Día del Trabajo (1 de mayo de 1886)

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Día del Trabajo (1 de mayo de 1886)
Antecedentes
Inglaterra es considerada cuna de la industrialización por ser el
lugar donde se originaron los primeros pasos hacia el sistema
capitalista. La Revolución Industrial y la clase obrera surgieron,
antecedidas por los grandes inventos y los descubrimientos
científicos, entre 1760 y 1830 como consecuencia de estos
nuevos procesos productivos y económicos.
Con la aparición de la máquina de vapor, los fósforos, el
telégrafo, los globos dirigibles, la lámpara de petróleo y la
lanzadera volante, utilizada en la industria textil, se facilitó la
elaboración en serie de muchos artículos y mercancías.
Aparecieron las grandes fábricas, las ciudades industriales con
chimeneas humeantes como símbolo y un nuevo grupo social:
el proletariado o clase trabajadora.
Las condiciones laborales de la naciente clase social eran
deplorables. Niños, mujeres y hombres cubrían jornadas de
hasta 18 horas diarias sin descanso semanal; no recibían
asistencia médica y sus salarios eran raquíticos. Los patrones
impusieron formas y reglas de trabajo que destacaron por su severidad, a causa de ello los obreros no
gozaron de los beneficios del avance industrial.
El desarrollo industrial de los Estados Unidos de Norteamérica y los Mártires de Chicago
El periodo conocido como Segunda Revolución Industrial cobró impulso a partir del último cuarto del
siglo XIX. A diferencia de la Primera Revolución Industrial, donde la energía a base de vapor fue
sinónimo de progreso tecnológico, en esta etapa, el petróleo y la electricidad fueron las nuevas
fuentes de energía que impulsaron a la industria en general.
El desarrollo industrial de los Estados Unidos de Norteamérica logró notoriedad después de la Guerra
de Secesión; destacó entonces, la producción de acero, carbón, petróleo, arsenales y otras industrias.
No obstante, que el modo de vida de los norteamericanos era mucho mejor que el de los europeos, la
clase trabajadora padecía muchas limitantes en su precario desarrollo.
Entre 1880 y 1890, con el propósito de mejorar sus
condiciones
laborales,
los
obreros
norteamericanos
comenzaron a organizarse en gremios y sindicatos; sin
embargo, los dirigentes de estos últimos guardaron, casi
siempre, una postura neutral en favor de los patrones o del
Estado.
El 1 de mayo de 1886, la Unión Central Obrera de Chicago
convocó a sus agremiados a un mitin y a una huelga general
para exigir que la jornada laboral fuera de ocho horas.
Trabajadores de distintas fábricas acudieron al llamado.
Sumaron cerca de 50 mil huelguistas de la Unión Americana.
Al día siguiente, en la fábrica McCormick surgieron algunas fricciones que generaron violencia entre
los trabajadores que se negaban a entrar a laborar y la policía local; la fuerza pública acometió con
armas de fuego contra los obreros, lo que dejó como resultado numerosos heridos y varios muertos.
El valor de los trabajadores de Chicago no pasó inadvertido, por lo que, los obreros de todo el mundo
tomaron para sí el 1 de mayo como el Día del Trabajo.
Movimiento de obreros en México
En 1871 surgió el gran Círculo de Obreros por iniciativa de algunos impresores y sastres. Llegó a
contar con 43 sociedades afiliadas de distintos gremios y oficios, quienes en 1876 se pronunciaron por
una reglamentación general del trabajo, salarios homogéneos y jornadas fijas.
En abril del citado año, junto con el periódico obrero El Socialista —que propuso la creación de la
Confederación de Trabajadores Mexicanos—, los obreros organizaron un congreso al que asistieron
delegaciones de todo el país, integradas por cerca de 10 mil trabajadores, pero la diferencia de
ideología entre sus dirigentes y la represión del gobierno de Porfirio Díaz provocaron su desaparición.
Programa y Manifiesto del Partido Liberal Mexicano
El 1 de julio de 1906, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, integrada por los hermanos
Enrique y Ricardo Flores Magón, Librado Rivera, Juan y José Sarabia, y Rosalío Bustamante, dio a
conocer desde San Luis Missouri su manifiesto, en cuyo capítulo de Capital y Trabajo proponían, entre
otras reformas, establecer la jornada laboral de ocho horas con un salario mínimo; pagar
indemnizaciones por accidentes de trabajo; suprimir las tiendas de raya; cubrir el salario con dinero en
efectivo; prohibir el empleo a menores de catorce años, y obligar a los patrones a mejorar las
condiciones higiénicas y de seguridad en sus empresas.
El periódico Regeneración fue el órgano oficial de la Junta mediante el cual se convocó a los
trabajadores a organizarse y a luchar contra la dictadura.
Huelga de Cananea
Motivados por el llamado de la Junta Organizadora
del Partido Liberal Mexicano, un grupo de mineros de
Cananea, Sonora, constituyeron, en septiembre de
1905, la sociedad secreta Unión Liberal Humanidad,
que tenía como primer objetivo hacer valer sus
derechos laborales.
Para mayo de 1906 fueron despedidos muchos
mineros de la Cananea Consolidated Copper Co. En
junio, al grito de "¡Cinco pesos y ocho horas de
trabajo!", los inconformes se manifestaban en favor
de las mejoras en sus condiciones de trabajo y en contra de la discriminación laboral, pues la mano de
obra extranjera recibía más beneficios que la del país.
Declarada la huelga, los obreros concurrieron en una multitudinaria manifestación a la que, conforme
avanzaban, se sumaban otros contingentes; pero, al llegar a una maderería, fueron recibidos por los
disparos de los rangers norteamericanos y de los rurales mexicanos. La sangrienta represión arrojó
más de 20 heridos y 23 muertos.
Huelga de Río Blanco
Inconformes por los abusos, entre otros, las excesivas jornadas de trabajo, que llegaban a ser hasta
de catorce horas diarias, los obreros textiles de Río Blanco se organizaron desde finales de 1906 para
dialogar con las autoridades gubernamentales y patronales; sin embargo, el diálogo tuvo escaso éxito.
El 7 de enero de 1907, el descontento de los trabajadores se había exacerbado y marcharon hacia la
fábrica para exhortar a los obreros que no querían integrarse a su causa. Un grupo de huelguistas
pretendió tomar la fábrica de Río Blanco, mientras que otros se dieron al saqueo en los poblados
cercanos.
Desde Orizaba, las autoridades políticas desplazaron batallones de rurales y policías para someter a
los inconformes; al día siguiente se contabilizaron cerca de 150 muertos.
La Casa del Obrero Mundial
Lugar de reunión del movimiento obrero, fue fundada en 1912 por un
grupo de mexicanos y extranjeros que en un principio adoptaron
posturas anarquistas a través de la acción violenta, las huelgas y el
sabotaje.
El 1 de mayo de 1913, siendo Presidente de la República Victoriano
Huerta, la Casa del Obrero Mundial celebró por primera vez en México
el Día del Trabajo en el Teatro Xicoténcatl de la ciudad de México; ahí
acudieron obreros de distintos gremios para pronunciarse por una
jornada de ocho horas y el descanso dominical.
En esa ocasión el diputado mexiquense Isidro Fabela exaltó a los
trabajadores mexicanos del campo y de las ciudades, señalando con
dureza a las autoridades explotadoras.
Por éstas y otras actividades, la Casa del Obrero Mundial enfrentó la
represión, el encarcelamiento de algunos de sus líderes y, en
consecuencia su cierre. Fue hasta agosto de 1918 cuando, una vez
derrotado el huertismo, reabrió sus puertas.
Constitución Política de 1917
Al promulgarse la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los derechos de los
trabajadores fueron reconocidos y quedaron protegidos por la ley.
Al amparo del Artículo 123, se han hecho valer las conquistas de los trabajadores entre las que
destacan: la jornada laboral de ocho horas, un día de descanso por cada seis días de trabajo, salarios
justos, derecho a la formación de asociaciones y sindicatos, derecho a la participación de las
utilidades de la empresa y seguro social.
Por otra parte, la Ley Federal del Trabajo regula las relaciones laborales entre trabajadores y
patrones, además de establecer la normatividad de cada una de las instancias de competencia en
conflictos laborales.
El Primero de Mayo no sólo es el comienzo de un
nuevo mes, ni una jornada de asueto y mucho menos
se podría reducir al famoso día del concurrido 'desfile
laboral'. Sus raíces son mucho más profundas y su
intención, más pretenciosa.
A pesar de que para muchos es una jornada para
divertirse y relajarse un poco, el Día del Trabajo
significa la posibilidad de recordar y hacerle recordar a
la sociedad y las instituciones, el sacrificio de todos los
que, a lo largo de la historia, han caído en la lucha por
alcanzar las mejoras laborales en el mundo.
El Día del Trabajo va más allá del mero acto conmemorativo a los Mártires de Chicago que, en 1886,
desataron el proceso reivindicativo de los trabajadores, al exigir una jornada laboral de ocho horas.
El Día del Trabajo es también el consenso que se estableció en París, tres años después, cuando,
coincidiendo con la creación de la Segunda Internacional, se estableció que cada primero de mayo las
agrupaciones laborales efectuarían manifestaciones públicas, para exigir mejoras en sus condiciones
de vida y hacer memoria de los que los precedieron.
El Primero de Mayo es por encima de todas esas cosas, una jornada de reivindicación social y laboral,
un momento de pausa y de análisis que se conmemora en casi todo el mundo. Es el momento donde
los logros y las inconformidades se pesan en la balanza.
Fuente: http://www.edomex.gob.mx
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