YouTube y el futuro de la television online

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YouTube y el futuro de la televisión online: ¿paso brillante o fin de una era?
Pasar del mundo online al mundo offline es el debate que les quita el sueño a los gigantes del mercado.
Con plataformas que supieron ganarse el interés de los internautas y un modelo de negocios que dista de
emular el éxito acontecido en entradas, las nuevas plataformas digitales –y los tradicionales medios de
comunicación, por caso- se encuentran frente a una dura coyuntura: ¿Estamos frente al fin del contenido
pago o todavía podemos hacer algo al respecto?
Nadie pone en duda el éxito que engendraron las redes sociales. Facebook, MySpace y Twitter –para
citar dos- se convirtieron en elementos emergentes de una nueva configuración social que llegaron
para modificar conductas y generar nuevos caminos de comunicación. Sin embargo, el tiempo fue
pasando, el número de usuarios alcanzó cifras inimaginables –tan sólo la red social creada por Mark
Zuckerberg superó los 300 millones- y los modelos de negocios se mantuvieron escasos.
La primera plataforma en anunciar un servicio de publicidad online fue Facebook y los resultados
representaron un crecimiento del 70% en su facturación alcanzando, según las previsiones, los 500
millones de dólares en 2007. Twitter, en tanto, mantuvo a los anunciantes a la expectativa de un
futuro y prometedor plan de negocios del que, hasta ahora, sólo se conocen algunos screenshots no
oficiales.
El gran anuncio tuvo como protagonista a YouTube, el portal que lidera la categoría de videos en la
web. A más de tres años de la adquisición de la compañía por parte de Google –por la módica suma
de 1.650 millones de dólares-, el rey del broadcasting digital realizó una serie de anuncios que
podrían engrosar las visualizaciones o destronarlo definitivamente. El primer paso fue incorporar el
Adsense al buscador de la plataforma, acto que permitió que las grandes compañías patrocinaran
contenidos relacionados con sus productos. Esta simple modificación, convirtió al portal en un
negocio rentable gracias a los nuevos ingresos generados por publicidad. Hasta el momento, los
cambios tan sólo permitían a los anunciantes incorporar su logo o banner dentro del diseño de cada
home. Por su parte, los usuarios ‘creadores’ de los contenidos recibirán dinero por aceptar la
irrupción publicitaria y por las visualizaciones logradas. Para esto, los usuarios adheridos deberán
subir un video al menos una vez por semana y tendrán que contar con muchos suscriptores a su
canal.
Con las nuevas modificaciones, el déficit se mantuvo pero el panorama comercial comienza a reflotar.
“Nuestros costos siguen descendiendo y nuestros ingresos creciendo. Es una buena combinación
para el éxito y seguiremos basándonos en esa tendencia”, dijo Chad Hurley, uno de los fundadores
de YouTube y aclaró: “Hemos seguido creciendo en cuanto a tráfico. Tenemos más de mil millones
de usuarios diarios y recibimos casi 24 horas de video cada minuto”.
YouTube y el nacimiento de Vevo
Mientras que el nuevo plan de negocios funcionaba, YouTube comenzó a protagonizar litigios legales
por los videos subidos por sus propios usuarios. El copyright fue la vedette de la jornada y enfrentó a
la flamante adquisición de Google con los gigantes del mundo offline. Según publicó Euro Press, el
85% de las imágenes visualizadas en el sito pertenecen a productoras y a canales de televisión. En
tanto, la proliferación de películas clandestinas y la reproducción de videos musicales se convirtieron
en la perdición de los cibernautas que encontraban, sin tener que descargar los contenidos de un
modo ilegal, la posibilidad de acceder a las imágenes al instante.
El primer acuerdo de paz fue firmado por las compañías discográficas quienes encontraron en la
plataforma la posibilidad de difundir sus contenidos y de promocionar a sus nuevos artistas. Resta
resaltar que Miley Cyrus, actriz y cantante norteamericana, se posicionó dentro de los contenidos
más buscados por los usuarios en YouTube y alcanzó –tan sólo con la visualización de dos de sus
videos oficiales- 118 millones de vistas. En tanto, Savannah Auten –otra cantante pop- consiguió un
contrato luego de convertir su canal de YouTube en un fenómeno que agrupó a millones de fanáticos.
Pero esta unión no se daría en el dominio .com de YouTube, sino que gestaría una nueva plataforma
–mantenida por Google- llamada Vevo.com en la que se buscará ofrecer más del 80% de las
grabaciones musicales que se producen en el mundo, las letras de las canciones y un sistema pago
para descargar los temas –cualquier similitud con Itunes es pura coincidencia-. A su vez, se espera
que una vez que la nueva plataforma esté asentada, se comiencen a vender las entradas oficiales
para los conciertos de los artistas y estará disponible cualquier tipo de merchandising comercial de
los mismos.
Los contenidos televisivos
Dos semanas atrás, los londinenses se encontraron con un panorama poco usual. En el subte y en
las principales avenidas de la capital británica, YouTube había desplegado una gráfica en donde
anunciaba su desembarco a los contenidos televisivos. “YouTube’s got TV”, prodigaba el anuncio que
sorprendió tanto por el hecho de la invasión offline como por el contenido del mensaje en sí. De este
modo, la empresa comunicó a sus usuarios el acuerdo firmado con una de las cadenas más
importantes del Reino Unido –Channel 4- mediante el cual estarían disponibles más de cinco mil
videos producidos por la cadena –en su mayoría, programas televisivos completos-.
Dadas las complicaciones legales que manifiestan la mayoría de las cadenas televisivas y la exitosa
negociación con las compañías discográficas, el modelo de Vivo podría repetirse pero en un marco
legal y comercial totalmente diferente. Según David Eun aseguró en una entrevista, el modelo
comercial actual no permitiría mantener los costos totales del sitio –que almacena incontables
cantidades de horas diarias- y eso repercutiría en la programación actual.
El anuncio generó polémica. La posibilidad de que YouTube habilitase una línea de suscripciones
para poder acceder al material producido por empresas privadas –no así los videos caseros de los
internautas- despertó malestar entre los usuarios quienes saben que podrán acceder a esos mismos
contenidos de un modo ilegal -pero gratuito- en nuevos espacios cibernéticos. El objetivo de la
modificación, según informa la agencia de noticias Reuters, es animar a las compañías de medios a
que permitan subir tanto series como películas, a cambio de un pago mensual –que será costeado
por los propios usuarios-.
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