Encontrando oro en la basura los cazadores de residuos

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ENCONTRANDO ORO EN LA BASURA, LOS CAZADORES DE RESIDUOS
( New York Times, 13/2/06)
Patrick Fitzgerald notó que estaba distraído mientras estudiaba para el examen de la Barra
de la Universidad de Fordham hace 5 años. La ciudad de New York estaba debatiendo si
valía la pena continuar con su programa de reciclaje y el Sr. Fitzgerald se preguntó por qué
esto se estaba debatiendo en absoluto. “Yo no era abiertamente un protector de los árboles,
pero me pareció extraño”, dijo.
Empezó a buscar información en sitios de Internet y artículos en las noticias sobre la
economía del reciclaje y llegó a la conclusión de que el mayor problema que enfrentaba
esta industria era que sus proveedores (la gente que genera la basura) no estaban bien
motivados.
El Sr. Fitzgerald llegó a la conclusión de que la obligación moral o inclusive la compasión
por los árboles no era suficiente para inducir un buen hábito de reciclaje en la gente. El
pensó: ¿Qué pasaría si se le pagara directamente a la gente en vez de que ésta pagara por
campañas para que la convencieran de que recicle?
A finales de 2002 habló de esta idea con Ron Gonen, un viejo compañero de la secundaria
y también nativo de Filadelfia. Al poco tiempo, el proyecto inundó todas sus vidas y llenó
al tope sus tarjetas de crédito.
Su trabajo en equipo condujo al nacimiento de RecycleBank (www.recyclebank.com) a
principios de 2004. Su insignia es un cochinito de ahorros que en su trasero tiene un bote de
basura, encarnando incentivos para el consumidor y conciencia sobre el medio ambiente.
El proceso parece elegantemente simple. Los habitantes del hogar obtienen crédito por el
peso de los materiales reciclados cuando la basura es recogida por el equipo de
saneamiento, estos materiales son escaneados y registrados por un chip de computadora que
se encuentra insertado en los botes de basura. El crédito obtenido se cambia por cupones en
varios negocios. Los funcionarios municipales ahorran el dinero de los pagos por el manejo
de la basura, las compañías de reciclaje ganan más dinero al procesar los materiales
contenidos en ella y la gente gana el grato sentimiento de estar haciendo una actividad
socialmente benéfica.
RecycleBank cobra a los municipios (o a los transportistas privados, dependiendo del
arreglo al que hayan llegado) $24 dólares por casa y le garantiza a sus clientes que
ahorrarán por lo menos el importe del pago por el manejo de sus desechos al evitar que se
vayan ya sea a rellenos sanitarios o a incineradores. La compañía también recibe ingresos
por parte de las plantas de reciclaje dependiendo de cuanto aumenta la cantidad de
materiales que se procesen.
“Desde el principio me pareció que ésta era una gran idea”, dijo Clifford J. Schorer Jr.,
quien ayudó a asesorar al Sr. Gonen en su puesto como empresario residente en el Centro
Empresarial Eugene M. Lang en Columbia. La Universidad de Columbia contribuyó con
$100,000 dólares para la creación de RecycleBank.
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Las personas que participan en RecycleBank pueden revisar su balance por medio de
Internet y cobrar sus cupones (un máximo de $25 dólares al mes o $400 dólares al año) en
varias cadenas nacionales como Starbucks, Home Depot y Bed Bath & Beyond. Coca-Cola
Company instaló un Fondo Comunitario Ecológico (Green Community Fund) donde se
pueden donar los cupones para programas de educación ecológica que se imparten en las
escuelas y bibliotecas públicas de Filadelfia.
Uno de los problemas que enfrentó RecycleBank fue tratar de encontrar una manera de
medir el volumen del material reciclable generado por una casa y dar el crédito
correspondiente a los participantes. A través de una búsqueda en Internet y llamadas por
teléfono se encontró Ingeniería Cascada (Cascade Engineering) en Grand Rapids, Michigan
la cual donó varios miles de botes de basura de 35 y 64 galones que contaban con
tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID por sus siglas en inglés) como parte
de su presupuesto del proyecto de investigación y desarrollo.
La etiqueta “smart waste” (residuos “listos”), una combinación de un chip de computadora
y un código de barras, permite que se escaneen y pesen los botes de basura y se vea que
cantidad se acredita a esa casa. Se vacía la información a una base de datos de una
computadora que se encuentra en los camiones recolectores de basura.
La compañía Scale Corportion LST de Twinsburg, Ohio logró configurar básculas y un
mecanismo de volteo para los contenedores de basura que caben en la parte posterior de los
camiones recolectores para que los botes de basura se puedan pesar y vaciar fácilmente.
¿Por qué no hacer trampa poniendo una bola de boliche o algún otro objeto pesado no
reciclable en la basura? A RecycleBank se le ocurrió poner un botón en la computadora de
los camiones que los trabajadores pueden apretar en el momento que encuentren
contrabando en la basura y marcar la casa de la que provenga. “Esto con una frecuencia
casi nula” dice el Sr. Fitzgerald.
Los 2 hombres, de 30 años de edad, pensaron que era importante evitar el tedio a las casas
de separar vidrio, papel, plástico y metal. Ellos firmaron un acuerdo con Blue Mountain
Recycling con base en Filadelfia quien usa diversas tecnologías separadoras como
ventiladores, gravedad, magnetos y separación manual.
RecycleBank convenció a funcionarios del gobierno de Filadelfia que les permitiera hacer
un proyecto piloto en el cual se incluían 2,500 casas de 2 barrios de Filadelfia: el barrio de
clase alta Chestnut Hill y el de clase media baja West Oak Lane. Después de 6 meses 90%
de las casa en los 2 barrios estaban participando, más del 35% en Chestnut Hill y 7% en
West Oak Lane; esto daba un promedio de 25 libras por semana de material reciclable por
casa.
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