correspondencia con el problema suscitado.
Los círculos de calidad son un ejemplo de cómo experiencias de trabajo en equipo,
provenientes del sistema de fabricación japonés Just in Time, son especialmente
significativos por lo que esta filosofía de organización comporta.
Como indica Finkel (1996:358): “La reorganización del trabajo en el sistema de
producción justo a tiempo se basa en equipos autodirigidos, a los que se le asignan tareas
que a su vez se reasignan internamente [...] es evidente que este sistema de coordinación
no sólo facilita la comunicación, sino que convierte en redundante muchas funciones
normalmente atribuidas a los supervisores. Los especialistas en control de calidad,
mantenimiento, manipulación de materiales, etc., están dispersos en las diferentes células
o equipos...”
El hecho de que la T.G.N. sea, en algún modo, heredero de la Técnica Delphi, no
justifica que la primera se reduzca a una votación dirigida y con pocos márgenes de
maniobra, ya que se disminuye la posibilidad de implantar soluciones, al quedar
confinada a un acuerdo de lo que debería abordarse, pero no a cómo llevarse a cabo.
Por ello y atendiendo a la creación de grupos de mejora continua, se trasciende la mera
exposición de las conclusiones para convertir al grupo en un implantador de soluciones.
Si se permite la metáfora, es pasar de una “foto fija” que recoge una situación concreta a
una sucesión de “fotogramas” como expresión de imágenes en movimiento en las que el
guión trascurre por un planteamiento, nudo y desenlace.
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Como resultado de este equilibrio de fuerzas entre el individuo, el grupo y el
investigador queda por definir el plan de acción, es decir, la búsqueda de respuestas –
convirtiendo a los presuntos observadores en agentes del cambio – definiendo estrategias
que permitan responder a los elementos que en opinión del grupo deben introducirse para
solventar, sino en la totalidad al menos en parte, aquellos aspectos susceptibles de
mejora desde la óptica del compromiso.
De lo anterior se desprende que la constitución de grupos de trabajo orientados a analizar
los aspectos concretos de la cuestión y, lo que es más importante, el pasar de la mera
enunciación de la opinión a la acción razonada, se convierte en elemento vital en el
proceso descrito. De este modo, el grupo deberá enfatizar en las siguientes variables
recogidas en el Cuadro III.
CUADRO III – SINTESIS DEL PLAN DE ACCION
ASPECTOS
MEDIDAS QUE
INSTRUMENTOS /
¿ DONDE
CONCRETOS
SE VAN A
HERRAMIENTAS
SE VA A
DE LA CUESTION
TOMAR
A ADOPTAR
ACTUAR?
¿CUÁNDO?
(CRONO)
1.
2.
N.
Fuente: Elaboración Propia
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Es decir, a través de los equipos de trabajo deberán contestarse a las siguientes
cuestiones:
1. ¿Cuáles son las medidas qué se van a tomar? o de qué modo se procurarán
acciones concretas para tratar de resolver las deficiencias proyectadas. Estas
cuestiones deberán resolverse en términos mensurables desarrollando un plan de
acción específico para cada ítem. De algún modo se requiere del grupo de trabajo
recabar el espíritu o estrategia conducente a la solución del tema en cuestión.
2. ¿Qué instrumentos o herramientas se adoptarán? O la manera a través de la cual
pueden operativizarse las medidas suscitadas en contestación a la pregunta
anterior. Si es cierta la afirmación de que lo que no se puede medir no se puede
gestionar, la contestación a este interrogante necesita de pautas concretas y
técnicas envolventes que arropen la puesta en práctica de los patrones generales.
3. ¿En qué espacio se va a actuar? o el terreno de juego sobre el que dirimir la
actuación del grupo de trabajo en la implantación de la estrategia. Acotar y
definir un dominio de definición es pieza ineludible para contextualizar el marco
de actuación en el que desplegar la actuación orientada a unos fines concretos.
4. ¿Qué horizonte temporal será el contemplado para llevarlas a cabo? o la
determinación de las coordenadas temporales necesarias para trazar los aspectos
anteriores. El delimitar el inicio y el plazo o finalización previsto para llevar a
cabo estas cuestiones debe quedar prefijado, sin menoscabo de posteriores
ampliaciones o reducciones temporales. De este modo, será factible gestionar
mejor los recursos puestos alcance del proyecto.
Una de las ventajas añadidas de este proceso es además de la realización del plan de
acción su incontestabilidad, en el sentido de que sea cual sea finalmente el resultado, es
fruto incuestionable de la elaboración personal y grupal de los actores llamados a la
articulación del proceso, frente a la posibilidad de que sea el investigador quien de
principio a fin intervenga de forma omnipresente y manipuladora en el proceso.
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Así pues, la fase de implantación de soluciones es el resultado acumulativo de las
anteriores. No tendría sentido emplear esta técnica si ello no permitiera poner en
práctica, las medidas acordadas por el grupo de trabajo.
4. CONCLUSIONES
Los dos grandes paradigmas que presenta la sociología, ya desde sus orígenes, se
reducen convencionalmente a dos grandes escenarios ideológicos: el que considera a la
sociología con el objetivo de explicar necesariamente la realidad, frente a otro que busca
aprehenderla para poder comprenderla. Estos enfoques ya sean explicativos o
comprensivos - o si se prefiere, los que se basan en perspectivas cuantitativas o
cualitativas - plantean diferentes esquemas orientados hacia la generación del
conocimiento.
Son, por tanto, diferentes formas de comprender la realidad como paso previo a la
intervención social que, en el caso de la T.G.N., proporciona además de una mayor
visión de campo más abierta y sensible no ya sólo al qué, sino al cómo discurren los
fenómenos sociales, complementando igualmente a los tradicionales sistemas de
investigación cuantitativos.
Los aspectos instrumentales entendidos como la prolongación de las coordenadas
epistemo – metodológicos, enfatizan en el cómo se deben llevar a cabo las pautas de
trabajo desde un punto de vista operativo. No es tanto una cuestión de procedimiento,
como de la forma en la que este se plasma atendiendo a elementos como son la
comunicación, empatía e interactividad entre los individuos que se enmarcan en la
dinámica.
Desde el prisma instrumental, la T.G.N. implica la puesta en marcha de un protocolo que
admitiendo pautas de actuación también concibe grandes dosis de flexibilidad,
convirtiendo a esta técnica más que como un fin, en un punto de partida para explorar la
realidad social y, lo que quizás es más importante, su intervención efectiva.
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Ya desde un punto de vista más cercano a la operatividad de la T.G.N. como herramienta
de intervención aplicada es necesario observar, al menos, los siguientes aspectos:
1. Configurar un grupo de trabajo que permita llegar al nivel de consenso suficiente
para, a partir de ese instante, propiciar la transformación del papel de los
asistentes de meros observadores a catalizadores del proceso.
2. Trazar estrategias y tácticas operativas que permitan modelizar la puesta en
marcha de soluciones concretas y adaptadas a la problemática estudiada.
3. En niveles avanzados, tanto por el contenido, alcance y dimensión del proyecto,
construir y constituir un observatorio de trabajo para el fenómeno estudiado
desde una perspectiva dinámica y proyectiva.
4. Complementar – que no anular, eliminar o sustituir - a otras técnicas
investigación de naturaleza cuantitativa en el estudio de los fenómenos desde la
visión que proporciona un pluralismo metodológico.
Para ello se consideran elementos determinantes:
1.
Constituir un ambiente propicio y una atmósfera adecuada para que el grupo
de trabajo se convierta en un laboratorio de ideas destinado a proporcionar
nuevas dimensiones de análisis para el estudio encomendado, trascendiendo el
siempre cómodo anonimato por otras expresiones más focalizadas al grupo.
2.
Obtener diferentes puntos de vista relacionados con el escenario estudiado,
rebajando el estatus de sus componentes, desde la óptica de un grupo
homogéneo, en un intento por conocer el estado de la cuestión.
3.
Generar un proceso que basado en datos e informaciones permita extraer
conclusiones sobre las posibles causas, elementos condicionantes y
determinantes del fenómeno estudiado.
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4.
Analizar
las
vinculaciones
existentes
entre
los
diferentes
aspectos
considerados, identificando las posibles relaciones causales existentes.
Desde estos presupuestos se inicia el desarrollo de un proceso donde los aspectos
cooperativos permitirán abordar e intervenir sociológicamente más allá de la mera
descripción y constatación del fenómeno observado.
En suma, un apasionante y revelador terreno de juego donde, por un lado, la T.G.N. en sí
y por otro, la complementariedad epistemológica / metodológica, no hacen sino aflorar la
necesaria dependencia que el investigador requiere para aproximarse al nebuloso e
inquietante acceso a la realidad social.
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BIBLIOGRAFIA
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Finkel, Lucila (1996) La organización social del trabajo, Madrid, Pirámide.
Jakobson, Roman (1987) “On Linguistic Aspects of Translation” en POMORSKA,
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Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas.
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