practica 2 de gestion segunda parte.

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LA GESTION EDUCATIVA
Qué es Gestión Educativa...
La gestión educativa es un proceso orientado al fortalecimiento de los Proyectos
Educativos de las Instituciones, que ayuda a mantener la autonomía institucional, en el
marco de las políticas públicas, y que enriquece los procesos pedagógicos con el fin de
responder a las necesidades educativas locales, regionales.
¿Qué gestión educativa tenemos?
A los efectos del desafío que se presenta actualmente en relación con la necesidad de
producir cambios profundos en la realidad escolar latinoamericana, tan importantes
como los aspectos de organización son los que tienen que ver con la gestión.
La gestión educativa ha sido tradicionalmente un aspecto residual del quehacer
institucional dentro de la escuela, en la medida en que se ha restringido a los ‘aspectos
administrativos los que, sin lugar a dudas, ocupaban en la teoría un lugar secundario,
pero en la práctica un lugar cada vez más central.
El desconocimiento de la dimensión ‘empresarial’ de la institución pública en el sentido
del compromiso de la organización y sus actores con la eficacia y la eficiencia, y el
incremento de concepciones educativas cada vez menos centradas en el conocimiento
y más en los valores, son elementos que no ayudan a que los aspectos profesionales
de la gestión sean valorizados.
Los sistemas de gestión y administración que todavía sobreviven en buena parte de los
países de la región son los que acompañaron el surgimiento de los sistemas escolares
y responden, en la gran mayoría de los casos, a modelos de organización institucional
burocráticos. Es decir, pueden ser caracterizados básicamente como artesanales y
basados en las relaciones personales, es decir no profesionalizados.
En su origen, tanto el tamaño de las escuelas como la propuesta de enseñanza,
permitían la utilización de procedimientos administrativos simples, basados en registros
manuales. Gran parte de la documentación debía ser confeccionada a mano y con letra
cursiva. El personal dedicado a estas tareas lograba su idoneidad con la experiencia y
la práctica, por lo que es posible caracterizar estos procedimientos como artesanales.
La intensidad de la interacción personal, y las concepciones vigentes acerca de la
importancia de los aspectos socio-afectivos como parte de la tarea de enseñanza,
tuvieron como consecuencia el desarrollo de modelos administrativos basados en las
relaciones personales.
Este estilo de gestión se caracterizó también por la no profesionalización de sus
miembros. Este rasgo, que se advierte también en los roles que se ocupan de la tarea
de enseñanza, estuvo especialmente negado para el caso de la gestión educativa. En
efecto, en gran medida parece que la categoría ‘profesional de la gestión’ no ha tenido
cabida en estas instituciones.
En casi todos los países ha sido muy difícil llegar a la toma de conciencia de que las
competencias necesarias para dirigir una escuela no son las mismas que las que se
requieren para realizar la tarea de estar frente a alumnos, y en muchos aún no se ha
logrado.
Entonces, lo más habitual es que la carrera docente se siga organizando sólo a partir
de uno de los parámetros de requerimientos: el que tiene que ver con el conocimiento
de los aspectos generales de la tarea (relativo a la educación y la enseñanza), pero no
se estructura reconociendo las diferencias en los requerimientos que surgen de los
papeles diferentes a cubrir dentro de la institución. Un buen profesor, no importa de
cuál de las asignaturas curriculares, puede ser promovido a director; un buen director,
promovido a supervisor. Existe, incluso, el reclamo de que los lugares de la conducción
política de la educación deben ser ocupados por ‘docentes’.
Ley Orgánica de Educación de la República Dominicana
EL CONGRESO NACIONAL
En Nombre de la República
HA DADO LA SIGUIENTE LEY
Ley No. 66-97
CAPÍTULO IV
DE LA LIBERTAD DE APRENDIZAJE Y ENSEÑANZA
Art. 10.- De acuerdo a la Constitución de la República se garantiza a la persona tanto el derecho a
aprender como la libertad de enseñanza.
Art. 11.- El sistema educativo respetará la libertad de educadores y educandos para sustentar
criterios racionales en la búsqueda de la verdad.
Art. 12.- La libertad de educación reconoce el derecho de los ciudadanos a escoger para sí o para
las personas bajo su tutela el establecimiento educativo de su preferencia. Los padres o los tutores
pueden escoger para sus hijos o pupilos, escuelas distintas de las creadas por el Estado.
Art. 13.- Además de la educación que imparte el Estado, se reconoce la operación de centros de
enseñanza privada con establecimientos educativos acreditados o coauspiciados por el Estado.
Para acceder a estos derechos los centros educativos privados deberán cumplir con las
disposiciones jurídicas pertinentes.
Art. 14.- Toda persona en el pleno uso de sus derechos civiles y políticos, así como las personas
morales, podrán fundar establecimientos educativos, siempre que cumplan con los requisitos de la
presente ley y bajo la supervisión del Estado.
Art. 15.- El Estado ejercerá supervisión de los centros educativos privados dentro de los términos
que se fijen en el ordenamiento jurídico. Las normas que se dicten para las instituciones educativas
privadas nunca deberán establecer exigencias superiores a las que rijan para las instituciones
públicas.
Art. 16.- Todos los centros docentes deberán reunir unos requisitos mínimos para impartir las
enseñanzas con garantía de calidad. El Consejo Nacional de Educación reglamentará dichos
requisitos. Los requisitos mínimos se referirán a titulación académica del profesorado, relación
numérica alumno-profesor, instalaciones docentes y deportivas y número de puestos escolares.
Párrafo.- En caso de desastre natural o de aislamiento geográfico que impidan cumplir los requisitos
mínimos que se establezcan en este artículo, la Secretaría de Educación y Cultura puede autorizar
de manera temporal y mientras duren las circunstancias el funcionamiento de centros docentes en
las áreas afectadas.
Art. 17.- En los centros docentes, públicos o privados, no se podrá llevar a cabo, ni promover,
ningún tipo de actividad político-partidista. Sus funcionarios docentes o de cualquier tipo, no podrán
ejercer el activismo político en los recintos escolares y, mucho menos, involucrar a los alumnos en
este tipo de actividades.
Párrafo.- Esta disposición no disminuye ni limita en modo alguno, los derechos políticos
consagrados constitucionalmente y reconocidos por esta ley como condición indispensable para el
ejercicio de una ciudadanía responsable.
Art. 18.- En los centros docentes públicos y privados, de los niveles inicial, básico y medio no se
portará armas de ningún tipo.
CAPÍTULO V
DE LAS FUNCIONES DE LA COMUNIDAD,
LA FAMILIA Y EL SECTOR PRIVADO EN EDUCACIÓN
Art. 19.- Corresponde a la comunidad contribuir al desarrollo y mejoramiento de la educación y velar
porque sus miembros desplieguen sus capacidades para alcanzar el desarrollo integral, individual y
social.
Art. 20.- La familia tiene la obligación de escolarizar a sus hijos en la edad escolar definida en la
presente ley e interesarse por el avance de sus hijos en la escuela, apoyar los esfuerzos de los
maestros para que reciban una buena educación y crear en ellos una actitud positiva hacia el
estudio y de respeto por el conocimiento.
Los padres y la comunidad tienen el deber de ayudar a la escuela, de acuerdo con sus posibilidades
y capacidades intelectuales, humanas y económicas, dentro de un espíritu de cooperación y
solidaridad.
La familia ha de asumir fuera de la escuela la mayor responsabilidad posible en cuanto la educación
moral y ciudadana.
Art. 21.- En todos los centros escolares se fomentará la participación de la comunidad educativa en
la gestión de la escuela y en la solución de los problemas, tanto de la escuela como de la
comunidad a la que sirve.
CAPÍTULO VI
DE LA ENSEÑANZA MORAL Y RELIGIOSA
Art. 22.- Los padres o los tutores tienen el derecho de que sus hijos o pupilos reciban la educación
moral y religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
Art. 23.- La enseñanza moral y religiosa se guiará con sujeción a los preceptos constitucionales y a
los tratados internacionales de los cuales el Estado Dominicano es signatario.
Art. 24.- Las escuelas privadas podrán ofrecer formación religiosa y/o moral, de acuerdo con su
ideario pedagógico, respetando siempre la libertad de conciencia y la esencia de la dominicanidad.
Art. 25.- Los alumnos de planteles públicos recibirán enseñanza religiosa como se consigna en el
currículo y en los Convenios Internacionales. A tales fines y de acuerdo con las autoridades
religiosas competentes se elaborarán los programas que se aplicarán a los alumnos cuyos padres, o
quienes hacen sus veces, no pidan por escrito que sean exentos.
Art. 26.- El Consejo Nacional de Educación tendrá a su cargo reglamentar todo lo relativo a la
aplicación de estas disposiciones.
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